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La distribución y acceso a las revistas electrónicas
Diseño y Producción Editorial
La distribución y acceso a las revistas electrónicas a través de intermediarios
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Salvador E. Vázquez Moctezuma
Maestría en Diseño y Producción Editorial, uam-X
Palabras clave: revista electrónica, acceso a la información, distribución de contenidos, editores.
Keywords: electronic journal, access to information, content distribution, publishers.
Imagen tomada de Pixabay bajo la licencia de CC0 Resumen: Las publicaciones periódicas son el medio preferido por las comunidades académicas para difundir y consultar los avances de investigación. En un principio las revistas se distribuían en formato impreso, pero con la llegada de Internet y el desarrollo tecnológico surgió la revista electrónica, lo que implicó que las vías de transmisión se diversifcaran y cambiara el acceso a éstas. En este trabajo se mencionan los intermediarios que proveen los contenidos, también se describen los principales modelos de comercialización de la revista electrónica y se analizan los tipos de acceso. En general, lo que encontramos es una amplia gama de distribución, lo que incluye la consulta de contenidos de uno a varios usuarios fnales; además, la consulta no sólo es a través de computadoras sino también por medio de dispositivos móviles. Así, la revista electrónica cambia en sincronía y de manera progresiva con el avance de las tecnologías de la información y comunicación.
Abstract: Journals are the preferred medium for academic communities to disseminate and access information on advances in research. Initially, journals were distributed in print, but with technological developments and the arrival of the internet, the electronic journal emerged, which meant that transmission channels diversifed and access to them underwent a change. This paper identifes the intermediaries that provide content, as well as describing the main marketing models of electronic journals and the different types of access. Overall, what we fnd is a wide range of distribution, which includes one to several end users looking up information, and doing so not only via computers but also through mobile devices. Electronic journals have thus been changing progressively in line with the advancement of information and communication technologies.
Introducción
Algunas bibliotecas académicas y centros de investigación utilizan publicaciones periódicas que ofrecen a sus usuarios. Para ello, las publicaciones impresas llegan a la biblioteca gracias al servicio de correo postal o son entregadas por medio de paquetería de los editores o intermediarios. Con el surgimiento de la revista en formato electrónico se inició la mercantilización en disco compacto que usaba el mismo sistema de comercialización que las revistas impresas; sin embargo, con la llegada de Internet la revista empezó a distribuirse a través de la red, de modo que fue necesario el uso de las computadoras u otro dispositivo para su transmisión y consulta. Desde fnales del siglo XX y comienzos del actual, las bibliotecas han experimentado la transición del formato impreso al electrónico, de ahí que los procesos de desarrollo de colecciones han incorporado nuevas tareas, además de realizar las actividades frecuentes como seleccionar, ordenar, procesar o facturar, etc. El trabajo del bibliotecario se ha extendido, adicionando nuevas tareas como lo referente al establecimiento, mantenimiento y gestión del acceso en línea de los recursos electrónicos como ebook, ejournal y data base.
En cuanto al proceso evolutivo de la revista electrónica, éste no es el resultado de un evento transitorio, sino de una evolución que puede trazarse en el tiempo y que permite comprender su estado actual. Gracias al desarrollo tecnológico que se dio desde mediados de la década de los setenta, la revista electrónica inició difundiéndose entre miembros de asociaciones académicas a través de textos planos por medio del File Transfer Protocol (FTP), así como de la red internacional de computadoras de centros docentes y de investigación bitnet; más tarde, en los años ochenta, se usó el correo electrónico y por último, en 1990, dominaron el disco compacto y la Internet, aunque esta última continúa vigente (Voutssás, 2012). En los inicios del siglo actual, con el advenimiento del movimiento Open Access, los dispositivos móviles y el incremento de ancho de banda provocaron que las publicaciones electrónicas empezaran a tener cambios en su consulta, entonces se observó una evolución drástica en la revista.
En un principio, las revistas académicas eran controladas por editoriales comerciales, que marcaban las vías de distribución de la información científca; como respuesta al monopolio que ejercían las grandes editoriales sobre la distribución, en el año 2002 nace el movimiento Open Access con la Declaración de Budapest; su propósito es que las personas puedan acceder libremente a la información (Santillán Aldana, 2006). Después de este suceso histórico, la distribución de éstas se divide en revistas de suscripción, revistas en acceso abierto, o un modelo combinado. Así la consulta de la revista electrónica de suscripción es más compleja en comparación con las revistas en acceso abierto, debido a que su uso es restringido y depende del tipo de suscripción, así como de la modalidad de acceso que brinda el proveedor de contenido.
Los bibliotecarios encargados de las adquisiciones de las publicaciones se tienen que enfrentar a negociar con los editores, porque las revistas electrónicas de suscripción son más caras en comparación con las revistas tradicionales; a pesar de esto los contenidos son necesarios para ofrecerlos a los investigadores que demandan las revistas. La encrucijada entre los editores que cobran precios altos por el acceso a sus contenidos y la demanda por parte de los usuarios de las unidades de información provocan que el bibliotecario se las ingenie para mantener los recursos documentales y optimizar el presupuesto de la biblioteca. Es indispensable, no obstante, que los bibliotecarios recolecten estadísticas de uso para tomar la decisión sobre qué títulos de revista renovar, cancelar o cambiar.
A lo largo de la historia se puede ver que el acceso a las publicaciones ha sido distinto dependiendo del desarrollo tecnológico y el contexto social imperante, razón por la cual es indispensable que el bibliotecólogo encargado del desarrollo de colecciones identifque las vías de distribución de las revistas electrónicas, lo que le permitirá tomar mejores decisiones en la adquisición de publicaciones y, además, el acceso a las publicaciones estará confgurado con su infraestructura y las demandas de los usuarios fnales.
Por todo lo descrito, este trabajo tiene como propósito brindar un panorama sobre los actuales modelos de distribución y comercialización de la revista electrónica. Así que se menciona a los proveedores de contenidos, también describimos los principales modelos de distribución de la revista electrónica y analizamos los tipos de acceso para las revistas electrónicas. Sobre la metodología empleada, se utilizó el método documental, consistente en la revisión de literatura sobre el tema de las revistas electrónicas y su distribución.
La revista electrónica académica
La historia de la revista académica impresa es extensa y su aparición data de 1665 con la publicación en Francia del Journal des sçavans, mientras que en Gran Bretaña surgió el Philosophical Transactions; en contraste, la historia de la revista electrónica es más reciente, ya que sus orígenes se remontan a 1975. Peek y Pomerantz (en Marcos, 2000) mencionan que los primeros pasos de las revistas electrónicas fueron desarrollados en el National Science Foundation cuando ahí se creó un centro editorial; así mismo el New Jersey Institute of Technology planteó el proyecto Electronic Information Exchange System, eIeS . Por su parte, la Universidad de Siracuse, Nueva York, a través de un proyecto especial, en 1987 publicó una revista titulada New Horizons in Adult Education, 1 ésta es la primera publicación arbitrada distribuida en la red bitnet y en texto plano.
La mayoría de las revistas electrónicas son versiones de su equivalente en versión impresa, sin embargo, en ocasiones nacen directamente en este formato. Autores como Martín González y Merlo Vega (2003) consideran en sentido estricto que la revista electrónica tiene su contenido en un formato electrónico, además de disponer de un número internacional normalizado de publicaciones periódicas o International Standard Serial Number ISSn, exclusivo para la edición electrónica. Marcos (2000: 6) también menciona que este tipo de revistas cumple con tres aspectos: 1) contienen artículos agrupados de una forma ordenada y normalizada siguiendo un criterio; 2) la revista debe distribuirse a través de Internet, y 3) debe existir una institución de tipo científco o técnico responsable de la edición y encargada de asegurar la calidad de los artículos publicados.
No obstante, Voutssás (2009: 105) hace hincapié en que las revistas electrónicas pueden estar publicadas en medios digitales portátiles, como discos magnéticos u ópticos y memorias, o encontrarse en redes de computadoras como la Internet; además de texto e ilustraciones, éstas pueden tener otras modalidades documentales, como audio o video, gráfcas animadas, hipervínculos, simulaciones, entre otras.
En síntesis, actualmente una revista electrónica es una publicación con determinada periodicidad (mensual, trimestral, semestral, anual) y que tiene su contenido en formato electrónico, ya sea de origen o bien digitalizado del impreso; también es respaldada por una editorial u otra institución que avala la información, por medio de la revisión de pares. Se
1. New Horizons in Adult Education (1987). 1(1), Fall, 1987, en: http://www.nova.edu/~aed/horizons/vol1n1 (Consultado el 09/02/2018).
distribuye a través de la Web u otros dispositivos electrónicos, además de incluir texto a veces cuenta con multimedios.
La adquisición de revistas en las bibliotecas
Es evidente que las bibliotecas están adquiriendo un mayor número de revistas electrónicas; un estudio de Ramírez y Díaz (2006) revela que en un periodo de seis años la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Dirección General de Bibliotecas, ha invertido mayor presupuesto en la suscripción de revistas electrónicas, pero ha disminuido el gasto en las publicaciones impresas. Para completar el panorama anterior, la Universidad Laurentian de Canadá reportó un incremento en las adquisiciones de revistas electrónicas desde 2000 a 2010, así como altos índices de descarga de artículos; lo cual demuestra que con el paso del tiempo la colección de los e-journals ha tenido una mejor aceptación entre los usuarios de la biblioteca (Lamothe, 2012).
Sin duda, la revista es un documento en múltiples partes (los números o entregas), que tiene intención de continuar su publicación de forma indefnida (Ware y Mabe, 2015). Esta peculiaridad es la que establece que las revistas se adquieran de manera distinta que los libros. Al no poder comprarse una sola vez, es necesario suscribirse; en otras palabras, se paga por adelantado el costo para después recibir los números correspondientes a un periodo de tiempo determinado.
Hasta el momento, las revistas han sido la principal fuente de difusión del conocimiento científco. Las bibliotecas se suscriben a ellas con dos fnalidades: estar actualizadas en un campo de conocimiento específco y mantener un acervo de respaldo para buscar un artículo que se quiere consultar (Tenopir y King, 2008; Borrego y Anglada, 2016). Para las revistas impresas, el sistema de adquisiciones debe garantizar la puntualidad en la recepción de sus números y que la serie sea completa; esta situación, al igual que otras cosas, ha cambiado radicalmente para las revistas electrónicas. Tradicionalmente, las revistas científcas han sido editadas por sociedades o asociaciones académicas y por departamentos universitarios. Esto hizo que, hasta fnales del siglo XX, la tarea de suscribirse a una revista suponía localizar al editor, pagarle en la forma y en la moneda que éste requería e ir controlando los números que se iban recibiendo. En la segunda mitad del siglo mencionado, surgieron empresas o intermediarios como eBSCO, Faxon y Sweets.
Los intermediarios son empresas mediadoras entre los editores de revistas y las bibliotecas; es decir, no editan, sino que compran a distintos proveedores para servir a múltiples bibliotecas. En algunos casos, realizaban también la tarea de controlar la recepción de todos los números de las revistas suscritas. Las bibliotecas dejaron de ocuparse de la tarea de suscripción de revistas y la delegaron en los intermediarios, esto generó la creación de partidas económicas específcas para las suscripciones y que las compras se realizaran mediante concursos centralizados o consorcios.
En el mercado de las publicaciones electrónicas existen diversas fguras dedicadas a la distribución y comercialización de la información que atienden a los bibliotecarios. Autores como Ortoll Espinet (2001: 32); Martín González y Merlo Vega (2003: 169), así como Frigimelica (2013: 23), señalan que existen diferentes grupos, que son los siguientes:
editores comerciales y no comerciales, socios tecnológicos, gateways o servicios de enlazado, agregadores e híbridos; a continuación se describen sus características:
Los editores comerciales. Son grandes grupos editoriales que se encargan de la producción del contenido de las publicaciones periódicas, así mismo ofrecen motores de búsqueda, servicios de alerta, difusión selectiva de información DSI y estadísticas, entre otros. Además, los contenidos de sus revistas están alojados en sus servidores. Algunos ejemplos son Elsevier Science, Kluwer Academic, Emerald, Allen Press, John Wiley & Sons, Springer Verlag, Sage Publication y Taylor & Francis Group; no obstante, el servicio es complementado por pequeños y medianos editores académicos como Mosby, Rockefeller, Lippincott, Saunders, entre otros.
Los editores no comerciales. Son sociedades o asociaciones que comercializan su producción académica a través de sus propias publicaciones como es el caso de las siguientes: American Institute of Physics, American Chemical Society, British Medical Association, Institution of Electronical and Electronic Engineers (Ieee). Estos ofrecen básicamente los servicios de motores de búsqueda, así como de alerta.
Los socios tecnológicos o hosts. Son los editores que carecen de la infraestructura necesaria para ofrecer sus publicaciones a través de la red; también las propias editoriales, que al querer expandir el acceso de sus publicaciones electrónicas recurren a los llamados hosts, socios o administradores tecnológicos dedicados a la gestión de fondos editoriales en Internet, los cuales digitalizan los fondos, los ofrecen en línea y gestionan el acceso, pero se rigen por los lineamientos y políticas de los editores que los contratan.
Los servicios de enlazado (gateways). Son servicios en línea que ofrecen, mediante un mecanismo de enlace, un único punto de acceso a una gran colección de revistas electrónicas de distinta procedencia. Están comercializados por agencias de suscripciones como eBSCO con Electronic Journal Service “EJS” y Swets Blackwell con Swets Wise Online Content.
Las agencias o agregadores. Son servicios de acceso a publicaciones electrónicas de diferentes productores y editores a través de una interfaz común pero el contenido se aloja en las máquinas de estas empresas y los artículos tienen la estructura y apariencia del propio servicio como: eBSCO con EBSCO Host, JSTOR, Ovid, ProQuest, etcétera.
Los híbridos. Dan acceso a una colección electrónica combinando las características de agencias y servicios de enlazado ofrecidos por los gateways como Ingenta y Science Direct de Elsevier.
Como se observa, existen distintos tipos de proveedores y comercializadores de información cuya actividad consiste en facilitar el acceso a los contenidos a diferentes instituciones y usuarios. En ocasiones, el editor es quien provee el acceso directo a la edición electrónica del título suscrito; otras veces son empresas intermediarias.
Modelos de distribución de la revista electrónica
De acuerdo con el tipo de acceso y distribución, las revistas pueden clasifcarse entre las que son de acceso pagado por medio de una suscripción o compra de artículos y las de acceso abierto Open Access que funcionan mediante un esquema de acceso libre para los usuarios. Por su parte, Melero (2005: 256) clasifca a las revistas de la siguiente forma:
• Las revistas que funcionan por medio de algún esquema de suscripción y que después de un embargo de seis a 12 meses facilitan el acceso
abierto a sus contenidos o los depositan en algún repositorio abierto. • Las revistas de acceso abierto de paga, en donde los autores pagan por la publicación a la revista y retienen sus derechos de propiedad patrimonial de sus obras; en ellas la institución asume los costos de la publicación y exime a los autores del pago por publicar, a condición de que los materiales se publiquen y permanezcan en acceso abierto. • Algunas revistas híbridas que tienen una combinación de las dos anteriores, en donde la institución editora ofrece ambas variantes.
Encontramos, entonces, que la revista puede ser distribuida en acceso libre, en otros casos el acceso será restringido por la naturaleza de la suscripción y el editor. La distribución de las revistas electrónicas afecta directamente en la adquisición de las publicaciones, lo que incluye la gestión de acceso. Cuando las revistas tienen artículos en la modalidad de acceso abierto, la consulta se lleva a cabo fácilmente y se puede tener, la mayoría de las veces, el texto completo, razón por la que la gestión del acceso es fácil. En contraste, las revistas electrónicas de suscripción se adquieren a través de la compra directa con los editores o con un intermediario, los cuales se apoyan con herramientas informáticas que hacen privilegiado el acceso a la información, de modo que la gestión del acceso se convierte en una tarea compleja para el bibliotecario.
En esta misma línea, cuando el bibliotecario se encuentra en la necesidad de gestionar el acceso a una revista de suscripción y decide la compra directa con un editor, es indispensable identifcar el título y conocer los años por suscribir, modalidad de acceso, licencias de uso, contacto principal del editor; además, se encarga del proceso de ordenar, pagar, facturar y verifcar el acceso. A pesar de que la tarea de gestionar los accesos a las revistas de suscripción aparenta ser sencilla, pueden existir difcultades cuando el número de revistas y editores aumenta, sea por la diversidad de idiomas o por los tipos de cambio, obligando al bibliotecario a utilizar un intermediario o agente de suscripciones para que lo apoye y sustituya en el proceso de suscripción; lo anterior permitirá sólo un contacto y hacer un pago extra por el uso del servicio del agente de suscripciones. Por lo tanto, decidir gestionar los accesos de revistas de suscripción con el editor o agente de suscripciones dependerá de las necesidades, tamaño y presupuesto de la biblioteca.
En cuanto a los tipos de revistas de suscripciones, encontramos cuatro modelos (Vázquez, 201: 75), a continuación describimos cada uno.
• Títulos suscritos en versión impresa y que tienen la versión electrónica gratuita (impreso + electrónico gratuito). El editor provee el acceso a la revista siempre y cuando el cliente/biblioteca adquiera la suscripción en papel; sin embargo, esto no asegura tener el acceso durante el periodo de suscripción. • Títulos suscritos en versión impresa y con cargo adicional al acceso electrónico (impreso + electrónico pagado). El cliente/biblioteca suscribe en formato impreso y a su vez paga un monto extra por la versión electrónica, pero en este caso el editor se compromete a brindar el acceso electrónico durante el periodo de suscripción. • Títulos suscritos en versión electrónica. Muchas editoriales ofertan la suscripción en formato electrónico, cuando lo requiera el cliente, sin tener que adquirir la versión en papel. También ocurre que el editor dejó de publicar en formato impreso y únicamente difunden sus publicaciones en electrónico, por lo que obligan al cliente/ biblioteca a suscribirse en ese formato.
• Títulos suscritos en versión electrónica y con cargo adicional al impreso (electrónico pagado + impreso). Son pocos los editores que manejan este esquema, el cual consiste en tener una suscripción electrónica para que se provea la revista en su versión impresa. El inconveniente de este tipo de suscripción es que la editorial sólo imprime los ejemplares solicitados por los suscriptores (impresión bajo demanda), de modo que si la revista impresa no llega al cliente fnal es complicado sustituir aquel número faltante.
En las revistas electrónicas, al principio el acceso era sin costo; más tarde, los mismos editores ofrecían el acceso electrónico gratuito, siempre que se pagara la suscripción de la revista en papel; hoy en día las revistas de suscripción cuentan con numerosos modelos de tarifas, pero el acceso gratuito es casi inexistente.
Actualmente las bibliotecas académicas están abandonando la suscripción de impresos por la transición al formato digital; en consecuencia los editores y proveedores de información han tenido que fjar los precios de la suscripción del electrónico. De acuerdo con Argomedo Lobos y Crisóstomo González (2006), la suscripción impresa más la electrónica pagada tiene un precio de 20 % a 25 % más que el impreso. Por su parte, algunas agencias como Ebsco, Teldan y Swets tienen listas de precios de las grandes editoriales como John Wiley, SAGE, Taylor & Francis o Springer, entre otras. Así, la editorial Taylor & Francis aumenta su precio 15 % más cuando se tiene la versión electrónica y la impresa.2 Mientras que la productora de contenidos Wiley 3 advierte en todos sus precios que tanto el impreso como el electrónico cuestan cada uno 100 % de la lista de precios, pero el impreso junto con el electrónico tienen un costo de 120 por ciento.
Desde la perspectiva del editor, el precio de una publicación electrónica se asigna a través del denominado TIeR, que va desde 1 hasta 5 o de A hasta E: siendo el 5 o el E el precio más alto. Para obtener ese indicador, el editor solicita al cliente/biblioteca información específca, es decir, el nombre de la institución, tipo (académica, médica o empresarial), dirección física o localidad, número potencial de usuarios, Full Time Equivalent (FTe), el tipo de suscripción (impreso + electrónico o electrónico), los títulos de las revistas por suscribir, direcciones IP, además de información del contacto (dirección de correo electrónico, teléfono y cargo); con base en toda esa información se determina el precio de la suscripción (Vázquez, 2014). De ahí que el precio de las revistas electrónicas de suscripción varía de acuerdo con el tamaño de la institución, el número de computadoras que se conectarán al servicio, si las unidades de información están dispersas en un área geográfca o se concentran en un punto, y las confguraciones de proxy, entre otros factores.
Ante esta realidad, las bibliotecas han conformado consorcios para negociar mejores precios a través de la adquisición colectiva de publicaciones periódicas electrónicas, lo que facilita la concesión de más licencias para el acceso a los productos digitales, además de obtener precios favorables para productos y servicios que les ha sido imposible obtener (Contardi, 2004). Con esta práctica de licencias, las bibliotecas se ven sujetas a los términos establecidos por el editor, lo que difculta la cancelación de los títulos contratados.
Observamos actualmente que el gran volumen de revistas electrónicas se distribuye por medio de Internet, lo que ofrece los siguientes benefcios:
2. Taylor & Francis Group (2017). Journals Price List, en http://www.tandf.co.uk/journals/pdf/price.pdf 3. Wiley Online Library (2017). About Online Access, en http:// olabout.wiley.com/WileyCDA/Section/id-406100.html
• Disminución del tiempo de espera para obtener la publicación. • Mayor número de acceso a los usuarios. • Eliminación de las barreras geográfcas para su
acceso. • Acceso inmediato a los fascículos publicados. • Acceso las 24 horas del día. • Consulta de contenidos en dispositivos móviles. • Motores de búsqueda. • Estadísticas de uso. • Almacenamiento virtual, no físico.
Con la distribución electrónica, sin embargo, se presentan las siguientes situaciones:
• El editor tiene el control total de sus contenidos. • Las revistas se encuentran alojadas en sus servidores. • Las licencias son poco flexibles. • Las revistas tienen un alto costo. • El uso es restringido. • No se garantiza la consulta de números atrasados. • Cambios del uRl de acceso. • Se requiere infraestructura específca: computadoras, Internet, red, software y hardware para la consulta. • Se necesita personal capacitado para el manejo y uso de las revistas.
Si bien la distribución de la revista electrónica de acceso abierto o suscripción en Internet presenta ventajas y desventajas, son mayores las ventajas que ofrece, ya que amplía las posibilidades de consulta de información, aunque para los bibliotecarios implica retos, obtener nuevas habilidades y actualizase en las nuevas tecnologías. Contratos para el uso de información electrónica
Los editores, por un lado, utilizan los contratos para controlar el acceso a los contenidos de sus publicaciones electrónicas; las bibliotecas, por otro, conocen los derechos y obligaciones para acceder al contenido de éstas.
Cuando las bibliotecas negocian y compran recursos electrónicos a los editores, esta actividad se vuelve compleja por los contratos para el uso de información. Watson (2005: 200) observa que cuando las bibliotecas tienen revistas en formato impreso, si deciden cancelar la suscripción de alguna estos se quedan con los números pagados. En cambio, con la versión electrónica esto no sucede, ya que una biblioteca que cancela una suscripción en línea puede perder todo el acceso a la revista, incluyendo el de fascículos que previamente había pagado.
Otro problema es la mutabilidad de contenidos. En el pasado, los títulos de revistas podrían pasar de un editor a otro con poco efecto sobre las bibliotecas, pues eran imperceptibles las interrupciones en las entregas. Actualmente, se ha presentado un problema en el ambiente electrónico: cuando las editoriales transferen sus contenidos a otras, éstas se niegan a reconocer y validar los acuerdos de licencia frmados anteriormente por las bibliotecas, lo que obliga a que se compre de nuevo el contenido: a veces, con un editor se adquieren fascículos atrasados, mientras que con otro proveedor se accede al número vigente de la misma publicación (Kirchner, 2009).
San José y Palacios (2005) agregan que los contenidos de estos productos, por los cuales se han pagado los derechos, pueden cambiar en la medida en que los editores adquieran, vendan o trans-
feran productos. Licencias que en realidad son gobernadas por la ley del contrato y no por la ley de derechos de autor, por lo que pueden restringir el acceso a un segmento específco de usuarios. Si una licencia prohíbe a una biblioteca imprimir, realizar accesos remotos y descargar artículos, la biblioteca no puede reclamar incluso si ello está permitido por las leyes de su propio país.
En este sentido, los acuerdos o convenios a través de licencias establecen una obligación contractual, la cual resulta mucho más restrictiva que el derecho de autor, de modo que éstas se convierten en un factor muy importante a considerar antes de hacer el proceso de adquisición, por lo que los bibliotecarios necesitan saber qué control hay sobre el producto o servicio que están adquiriendo.
La información electrónica tiene características que la diferencian de la impresa, como disminución del tiempo de espera para la publicación y maximización del alcance y almacenamiento en un espacio reducido, por lo que debe ser tratada y contratada de diferente manera. Por esas diferencias, los editores empiezan a establecer las licencias como mecanismos de protección al acceso de contenido de sus publicaciones electrónicas, con el propósito de regular tanto los medios por los cuales el contenido puede ser usado como por quienes lo harán.
Tipos de validación de acceso
Las formas de acceso y distribución de los contenidos electrónicos varían de acuerdo con la infraestructura de los proveedores de información. Las revistas que cuentan con artículos en acceso abierto permiten una consulta ilimitada, pero las de suscripción tienen accesos restringidos según el tipo de contrato y la suscripción adquirida por la unidad de información. Para permitir el ingreso a la publicación electrónica, los editores usualmente requieren de alguna validación a través de tres principales tipos de acceso (Vázquez, 2014):
Direcciones IP (Internet Protocol): permite al usuario ingresar desde una computadora conectada a la red de la biblioteca y ser identifcado por el editor para realizar la consulta de la revista, también lo puede hacer desde cualquier lugar con el acceso remoto por medio de proxys.
Username y Password: los editores son quienes asignan y proveen las claves de acceso a los clientes directamente o a la agencia suscriptora; no obstante, algunos proveedores de información solicitan el registro de los suscriptores en su sitio Web para hacer funcionar el acceso, así el usuario se enlaza directamente al servidor del editor. Las claves, en general, son exclusivas para un solo usuario, pero a veces se permite que sean compartidas. El inconveniente de este tipo de validación es que las claves pueden extraviarse con facilidad, además en caso de sobreuso el editor puede cancelar el acceso temporalmente.
Número de suscripción o de abonado: son, en menor cifra, los editores que validan el acceso a través de un número de suscripción o de abono; el acceso es muy similar al de username y password, a veces se encuentra en la etiqueta del empaque de la revista impresa o el editor envía directamente el número al suscriptor. Este tipo de acceso es para un solo usuario.
Son distintos los tipos de distribución y de validación que ofrecen los editores y proveedores de información a los suscriptores o bibliotecas. Por varios años, el acceso a las revistas electrónicas se ha
hecho a través de las computadoras de escritorio o portátiles; sin embargo, con el avance de la tecnología ahora las consultas pueden realizarse por medio de teléfonos inteligentes, iPads y otros dispositivos móviles. En países desarrollados, es común visualizar las publicaciones electrónicas en novedosos dispositivos; en Latinoamérica, recientemente se está incursionando en esta tendencia.
Como hemos visto, varios editores han diseñado sus páginas Web para la consulta desde un móvil, otros ofrecen el acceso para dispositivos móviles como es el caso Scientifc American, Informa Healtcare, American Academy of Pediatrics, Bloomberg Businessweek, Zinio, MIT Sloan Management Review o The New England Journal of Medicine, en las cuales el suscriptor ingresa una clave de acceso o descarga de la tienda de Apple App, la aplicación para la consulta de la publicación. Con lo anterior es posible hacer un análisis sobre los tipos de acceso y los modelos de distribución de la revista electrónica de suscripción para determinar el grado de consulta de estos (véase Tabla 1).
Existen ventajas y desventajas sobre el tipo de suscripción en comparación con el tipo de acceso (direcciones IP, número de suscripción, username y passwords). Sin duda, el más conveniente es el acceso gratuito que viene con el impreso para la biblioteca que desea optimizar sus recursos. Cuando la revista se convierte en un documento indispensable para la comunidad a la que atiende la unidad de información, será obligado garantizar el acceso, de ahí que se pague el monto extra para su consulta. Algunos títulos suscritos conviene mantenerlos a través de direcciones IP; otros mediante claves y contraseñas o números de suscripción. Esta confguración se integra por la infraestructura del proveedor de información, la de la unidad de información, el número de usuarios y el presupuesto de la biblioteca.
Es claro que el profesional de la información responsable del establecimiento del acceso requiere poseer diversos conocimientos, habilidades y manejo de las tecnologías de la información y comunicación, así como entender los procesos de desarrollo de colecciones electrónicas y conocer el mercado editorial.
Conclusiones
En relación con la distribución de las publicaciones electrónicas académicas podemos concluir lo siguiente:
1. La revista electrónica es un medio de comunicación entre los académicos y sus orígenes se remontan a fnales de la década de 1970, aunque por varios motivos, como las limitaciones de la red y las habilidades que se requerían para su consulta, en ese momento su distribución no fue amplia. 2. A lo largo de la historia de la revista electrónica se puede trazar su evolución de acuerdo con su forma de acceso, que se inició con las redes binet, las conexiones FTP, el correo electrónico, el disco compacto y la Internet; por lo tanto, el panorama de distribución es inestable y en constante evolución. 3. Consideramos que el papel de la biblioteca es facilitar a sus usuarios la información que precisen, independientemente de las formas tecnológicas que afecten a los documentos o de los modelos económicos que permitan publicarlos. Ahora la adquisición de revistas tiene mucho de híbrido: algunas revistas aún se distribuyen sólo en papel y no están integradas en paquetes; otras es más benefcioso comprarlas en paquetes y en consorcio, mientras aparecen (y desaparecen) diferentes modelos de fnanciación. 4. La provisión de revistas académicas electrónicas es por fguras como: los editores comercia-
Servicio electrónico ofrecido por el proveedor de información y restricciones en el tipo de acceso
Acceso a todo el contenido electrónica publicado
Acceso únicamente al año corriente (enero-diciembre)
Acceso únicamente al último número publicado
Acceso únicamente a números anteriores
Revista impresa + versión electrónica gratuita
Bajo
Alto
Alto
Alto
Acceso en todos los campus
Acceso restringido a un área geográfca Bajo
Bajo
Acceso restringido por medio de validación de direcciones IP/ username y password o número de suscripción Alto
Acceso habilitado únicamente para un usuario con username y password o número de suscripción Alto
Acceso habilitado para más de un usuario simultáneo por direcciones IP o username y password
Acceso restringido al centro subscriptor por direcciones IP o username y password Alto
Alto
tAblA 1. Incidencia entre el tipo de suscripción y la modalidad de acceso.
Revista impresa + versión electrónica pagada
Alto
Alto
Bajo
Bajo
Bajo
Alto Revista sólo en versión electrónica
Alto
Bajo
Bajo
Bajo
Alto
Alto
Revista electrónica pagada + versión impresa
Alto
Alto
Bajo
Bajo
Bajo
Alto
Alto
Bajo Bajo
Bajo Alto
Bajo
Alto Bajo Alto
Alto Bajo Alto
les y académicos, los socios tecnológicos, los gateways, las agencias de suscripción y otros intermediarios. 5. Las publicaciones periódicas electrónicas son de suscripción, de acceso abierto o una combinación de ambos; pero la distribución de la revista de suscripción es más compleja porque su consulta es restringida y depende del tipo que sea: impreso más electrónico, sólo electrónico, elec-
trónico más impreso, además de la modalidad de acceso que brinde el proveedor: direcciones IP, claves de usuario y número de suscripción. 6. Las licencias o contratos son una parte fundamental en la comercialización de información que debe conocer el bibliotecólogo, pues aquí se encuentra la regulación de cómo debe ser usado el contenido, y por quiénes. Hay que considerar que el precio de la publicación electrónica es
mayor que el de la versión impresa, de ahí que el profesional de la información tendrá que analizar a quiénes y a cuántos benefciará la suscripción de la revista. 7. A consecuencia de los avances tecnológicos, las demandas de los usuarios y el mercado de las publicaciones electrónicas muestran diversos cambios como la consulta de revistas electrónicas mediante dispositivos móviles, lo que está originando un nuevo canal y vía de distribución. La distribución y comercialización de las publicaciones electrónicas académicas ha sido distinta porque ha dependido del desarrollo tecnológico y el contexto social imperante. Así, los proveedores de información y las unidades de información cambian en sincronía y de manera progresiva.
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