UNIVERSIDAD YACAMBÚ VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO MAESTRÍA EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLÓGICAS
VIOLENCIA EMOCIONAL
Inocencio Gómez C.I. 2.508.773 ARAURE, 05 DE OCTUBRE DEL 2.013
VIOLENCIA EMOCIONAL
La emoción es un estado afectivo, es decir, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras. Las cuales han sido clasificadas por los entendidos en seis tipos: Miedo, Aversión, Alegría y la ira. El estado emocional sobreviene en el individuo siempre que entran en juego su vida, sus intereses personales o morales, los de su familia o los de la especie. Quiere esto decir que la emoción parece ligada a cuanto contribuye de un modo directo al progreso o perjuicio del ser humano (HERRERA SOL DE MARÍA, 2003). De estas emociones va ser la Ira, la que produce efectos más malvados, convirtiéndose en una fuente de comisión de delitos. Todos hemos experimentado la ira alguna vez. ¡Incluso algunos disfrutamos con ella! La ira es un obstáculo al crecimiento espiritual y puede adoptar muchas formas: gritos, violencia, respuestas cortantes y tonos hirientes, fumar comprar, comer en exceso, dejar de comer, beber, drogarse, entre otras muchas cosas. ¿De dónde procede toda nuestra ira? Si examinamos esta poderosa emoción, hallaremos que gran parte de nuestra ira realmente procede del miedo a no poder controlar el resultado de una determinada situación o las acciones de los demás. Surge de nuestra no aceptación de una situación dada o de la manera en que una persona está actuando, que es diferente de la manera en que nosotros actuaríamos. La Ira es enojarse sin medida y el tener deseos de venganza. Pecas de ira cuando eres un energúmeno, te enojas y gritas en casa ( porque ni modo, ese es tu carácter) ,cuando cada vez que un hijo tuyo se acerca a ti eres el padre o la madre que está de malas, cuando por una cosa sin importancia armas un drama, te pones rojo de coraje y te peleas con todos. La virtud a cultivar contra la Ira es LA PACIENCIA, ir poco a poco dominando tu carácter, como dicen en la tele: cuenta hasta diez antes de explotar, no permitirte gritar, enojarte y hacer corajes, lo cual puede degenerar en una conducta ilícita por surgimiento de un trastorno mental transitorio. La Ira puede originar dos clases de trastornos mentales transitorios, VANNINI (Citado por Herrera sol de María, 2003), expresa que debe distinguirse entre los estados emotivos y pasionales más o menos normales que desencadenan una reacción violenta pero vencible, y aquellos estados anímicos que, sin configurar precisan formas clínicas de anomalía mental, alteran tan
profundamente el funcionamiento de la psiquis que eliminan o afectan sensiblemente las esferas intelectiva, afectiva y volitiva de la personalidad, particularmente esta última. En el primer supuesto, el agente ha realizado comportamiento típico, antijurídico y culpable, del cual debe penalmente responder, aunque su estado anímico determine disminución punitiva como la que establece el artículo 63 CPV, o el 421 del CPV derogado; en el segundo supuesto, la honda perturbación síquica puede dar lugar a situación de inculpabilidad por ausencia transitoria de los mecanismos sicológicos que determinan el actuar doloso o culposo del agente. Art. 62 CPV., para los que piensan que la emoción no puede generar trastorno mental transitorio, el delito emocional sólo es una circunstancia atenuante de la culpabilidad fundamentada en el comportamiento de un tercero, en nuestra opinión, la ira como emoción, constituye uno de los factores más idóneos para la gestación de violencia, y en consecuencia generador de delitos. Siendo uno de los factores básicos de la violencia intrafamiliar.