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Revista Observatorio de Juventud

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Juventud y Democracia

Esta es una publicación periódica del Observatorio de Juventud, del Instituto Nacional de la Juventud de Chile. Teléfono: 6204700 Agustinas 1564, Santiago,Chile.

LA REVISTA OBSERVATORIO DE JUVENTUD El objetivo de la revista es la discusión sobre las condiciones, calidad de vida, subjetividad y perspectiva de derecho de los y las jóvenes chilenos, así como la profundización y la difusión de las políticas e intervenciones sociales dirigidas a este segmento de la población. En términos generales, la revista analiza temáticamente algún área, aspecto o dimensión de la vida juvenil que está presente en la agenda pública sobre Juventud, proponiendo una lógica de discusión permanente frente al tema. De este modo, la publicación plantea desafíos y dilemas de la política pública haciendo hincapié en perspectivas futuras relacionadas con la realidad juvenil.

Responsable Andrea Aravena Reyes Editora General Alina Donoso Oyarzún Colaboraron en este Número Silvina Leticia Galetto Karla Henríquez Ojeda Andrés F. Mendiburo-Seguel Nicolás Nieto Araos Impresión Editora e imprenta MAVAL

[Año 7] [Número 28] [Diciembre 2010]

Director Nacional Ignacio Naudon dell’Oro

Diseño de Portada y Diagramación Simple! Comunicación www.simplecomunicacion.cl

JUVENTUD Y DEMOCRACIA [Año 7] [Número 28] [Diciembre 2010]


JUVENTUD Y DEMOCRACIA

[Año 7] [Número 28] [Diciembre 2010]


Revista Observatorio de Juventud, Nยบ 28, Diciembre 2010 - ISSN: 0718-3119

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Instituto Nacional de la Juventud

ÍNDICE

Revista Observatorio de Juventud, Nº28, Diciembre 2010, ISSN: 0718-3119

PRESENTACIÓN DEL DIRECTOR ............................................................................................................................ 5 PRESENTACIÓN PROGRAMA OBSERVATORIO DE JUVENTUD .............................................................. 6 EDITORIAL REVISTA Nº28 ........................................................................................................................................9 Alina Donoso Oyarzún

1. CREENCIA EN UN MUNDO JUSTO Y DEMOCRACIA. PARTICIPACIÓN POLÍTICA ELECTORAL DE LA JUVENTUD CHILENA Y SU RELACIÓN CON LA CREENCIA EN UN MUNDO JUSTO .............................................................................................................................................13 Andrés F. Mendiburo-Seguel

2. TRAYECTORIAS DE VIDA EN MUJERES Y VARONES JÓVENES DIRIGENTES. CONSTRUCCIÓN DEL ROL DE CIUDADANA/O ACTIVA/O MEDIANTE LA INTERACCIÓN CON AGENTES SOCIALIZANTES .........................................................................................................................27 Karla Henríquez Ojeda

3. ESTUDIANTES SECUNDARIOS/AS Y DEMOCRACIA. UN ESTUDIO DE CASO EN LA COMUNA DE SANTA CRUZ ...................................................................................................................................43 Nicolás Nieto Araos

4. LOS INTERESES EN JUEGO DE LAS PRÁCTICAS POLÍTICAS JUVENILES ......................... 57 Silvina Leticia Galetto

NORMAS DE PUBLICACIÓN ...................................................................................................................................67

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PRESENTACIÓN DEL DIRECTOR Desde la perspectiva del Instituto Nacional de la Juventud, abordar las temáticas en torno a la población joven, a partir de la mirada académica, es en extremo relevante. Sin embargo, la generación de conocimiento en este ámbito no sólo implica producir información, sino que requiere de un conjunto de elementos e instancias que permitan poner en juego las distintas perspectivas teóricas y metodológicas que existen en torno a la cuestión juvenil. En este sentido, el Instituto Nacional de la Juventud, así como también diversas instituciones académicas, centros de investigación y organismos no gubernamentales (ONGs) ligados al tema juvenil han constatado las dificultades que existen en la producción pero, sobre todo, en la difusión de conocimiento en materia de juventud. A partir de este diagnóstico, nuestra institución -en atención a su misión- ha propiciado la creación y el desarrollo del Programa Observatorio de Juventud, a fin de impulsar un mecanismo institucional que se constituya en un espacio de difusión y promoción del conocimiento generado sobre juventud. Dada la naturaleza del campo académico e intelectual, el éxito de un programa de estas características sólo es posible si éste se fundamenta en la puesta en diálogo de la pluralidad de enfoques que puedan existir en torno a la temática juvenil. Así lo ha entendido el Instituto, por lo cual dicho programa actúa en coordinación con una red de organizaciones privadas (nacionales e internacionales) y otras instituciones públicas. En esta línea, la Revista Observatorio de Juventud concreta y sintetiza el sentido y los objetivos de dicho programa, al contribuir a la discusión científica en torno a las condiciones materiales y subjetivas de la población juvenil en diversos ámbitos y desde distintos espacios institucionales. Asimismo, cabe señalar que esta instancia de difusión y potenciación de la producción de conocimientos en torno a los estudios sobre juventud ha logrado entrar en una etapa de consolidación al iniciar su séptimo año de publicación continua, lo que nos enorgullece y nos alienta a seguir contribuyendo en la tarea de apoyar y aportar mayor conocimiento respecto de la realidad juvenil, en pos de propender al mejoramiento de los niveles de inclusión y de oportunidades de la población joven chilena, conjuntamente con apoyar sus emprendimientos y participación en el desarrollo del país.

IGNACIO NAUDON DELL’ORO Director Nacional Instituto Nacional de la Juventud

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PRESENTACIÓN PROGRAMA OBSERVATORIO DE JUVENTUD 1 • Sentido y Objetivos En nuestro país, instituciones gubernamentales como el INJUV, académicas y de la sociedad civil realizan investigaciones e intervenciones sobre juventud. No obstante, no existe realmente un sistema integrado de información sobre juventud, que logre hacer dialogar las diversas fuentes, perspectivas teóricas y aportes metodológicos, lo que dificulta una lectura integrada de la situación, posición y condición de las y los jóvenes chilenos. Por ello, el Programa Observatorio de Juventud, creado en el año 2003, tiene como objetivo dar un salto cualitativo en el conocimiento generado sobre juventud, en la comunicación efectiva de éste y en la promoción de su actualización. Concretamente, busca desarrollar un mecanismo institucional que dote de continuidad a la producción y difusión de información sobre la juventud chilena, y que integre los conocimientos generados desde las distintas instituciones, de manera tal de aportar coherencia al conjunto de las actividades de investigación que se desarrollan tanto en el Estado como en el sector privado. El Programa Observatorio de Juventud es desarrollado por el Departamento de Estudios y Evaluación del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) y se ejecuta a través de una red de organizaciones privadas -nacionales e internacionales-, así como en coordinación con otras instituciones públicas. Los objetivos del Observatorio de Juventud son: •

Aportar información y conocimiento actualizado, continuo, oportuno y confiable sobre la realidad juvenil, en sus dimensiones de inclusión/exclusión en los sistemas funcionales (situación), prácticas de la vida cotidiana (condición), producción cultural y orientaciones motivacionales de los y las jóvenes (posición).

Aportar información actualizada, continua, oportuna y confiable sobre la calidad de la oferta institucional (normativas, programas e instituciones) dirigida a la población joven.

Sugerir orientaciones de políticas públicas basadas en el análisis de la información generada sobre juventud.

Analizar la información generada desde una perspectiva prospectiva que permita establecer las tendencias que en el futuro adoptaría la juventud de nuestro país.

Identificar temáticas relevantes y contingentes a ser abordadas en materia de juventud.

Promover e integrar la perspectiva de juventud en el Estado.

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2 • Actividades Realizadas por el Observatorio de Juventud “Actualización del sistema integrado de análisis de la realidad juvenil y la oferta pública de juventud”: a) Estudios específicos de profundización en temáticas juveniles. b) Actualización y difusión del Programa Georeferenciado en Juventud: Injumap II. c) Creación y Producción trimestral de la Revista del Observatorio de Juventud. d) Elaboración de investigaciones cualitativas en juventud. “Generación de redes de información sobre juventud y difusión de la perspectiva de juventud”: a) Realización de Seminarios Nacionales e Internacionales sobre Juventud. b) Realización de encuentros de discusión y difusión de estudios en Juventud. c) Mantención de un Centro de Documentación (CEDOC), en las dependencias centrales de INJUV, con posibilidades de consulta de los catálogos y material de trabajo en la página web de la institución.

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EDITORIAL REVISTA Nº 28 En la actualidad, las perspectivas en torno a la noción de democracia plantean una serie de desafíos, por cuanto ello implica concentrarse en determinados aspectos a partir de los cuales evaluar o dar cuenta de los retos a los que se enfrentan democracias como la nuestra. Así, ciertos enfoque teóricos relevan lo “procedimental”, en donde el análisis de los procesos electorales constituye la base. En cambio, aquellas orientaciones “sustantivas” ponen el acento en las representaciones y valoraciones que subyacen a las formas de participación que están presentes en la práctica política de los individuos. No obstante, ni una ni otra posición analítica agotan el amplio espectro de materias a la que se enfrentan los actores principales en el contexto de un orden democrático fundamentalmente estable. ¿Qué significa tener una democracia? ¿Qué conlleva una calidad democrática de gobierno? ¿De qué manera o cómo se logra que ello sea perdurable en el tiempo? Si se atiende a lo señalado por varios autores respecto a que las condiciones de vida, el “mundo” en el cual las personas se desenvuelven delimita las situaciones de acción, es válido pensar que las prácticas políticas, las representaciones y las concepciones que se tienen respecto de la democracia, la política, la participación y lo público – sobre todo, en las personas jóvenes- no son producto de la inculcación y aprehensión de pautas abstractas. Este número de la Revista Observatorio de Juventud ha tenido por finalidad aproximarse a la temática de la democracia y la participación juvenil. Los artículos que se presentan a continuación exponen algunas ideas y experiencias respecto de la relación entre democracia, participación y política, así como ciertas maneras en las que ello se manifiesta y las derivas que tiene en relación a la condición juvenil. El primer artículo corresponde a los resultados de un estudio basado en la Teoría de Creencia en un Mundo Justo descrita por Lerner. Dicha investigación tuvo un carácter cuantitativo, cuya muestra estuvo compuesta por mujeres y varones universitarios entre 18 y 25 años. A partir de esto, el autor buscó examinar dos hipótesis: una referida a las posibles diferencias respecto a la Creencia en un Mundo Justo entre personas jóvenes inscritas y no inscritas para votar; y la otra orientada a identificar la existencia de diferencias respecto de esta creencia en función de la pertenencia a grupos socioeconómicos distintos. El proceso de socialización primaria ha sido destacado por varios autores como un ámbito relevante a la hora de comprender los modos en los que los individuos participan y se involucran en el desarrollo de las sociedades en las que se inscriben. En el segundo artículo, la autora expone parte de los resultados de la investigación para su tesis de magíster. Este estudio, de corte cualitativo, tuvo por objeto dar a conocer los procesos socializantes por los cuales pasan las y los jóvenes antes y durante esta etapa del curso de vida que devienen en el desarrollo de una ciudadanía activa. Estos incluyen aspectos de la esfera familiar, escolar y del entorno que les rodean. Este trabajo también profundiza en la construcción de un proyecto de vida propio fundado en el enfoque de derecho y se describe la forma en que estas personas

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jóvenes pasan de intereses y necesidades individuales a una lógica colectiva para poder satisfacerlas y cumplir con las metas que se han propuesto. El tercer trabajo es el resultado de una investigación que tuvo como finalidad conocer las representaciones sociales que las y los estudiantes secundarios de la comuna de Santa Cruz construyen en torno a la noción de cultura política; noción que fue operacionalizada a partir de elementos y valoraciones relativos a la democracia chilena actual. En función de ello, el autor discute la pertinencia de utilizar la categoría de posdemocracia para designar el régimen político vigente en Chile y propone posibles modificaciones a su andamiaje institucional. Finalmente, la autora del cuarto trabajo señala que la participación en proyectos político-sociales por parte de las y los jóvenes estudiantes, particularmente en los Centros de estudiantes universitarios, muchas veces es entendida en términos de irresponsabilidad y falta de compromiso desde las miradas adultas. En contraste, este artículo plantea que cuando las personas jóvenes hablan de sus proyectos de participación destacan elementos no sólo de compromiso, sino que fundamentalmente de esperanzador cambio de condiciones de posibilidad y de solidaridad para con sus congéneres. Para fundamentar esto, en este texto se analizan los discursos de mujeres y varones universitarios pertenecientes a la Facultad de Ciencias Económico Sociales de la Universidad Nacional de San Luis, de la ciudad de Villa Mercedes (Provincia de San Luis, Argentina). ALINA DONOSO OYARZÚN Editora Revista Observatorio de Juventud Instituto Nacional de la Juventud

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CREENCIA EN UN MUNDO JUSTO Y DEMOCRACIA. PARTICIPACIÓN POLÍTICA ELECTORAL DE LA JUVENTUD CHILENA Y SU RELACIÓN CON LA CREENCIA EN UN MUNDO JUSTO Andrés F. Mendiburo-Seguel, Psicólogo, Magíster en Investigación y Doctorando en Psicología Social, Universidad del País Vasco1 Resumen Según la Sexta Encuesta de Juventud (INJUV, 2009), las personas mayores de 18 años no inscritas en los Registros Electorales alcanzan a un 78,7%. Por su parte, de acuerdo a la Quinta Encuesta Nacional de Juventud (INJUV, 2006) un 55,3% de la población joven en edad de inscribirse en los registros electorales declaró no tener interés en inscribirse. En esta misma medición se observa, además, que la inscripción se da más en personas jóvenes de nivel socioeconómico ABC1. Por ello, y a la luz de la Teoría de Creencia en un Mundo Justo descrita por Lerner (1965), se utilizó la Escala de Creencia en el Mundo Justo de Rubin y Peplau (1975) para desarrollar una investigación de corte cuantitativo con universitarias y universitarios entre 18 y 25 años que permitiese examinar dos hipótesis: una referida a las posibles diferencias respecto a la Creencia en un Mundo Justo entre personas jóvenes inscritas y no inscritas para votar; y la otra concerniente al hecho de cómo dicha creencia puede ser también diferente entre grupos socioeconómicos. Palabras clave: Creencia en un Mundo Justo, Democracia, Juventud, Lerner, Rubin y Peplau. Abstract According to the Sixth Survey of Youth (INJUV, 2009), people over 18 not enrolled in the voter registration rolls reach a 78,7%. According to the Fifth National Survey of Youth (INJUV, 2006) 55,3% of young people held no interest in enrolling. It is also noted that enrollment is mostly associated with in young people of high socioeconomic status. Because of this, and considering the Belief in a Just World theory described by Lerner (1965), we used the Belief in a Just World scale created by Rubin and Peplau (1975) to develop a quantitative study with university students aged between 18 and 25 years old, which could allow us to examine two hypothesis: one referring to possible differences in the Belief in a Just World among young people registered to vote and young people not registered to vote, and other concerning to how this belief can be also different across socioeconomic groups. Key words: Belief in a Just World, Democracy, Youth, Lerner, Rubin and Peplau. 1   Investigador Senior, Centro de Estudios Universitarios (CEU), Universidad UNIACC. Avda. Salvador 1200, Providencia, Chile. andres.mendiburo@uniacc.cl

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Introducción En Chile, para ejercer el derecho a voto es necesario estar inscrito/a en los registros electorales. La inscripción es voluntaria para chilenas/os y extranjeras/os con más de 5 años de residencia en Chile y con 18 años o más cumplidos. Tal como indican los datos del Servicio Electoral (2010) y la Sexta Encuesta de la Juventud del INJUV (2009), el padrón electoral ha envejecido y las personas jóvenes son cada vez más reacias a inscribirse para votar. Aún más, las y los jóvenes mayores de 18 años no inscritos alcanzan en dicha encuesta el 78,7% del total. Es interesante notar, además, que es la población juvenil de niveles socioeconómicos más altos la que está más dispuesta a hacerlo y quienes efectivamente lo hacen. Desde 1988 a la fecha, el porcentaje de personas entre 18 y 24 años inscritas en los registros electorales ha sido cada vez más bajo en relación con el total de inscritos/ as, tal como puede verse en el gráfico A. Gráfico A: Porcentaje del total de personas entre 18 y 24 años votantes por año (Fuente: Elaboración propia a partir de Estadísticas del padrón del Registro Electoral de la República de Chile) 45% 40% 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5%

42,8% 36,57% 26,84% 28,06% 18,33%

15,69% 11,66%

10,19% 9,29%

6,59%

9,02%

9,03% 6,97%

0% 1998 1989 1992 1993 1996 1997 1999 2000 2001 2004 2005 2008 2009

En consideración a esta realidad, la presente investigación surgió luego de la identificación de una variable que, tras observar el estado del arte, resultó estar íntimamente relacionada con la temática: la Creencia en un Mundo Justo. 14

1. ¿Qué es la creencia en un mundo justo? Su relación con aspectos culturales ligados a la democracia. La Creencia en un Mundo Justo, planteada por Lerner (1965), se refiere a la necesidad de las personas para creer que el mundo es un lugar predominantemente justo, en el cual se recibe lo que se merece y se merece lo que se recibe. Para Lerner (1980) esta creencia permite a las personas afrontar sus ambientes físicos y sociales como


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si éstos fueran predecibles y estables. Además, les entrega la capacidad de afrontar experiencias de justicia o injusticia: la Creencia en un Mundo Justo indica que un buen comportamiento implicaría una retribución justa por parte del mundo. Como apuntan Lucas et al. (2008), la preocupación por la justicia abarca y predice un amplio rango de conductas que incluyen el ayudar a otros/as, la conducta en el trabajo y la afiliación política. Por esto último, se podría pensar que dicha creencia ayudaría a predecir o explicar la participación política, hipótesis que se trabajará en la presente investigación. Para Zubieta y Barreiro (2006), esta creencia sería intrínseca al ser humano, como factor esencial y natural. No obstante esto, las autoras investigaron la correlación con diferentes variables sociales. En dicho estudio se observó que la presencia de la Creencia en un Mundo Justo aumenta conforme aumenta el nivel de escolaridad, la que además fue más elevada en personas de status social y capital cultural más alto. Esto podría explicarse a partir de lo expuesto por Lucas et al. (2008), quienes aclaran que los/as investigadores/as del tema han diferenciado la justicia distributiva -vale decir, la relacionada con cómo se reparten los bienes, etc.- de la procedimental -vinculada a las evaluaciones de cuán justos son determinados procesos o reglas-. En otro artículo, Barreiro y Zubieta (2007) destacan que diversas investigaciones han arrojado dos tipos de resultados referentes al sistema de creencias inter e intra personal en un mundo justo. Por un lado, estas creencias permitirían una mejor capacidad de afrontamiento. Por otro lado, un aspecto que puede adquirir importancia en la presente investigación, es que los sistemas de creencia en un mundo justo pueden tener consecuencias sociales poco favorables, en tanto diferentes estudios correlacionan positivamente esta creencia con actitudes discriminatorias hacia otros grupos. Esto, dado que mientras más se cree en el mundo justo, más se cree que “lo obtenido es merecido”. El peso de la Creencia en un Mundo Justo como variable cultural ha sido tratado también por otros autores. En un estudio transnacional que involucró a 12 países, Furnham (1991) identificó diferentes factores relacionados con los grados de Creencia en un Mundo Justo e Injusto y con las dimensiones culturales de Hofstede (1999), quien es reconocido por analizar la información de encuestas hechas en 50 países alrededor del mundo para una corporación multinacional. El estudio estadístico de esta información se basó en analizar las respuestas a diferentes preguntas sobre los valores de los empleados de la corporación, lo cual arrojó problemas similares entre países, pero con soluciones diferentes y en diferentes áreas. A una de ellas la nombró como “Distancia al poder”, que se refiere al grado en que los miembros con menos poder de una institución, país o cultura, en general, aceptan que el poder se distribuye de manera desigual. Lo anterior cobra relevancia para el actual escrito, en tanto Furnham (1991) observó que la correlación entre la creencia en un mundo justo y la dimensión de “Distancia al poder” descrita por Hosftede (1999) es positiva. Su explicación aludía a los elementos intrínsecos de la dimensión: aquellos países con mayor riqueza y empodera-

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miento de las personas, tienen mayor percepción de un mundo justo. En relación con esto, y como se ha dicho, se ha visto que la creencia en un mundo justo ayuda a afrontar situaciones sociales adversas. En Páez et al. (2004) también se advierte que las creencias predominantes respecto a un mundo justo se relacionan con países de alto desarrollo humano y baja “Distancia al poder”, mientras que lo contrario se aprecia respecto de las creencias en un mundo principalmente injusto. Debe anotarse que en el estudio de Hofstede (1999) se constata que Chile es un país donde predomina una “Distancia al poder” media-alta (puntaje de 63).

2. Objetivos Objetivo General: Identificar posibles relaciones entre la Participación en la Democracia, medida a través de la inscripción o no inscripción de personas entre 18 y 25 años en los Registros Electorales chilenos y su grado de creencia en un Mundo Justo.

Objetivos específicos: •

Comparar los grados de Creencia en un Mundo Justo entre personas entre 18 y 25 años inscritas en Registros Electorales, y personas de las mismas características no inscritas en Registros Electorales.

Comparar el grado de Creencia en un Mundo Justo entre niveles socioeconómicos auto reportados por personas entre 18 y 25 años.

3. Hipótesis A partir de lo expuesto, se propusieron dos hipótesis, a saber: •

Hipótesis 1: Existirán diferencias estadísticamente significativas entre las personas entre 18 y 25 años que se encuentran inscritas en el registro electoral y aquellas que no, respecto a su creencia en un mundo justo. Las inscritas registrarán puntajes más altos.

Hipótesis 2: Existirán diferencias significativas en las medias obtenidas en las escalas de Creencia en un Mundo Justo e injusto, entre los diferentes grupos socioeconómicos auto reportados por las personas participantes. Los grupos más altos registrarán puntajes más altos.

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4. Marco Metodológico Esta investigación exploratoria se enmarca dentro de los diseños no experimentales. Es comparativa inter grupos en el caso de la puesta a prueba de ambas hipótesis. En el caso de la hipótesis 1 dos grupos según Inscripción o no en Registro Electoral; y, en lo que respecta a la hipótesis 2, tres grupos según grupo socioeconómico auto reportado.

Muestra 272 personas entre 18 y 25 años, mujeres y hombres estudiantes universitarios de la Región Metropolitana. La media de edad fue de 20,6 y su desviación típica fue de 1,7.

Definición operacional y nivel de medición de las variables •

Creencia en un Mundo Justo: Variable intervalar. Sus puntajes varían entre 9 y 63 puntos, medida a través de la Escala de Creencia en un Mundo Justo de Rubin y Peplau (1975). Grupo socioeconómico: Variable numérica. Medida a través de auto reporte. Se le solicitó a quienes contestaron la prueba que seleccionaran su grupo socioeconómico entre “Muy bajo” (1) y “Muy alto” (7). Se usaron estas categorías para evitar posibles sesgos producidos por la utilización de taxonomías de alto grado de conocimiento social.

Inscripción en Registro Electoral: Variable categórica nominal. Se preguntó a quienes respondieron la escala si se encontraban inscritos/as (opción 1) o si no lo estaban (opción 2).

Instrumentos Hoja de datos socio demográficos: Esta hoja de auto reporte recogía información de edad y grupo socio económico. Además, se preguntaba por la inscripción en el registro electoral. Escala de Creencia en el mundo justo de Rubin y Peplau (1975): Se trata de una escala compuesta por 16 ítems que se relaciona con ámbitos como la salud, familia, política y justicia criminal. Consta de 9 ítems que miden la creencia en un mundo justo y 7 que miden la creencia en un mundo injusto.Para calcular las dimensiones, debe hacerse una sumatoria de cada área (Mundo justo y Mundo injusto).

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5. Resultados La Escala de Creencia en el mundo justo de Rubin y Peplau (1975), como se mencionó, mide dos creencias: aquella basada en la idea de que el mundo es predominantemente justo y aquella fundada en la idea de que el mundo es predominantemente injusto. Si se compara por separado ambas creencias entre los dos grupos -vale decir, los/as inscritos/as para votar y los/as no inscritos/as para votar-, se encuentran las siguientes diferencias: Del total de los casos válidos, un 43,8% declaró estar inscrito/a y un 56,3% declaró no estarlo. No se observaron diferencias significativas entre sexos. Dado que no se cumplió en ninguno de los dos casos el supuesto de normalidad de las distribuciones, se usó la prueba no paramétrica U de Mann Whitney. Según esto se constata que el grupo que sí está inscrito para votar presenta un mayor puntaje en su creencia en un mundo justo2 que el grupo no inscrito para votar3, con medianas de 40,0 y 37,0, respectivamente; y, de acuerdo a la prueba U esta diferencia es significativa, con U=4664,00; p<0,05 (Gráfico 1). No se advierten diferencias significativas en relación con la creencia en un mundo injusto. Al hacer un análisis por ítems, se registra que el ítem 13 -“Aunque una persona malvada consiga el poder político por un momento, en el curso general de la historia el bien vencerá”- presenta diferencias significativas. Se toma este ítem dada su representatividad en cuanto a la concepción de política que tiene la juventud. Este ítem se utiliza para medir la creencia en un mundo predominantemente justo. La mediana de acuerdo de aquellos/as que sí están inscritos/as4 es significativamente mayor que aquellos/as que no lo están5 (5,0 y 4,0, respectivamente), con U=4860,0; p<0,05.

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2  Al=10,25 3  Al=9,0 4  AI=3,0 5  AI=3,0


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Gráfico 1: Mediana de creencia en un Mundo Justo según inscripción o no inscripción en registro electoral 40,5%

40

40% 39,5% 39% 38,5% 38% 37,5%

37

37% 36,5% 36% 35,5% Si está inscrito

No está inscrito

Para poner a prueba la hipótesis 2� se crearon tres grupos a partir de los grupos de pertenencia socioeconómica reportados por las y los participantes. Esto, debido a la facilidad que ofrece hacer comparaciones múltiples entre tres grupos, a diferencia de siete. Los grupos se conformaron según explica la tabla 1. Tabla 1: Grupos de comparación Grupo de pertenencia

Grupo socioeconómico auto reportado

Grupo 1

Muy Bajo, Bajo, Medio Bajo.

Grupo 2

Medio

Grupo 3

Medio Alto, Alto, Muy Alto.

Las comparaciones múltiples permiten observar entre qué grupos existen diferencias respecto a la percepción de justicia en el mundo. Si bien en un caso como este la prueba estadística más adecuada hubiese sido ANOVA con comparaciones múltiples (pruebas post hoc), las distribuciones tanto del puntaje de Creencia en un Mundo Justo, como del puntaje de Creencia en un Mundo Injusto no fueron normales. Por ello, se realizaron pruebas de comparación no paramétrica entre los grupos, de manera tal que se pudieran detectar diferencias entre los grupos. Al realizar las pruebas se observaron diferencias principalmente entre el Grupo 1 y el resto de los grupos.

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El Grupo 1 obtuvo un puntaje significantemente inferior en su Creencia en un Mundo Justo en comparación con el Grupo 2 (37,0 y 39,0, respectivamente)6. Así también, en relación con el puntaje en Creencia en un Mundo Injusto, el Grupo 1 obtuvo un puntaje significantemente mayor que el Grupo 2 (45,0 y 31,0, respectivamente)7 y que el Grupo 3 (32,0)8. Entre los Grupos 2 y 3 no se observaron diferencias significativas tanto en los puntajes de creencia en un mundo justo, como en los puntajes de creencia en un mundo injusto. Esto puede verse con mayor claridad en el Gráfico 2. Gráfico 2: Medianas puntajes creencia mundo justo e injusto por grupo 46

45

44 42

41

40

39

38

37

36 34 32

Grupo 1

Grupo 2 Mundo Justo

20

32

31

30

Grupo 3 Mundo Injusto

Se pudo concluir que el Grupo 1, conformado por las personas que auto reportan pertenecer a grupos socioeconómicos “Muy bajos”, “Bajos” y “Medio-bajos”, obtiene puntajes significativamente menores que el Grupo 2 (Grupo socioeconómico auto reportado “Medio”) respecto a su Creencia en un Mundo Justo y significativamente mayores que el Grupo 3 (Grupo socioeconómico auto reportado “Medio-alto”, “Alto” y “Muy alto”) en cuanto a su Creencia en un Mundo Injusto.

6  U=370,00; p<0.05 7  U=286,00; p<0.05 8  U=216,00; p<0.05


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6. Discusión y Conclusiones Según Lerner (1980), la Creencia en un Mundo Justo permite a las personas enfrentarse con mayor eficacia -o al menos con mayores defensas de afrontamiento- al mundo. Es un mecanismo efectivo, en tanto explica de mejor manera los sucesos y eventos que, sin mediar esta creencia, podrían afectar diferentes aspectos vivenciales. En la presente investigación se propuso examinar, de manera cuantitativa y comparativa, cómo esta variable puede afectar no sólo la forma de afrontar el mundo, sino que también la toma de decisiones, específicamente la conducta frente a la decisión de inscribirse para votar por parte de personas jóvenes. Aun cuando en documentación referente al tema (INJUV, 2006, 2009) se ha visto una correlación positiva entre participación electoral e interés por la política, es cierto que no es tan simple asociar el votar o no votar con el real interés por participar políticamente (INJUV, 2002). Sin embargo, el haber encontrado diferencias significativas en la presente investigación es en sí mismo un hallazgo interesante, en tanto da cuenta descriptivamente de una posible causa para la no inscripción. Se pudo advertir que aquellas personas jóvenes dispuestas a participar en el ejercicio de elección de autoridades -vale decir, las personas jóvenes inscritas en los Registros Electorales- se caracterizarían por tener un mayor puntaje en su Creencia en un Mundo Justo, mas no en su Creencia en un Mundo Injusto, lo que puede entenderse dado que diferentes investigaciones han observado que no existe necesariamente una correlación entre ellas (Zubieta y Barreiro, 2006). Esta creencia predominante confirma la hipótesis 1, referida a que las personas inscritas tenderán a percibir el mundo como un lugar más justo, y puede ser entendida en tanto existiría mayor confianza en instituciones y organizaciones. Además, tal como se ha constatado en las diferentes encuestas del INJUV (2006, 2009), la inscripción en registros electorales se da con mayor frecuencia en personas de nivel socioeconómico ABC1. Por el contrario, la menor proporción de inscripción se da en niveles socioeconómicos más bajos. Vale decir, y tal como se sostiene en la última versión de dicha encuesta (INJUV, 2009), la inscripción de votantes se “elitiza”. Lo que se registra en esta investigación es que no sólo se puede pensar que el ejercicio democrático de la inscripción para votar se relaciona con el nivel socioeconómico, sino que también existe una relación real con cuán justo es percibido el mundo: podría pensarse que una explicación para el porqué los niveles socioeconómicos más bajos se inscriben menos es, precisamente, que consideran que el ejercicio del derecho a voto no se relaciona con la justicia que perciben en el mundo. En consonancia con lo antedicho, los sistemas de Creencia en un Mundo Justo pueden tener consecuencias sociales poco favorables, principalmente referidas a la discriminación entre grupos. Lo descrito en referencia a que grupos socioeconómicos

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más altos se inscriben más para votar y declaran una mayor Creencia en un Mundo Justo puede tener consecuencias, o incluso ser consecuencia a su vez, de ello. Esto abre preguntas para posibles investigaciones futuras. Finalmente, la anterior conclusión plantea además una pregunta circular: si a mayor Creencia en un Mundo Justo, mayor actitud discriminatoria, entonces las personas de niveles socioeconómicos más bajos serían mayormente discriminadas, dada su condición (Barreira y Zubieta, 2007). Asimismo, participan menos y votan menos, lo que (se podría hipotetizar) conllevaría una mantención de las diferencias.

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BIBLIOGRAFÍA BARREIRO, A. y ZUBIETA, E. (2007). “La creencia en el mundo justo en niños: aportes para su evaluación”. En: Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación Psicológica, Vol. 24, Nº 2, pp. 77-93. Salamanca, España: Facultad de Psicología, Universidad de Salamanca - Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos, Asociación Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación Psicológica. FURNHAM, A. (1991). “Just world beliefs in twelve societies”. En: Journal of Social Psychology, Nº 133, pp. 317-329 HOFSTEDE, G. (1999). Cultura y Organizaciones. El Software Mental. Madrid, España: Alianza Editorial. INSTITUTO NACIONAL DE LA JUVENTUD (2009). Sexta Encuesta Nacional de la Juventud. Principales Resultados. Santiago, Chile: INJUV. --------------------------------------------------------- (2007). Quinta Encuesta Nacional de la Juventud. Santiago, Chile: INJUV. ---------------------------------------------------------- (2002). Los jóvenes tienen derecho a una democracia de calidad. Centro de Documentación, Doc-8 2198. Santiago, Chile: INJUV. LERNER, M. J. (1965). “Evaluation of performance as a function of performers reward and attractiveness”. En: Journal of Personality and Social Psychology, Vol. 7, Nº 4, pp. 355-360. LERNER, M. J. (1980). The belief in a just world: A fundamental delusion. New York, U.S.A.: Plenum Press. LUCAS, T.; ALEXANDER, S. ; FIRESTONE, I. y LEBRETON, J. (2008). “Just world beliefs, perceived stress, and health behavior: The impact of a procedurally just world”. En: Psychology and Health, Vol. 23, Nº 7, pp. 849–865. Southampton, UK: The European Health Psychology Society (EHPS)/ Routledge. PÁEZ, D.; FERNÁNDEZ, I.; UBILLOS, S.; ZUBIETA, E. (2004). Psicología Social, Cultura y Educación. Madrid, España: Pearson-España. RUBIN, Z., y PEPLAU, L. A. (1975). “Who believes in a just world?”. En: Journal of Social Issues, Nº 31, pp. 65-89. Washington, D.C, U.S.A.: The Society for the Psychological Study of Social Issues. SERVICIO ELECTORAL DE LA REPÚBLICA DE CHILE (2010). Evolución del padrón electoral por grupos etáreos. Estadísticas del padrón. En www.servel.cl ZUBIETA, E. y BARREIRO, A. (2006). “Percepción social y creencia en el mundo justo. Un estudio con estudiantes argentinos” En: Revista de Psicología, Vol. 23, Nº 2, pp. 176-196. Lima, Perú: Pontificia Universidad Católica del Perú.

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ANEXO Escala de Creencia en un Mundo Justo – EMJ- (Rubin y Peplau, 1973) A continuación te presentamos una serie de afirmaciones que se refieren a las creencias que la gente tiene sobre la justicia en el mundo. Por favor, te pedimos que auto-evalúes tu creencia. Para cada pregunta tendrás que marcar con un círculo si estás totalmente en desacuerdo (1), más o menos de acuerdo (4) o si estás totalmente de acuerdo (7).

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1.

El mundo es básicamente un lugar justo

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2.

El candidato político que lucha por sus principios raramente consigue ser elegido

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3.

He encontrado que una persona raramente merece la reputación que tiene.

1

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4.

La persona que tiene “golpes de suerte en la vida” normalmente es porque se ha ganado su buena fortuna.

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5.

Es un hecho común que el culpable quede libre en los juzgados.

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6.

Los filmes o películas en los que el bien triunfa sobre el mal son irreales.

1

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7.

Los estudiantes casi siempre merecen la nota que reciben en la escuela.

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8.

El crimen o la delincuencia a la larga no son beneficiosos.

1

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9.

Cuando los padres castigan a los hijos, en general es siempre por buenas razones.

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10.

Aunque puede haber algunas excepciones, a manudo gente buena y decente tiene vidas con sufrimiento.

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7

11.

Es prácticamente imposible que una persona reciba un juicio imparcial en su país.

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12.

En casi todas las profesiones y negocios la gente que realiza bien su trabajo llega a la cumbre.

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13.

Aunque una persona malvada consiga el poder político por un momento, en el curso general de la historia el bien vencerá.

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14.

En general la gente recibe lo que merece.

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15.

Los padres tienden a pasar por alto las cosas más admiradas en sus hijos.

1

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16.

Es raro que un inocente sea enviado a la cárcel por una equivocación.

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TRAYECTORIAS DE VIDA EN MUJERES Y VARONES JÓVENES DIRIGENTES. CONSTRUCCIÓN DEL ROL DE CIUDADANA/O ACTIVA/O MEDIANTE LA INTERACCIÓN CON AGENTES SOCIALIZANTES Karla Henríquez Ojeda, Psicóloga, Magíster en Psicología Social Aplicada/ Universidad de Santiago de Chile.1 Resumen El presente artículo se basa en una investigación con enfoque cualitativo desarrollada en el marco de la tesis de magíster de la autora. Dicha investigación tuvo por objeto dar a conocer los procesos socializantes por los cuales pasan las y los jóvenes antes y durante esta etapa del curso de vida y que devienen en el desarrollo de una ciudadanía activa. Estos procesos incluyen aspectos propios de la familia, del colegio y del entorno que les rodean. Asimismo, se profundiza en la construcción de un proyecto de vida propio fundado en el enfoque de derecho, específicamente, en la difusión de éstos. Por último, se describe el modo en que estas personas jóvenes, a partir de intereses y necesidades individuales, pasan a una lógica colectiva para poder satisfacerlas y cumplir con las metas que se han propuesto. Palabras Clave: Proyecto de vida, procesos de socialización, ciudadanía activa, juventud. Abstract This article is based on qualitative research, developed in the Master Thesis of the author with one of the key research objectives showing the socialization processes by which young people converge into developing active citizens. These processes involve their family, school, and the environment. The article also describes the importance of constructing the goal life, based on human rights, especially on diffusing them. Finally it mentions how young people, based on interests and individual needs, mutate into a collective logic in order reach satisfaction and achieve their goals. Key words: Project life, socialization processes, active citizens, young people. 27

1 Avenida Ecuador Nº 3650, tercer piso, Estación Central. karla.henriquez@gmail.com


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Introducción En las siguientes páginas se da a conocer parte de los resultados obtenidos en el trabajo de tesis de maestría titulado “������������������������������������������� Competencias ciudadanas en dirigentes juveniles: exploración y descripción de competencias ciudadanas habilitantes en jóvenes ciudadanos activos”, el cual fue realizado durante el año 2009 y parte del 2010. Uno de sus principales objetivos fue identificar aspectos de la historia biográfica que influyesen tanto en hombres como mujeres jóvenes en la decisión de ser ciudadanos/as activos/as y así responder a la pregunta ¿Cuáles son los contextos y factores motivacionales que permiten a las y los jóvenes desempeñarse dentro del rol de ciudadano activo? Dentro del contexto de este trabajo es pertinente aclarar que se consideraron dos formas de participación social ciudadana: ciudadanía pasiva y ciudadanía activa. La primera refiere a la condición de ejercicio ciudadano, limitándose a la adscripción y replica de derechos, cumplimiento de deberes y responsabilidades ya existentes; su fin último es el equilibrio para una convivencia común en alteridad, carente de los vaivenes propios de la lucha de poder entre ciudadanos/as y Estado. En cambio, en la ciudadanía activa el actor cumple un papel protagónico en la toma de decisiones. Aquellas personas que practican una ciudadanía activa son capaces de desarrollar y aplicar líneas de acción para mantener los derechos actuales, pero además para propagarlos hacia nuevas áreas y nuevos actores. Están motivadas para profesar acción colectiva mediante un desenvolvimiento dinámico en espacios públicos, orientándose hacia la construcción, mejoramiento y propagación de derechos políticos, políticas públicas, derechos económicos, sociales y culturales. Son reclamantes de la aceptación y expansión de sus derechos, por medio de la membresía en distintos referentes societales cívicos (González 2007; Turner and Hamilton, 2003). Para identificar aquellas y aquellos jóvenes enmarcados dentro del rol de ciudadana/o activa/o se desarrolló un pequeño cuestionario que permitiera identificar el tipo de organización de pertenencia, el rol o cargo desempeñado y el tiempo que lleva la persona participando bajo este rol. Además, se limitó la búsqueda entre personas jóvenes dirigentes de distintas organizaciones.

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La metodología empleada se enmarca dentro de los lineamientos propios de la perspectiva cualitativa fenomenológica con enfoque biográfico, pues esta permite abordar los fenómenos sociales desde una visión subjetiva de la realidad de los sujetos involucrados, centrándose dentro del plano simbólico (Guber, 2005). El porqué de la elección de esta perspectiva radica en la escasez de información existente en la actualidad sobre las temáticas de competencias ciudadanas y elementos socializadores que inciden en las y los jóvenes para participar bajo el rol de ciudadana/o activa/o, pues si bien se cuenta con modelos y nociones de las habilidades que deben tener las personas como ciudadanas (Chaux Lleras y Velásquez, 2004; Ruiz y Chaux, 2005), no existen evidencia teórica suficiente que permita sostener los postulados construidos a partir de competencias ciudadanas. Asimismo, cabe sostener que la información pertenece a casos desarrollados en otras latitudes geográficas, ajenas a Chile, lo que impide tener un modelo propio para el país que haga sentido desde la historicidad y subjetividad del sujeto, elementos a abordar en este artículo.


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La recolección de información se hace por medio de 16 entrevistas biográficas, distribuidas en 8 hombres y 8 mujeres entre 15 y 29 años, pertenecientes a organizaciones políticas y organizaciones no gubernamentales, quienes participaban como dirigentes y tenían cargos que iban desde coordinadotas/es hasta presidentes de la entidad.

Influencias Sociales como Capital Cultural. Clave para el Desarrollo de Ciudadanos Activos En este trabajo el término “influencias sociales” será entendido como el conjunto de factores sociales que inciden en el interés del sujeto por difundir sus derechos en el espacio público; en este sentido, los principales factores sociales considerados son la socialización primaria y secundaria (Berger y Luckmann, 2001). Estas influencias reflejan un capital cultural que interviene claramente en el desarrollo de habilidades posteriores al proceso de socialización y que tienen directa relación con la ciudadanía activa. Tales aspectos direccionan con fuerza a las personas jóvenes en pos de un desarrollo profesional y vocacional conducente al servicio público, ya sea a través de organizaciones dedicadas a la política como al bienestar social.

La familia Inmerso en el relato de las y los jóvenes ciudadanos activos entrevistados, la familia cumple un rol central al momento de formar el interés por la acción ciudadana (Henríquez, 2010). Desde este punto de vista, la familia conforma un “laboratorio socializador” por medio del cual se entregan valores, ideales, creencias y el primer acercamiento al conjunto de significados de interpretación del mundo. De igual forma, esta institución social aporta el sentido de pertenencia, el cual corresponde a una cualidad aprendida y desarrollada a partir de experiencias y actores que ejercen modeling2 que, en primera instancia, se encuentran en el espacio familiar. Además, es en este espacio que se van repartiendo y compartiendo responsabilidades, permite la definición de roles, así como también, los significados atribuidos a la autoridad. Tanto en mujeres y varones jóvenes que comenzaron su participación en la educación secundaria -a través del centro de alumnos, participación en scout o voluntariado-, como aquellas/os que tuvieron su primera incursión en el pregrado, tienen en la base la influencia del núcleo familiar como gestor de ciudadanía activa, pues al menos uno de los padres o un familiar participó de forma estable y comprometida en algún tipo de organización (política, deportiva o religiosa). Con esto no se pretende hacer referencia a una participación semanal constante, sino al involucramiento subjetivo que ésta conlleva, es decir, a un significado de membrecía asociado, en donde quienes se hacen parte de un grupo sienten que comparten valores, intereses, 2  Albert Bandura (2009) define el concepto modeling como aquel proceso mediante el cual nacen fenómenos a partir de la imitación e identificación con un referente, lo que asimila no sólo componentes a nivel conductual sino que también psicológicos.

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afinidades identitarias y, además, colaboran a favor de un desarrollo más próspero que se pretende favorecer a un otro en necesidad. Por otra parte, dentro del grupo de entrevistadas/os que tienen una participación activa en alguna organización, relatan que sus padres se replegaron hacia el mundo privado durante aquel periodo, ya sea por miedo o por el mismo secuestro de espacios públicos de participación, con lo cual su afán por participar y hacer valer los derechos ciudadanos quedó a la deriva (González, 2001), convirtiéndose como consecuencia en meros replicadores de deberes y derechos (ciudadanas/os pasivas/ os). En efecto, varios relatos advierten el hecho de que sus padres parecieran no estar interesados o tener la expectativa de propagar o difundir nuevos derechos, habilidades o la creación de nuevos mecanismos de derecho; o bien, dicho interés se encuentra latente. En este último caso, pareciera ser que este antiguo interés por la ciudadanía activa se traspasa, en el marco de la socialización primaria, como una necesidad de “emancipación proyectada”. En otras palabras, de forma indirecta los padres son capaces de transmitir mediante la socialización la importancia de la defensa de los derechos y deberes para la ciudadanía, traduciéndose en participación desde una ciudadanía activa. “Mi familia estuvo muy politizada. Desde antes del plebiscito del 88 en mi casa hacían las reuniones, en mi casa se participaba harto, como hijo único siempre estaba escuchando y opinando de lo que hablaban no se me desvinculaba” (Hombre, ONG). La participación dentro de reuniones familiares permite conversar sobre sucesos contingentes, discusiones marcadas por la necesidad de llevar a cabo un cambio social, el cual es posible. La participación en estas, entregó a este segmento juvenil la idea de poder optar a un sueño que se puede concretar en hechos que se relacionan a la vez con expectativas de vida, dando a entender además, que sus logros dependen más que nada de ellos mismos, reforzando así el locus de control interno dado por la individualización propia de épocas postmodernas (Beck y BeckGernsheim, 2003) y utilizando a entidades gubernamentales y sociales muchas veces como elementos meramente instrumentalizadores, es decir, como coadyuvantes no esenciales para lograr sus expectativas.

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“A mí me gustaría seguir trabajando en una fundación, pero en el fondo mis proyectos quizá sean distintos, me gustaría hacer temas en RSE, dentro de empresas quizás. Mi idea es trabajar en un voluntariado más corporativo que acá no está muy ligado. Si fuera por mi yo volvería a la parroquia, a hacer voluntariado, pero no repartir comida, si no que hacer voluntariado profesional relacionado con mi carrera de servicio social” (Hombre, ONG). La relevancia que tiene esta enseñanza se traduce en una entrega de valores ciudadanos, los cuales permanecerían estables en esencia a lo largo del desarrollo, por otro lado se transforman en una inquietud que les permite ir formando una conciencia ciudadana definida como a la capacidad para poder entender, comprender y manifestar con la conducta el significado de los deberes y derechos como elementos que llevan a una mejor convivencia, carente de diferencia y constructora de oportunidades (Henríquez, 2010).


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Ahora bien, en lo que respecta a la importancia de la familia en este proceso, de acuerdo a las entrevistas, ésta no sólo incluye a la nuclear, sino que también a miembros de la familia extendida, específicamente, a los tíos. En algunos relatos se releva esta figura y se destaca el hecho de que estos parientes pertenecieron activamente a grupos organizados (tradicionales o no tradicionales), pero que luego se retiraron o mermaron su participación debido al contexto socio-político durante el gobierno militar. En estos relatos se señala que esta información no les fue transmitida de manera explícita a las y los jóvenes mientras eran pequeños. El haber tenido algún pariente que participó política o socialmente durante ese periodo actúa en estas mujeres y hombre jóvenes como un fuerte motivador y esperanzador, igualmente para aquellos que en estos días cuentan con padres o familiares ciudadanos activos, quienes ven en estos un modelo a seguir y con los cuales pueden hablar desde un mismo marco de significados, compartir temáticas de interés y, a la vez, apoyarse mutuamente. Esto funciona como un catalizador de frustración frente a los distintos obstáculos que se les presentan en su práctica participativa. La imagen de una persona adulta ciudadana activa y perteneciente a la familia de las y los jóvenes entrevistados se convierte en un referente cada vez más relevante para estas/os jóvenes, a medida que el relato familiar les va dando más elementos respecto de dicha persona. Así, las mujeres y varones jóvenes significan a este pariente como el reforzador constante de sus intereses y como un modelo a seguir. Resulta interesante la relación existente entre las personas jóvenes que pertenecen de forma estable a algún tipo de organización (a lo menos tres años) y aquellos padres quienes durante la época del gobierno militar tuvieron una participación importante, principalmente a través de partidos políticos y movimientos sociales. En muchos casos, durante el relato, se podría hablar de una cierta inherencia explícita entre padres participantes activos e hijas/os participantes actuales. “Yo desde chica que quise participar en muchas cosas, me metí al centro de alumnos del colegio… pero era como una necesidad siempre me dijeron que tenía que luchar por lo que quería y que lo iba a conseguir, mis papás me decían eso y después todo me hizo sentido cuando me enteré de que mi tío participó en política mucho tiempo, pero a él lo mataron… y lo admiro mucho por eso porque esa época sí que era difícil…” (Mujer, partido político). En cuanto al estilo de socialización primaria que caracteriza a los grupos familiares en los que sus miembros adultos tuvieron una participación social o política a lo largo del desarrollo evolutivo de las y los jóvenes -en contraste con aquellas familias en las que no se dieron este tipo de prácticas-, por una parte destaca el hecho de que estos núcleos familiares incentivaron en las y los jóvenes entrevistados, por medio de diversas instancias informales de reunión cotidiana (familiares y de amistades), el ejercicio de “desarrollar un juicio personal y una reflexión crítica” sobre temas contextuales e históricos. Desde esta perspectiva, la participación en las reuniones familiares, por parte de las y los jóvenes, parecieran tener una fuerte impronta. Ellas permiten conversar sobre sucesos contingentes, en las que las discusiones están marcadas por la necesidad de llevar a cabo un cambio social, y en donde éste se entiende como posible. El ser parte de estas reuniones le entregó a este segmento juvenil la idea de poder optar a un sueño y que éste se puede concretar en hechos,

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lo cual se relaciona con expectativas de vida. Además, la concatenación de estos elementos les dio a entender que sus logros dependen más que nada de ellas/os mismos, lo que refuerza el locus de control interno dado por la individualización propia de épocas postmodernas (Beck y Beck-Gersheim, 2003) que concibe a las entidades gubernamentales y sociales muchas veces como elementos meramente instrumentalizadores, es decir, como coadyuvantes no esenciales para el logro de las expectativas. “Pero por ejemplo si me digo, ya quiero ser la mejor abogada, pero ¿por qué? Porque por medio del derecho quiero cambiar la situación de algunas personas y generarle trabajo a los trabajadores y generar abogados para ayudar a los sindicatos, bueno una cosa ayuda a lo otro. Tiene que ver con la dirección de vida, que es lo que querís de verdad” (Mujer, partido político). La relevancia que tiene esta práctica se traduciría en una entrega de “valores ciudadanos”, los cuales permanecerían estables a lo largo del desarrollo de las personas entrevistadas. Asimismo, estos elementos se transforman en una inquietud que les permite ir formando conciencia ciudadana, es el darse cuenta, con esto se refiere a la capacidad para poder entender, comprender y manifestar con la conducta el significado de los deberes y derechos como elementos que llevan a una mejor convivencia, carente de diferencia y constructora de oportunidades (Henríquez, 2010). Lo anterior iría más allá de una mera opinión, pues incluiría también el desarrollar la habilidad para insertarse dentro de conversaciones adultocéntricas a corta edad por parte de aquellas y aquellos que se socializaron en estos contextos familiares. De acuerdo a lo que se desprende de las entrevistas, el ser niñas/os y personas jóvenes y relacionarse habitualmente con personas adultas de esta manera específica les permitió acostumbrarse a debatir y a dar a conocer sus pensamientos; disminuir la brecha etaria en cuanto a contenidos; y, les entregó la experiencia de un espacio de reflexión en el que era posible ensayar argumentos sin miedo ni resquemor frente a la burla. Los relatos indican que este ejercicio también estuvo acompañado de una retroalimentación idealística que facilitaba el cuestionamiento o reafirmación de ideas. En estas mujeres y varones jóvenes la retroalimentación discursiva con las personas adultas que actuaron como socializadores parecería ser esencial en el desarrollo de la capacidad y el ejercicio de reflexividad sobre nuevas ideas que se construyen en torno a la propagación de derecho.

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Por otra parte, dentro del estilo de crianza de estos padres también figuró el desarrollo de características relacionadas con la participación. Según se desprende de las entrevistas, durante su infancia y adolescencia estas/os jóvenes fueron incentivados por sus padres a participar en un sin fin de actividades -en su mayoría al interior del colegio-, las cuales complementaban sus estudios y les permitían desplegar competencias complementarias a las desarrolladas por sus pares. Esta participación implicaba responsabilidades en cuanto a horarios y rendimiento. A partir de esto se observa que los padres actúan como reforzadores positivos y facilitadores. El ejercicio de estas actividades implicaba el involucramiento de toda la familia, por cuanto dentro de ésta se realizaba una planificación tal que les permitía a estas personas


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jóvenes cumplir con todos los compromisos y, a la vez, los dotaba de un sentido de responsabilidad y organización, cuyo aprendizaje es puesto en práctica al ingresar a la universidad. En efecto, la mayoría de las mujeres y varones jóvenes entrevistados sigue con una carga mayor de actividades que el común de sus compañeras y compañeros. “Yo en el colegio fui una persona bien activa en el colegio, participé en scout, fui bien deportista, participe en el coro tocando la guitarra de las misas y así fue forjando el liderazgo que me permitían un poco tomar actividades en la práctica, cuando chico uno se va a las partes en donde lo pasaba mejor, uno cuando es chico no piensa mucho las cosas pero yo iba donde lo pasaba mejor, era un alumno normal, bueno pero normal, no sobresaliente en el promedio, tenia promedio sobre 6, etc.” (Hombre, partido político). Pareciera ser que estas vivencias y experiencias durante la infancia y la adolescencia les permite a estas/os jóvenes poner en una balanza los elementos que son más convenientes para sus carreras futuras y sus proyectos de vida en general, tanto desde el punto de vista de las responsabilidades y currículum profesional, como de la satisfacción de la necesidad de gestionar en pro de la ampliación de derechos.

Las amistades y el grupo de pares3 Otro factor clave en relación a la idea de influencias sociales como catalizador de un sentido ciudadano activo entre las personas jóvenes se refiere a las amigas y amigos. A este respecto, los relatos obtenidos muestran que muchas/os cuentan con un partner, quien es catalogado como “mejor amigo o amiga”, que actúa como reforzante, pero que a la vez es un concientizador cívico. Esto alude a la existencia de un otro en igualdad de condiciones, quien apoya a la o el joven en las actividades, le invita a participar, le entrega consejos y retroalimentación, y hace parte de sus espacios de reflexividad. Este “mejor amigo o amiga” es un/a compañero/a de ideas y proyectos; ayuda a canalizar energías y frustraciones; es un cable a tierra en circunstancias en las cuales las ideas se transforman en ideales muy fantasiosos; es un soporte emocional que se activa en situaciones de gran estrés o en momentos de decaimiento o cuestionamientos en cuanto a la participación y el compromiso; y, también, es un sostenedor/a y referente en los procesos de reflexividad individual. En definitiva, y sobre todo durante la adolescencia y la juventud, el “mejor amigo o amiga” cumple un rol fundamental, pues es quien le permite a la o el joven participante verse en perspectiva en cuanto a la toma de decisiones. Por ejemplo, al momento de planificar un proyecto es este partner con quien discuten los objetivos.

3  Cabe señalar que, de acuerdo a los relatos recogidos, el grupo de pares incide de alguna u otra forma en la organización a la que se decide integrar. En muchos casos, en primera instancia estas/os jóvenes partieron en un grupo de voluntariado, ya sea en la parroquia, dentro del mismo colegio o en scout. Los relatos evidencian que estas organizaciones son utilizadas como elemento instrumentalizador o vehículo que les permite tantear terreno sin mayor involucramiento desde el punto de vista de la membrecía, para luego pasar a formar parte de algún centro de alumnos -a nivel escolar o universitario- o de organizaciones más formales e integradas, en las que participan con un grado mayor de responsabilidades y de compromiso que se mantiene a lo largo del tiempo.

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“Tengo que tener un partner o un apoyo que apoye mis ideas, no basta con ser líder, para ser director de a poco me tengo que ir ganando los espacios, para mi es súper valioso que una persona sea mi compañero, como que siempre lo he buscado, como un referente de liderazgo” (Hombre, ONG). Dentro del círculo de amistades de las y los jóvenes entrevistados también están las/os conocidas/os y amigas/os del barrio y/o colegio que no tienen nada que ver con la participación en organizaciones de interés. Estas amistades, principalmente durante la adolescencia, tendrían la función de ser un contacto con la realidad a la cual las y los chicos de su edad pertenecen. A la vista de los otros, el hecho de que las personas jóvenes entrevistadas participen activamente de organizaciones les impide tener una vida “normal”, pues tienen que convivir con una serie de reuniones y contratiempos que les lleva a elegir entre pasar más tiempo de ocio entre estas/os conocidas/os o amigas/os y otras personas. Asimismo, este grupo se caracteriza por ser una especie de admiradoras/es de la habilidad de estas mujeres y varones jóvenes para utilizar de forma eficiente cada minuto del día, lo cual tiene que ver con la capacidad de organización que se manifiesta en el cumplimiento con cada una de las responsabilidades autoimpuestas que se traduce en ser responsable a nivel académico, respecto de las actividades extra-programáticas (como las deportivas y religiosas) y de las del grupo u organización de pertenencia.4 “O sea ¡estoy loca! Imagínate todo lo que hago así mi amigas me dicen ¡cómo lo hago! Tengo 5 ramos en la universidad, dos veces a la semana reunión, otras dos veces hago ballet, y de repente sale un proyecto, siempre pololo, siempre amigo, algún carrete. Entonces ¡cómo! Pero cuando uno tiene todo el tiempo se te va el tiempo, porque uno dice, chuta, no alcancé ni a estudiar, cachay o no. Y cuando estudiaba yo decía como lo voy a hacer y ¡resultaba igual! Yo soy súper metódica, tengo una agenda, anoto las cosas, entonces sé que si tengo ballet a las seis entonces a las cinco tengo que salir, entonces tengo que estudiar hasta esa hora, y entonces cuando te vai llenado de cosas que hacer o sea te organizai en el tiempo” (Mujer, partido político).

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Otro grupo está conformado por aquellas/os que participan en la misma organización y en otras con características similares, con las cuales las personas jóvenes entrevistadas tienen que compartir parte del tiempo en la planificación de actividades. También es donde pueden encontrar parte de sus redes sociales relacionadas con la ampliación de derechos, con quienes comparten además aspectos privados relacionados con la contención emocional propia de la participación en estos grupos. Esta contención surge de espacios de frustración e incertidumbre con respecto a los propios proyectos. El rol que cumplen estos amigos y amigas revela la importancia del

4  Las personas entrevistadas manifiestan que esta característica es esencial para no andar preocupándose por cosas banales, debido a ello pueden incrementar su interés por adquirir más conocimientos en relación a temas contingentes que son beneficiosos para su desarrollo, así como también, esta habilidad es la base para el logro que obtienen en periodos de mucho estrés y trabajo; además de actuar como reponedor energético y, aún más, como retroalimentador del logro.


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coaching horizontal5 para el desarrollo de nuevas habilidades, pues en conjunto con ellos y ellas se hace posible la creación y apertura de nuevos espacios de reflexividad y crítica respecto de situaciones personales y otras vividas en el grupo, al desarrollar una habilidad y una actitud positiva frente a los retos que se van imponiendo a lo largo de la vida. Lo anterior no sólo incluye el revisar y resignificar situaciones pasadas, sino que también implica hacerlas coherentes con experiencias presentes y con los anhelos del futuro. Al decir de Giddens (1997), ello ayuda al reconocimiento de sucesos preocupantes a través de la aceptación de sus consecuencias tanto favorables como negativas, así como también, el hacerse cargo de situaciones de distinta índole. “… uno conoce a gente, por ejemplo, a mi mejor amigo, lo conocí porque hacemos todo juntos, estuvimos en scout, la catequesis, eh… la confirmación, eh… o tú te das cuenta de que en la vida de tu grupo de amigos era como de la misma onda y te ayudan, te entiende, y te critican” (Hombre, partido político). Otra arista a distinguir dentro de estos coachers es el sustento emocional que entregan al “pseudo discípulo”. Sobre todo, en el caso de espacios de participación tradicionales y organizaciones políticas, pues éstos serían los espacios con menos credibilidad entre la juventud (INJUV, 2007). Si se toma este indicador, además del hecho que los porcentajes de participación en dichos espacios por parte de la población han disminuido considerablemente, la presión y queja por parte del mundo juvenil a este respecto se hace aún más manifiesta en el conjunto de entrevistadas/ os que pertenece a una de aquellas organizaciones, puesto que las quejas apuntan diariamente hacia ellos y muchas de estas palabras se transforman en agresiones y malos tratos con los cuales deben lidiar periódicamente. Es en este ámbito que estas amistades constituyen un sustento emocional, por cuanto se apoyan mutuamente en pro de sus necesidades de participación.

Referentes públicos Otro tipo de referentes son aquellos que pertenecen al ámbito público; personajes conocidos en la sociedad que constituyen el pilar idealista dentro del grupo al cual pertenece el segmento juvenil estudiado. Estas personalidades pueden ser religiosas (por ejemplo, el Padre Hurtado) y/o políticas (como Salvador Allende, Jaime Guzmán, entre otros) y al ser referentes compartidos por el grupo les permiten sostener sus pensamientos y proyectos dentro de un margen que les posibilita entender el simbolismo asociado. No obstante, cabe destacar que estos referentes muchas veces traspasan el ideal del grupo y se adentran en la vida cotidiana de estas/os jóvenes, los cuales son tomados no sólo como ejemplo de vida, sino que también, como motivador constante al momento de llevar a cabo proyectos de difícil envergadura; tienden a tomar sus proezas y metas como un camino a seguir, lo que se traduce en 5  El coaching horizontal es entendido como la capacidad de ser el apoyo de un par quien participa y está interesado en pertenecer desde la membrecía y de manera activa en una organización bajo el rol de ciudadano activo. Es una competencia ciudadana bastante compleja al incluir características de asertividad y empatía junto con elementos racionales y emocionales. Cabe destacar que estas personas ya cuentan con un bagaje experiencial dentro de la ciudanía activa (Henríquez, 2010)

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energía y proyecciones en base a lo que orientan sus logros. Esto también lo relacionan con la capacidad de sacrificar otras opciones que también son llamativas para el desarrollo profesional, todo ello en pro de un logro mayor que se enmarca dentro del desarrollo personal, el cual en parte tiene como afán encaminarse hacia la posible repetición de las trayectorias de dichas personalidades y que han quedaron dentro de los hitos importantes en la historia del grupo de pertenencia. Estos referentes son un sostén emocional fundamental. “Con convicción lo grafico con el Padre Hurtado, que hace un trabajo que ayuda a cumplir una función que es más global, entonces ese tema de ayudar a la pobreza, da lo mismo como lo hagas siempre y cuando se esté cumpliendo la finalidad. Entonces me daba lo mismo irme a Viña o trabajar en Santiago, si era difícil o era más fácil, porque lo que me importaba era otra cosa, aunque siempre guardando un poco las proporciones, pero más que nada va por ese lado” (Hombre, ONG).

La Noción de Conciencia Ciudadana de las personas jóvenes que ejercen una participación socio-política activa y el proyecto de vida Una de las características centrales en estas/os jóvenes es el eje conector entre la conciencia ciudadana y el proyecto de vida. La conciencia ciudadana cumple un papel transversal, dado que todos sus actos y roles públicos se encuentran de cierta manera ligados con la ciudadanía activa, es decir, actividades escolares, universitarias y profesionales. También se alude a este interés ciudadano como un camino a seguir, el cual va acompañado de sacrificios -desde el punto de vista de algunos elementos de la trayectoria del yo- para llegar a una meta personal complementada con una plusvalía de sentido comunitario.

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En función de los discursos de las y los jóvenes entrevistados, se advierte que la noción de conciencia ciudadana que ellas y ellos sostienen pasa no sólo por entender al sujeto como conocedor de sus derechos y deberes, sino que supone el tener la idea y la intención de crear, transformar y hacer en la sociedad en la que viven; la significan no sólo con el hecho de ser un mero replicador de derechos, sino más bien de contar con la motivación de ir más allá de lo existente, de ver cuáles son la falencias, las debilidades y las oportunidades de los cánones establecidos. Lo anterior, además les posibilita integrarse a lo ya establecido y mejorar lo que ya está. Es el modo de conocer el propio mundo y el entorno, desde una perspectiva del aprender haciendo. Al igual como dice Giddens: “no somos lo que somos sino lo que hacemos” (1997:99). Es existir, pero de forma creativa con el objetivo de perpetuar algo -no sólo como replicadores-, compartir opiniones, creencias y pensamientos, cuya reflexión les permite crecer como ciudadanas/os y, a la vez, como persona, así como también, emanciparse como jóvenes dentro de un mundo adultocéntrico. “Mi gran motivación en seguir en el cuento ya es personal hoy en día, era hacer algo que pudiera trascender en el tiempo, algo que no se quedara ni que fuera un intento más, algo que se quedara y que me pudiera alimentar más que mi rol de estudiante en la universidad o ser el mejor, si no que dejar algo mas para los estudiantes” (Hombre, ONG).


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Cabe destacar que esta noción de conciencia ciudadana se hace figura una vez que las personas jóvenes entrevistadas ya han transitado por una organización de forma eventista6; es decir, se solidifica y cimenta sobre la estructura de un “querer hacer” más complejo, el cual requiere de más tiempo de dedicación y de más recursos desde un punto de vista individual como colectivo. Así pues, es en este momento que para las personas jóvenes entrevistadas comienza a tomar fuerza e importancia la noción del trabajo en redes. El sentido del “deber ser” (en sociedad) se transforma en voluntariedad y ésta, a la vez, en una búsqueda o creación de espacios de participación. Surge una necesidad de estar “en relación con otros”, de sentirse útiles dentro de la sociedad. Desde esta perspectiva se puede apreciar una especie de colonización del futuro, pues esta conciencia ciudadana y “deber ser” son el eje conector en el trayecto del yo del sujeto, lo que le permite elaborar un continuo entre el pasado, el presente y el futuro, en donde éste último se cimenta sobre la participación en alguna organización. Dicha participación le entrega al sujeto un soporte biográfico en la medida en que hace parte de un grupo en el que hay otras/os que tienen expectativas iguales o similares, de un referente que es conocido públicamente y, además, cuenta con el reconocimiento a nivel social. En efecto, en tanto los ideales se plasman de forma institucionalizada, ello le otorga al sujeto seguridad y resguardo. Asimismo, se relaciona con el sentirse parte de un grupo, del poder adscribir a una identidad y ser parte de un equipo que satisface sus necesidades tanto inmediatas como a largo plazo.7 “Me permitió darme cuenta y tomar esto como un deber, yo soy un católico que considera esto importante, yo siento que Dios me dio las herramientas, tengo la motivación, motivo a gente, hago bien lo que tengo que hacer, entonces estoy como al servicio de Chile ya sea como voluntariado, como profesional o abogado, pero soy parte de esto. Lo que me permitió todo esto, o sea, ser parte del centro de alumnos o de trabajo por ejemplo, fue sentirme parte de un proyecto. Entonces como que eso me marcó y además siento que es un deber, un deber, pero quizás alguna vez me voy a aburrir, ojala que no, pero espero seguir en esto como profesional” (Hombre, partido político). En este punto, las y los jóvenes entrevistados establecen un momento de inflexión respecto de su trayectoria, lo que les da pie para indicar la experiencia que ejemplifica la circunstancia en que tuvieron claridad de esa conciencia ciudadana. Generalmente, dicho momento lo denotan como aquel en que cambió su vida o que tocó una parte profunda de ésta. Ello refiere a su configuración identitaria, tanto a nivel cognitivo (que es lo que quiero ser como profesional, cuales son mis capacidades) 6  El participar de forma eventista en este caso en particular, se refiere a aquellos jóvenes que por necesidades personales requirieron de la pertenencia a un grupo o crearon una organización con el objetivo de poder satisfacer deseos y expectativas propias y en ocasiones corto placistas en el sentido de la participación (no mayor a un año), pues pretenden cumplir objetivos como el cumplimiento de algunos derechos o reconocimiento de la fuerza estudiantil al interior de una universidad, pero no implica que sigan participando en organizaciones en pro de la ampliación de derechos en el futuro, sino que más bien, aquellas habilidades que se encontraban latentes surgen desde una motivación nacida de una carencia. 7  Junto con esto, esta idea de conciencia ciudadana implica el establecimiento de lazos emocionales y relacionales de larga durabilidad, pues asumen que su posterior incorporación en el mundo del trabajo no sólo está orientado en pro del desarrollo del sujeto como profesional, sino también como persona y de la comunidad, al entender aquello como un desenvolvimiento para y con otros.

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como emocional (eventos de la vida cotidiana que marcan emotivamente al sujeto y que dotan de un significado especial a aquella experiencia), así como también, a las decisiones que se tomen a futuro. Sin duda, las mujeres y los varones jóvenes entrevistados poseen un significado propio respecto del sentido de vida. No obstante, en la totalidad de los discursos se aprecia un simbolismo común, asociado a la inherencia entre el proyecto de vida y la conciencia ciudadana. Todas aquellas personas jóvenes con un historial de participación8 han internalizado el activismo ciudadano como un pilar para la construcción y la reconstrucción de su propio proyecto de vida, con lineamientos que llevan a la gestión de comportamientos en pro de la ampliación de derechos y cumplimiento de deberes. Ahora bien, el sentirse parte de un proyecto les permite cosificar la sensación subjetiva del sentido de vida, al hacer plausible una necesidad en un contenido que mixtura tanto objetivos de vida como profesionales. Con esto se hace referencia a que la conciencia ciudadana posibilita la coordinación entre los objetivos propuestos por el grupo de pertenencia y aquellos personales (ligados al ámbito profesional y académico), además de integrarse al mundo adulto (en el caso de los entrevistados pertenecientes a organizaciones formales) de una forma que es aceptada por éste. Desde el punto de vista de las y los jóvenes entrevistados, el hecho de participar en una organización es un mecanismo efectivo para integrarse a la sociedad y para hacerse notar dentro de la población desde su condición juvenil, al aminorar de alguna manera, el estigma que significa a la juventud a partir de una discriminación negativa.

La Elección de una Carrera Profesional como Proyección de Ciudadanía

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La noción de conciencia ciudadana permite durante la adolescencia estructurar un proyecto de vida, el que incluye la elección de una carrera como una ventaja para poder desarrollar mejor sus habilidades, así como también, desplegar nuevas capacidad que permitan ponerse a la par en relación a otras/os participantes de mayor experiencia. La mayoría de las y los jóvenes a los cuales se entrevistó ha seguido alguna carrera de carácter humanista, enfocada especialmente en las ciencias sociales. Las y los entrevistados manifiestan que estas carreras les entregan conocimientos extra y marcos conceptuales con un sustento epistemológico, lo que les facilita el desarrollo de argumentos más sólidos a la hora de debatir temas de la contingencia. Para estás personas jóvenes, el contar con una carrera universitaria no sólo es visto como elemento para acceder a más oportunidades laborales y estatus social, también cimentan en ello su desarrollo profesional dentro de las organizaciones de pertenencia y, en algunos casos, en la creación de nuevos organismos de ayuda so8  Vale decir, que han comenzado su participación en la secundaria o llevan más de tres años participando de forma consecutiva dentro de la universidad.


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cial. La participación activa que en la etapa escolar que ya se plasmaba con un gran enfoque práctico, durante los estudios universitarios permite traspasar la teoría a elementos cotidianos de su quehacer a través de la creación de nuevos proyectos que son más efectivos y sustentables en el tiempo, dado el hecho de que cuentan con mayores herramientas técnicas para evaluar sus resultados. Este último punto es relevante en tanto evidencia un cambio cualitativo en el desarrollo de la práctica participativa de estas/os jóvenes, por cuanto la “habilidad para elaborar y programar proyectos a largo plazo” consolida las necesidades y proyecciones que sustentan el interés participativo al concretar la perpetuación de las intenciones actuales. Es decir, estas/os jóvenes pretenden dejar una huella, al igual que sus “referentes públicos”, que lleve a que otras/os sigan colaborando en pro del proyecto comunitario al que adscriben. Les interesa que las acciones que hagan hoy se tomen para proyectos futuros o como piso para cimentar nuevas ideas.

Conclusiones Como se ha expuesto, la educación cultural entregada por la familia es de vital importancia para la configuración del interés por participar política o socialmente por parte de las personas. En el caso de las personas jóvenes estudiadas, el “laboratorio social familiar” funciona como un directo facilitador, en el que el estilo de crianza que aplican los progenitores a sus hijos los dota de una mirada más cívica, al introducir el sentido de ciudadanía y de una “conciencia ciudadana” que se traduce en un “darse cuenta” en relación a lo que el mismo sujeto socializado en este contexto quiere y pretende hacer para la sociedad a nivel social, cultural, económico y político. Muchas veces este proceso socializador se manifiesta por medio de la entrega de ayuda a los demás, a través de la participación en parroquias, grupos políticos, grupos scout y de voluntariado. Asimismo, esta forma de involucrase en el mundo es transmitida por parte de los padres no como una ayuda unidireccional en la que el beneficio es sólo hacia quien es entregada dicha ayuda, sino que se la concibe como una apertura de espacios dentro del mundo adulto, como una manera de integración paulatina del o la hija desde la infancia a la sociedad de la que son parte, al dotar a la o el joven del potencial para involucrarse de forma activa y creadora dentro de programas de ayuda social. También significa una apertura hacia sí mismo por medio de nuevos caminos y la entrega oportunidades a otros. En este contexto, estas/as jóvenes se van integrando dentro de la sociedad y a la vez hacen cumplir su derecho a la participación, descubren nuevos intereses y, a medida que pasa el tiempo, se van identificando con una causa que es el pilar de un proyecto de vida futuro. También se constata que el hecho de que la familia haya tenido o tenga algún miembro involucrado en la ampliación de derechos es de suma importancia para la conformación de una idea de cohesión social, al constituir y ser parte del aprendizaje cotidiano.

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La socialización ciudadana entregada al interior de la familia y en los colegios marca un hito irreversible al momento de un posterior desarrollo como ciudadano/a activo/a, pues es dentro de estos espacios socializadores en donde el/la niño/a va desarrollando distintas habilidades que le permitirán desenvolverse con ahínco como tal. Esta socialización ciudadana entregada por la familia, y luego por el colegio, crea contextos cuya base es incitar a la conformación de una ciudadanía y/o una conciencia ciudadana, ya sea por medio de experiencias de vida cargadas de relatos y debates al interior de la familia en torno a la participación y exigencia de derechos, como por la participación y el cumplimiento de deberes al interior del colegio.

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ESTUDIANTES SECUNDARIOS/AS Y DEMOCRACIA. UN ESTUDIO DE CASO EN LA COMUNA DE SANTA CRUZ1 Nicolás Nieto Araos, Licenciado en Sociología, Universidad de Chile2. Resumen El objetivo de este artículo es presentar los principales resultados de un estudio que tuvo como finalidad conocer las representaciones sociales que las y los estudiantes secundarios de la comuna de Santa Cruz construyen sobre la noción de cultura política. Para esto, dicha noción fue operacionalizada a partir de sus visiones y valoraciones acerca de la democracia en tanto idea-valor; del funcionamiento de la democracia a nivel nacional y local; del sistema electoral binominal; así como del desempeño de los partidos políticos y sus representantes. A partir de la exposición de lo anterior, se discute la pertinencia de utilizar la noción de posdemocracia para designar el régimen político vigente en Chile y se proponen posibles modificaciones a su andamiaje institucional. Palabras clave: Democracia, Representaciones Sociales, Juventudes. Abstract The idea of this article is to present the main results of a study that had as purpose know the socials representations that the high school students men and women in the district of Santa Cruz built on the notion of political culture. For this, that notion was operationalized from their visions and values about democracy as an idea-value, the operation of democracy at national and local level, the binominal electoral system, as well the performance of political parties and their representatives. After exposure to the above, we discuss the appropriateness of using the notion of post-democracy to designate the current political regime in Chile and suggest possible changes to its institutional framework. Key words: Democracy, Social Representations, Youth.

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1  Elaborado a partir de la tesis del autor para optar al título de Sociólogo, Universidad de Chile. 2  Núcleo de Investigación en Juventudes, Departamento de Sociología, Universidad de Chile. Ignacio Carrera Pinto 1345, Ñuñoa, Santiago de Chile. nicolasnietoaraos@gmail.com


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1. Nociones e Intenciones Este artículo presenta los resultados de una investigación cuyo objetivo general fue conocer las representaciones sociales que construyen las y los estudiantes secundarios de la comuna de Santa Cruz sobre la noción de cultura política. Esta categoría analítica fue operacionalizada a partir de dos dimensiones. La primera corresponde a las valoraciones que hacen las y los jóvenes del régimen democrático, lo que incluye: su funcionamiento a nivel nacional y local; el desempeño de las instituciones; la pertinencia de los procedimientos; y el actuar de los partidos políticos. La segunda dice relación con las motivaciones y expectativas que expresan acerca de la participación social, política y ciudadana; es decir, las razones que estas personas jóvenes esgrimen para participar (o no) en organizaciones y actividades sociales o políticas de diversa índole. En concreto se investigó una realidad local determinada para establecer las formas en que se expresan las transformaciones en la cultura política que estarían ocurriendo en la sociedad chilena, desde el comienzo del proceso de transición democrática hasta nuestros días; y que estarían dando cuenta de la configuración de una “nueva cultura política”. A este respecto, Garretón sostiene que esta nueva cultura política se caracterizaría por “un mayor reconocimiento del valor que tienen los procedimientos formales y las instituciones democráticas, aunque ésta aceptación de las reglas del juego va acompañada por un sentimiento de desconfianza respecto del funcionamiento mismo del sistema político” (Garretón, 2000:141). El autor propone que se habría producido “un distanciamiento entre la política y lo político, [lo que es] posible de observar en que mientras lo político sigue siendo preponderante en tanto preocupación por la orientación general de la sociedad, la política es percibida como una actividad específica, profesional, abstracta, lejana y autorreferente, que resulta hasta cierto punto indiferente” (Garretón; 2000:145). Añade que, producto de las transformaciones estructurales realizadas durante el régimen militar3, la política ha perdido la centralidad de antaño debido a que ha dejado de ser el medio para obtener aquellos bienes que eran provistos por el Estado; y porque han aparecido múltiples espacios donde la subjetividad puede expresarse además de los proyectos político-ideológicos, tales como las relaciones interpersonales y los estilos musicales, particularmente extendidos entre las personas jóvenes.

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El sociólogo agrega que la autorrealización, entendida como lucha en contra de las diversas formas de alienación, se habría convertido en un nuevo principio de acción social, individual y colectivo, que redefine la acción política y le otorga supremacía al tema de la inclusión/integración; lo cual se expresa principalmente entre las y los jóvenes. A partir de los resultados generales entregados por la Quinta Encuesta Nacional de la Juventud (2006), ciertos autores plantearon que entre las personas jóvenes estarían 3  Entre las que se cuentan el cambio del modelo de desarrollo y el desmantelamiento del Estado como proveedor de bienes, y la consecuente privatización en el acceso a los mismos (salud, vivienda, educación) (Garretón, 2000).


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emergiendo nuevas formas de entender la política, derivadas principalmente de sus propias vivencias cotidianas. Este análisis se sustenta en la distinción entre la política, referida principalmente a las esferas institucionales de representación tradicional y a los actores políticos que se desenvuelven en ésta de forma profesional, léase partidos políticos, gremios, sindicatos, senadores o diputados, además del gobierno; y, lo político, sustentado en las relaciones sociales que día a día establecen mujeres y varones jóvenes en contextos locales, ligadas a la obtención de objetivos inmediatos. De este modo, estaría emergiendo un tipo de política juvenil que otorgaría centralidad a lo cultural, expresada en un cuestionamiento a las formas de relacionarse socialmente establecidas; que discute la relación entre mayorías y minorías vigentes; y que critica el funcionamiento de un ordenamiento político que presentaría un desequilibrio entre deberes y derechos, con una tendencia a inclinar la balanza hacia los primeros en desmedro de los segundos. Estos autores concluyen afirmando que existiría una disociación entre la institucionalidad política vigente y las formas de concebir y realizar la acción política que desarrollan las nuevas generaciones (Zarzuri, Aguilera y Contreras, 2007). En consideración de estos antecedentes teóricos y del hecho que han transcurrido veinte años desde la transición a la democracia, la investigación que se expone a continuación intentó averiguar si efectivamente ha surgido una “nueva cultura política democrática” entre quienes se han socializado en el contexto del régimen político actual que, pese a mantener ciertos enclaves autoritarios -ya sean institucionales, actorales, socioculturales y/o ético-simbólicos (Garretón, 2007)-, posee los principales rasgos de un sistema democrático formal, a saber: autonomía de los poderes del Estado, elección de los representantes a través del sufragio y respeto de las libertades individuales fundamentales.

2. Estudio de Caso En la comuna de Santa Cruz existen siete establecimientos educacionales que imparten educación secundaria: dos municipales, uno científico humanista y otro técnico profesional; dos colegios particular subvencionados de carácter confesional, uno masculino y otro femenino (éste último con financiamiento compartido); y tres colegios particulares mixtos. A primera vista es posible decir que hay una “oferta” educacional diversificada, pues se constata la presencia de al menos un establecimiento educacional de cada tipo. No obstante, si se considera que existe una desigualdad material entre los sectores de mayores ingresos y los sectores empobrecidos de nuestra sociedad, se advierte que la capacidad real de decisión que tienen estos últimos se restringe a dos o tres alternativas. Lo anterior sin incluir criterios de género ni valóricos, que podrían disminuir aún más el abanico de opciones. Por lo tanto, es preciso tener en cuenta la marcada segmentación socioeconómica que presenta el sistema educacional donde se sitúan las personas jóvenes investigadas. Como estrategia metodológica se implementó un estudio cualitativo que, a través de la técnica de los grupos de discusión, produjo información desde las “hablas” estudiantiles. Los grupos se llevaron a cabo en cinco establecimientos educacionales de la comuna de Santa Cruz, con rasgos estructurales e institucionales específicos (véase

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Cuadro 1). La invitación a participar de los grupos fue extendida a mujeres y hombres estudiantes secundarios de distintos niveles y secciones que formaran parte de la directiva de sus respectivos cursos, sin importar cual fuese su cargo particular. Los criterios muestrales definidos permitieron asegurar la heterogeneidad entre grupos y la homogeneidad al interior de los mismos. El método de análisis utilizado fue el análisis de contenido temático, que consiste en “determinar la presencia de términos, conceptos o unidades en que aparece una temática específica”; con el objeto de elaborar inferencias en relación a un contexto (Andréu, 2001:2).

CUADRO 1: Establecimientos Educacionales de la comuna de Santa Cruz4 NOMBRE

TIPO

DEPENDENCIA

MATRÍCULA

CARÁCTER

NIVEL SOCIOECONÓMICO

Liceo Santa Cruz

CH

Municipal

1269

Mixto / Laico

Medio Bajo5

Instituto Politécnico

TP

Municipal

1215

Mixto / Laico

Medio Bajo

Instituto Regional Federico Errázuriz

CH

Particular Subvencionado

1730

Hombres / Católico

Medio6

Liceo María Auxiliadora

CH

Particular Subvencionado

876

Mujeres / Católico

Medio

Colegio Santa Cruz de Unco

CH

Particular Pagado

302

Mixto / Católico

Alto7

Medio Bajo5 Medio6 Alto7

3. Representaciones Sociales y Habitus Las representaciones sociales -idea que operó como noción articuladora del estudiose expresan, en tanto fenómeno, bajo formas variadas: imágenes que condensan un conjunto de significados; sistemas o marcos de referencia que permiten a los sujetos interpretar los acontecimientos que vivencian; categorías que utilizan para clasificar o hacer distinciones acerca de las circunstancias y los otros sujetos con que se vinculan. Dan cuenta de una actividad mental realizada cotidianamente por los agentes, en cuya

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4  Cuadro elaborado a partir de la información disponible en la base de datos del Sistema Nacional de Medición de Resultados del Aprendizaje del Ministerio de Educación (MINEDUC), en www.simce.cl 5  Son aquellos en que la mayoría delos apoderados ha declarado tener 10 años de escolaridad y un ingreso del hogar que varía entre $190.001 y $300.000; y entre 45,1% y 62% de los estudiantes se encuentra en condición de vulnerabilidad social. Fuente: SIMCE. 6  Son aquellos en que la mayoría delos apoderados ha declarado tener entre 11 y 12 años de escolaridad y un ingreso del hogar que varía entre $300.001 y $450.000; y entre 22,51% y 45% de los estudiantes se encuentra en condición de vulnerabilidad social. Fuente: SIMCE. 7  Son aquellos en que la mayoría delos apoderados ha declarado tener 15 años o más de escolaridad y un ingreso del hogar superior a $1.000.000; y $450.000; y menos de un 5,01% de los estudiantes se encuentra en condición de vulnerabilidad social. Fuente: SIMCE.


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ejecución simultáneamente actualizan y formulan el denominado conocimiento de sentido común, construido y compartido socialmente. Este conocimiento práctico, al otorgarle un sentido particular a hechos y actos habituales dentro de un movimiento social incesante, “forja las evidencias sobre la existencia de una realidad consensual y a su vez participa en la construcción social de esta misma realidad” (Jodelet, 1984:473). El habitus, por su parte, refiere a un sistema de disposiciones durable, incorporado en el cuerpo de los actores, generado a partir de la posición ocupada por éstos en la estructura de relaciones que configuran el espacio social, y generador de prácticas distintas y distintivas; o, en palabras de Bourdieu, se trata de “estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes” (Bourdieu, 1991:88). En función de lo antes dicho, es posible homologar la idea de representación social con aquel aspecto del habitus referido a las estructuras estructuradas; o sea, en tanto conjunto de “esquemas clasificatorios, principios de clasificación, principios de visión o categorías sociales de percepción” que los agentes usan de manera no consciente para concebir, entender y significar la realidad social, y luego actuar “políticamente” en ella (Bourdieu, 1997:20).

4. Democracia: Visones y Valoraciones La idea de democracia moderna emerge como modo de enfrentar el problema del orden social en el marco del proceso de secularización experimentado por las sociedades occidentales, cuya característica central es que el horizonte social de las expectativas deja de encontrar sustento en experiencias pasadas o en la tradición. Así, la democracia puede ser entendida como una consecuencia del “desencantamiento del mundo” en un doble sentido: por un lado, proclama la incertidumbre al instituir la voluntad popular, múltiple e indeterminada por definición, como principio supremo de constitución del orden; y, por otro lado, se hace cargo de las demandas por certidumbre que elabora justamente una sociedad secularizada (Lechner; 1990:122). Es por esto que la democracia puede ser concebida como un “resultado contingente de los conflictos” o un “sistema de incertidumbre institucionalizado”, pues el pacto democrático no es un producto necesario e inevitable, sino que es siempre una posibilidad entre otras (Lechner; 1990:125).

4.1 Democracia como Idea-Valor La democracia puede ser comprendida, en su dimensión sustantiva, como una ideavalor; es decir, en tanto concepto de uso corriente, presente en el sentido común, capaz de contener una multiplicidad de significados diferentes e incluso contradictorios. En este sentido, se observa una perspectiva “idealista” en las representaciones de las y los jóvenes estudiados, quienes distinguen entre: a) la democracia como idea, concepto o “esencia”; y, b) su realización empírica concreta o “apariencia”. Esta distinción va acompañada de una valoración diferente de cada elemento o “nivel de realidad”:

“La democracia como sistema es bueno, pero la manera en que se desenvuelve en cada país va variando, tal vez la forma de gobernar democráticamente en un país, puede tener aspectos positivos para la gente, no como aquí que la forma

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democrática trae aspectos negativos. Depende de cómo se vaya desenvolviendo si es bueno o es malo el sistema democrático”. (Grupo de estudiantes varones, primero-segundo medio, Instituto Regional Federico Errázuriz). “El concepto de democracia está, otra cosa es llevarlo a cabo como se debe; o sea el concepto de democracia implica que el pueblo sea parte del gobierno, y eso nunca ha sido en realidad… uno es “libre” entre comillas de elegir los representantes, porque a uno le imponen y tiene que elegir entre esos, la gente no tiene la opinión de elegir a quien considera mejor para el gobierno; solamente uno empieza a elegir entre lo que ha sido elegido por otros”. (Grupo de estudiantes mixto, cuarto medio, Liceo Municipal). La democracia es valorada positivamente en tanto sistema que supone la participación efectiva del “pueblo” en el gobierno, mientras que su desenvolvimiento específico en cada país puede resultar beneficioso o perjudicial para la “gente” según cuáles sean sus características particulares. Surge un cuestionamiento al sistema democrático chileno, pues la ciudadanía vería restringida su capacidad efectiva de decisión al tener que elegir a sus representantes de un listado elaborado previamente por “otros”. Esta crítica refiere a la inexistencia de primarias vinculantes para determinar quienes serán candidatos/as a cargos de representación popular; mecanismo que sería una alternativa para incentivar la participación de la ciudadanía en los procesos electorales. Las y los estudiantes secundarios valoran, en su mayoría, positivamente la democracia en tanto idea o precepto; esto es, en su condición de principio que organiza y distribuye el poder social, así como de norma que regula las relaciones sociales. Sin embargo, al mismo tiempo cuestionan que los partidos políticos pugnen entre sí por intentar imponer sus proyectos, lo cual es un rasgo constitutivo del funcionamiento de cualquier régimen democrático, en cuanto esfera de discusión y definición de los fines sociales:

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“Ese es el problema que tienen los partidos políticos, no van por una misma idea, que es mejorar el país, que prácticamente los partidos políticos son para seleccionar a los que van a mandar…”. “Los partidos políticos no encajan bien porque todos deberían competir por los mismos ideales y no lo hacen, todos tienen ideales diferentes, pero la gracia es que todos se apoyen entre sí, no que se ataquen unos a otros…”. “En el fondo el partido político es muy egoísta, porque busca la conveniencia de su partido, buscan tener el poder para realizar sus proyectos y no los proyectos que el país necesita…”. (Grupo de estudiantes varones, primero-segundo medio, Instituto Regional Federico Errázuriz). Le asignan al sistema político formal un rol meramente instrumental relacionado con la elección de los medios más idóneos para la consecución de unos objetivos dados, que a menudo identifican con la resolución de “los problemas reales de la gente”. Esta “demanda” por soluciones concretas puede ser leída, en clave posmoderna, como una consecuencia lógica del “fin de las ideologías”; pero también puede ser entendida


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como expresión de un rasgo propio de una “cultura política clásica”, que dice relación con la capacidad y responsabilidad que le atribuyen a “la política” formal de garantizar ciertas condiciones básicas de existencia. Empero, actualmente el Estado no cuenta con las facultades para otorgar servicios ni asegurarle derechos a la ciudadanía. Este desajuste entre las expectativas que estas/os jóvenes tienen de la política, y la capacidad real de los partidos políticos para responder a éstas, explica en parte la profunda distancia que hoy separa a ambos grupos.

4.2 Representaciones sobre Democracia Representativa En sus argumentos a favor de la democracia, las y los jóvenes investigados tienden a enfatizar sus aspectos procedimentales e institucionales, sobre todo la igualdad formal que concede el derecho a sufragio, bajo la lógica “una persona, un voto”. No obstante, hay quienes critican el valor “real” del voto a partir de la distinción entre: a) el momento electoral, donde se realizaría efectiva y exclusivamente la democracia, pues el “pueblo” elige de manera soberana a sus representantes; y, b) el proceso legislativo y la toma de decisiones, a cargo de parlamentarios/as y del gobierno respectivamente, que actuarían de forma completamente autónoma y sin tomar en cuenta las opiniones de sus electores ni cumplir con sus propias ofertas o promesas de campaña: “Si la ubicáramos, la democracia en el fondo es al momento de votar, porque después ya son puras decisiones que toman en el Congreso y no nos toman en cuenta”. “¿Qué opinamos de la democracia acá en Chile?... No me gusta, porque es una democracia representativa, no es directa; no comparto que sean unos pocos los que estén a cargo del poder, siendo que, es verdad que son elegidos de forma popular, pero una vez en el poder se olvidan de la voz del pueblo”. (Grupo de estudiantes mixto, segundo-tercero medio, Liceo Municipal). Un elemento de sentido que configura las representaciones sociales construidas por las y los jóvenes estudiantes secundarios de Santa Cruz sobre la democracia refiere a la percepción de que las autoridades representativas a menudo deciden sin considerar los intereses de sus representados/as. Visión que remite a un dilema del pensamiento liberal, pues si la ciudadanía delega o enajena sus capacidades de deliberación y fiscalización: ¿quién se encarga de controlar a los/as representantes? En otras palabras, si los/as representantes cuentan con autonomía absoluta respecto de sus representados/as, ¿cómo se asegura que actúen en conformidad con el mandato entregado por éstos/as? Dicho dilema, en el caso chileno, se expresa en la ausencia de mecanismos de control o accountability que obliguen a los/as representantes a rendir cuentas de sus actos ante la ciudadanía con el objeto de que se hagan cargo de la responsabilidad que tienen frente a sus representados/as. Estos mecanismos de control abarcan a un conjunto diverso de actores e instituciones, que según cuáles sean y cómo se relacionen permiten distinguir entre distintos tipos, a saber: a) Interinstitucional: refiere a la fiscalización, información y sanción que se produce -de formar horizontal- entre instituciones, organismos y poderes del Estado; b) Electoral: alude al control que opera a nivel de las elecciones e involucra a partidos políticos y votantes -que se vinculan de modo vertical- y que tiene como condición de posibilidad que el electorado sea

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capaz y cuente con la información adecuada para evaluar a los/as representantes, y así a través del voto pueda sancionarles o recompensarles conforme su desempeño; c) Social: dice relación con la capacidad de monitoreo y vigilancia que puedan tener las organizaciones de la sociedad civil -ya sean medios de comunicación, grupos de interés gremiales o sindicales u ONGs- sobre las autoridades -electas o no-, lo cual requiere que aquéllas se fortalezcan y que la ciudadanía esté dispuesta a participar de ellas (Avendaño, 2008:99-101). En definitiva, una de las cuestiones prioritarias que debe resolverse en torno al actual sistema democrático, si se quiere aumentar su legitimidad, es cómo lograr un equilibrio adecuado entre la autonomía propia de los/as representantes y el necesario control por parte de los/as representados/as.

4.3 Sistema Electoral Binominal Respecto del mecanismo vigente en Chile para determinar quiénes ocuparán cargos de representación popular, léase el sistema electoral binominal, existen opiniones a favor y en contra en nuestro país. Quienes lo defienden suelen destacar que ha dotado de estabilidad al sistema político, pues su propia dinámica forzaría la realización de alianzas electorales que conducirían a la creación de grandes coaliciones que actuarían cohesionadamente, evitando así escenarios de excesiva fragmentación. Por su parte, quienes se oponen señalan entre sus críticas: primero, que obstaculiza un efectivo ejercicio de la mayoría, pues al otorgarle poder de veto a una minoría y producir una situación de empate político dificulta que la coalición vencedora realice su programa de gobierno; segundo, que le resta incertidumbre al proceso eleccionario, ya que generalmente resulta electo un/a candidato/a de cada lista de los dos grandes conglomerados, trasladando por tanto la competencia al interior de éstos, que en ocasiones optan por llevar un/a solo/a candidato/a con el objetivo de aumentar sus posibilidades de triunfo, pero reduciendo la capacidad de decisión del electorado; y, tercero, que impide la representación parlamentaria de los partidos políticos que no integran alguna coalición, excluyéndolos del proceso legislativo y generando una suerte de “duopolio” político. Ahora bien, en sus representaciones las personas jóvenes estudiadas asumen mayoritariamente una posición contraria al sistema binomial:

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“Según el sistema binominal, se queda el cien por ciento del sector si es que dobla a su oponente y creo que está mal porque así siempre, aquí en Chile hay como partidos fuertes solamente, y son como dos o tres, y todos los demás no se toman en cuenta y no tienen ningún representante en la cámara de diputados o en la de senadores. Y por eso no son escuchadas realmente sus ideas y eso impide que se filtren por así decirlo ideas nuevas”. (Grupo de estudiantes varones, tercero-cuarto medio, Instituto Regional Federico Errázuriz). “El sistema binominal es súper complicado, porque a veces uno vota por un candidato y al final sale otro candidato que tenía menos votos que ese candidato; entonces empezamos como a decir para qué vamos a votar, si al final igual van a salir los mismos porque el sistema está creado para que beneficie a ciertos sectores, y por eso la gente no se inscribe, porque dice: “¿para qué? si es un voto más, no va a servir de nada”…”. (Grupo de estudiantes mujeres, tercero-cuarto medio, Liceo María Auxiliadora).


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Así, es posible vislumbrar dos críticas al sistema binominal: por un lado, provocaría que sólo las coaliciones fuertes puedan tener representantes en el Congreso, lo cual impediría que “se filtren las ideas nuevas” de aquellos partidos políticos que, por no efectuar acuerdos electorales, no logran la votación requerida para conseguir un escaño parlamentario; y, por otro, desincentivaría la participación electoral de la ciudadanía, pues dada su propia lógica de funcionamiento permite que, en ciertas ocasiones, triunfen candidatos/as con una votación menor que otros/as contendores/as, lo que disminuye las posibilidades de un recambio político y da la impresión de que está diseñado “para beneficiar a ciertos sectores”. Desde esta perspectiva, el sistema binominal contribuiría a una “devaluación” simbólica y práctica del sufragio como expresión de la soberanía popular, pues conllevaría a un cuestionamiento acerca de la utilidad misma del voto: “¿para qué votar?... si es solamente un voto más, no va a servir de nada”, parecen preguntarse y contestarse el 78,7% de las personas jóvenes que han decidido no inscribirse en los registros electorales (INJUV, 2009:31).

4.4 Partidos Políticos En relación con los partidos políticos, las/os jóvenes plantean que quienes conforman la clase política rara vez integran en sus programas, u ofertas de campaña, temas que pudiesen interesar a los mundos juveniles ni propuestas concretas dirigidas a satisfacer sus necesidades. Esto hace que no existan incentivos para que las personas jóvenes participen de los procesos eleccionarios, dado que no obtendrían nada a cambio de su voto. Ello es expresión de una motivación instrumental respecto del sufragio y de una visión “mercantil” de la política, puesto que identifican la elección de autoridades con la transacción de bienes, bajo una lógica de “dar para recibir”: “Uno va a pedir algo y le preguntan al tiro: “¿tú estás inscrito?”; entonces cómo vamos a querer inscribirnos si no nos ayudan en nada, se llenan la boca con que van a ayudar a los jóvenes… ¿cómo uno los va estar ayudando? Si ellos no quieren aportar en nada a nosotros” (Grupo de estudiantes mixto, tercero-cuarto medio, Liceo Municipal). “Yo lo veo como un partido de futbol, los partidos políticos son equipos que intentan ganar defendiendo a las masas, pero una vez que ganaron se olvidan de todo lo que dijeron, son como equipos de futbol que cuando ganan se olvidan de la hinchada” (Grupo de estudiantes varones, tercero-cuarto medio, Instituto Regional Federico Errázuriz). Estas personas jóvenes tienen la impresión de que los/as políticos/as, una vez electos/as, suelen no cumplir con lo que prometieron durante la campaña; por ende engañarían a quienes, por ingenuidad o desconocimiento, depositaron su confianza en ellos/as, dándoles su voto. Este sería otro motivo para no inscribirse en los registros electorales, después de todo a nadie le agrada ser ni sentirse “engañado/a”. Además, cuestionan las prácticas que hoy desarrollan la clase política, así como sus performances ante la ciudadanía, por considerar que a menudo recurren a descalificaciones personales mutuas en lugar de debatir ideas, seleccionar los medios más adecuados

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para alcanzar ciertos fines o discutir sobre el sentido de éstos. También sostienen que la clase política constituye un grupo “ensimismado”, preocupado más de velar por sus propios intereses que de buscar el bien común de la sociedad; y, “envejecido”, por tanto desconocedor de las realidades juveniles existentes en la actualidad, debido a la distancia generacional que separa al mundo político-adulto de los mundos juveniles: “Los partidos políticos podrían mejorar si los políticos empezaran a preocuparse un poco más de los intereses de la gente que representan y no de sus propios intereses, muchas veces se ve como una política envejecida y los jóvenes de repente dicen “ah, no estoy ni ahí”; pero de repente son los políticos los que no están ni ahí con los jóvenes, prefieren velar por sus propios intereses y que los jóvenes sigan como están” (Grupo de estudiantes mujeres, tercero-cuarto medio, Liceo María Auxiliadora). Asimismo, hay quienes cuestionan la supuesta igualdad de oportunidades que debiese haber en el acceso a cargos de representación popular, cuya concreción efectiva sería entorpecida por la existencia de desigualdades sociales que impiden una participación real de los sectores medios y populares en las esferas de gobierno. Esto, porque no tienen los recursos para educarse ni tampoco el dinero suficiente para solventar los gastos que implica llevar a cabo una campaña electoral. Aquello provoca la elitización del sistema político, que es significado negativamente por estas/os jóvenes como un proceso que conduce hacia la “oligarquización” del sistema democrático chileno: “Hay quienes dicen que Chile más que un sistema democrático tiene una oligarquía, porque si vemos nuestros presidentes y políticos se han movido siempre en el mismo círculo de personas, o sea mismos apellidos… entonces hay que abrirse más, creo que la democracia consiste en más plebiscitos, en preocuparse de lo que piensa la gente, de lo que necesita la gente, y no de lo que favorece a un grupo reducido de personas”. (Grupo de estudiantes mujeres, tercero-cuarto medio, Liceo María Auxiliadora).

4.5 Democracia Local

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En relación al funcionamiento de la democracia a nivel local, cabe destacar que las y los jóvenes realizan una distinción analítica entre las autoridades electas mediante votación popular y el funcionariado que conforma la burocracia municipal, es decir, quienes trabajan en alguna repartición del municipio. Acerca de éstos últimos surgen voces críticas, pues hay quienes consideran que en su modo de relacionarse con la ciudadanía incurrirían en prácticas discriminatorias basadas en apreciaciones etarias y socioeconómicas; o que ejecutarían su labor de manera ineficiente, e incluso algunos/as jóvenes, partiendo del supuesto que desarrollarían un tipo particular de trabajo, ponen en duda la “vocación de servicio público” que tendrían los/as empleados/ as municipales. Ahora bien, respecto de la escena política local y sus actores, es posible observar un elemento transversal en las representaciones que elaboran las y los jóvenes, que dice relación con su percepción de que “todos” los problemas existentes en la política nacional se verían exacerbados a nivel comunal, a saber: a) que las autoridades elec-


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tas no cumplen con las promesas que realizan durante la campaña, conducta que es signada negativamente porque sería una expresión de “populismo”; b) que habría un escaso recambio de los miembros que integran la elite política dirigente, lo cual impediría una renovación de las ideas relativas al desarrollo de la comuna; y, c) que los/as políticos/as antepondrían sus intereses personales al “bien común” y serían incapaces de dar a conocer sus proyectos a la ciudadanía: “Bueno para mí en Santa Cruz la democracia funciona mal no más, porque el alcalde que tenemos ahora se podría decir que incluso llegó al populismo para obtener los votos ya que ofreció hartas cosas y después dijo que no las iba a poder cumplir… y en su campaña hacía más cosas de lo que está haciendo ahora realmente”. “Yo creo que en nuestra comuna, Santa Cruz, se ve como más todavía notorio todos los problemas de la política, una política aún más envejecida, personajes aún más repetidos, personas que siguen en el poder, votantes también mucho más envejecidos, porque siempre son lo típicos caballeros y señoras que eligen de nuevo a las mismas personas… entonces yo creo son los mismos problemas que están en la política pero más acentuados”. (Grupo de estudiantes mujeres, tercero-cuarto medio, Liceo María Auxiliadora). Estas representaciones llevan a proponer ciertas transformaciones en el funcionamiento institucional de la democracia a nivel local. Entre éstas se destaca reducir el número de veces que alcaldes/as y concejales/as puedan reelegirse de manera consecutiva; y, que estos últimos debiesen dedicarse exclusivamente a la actividad política con el propósito de renovar y profesionalizar a la elite política local. En el caso de quienes son concejales, esto tiene una serie de implicancias. Primero, supone aumentar el monto de la dieta que reciben y las exigencias para su obtención, actualmente condicionada sólo por la asistencia a los concejos semanales; incluir, por ejemplo, que efectúen audiencias periódicas para atender a la ciudadanía y coordinen comisiones de trabajo sobre diversas temáticas que integren a miembros de la sociedad civil organizada. Segundo, establecer instancias en que puedan perfeccionar sus conocimientos y habilidades respecto de las materias que sean relevantes para lograr el desarrollo económico, social y cultural de la comuna. Y, tercero, ampliar sus atribuciones técnicas y políticas para que tengan un rol protagónico en la resolución de los problemas que afectan a las personas y en la definición de los lineamientos que guiarán los destinos de la comuna. Es preciso también implementar mecanismos que le permitan a la ciudadanía ejercer un mayor control sobre las decisiones de las autoridades, ya sea mediante la realización de plebiscitos vinculantes o la iniciativa popular de ley, que en términos locales podría traducirse en la creación de normativas. Estas medidas suponen una descentralización efectiva del poder político-administrativo y una redistribución equitativa de los recursos entre los distintos municipios; así como descentralizar internamente estos últimos para “transitar desde una organización funcional hacia una territorial: menos distante y burocratizada, más susceptible de una acción global y de facilitar la identificación y la cooperación de la ciudadanía” (Mascareñas, 1999:284).

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5. ¿Hacia una Sociedad Posdemocrática? La idea de posdemocracia pretende dar cuenta de las repercusiones que el capitalismo globalizado tendría sobre los pilares sociales y culturales de la democracia moderna, la cual se sustentaría en dos promesas esenciales que hoy se verían socavadas: por un lado, la igualdad de acceso a las oportunidades del proceso político, ya sea a través de la votación, la representación de intereses particulares o haciendo carrera activa en un partido político u otra organización; y por otro, la capacidad de configurar el futuro de la comunidad política mediante decisiones legitimadas democráticamente (Jörke, 2009:146). Así, el régimen “posdemocrático” se caracterizaría por mantener, en su aspecto formal, totalmente intactas las instituciones de la democracia representativa parlamentaria: elecciones periódicas, lucha electoral, competencia partidaria y división de poderes; sin embargo, al mismo tiempo las circunstancias reales o concretas en que éstas se actualizan apenas coincidirían con la idea de la legitimación del actuar político mediante la participación efectiva del pueblo. En este sentido, la contienda electoral se convertiría en una suerte de “espectáculo” férreamente controlado por equipos rivales de asesores comunicacionales, quienes determinarían la agenda política a través de la selección y puesta en escena de temas acotados y cada vez más técnicos; mientras que la multitud ciudadana jugaría un rol más bien pasivo, silencioso e inclusive apático, al ser incapaz de conformar una discusión política propia (Crouch, 2004:11). Tras esta sofisticada escenificación del “juego electoral” se encontraría el verdadero proceso político, bajo la forma de una interacción privada entre gobiernos elegidos popularmente y elites que en su mayoría defienden intereses de actores económicamente fuertes, o que actúan como poderes fácticos (Jörke, 2009: 143).

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Al considerar las representaciones sociales que construyen las y los jóvenes, cabe preguntarse hasta qué punto las características descritas anteriormente coinciden con la realidad del sistema democrático chileno. Cada vez menos personas participan en los procesos electorales y pareciese ser que las decisiones son tomadas por un conjunto reducido de políticos profesionales, más preocupados de sus propios intereses que de velar por el bien común. Existe un empate político permanente entre las dos grandes coaliciones debido a la vigencia del sistema electoral binominal; esto impide una deliberación efectiva de la mayoría y contribuye a restarle valor al sufragio, pues conlleva a la representación de que cada voto es solamente “un voto más”, que si bien puede parecer tautológica, refuerza la tendencia hacia el abstencionismo electoral. A esto se agrega la inexistencia de mecanismos de control o accountability, aparte del sufragio, que le permitan a la ciudadanía fiscalizar el desempeño de las autoridades electas u obligarlas a cumplir sus promesas de campaña; o el papel preponderante que juegan los medios de comunicación masivos en la configuración de la agenda pública, al visibilizar ciertos temas y ocultar otros. Con este trabajo no se ha pretendido efectuar un juicio definitivo ni menos premonitorio acerca del devenir de la democracia chilena actual, sino abrir un debate sobre ciertas tendencias que se vislumbran y plantear posibles modificaciones en la institucionalidad política vigente que contribuyan a perfeccionar la forma en que actualmente la clase política se relaciona con las personas jóvenes en particular, y con la ciudadanía en general, especialmente a nivel local o comunal.


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LOS INTERESES EN JUEGO DE LAS PRÁCTICAS POLÍTICAS JUVENILES Silvina Leticia Galetto, Licenciada en Ciencia Política; Magíster en Sociedad e Instituciones y Doctoranda Escuela de Política y Gobierno, Universidad Nacional de San Martín.1 Resumen La participación en proyectos político-sociales por parte de las y los jóvenes estudiantes, particularmente en los Centros de estudiantes universitarios, muchas veces desde las miradas adultas es entendida en términos de irresponsabilidad y falta de compromiso. Sin embargo, cuando las personas jóvenes hablan de sus proyectos de participación destacan elementos no sólo de compromiso, sino que fundamentalmente de esperanzador cambio de condiciones de posibilidad y de solidaridad para con sus congéneres. A partir de los discursos que el estudiantado enuncia sobre sus espacios de intervención, lo que este trabajo pretende es develar los intereses que se juegan en sus proyectos y comprender la forma en que estos intereses y los modos de articularlos se definen como un estilo juvenil de participación, el que si bien aparece como no convencional o no tradicional no lo es en el modo organizado de llevar adelante sus proyectos. Los discursos analizados corresponden a mujeres y varones jóvenes pertenecientes a la ciudad de Villa Mercedes, Provincia de San Luis (Argentina) y son el resultado de cinco entrevistas en profundidad hechas durante los años 2007-2008 a las y los jóvenes que gestionan un comedor infantil, así como también, de dos focus group con estudiantes universitarias/os y miembros del Centro de Estudiantes de la FICES- UNSL. Palabras clave: Hombres y mujeres jóvenes; Participación juvenil; Proyecto político. Abstract Youth participation in social-political projects, particularly in University Students Unions, is frequently questioned and considered to be influenced by irresponsibility and lack of commitment. However, when young people talk about their projects of participation, they highlight elements of commitment and of change in the conditions of possibility and solidarity with other young people. In this work, we take as a departure point the discourses that young people enunciate about their fields of action. It is intended to reveal young people interests which are displayed in their projects. Another aim is to understand how these interests and ways of articulating them are defined as a young way of participation. This participation seems non-conventional or non-traditional in those terms but it is not in the organized way of carrying out their projects. Analyzed speeches were women and young men belonging to the city of Villa Mercedes, San Luis Province (Argentina) and are the result of five interviews, the young child who manage a high, made during the years 2007 to 2008 and also in two focus groups with university students and members of the Student Center of FICES-UNSL. Key words: young people; youth participation; political project. 1  Diplomada en Ciencias Sociales (UCC). Docente e investigadora Universidad Nacional de San Luis, Argentina. Proyecto de Investigación Consolidado, PROICO 51210 “Culturas Juveniles Urbanas”. sgaletto@fices.unsl.edu.ar Dirección postal: Maipú 115. Villa Mercedes, CP: 5730, San Luis, Argentina.

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Pensando en voz alta En el último tiempo, la representación social que desde los medios masivos de comunicación ha comenzado a circular acerca de las prácticas juveniles está vinculada con la irresponsabilidad o la falta de compromiso. Es pues, en el intento de refutar esta noción que este artículo se propone abordar los “intereses” que persiguen las personas jóvenes de la ciudad de Villa Mercedes (Provincia de San Luis, Argentina) cuando deciden vincularse a alguna agrupación orientada a la intervención sociopolítica en la realidad cercana. El análisis que a continuación se presenta se funda en dos lineamientos teóricos. El primero vinculado a la concepción de lo político en la dimensión agonista del modelo de Chantal Mouffe, en donde lo propio de lo político es la lectura estructural acerca del conflicto y de las tensiones en torno al poder; desde esta perspectiva, lo político de una organización se da en relación a las posibilidades de establecerse como un modelo contra hegemónico, en el cual las expectativas giran alrededor de las oportunidades de posicionarse como la lectura hegemónica del orden dado y no como alternativa a ser destruida en una lectura amigo-enemigo. Desde este punto de vista, el poder no es un elemento carente de importancia, es lo determinante del juego de lo político. En términos de Foucault, el poder atraviesa los cuerpos y las instituciones, se disuelve en lo social penetrándolo casi capilarmente. Ambos -cuerpo e institución- se ven atravesados por el poder y por la lógica del juego de lo político que radica, como lo señala Mouffe, en el hecho que “… todo orden es político y está basado en alguna forma de exclusión. Siempre existen otras posibilidades que han sido reprimidas y pueden reactivarse. Las prácticas articulatorias a través de las cuales se establece un determinado orden y se fija el sentido de las instituciones sociales son ‘prácticas hegemónicas’. Todo orden hegemónico es susceptible de ser desafiado por prácticas contrahegemónicas” (2007; 25).

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El segundo refiere a la teoría del interés en la economía de las prácticas de Pierre Bourdieu (Gutiérrez, 2002), la que sostiene que no existen prácticas desinteresadas; en toda acción social hay un “interés”. Esto no necesariamente se reduce a lo económico, sino a cualquier tipo de bien -simbólico, social, cultural-, de acuerdo al capital en juego en el campo específico en tensión. Las ideas antes propuestas serán el parámetro de lectura desde el cual se examinarán los discursos de miembros de agrupaciones juveniles y de personas jóvenes miembros del Centro de Estudiantes de Franja Morada en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Económico Sociales de la Universidad Nacional de San Luis (FICES- UNSL)2, respecto de sus propias prácticas y del contexto de su intervención específica. La idea central que se intentará identificar está relacionada con el interés que moviliza a estas mujeres y varones jóvenes a vincularse con estas agrupaciones y a los usos que hacen de los diversos recursos que su paso por las mismas les posibilita. 2  Se abordarán el Centro de Estudiantes y los partidos políticos porque existe una militancia correspondida entre ambas instancias de participación, al menos en el grupo que fue convocado al Focus group. Tanto es así que la presidente del Centro de Estudiantes actualmente es miembro del Consejo Deliberante de la ciudad de Villa Mercedes.


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Interés, mucho más que una moneda En primer lugar, cabe señalar que observar las prácticas políticas juveniles desde el concepto de interés no significa que las motivaciones que están asociadas a aquéllas sean consideradas como un mero valor económico, ni mucho menos desde la perspectiva de contar con algún beneficio personal. En términos de Pierre Bourdieu, el interés está ligado al capital que está en juego en torno a un campo específico. En palabras de Alicia Gutiérrez (2002: 31) “Analizar los distintos campos sociales como mercados de capitales específicos implica una redefinición del concepto de interés, sacándolo del ámbito estrictamente económico, para extenderlo a toda práctica social”. Desde esta noción los capitales que están en juego son los que definen los campos; la permanencia de los agentes sociales en aquellos, a partir de la consecución de dicho capital, es lo que posibilita decir que hay un “algo” -un interés- que los agentes persiguen en ese juego y que es por ese interés que accederán al capital en cuestión. Este espacio de juego está históricamente definido y los agentes que realizan sus prácticas sociales en él lo hacen en tanto conocen sus reglas y sus instituciones; dicho espacio está transversalmente atravesado por el interés que los agentes reconocen que obtendrán a partir de su estrategia en el campo. Esto siempre va ligado a la distribución de posiciones y de la porción de capital a la que los agentes se ven sujetos dentro del campo específico. De este modo es posible hablar de una economía de las prácticas, ya que hay un cálculo de costo-beneficio que posibilita que los agentes permanezcan en la búsqueda y en el juego que detenta el campo específico. A esta idea Pierre Bourdieu la denomina illusio, y la contrapone a la gratuidad, el desinterés o la apatía, vinculándola con la creencia y la legitimidad que tiene el campo y el capital que está en juego. Con ello, el sociólogo francés se aleja de la teoría utilitarista y construye la noción de interés, de acuerdo a las condiciones de posibilidad y de producción de un tiempo concreto. Este concepto resulta pertinente para abordar los discursos juveniles y sus relatos acerca de las prácticas políticas y de los proyectos de intervención que detentan, por cuanto desde la lectura del sentido común y de un discurso adultista, las y los jóvenes son percibidos como sujetos apáticos, desinteresados o ajenos a cualquier tipo de situación que implique un vincularse, un atarse, un sujetarse. Es por esta razón que muchos abordajes académicos han preferido hablar de procesos de dessubjetivación antes de aproximarse a los nuevos sentidos que jóvenes, hombres y mujeres, otorgan a sus prácticas y la identidad que de ella desprenden. 59

Mujeres y varones jóvenes con proyectos políticos ¿sólo hubo en los setenta? La juventud es una categoría mediada por un tiempo histórico concreto, es decir, es construida histórica y culturalmente. Juventud es una categoría que se construye, deconstruye y reconstruye temporalmente, es decir, está condicionada por las estructuras del tiempo y de un lugar concreto. Este proceso es consecuencia de


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múltiples factores de tipo económico, político, cultural, histórico, geográfico entre otros. En tanto categoría culturalmente construida, el análisis de las conductas juveniles estará mediado por el contexto socio-histórico y por la forma de las relaciones sociales presentes en cada sociedad. Margulis (2000) indica, en la introducción de La juventud es más que una palabra, que los cambios ocurridos en el escenario mundial -sociales, políticos, económicos, culturales y tecnológicos, entre tantos otros-, han posibilitado la visibilización de la juventud y su centralidad como problemática de estudio; su abordaje implica mirar los modos de decir al mundo que las/os mismos jóvenes tienen de sí, de su lugar en el mundo y de las maneras de vincularse con los otros que establecen fuera de su espacio identitario. Mujeres y varones jóvenes son herederos de cargas sociales, de la historia hecha cosa y hecha cuerpo. Sus prácticas son señaladas desde lugares particulares, que los posicionan como alternativos a los proyectos tradicionales, lo cual las sitúa como mediadoras entre el presente y el futuro deseado. Esta idea de la juventud como etapa intermedia en el ciclo vital de la persona, no sólo coincide con un período cronológico, sino que se manifiesta a partir de modos de vida que son complejos y, habitualmente, poco comprendidos por el mundo adulto. Desde las nociones de moratoria social y vital,3 la juventud es considerada un tiempo extra, un tiempo en el cual es posible proponerse alternativas a las estructuras de socialización conocidas, un tiempo al cual no todos los congéneres4 tienen oportunidad de acceder, ya que la moratoria social no es un bien del que todos las/os “cronológicamente jóvenes” puedan gozar.

Las y los chicos del centro de estudiantes: construyendo una identidad política5 La Facultad de Ingeniería y Ciencias Económico Sociales (FICES) es el centro universitario ubicado en la ciudad de Villa Mercedes (San Luis, Argentina) que forma parte de la Universidad Nacional de San Luis. En este centro funcionan tres departamentos: Agronomía, Ciencias económico- sociales y Ciencias básicas. La creación de este centro universitario tiene un mito fundacional que lo asocia a una patriada6 que el pueblo de Villa Mercedes efectúo hace casi cuarenta años para conseguir la instalación de la misma y generar nuevas instancias de educación y posibilidad para la población juvenil villamercedina.

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3  En estos términos la juventud es concebida como un tiempo que implica una ventaja sobre el mundo adulto y que está asociado a la esperanza por el cambio y la modificación de estructuras. 4  Con la noción de congéneres se hace referencia a la idea de Schutz sobre las personas que son temporalmente cercanas, es decir contemporáneos, pero también con las que se comparte características de vida. 5  Se realizaron Focus Group con doce estudiantes de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Económico Sociales de la Universidad Nacional de San Luis (Argentina). Esta técnica resulta sumamente provechosa, ya que permite observar a las y los jóvenes interactuando con otros en un proceso discursivo. Asimismo, se trabajó con la técnica de observación participante, la que hace referencia al proceso de retroalimentación entre el diario de campo del investigador y la mesa de trabajo. 6  Con este término se hace referencia a la movilización de vecinos de la localidad de Villa Mercedes que tuvo por objeto la fundación de la Universidad Nacional de San Luis.


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Como parte del cogobierno que tienen las universidades públicas argentinas, consecuencia de la Reforma de 1918, 7 el Centro de Estudiantes cobra una vital importancia en la vida académica e institucional de la FICES. Históricamente, la dirección de este Centro de Estudiantes ha pertenecido a la Agrupación de la Franja Morada8, aunque ocasionalmente ha sido presidido por otras agrupaciones, más pequeñas, que en la lectura de los actuales miembros del Centro son producto de divisiones internas. Entre los diferentes órganos que conforman el co-gobierno universitario, el más cercano a la vida de los estudiantes es el Centro de Estudiantes, cuyo acceso al poder está garantizado por elecciones libres en las que participa el alumnado de la facultad.9 En este proceso electoral participan diferentes agrupaciones que de modo proporcional, según la cantidad de votos obtenidos, acceden a las conducciones de las secretarías, las que junto con la presidencia en su mayoría son ocupadas parador la agrupación que resulta ganadora. Pertenecer al Centro de Estudiantes implica asumir una serie de responsabilidades que están estrechamente vinculadas con la gestión dentro de una institución educativa, pero también con la contienda electoral y la disputa política por el poder. Este espacio es un dispositivo de socialización en las estructuras tradicionales de la política partidaria, ya que -modificando el escenario de acción- lo que los actores naturalizan,es el modo de ser y estar en un campo donde lo que se disputa es el poder de la toma de decisiones y de negociación. En el año 2006, se eligieron representantes en todos los claustros que conforman el co-gobierno universitario. La lista ganadora se enrolaba dentro de los lineamientos del radicalismo, por lo cual el Centro de Estudiantes quedó bajo la gestión de la Franja Morada. Es interesante reconocer en la Franja Morada la historia vivida y el tiempo transcurrido por esta institución. Quienes se incorporan a ella, hacen cuerpo de la historia institucional de la agrupación y se involucran inmediatamente con una trayectoria que los antecede y también trasciende. “Yo le cuento la verdad... la gente de CQC10 son ex franjistas que fueron expulsados por malversación de fondos. Los nombres CQC o Pi son estrategias electorales... el bastión últimamente de la Franja ha sido la gente de Ingeniería... (...) Yo reconozco que la Franja parte con un 30% del padrón, no lo voy a negar”. (Estudiante varón, participante activo del CE FICES-UNSL). También es claro que, además de visualizar a la Franja como fuerza central en la vida universitaria, las y los entrevistados hacen una lectura de los intereses que están en juego de acuerdo a los modos en que ellas/os se representan en el imaginario a las/os estudiantes de algunas carreras en particular: 61

7  La Reforma Universitaria del año 1918, abogó por la autonomía universitaria, la libertad de cátedra y el acceso libre, gratuito y universal a la Universidad Nacional. 8  Agrupación estudiantil con estrecha vinculación con el partido de masas Unión Cívica Radical. 9  Para ser considerado alumna/o es necesario haber finalizado el primer cuatrimestre del primer año e inscribirse como alumna/o en el segundo cuatrimestre del primer año. 10  Agrupación llamada Caiga quien caiga (CQC) y Por Ingeniería (Pi)


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“Nosotros sí con la gente de Trabajo Social sacamos 20 votos estamos chochos, porque no les gusta la estructura, pongámosle... Sí yo mañana hago una estructura, una estrategia electoral, una lista digamos con el nombre “Por Trabajo Social”, es una estrategia para que el alumno que no vota o se siente identificado con ese nombrecito nada más vote”. (Estudiante varón, FICES-UNSL). Ciertamente, esta participación se vincula a un modo de ser que está impreso en los cuerpos a través de la formación profesional que otorga la facultad. Esto tiene una carga de sentido producto de las prácticas que se instalan en el campo educativo y simbólico, que se hace manifiesto en los tiempos electorales con la aparición de múltiples agrupaciones en la arena política. Dichas agrupaciones intentan construir un espacio público pluralista que está mediado por un interés general -en términos de Bourdieu- y un interés específico: ganar la presidencia del Centro y destituir a la Franja; e, instalar como fuerza política a agrupaciones que persiguen intereses particularizados por carreras universitarias, respectivamente.

¿Amigos/as- enemigos/as? En el Directivo todos/as tiramos para el mismo lado… De acuerdo al análisis agonista que plantea Mouffé, la lectura y la enunciación que hacen los miembros del Centro de Estudiantes acerca de sus oponentes reconoce primordialmente su condición de alumno/a. ¿Qué quiere decir esto? Que las personas jóvenes entrevistadas enuncian un discurso que las agrega como fuerza estudiantil y no como fuerza grupal político partidaria; trabajan bajo diferentes banderas por objetivos comunes que tienen como finalidad mejorar las condiciones institucionales y académicas para el estudiantado. De este modo, el grupo oponente no es una fuerza a eliminar -salvo durante el proceso electoral y mientras se distribuyen las secretarías y los lugares en los Consejos-, sino que es Otro con el cual sostener una estrategia de juego que modifique el volumen y la composición del capital simbólico y social que se juega en el campo de la política universitaria.

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“Claro, las secretarías tienen un marco estructural por decirlo así de ocupar y dividir las demás fuerzas, pero el objetivo en cuanto al Centro, casi siempre pasa... o las demás fuerzas no lo integran o... tienden a ... ‘yo hago esto, hago lo otro’. Por ahí hay chicos que hicieron la campaña con la oposición y tienen un problema, vienen a nosotros y vemos cómo se los podemos resolver... no solamente con los temas que tengan que ver con el Consejo Directivo sino que nosotros también los orientamos con el tema de los exámenes o del calendario académico, y hemos notado que ahora el graduado también se ha sumado”. (Estudiante mujer, presidente CE FICES-UNSL). De esta manera, la illusio que se despliega en las prácticas políticas estudiantiles esta mediada por la solidaridad con el o la compañero/a, con el otro como un par, entre estudiantes y no en términos, al menos desde la enunciación, de una fuerza político partidaria.


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De hecho, cuando se pregunta acerca de su vinculación con el mundo por fuera de lo académico, las respuestas son limitadas y demarcadas por los espacios de intervención de la facultad y en el mejor de los casos de la Universidad. “Últimamente no; nuestro contacto con la sociedad es lo que le pasa a la FICES, la poca relación que hay entre la ciudad y la Facultad. En cuanto a los alumnos, nosotros tratamos la parte social desde lo que es Bienestar, a ellos les canalizamos cualquier tipo de necesidad de índole social, ya sea comedor, condiciones de vida. Pero hacia la sociedad no hemos tenido contacto”. (Estudiante varón, vicepresidente de CE FICES-UNSL). En efecto, con esto se refuerza la idea de que la solidaridad prevalece por sobre la práctica política tradicional. Para las y los estudiantes dicho valor es el que ocupa el lugar de ser el interés que media las prácticas de las agrupaciones estudiantiles universitarias, al tiempo que deja por fuera un mundo de posible intervención y cambio que es postergado a un futuro desarrollo profesional.

¿Vos por qué estás con la Franja? Cuando se intenta rastrear entre el estudiantado el origen de su participación estudiantil, la primera vinculación está asociada al capital social, es decir, a algún amigo/a que les hizo una invitación y, en algunos casos, se relaciona con ciertas ideas que tuvieron asidero en los principios de la Franja Morada como agrupación. También es importante establecer los nexos de esta militancia estudiantil con la participación directa en el Partido Radical. En este ámbito, los intereses que se juegan son diferentes: para algunos/as está más asociada a la necesidad de modificar las estructuras partidarias tradicionales, mientras que en otros/as está ligada a la posibilidad de modificar su posición en la estructura social y política y a disputar algún cargo político a futuro. “…la mayoría de nosotros está en el partido Radical, pero jamás en la vida a alguno de los chicos los hemos traído con la intención de llevarlos al partido... Yo prefiero cien veces ser de la Franja que ser Radical, porque al menos con la Franja gano [risas]. Me siento cien veces más identificado con la forma de lucha de la Franja, con la forma de obtención del poder y de lo que hace para mantener lo suyo”. (Estudiante varón, FICES-UNSL). En dicha relación las y los estudiantes entrevistados reconocen la fuerza que les otorga el número -tienen una alta adhesión-, su condición de personas jóvenes y la relación de pares que pueden establecer con sus congéneres. Asimismo, la totalidad del estudiantado entrevistado admite que la formas de participar e involucrarse que despliegan no les permite establecer vinculaciones de participación con la institución o con las/os demás compañeras/os, respecto de lo cual hacen una lectura crítica y profunda. Esta lectura está asociada a las posiciones de poder que se detentan en el campo educativo entre el cuerpo docente y el estudiantado, las que se trasladan al campo de lo político y de las instancias de debate.

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“Yo lo reconozco, hay un gran temor por parte de los alumnos de los profesores que puedan tomar después represalias... la mayoría de los chicos que son votos seguros, gente que se puede imitar, gente capaz, no aceptan la candidatura y a eso lo hemos palpado, por una cuestión de: ‘Mirá, yo tengo que cursar con tal o cual profesor’... ...el tener que levantarle la mano en contra en el Consejo Directivo al profesor que está sentado, es el temor que tienen... (Estudiante varón, FICES-UNSL). De este modo se evidencia la encrucijada de poder en la que las y los docentes y el alumnado se disputan la toma de decisiones en una pseudo igualdad, aunque desde la mirada estudiantil hay mayor coherencia y cohesión social entre el claustro estudiantil que en relación a lo que el cuerpo docente busca mediante su ejercicio de gobierno.

Conclusiones o palabras de cierre Las prácticas políticas estudiantiles en el contexto específico de la FICES y, sobre todo, en cuanto a lo que implica la participación estudiantil en el co-gobierno de dicha institución, están mediadas por un mundo de representaciones acerca de posiciones que se detentan e intereses que se persiguen. Además, en lo que respecta al Centro de Estudiantes observado, éste tiene la característica de ser una instancia de participación de personas jóvenes que buscan instalar proyectos alternativos a las prácticas hegemónicas y naturalizadas en la política universitaria, así como también, en lo que refiere a la política partidaria, que en este caso se expresa de una manera particular. Para las y los jóvenes haber transitado alguna institución de educación superior se convierte en muchos casos en un elemento legitimante. Esto no puede desvincularse de lo que ha representado históricamente en la República Argentina, para las clases media, el acceso a los estudios superiores como motor de movilidad social. Si bien, en la actualidad es reconocido el hecho de que la mera posesión de un título universitario o superior no conlleva una consecuente movilidad social ascendente, sigue instalado en el imaginario la necesidad de estudiar para “ser alguien en la vida”. Creencia que en la Argentina posibilitó la consolidación de la clase media trabajadora, que depositaba en las/os hijas/os y en los estudios superiores la esperanza de cambiar la trayectoria familiar.

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En relación con este habitus de clase es necesario mencionar, dado que también aparece en las entrevistas, la representación absolutamente diferente que las agrupaciones juveniles estudiadas tienen sobre los partidos políticos. Esta representación está mediada por la crisis de representatividad que los partidos políticos comienzan a tener en la Argentina a partir de la década de los noventa y que se incrementa aún más desde diciembre del 2001. Dice Ruth Sautu et al., “En los primeros años del siglo XXI se hizo pública -con mayor dramatismo que en los años anteriores- la crisis de credibilidad en los principales actores e instituciones de la vida pública argentina. El punto más álgido de esta crisis fue diciembre en 2001 cuando diversos sectores de la población salieron a la calle bajo la consigna ‘Que se vayan todos’. La gente reaccionó contra el comportamiento de los sectores dirigentes en un contexto marcado por el estancamiento económico y la agudización del conflicto social producto de un modelo excluyente basado en políticas neoliberales que debilitaron el papel integrador y protector que había tenido en antaño el Estado de Bienestar” (2007; 231).


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De los enunciados discursivos expuestos en este artículo se desprende que la participación de este grupo específico de personas jóvenes está mediada por la solidaridad para con sus congéneres y por la búsqueda de beneficios para aquellas y aquellos a quienes representan y con quienes se identifican: mujeres y varones estudiantes universitarios. Dado el contexto y el modo de relacionamiento existente entre los distintos estamentos de la institución universitaria analizada, el estudiantado lee su participación en ella no como una posición de fuerza de agrupaciones particulares, sino como la relación y la efectivización de posiciones de fuerza de un claustro que se debate en una instancia eleccionaria –la del Centro de Estudiantes-, pero que en la acción y ejecución de instancias de decisión a nivel de la comunidad universitaria ampliada actúa como conjunto sin reconocer banderas políticas o cuadros de procedencia. ¿A dónde arriba este somero análisis? A la primera idea pensada en voz alta, la cual planteaba la posibilidad de observar la práctica política del estudiantado de la FICES no como una tensión en la que solidaridad y la participación se debaten en cuanto al interés que está puesto en juego en dicha práctica, sino que ella pudiese ser leída en término de dos caras de una misma moneda. Ciertamente, lo que se ha intentado mostrar es que, además de que la solidaridad y la participación son parte constituyente de las prácticas políticas al interior del estudiantado de la FICES, ello hace parte de una estrategia de juego en el campo político que posibilita hacer una lectura del Otro como un oponente legítimo entre los cuales se disputa la instalación de un discurso hegemónico, que en el caso de las y los estudiantes universitarios es contrahegemónico al del cuerpo docente y de las autoridades institucionales y académicas.

BIBLIOGRAFÍA ARENT, H. (2005). La condición humana. Buenos Aires, Argentina. Editorial Paidós SCHÜTZ, A. (1993). Prólogo: “Una fenomenología de la intersubjetividad en el mundo de la vida cotidiana”. En: SCHÜTZ, A.: La construcción significativa del mundo social. Introducción a la sociología comprensiva. Barcelona, España: Editorial Paidós. GUTIÉRREZ, A. (2002). Las prácticas sociales: una introducción a Pierre Bourdieu. Tercera edición revisada y ampliada. Madrid, España: Tierradenadie Ediciones. MARGULIS, M. (2000). La juventud es más que una palabra. 2ª edición. Buenos Aires, Argentina: BIBLOS. REGUILLO, R. (2000). Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del desencanto. Buenos Aires, Argentina: Editorial Norma. SAUTU, R et al. (2007). “La veracidad puesta en duda: ¿a quién le cree la clase media y la clase trabajadora?” En: DREHER et al (comps) Construcción de identidades en sociedades pluralistas. Dreher, Figueroa, Navarro, Sautu y Soeffner (comp.) Ediciones Lumiere.

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NORMAS DE PUBLICACIÓN REVISTA OBSERVATORIO DE JUVENTUD La revista del Observatorio de Juventud es una publicación trimestral editada por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV). El objetivo de la revista es la discusión sobre las condiciones, calidad de vida, subjetividad y perspectiva de derecho de población juvenil chilena, así como la profundización y la difusión de las políticas e intervenciones sociales dirigidas a este sujeto social. En términos generales, la revista analiza temáticamente algún área, aspecto o dimensión de la vida juvenil que está presente en la agenda pública sobre juventud, proponiendo una lógica de discusión permanente frente al tema. De este modo, la publicación plantea desafíos y dilemas de la política pública haciendo hincapié en perspectivas futuras relacionadas con la realidad juvenil. Es una publicación dirigida a académicos, investigadores, servicios públicos, alumnos y público en general.

Alcance y política editorial Los artículos presentados deben ser inéditos, no publicados en otras revistas o libros. Excepcionalmente, el Comité Editorial podrá aceptar artículos que no cumplan con este requisito. Los textos deben desprenderse de investigaciones empíricas o teóricas, que den cuenta de avances concretos en temáticas de juventud, o bien de revisión y/o sistematización de experiencias y metodologías de intervención con población juvenil en áreas sensibles para la perspectiva de juventud y políticas públicas. La escritura de los trabajos debe considerar el uso de lenguaje inclusivo (no sexista).

EJEMPLO Lenguaje inclusivo

Lenguaje sexista (NO USAR)

La juventud, las juventudes Los jóvenes mujeres y varones jóvenes Jóvenes, mujeres y varones / Jóvenes, hombres y mujeres Las y los jóvenes Personas jóvenes Segmento juvenil Población joven Perspectiva de juventud Mundo juvenil

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Cada artículo será sometido a evaluación anónima y publicado sólo tras su aprobación y la del Consejo Editorial. Las y los autores deberán considerar, en los casos necesarios, las observaciones de quienes evalúen el artículo y de la Editora de la Revista antes de que sean aceptados para su publicación. Ello puede suponer la realización de algunas correcciones, tanto formales como de contenido.

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