8 minute read

"elitización" del Centro Histórico

LA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DE VALLADOLID 233

constructores del casco, nos dicen los citados autores, es evidente, también en los últimos tiempos, un cambio de estrategia. Su interés por la realización de operaciones en la periferia ha aumentado y se producen ya intentos de p romoción de suelo mediante fórmulas de alianza ente ellos. Covaresa es el mejo ejemplo, pero no el único. En Parque Alameda, Nueva Vila, Soto de Medinilla, Ribera de Castilla, aparecen promotores-constructores del casco que antes no solían actuar fuera del mismo ... Covaresa es una alianza de pequeños y medianos constructores y promotores (40), fundada en 1976, con la intención manifiesta de crear suelo periférico. En 1977 se inicia la redacción de un Plan Parcial que comprende una superficie de 204 has, con una capacidad de 12.444 viviendas (alrededor de 50.000 habitantes) .. .. ".

Advertisement

Tercer momento, hasta 1993. La periferia como lugar de intensa actividad inmobiliaria frente al inicio de cierta "elitización" del Centro Histórico

La salida a la crisis edificatoria, cuyo punto de inflexión más bajo se produce en el año 1983, se decanta por un desarrollo periférico que, hasta el momento, no había alcanzado unas cotas de ocupación tal altas como las que se van a producir a partir de 1984. Se alcanzarán, en algún momento de este periodo, solicitudes, por licencia, de casi 3000 nuevas viviendas, cantidad ésta que se demanda, por parte de la promoción inmobiliaria, en el año 1989. En períodos anteriores, con los que habíamos identificado, también, un auge de la actividad inmobiliaria, aunque aplicada, sobre todo, a sectores urbanos tradicionales, comprobamos, en algunos momentos, cotas máximas referidas, también, a solicitudes de licencias, de algo más de 2000 nuevas viviendas, hecho éste que ocurría en el año 1980. En cualquier caso, lo que sí parece evidente es que cuando se toma el espacio periférico como campo predilecto para proceder al desarrollo de actividades empresariales inmobiliarias, el número de viviendas solicitadas por licencia aumenta considerablemente. Aumento que está directamente relacionado, sobre todo, con el hecho de que dicho espacio periférico comienza a configurarse, a partir de 1984, como el único campo posible para proceder a empresas inmobiliarias de gran alcance. Se ha producido, en este sentido, un cambio en el modelo de desarrollo urbano que, hasta ahora, ha distinguido a la ciudad de Valladolid. Esta había basado su crecimiento, hasta muy recientemente, como ya ha sido observado por numerosos especialistas, como "una constante reforma de crecer sobre si misma". Romper con esa "tradición" es algo que le ha costado mucho a esta ciudad. Adoptar un proceso de crecimiento en el que la gran actividad inmobiliaria apuesta por "colonizar" nuevos espacios periféricos, paralelamente al desarrollo de operaciones específicamente centrales, ya sea "elitizando" la residencia o "cualificando" el espacio publico, se ha constituido como un proceso muy reciente que comienza, en estos momentos, a expresar algunos de sus resultados. Pero, pensemos que esta contradicción centro-periferia, enten-

234

ALFONSO ÁLVAREZ MORA

elida como el enfrentamiento entre lo "cuantitativo" y lo "cualitativo" , entre la manera de un "vivir periférico" y un "vivir central", es algo que se contextualiza, en el marco del desarrollo de nuestras ciudades y de la propia "disciplina urbanística" , en tiempos históricos ya pasados. Valladolid se incorpora al proceso citado con retraso.

Dicho retraso es aún más incongruente en la medida en que en esta ciudad se están dando, en estos momentos, procesos urbanos que pertenecen, contextua! y disciplinalmente hablando, a períodos históricos ya superados, junto con aquellos otros que han hecho aparición en nuestras ciudades en momentos más cercanos a los tiempos actuales. Tal es el caso, por ejemplo, de la proliferación de la "vivienda individual" , formando conjuntos de baja densidad, que se localizan en ámbitos espaciales más cercanos a lo "metropolitano" que a lo específicamente urbano. Apropiación indiscriminada del espacio periférico "metropolitano" que se corresponde con aquellas otras operaciones, esta vez de carácter "central", referidas a específicos proyectos residenciales en los que se compagina la necesaria "modernidad" con la "bien vista" recuperación-conservación de ciertos valores históricos. Son las llamadas "rehabilitaciones" residenciales que no están planteando, realmente, específicas recuperaciones tipológico-funcionales, ligadas a formas arquitectónicas tradicionales, como caducas prácticas "fachadistas" sin ninguna otra intención que no pase por dotar a la ciudad ele una nueva imagen urbana. Y si a esto añadimos las llamadas "peatonalizaciones" , nos encontramos con todo el repertorio que, desde hace años, ha estado operando en diversas ciudades españolas, y del que ya conocemos muchos de sus fracasos. Valladolid, sin embargo, no sólo no los ha tenido en cuenta para reinterpretarlos, recogiendo lo más positivo de los mismos y rechazando lo que se ha mostrado ineficaz, sino que, sin vacilaciones, sigue imitando al pasado de forma acrítica, no apostando por alternativas que la incorporen, decididamente, a un presente más actualizado y más acorde con las verdaderas y reales necesidades que reclama social y colectivamente.

La ciudad sigue apostando por prácticas inmobiliarias despilfarradoras y fuera de todo planteamiento social. Hecho éste que resulta cada vez más evidente y que, en los últimos años, está adoptando una actitud verdaderamente agresiva. Tomemos como ejemplo, y para demostrar la actitud de una ciudad que apuesta, ante todo, por el protagonismo de la empresa inmobiliaria, la relación entre el numero de viviendas solicitadas por licencia y el aumento real de la población, todo ello para el periodo 1983-93. En el año 1983 Valladolid cuenta con 329.028 habitantes, alcanzando los 334.886 en 1993. Durante ese periodo, por tanto, la población ha aumentado en algo mas de 5000 habitantes. El número de viviendas solicitadas por licencia, durante ese mismo periodo, se elevó, en contrapartida, a más 15.000. Se está forzando, por tanto, el desplazamiento de la población existente a costa de desocupar un patrimonio residencial del que no se sabe si pasará a otras manos o permanecerá sin uso.

LA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DE VALLADOLID 235

Entre 1981 y 1991, por ejemplo, se produjeron en Valladolid 73.777 traslados de domicilio, equivalentes a un cuarto de su población. Sólo en cuatro años, entre 1994 y 1990, dichos traslados alcanzaron la cifra de 34.828.

La gran mayoría de esta población, que ha cambiado de domicilio, ha terminado por localizarse en algunos de los sectores periféricos identificados con los "planes parciales" que comenzaron a gestionarse a partir de 1972, sobre todo los nuevos barrios de Parquesol, Covaresa o la segunda fase de Huerta del Rey. Parquesol, por ejemplo, pasó de contener unos 4.169 habitantes, en 1986, a 17.042 en 1990. Covaresa pasó, en el mismo periodo, de 2.714 a 5.554 habitantes. La segunda fase de Huerta del Rey experimentó, también, un importante crecimiento, pasando de 7.461 a 10.606 habitantes. Cifras, todas ellas, que han aumentado, aún más, desde 1993 a la actualidad. Se habla, de 5.000 viviendas solicitadas por licencia durante el año 1998.

El nuevo "modelo de desarrollo urbano" que se está materializando en la ciudad de Valladolid, por tanto, implica la puesta en marcha, entre otras cosas, de un espectacular proceso de producción inmobiliario, de carácter eminentemente residencial, que marcha en paralelo a un estancamiento de la población residente. Se está produciendo un número de viviendas que no se corresponde con el aumento citado, lo que está provocando una ofe1ta residencial que es la que, en última instancia, mueve a la población de un lugar a otro de la ciudad, utilizando la vivienda en propiedad, de la que disponen, para financiar, en el mejor de los casos, el cambio citado. Pero ¿qué sucede si dicho apoyo a la financiación no encuentra un mercado en el que realizarse? Y en el caso de que dicho encuentro tenga lugar, sólo puede producirse parcialmente ya que son muchas más las viviendas ofertadas que las que realmente son capaces de formalizar un mercado de segunda mano, condición esta indispensable para realizar el cambio de residencia ofertado. La existencia de un patrimonio inmobiliario en "espera", por tanto, debe alcanzar cifras espectaculares, lo que califica a este fenómeno de auténtico despilfarro social y económico.

Este "modelo de desarrollo urbano" se ha potenciado, sobre todo, en el último periodo que hemos considerado, es decir, en aquel en el que la producción espacial periférica se alza como alternativa, una vez que las posibilidades inmobiliarias del Centro Histórico, o de las zonas más tradicionales de la ciudad, se han agotado. De hecho, entre 1971 y 1982, cuando se están desarrollando las operaciones inmobiliarias, fundamentalmente, en las zonas tradicionales de la ciudad, la población de Valladolid aumentó en unos 85.139 habitantes, mientras el numero de viviendas solicitadas por licencian alcanzó la cifra de 18.369. De 0.21 viviendas por habitante, en el primer periodo considerado, hemos pasado a casi 3 en el segundo, en el que, recordemos, la población aumentó en algo más de 5.000 personas, mientras las viviendas solicitadas por licencia sobrepasaban las 15.000.

El periodo 1970-93, por tanto, no ha sido homogéneo, y ello tanto por lo que se refiere a la cantidad de viviendas solicitadas para ser construidas como

236

ALFONSO ÁLVAREZ MORA

a la localización y forma de gestión de las mismas. Si en un primer momento, que coincide, en general, con el periodo 1970-79, las viviendas solicitadas se localizaban, fundamentalmente, en los tejido urbanos consolidados, cuando no en el mismo Centro Histórico, imponiéndose, para que dicha materialización se realizase, un proceso previo de destrucción del patrimonio edificado existente, en el último de ellos, que coincide con el periodo 1985-93, la

CO'\Jl..'IITO Of. SlSTI rUCIO'If.S lii'Ol.OGIC\S

Plano de análisis donde se cuantifican todos y cada uno de los Procesos de Renovación Urbana a que fue sometido el Centro de Valladolid, entre los años 1960 y 1985.

This article is from: