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Renovación Urbana y Especialización Funcional

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CONCLUSIONES

CONCLUSIONES

LA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DE VALLADOLID 243

centro. Un nuevo equilibrio se establece en la ciudad". ("Rénovationn urbaine et stratégie de classe. Rappel de quelques aspects de l'Haussmannisation". "Espaces et Sociétés". 1974/75).

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Renovación Urbana y Especialización funcional

El proceso de renovación del Centro Histórico de Valladolid se ha constituido como un proceso continuo, sin apenas paréntesis significativos en su ya larga trayectoria histórica. El desencadenante legal del citado proceso, en los últimos años, fue la aprobación del Plan de Alineaciones de 1950. Pero la conjunción de dicho plan con las determinaciones posteriores del "Plan Mesones" generó, definitivamente, una renovación sin paliativos del citado casco. Entre 1970 (año de aprobación del "Plan Mesones") y 1974, en efecto, se concedieron casi 500 licencias de derribo, equivalentes a casi 2.000 viviendas. En su lugar se construyeron casi 10.000 nuevas viviendas, es decir, un 63% de la construcción total del municipio. Hay que esperar, por tanto, al "Plan Mesones" para que comience a producirse la gran operación de renovación urbana en el Casco Histórico de la ciudad. Antes de la aprobación de dicho plan, sin embargo, ya se estaban dando las condiciones para que tal proceso se desarrollase, como así sucedió, con una gran contundencia.

Si comparamos las curvas que nos indican el numero de viviendas construidas, ya comentadas anteriormente, junto con las demoliciones llevadas a cabo, entre los años 1971 y 1979, observamos cómo el numero máximo de licencias de demolición se alcanza hacia el año 1974, y el de licencias de nueva obra en 1976, aunque también se produce una cresta dos años antes pero no tan alta como la alcanzada en 1976. Las demoliciones van preparando el camino hacia la nueva reconstrucción del casco. Si a ello añadimos las ofertas de suelo residencial periférico, ya producidas con anterioridad, podemos argumentar una cierta elitización funcional y social del centro histórico en detrimento de su contenido residencial heterogéneo.

Del análisis de los procesos de "renovación urbana" producidos en la ciudad de Valladolid, entre los años 1960 y 1985, se puede decir que la práctica totalidad de las manzanas que componen el Recinto Histórico han sufrido algún tipo de transformación. De las algo más de ciento setenta manzanas que componen el Recinto Histórico, tan solo treinta y una se han librado de alguna transformación edificatoria, con la particularidad de que la mayoría de estas últimas son manzanas donde domina la presencia de viviendas deshabitadas.

Por lo que se refiere al contenido de dichos procesos de renovación, podemos decir que se han orientado, prácticamente, hacia la definición de tipos edificatorios residenciales. Sólo las manzanas situadas al sur de la Plaza Mayor, incluidos sus alrededores, han visto orientada su dinámica de transformación hacia la actividad terciaria. Podemos decir, en este sentido, que desde los años 60 hasta 1985, el casco histórico ha soportado la construcción

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ALFONSO ÁLVAREZ MORA

de más de 17.000 nuevas viviendas. La conclusión no puede ser más clara: el caso histórico se define en función de unos trazados, de una morfología, que es incapaz de aguantar la cantidad de edificación que le ha sido impuesta.

Las sustituciones tipológicas orientadas hacia las "actividades terciarias" no han sido excesivamente importante, sobre todo en relación con el impacto residencial. Las zonas terciarias están muy concentradas, localizándose, como decíamos, en una estrecha franja al sur de la Plaza Mayor. Estos "edificios terciarios" están localizados entre la Plaza mayor y la Estación Ferroviaria, marcándose una determinada concentración de dichas actividades entre aquella y la Plaza de España.

Un hecho importante es la significativa presencia de viviendas deshabitadas, no tanto por su numero (unas 224 en 1985, y sólo en el casco histórico) como por su localización. La mayoría de estas viviendas vacías, identificadas, en su totalidad, con lo que se denomina "vivienda antigua", están localizadas en el centro del Recinto Histórico, constituyendo, de esta forma, un "subconjunto urbano" con esa característica de "ciudad deshabitada" , como "compás de espera" de eventuales determinaciones urbanísticas, o políticas municipales, que "flexibilicen" un cambio rentable, económicamente hablando. Circunstancia ésta que planteábamos en 1985 y que hoy día podemos comprobar con toda claridad. Dicha "flexibilidad" ha venido de la mano del Plan General aprobado en 1984, habiendo proliferado, desde entonces, falsas "rehabilitaciones" que no han hecho más que acelerar la pérdida del escaso patrimonio histórico que aún quedaba, en consonancia con la ya histórica trayectoria endémica que padece la ciudad.

Constatamos, como una de nuestras conclusiones, la definición funcional de la zona sur de la Plaza Mayor en cuanto sector donde se concentran procesos de transformación tipológica identificados con la actividad terciaria. Dicha zona sur, por otro lado, tiende a envolver a la citada plaza, definiéndose esta última como un sector en torno al cual se va desarrollando el espacio económico-bancario-empresarial de Valladolid. Se está produciendo, a su vez, una extensión de la actividad terciaria hacia la zona estructurada por las calles Gamazo y Muro (Dos de Mayo), aunque la formalización de estas actividades no residenciales no se lleva a cabo tal y como está sucediendo en torno a la Plaza Mayor. Mientras en esta última, la intensidad de ocupación es mayor (más edificios dedicados en exclusivo a dichas actividades), en la segunda se da una convivencia entre la actividad terciaria y la actividad residencial. De ahí ese primera distinción que establecemos entre una zona muy consolidada, desde el punto de vista del asentamiento de actividades terciarias, y otra, localizada en régimen de continuidad con la anterior, que comienza a definirse como expansión especializada de la actividad económica que se desarrolla en la primera. Exceptuando estas dos zonas, la ocupación del resto de los sectores del casco de Valladolid, por actividades terciarias, es prácticamente nula.

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