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Opinión. Algo tiene que cambiar. Dr. Fernan

Fernando Mugarza es director de Desarrollo Corporativo y Comunicación de la Fundación IDIS. Profesor de ética de la Universidad Pontificia de Comillas ICAI-ICADE. Ex.presidente y Miembro de Honor de Forética. Sustraerse a la realidad que nos sigue invadiendo de la Covid-19 es imposible, veamos, escuchemos o leamos las informaciones de actualidad en el medio que sea nos llevan a esta pandemia que se ha extendido por todo el mundo llevándose consigo vidas, proyectos, ilusiones, iniciativas, empresas y el bienestar y seguridad de muchas personas y familias. No es motivo de esta breve reflexión entrar a ponderar acerca de los aciertos y errores cometidos en esta gestión que ya anticipo que han sido y son abundantes, sino ahondar en un aspecto que me parece relevante de cara al futuro, la nueva normalidad asociada a modelos de innovación, sobre todo con vistas a que nuestro sistema sanitario dé un paso adelante en su afán permanente de mejorar la calidad de vida y bienestar de todos. La incertidumbre, preocupaciones y dudas generadas por esta situación en las familias está siendo muy relevante, no solo en cuanto a información acerca de la Covid-19, sino en relación con otras patologías de base más o menos graves que precisan de un seguimiento y monitorización adecuadas, además de resolver las dudas que estos pacientes, en su mayor parte crónicos, puedan tener acerca de su enfermedad. En este contexto se hace indispensable reflexionar no solo acerca de la importancia que supone disponer de sistemas de teleconsulta o de medicina no presencial a distancia que algunos operadores tienen ya implantado, sino de la apuesta necesaria y decidida por la versatilidad y accesibilidad que nos ofrece la tecnología abrazada a la medicina, la psicología y la farmacia entre otras especialidades relacionadas con las ciencias de la salud. Este factor de innovación en la gestión asistencial y de control epidemiológico llegado el caso requiere además de priorización estratégica y voluntad de aceptar y promover el cambio, de una conlos diferentes agentes sanitarios, una concienciación en la que sin duda las asociaciones de pacientes y los movimientos asociativos vinculados tienen mucho que ver, que decir y que contribuir en cuanto a sensibilización y formación, por ejemplo. Es indispensable reflexionar sobre la medicina no presencial como una apuesta necesaria En el congreso celebrado en el mes de noviembre en Bruselas por el European Patient Forum (EPF), el Instituto ProPatiens subrayó la importancia y relevancia que poseen las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en la mejora de la atención, monitorización y continuidad asistencial de los pacientes máxime teniendo en cuenta que estamos inmersos en una sociedad que presenta una esperanza de vida creciente donde el envejecimiento, la cronicidad, la fragilidad, la vulnerabilidad y la soledad (aislamiento social) presentan una marcada impronta. Quienes disponen ya de sistemas de consulta “online” o en remoto han manifestado el incremento notable de las consultas en este periodo de pandemia y confinamiento, es decir, es bueno poner el acento en el hecho de que vivimos en una sociedad digital en la que todos con mayor o menor dificultad nos vamos a ir acomodando y acompasando con sus desarrollos, y en momentos alejados de nuestras zonas de confort y rutina, como es el caso de esta pandemia producida por el sars-CoV-2 (Covid-19), nos percatamos de la enorme utilidad de tecnologías como la de las consultas, monitorización y asistencia en remoto tanto para los pacientes, familias y cuidadores, como para la descarga asistencial del sistema y el alivio que ello supone también para las propias arcas del estado. A partir de esta situación de crisis sanitaria algo debe de cambiar. Es importante que España se sitúe en cabeza de la transformación digital en materia de salud y sanidad, que lidere este aspecto vinculado directamente con el nuevo modelo económico y de desarrollo social que tanto precisamos, una nueva normalidad que se sustente en la innovación en su más amplio sentido, en todos los sectores, pero muy especialmente en el de la salud y la sanidad. Quienes disponen ya de sistemas de consulta “online” han manifestado el incremento notable de las consultas Finalmente, es bueno que sepamos reconocer a las organizaciones que operan en nuestro país y que realizan un esfuerzo especial en la compleja senda de la I+D+i a través de los apoyos fiscales pertinentes, los beneficios asociados, las ayudas correspondientes y la incorporación e implantación de los productos, bienes y servicios que desarrollan poniendo el punto de mira no solo en el corto sino en el medio y largo plazo, mirando su idoneidad y oportunidad no como un gasto sino como una inversión, en definitiva como una parte relevante de la solución a los grandes retos que tiene planteados nuestra sociedad.

“Sin la contribución de la sanidad privada el sistema tal y como lo conocemos colapsaría” Entrevista a Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS

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datos rigurosos, previendo los recursos necesarios para situaciones de profundo estrés para el sistema como es este el caso. También en su momento decían algunos que teníamos uno de los mejores sistemas financieros y la realidad pudimos verla todos a través de los test de estrés que se realizaron. Las palabras de poco sirven si no van acompañadas de hechos.

Redacción

La crisis del Covid-19 ha supuesto una tensión sin precedentes para el sistema sanitario. La sanidad privada ha sido parte de un sistema que ha luchado globalmente contra los efectos del virus. Marta Villanueva, directora general de la Fun

dación IDIS, explica en iSanidad, su visión del futuro.

Después de la crisis del Covid-19, ¿se ha demostrado que la sanidad privada y la pública pueden colaborar?

Siempre ha estado claro, a pesar de que algunos han estado interesados y empeñados en tratar de demostrar lo contrario pero la realidad es cicatera, solo una cooperación estratégica de los dos entornos de titularidad de aseguramiento y provisión son los que podrán marcar y determinar el futuro de nuestro sistema sanitario. Las palabras se hacen realidad con los hechos, y la certeza actual es que en tan solo dos meses y medio todo lo conseguido en materia económica y laboral en nuestro país está en entredicho y en las primeras semanas de esta pandemia el Sistema Nacional de Salud ha estado a punto de colapsar por la llegada del SARS-CoV-2 (Covid-19). Solo la cooperación y la utilización de todos los recursos disponibles están consiguiendo a día de hoy controlar esta compleja situación sanitaria. Decir que tenemos el mejor sistema sanitario no es suficiente, hay que hacer realidad esas palabras con Toda su realidad, potencial y voluntad firme de colaboración. Somos un sector de emprendimiento privado sustentado en la innovación y en la responsabilidad; nuestro principal objetivo y razón de ser son nuestros pacientes, sus familias y nuestros profesionales que hacen posible el milagro de la vida y el bienestar cada día, en cada instante, en un quirófano, en una sala de urgencias, en un ingreso de planta o en consultas. Es por ello que ponemos nombre y apellidos a nuestros pacientes y profesionales y les tratamos como cada cual necesita en cada momento y situación; no nos agradan los adjetivos público o privado cuando hablamos de sanidad, el paciente poco quiere saber de titularidades, lo que ansía es una atención ágil, pronta, eficaz y equitativa. Y para darle todo eso nosotros siempre estamos dispuestos a aportarle el máximo de nuestras capacidades de una forma eficiente y además sostenible que contribuya a aportar viabilidad al sistema.

Solo la cooperación y la utilización de todos los recursos disponibles están consiguiendo a día de hoy controlar esta compleja situación sanitaria

¿Qué puede aportar la sanidad privada en la reconstrucción del sistema sanitario?

En Madrid IDIS participa en el comité técnico, ¿sería razonable que lo hiciera también en el nacional?

Nosotros siempre acudimos a todos aquellos foros donde se nos requiere y precisa, no por el hecho de estar sino porque consideramos que es nuestra responsabilidad y deber para con los ciudadanos. No olvidemos que la sanidad no es privativa de nadie, nos pertenece a todos una vez que o bien la pagamos con nuestros impuestos o la abonamos a través de nuestro seguro o directamente, llegado el caso. En esta tesitura desde la Fundación IDIS siempre hemos abogado por un trabajo conjunto e inclusivo de todos los agentes implicados en la solución a los problemas, y nosotros, como se ha demostrado, somos una parte muy importante de la solución. Si acudimos a la hemeroteca, desde el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad desde su constitución hace 10 años venimos reclamando y proponiendo un pacto por la Sanidad y la Innovación, porque entendemos que es la única forma de que los valores que encierra la Ley General de Sanidad como consecuencia del artículo 43 de nuestra Constitución se vean salvaguardados para todos, independientemente de la condición y situación que cada cual tenga en un momento dado. Es la gran conquista social que todos hemos conseguido a lo largo del tiempo. Desde de la constitución de la Fundación IDIS hace 10 años venimos reclamando y proponiendo un pacto por la Sanidad y la Innovación

¿Cómo podría beneficiar al sistema descargar parte del coste de la atención sanitaria pública en la privada?

De una forma clara y decisiva. Tengamos en cuenta que los cerca de 11 millones de españoles que actualmente disponemos de un seguro privado de salud estamos descargando de presión financiera y asistencial al sistema público de salud y a las arcas del estado. La asistencia sanitaria privada supone cerca el 30% de la sanidad total y un 2,6% del PIB, luego estamos hablando de más de 30 mil millones de euros, estas son las cifras. Pero independientemente del coste tangible que, aunque importante no es el más determinante, hemos de pensar en el coste intangible asociado al sufrimiento y la incertidumbre íntimamente vinculados con los resultados sanitarios obteni11 millones de españoles estamos descargando de presión financiera y asistencial al sistema público dos en relación con indicadores validados de acceso, eficiencia, calidad, seguridad, resolución asistencial y experiencia de paciente fundamentalmente. Es aquí donde aspectos como la equidad, el acceso, la cohesión, la financiación y la cobertura son claves. Los datos cuantitativos son muy relevantes para el análisis de los problemas, pero sin el estudio cualitativo que certifique la certidumbre, la credibilidad y la confianza difícilmente se puede llegar a una solución plena de cada uno de los problemas que se plantean en el sistema.

¿Puede soportar la sanidad pública todo el coste de la sanidad?

De mis respuestas se puede deducir esta, evidentemente no. Es más, sin la contribución de la sanidad privada el sistema tal y como lo conocemos colapsaría y el ejemplo lo tenemos muy cerca en el tiempo con la pandemia de la Covid-19. ¿Imagina lo que supondría que de la noche a la mañana cerca de 11 millones de españoles pasaran a la cobertura exclusiva del sistema público de salud?, cerca de una cuarta parte de la población, ¿imagina qué ocurriría sin los más de 266 mil profesionales del sistema privado o de los más de 458 hospitales y los más de 2.000 centros asistenciales de la red privada que realizan por ejemplo más del 30% de las cirugías, cerca del 25% de las urgencias y más del 23% de las altas y los ingresos de este país? Si con las tres cuartas partes de la población el sistema público anda con grandes deficiencias en múltiples aspectos imagínese si tuviera que asistir al 100% de los ciudadanos, en el corto plazo sería inviable y, en el medio y largo plazo, imposible teniendo en cuenta la deriva sociodemográfica y la ingente y constante progresión de la innovación. La única solución a esta ecuación multivariable es la de la suma de todos los esfuerzos posibles en pos del bien común teniendo a la población en general y al paciente y su entorno en particular como principal objetivo. Las consultas se han visto reducidas y estamos animando a que los ciudadanos acudan a sus centros asistenciales públicos y privados Hemos sufrido todos los entornos sanitarios, cada cual con su circunstancia; unos por la enorme presión asistencial que ha requerido de un esfuerzo ímprobo, mayúsculo en todos los sentidos Y otros porque sus consultas se han visto muy afectadas por las consecuencias directas del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declaró el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19. La realidad es que en estos momentos quedan muchas dudas e incertidumbres que resolver, dudas e inseguridades que habrán de encontrar una solución lo antes posible para garantizar la viabilidad de un sector que lo ha dado y lo sigue dando todo en beneficio del paciente y del sistema; un sector que siempre ha tenido muy clara su misión, primero salvar vidas y proteger la salud y el bienestar de todos, y después como es lógico, solventar todas las necesidades de esta actividad para dotar de la normalidad necesaria a un sector que como el privado tanto valor añadido aporta a nuestra sociedad. En relación con la segunda parte de la pregunta, efectivamente las consultas se han visto reducidas y por ello estamos animando a que los ciudadanos acudan de nuevo a sus centros asistenciales públicos y privados una vez que la enfermedad no se circunscribe a la Covid-19 sino que hay un ingente número de patologías más o menos complejas que requieren de una atención puntual en unos casos y continuada en otros, pero que si en algo coinciden es en que no se les puede dejar de prestar atención para evitar complicaciones y comorbilidades. Regresar a la normalidad que tanto precisamos requiere de un esfuerzo añadido por parte de todos a la vez que transmitir a la población las garantías suficientes para que dicho retorno se produzca en condiciones de confianza y certidumbre. “¿Imagina lo que supondría que de la noche a la mañana cerca de 11 millones de españoles pasaran a la cobertura exclusiva del sistema público?”

¿Toda la medicina privada ha sufrido mucho el Covid?, ¿el miedo y el contagio han reducido las consultas?

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