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2.7. Valorización

producto en diferentes presentaciones en peso; por ejemplo, en empaques de 100, 50, 25 o 10 kg. Pero también pueden hacer en empaques de menor peso como son de 5, 2 o 1 kg., evidentemente dependiendo de la demanda para distribución en el mercado.

Los empaques pueden ser de diferente tipo de material, plástico, papel, cartón, madera, vidrio e inclusive metálico, aunque se debe tomar en cuenta su característica de resistencia a la humedad, al calor, al frío y necesidad de oxígeno; pero también, es importante considerar la forma de presentación del producto en el mercado para que sea atractiva su venta.

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Debemos tener presente que todas las actividades descritas implican un costo de inversión y de operación, por lo tanto, es necesario que se realice la evaluación de costo para analizar la viabilidad de la propuesta.

2.7. Valorización

La valorización constituye la alternativa de gestión y manejo que debe priorizarse frente a la disposición final de los residuos (D. Leg. 1501, 2020). Se realiza en infraestructuras adecuadas y autorizadas, debiendo priorizarse la valorización de forma material, como reutilización, reciclaje, compostaje, recuperación; o de forma energética, como coprocesamiento, coincineración, biodegradación, entre otros. Esta etapa del manejo debe estar engranada con el programa de segregación en fuente y recolección selectiva que se lleve a la práctica en el Gobierno local. En dicho programa será conveniente la implementación de las actividades indicadas en los siguientes puntos:

a) Implementación de un centro de acopio de residuos sólidos municipales. Actividad destinada a recibir y almacenar los residuos sólidos aprovechables no peligrosos, de forma eficiente y segura, en el marco del programa de segregación en fuente y recolección selectiva. Este servicio debe contar con un cerco perimétrico, estructuras lisas y lavables, pisos de cemento, canales de evacuación para aguas de lluvias, sistemas contra incendio, entre otros elementos. Asimismo, se debe tener un registro de ingresos y salidas de residuos, además del porcentaje de los que ingresan mezclados o mal segregados, con

la finalidad de desarrollar estrategias que permitan minimizar esas mermas.

b) Implementación de una planta de valorización. En este tipo de infraestructuras, los residuos pueden ser acondicionados y almacenados de acuerdo con sus características físicas, químicas y biológicas, pasando por un proceso adicional que transforma el residuo y permite aprovecharlo de una manera diferente. Por ejemplo, si es valorización material, los residuos aprovechables se pueden triturar, empaquetar o separar; si es energética, el residuo puede llevarse a coprocesamiento, insertarlo como combustible para usarlo como energía por su alto poder calorífico en otro proceso industrial; o coincineración, que busca adicionar residuos con poder calorífico en los hornos. Cabe hacer hincapié que, en la actualidad el MINAM impulsa que todas las infraestructuras de disposición final de residuos sólidos, como rellenos sanitarios, cuenten con una infraestructura de valorización de residuos, esto asegura o busca concientizar a que solo se dispongan los residuos no aprovechables.

c) Identificación de actores. El éxito de las dos actividades indicadas anteriormente recae en identificar a los generadores de residuos y convencerlos de participar en esta propuesta de valorización, siendo necesario que dichos actores estén debidamente calificados y comprometidos; eso cerraría el circulo en este proceso de valorización. Es importante mencionar que los arbitrios no pueden incorporar costos por concepto de valorización, en ese sentido ese sistema de aprovechamiento tiene que ser asumido con otros recursos de la municipalidad.

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