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INTEGRACIÓN 64

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CON MUCHO TACTO

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CULTURALES

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Latidos tusanes

a Ritmo de Cajón

Convencida de que en la diversidad cultural que lo caracteriza está la riqueza y no el talón de Aquiles de nuestro país, la diseñadora Eileen Wong escribió, ilustró y ha puesto en circulación un cuento para niños llamado “Valentín”. Además de haber merecido un importante premio internacional por su trabajo, viene concretando su deseo de llegar a las familias con un mensaje integrador que planea ir ampliando hasta abarcar a todos los grupos que conforman nuestra sociedad.

Escribe Mariella Checa Fotos: Alberto Távara

Eileen Wong Chiu es descendiente de chinos por donde se le investigue, pues las cuatro ramas de donde proviene tienen el mismo origen. Por si esta filiación fuera poca, se casó también con un tusán. Del mismo modo, su fisonomía delata a sus ancestros a tal punto que, cuando viaja al extranjero, nadie le cree cuando dice que es peruana. Cuenta también, china de risa, que no son pocas las veces en que los dueños de algunos chifas han creído reconocer en ella a una paisana.

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Eileen Wong, escritora e ilustradora de Valentín, libro infantil que ha merecido el “Rayo de Plata”, en la sexta edición de los Ladawards.

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A través del protagonista busca revalorar las tradiciones y cultura afroperuana. Abajo, su hija Emma, su más exigente evaluadora.

Sin embargo, entre los recuerdos más vivos de su infancia, figuran, al lado de generosos banquetes provistos con wantán, saltados y huevos al vapor, las jaranas de las que fue testigo y de alguna manera partícipe cuando vivía con su familia en Huaral: “Allá se celebraba con guitarra, con cajón, con música criolla. Mi abuela materna llevaba siempre su grupo criollo. También mi papá escuchaba esa música”, relata. Explica así el interés que, siendo ya adulta, la llevó a aprender bailes afroperuanos y a dedicar su primer cuento infantil a una cultura, a un grupo humano que cualquiera podría pensar ajenos a ella.

“Yo quería hacer un cuento para niños, pero no tenía la historia, y al

mismo tiempo que estaba en un taller de escritura, donde descubrí cuáles son los temas que me mueven, me interesan y tienen más valor, estaba en un taller de danzas afroperuanas. Me involucré tanto, estaba tan emocionada con lo que estaba viviendo, que me dije: ‘tengo que hacer algo para explicar lo que estoy sintiendo con la música afroperuana y la danza’”, refiere. Fue así como nació “Valentín”, el cuento infantil del que no solo es autora, sino también ilustradora, y que ha merecido el “Rayo de Plata”, en la sexta edición de los Ladawards, competencia en la que este año participaron 1150 profesionales, en diez categorías, así como 41 jurados de diferentes países. “La categoría en la que participé fue Editorial y el premio fue a Libro Ilustrado. La

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Las jaranas infantiles en

Huaral, con guitarra y cajón, así como un taller de danzas afroperuanas, han sido motivo de su inspiración.

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mayoría obtuvo bronce, porque es muy difícil ganar plata, pero ‘Valentín’ llegó a plata. Normalmente se premia el diseño, pero en este caso ha sido la ilustración y aparte el sustento que hubo, que era un proyecto con un propósito”, explica la diseñadora.

Ciertamente, Eileen ve en su trabajo mucho más que un libro: “Es una iniciativa chiquita, un grano de arena, desde los niños, que son lo más limpios y puros, para hacer llegar el mensaje que tenemos que respetarnos tal cual somos y también sentirnos orgullosos, no avergonzarnos si somos bodegueros, tamaleros… y también tenemos que respetar a los que estuvieron antes de nosotros, porque gracias a ellos estamos aquí y somos los que somos”, dice. Confiesa, además, su intención de llegar a un público adulto: “Lahistoria también está dirigida a los padres, a las familias. Muchas veces los mensajes que son para niños nos tocan también a nosotros, los adultos, de una manera importante; eso es lo bueno de un cuento infantil: que entra disimuladamente en las casas, pero nos apela también a los adultos”, comenta.

En tal sentido, y aunque no promete nada, Eileen Wong menciona su intención de hacer de “Valentín” el volumen de una serie que recoja la diversidad cultural que tenemos en el Perú: “Si hoy estamos hablando de lo afroperuano, mañana podríamos estar ocupándonos de lo

“Es una iniciativa chiquita, un grano de arena, desde los niños, que son los más limpios y puros, para hacer llegar el mensaje que tenemos que respetarnos tal cual somos”.

tusán y más adelante podríamos abordar las raíces de la sierra o de la selva, y así ir avanzando”, señala.

Mientras tanto, viene presentando activamente su cuento, no solo en librerías, sino en espacios culturales y abiertos, como la Alameda Chabuca Granda, donde la gente se congrega alrededor de la música que también es parte del producto y que pone a todos a bailar y zapatear: “Los textos están en rima, pero

además el libro tiene tres QR, que al ser escaneados, llevan a un reproductor de música que permite escuchar las canciones de Javier Lazo y Fernando Toro. Una es en ritmo de panalivio; la segunda es un festejo, con un poco de violín y zapateo al medio; y la tercera lleva el mensaje que quiero transmitir, y es que todos somos el color del mundo”, detalla.

Aprovecha espacios culturales abiertos para dar a conocer su cuento, difundiendo también la música afroperuana que es parte del libro.

Los dos años y medio que transcurrieron hasta que la idea se hizo libro incluyeron todo tipo de cuidados: desde la constante evaluación de sus hijos, Luca y Emma, de diez y siete años, respectivamente, hasta la opinión de sus maestros de danza afroperuana: “Mi preocupación era que no siendo parte de la cultura afroperuana, pudiera estar haciendo algo irrespetuoso”, recuerda. Sin duda, un valioso gesto de profesionalismo y amor al prójimo.

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