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Estado de situación

comúnmente a las mujeres. En relación también con los roles, se encuentra la necesidad de promover el emprendimiento de las mujeres jóvenes a través de ayudas y de la provisión de recursos de apoyo, además de la creación de redes de apoyo entre mujeres jóvenes dentro del mundo emprendedor y las empresas emergentes.

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Expectativas laborales

Uno de los primeros aspectos a la hora de analizar del panorama del empleo y la ocupación entre las mujeres jóvenes tiene que ver con sus expectativas. Un estudio publicado por el Instituto de las Mujeres y para la Igualdad de Oportunidades (IMIO) refleja que entre los aspectos más importantes de la vida las mujeres entre 18 y 34 años consideran su situación económica y su vida laboral. Así, en una escala de 0 a 10, la primera es puntuada con 8,8 mientras lo laboral se puntúa con 8,6. (IMIO: 2019). De hecho, ese mismo estudio señala que lo más importante para las mujeres jóvenes es encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Con respecto a las expectativas sobre el trabajo deseado, el 58,7 % de las mujeres jóvenes sitúa como lo más importante lograr el equilibrio entre su trabajo y su vida personal, seguida de lejos por tener un buen salario (19,5 %) y la última tener la oportunidad de ascender o lograr el éxito (8,3 %). Es significativo que un reciente estudio de la fundación SM señala que, a la hora de elegir trabajo, en jóvenes de entre 21 y 24 años, la posibilidad de ascenso rápido constituye un factor importante para un 6 % más de hombres que de mujeres (Fundación SM: 2020).

Ocupación

La brecha de género se aprecia en la tasa de empleo, aunque los datos que poseemos no segregan por grupos de edad dentro de la población joven. A pesar de ello, en los últimos datos ofrecidos por el INE relativos 2020 para la población de 16 a 24 años indican que existe una diferencia de 4,2 puntos entre la tasa de empleo de hombres y mujeres. Es destacable que esta brecha es persistente y se ha agudizado, para este grupo de edad, en los últimos tres años, con una ligera recuperación en 2020. Los datos del estudio anteriormente mencionado del Instituto de las Mujeres para 2019 señalan que aquellas de entre 18 y 35 años trabajan en su mayor parte (38,7 %) seguidas de las que estudian (23,2 %) o estudian y trabajan (17,0 %). Por debajo se encuentran las que están en paro pero han trabajado anteriormente (10 %) y muy por debajo las dedicadas a las labores del hogar (4,5 %) o las que buscan su primer empleo (3,0 %) (IMIO: 2019).

En lo que respecta a los puestos de trabajo desarrollados, la encuesta del IJE2020 revela que la población continúa reproduciendo, en gran medida, las pautas de segregación de las cohortes anteriores: las mujeres se concentran en el sector servicios y administrativo (68,1 % y 65,5 %, respectivamente), mientras los hombres siguen siendo mayoría en los puestos directivos (66 %) y en las ocupaciones manuales (72 %).

Desempleo

Otro de los problemas que las mujeres jóvenes sufren en mayor medida que los hombres es el desempleo. La tasa de desempleo, con datos de 2019, es ligeramente superior en las mujeres jóvenes (29,9 %) que en los hombres (28,5 %), si bien durante los años más duros de la crisis fue a la inversa. Parece existir una relación entre la coyuntura económica y las diferencias de género en el empleo juvenil. Por sexo, los jóvenes parados se distribuyen en 46,96 % hombres y 53,04 % mujeres. Por tramos de edad, el grupo más representativo vuelve a ser el de 25 a 29 años con un 53,07 %, seguido de los de 20 a 24 años con el 35,52 % y la menor proporcionalidad es para los menores de 20 con el 11,41 %. Por otra parte, según datos de Eurostat de 2020, el porcentaje de jóvenes que no trabajan ni estudian es bastante elevado y coincide en ambos sexos (17,3 %), superior a la cifra de 2019 (14,9 %) y a la UE27 (13,7 %) (EUROSTAT: 2020).

Discriminación laboral

De acuerdo con la encuesta del IJE2020, la precariedad es mayor entre las mujeres que entre sus compañeros varones. Concretamente, en 2019, un 36,2 % de mujeres jóvenes trabajaba a tiempo parcial (25,5 % de los hombres) y solo el 28,2 % tenía un contrato estándar (indefinido y a tiempo completo) en comparación con el 35,2 % de los hombres. En cuanto a la temporalidad, el 43,5 % de las mujeres jóvenes tenía un contrato temporal frente al (36,8 %) de los hombres. Esta tendencia se ha agudizado, como indican los datos del INE para 2020 recogidos en el IJE2020, y muestran que el último trimestre de ese año el empleo a tiempo parcial afectaba al 67,1 % de las menores de 19 años, al 45,4 % de las mujeres de 20 a 24 años y al 25 % de las mujeres de 25 a 29 años. Para los hombres, las cifras eran de 49,2 %, 29,8 % y 13,8 % respectivamente. En cuanto a la temporalidad entre los jóvenes, alcanzó el 52,1 % llegando hasta el 55,6 % entre las mujeres (IJE2020: Resumen Ejecutivo). También en la UE27, el empleo a tiempo parcial es mucho más frecuente en las mujeres jóvenes (15-29 años) que en los hombres, sin embargo España supera a la UE en casi 2 puntos porcentuales. Los principales motivos de empleo parcial para las mujeres son la falta de empleos a jornada completa (51 %) y

la educación y formación (31,1 %), al igual que en los hombres; el cuidado de hijos solo explica el 5,6 % del empleo parcial. Esto puede responder a la edad más tardía para tener hijos.

Gráfico 36. Porcentaje de empleo parcial sobre el empleo total Edad 15 a 29 años. Año 2020

Fuente: Eurostat.

Uno de los principales motivos de discriminación que sufren las mujeres en el ámbito laboral es el relacionado con la maternidad. De las personas que han dejado de trabajar por cuidar a un hijo o hija propio o de la pareja, el 87 % de los hombres lo hicieron por un período de seis meses como máximo. En el caso de las mujeres estos períodos son más desiguales, el 50 % realizaron una interrupción de seis meses, el 21 % entre seis meses y un año y el 10 % durante más de 5 años. El Centro Reina Sofía para la Infancia y la Adolescencia y la Fundación FAD (CRSFAD: 2021) han publicado un estudio en el que se ocupan de la maternidad juvenil y arroja datos interesantes. De ellos se desprende un cambio en la edad y en la actitud hacia la maternidad de las mujeres jóvenes motivado por factores laborales. Se da lo que en este estudio se llama una “brecha entre querer y poder”. Las jóvenes, en una altísima proporción (85 %) señalan, entre las condiciones necesarias para tener su primer hijo/a, la estabilidad residencial, laboral y económica. También se considera fundamental la conciliación laboral y familiar (para un 81,8 %) y el contar con una red social de apoyo para el cuidado (ya sea una relación estable para un 78 % o la relación con los familiares en un 69,2 %). Estas mujeres apuntan también a factores que tienen que ver con la realización personal antes de ser madre (52 %) y los logros profesionales (65,7 %). Los datos de este estudio arrojan que 5 de cada 10 mujeres con hijos/as han experimentado cambios profesionales por su situación de maternidad a distintos niveles, aunque cabe destacar que únicamente el 11,5 % ha dejado de trabajar definitivamente. Estos cambios han sido percibidos como voluntarios en un 65 %, mientras que un 35 % reconoce haberlos aceptado de forma obligada. Es

interesante que un 46,5 % de mujeres han sufrido “limitación de oportunidades de promoción” a raíz de ser madres y solo para un 35,2 % estas se han producido de forma voluntaria. Llama la atención que, pese a ello, la mayoría de las mujeres no asocia la maternidad a un obstáculo profesional, solo un 22 % de las mujeres sin hijos y un 18,4 % de las que son madres lo ven así. Hasta un 38 % de las mujeres jóvenes con hijos/as, sí considera haber experimentado algún tipo de discriminación laboral por el hecho de ser madre (CRS/FAD: 2021).

Conciliación y corresponsabilidad

En lo que se refiere a la corresponsabilidad y al reparto de tareas domésticas el estudio CRS/FAD (2021), pone de manifiesto que, entre quienes viven en pareja un 30,4 % de mujeres afirma que son ellas quienes realizan las tareas domésticas frente al 14,4 % de los hombres. Entre quienes residen en el hogar familiar, el 45,5 % de las mujeres y el 30 % de los hombres señalan que las tareas domésticas las realizan principal o exclusivamente las mujeres. Esta desigualdad, sin embargo no es percibida de manera igualitaria, sino que lo es sobre todo por ellas. Asimismo, es destacable que el 73,1 % de los hombres y el 64,9 % de las mujeres entre quienes residen en pareja afirma que las tareas son realizadas por igual por ellas y ellos. En el caso de quienes viven en el hogar familiar los porcentajes, respectivamente, son del 64,9 % y del 51,1 %. Ese mismo estudio señala que entre los hombres, un 34,9 % piensa que el hecho de que una mujer tenga un trabajo a jornada completa afecta negativamente a la vida familiar (32,2 % en el caso de las mujeres). En contraste, ellas valoran en menor medida que ellos (25 % frente a 32,3 %) el caso contrario, que cuando lo hombres tienen un trabajo a jornada completa el hogar se resiente. A pesar de ello, se está produciendo un cambio en la valoración de la corresponsabilidad, como indican los datos de la Encuesta Europea de Valores aplicada a España, con el 92,3 % de las personas consultadas que creen que “los hombres deben asumir tantas responsabilidades como las mujeres en el hogar y con los hijos, y el 83,9 % que los ingresos del hogar deben ser aportados por ambos” (CRS/FAD: 2021). 

Emprendimiento

En relación a este tema, el barómetro CRS/FAD (2021b) indica que la percepción femenina de en qué medida el emprendimiento define a mujeres y a hombres es similar, mientras que para los hombres jóvenes, el emprendimiento es una capacidad claramente masculina, con un 23 % de varones que piensan que les define, frente al 11,8 % que piensan que es una cualidad que define a las mujeres. Además, ante la pregunta de las atribuciones profesionales, tanto mujeres jóvenes como hombres, creen mayoritariamente que para la gestión empresarial ambos están igualmente cualificados, aunque el porcentaje de las/los que opinan que los hombres son mejores es superior tanto en ellas (21 %) como en ellos (28,1 %).

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