El Eco-Terrario: de la comprensión de lo vivo a su configuración como sistema complejo
TRIUNFOS DE LA REALIMENTACIÓN* J. Briggs y D. Peat LO COLECTIVO AUTÓNOMO
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AS APRECIACIONES DE PRIGOGINE ACERCA DEL CAOS enfatizan la diferencia entre una visión mecánica y una visión holística de la naturaleza. Otro modo de entender esta vasta diferencia consiste en examinar la realimentación.
Si una máquina funciona mal, encontrar el problema es relativamente fácil. Se ha roto un eslabón en la cadena de causa y efecto de las partes. Encontramos el eslabón y lo reparamos. Sin embargo, cuando el cuerpo humano funciona mal, un médico puede diagnosticar que el culpable es determinado elemento, pero en realidad la "causa" de toda perturbación de nuestra salud siempre es múltiple, pues un organismo viviente está constituido por una apabullante cantidad de rizos de realimentación. En los rizos de las estructuras vivientes están entretejidos la transmutación de los alimentos en energía, la contracción muscular, la regulación de la temperatura corporal, el movimiento de las hormonas y los neurotransmisores, las acciones reflejas tales como la dilatación del iris del ojo en la oscuridad repentina, o la aceleración del corazón en presencia del peligro. Los rizos de realimentación negativa regulan, los rizos positivos amplifican. Miríadas de rizos están enlazados de tal modo que la organización interna de un organismo puede adaptarse continuamente a las exigencias ambientales. Podemos desarmar una máquina en partes y ensamblarla de nuevo para que funcione normalmente, pero esto no se puede hacer con una entidad viva. Si se pierde una pieza funcional, la máquina se detiene. En cambio, si un organismo pierde una parte funcional, puede compensar la parte faltante a través de sus rizos de realimentación y seguir andando. Por último, una máquina convierte el combustible en calor y movimiento, pero no convierte el combustible en sí misma, como lo hace un organismo a través de la realimentación. Estas propiedades de la realimentación, sobre todo la de autorrenovación constante, confieren a los sistemas vivientes características singulares. La ciencia define estas características con el concepto de "autopoiesis". Las estructuras autopoiéticas se encuentran en un complejísimo extremo del espectro natural de los "sistemas abiertos". El espectro abarca desde sistemas autoorganizativos simples (los remolinos, la Mancha Roja de Júpiter) hasta estructuras disipativas químicas más complicadas (la reacción Belousov-Zhabotinsky) y sistemas autopoiéticos de elevada complejidad (nosotros mismos). Los sistemas autopoiéticos son criaturas notables y paradójicas. Por ejemplo, las estructuras autopoiéticas, al tener capacidad de autorrenovación, son muy autónomas, y cada cual posee una identidad propia que * Tomado DE: Briggs J. y Peat D. Espejo y reflejo: del caos al orden. Gedisa. Barcelona. 1989
Maestría en Docencia de las Ciencias Naturales
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