UNA VIDA DE VELETA

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UNA VIDA DE VELETA Carolina RodrĂ­guez Lizarralde



A ellas con quienes reí, lloré, sufrí y me enamoré de mi trabajo. Donde quiera que estemos, espero que la vida nos sonría… Bogotá, Noviembre de 2013


Entrando a los mundos Este es un trabajo que surgió de la propuesta de una joven, quien estando interna en la Unidad de Luna Park del IDIPRON, decide que sus compañeras tengan un espacio para escribir, un espacio de catarsis y una suerte de liberación entre muros. En cuadernos ya casi gastados y con lápices, colores y esferos en cualquier espacio de la unidad se podía escribir. Contar, narrar, ser leída o escuchada ¡eso era lo que importaba! Algunas jóvenes accedieron, otras no… El miedo a escribir empezaba por la lideresa de la iniciativa, quien durante años ha guardado los cuadernos que han sido su “tabla de salvación” en los momentos de soledad, tristeza y decepción, pero que también han permitido plasmar los momentos de alegría e ilusión. En las conversaciones incansables, en la lectura de cuadernos, en nuestros espacios de la estrategia de semilleros de investigación me fui entusiasmando a escribir. Además veía que nuestras historias personales tenían cruces, que compartíamos más que el presente. Las chicas de Luna Park también me animaron e impulsaron. Empezamos algunos talleres de motivación de escritura, entregamos cuadernos de pasta dura para ser utilizados como diarios personales y como borradores de nuestros relatos finales. Mi opción fue usar hojas blancas –tamaño oficio- dobladas por la mitad. No me importó escribir torcido, sino que creía que eso me permitía moverme más fácilmente en la discontinuidad de mi vida. Escribía después de charlas con las chicas que trabajaban relatos de vida; después de mapas corporales, colchas de retazos, narración de cuentos, etc. No escribí de forma lineal, pero traté de dar un orden a los escritos, pasando por mis experiencias personales y corporales, por eso también la intención de la portada de mi libro. Soy yo relatando(me), soy yo conociendo, reconociendo y transformando(me) constantemente. Soy yo desnuda y transparente, soy yo sufriendo o celebrando. Pero soy yo puesta dentro de un relato que se propone colectivo. Sin ellas no sólo no habría podido escribir, sino que no había llegado a tan siquiera reflexionar sobre momentos, experiencias e historias de mi vida. El miedo a escribir no lo perdimos, aún hoy una de ellas tiene miedo a leerse y a rememorar, a revivir lo que duele y lo que la ha llevado a entrar en profundas crisis. Por estas razones siempre me repito que este ha sido un proceso tortuoso y doloroso, del que no sólo resultan cuadernos/libros objeto, sino en el que gané amistades, incluso en el que entré en crisis existenciales, que dejó huellas imborrables en mí y de la que este libro es tan sólo una parte.


Mi cuerpo ha recibido y acogido estas historias personales con el mås profundo afecto. Espero que mis escritos logren hacer ese contacto con sus pieles al leerlo‌


A veces no sé qué hacer, no sé cómo “actuar”, no sé cómo mirarme… Uso máscaras, ¡todxs lo hacemos! (fotografías de disfraces)

ME HAGO PREGUNTAS: ¿Quién soy yo? ¿En qué he devenido? ¿Cómo me he construido?

QUIERO DECONSTRUIRME… Fuego ardiendo recorre mi cuerpo Grito interior que rompe mi piel Revolución de sentidos Otra forma de ver y experimentar Todo se desvanece y soy otra ¡O quizá la misma! Me encontré cuando estaba perdida Caminé y llegué hasta aquí Porque así lo deseo…


El anciano y la joven Un hombre rico, aprovechando su lujo y su dinero se dio a la tarea más cortés: conquistar a una bella joven… A través de regalos e invitaciones lujosas poco a poco fue ganando el corazón de la joven pobre, quien vivía en una casa de lata junto a sus nueve hermanos. La joven olvidó con el lujo que dicho hombre era casado y no le importó la enorme verruga sobre su nariz. Luego de mucha insistencia y grandes sumas de dinero, la joven decide presentar al hombre rico ante su padre, un poco más anciano que su nuevo amado. ¡El rechazo fue absoluto! No sólo por la edad, sino por la situación de matrimonio de aquel personaje. Ante el rechazo, la joven decide irse a vivir lejos de su casa paterna y entre fiestas, cenas y regalos queda embarazada de aquel hombre… Sintiéndose dichosa, pero a la vez juzgada ante la “deshonra” que reclamaba su padre, ella decide tener a su HIJA.


Preguntas infantiles ¿Por qué mi papá no vivió con usted durante el embarazo? ¿Por qué vivía con mi tía e incluso fue ella quien la acompañó en el parto? ¿Por qué mi papá no es sólo mi papá? ¿Por qué tenemos que compartir sólo una fecha en diciembre con él?

Cuando usted sea grande lo entenderá… PD: Aunque nunca obtuve respuestas, nunca he dejado de preguntarme…

Y nos afectan las decisiones de las personas adultas, pero también marcan nuestra existencia.


El reconocimiento SOY una bastarda aunque ello implique renunciar al reconocimiento en la sociedad… Existí durante muchos años sin existir para algunas personas. A veces pareciera que no fui nadie para y desde mi padre. ALGUNOS HECHOS: • Mi madre nunca pudo visitar a mi padre en la clínica cuando estuvo tan enfermo. • Mi madre no pudo ir al entierro de él. • Yo no aparecí mencionada en ninguna parte de la ceremonia ni ritual de despedida.

Son angustias que han marcado mi existencia…

Existo y sufro por ello!!!


Yo quería cruzar la frontera… Pueblo - ciudad Madre - soledad Calor - frío Conocía gente - nadie me conoce ¡Pero tomé la decisión! Un viaje de cuatro horas, un trasteo bastante pobre, una vida por comenzar… Había soñado con estudiar, en el pueblo no me quería quedar… ¡Todo el esfuerzo deberá ser retribuido! • “No defraudar” • “Portarme bien” • “Aprovechar mi única oportunidad” Y la presión la interioricé, NO fui capaz de… me reprimí, me convencí de que todo debía ser así!!

HASTA HOY COMIENZO A SENTIR MIS ALAS AL VOLAR


MIEDO DE CIUDAD A cruzar una avenida… Cuando escuché un avión sobre mi casa, cuando lo vi despegar en Fontibón… A caminar por el centro, ¡a caminar sola de noche! Me sorprendía que la gente en el bus me ignorara, creía que todos me tenían miedo, ¡me miraban extrañados cuando quería hacer conversación! Una vez me dijeron que fuera mañana a pedir una dirección, mientras pedía ayuda en la calle. ¡Que mañana me la daban, ¿Ah?! Gente insolidaria… Gente mutante pensaba yo, ¡autómatas! Pero con el tiempo me he vuelto ANÓNIMA Un mundo diferente es Mariquita. Allá la gente me conoce, me saluda, me pregunta cómo estoy. En la ciudad saludo a pocas personas ¡y ni siquiera sé quiénes son todos los vecinos en el edificio!

Ser anónima, ser autómata, ser mujer en la ciudad, ¡MUJER PROVINCIANA!


Lo que reflejo es el síntoma… Desde que mi padre murió no soy la misma. Mi alegría se fue apagando, mi vida se llenó de tristeza, su muerte me dejó un gran vacío y siento que mi duelo no ha sido suficiente. Cada día me atormento al pensar lo que no pude conversar con él, las heridas que quedaron abiertas, que hasta el último momento le oculté cosas de mi vida y hasta dejé de llamarlo durante su enfermedad. ¡Guardé tanto odio en mí! ¿Por qué no fui capaz de dejar a un lado mi orgullo para empezar de nuevo la relación con mi padre? También me atormenta pensar en mi madre como una mujer “instrumental”, que sacó beneficios económicos y usó a mi papá. Bueno en realidad no sé si en esa relación hubo AMOR… Me cargo tanto por ese pasado que influye en mi cotidianidad, en mi actitud frente a la vida y en la forma que veo y creo es LA FAMILIA.


Cuando nací, mi madre llegó a vivir a una casa en arriendo, pagada por él (mi padre). La mayor parte de mi infancia yo fui ocultada, mi mamá evitaba que yo fuera “vista” por la “familia verdadera” de mi papá o cualquier persona cercana.

SÍ, digo familia verdadera porque yo era la otra… hacía parte de lo inexistente, ilegítima, lo que se ocultaba y escondía, lo que producía deshonor. Una infidelidad de mi padre que pagué y sigo pagando. En un pueblo todo se sabe, siempre se cuenta todo “lo que dicen las malas lenguas” y nadie sostiene nada frente a lxs otrxs. Huele a pan caliente, ¡una noticia se avecina! Porque dice el refrán:

“PUEBLO PEQUEÑO, INFIERNO GRANDE”


SUEÑOS DE PAPEL Yo solía hacer muchas cosas por amor… ¡Yo escribía cartas “románticas”, con dobleces que formaban figuras como flechas y corazones! Desde niña me leyeron cuentos de hadas y de princesas, creí por cierto tiempo en mi adolescencia que encontraría a mi príncipe. ¡Esto me hizo mucho daño! Yo decía “sufrir” por amor… tenía miedo a no ser “amada”, mis relaciones con chicos eran traumáticas y me generaban heridas, baja de autoestima. Poco a poco entendí que el amor romántico que nos venden los cuentos infantiles, y la literatura en general, hacen más daño que pensar en la imposibilidad de encontrarse en la vida con alguien. Y es que el problema no es leer o ver novelas donde el amor que se profesan un hombre y una mujer es el más puro y limpio. El verdadero problema para mí es interiorizar ese ejercicio de poder, es generar una presión interna de ser y estar con otro… Eso es lo que más duele: desenterrar el puñal, ¡ese que yo misma fui clavando!


Numerología

¡Creo en los atributos de los números!

Éstos números han marcado mi vida en años distintos y con personas importantes en mi entorno… Los números representan fechas alegres, tristes y conmemoraciones que guardo en lo profundo de mi ser… Existo por el 13, comparto mi vida con alguien por el 7, el 13 y el 6 me reclaman todos los días a mi padre, el 20 es mi madre. ¡En mi cotidianidad siguen siendo muy importantes! En algunos meses no dejan de pasar cosas, así como pasaron en los años 1938, 1962, 1984, 1986, 1989, 2004, 2011…

6+7= 13+7= 20


Universitaria de provincia El ambiente, como para cualquier primípara, ¡era nuevo para mí! Sin embargo, había una pregunta infaltable cuando conocía a alguien ¿De qué colegio salió? Aunque habíamos varias personas de provincia, la mirada era sobre Bogotá y sus colegios. Cuál era bueno, cuál era distrital, cuál era el más costoso. Ese era el ranking del año 2006. ¡Yo siempre trataba de explicar mi procedencia! Que salí de un colegio público en San Sebastián de Mariquita en 2004, que el colegio era de monjas, pero mixto, y que la religión católica había sido obligatoria e impuesta la mayor parte de mi infancia y adolescencia. El nivel educativo de mi colegio no era tan bueno frente a los colegios de mis compañeros, pero una de mis profesoras había motivado mis inclinaciones hacia las ciencias sociales… ¡y yo conocía sobre algunos temas! Pero algunas veces me sentí ignorante, además no solía participar mucho de las conversaciones y debates apasionados de mis compañerxs de curso, era más bien tímida y retraída… tampoco me la pasaba con mucha gente durante el primer semestre. Iba y volvía rápido a casa. Para mi segundo semestre las cosas empezaron a cambiar… La conocí a ella, quien me hizo cambiar la forma de ver y de explorar la universidad, me presentó a otra gente y traté de socializar más. En ese entonces pude solicitar subsidio de alimentación, ya podía almorzar mejor, lo que mejoró mi nivel en la universidad… el primer semestre mi almuerzo era cualquier cosa que no superara los 3 mil pesos, y eso. Si me faltaba dinero para copias tenía que “comer libro”… Durante casi toda la universidad tuve que prestar mi servicio social para ganarme el almuerzo, así que tampoco tuve tiempo suficiente para acostarme en el pasto a dormir, ni compartir momentos extra clase con mis compañerxs. ¡De vez en cuando iba por una cerveza! Pero mi solvencia económica tampoco aguantaba. ¡Y eso a ella le molestó! Gané reclamos injustos y no estaba dispuesta a que me pagara todo. Casi todxs mis compañerxs decían que era una aburrida, ¡pero no sé si entendieron que estaba sola en Bogotá! Que a ellxs por lo menos les esperaba alguna persona en casa si “farreaban” y llegaban tarde. Si me pasaba algo quizá nadie se enteraría o me buscaría. ¡Ese también fue un miedo de ciudad! Pero yo gocé la universidad, aunque de otra manera: jugué fútbol, fui a teatro, a cine foros, vi asignaturas de otras facultades, participé en marchas y paros… cosas que nunca habría vivido en Mariquita. Digo con orgullo que Soy UN Salí a la expectativa de qué sería de mi carrera como profesional, y aunque trabajaba no ga-


naba como tal. Duré seis meses después de mi grado ganando 600 mil pesos, luego tuve que entrar a trabajar a una universidad a un cargo administrativo que me desesperó después de tres meses. ¡Yo soñaba con cambiar el país! Trabajé también en una ONG, pero no duré sino lo que se firmó un proyecto. También trabajé en el Estado como contratista en el Área de Memoria Histórica, hasta que… llegué al IDIPRON en mayo de 2011.


IDIPRON Siendo estudiante, IDIPRON me parecía el lugar más pertinente para investigar el tema de habitantes de calle. Durante año y medio en la UN, en ciencia política, ese fue mi tema seleccionado en varias asignaturas… Frente a la pantalla del computador, mientras escribía, pensaba en cómo sería trabajar en el IDIPRON. Luego olvidé el tema… mi prioridad pasó a ser el estudio de los derechos humanos, pero justo después de salir de la universidad se volvió un tema odioso para mí, por el supuesto universalismo que pregona. Entré al IDIPRON sin saberlo, por ese entonces contrataban con un intermediario… Mayo 10 de 2011 Instituto:

Me has traído tantas alegrías,

Pero también tantas tristezas e impotencia…

He recibido afecto y cariño de chicas y

Chicos con quienes trabajo,

Pero también me he rodeado de muerte y violencia

Mi mirada de universitaria soñadora cambió,

¡Pero la sensibilidad espero no perderla nunca!

Veo todos los días a tanta gente indolente A quienes se les olvida que éste no es un Trabajo mecánico, sino que decidimos sobre La vida de personas: ¡niñas, niños y jóvenes! La vida me ha dado esta posibilidad… De desilusión y enamoramiento continuo De aprender cada día de otrxs De encontrar que el afecto, la autonomía y la libertad van de la mano y nos hacen mejores seres cada día. GRACIAS!

Enferma Bazuquera Ñera Chirri Rata Puta Gale Loca Viciosa Marihuanera Drogadicta Gamina


Cómo duelen esas palabras… resuenan en mis oídos todos los días. Las escucho de parte y parte: chicxs, funcionarixs, policía, y de toda la gente que dice saber del tema. Y por ser mujeres hay más ofensa, más violencia y mayor discriminación..

SOMOS LO QUE NO SE ESPERA, LO QUE NO SE PUEDE SER ¿Dónde está la liberación? ¿Cuáles son los mecanismos de poder que están operando? ¿Opresión? ¿Resistencia? ¿Sujeción? Sujetadas… ¿Cómo devenimos en sujetos? ¿Somos sólo lo que ven y quieren que seamos? ¿Quiénes somos?


¿INVESTIGAR?

¿Yo,

una mujer con tan pocos privilegios?

Investigar sería soñar, soñar demasiado… Para investigar se necesita soñar… imaginar, crear, creer.. ¿Pensar que puedo ser una

intelectual?

NO: Una mujer de pueblo, la primera profesional en su familia, quien come libro

y de vez en cuando escribe… ¡y que además por eso le pagan! Digamos por ahora INVESTIGADORA-SOÑADORA.


MALDITO PEGANTE ¡Maldito

pegante!

Maldito olor que produces en los zapatos Y reproduces en los cuerpos… Locura autista que los invade Arrebatas y alejas en vez de pegar… ¡Y yo que solía disfrutar tu aroma!

Ahora siento que bloqueas sentimientos, Que eres una adicción Y ganas la batalla. Cada vez que camino y pienso en ellas Reflejo en mis pisadas con zapatos El odio que he aprendido a tenerte Aunque no te he probado Te conozco, he oído de ti He sufrido por ti.


¡Dejando

ir a las veletas!

El momento de cierre de este libro no es el más alentador. Cuando empezamos a escribir varias veces lloramos y nos invadió la tristeza. Unas no fueron capaces de empezar a construir su relato, pero otras nos volvimos mierda al escribirlos. Hoy andamos por caminos muy diferentes… el presente dejó de ser el lugar común para compartir y apoyarnos mutuamente. El presente hoy sonríe para algunas y le hace daño a otras. Los vientos nos arrastran de un lado a otro, nos llevan a nuevos lugares o nos retornan a los mismos. ¡La incertidumbre es sobre lo que más tenemos certeza! Las personas se empeñan en manipularnos, olvidando que somos veletas, que soñamos muchas cosas y que no queremos que nos aterricen a la fuerza… Pero hay ciertos momentos en que nos engañamos pensando estar bien y nos estamos haciendo más daño. Este también es un ejercicio de SOLTAR, de DEJAR IR, de APRENDER a compartir cuando y donde se puede. ¡Y esta parte es dolorosa! Viento, veletas, cielo y horizonte… ese será el porvenir. Nada está escrito, sino que lo iremos escribiendo… otra razón para pensar en unos relatos de vida inconclusos… ¡Pero esto en vez de entristecernos debe abrir la posibilidad al cambio, a la transformación! La movilidad y las crisis son oportunidades para que nuestras vidas vayan a rumbos distintos, pero dejan huellas imborrables en nuestras mentes y cuerpos.

HOY COMPARTÍ ALGUNAS CON USTED. Gracias por leer, gracias a ellas por intentar escribir, gracias a mi equipo de trabajo por la motivación incansable.

HOY SOY OTRA Ser una veleta seguirá siendo mi rumbo…


Seguir escribiendo es una opci贸n, por ahora seguir viviendo es la 煤nica opci贸n que nos queda. Nuestros relatos son SOBRE-VIVIENTES




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