EL ÁRBOL CHISMOSO Una historia de duda, sanidad y fe IREYDEGLORIA.COM
Este era un ĂĄrbol como cualquiera. De hojas grandes pero un poco secas, su tronco muy ancho dejaba ver, lo viejo que era el sicomoro aquĂŠl.
Vivía entre las casas de un país llamado Israel, esas casas no eran muy altas así que el árbol todo podía ver. Los pájaros diario llegaban con el, noticias de fuera le venían a traer. ¡Ay ese árbol! ¡Tan chismoso el! Siempre de todo quería saber.
-¿Ya se enteraron? -¿De qué, de qué? -Hay un hombre que sana enfermos aquí en Israel Algunos dicen que es un profeta Otros afirman que es nuestro Rey
¿Nuestro Rey? ¿Un hombre que sana? Ustedes pájaros se han vuelto locos de tantas semillas comer. Eso es imposible
YO NO LO PUEDO CREER
Pasaron los días y las aves seguían contándole al árbol todo lo que Jesús hacía. Lo dudo de veras. Decía el sicomoro. Soy un árbol viejo y
NUNCA HE VISTO ESO
Pero un lindo día bajo el sol que ardía. Cientos de personas se amontonaron a ver a un hombre que hablaba con mucho poder. Se ve cómo cualquier otro, pensaba aquel árbol chismoso. Tenía mala actitud el árbol pero quería saber si todo lo que había escuchado de Jesús,verdad podría ser.
Vio entonces otro hombre que nada podía mover. Lo llevaban cargado entre 4, que eran amigos de él. Subieron al techo y como locos lo rompieron. El árbol reía por lo que estaban haciendo.
¡JESÚS LO SANÓ! LO LEVANTÓ
¡El hombre inválido brincaba y bailaba!
Trajeron después a más enfermos, a todos ellos Jesús los tocaba. Unos eran ciegos, otros no escuchaban, pero a cada uno de ellos, Jesús los sanaba, sus vidas cambiaba.
El árbol sin admitirlo empezó a soñar: Que increíble sería poder retoñar Me siento tan viejo y se que estoy seco Muy pronto mi tronco de podrido quedará hueco, y entonces los hombres me vendrán a talar, y leña de mí harán. Qué tal que se acerca Jesus y me sana.
QUÉ TAL QUE AÚN NO ES TARDE PARA QUE YO CAMBIE
Pasaron los meses y el árbol seguía soñando despierto imaginando una nueva vida. Hasta que un día a lo lejos lo vio volver Cómo le hubiera gustado sacar sus raíces del suelo y correr hacia el Dios de los cielos que lo podía socorrer
De pronto Jesús se detuvo antes de entrar a la casa. Fijó su mirada en aquel sicomoro que muy viejo estaba. Sonrió con amor y extendió su mano y con mucho cuidado
TOCÓ AQUÉL ÁRBOL
Lo escuché de otros y lo había visto de lejos, pero el toque de Jesús cambió mi ser por completo. Renovó mis fuerzas
ME HIZO FLORECER DE NUEVO
ÉL ES COMO AGUA QUE VIDA DA Él es como brisa que me hace descansar. Bastó con su toque que mis hojas secas volvieran a ser como hojas de primavera. Aunque tengo años encima, viejo ya no me siento. Jesús me cambio. Ahora todo de él creo.
¿ALGUNA VEZ TE HA COSTADO CREER? Tal vez necesitas el toque de aquel que tiene poder para la duda vencer Deja que se acerque y te llene de fe Tal vez algún día tu vida sea como la del sicomoro aquél que después de creer, fuerte volvió a ser, tiempo después ayudó a otros para que a Jesús pudieran ver.
¿Te gustaría conocer más de Jesús? IREYDEGLORIA.COM