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REPORTAJE
“Somos los eternos rotantes”: La mitad de los MIR de familia sienten que la pandemia ha empeorado su formación
Omar-Tami Iráqui Houssaini está en su cuarto de residencia, es MIR de medicina de familia y comunitaria en el Centro de Salud Pola de Siero (Asturias) y ha sido uno de los dos encargados de ofrecer una foto actualizada en el 43 Congreso Nacional de Semergen sobre la formación en esta especialidad antes y después de la pandemia.
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Defne a los residentes de familia como “los eternos rotantes”, que pasan de especialidad en especialidad con un tiempo limitado. Un mes no es sufciente, afrma. “Quitamos ocho días de fn de semana, tres de saliente y dos guardias, nos quedan entre 16 y 20 días para todo lo que tenemos que aprender de esa especialidad. Cuando empiezas a saber cómo funciona la especialidad, a familiarizarte con los tratamientos y a conocer a la gente, te tienes que ir”.
Una situación que empeoró con la pandemia. Cuenta que hubo médicos que no querían estudiantes en sus consultas debido al virus. La atención telefónica también les afectó. “En la atención primaria la relación médico paciente se vio claramente deteriorada por teléfono. En las guardias y en las consultas externas hospitalarias ocurrió algo similar. Si no van los pacientes no vemos como un especialista palpa, explora y no te lo puede explicar”. Las sesiones clínicas y las opciones de realizar trabajos de investigación, también se vieron reducidas o directamente no había posibilidad de realizarlas.
Su diagnóstico es que la pandemia ha traído un “empeoramiento de la formación” respecto al programa de la especialidad. Es una sensación compartida por la mitad de los residentes, y por la mayoría de tutores, que han participado en una reciente encuesta, elaborada por el propio Dr. Iráqui Houssaini, y por la Dra. Susana Arenas Sotelo, coordinadora del Grupo de Trabajo de Tutores de Semergen.
Realizaron sendas encuestas a tutores y residentes en marzo de 2021 y el pasado mes de septiembre, a la que respondieron 113 y 64 profesionales, respectivamente. En ambos meses los encuestados creen que la formación y la docencia para los MIR de familia han empeorado con la pandemia. Si bien, el porcentaje de los MIR que lo creen ha caído en septiembre. Se muestran más optimistas que los tutores, que ofrecen peores valoraciones sobre la docencia a los residentes de familia, tanto en centros de salud, como en consultas externas hospitalarias, en guardias y sesiones clínicas.
En septiembre, el 65% de los tutores y el 44,2% de los MIR de familia creen que la docencia en los centros de salud es peor, un porcentaje que sube al 54,5% en el caso de la docencia en las consultas externas hospitalarias y al 51,2% en las guardias de hospital y en las del centro de salud.
Las sesiones clínicas en el centro de salud ahora son peores que antes de la crisis sanitaria para el 60% de los tutores y el 53,5% de los residentes, un porcentaje que disminuye al 27,9% entre los residentes cuando hablan de las sesiones clínicas hospitalarias. En torno al 60% de los residentes afrma que estas sesiones se han retomado tras la pandemia, pero no al nivel de antes.
Otro de los puntos clave para los MIR es la supervisión. El 14% de los residentes cree que la supervisión en el centro de salud ha empeorado y el 62% considera que sigue igual, pero en el hospital, el porcentaje de los que creen que la supervisión es peor ahora que antes en el hospital aumenta hasta el 37,2%, mientras que el 32,6% cree que es igual. Por su parte, hasta el 45% de los tutores admite que es peor. El 44,2% de los residentes cree que la unidad docente funciona peor que en época precovid y el 27,9% piensa que igual.
Actualmente, el 23,3% de los residentes que han respondido siguen desarrollando actividades relacionadas con la pandemia. “Esto es algo que resulta sorprendente”, afrmó la Dra. Arenas, que presentó los datos. Urgencias respiratorias por Covid-19, controles covid, rastreo y apoyo a vacunas, guardias y trabajo en plantas covid y atención a residencias de ancianos, son algunas de esas tareas que se mantienen.
La valoración que los tutores tienen de su labor es peor que la de los residentes. Seis de cada diez MIR de familia creen que la capacidad de su tutor tras la pandemia no ha mermado. Valoran su profesionalidad, su buena adaptación al cambio, así como su implicación y esfuerzo. Pero el 45% de los tutores cree que su capacidad es peor ahora.
La sobrecarga asistencial, las consultas telefónicas y las bajas por enfermedad, son razones por las que tienen esa percepción. El 70% de los tutores no se han planteado dejar esta labor a raíz de la pandemia. El interés por la docencia, ofrecer calidad y ayudar a los residentes son las razones. El 30% restante que sí ha pensado dejarlo argumentan estrés laboral y falta de reconocimiento.
Por último, ante la pregunta de dónde se plantean trabajar cuanto terminen la residencia, uno de cada cuatro quiere ejercer en urgencias hospitalarias, el 55,8% prefere trabajar en un centro de salud y el resto se plantean otras opciones, como ejercer en la privada, ir a una UVI móvil e, incluso, repetir el MIR.