MEMORIA E HISTORIA CON POCOS RECURSOS Del 19 al 24 de febrero se celebró el Festival Punto de Vista, con la crisis, la transformación socio-económica, los relatos en primera persona y las historias mínimas como telón de fondo Ingrid Guardiola El Festival Punto de Vista es un encuentro de referencia para todo aquel que desee adentrarse en el documental más heterodoxo. En competición oficial concursaron 17 películas de las más de 1.500 que se presentaron. Todo documental espejea poliédricamente el mundo en el que vivimos, de ahí que el tema de la crisis no esté exento de presencia y, como dijo su director, Josetxo Cerdán, se pudo ver en los contenidos de los documentales de la sección Oficial y de la sección La región central, pero sobretodo en las retrospectivas dedicadas al alemán Thomas Heise y Eduardo Couthinho. En la sección Heterodocsias, tuvo lugar una retrospectiva, comisariada por Luis E. Parés, de José María Berzosa, proclive en su exilio francés, ninguneado en tierra patria. En las “sesiones especiales”, se pudo ver el estreno de la última película del maníaco-obsesivo Alan Berliner, First Cousin Once Removed, un emocionantísimo documental sobre su primo con Alzheimer. El mismo rodaje se convierte en material de archivo para ver la evolución de la “immemoria” que asalta a su familiar, un desaprenderse de sí mismo a la fuerza. Para Berliner, obcecado en almacenarlo y catalogarlo todo, el Alzheimer no es, sino una especie de muerte en vida. La segunda pieza, Invisible de Víctor Iriarte, también está marcada por la impronta performativa (o subjetiva), el relato en primera persona que, a base de ensayarse, desemboca en el callejón de la auto-ficción, un gesto común que últimamente hemos visto en el trabajo de Elías Leon Siminiani (Mapa) y de Andrés Duque (Ensayo final para utopía). Víctor Iriarte confabula ya desde la sinopsis una ambigüedad narrativa, un pseudo-diálogo entre el documental y la ficción: “Te dije que estaba preparando una película de vampiros y que me gustaría que hicieras la banda sonora. Tú me preguntaste si era una película triste y yo te dije que un poco. Después me preguntaste si era una película sobre nosotros y yo te dije que sí”. Invisible es un relato donde la acción se reduce al mínimo común denominador (como en las películas de abulía adolescente y de absurdo narrativo que se pudieron ver del jovencísimo Alessio di Zio), donde la tensión reside en lo que esconde más que en lo que explicita, en lo que queda off the reccord, en la tristeza de fondo de la voz de Iriarte donde despuntan, tímidamente, los restos de lo real. Otras dos piezas clave de las sesiones especiales fueron A Spell to Ward off the Darkness de Ben Russell y Ben Rivers y Emak Bakia Baita de Oskar Alegría, o cómo la poética del viajante sin rumbo reside en el azar y también, en el juego, dos lecciones sobre nuevas formas de elaborar la “aventura documental” con escasos elementos. De las películas del jurado destacaría J. P. Sniadecki (ganador del Punto de Vista 2011 con Foreign Parts): People’s Park (un plano-secuencia por el Parque Popular de Chengdú en Sichuan) y Yumen, donde deviene el Joris Ivens del paisaje chino que bascula entre la poética callada de las máquinas extractoras y la inmensidad religiosa de la tundra y las rocas. Otros “puntos de vista” de esta edición a los que nos debemos: Bill Morrison (con Tributes-pulse, un homenaje a cuatro músicos norteamericanos del siglo XX trabajado a partir de un excelente montaje con imágenes de archivo), Stephen Dwoskin, Jem Cohen, Pedro González,
Virginia García del Pino, Jorge Tur, Luís Escartín o George Sylvain.