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2.2. Barrido y limpieza de espacios públicos

Ahora bien, no todas las municipalidades pueden manufacturar sus propias bolsas, en cuyo caso deben de obtenerlas como adjudicación simplificada, como es la Municipalidad Distrital de Bellavista quienes por medio de concurso público adquirió 670 000 bolsas de polietileno de baja densidad de un espesor de 1.8 micras por un monto de S/ 167 500,00. En este proceso la municipalidad estableció un periodo de garantía de tres meses, asegurándose de esa forma que mientras distribuye las bolsas estas no se deterioren.

Cabe resaltar que para la implementación de la actividad de fabricación de bolsas es necesario analizar su viabilidad económica, ya que es muy probable que se pueda encontrar en el mercado dicho producto, con las mismas características de fabricación, pero a un menor precio, debido fundamentalmente a que las máquinas de fabricación normalmente tienen una producción alta, lo cual reduce costos por economía de escala.

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2.2. Barrido y limpieza de espacios públicos

Tiene por finalidad retirar los residuos sólidos de los espacios públicos que incluyen vías, plazas y demás áreas públicas. Para el caso de limpieza de espacios públicos, se incorpora el almacenamiento primario mediante papeleras o contenedores (D. Leg. 1501, 2020). Operativamente el barrido puede ser desarrollado de forma manual o mecanizada, dependiendo de la extensión, recursos económicos y operativos con los que cuente la municipalidad. Asimismo, ambos modelos pueden ser implementados en un mismo servicio; sin embargo, para ciudades con una población de hasta 10 000 habitantes es recomendable la aplicación de barrido manual y para ciudades con una población mayor se puede aplicar el barrido manual y mecanizado. No obstante, el uso de máquinas barredoras se encuentra justificado para vías amplias que se encuentren pavimentadas y que tengan una longitud mayor de 10 km de ruta continua (MINAM, 2019).

El barrido y limpieza de espacios públicos es uno de los componentes del manejo de residuos que más recurso económico ejecuta, por la cantidad de trabajadores de limpieza que se alberga en ese servicio. Por lo tanto, en la medida que se controle adecuadamente el rendimiento operativo del personal, en esa misma medida se podrá tener el número más eficiente de

personas trabajando en dicho servicio. Al respecto, la literatura y experiencias nos dan diversos valores de rendimiento de personal, que pueden variar desde 1 hasta 2.5 kilómetros por turno de 8 horas y por trabajador; sin embargo, las características de cada localidad (tamaño de población, ubicación geográfica, clima, contextura del trabajador, entre otras variables), hacen que los rendimientos sean disímiles y por lo tanto se haga imprescindible determinar un indicador propio para cada localidad.

Por consiguiente, para determinar el indicador local, se tiene que aplicar la metodología de tiempos y movimientos; es decir, realizar un seguimiento al trabajador en su rutina normal de trabajo para conocer sus tiempos útiles y muertos. Para tal efecto, se llenan formatos de seguimiento en donde por cada acción que realice se tome el tiempo dedicado y así tener la totalidad de sus tiempos en el turno de horas que tiene asignado; así podrá deducirse el valor del rendimiento de eficiencia del trabajador, quitando o restando el valor de tiempo muerto. En la medida en la que se reduzca o elimine ese tiempo muerto, se podrá incrementar el valor de rendimiento del trabajador, propio de cada localidad. Los tiempos dedicados a refrigerio y descanso natural del trabajador no se consideran tiempos muertos.

Figura 12 Ejemplo de Barrido manual

Nota: Extraído de Peru21, recuperado de: https://peru21.pe/lima/brena-recuperan-espacios-publicos-y-realizan-limpieza-en-la-avbrasil-noticia/

En relación al barrido mecánico, algunos municipios podrían haber optado por migrar hacia esa opción tecnológica pensando en ahorrar recursos humanos, empero si no se toman en cuenta las características o condiciones particulares de su localidad, se encarecería su servicio. Es importante considerar:

• el estado de sus vías o escasa disponibilidad de vías lisas (pavimentadas); • las pendientes de las vías; • el tipo de residuo pesado presente en las vías; • el incremento de los costos de operación por reemplazo constante de los escobillones del vehículo y la necesidad de agua para riego; • el mantenimiento especializado de los equipos.

Sobre el particular, antes de implementar un barrido mecánico es fundamental realizar un análisis de la viabilidad económica por los costos de operación que eso pueda significar; a pesar del alto rendimiento que pudiera ofertar el equipo de barrido.

Como se había indicado, este componente de barrido, de acuerdo al Decreto Legislativo 1278 y su Reglamento, incluye el almacenamiento de los residuos sólidos en los espacios públicos, los que son generados por la población flotante. Su importancia radica en:

• facilitar la disposición del residuo liviano, generado por el peatón en el espacio público; • reducir el trabajo operativo del barrido en los espacios públicos, al concentrar de manera temporal los residuos en los depósitos peatonales.

El diseño de esos depósitos de almacenamiento temporal y su instalación, deben tener condiciones funcionales, ergonómicas y estéticas, al respecto, se indican algunas características principales:

• el material de fabricación del depósito peatonal ya sea metálico, plástico, fibra de vidrio, madera o combinación de materiales, debe ser resistente e ignífugo y en la medida de lo posible liviano, que permita su maniobrabilidad, considerando si existe vandalismo en la localidad que complique la vida útil del mobiliario urbano;

• la altura de la abertura del depósito debe estar al nivel de la mano, para facilitar el ingreso del residuo; • limitar el tamaño de la abertura del depósito para evitar el ingreso de residuos de mayor volumen, de preferencia con abertura lateral que impida el ingreso de agua pluvial. Si se coloca tapa, en lo posible que sea basculante para evitar entrar en contacto; • facilidad para retirar los residuos de la parte interior del depósito; • el diseño debe considerar la dimensión estética (forma, color material, tamaño) respetando las características locales y el entorno urbano; • la papelera debe estar montada sobre una estructura fija, simple, sólida y anclada al piso, que asegure la estabilidad del depósito de almacenamiento.

La ubicación de los depósitos peatonales dependerá, en gran medida, de la concentración de personas en ciertos espacios públicos, como zonas de recreación (parques), zonas de comercio, edificios institucionales, centros de educación, supermercados, entre otros. Por ende, la cantidad de depósitos estará sujeto a la cantidad de residuos generados en dichos espacios, valor que puede ser determinado en un estudio de caracterización de residuos. En el mismo estudio se podrá determinar la densidad de dichos residuos, para establecer cuál sería el volumen de cada depósito peatonal. Al valor del volumen calculado para el depósito se le podría adicionar un porcentaje como factor de seguridad, por cualquier contingencia respecto al retraso en el recojo.

Se debe tener en cuenta que, para que funcione este componente se requiere mucha cooperación de la población; por lo que se recomienda incidir en los programas de sensibilización sobre malas prácticas para evitar el arrojo de desperdicios en la vía pública.

Otro aspecto a tomar en cuenta en el almacenamiento público es la instalación de puntos limpios, el cual debe estar en función al programa de segregación a implementar. En ese sentido, y dependiendo del tipo de material aprovechable que se pretenda reciclar, hay que considerar la incorporación de depósitos adicionales, incluyendo el tipo de color que le corresponde al material de acuerdo a la Norma Técnica Peruana actual. No se recomienda incluir tipos de depósitos adicionales en los puntos limpios, si no se tiene seguridad de los tipos de materiales que se van a valorizar.

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