El restaurante de la Plaza Real
Localización El restaurante está situado en la Plaza Real de Barcelona, una plaza del barrio gótico, al lado de la Rambla. La única pista de la ubicación exacta en la plaza, es que el restaurante tiene salida en la rambla y en la plaza. Actualmente, no hay ningún establecimiento que de a la plaza y a la Rambla simultáneamente, por lo que es difícil determinar con exactitud el emplazamiento del restaurante. Descripción del lugar El restaurante se describe como un lugar melancólico, con una atmósfera tibia. Tiene un olor a caoba y madera vieja, y sus paredes están decoradas con espejos viejos, plafones dorados, y cuadros oscurecidos. Los camareros son de edad avanzada, y se destaca la actitud amistosa de uno de los camareros hacia el padre de Eduardo, porque solía frecuentar el local. Selección del texto en la lectura «El restaurante daba por un lado a los arcos de la plaza, y por el otro, a las Ramblas. Dentro reinaba una atmósfera tibia, algo melancólica. [...] Casi todos los camareros eran de edad avanzada. Olía a caoba, y a vieja madera. En las paredes había espejos ya un tanto picados, con marcos dorados, plafones decorados en oro, con pinturas oscurecidas por el tiempo.» Contextualización del fragmento El restaurante aparece cuando Sol pregunta a su hermano Eduardo como conoció a las amistades con las que comparte el refugio. Cuando se lo pregunta, se hace un viaje al pasado, a cuando Eduardo tenía 14 años, y fue con su padre al restaurante, para hablar de planes de futuro y trabajo. Precisión de los personajes implicados
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Los personajes que aparecen en el restaurante son Eduardo y su padre Luis. Para Luis, ese restaurante es muy importante, ya que solía cenar con su abuelo ahí, y lo sigue frecuentando para hablar de negocios. Eduardo en cambio, se siente muy incómodo en el restaurante, y se da cuenta de que no quiere seguir con la fundición de la familia, ni ama a su padre de verdad. Significado del espacio para el personaje protagonista El restaurante es un espacio importante para Eduardo. En él, Luís habla con Eduardo sobre planes de futuro y trabajo. Le dice que ahora ya es un hombre, y le introduce al negocio familiar de la fundición. Eduardo se da cuenta de que no le gusta ese mundo, y pierde el aprecio hacia su padre. Imágenes
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