Documento del cortometraje

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Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho Licenciatura en Educación Preescolar VI semestre 1° concurso de documentales

¿Escuelas incluyentes o excluyentes del diferente?

11 de febrero de 2016


¿Escuelas incluyentes o excluyentes del “diferente”?

Contenido Síntesis ................................................................................................................... 3 Justificación ............................................................................................................. 4 Créditos ................................................................................................................. 10


Síntesis Esta es la historia de Fernanda, una niña de 9 años de edad, que presenta síndrome de Down, en la historia se resume la vida de la pequeña, desde su nacimiento hasta su trayecto educativo, haciendo énfasis en el trato que ha recibido en ello, desde el preescolar hasta el nivel en el que se encuentra en este momento. Al finalizar la madre de Fernanda hace una reflexión muy importante a los maestros, sobre el papel que estos deben tener en su educación.


Justificación ¿Escuelas incluyentes o excluyentes del “diferente”? Más que seres humanos, como persona estamos insertos en un mundo, en el cual vivenciamos diferentes realidades, es por ello que de pronto nos encontramos con niños y niñas que presentan barreras para el aprendizaje y la participación, como por ejemplo, síndrome de Down. Estos niños al igual que los que no tienen ningún tipo de déficit, presentan características, que los hacen ser seres únicos e irrepetibles en nuestra sociedad. Ellos poseen una singularidad, independientemente de la etapa de vida, nivel de desarrollo y necesidad en la que se encuentre, son personas únicas, con necesidades, intereses y fortalezas que se deben conocer, respetar, valorar y considerar efectivamente en toda situación de aprendizaje. Igualmente se debe considerar que la singularidad implica que cada niño y niña aprende con estilos y ritmos de aprendizajes propios. Es imprescindible que no se discrimine a aquellos niños que tienen síndrome de Down, sino todo lo contrario incluirlos, sobre todo, en el sistema educativo regular, comenzando desde la primera infancia, en la educación inicial y preescolar. Por ello la RIEB estipula como uno de sus principios pedagógicos garantizar la inclusión y el abatimiento de las barreras para el aprendizaje y la participación que


los alumnos con o sin discapacidad, en las escuelas tanto regulares como especiales. De ahí la importancia de introducir al maestro de educación especial y de educación regular en nuevas formas de intervención pedagógica para eliminar tales barreras que permitan al niño acceder al programa educativo, a sus aprendizajes esperados y consecuentemente a los estándares curriculares. Uno de los desafíos más importantes con los que se enfrenta el profesorado es el saber atender a las necesidades de las niñas y niños que acuden a diario a las escuelas, sean aquellos con o sin síndrome, pero todos unidos por la categoría principal de ser personas. Es de suma importancia entregarles todas las posibilidades y herramientas para que estos niños puedan interactuar con niños de su edad, no necesariamente realizarles actividades solamente para ellos, sino más bien, incluirlos con sus pares y sugerirles e invitarlos a que trabajen con los demás, puesto que también son personas capaces, ya que no por el hecho de ser niños Down, pueden privarse de algunas experiencias que pueden realizar otros niños. Por tanto una escuela inclusiva supone la aceptación de todos los alumnos, valorando sus diferencias; exige la transmisión de nuevos valores en la escuela; implica incrementar la participación activa, tanto social como académica, de los alumnos disminuyendo los procesos de exclusión; supone crear un contexto de aprendizaje inclusivo desarrollado desde el marco de un currículo común; exige, en definitiva una profunda reestructuración escolar que debe ser abordada desde una perspectiva institucional. (Vela Mota, Francisco)


Al generar la inclusión en todos los alumnos, los estamos haciendo partícipes de vivir en la comunidad a la cual están insertos, y otorgarles un principio de bienestar que es lo que se espera para todos los niños y niñas del mundo, en el cual se sientan plenamente considerados, en cuanto a protección, afectividad, generando sentimientos de aceptación, confortabilidad, seguridad y plenitud, junto al placer por aprender de acuerdo a su situación, que los hace ser diferentes de las demás personas. Así como también, se posibilita la adaptación e incorporación de estos niños a la sociedad, a través del juego, humor, la recreación, en armonía con los demás y el medio que lo rodea. Es por esto que consideramos lo expuesto por Miguel López Melero, al referirse que los niños que presentan síndrome de Down “deben asistir a la escuela pública, ya que tiene que ser el exponente de los derechos humanos y de la cultura de la diversidad. Donde mejor pueden ser educados los niños con discapacidad intelectual es en el sistema educativo regular con los demás niños y niñas de su edad. No puede ser de otra manera si consideramos que estos niños son peculiares, no defectuosos. Los otros compañeros son básicos para la educación de cualquier niño. Además para los niños que no tienen ninguna discapacidad es muy valioso conocer que existen personas distintas. Eso crea una serie de valores humanos indispensables en la sociedad. No debemos subrayar los déficit de los niños discapacitados, debemos conseguir que sus compañeros aprendan de ellos. La escuela ha de ser inclusiva, no puede ser un lugar de segregación.” Inferimos que un establecimiento de educación regular puede incluir a niños y niñas con necesidades educativas especiales, específicamente con síndrome de Down,


se requiere que posea una mirada distinta, acogedora y abierta para comprender el proceso de incluir a los alumnos con estas necesidades, y cuyas familias sufren muchas veces por la indiferencia, la discriminación o el aislamiento en que permanecen sus hijos. En el ámbito educativo, la inclusión debe formar parte de una estrategia general cuya meta sea alcanzar una educación de calidad para todos; por tanto, implica una nueva forma de concebir los procesos educativos, de abordar las diferencias individuales de los alumnos y de utilizar los recursos humanos, materiales y técnicos que puedan existir, tanto en el establecimiento educacional, como en su entorno, a través de redes de apoyo que permitan potenciar el proceso de inclusión. Comprometerse con el aprendizaje de un alumno con necesidades educativas especiales representa un gran desafío para toda la comunidad educativa, y también una gran oportunidad para los docentes, una oportunidad de crecer como profesionales y de fortalecerse como equipo, para generar los cambios que es necesario implementar, para lograr que estos alumnos adquieran las competencias valóricas y curriculares necesarias para alcanzar su autonomía y participar plenamente en la sociedad. Para los alumnos que presentan barreras para el aprendizaje y la participación, específicamente los niños con síndrome de Down, significa aprender de y junto a otros, tener las mismas oportunidades de participar en el currículo con el resto de sus compañeros en el contexto escolar y social que les corresponde. Para todos los alumnos se ofrece ventajas, pues se benefician de las innovaciones pedagógicas que realizan los educadores en respuesta a la diversidad, y de la experiencia de


conocer y participar con otros, reduciendo temores, mitos, y prejuicios que han conducido a la sociedad a marginar a estas personas, y desarrollando actitudes de respeto y solidaridad, aprendiendo a vivir juntos. La escuela, al ofrecer las mismas oportunidades a todas las niñas y niños, pueden adquirir y desarrollar la competencia cognitiva, afectiva y cultural le está dando la oportunidad de desarrollar la autonomía intelectual, moral y social que, más tarde, les permitirá llevar una vida de calidad. Es decir, un patrimonio cultural que les permita vencer, como en el caso de las personas con síndrome de Down, a historia de prejuicios, evitando con ello las desigualdades y, sustituyendo los objetivos tradicionales de su educación, que a menudo se orientaban a lograr comportamientos sociales controlados por aquellos otros que les permita adquirir la cultura suficiente como para que puedan guiar su propia vida. (López Melero, 1999). La inclusión en preescolar no significa simplemente colocar en un conjunto lo que estaba separado del mismo. No basta con ubicar a las personas en los diferentes entornos sociales, sino lograr que se produzcan interacciones entre ellas y que haya una valoración de los diferentes roles y aportes de cada uno, propiciando así el conocimiento mutuo y la convivencia. Por ello a manera de reflexión señalaremos que, “la calidad de la escuela se mide por su disposición a ser sensible a la diversidad de sus alumnos; a favorecer el desarrollo de sus capacidades, de su identidad personal, cultural y sexual; a promover el respeto entre los distintos grupos de alumnos y el trabajo conjunto, a actuar de forma activa y solidaria” (Alicia Devalle de Rendo y Viviana Vega, 2006).


Y aun cuando no todas las escuelas son iguales en el desarrollo de estos objetivos, y tampoco cuando dentro de cada una de ellas, todas las prácticas educativas comparten las mismas características, es necesario valorar cuál es la respuesta que las escuelas dan a las diferencias entre los alumnos.

Bibliografía 

Alicia Devalle de Rendo y Viviana Vega (2006) Una escuela EN y PARA la diversidad. El entramado de la diversidad, Aique Grupo Editores, Buenos Aires (Argentina)

López Melero, Miguel (2002). Entrevista “Si mejora el contexto, mejora el aprendizaje”, Málaga, CampusDiario.

López Melero, Miguel (1999). “La cultura de la diversidad como cambio de paradigma en las personas con síndrome de Down”, en Aprendiendo a conocer a las personas con síndrome de Down, Málaga, Aljibe, pp. 139-172

SEP. (2011). Plan de estudios 2011. Educación básica. México: SEP

Vela Mota, Francisco. Los valores en el marco de la educación inclusiva


Créditos Autores: Gloria Isabel López Martínez VI semestre de Educación Preescolar issabella1760@gmail.com Cynthia Jazmín Rodríguez Briones VI semestre de Educación Preescolar cynthiardzbri@gmail.com

Asesor: Laura Elena Olague Maestra de la Licenciatura en Educación Especial

Dirección: Gloria Isabel López Martínez & Cynthia Jazmín Rodríguez Briones

Música: Gloria Isabel López Martínez & Cynthia Jazmín Rodríguez Briones

Edición Gloria Isabel López Martínez & Cynthia Jazmín Rodríguez Briones

Isabel & Cynthia


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