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¿QUÉ VA A FORTALECER A MI HIJO PARA QUE NO CREZCA LASTIMADO ?
Por Coach de Pro-Defensa Enrique Cervantes Coach de Pro-Defensa Jennyfer Chávez
En la actualidad, hemos llegado a creer que, si llevamos una crianza respetuosa donde hablamos con miramiento, con amor, con paciencia a nuestros hijos, estamos creando niñas y niños débiles; ya que en la “vida real” no tendrán este tipo de trato. Entonces ¿hay que tratarlos mal con anticipación porque la vida los va a tratar mal?
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Exigir de más a un niño es tratarlo mal y esto no es saludable ni formativo. Los niños son increíblemente vulnerables e impresionables, y sus primeras experiencias moldean en gran medida su desarrollo y bienestar. El trato negativo puede tener efectos negativos duraderos en su bienestar físico, emocional y psicológico.
¿Qué es lo que sí puedo hacer entonces?...
¿Qué va a fortalecer a mi hijo para que no crezca lastimado?
¿Cómo debo HABLARLE
?
Regalar experiencias de buenos tratos para que así ellos puedan identificar y diferenciar cuando algo es amenazante y tóxico. Y con ello, posean al facultad de recordar y recurrir a su lugar seguro; un lugar donde puedan pedir ayuda y sentirse escuchados con empatía.
Para ello, nos será muy importante considerar los siguientes puntos al abordar conversaciones con nuestros hijos:
La comunicación: La comunicación es el proceso por medio del cual se transmite información entre individuos. Con ella, podemos ejecutar un intercambio de sentimientos, opiniones o cualquier otro tipo de información mediante el habla, la escritura u otras señales.
Las personas somos multidimensionales por naturaleza; parte de nuestro ser es el proceso incesante de desarrollo socioemocional, que comienza en nuestro nacimiento y permanece en constante desarrollo y consolidación a lo largo de la vida. En la infancia, los principios de las relaciones interpersonales se observan en varios entornos y podemos ayudar aque nuestros hijos desarrollen estos principios de una manera sana mediante los siguientes puntos:
Escucha activa: Es una forma de comunicación donde se recibe con conciencia, interés y sin interrupciones, lo que la persona o personas que tenemos delante nos están transmitiendo. Se realiza con libertad teniendo en cuenta lo que piensan y sienten los demás; para así al tocar nuestro turno de hablar, poder transmitir un comentario o sugerencia que venga al caso y que demuestre nuestro interés por las ideas y sentimientos de las personas con que estamos conversando.
Por tanto, la escucha activa implica nuestra atención por la conversación, por las emociones de nuestros interlocutores y por el mensaje que nos están trasladando.
Implementar la escucha activa con los más pequeños, nos puede permitir entender una situación, analizar la información y así poder tener una mejor comprensión de lo que nos están queriendo decir, por consiguiente, poder ejecutar una solución eficaz en torno al problema o inquietud que nos están exponiendo.
Lenguaje positivo: El lenguaje positivo significa utilizar expresiones, palabras y lenguaje corporal que no sean limitantes, prejuiciosas o que devalúan a nuestros escuchas. Por el contraio, que transmitan un estado mental positivo, atiendan y legitimicen las emociones de ambas partes y potencialicen acciones sanas y constructivas.
En ocasiones podemos pensar que el lenguaje o la comunicación mediante esta técnica, es insignificante, pero en realidad, es una herramienta bastante poderosa pues con ella podemos expresar lo que pensamos o sentimos por ello, es tan importante poder regularla. Utilizar un lenguaje positivo tiene una gran ventaja, ya que ayuda a mejorar la forma de comunicarnos y relacionarnos, tanto con nosotros mismos como con los demás, e influye directamente en la forma en que podemos percibir y tener una visión del mundo que nos rodea y sobre todo en la capaciad de influencia que podemos tener en otros para que acaten nuestras directrices o sugerencias.
El lenguaje, aparte de ser un mecanismo de comunicación básico para la socialización, también es un medio para expresar o comunicar contenido en relación con el pensamiento. Pensar y hablar son parte de una unidad inseparable: no se puede ver como una forma simple de comunicación, sino como un método importante para el desarrollo y la visión del hablante en su contexto.
Comunicarnos con nuestros hijos en “positivo” es diferente a mimarlos o a exigirles acciones en extremos rígidas sin razón; hablarles en “positivo” fomentará la creación y el mantenimiento de un apego seguro propiciando que los niños se sientan con confianza para explorar sus entornos y visualicen a sus padres como fuente de protección e información y acudan a ellos cuando consideren necesario pedir ayuda.
Entonces mantener un apego seguro durante la niñez requiere un esfuerzo continuo y de bastante comunicación entre el cuidador y el niño, incluida la escucha activa, la validación de las emociones y la provisión de un entorno seguro y enriquecedor, de lo contrario los niños con apego inseguro pueden tener problemas con la regulación emocional, tener dificultades para formar relaciones saludables y pueden ser más propensos a problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión.