Rozando imprescindibles
Lola Lรณpez-Cรณzar
Rozando imprescindibles
Lola Lรณpez-Cรณzar
Fotografía y texto de Lola López-Cózar www.islasila.com
Volamos ajenos a la ley natural del hambre. El hambre es un anhelo mรกs allรก del sustento de la carne.
El deseo de ubicuidad, la ruptura de todas las distancias.
Volamos conectados a la energĂa imparable de los fines, atrĂĄs los medios, atrĂĄs el origen de la materia que se altera.
Caemos sobre la incertidumbre, la belleza transformada en despojo, la potencia en adorno.
Adelante el origen de la materia que se altera, sin fin ni medios para afrontarnos vulnerables.
Confinados en la intimidad del miedo, recluidos en la amenaza desvalida de lo extraĂąo.
Invertido el enfoque de las vallas, escudo defensor contra lo insรณlito, la perspectiva da la vuelta, nos pliega en la dimensiรณn del asombro.
El tiempo ralentiza sus segmentos, lo inaplazable dimite dรณcilmente,
el instante carece de sentido, en su lugar un continuo mar en calma, habitado por todas las especies de la duda.
La primavera dรณnde. Este ansia de luz y cielo libre.
Las rejas que pusimos van creciendo, por encima de nuestras posibilidades,
la vida en guardia, defiende el volumen de su aforo.
SoĂąamos con un hueco que acceda a un mĂnimo por ciento de todo lo perdido.
La energĂa imparable de los fines es dar un paso, tocar lo mĂĄs cercano, ahora cosido a idĂŠntica distancia.
La soledad florece regada por esta carga de silencio.
Decir silencio y evocar lo esencial que nos sostiene.
Lo bĂĄsico es el aire sobre la tierra fĂŠrtil, no el enjambre que clausura los lazos, la cavidad acristalada frente al mundo.
SoĂąamos con un hueco que se agranda, que deja franquear el color de los dĂas, las estaciones que llegan y se pasan.
Juntos significa otra cosa, salir y ver todo lo que respira,
usar las manos para agradecer los gestos que nos cuidan.
SoĂąamos con que acaben los remiendos, con alzar los brazos y sentir que el prĂłjimo no puede ser antagonista,
que las puertas se abran para todos, habiendo aprendido que un yo sin los demรกs no sirve para nada,
que hay que redimensionar el valor de las cosas, que los afectos son puentes de ida con retorno, y que en ese trayecto el rumbo de la vida siempre acierta.
Ansiamos la apertura de cancelas, caminar rozando imprescindibles,
contagiarnos de un poco de esperanza para no fulminar el agua cristalina.
Salidas de emergencia que nos ciĂąen a la solidez que nos precede.
Salidas de emergencia que se hacen cargo de la fragilidad que nos compete.
Planeamos una marcha sin huida. Surcar la atmósfera a golpe de emisión, palabras que no dañen la mera subsistencia de las aves.
Atravesar el viento cubriendo el desamparo de los actos que debemos deponer para hacernos compatibles con el resto.
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