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El Día del Adulto Mayor ¿es para festejar a nuestros abuelos?

¡No! es para tomar conciencia de la violencia que permea en su entorno

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El otoño anuncia el fin de un ciclo, el ocaso de la vida, caen las hojas de los árboles, decae el sistema inmunológico en los seres humanos que abre las puertas a todo tipo de achaques y enfermedades; algunos evidencian apatía por la vida, se acentúa la soledad, el mal humor hasta llegar a cuadros depresivos y en casos extremos, el suicidio.

Una situación incomprensible para algunas familias, donde al adulto mayor se le excluye al verlo como una carga, un estorbo, un ser despreciable, menos que ser humano y en consecuencia, en objeto de múltiples agresiones y desprecios; en el mejor de los casos, los recluyen en las pomposamente llamadas casas de descanso o de retiro, que no son otra cosa más que asilos o una especie de cárcel donde pasará sus últimos días de vida.

Tan grave es la situación de los adultos mayores a nivel mundial, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

decretó el Día Internacional de las Personas de Edad, con el objetivo de sensibilizar a la población en general sobre la importancia de proteger y hacer valer los Derechos de los Adultos Mayores y los problemas a los que se enfrentan constantemente.

Una situación inocultable debido a que a nivel mundial, la esperanza de vida de la población va en aumento; los datos del Consejo Nacional de Población (Conapo) de la Secretaría de Gobernación, estiman que los nacidos en 2019 alcanzará en promedio los 75.1 años, una esperanza de vida mayor a la que se tenía hace 40 años que era de 66.2 años.

Para las mujeres estima una esperanza de vida superior a la de los hombres con una brecha de casi seis años; es decir, de aquí al 2030, la esperanza de vida alcanzará los 76.7 años en promedio, para las mujeres será de 79.6 años y para los hombres de 73.8 años.

Es decir la población se incrementa actualmente, datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indica que en el tercer trimestre del año 2019, la población de adultos de 60 años o más representa alrededor del 17 por ciento de la población total mayor de 15 años.

Esta misma preocupación por nuestra gente de la tercera juventud también la comparten organismos de la región como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal, 2015) quien estima que para el año 2050, 23 de cada cien mexicanos (22.8 por ciento) serán adultos mayores.

El panorama obliga tener presente la situación por las que atraviesa este segmento vulnerable, por lo pronto, en es

tudios realizados a este grupo, investigadores especializados encontraron que en la población urbana es donde más se agrede a los adultos mayores con un 16 por ciento; en tanto en la zona rural es de solamente 8.1 por ciento.

Pero, “no sabemos si realmente en el área rural hay menores índices de violencia y de maltrato o hay un menor reconocimiento de los actos abusivos que sufren las personas al interior de su familia. Ese es un indicador muy importante ”, sugiere la investigadora en Ciencias Médicas, Doctora Liliana Giraldo Rodríguez.

Por lo arriba explicado, y aunado al confinamiento a que nos vimos obligados, por la pandemia mundial que provocó el Coronavirus COVID-19, en este 28 de agosto, Día del Adulto Mayor, es oportuno insistir en esta situación para tomar conciencia de los derechos de nuestros jóvenes de la tercera edad.

Y el baile anual que solían organizar en la Ciudad de México y en algunos estados de la República, no es otra cosa más que un momento de diversión y esparcimiento. En realidad lo que implica esta fecha es mucho más de fondo: es ver por la salud integra de nuestros adultos mayores, por el respeto hacia ellos.

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