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Los cocolos en San Pedro de Macorís
San Pedro de Macorís se convirtió en el centro más importante del cultivo cañero y la producción de azúcar crudo para la exportación. En 1918, unos siete centrales en la periferia de la ciudad sembraban y molían caña para la producción y embarque en el puerto situado en el lado oriental del río Higüamo o en sus propios muelles instalados en los afluentes que convergían en ese río.
En los años 1919, 1920 y 1921, la ciudad de San Pedro de Macorís fue el puerto de entrada del 48 % de los inmigrantes. De estos, 76 % era de «color», según la clasificación censal (León [1920], 1975:110). En 1920, 5,666 personas de estas islas, 62 % del total en el país, se radicaron en la provincia de San Pedro de Macorís: 3,615 de las Antillas británicas, seguido por 1,498 de las holandesas, 732 de las francesas y 552 de las danesas (León [1920], 1975:146). Esta afluencia caribeña hizo de San Pedro de Macorís la provincia con mayor proporción de «negros», 41 % de acuerdo con el censo18 .
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18 Le seguía Santo Domingo con 38 % y Azua, Barahona y Montecristi con 30-31 %.
Estas tres últimas, provincias colindantes con Haití.
Mapa de San Pedro de Macorís
Inmigrantes cocolos en la proa de un barco que se dirige a República Dominicana, 1920
Fuente: Colección personal, Humberto García Muñiz.
Los cocolos en San Pedro de Macorís
Danés 10 %
Francés 13 %
Inglés 64 %
Fuente: Colección personal, Humberto García Muñiz.
Holandés 13 %
En 1920, la población caribeña de «color» alcanzaba unos 37,451 habitantes, 4.2 % de la población total del país. De estos, unos 28,258 (75 %) eran haitianos y 9,191 (25 %) inmigrantes del resto del Caribe no hispanohablante. El mayor por ciento de una población caribeña de «color» se encontraba en San Pedro de Macorís (20 %) y, a continuación, en Montecristi, en la frontera norte con Haití. Los haitianos en San Pedro de Macorís llegaban solo al 5 % de la población, mientras que los inmigrantes de «color» del resto del Caribe no hispanohablante sumaban 15 %. Los cocolos superaron a sus homólogos haitianos solo en las provincias de San Pedro de Macorís y Samaná.
Cocolos transportados en un vagón de caña para los bateyes, 1920
Fuente: Colección personal, Humberto García Muñiz.
Con un alto número de cubanos, puertorriqueños, cocolos y haitianos, San Pedro de Macorís se reveló tal vez como la provincia más caribeña del Caribe19. También sirvió como un importante centro de atracción para la migración interna. Debido «a su rápido progreso [...] en todo el ámbito de la República se escuchaba la misma consigna: A Macorís, a
19 Para una discusión de las distintas migraciones, véase García Arévalo, Álvarez Santana et al., 2000.
Macorís» (Moscoso Puello [1956], 1978:398). Su crecimiento como ciudad azucarera atrajo también a otros forasteros no caribeños, entre los cuales se destacaron los españoles y los árabes. El ambiente cosmopolita se convirtió en su sello distintivo, por lo menos durante las tres primeras décadas del siglo XX. La ciudad era, según Francisco Moscoso Puello (1981), un territorio «desdominicanizado» (136-137).20
20 Moscoso Puello, un reconocido médico y hombre de letras, se traslada a la capital en la década de 1930. Estaba casado con Lidia, la hermana mayor de Joaquín Balaguer.