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MÁS ÁNGEL QUE HUMANO

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NINO'S COLUMN

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ROLANDO VAZQUEZ

Por: Salvatore Laudicina

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La mañana promete mucho para Rolando Vazquez: en su escritorio, reposan varios casos de migrantes que desean llegar a los Estados Unidos para forjar el porvenir de sus familias. Parco y conciso, habla más con los ojos que con la voz. Su mirada hospeda las esperanzas de aquellos hombres y mujeres que esperan pacientes en la frontera por un final feliz para ese relato valiente que han escrito con lágrimas, anhelos y sueños por alcanzar, mientras un juez dicta sentencia y decide sus destinos.

Vazquez ha sido una suerte de personaje mágico en la vida de estas personas. Un superhéroe contemporáneo que no necesita capa ni poderes sobrenaturales para luchar por la justicia y hacer el bien. Es así como no ha perdido hasta el momento ningún caso relacionado con protocolo de protección de migrantes, un logro significativo para cualquier abogado que ejerza esta modalidad del derecho.

“Es muy gratificante ayudar a otras personas para que tengan una vida mejor y puedan construir un futuro para sus familias en este país. La satisfacción es indescriptible”, confiesa.

La gratitud de los inmigrantes que han confiado en él para empezar de cero en este país, lo ha bautizado con el título de “El ángel de la frontera”. Pero él no se permite tener alas ni mucho menos volar con ellas a los territorios seductores del ego y la vanidad. Al final del día sigue siendo humano, dueño de una historia donde la deportación no ha sido ajena a sus seres queridos.

“Agradezco el título porque sé que proviene del corazón y la humildad. Sólo soy un abogado comprometido con su labor y que disfruta ponerse al servicio de los demás. Eso es lo que me motiva cada día”.

En carne propia

Cuando Rolando Vazquez defiende a un migrante en los tribunales le hace justicia a su padre, un hombre que vive la deportación en carne propia, y abraza con su fuerza a ese joven lleno de dudas e interrogantes por la ausencia de su progenitor.

“Fue algo que me impactó en mi vida y cambió el destino de mi familia y personas cercanas. Cuando debo defender a los inmigrantes que sueñan con una vida en este país, me parece ver los ojos de mi padre. Esa experiencia hizo que me interesara en este tipo de historias migratorias y evitar que otros vivan lo mismo que yo”.

El valor de dos mundos

Antes de crecer y convertirse en un ángel, el pequeño Rolando vive un dilema ligado a su identidad. Un conflicto que le enseña el valor de pertenecer a dos mundos distintos que le han permitido construirse como ser humano.

“Crecí junto a muchos mexicanos que me consideraban ‘el gringo’ y en la escuela me consideraban ‘el mexicano’. No me sentía ni de un lado ni del otro. Gracias a eso, me di cuenta del valor de mi herencia hispana y de las grandes oportunidades que podría ofrecerme el país en el que nací. Me siento orgulloso de mis dos mundos culturales”.

Un derecho más que merecido

Siendo orgullosamente descendiente de mexicanos, es pertinente cuestionar a Vazquez sobre el papel de este grupo inmigrante en el progreso de este país. No puede desconocerse que su papel en la economía formal e informal ha sido clave en todos los Estados Unidos, especialmente en los estados de La Florida, Texas y California.

“Si estamos hablando de los inmigrantes que han llegado a trabajar honestamente, educarse y aportar al crecimiento de los Estados Unidos, la respuesta es evidentemente afirmativa. Siendo hijo de mexicanos, no puedo ser imparcial. Debe haber una ley que cambie su estado migratorio actual porque a pesar de llegar de manera ilegal, han sido ciudadanos de bien”.

Sin miedo al fracaso

Frente al título que se le ha otorgado por su meritoria labor, Vazquez mantiene los pies en la tierra. Es consciente de que mañana la suerte no podría estar de su lado. “Si pierdo un caso, no es el fin del mundo. Soy un abogado y soy consciente de que no siempre voy a ganar. Lo importante es seguir trabajando por los hispanos”, concluye.

Antes del último adiós, la imaginación anhela ver las alas detrás de su espalda mientras vuela por los cielos para llegar a la frontera y luchar por los derechos de los migrantes. Pero la imagen de un abogado absorto en una marea de documentos jurídicos, aparece de pronto. Es un ángel de los tribunales, no de los cielos. Muchos latinos desean legalizar su situación migratoria en los Estados Unidos, pero el tema económico los limita. ¿Qué les aconseja?

Entiendo perfectamente esta situación. No provengo de una familia adinerada y la posibilidad de contratar un abogado que pudiese ayudar a mi padre era imposible. Por mi experiencia personal, puedo aconsejarles que acudan a fundaciones jurídicas y sociales sin ánimo de lucro. Cuando culminé mis estudios universitarios, trabajé con estas fundaciones y son una excelente alternativa para personas de escasos recursos que deseen legalizar su situación migratoria.

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