Iglesias, conventos y ermitas de la Serranía Suroeste
Fotografías:
TRES FOTÓGRAFOS Textos:
J. FERNANDO ALCAIDE AGUILAR
Edita: Asociación Serranía Suroeste Sevillana, Grupo de Desarrollo Rural. www.serraniasuroeste.org © del texto: J. Fernando Alcaide Aguilar. © de las fotografías: Tres Fotógrafos. Diseño y maquetación: Oficina de Arte. Depósito legal: SE-XXXX/04 ISBN: XX-XXXX-XXXX-X Impreso en España. Printed in Spain.
Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.
Introducción ste libro nace con la intención de mostrar a la ciudadanía el importante patrimonio que se conserva en las zonas rurales de Andalucía y en concreto en una comarca de la provincia de Sevilla que comprende parte de municipios de la campiña sevillana –Arahal, Paradas, Marchena y La Puebla de Cazalla– y de la Sierra Sur –Morón de la Frontera, Coripe, Montellano y Pruna.
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Existe en la Serranía Suroeste Sevillana un rico y variado patrimonio que se sitúa como uno de los principales potenciales de desarrollo digno de ser tenido en cuenta para poner en marcha una estrategia de desarrollo del territorio que venimos trabajando desde 1997 gracias a los programas de desarrollo rural y en concreto a la iniciativa comunitaria Leader Plus puesta en marcha en nuestra comarca. El modelo participativo de desarrollo rural que ofrece la iniciativa Leader nos muestra que la protección y la valoración del patrimonio cultural no puede ser responsabilidad exclusiva de la administración, la sostenibilidad de un proyecto de desarrollo rural basado en el turismo cultural está en relación directa con la implicación de la población. Para ello, es necesario un esfuerzo de información constante. Esta publicación ha de servir como punto de partida para la toma de conciencia de los habitantes de esta comarca, somos conscientes de que el patrimonio reconocido es escaso en relación con el existente y esto se agrava en el medio rural. Por otro lado existe el problema de que ni siquiera el patrimonio se percibe como tal; es muy importante la investigación y el conocimiento de los propios recursos patrimoniales y plantear la protección de los mismos. Pero la gran asignatura pendiente sigue siendo la difusión, queremos contribuir a ello con un doble objetivo; en primer lugar, la del aprovechamiento turístico de los recursos patrimoniales y en segundo lugar y mucho más importante, la del aprovechamiento para nosotros mismos, es decir, para el conocimiento de la población de sus propios recursos. El trabajo que hoy ve la luz, es el fruto del esfuerzo y empeño de un grupo de personas e instituciones públicas y privadas, mi agradecimiento a todas ellas que han hecho posible que podamos mostrar parte de nuestra propia identidad cultural. TERESA BENÍTEZ LORA
Prólogo a presente obra tiene como núcleo central mostrar parte del patrimonio histórico artístico de una comarca, amplia en extensión superficial y rica en la herencia legada del pasado, en cuanto al ámbito de lo estrictamente religioso. No puede separarse en el continente europeo ni por lo tanto en España, ni, por supuesto, en el territorio andaluz y, por ende, en la comarca denominada Serranía Suroeste, lo que denominamos patrimonio religioso de lo que llamamos, aunque con otras atribuciones, el sentimiento artístico. La religión católica impregnó durante siglos la mentalidad de la población dando lugar a los diferentes estilos que se plasmaron en la arquitectura, en la escultura, en la pintura y en las artes menores como la orfebrería. Especiales momentos históricos produjeron el románico, el gótico, el renacentista y el barroco. Salvo el primero, en nuestra Andalucía proliferaron los edificios y otros elementos usados como herramientas para la evangelización de las clases o grupos sociales. Especial fue el fenómeno desde el Concilio de Trento en el siglo XVI para construir una barrera contra el auge del protestantismo. Nuestras ciudades, nuestros pueblos, nuestras villas y nuestras aldeas se llenaron de templos, ermitas y conventos, edificados por voluntad de la Iglesia, como Institución y de otros sectores sociales como la Nobleza o la Burguesía considerándose que la vida en la tierra era efímera y sólo un lugar de paso o tránsito hacia la vida eterna después de la muerte con la afirmación de que para este último fin era necesario estar preparado a través de la creencia en las verdades emanadas de la Biblia y de su interpretación. La parroquia, el cenobio, la catedral, construidos en diversos materiales y con distintas magnitudes, se llenan de altares, retablos, imágenes, frescos, pinturas y objetos sagrados alrededor de una liturgia en la que la música, también, a través de la organería y los libros de cántico lo impregnan todo.
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Así fue, y sigue siendo, hoy en menor medida, la mentalidad transformada en obras. Siglos y siglos han dejado un legado cultural que, a pesar de sus muchas vicisitudes tales como guerras, cataclismos, medidas políticas, etcétera, han mantenido un patrimonio que es cuantioso y cualitativo. La comarca de Serranía Suroeste, compuesta de ocho municipios, conserva una herencia importante con estas características. De ahí que surgiese la necesidad de ponerla en valor a través de su conocimiento mediante una publicación extraordinaria que abarcase todas las localidades con sus edificios más representativos, emblemáticos y significativos. La obra encierra y se estructura en dos bloques: la Sierra y la Campiña con sus municipios y la reseña descriptiva de sus monumentos utilizando el texto explicativo al que acompaña la imagen gráfica o fotográfica de los elementos arquitectónicos, escultóricos, pictóricos o de cualquier otra índole artística. La intención o el objetivo consiste en que sus descripciones esenciales alcancen el mayor grado de receptibilidad en la población autóctona que habita en esos pueblos y en todos aquellos que los visiten. Es decir, por un lado, que el residente conozca parte del patrimonio de su localidad, y en segundo lugar, que el foráneo se introduzca en los valores que encierran los mismos. A ello debe unirse, como colofón, la idea de que el patrimonio es un recurso, una herramienta, un instrumento de desarrollo del sector terciario o de servicios el cual, bien planificado por los agentes públicos y privados, puede servir como motor de desarrollo endógeno uniéndose a aquellos otros sectores tradicionales como la agricultura y sus industrias derivadas que han sido el único camino seguido por nuestros municipios a lo largo de su dilatada historia económica. JOSÉ FERNANDO ALCAIDE AGUILAR
Í N D I C E
Sierra Sur
La Campiña
MORÓN DE LA FRONTERA
MARCHENA
San Miguel
8
San Juan Bautista
100
Antiguo Hospital de San Juan de Dios
14
Convento de San Andrés
106
Convento de Santa Clara
18
Convento de Santa Isabel
112
Convento de Santa María de la Asunción
24
Convento de la Inmaculada Concepción
118
Ermita de Nuestro Padre Jesús de la Cañada
28
San Miguel
124
La Merced
32
San Agustín
130
Nuestra Señora de la Victoria
38
San Sebastián
136
San Francisco
44
Santa Clara
142
La Compañía
50
Santa María de la Mota
146
Santo Domingo o San Pedro Mártir
152
Capilla de la Vera-Cruz
156
PUEBLA DE CAZALLA
Nuestra Señora de las Virtudes
56
Ermita de San José
62
ARAHAL
Convento de Nuestra Señora de la Candelaria
66
Santa María Magdalena
160
Convento de Nuestra Señora del Rosario
166
Ermita de San Antonio Abad
172
Nuestra Señora de la Victoria
174
Capilla de la Residencia de Ancianos o del Asilo 76
San Roque
180
Capilla del Corazón de María
80
Hospital de la Misericordia
186
Ermita del Cristo de los Remedios
84
Antigua Capilla de la Veracruz
192
MONTELLANO
San José
70
PA R A D A S
PRUNA
San Antonio Abad
88
CORIPE
San Pedro
94
San Eutropio
194
La Sierra Suroeste Sevillana
Sierra Sur MORÓN DE LA FRONTERA
PUEBLA DE CAZALLA
MONTELLANO
PRUNA
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Exteriores.Vista de la portada y de la torre campanario en ladrillo con dos cuerpos. El correspondiente a las campanas tiene tres vanos.
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San Miguel San Miguel es el templo por antonomasia de Morón de la Frontera por su antigüedad, magnificencia, estructura arquitectónica y el contenido en riqueza mueble e inmueble que encierra. ste edificio fue construido sobre el solar de una anterior iglesia y su proceso abarca un periodo de dos siglos, aproximadamente entre 1506 y 1730. Primitivamente, fue una iglesia medieval. Consta de una planta de salón, con tres naves de cinco tramos cada una y capillas laterales. Se construyó en cantería, ladrillo y mampostería. Posteriormente, se añadió crucero y cabecera de Hernán Ruiz III y la Capilla Sacramental de Asensio de Maeda del primer cuarto de siglo del XVII. Hay que distinguir varias fases en el proceso de construcción. En la primera que comprende de 1506 a 1533, se construyó la fachada del lado izquierdo, que está labrada en piedra y constituida por un arco conopial. La segunda etapa abarca entre 1569 y 1571 y en ella se construyeron la bóveda de casetones del tramo anterior al crucero y la cúpula y las bóvedas de éste; en todas ellas intervino el mencionado arquitecto Hernán Ruiz III. En la tercera etapa, que comprende desde 1602 a 1625, se llevó a cabo la realización de la Capilla Sacramental y la sacristía por parte de Lorenzo de Oviedo siguiendo las trazas de Asensio de Maeda. El templo se cubre con bóveda de crucería, simple en las naves laterales y estrelladas en la central, a lo que se añade una bóveda casetonada del XVI en el último tramo. Se soporta sobre pilastras fasciculadas tardogóticas y pilares cruciformes. El crucero tiene cúpula sobre pechinas y los brazos se cubren con cúpulas ovales. La Capilla Mayor tiene bóvedas vaídas. La Capilla Sacramental adosada a la nave del Evangelio usa de falsa cúpula de medio cañón con lunetos y arcos fajones que se apoyan sobre pilastras jónicas. Su estilo es manierista abundando las yeserías.
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La última etapa abarca la primera mitad del siglo XVIII, en la que se remodeló la Capilla Sacramental. La portada de esta iglesia fue trazada por Diego Antonio Díaz en 1726 como viene indicado a los pies de la misma.A partir de 1717 este arquitecto se hizo cargo de las obras de la iglesia. La portada labrada en piedra, está formada por una gran hornacina en cuyo interior se encuentra la puerta. Presenta un enorme arco exterior que está flanqueado por pares de columnas de fuste inferior estriado helicoidalmente y capiteles compuestos sobre pedestales, rematados por un frontón curvo y roto. En su centro se encuentra una escultura de barro de pequeñas dimensiones de San Miguel y en sus lados hallamos dos imágenes también de barro cocido, de San Pedro y San Pablo, todas ellas realizadas por Domingo Graseli entre 1722 y 1726 y policromadas por Manuel Rodríguez. Las calles laterales están decoradas con escudos nobiliarios de los Duques de Osuna. La portada presenta además una escultura de la Inmaculada, igualmente en barro, de este mismo autor. La fachada del lado del Evangelio tiene portada adintelada de cantería con arco carpanel y gablete rematado por pináculo del siglo XVI. La por tada de la Epístola es de Silvestre Tirado con forma adintelada y enmarcada por pilastras. La iglesia consta de una torre cuya construcción se inició en 1628 y finalizó en 1730 gracias a Silvestre Tirado. A él se le debe la estructura actual en ladrillo, con dos cuerpos –uno de campanas que se inspira en la Giralda– y un doble remate, el primero cuadrado y el segundo circular. El cuerpo de campanas tiene tres vanos y dos óculos ovales.
Dos ejemplos de la magnífica orfebrería.
Magnífica escultura de San Isidoro recubierta en plata por el platero Azcona.
San Miguel
Por otro lado hay que destacar el retablo mayor, formado por banco, tres cuerpos, tres calles y ático el cual fue realizado por Jerónimo Velázquez entre 1629 y 1630 siguiendo las trazas de Martínez Montañés.Tiene columnas entorchadas. En la puerta del Sagrario, un cobre de escuela flamenca del siglo XVII. En la hornacina central, San Isidro y en la calle central un altorrelieve de la Asunción de la Virgen; en las laterales, copias de Ribera; y en el tercer cuerpo, un Crucificado Delante del retablo mayor observamos un frontal y dos repisas de plata. El frontal fue ejecutado por el platero Tomás Sánchez Reciente entre 1741 y 1747 y las repisas por el platero Lorenzo Pina en 1791.
Retablo de San Pedro rematado en venera. Siglo XVII. Autor: Jerónimo Velázquez.
La Capilla Sacramental El primer tramo de la Capilla Sacramental está cubierto por yeserías del siglo XVII mientras que el segundo, constituido por una bóveda semiesférica, se cubre con yeserías del primer cuarto del siglo XVIII. La capilla se cierra con dos rejas de hierro forjado y dorado con balaustres del siglo XVII. El retablo de la Capilla data de 1728 y sus calles están compartimentadas por estípites. En su calle central hallamos una Inmaculada de la primera mitad del siglo XVIII atribuida a la Roldana y en los laterales, Santa Catalina y Santo Domingo. Por otra parte el banco, acoge un Sagrario de plata, uno de los mayores de la cristiandad, con columnas de estilo salomónico realizadas por Juan Laureano de Pina en 1686.Tiene cúpula y se adorna con las figuras de los Apóstoles, la Inmaculada y la Fe. En el crucero se dispone un retablo dedicado a San Lorenzo formado por un arco exterior con ático y un cuerpo de tres calles y ático, en el interior. Además en el crucero encontramos otro retablo-marco con relieve de las Ánimas del Purgatorio, del siglo XVIII. La capilla que le sigue posee otro retablo que data de 1760 y que está formado por banco, cuerpo de tres calles compartimentadas por estípites y ático; la central con escultura de San José con el Niño. Está decorada con yeserías y pinturas del XVIII y toda su imaginería es contemporánea del retablo. La capilla contigua, cerrada por una reja de mediados del siglo XVI, está presidida por un retablo-hornacina de 1768 con pintura sobre
Retablo Mayor de Jerónimo Velázquez. Cubierta con bóvedas vaidas e imágenes de Nuestra Señora de la Asunción y Crucificado del mismo autor.
Púlpito con tornavoz. Magnífico ejemplar de piedra de Pozo Amargo.
Capilla de la Virgen de la Soledad. Relieve de Ocampo: La Circuncisión del Señor. Rejería de la Capilla de la Virgen de la Antigua. Siglo XVI. Posee portada diseñada por Martín de Gainza.
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Panorámica de la esbelta nave central con bóveda de crucería estrellada sustentada en pilastras y pilares cruciformes.
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San Miguel
Coro. Hermosa combinación de rejería y madera. Se fecha en el año de 1689. Tiene dos cuerpos con sitial central presidido por Pelícano.
tabla de la Virgen de la Antigua, de mediados del siglo XVI. Dicho retablo tiene cuerpo, tres calles y ático. Un retablo de banco y dos cuerpos de tres calles conforman la cabecera de la nave derecha. En la hornacina central, y bajo un baldaquino de plata de la segunda mitad del siglo XVII, se sitúa una imagen de candelero de la Virgen del Rosario de principios del XVII. La capilla que sigue a ésta presenta un retablo de estípites de 1757 con relieve de la Circuncisión al centro, realizado por Andrés de Ocampo en 1593. Los muros de la capilla están decorados con lienzos de la Adoración de los Reyes Magos y la Sagrada Familia de la segunda mitad del siglo XVII.También hay una pintura del Lavatorio, de mediados del siglo XVII, y que pertenece a la escuela flamenca. Le sigue a éste un retablo con banco, un cuerpo de tres calles y ático del primer cuarto del siglo XVII. En su centro se sitúa una escultura de San Pedro de ese mismo siglo. El coro es de principios del siglo XVIII y se sitúa en la nave central. Se encuentra cerrado por una reja de hierro forjado, decorada con roleos y rosetas. La sillería, en dos cuerpos, tiene 35 sitiales altos y 24 bajos. La decoración incluye máscaras y hojarascas.Actualmente se halla en restauración.
En dependencias interiores, localizamos un tríptico con pinturas sobre tabla de escuela castellana hacia 1540 que simboliza el Entierro de Cristo, la Asunción de la Virgen y la Adoración de los Reyes Magos de Pedro de Campaña. A los pies de esta nave se encuentra la capilla bautismal cerrada por reja de hierro forjado. La pila es del siglo XVII, de jaspe. El púlpito es, igualmente, de jaspe rojo y su forma es de estípite octogonal. El tornavoz, de madera, posee forma hexagonal con lacería y hojarasca del XVIII. En la sacristía se encierran unas hermosas cajoneras en madera de cedro. La mesa calicera es de jaspe de Morón. Igualmente, encierra pinturas de Santa Juliana, San Felipe Benicio, San Juan Nepomuceno, la Adoración de los Reyes y la Adoración de los Pastores, San José con el Niño, la Virgen del Rosario, todos del siglo XVIII. La orfebrería es magnífica: bandejas, veneras, acetres, cálices, copones, crismeras, vinajeras, porta paces, sacras, viriles, Cruz de Altar, Cruz Procesional, navetas, Crucifico de marfil. Destacan los punzones de Cárdenas, Azada, Flores, González, Palomino, Guzmán, etcétera. Entre los ornamentos sagrados están: casullas, ternos, dalmáticas y capas pluviales del siglo XVI al siglo XIX.
Detalle del Coro.
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Retablo barroco de San José con el Niño. Yeserías y pinturas del siglo XVIII.
Capilla del Sagrario. Perspectiva del retablo principal de Francisco de Leiva. Manierista con yeserías. Sobresale la Inmaculada de la Roldana.
Retablo de San Lorenzo del siglo XVIII. En primer plano, Divina Pastora.
San Miguel es el templo por antonomasia de Morón de la Frontera por su antigüedad, magnificencia, estructura arquitectónica y el contenido en riqueza mueble e inmueble que encierra. Sin embargo, su estado físico actual es deficiente y grave necesitando de urgentes e importantes reparaciones. Su solar ha pasado por innumerables transformaciones desde su origen medieval hasta bien entrado el siglo XVIII. Aquí han dejado su impronta magníficos alarifes, escultores, pintores, talladores y plateros: Hernán Ruiz III, Asensio de Maeda, Lorenzo de Oviedo, Diego Antonio Díaz, Silvestre Tirado, Jerónimo Velázquez, Sánchez Reciente, Lorenzo Pina, la Roldana, Andrés de Ocampo, Pedro de Campaña, Cárdenas, Guzmán, etcétera. Esta innumerable relación de artistas ha dejado huella imborrable en la fábrica del templo durante un periodo de tiempo dilatado. Memoria que es preciso rescatar con la ineludible tarea de su restauración.
Puerta lateral de acceso rematada en arco conopial. Pertenece a la primera construcción del templo. Inicios del siglo XVI.
Panor谩mica de la nave con b贸veda de ca帽贸n y lunetos. Se apoya sobre pilastras toscanas. Siglo XVII.
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Antiguo Hospital de San Juan de Dios Poco resta de este antiguo hospicio destinado a socorrer a los pobres de solemnidad en la enfermedad, la pobreza y la muerte tal como preceptuaban las reglas de la orden sanjuaniana.
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el antiguo hospital fundado por la Orden de San Juan de Dios sólo se conservan la Iglesia y una parte del claustro consistente en arcos de medio punto sobre columnas, restos de la más primitiva edificación de un antiguo hospital de 1403. Esta iglesia fue construida en el tercer cuarto del siglo XVII; un siglo más tarde fue remodelada. Consta de una sola nave de cinco tramos cubierto con bóveda de cañón con lunetos en el cuerpo de la nave y en la capilla mayor, en el presbiterio, apareciendo una bóveda semiesférica en el antepresbiterio o crucero y pechinas decoradas con yeserías que enmarcan símbolos de los evangelistas. El interior, se sustenta con pilastras toscanas. Al exterior, la portada se encuentra ubicada en el muro izquierdo. Presenta arco de medio punto entre pilastras estriadas sobre las que se apoya un entablamento que da paso a una hornacina flanqueada por pilastras y orejetas de hojarascas. Una escultura de San Juan de Dios ocupa la hornacina de la portada. La torre se sitúa en la cabecera de la nave, y consta de un solo cuerpo, campanario y chapitel. Su material es el ladrillo. El retablo mayor data del último tercio del siglo XVIII. Presenta banco, un cuerpo de tres calles con columnas salomónicas y ático. Es de madera dorada y su titular es la Virgen Inmaculada, moderna. El segundo cuerpo tiene tres lienzos de finales del XVIII: Santo Apóstol, San Juan Evangelista y Santiago. En el muro del Evangelio, retablo de San Antonio de Padua, en madera dorada formado de
cuerpo, tres calles y ático, siendo su cronología del XIX. Posee dos lienzos de la misma fecha: San Antonio de Padua y el Niño Jesús de la Pasión. En el mismo muro, lienzos de la Vida de San Juan de Dios: La Aparición del Ángel y la Aparición de la Virgen. Existe otro, copia de Murillo, con un Ángel ayudando al Santo. El retablo de Santa Ana en madera dorada consta de cuerpo, tres calles, baldaquino fechándose en la primera mitad del XVIII. Contiene un grupo escultórico de Santa Ana enseñando a leer a la Virgen que podemos datarlo en el segundo tercio del XVII, el cual se halla en restauración. Su autor fue Montes de Oca. En una hornacina situada en el crucero, en el brazo de la Epístola, imagen de San Juan de Dios del XVII.
Portada con arco de medio punto y pilastras estriadas. En el segundo cuerpo, hornacina de San Juan de Dios. Detalle del claustro primitivo del siglo XV. Arcadas de medio punto sobre columnas.
Antiguo Hospital de San Juan de Dios
Lado del Evangelio. Retablo de San Antonio de Padua, de un solo cuerpo.
Bóveda semiesférica del crucero. Pechinas con yeserías, y símbolos de los Evangelistas.
Crucificado.Anónimo y sin fechar.
Pie del templo con coro alto y bóveda.
Capilla Mayor. Presbiterio con retablo donde se utilizan las columnas salomónicas. Madera dorada. Siglo XVIII.
Imagen de Inmaculada, moderna.
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Hornacina con San Juan de Dios del siglo XVII.
Poco resta de este antiguo hospicio destinado a socorrer a los pobres de solemnidad en la enfermedad, la pobreza y la muerte tal como preceptuaban las reglas de la orden sanjuaniana. La estructura del templo queda patente en su única nave con bóvedas de cañón y semiesférica en el presbiterio, procedentes del siglo XVII, junto con la portada sencilla en piedra. Sin embargo, el interior adolece de riqueza artística, causado esto por las circunstancias negativas que sufrirá la orden en la localidad. Quizás las esculturas de Santa Ana y la Virgen, de Montes de Oca, junto con una imagen de San Juan de Dios, anónima, sea lo más reseñable y destacable. Anexo al templo, restos del primitivo hospital evidencian la finalidad a la que estuvo dedicado el edificio: la beneficencia.
Torre con un solo cuerpo rematado en campanario, recientemente restaurada.
Vista general de la nave principal con b贸veda de medio ca帽贸n.
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Convento de Santa Clara Dentro de los establecimientos religiosos femeninos destaca el convento de Santa Clara, cuyo origen se remonta a finales del siglo XVI aunque el templo es del siglo XVIII. istóricamente, la fundación fue promovida por dos clarisas de la localidad, Inés y María de Angulo, procedentes de la aristocracia local. A ella se unió Juan Fernández Villalón, quien obtuvo el Patronato. La construcción comenzó en el año de1591. El templo, de planta rectangular, es del XVII, reformado en el XVIII y restaurado en 1915. Es de una sola nave de cuatro tramos marcados por pilastras y capilla mayor. Está construido en ladrillo y mampostería y se cubre con bóveda de medio cañón con lunetos y arcos fajones en la nave y cúpula con pechina en la capilla mayor. Exteriormente posee dos portadas ubicadas en el muro derecho. Ambas están labradas en piedra y presentan vanos adintelados flanqueados por estípites, rematándose con frontones curvos y rotos en cuyo interior aparecen remates mixtilíneos con relieves de ángeles ado-
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rando la custodia y flanqueados por macizos frutales. Son obra del siglo XVIII. A los pies se sitúa la espadaña de ladrillo con un cuerpo y dos vanos. El retablo mayor data del tercer cuarto del siglo XVIII y está compuesto por sotobanco, banco y un cuerpo de tres calles separadas por estípites y ático. En los laterales del primer cuerpo encontramos esculturas de San Francisco de Asís y San Antonio de Padua, ambos de la misma época del retablo. En la calle central hay una hornacina con una escultura de la Inmaculada que data del siglo XVIII. En el ático se ubican tres esculturas. En los extremos hallamos las de San Juan Bautista y San Juan Evangelista, ambos de mediados del siglo XVII, y en el centro, una escultura del Crucificado de la misma época cuyo autor fue Diego Rojas, maestro de Martínez Montañés.
Espadaña de ladrillo con cuerpo y vanos.
Vista general de la fachada principal. Portadas en piedra, vanos adintelados y estípites. Siglo XVIII.
Convento de Santa Clara
Detalle de portada. Frontones curvos y rotos, remates mixtilíneos con relieves.
Por otro lado, en el muro izquierdo descubrimos otro retablo que data del primer tercio del siglo XVII y donde en su centro podemos apreciar una imagen de candelero de Santa Clara, del siglo XVII, y en el banco una vitrina que simboliza las escenas de la vida cotidiana de la misma Santa de finales del siglo XVIII la cual lleva báculo de plata. En el lado opuesto de este muro, enfrentado a él, retablo de la Virgen de los Dolores. Pinturas murales de mediados del siglo XVIII decoran la bóveda, las pechinas y los muros de la capilla mayor de esta iglesia. En la bóveda hallamos ocho lienzos circulares con Santos y Santas de la orden franciscana y en las pechinas cuatro lienzos con los Evangelistas que datan de mediados del siglo XVIII enmarcados por guirnaldas, ángeles y macizos florales. En el muro derecho se sitúa el púlpito, que es de hierro forjado y de madera, y con un tornavoz rematado por una escultura de la Fe que data del segundo tercio del siglo XVIII.Tiene un Crucifijo del XVI. Le sigue un retablo de principios del XVIII que está formado por banco, un cuerpo de tres calles con hornacina central y ático. En la hornacina central se observa una escultura de la Virgen y el Niño, o Virgen del Socorro del siglo XVII, y que fue retocada un siglo más tarde. A ambos lados hallamos dos esculturas de San Francisco y Santo Domingo. En el banco, Niño Jesús, y en el ático, un óleo representando a la Coronación de la Virgen.
Retablo Mayor. Tercer cuarto del siglo XVIII. En la calle central, hornacina con Inmaculada de la misma centuria.
Retablo Mayor. Escultura de Crucificado. Mediados del siglo XVII.Autoría de Diego Rojas.
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Perspectivas de la bóveda semiesférica del Altar Mayor. Pinturas murales. Lienzos de Santos Franciscanos y evangelistas.
Dentro de los establecimientos religiosos femeninos destaca el convento de Santa Clara, cuyo origen se remonta a finales del siglo XVI aunque el templo es del siglo XVIII. Siguiendo la estructura franciscana contiene una sola nave con bóveda de medio cañón y cúpula semiesférica. Dos puertas labradas en piedra permiten el acceso a la zona de culto abierta a la población quedando el coro bajo en la parte de los pies de la nave desde donde la comunidad asiste a los ritos y oficios religiosos. La advocación a la Inmaculada Concepción se halla presente en el retablo mayor igual que la iconografía representativa de los seguidores de San Francisco de Asís tanto en esculturas como en pinturas murales. La abundancia de retablos menores concede relevancia a la iglesia sobresaliendo el estilo barroco lo que nos denota un tiempo de esplendor de la orden en esta centuria de gran importancia espiritual en todos los rincones del país.
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En el muro izquierdo se ubica otro retablo de la primera mitad del siglo XVIII en madera dorada, con cuerpo, tres calles y ático cuya hornacina central está ocupada por una escultura de San José con el Niño. Le sigue otro retablo con una imagen en candelero de San Antonio. Sobre ellos, tres pinturas del XIX con San Francisco, Santa Clara y la Sagrada Familia. En el muro del coro bajo, un lienzo que representa el milagro de las 11.000 Vírgenes. Destaca en la sacristía una cajonería de madera tallada que fecha del segundo cuarto del siglo XVIII y una escultura del Crucificado de finales del siglo XVI. Sobresale entre las piezas de orfebrería un Sagrario de plata repujada con decoración de rocalla y relieve del Cordero Místico y la Asunción del tercer cuarto del siglo XVIII. En el coro, banco de mampostería con azulejos del XVI, órgano con caja neoclásica, facistol de la segunda mitad del XVIII rematado con un templete y Crucificado de marfil del XVI. Debe destacarse un relieve de marfil de Calvario fechable en el siglo XIV. Sobresalen tres retablos. Uno de ellos con Crucificado del XVIII. Otro con dosel de tela rematado en tabla de la Trinidad y un tercero, neoclásico, con la Sagrada Familia. También, Niño Jesús del XVIII y Niño Jesús Pasionario en la sacristía conventual. Dentro del coro hay restos de pinturas murales del XVIII. En la clausura, se conservan restos de las casas utilizadas para la fundación de los siglos XVI y XVII y el claustro del XVII. En cuanto a bienes muebles, sobresalen objetos de orfebrería como bandejas, jarras, acetre, lámparas, cálices, incensarios, copones, ostensorios, etcétera.
Detalle de la Virgen del Socorro.
Púlpito construido de hierro forjado y madera.Tornavoz con escultura de la Fe. Siglo XVIII.
Detalle del púlpito. Crucifijo del siglo XVI.
Retablo de la Virgen del Socorro o Virgen con el Niño, del siglo XVII. Esculturas de San Francisco y Santo Domingo.
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Panorámica del Coro.
Retablo de San José con el Niño. Madera dorada del siglo XVIII.
Banco del retablo de Santa Clara. Escenas de la vida de la Santa. Fines del siglo XVIII.
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Retablo Mayor. Procede del primitivo monasterio del barrio de Santa MarĂa. Hacia 1690.
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Convento de Santa María de la Asunción Esta casa convento es un buen ejemplo de supervivencia y adaptación a los tiempos modernos por parte de una orden religiosa, en este caso, las jerónimas. ste convento fue reconstruido en 1943 sobre unas casas que compró la comunidad la cual se encontraba desde 1720 en el barrio de Santa María en el monasterio original que fue destruido en 1936. Es por este motivo que el edificio no presenta ningún interés desde el punto de vista arquitectónico. Consta de una pequeña capilla, de una sola nave de planta rectangular. Debemos destacar el retablo que aparece en el muro de cabecera y que procede del anterior convento del mismo nombre. Éste consta de un banco, un cuerpo de tres calles compartimentadas por columnas de estilo salomónico y un ático, fechándose en 1690. Así en la calle central, en su parte inferior, se ubica una escultura de San Jerónimo penitente de finales del siglo XVIII, y en la parte superior una escultura de la Asunción de la Virgen, procedente de la escuela castellana de hacia 1550 que, según algunas fuentes procede de la catedral de Toledo, en concreto de la tumba de los Duques del Infantado.
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Un lienzo con el Milagro de la Multiplicación de los Panes y los Peces de mediados del siglo XVII sobresale en el muro izquierdo de la iglesia. Mencionar las piezas de orfebrería que posee el convento y entre las que destacamos: un cáliz de plata dorada del siglo XVIII que está decorado con ángeles en su base y en la copa, dos cálices manieristas de la primera mitad del siglo XVII, y unas vinajeras barrocas que sostienen el punzón de Tomás González. El coro bajo se halla situado en el presbiterio, al lado del Evangelio, y el alto, ubicado a los pies, se cierra con herrería procedente del anterior convento. En la zona de clausura se encuentran un Crucificado del XVII, lienzos de Santo Domingo e imagen del Crucificado de marfil del XVIII.También en las mismas dependencias vinajeras, urna de carey y plata, porta viáticos, hostiarios, etcétera. La espadaña de ladrillo se halla sobre el claustro y posee un cuerpo de dos cuerpos.
Detalle del Retablo. Escultura de la Asunción de la Virgen. Mitad del siglo XVI.
Crucificado. Madera policromada. Siglo XVII.
Acceso y patio.
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Convento de Santa María de la Asunción
Lienzo de la Multiplicación de los Panes y los Peces. Autor anónimo. Siglo XVII.
Fachada principal. Casas sobre las que se edificó la clausura en 1943.
Escultura de San Jerónimo Penitente. Retablo Mayor. Siglo XVIII o principios del XIX.
Uno de los pocos cuadros existentes en la Capilla quizás procedente del antiguo convento.
Sillón de la comunidad. Bien mueble procedente del anterior cenobio. Coro alto en los pies de la Capilla. Herrería del monasterio desaparecido.
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Esta casa convento es un buen ejemplo de supervivencia y adaptación a los tiempos modernos por parte de una orden religiosa, en este caso, las jerónimas. Aprovechando los vestigios escasos que quedaron de la fundación primitiva, éstos se plasmarán al nuevo escenario consistente en unas casas civiles concediéndoles la impronta de un pequeño cenobio del siglo XX. El Retablo Mayor y otros bienes muebles, en especial el coro bajo, fueron insertados en el edificio laico para seguir manteniendo las notas claras y evidentes de una clausura contemporánea.
Crucificado de marfil del siglo XVII. Interior del coro bajo.
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Vista frontal de la fachada principal con acceso en portada de medio punto.
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Ermita de Nuestro Padre Jesús de la Cañada Situada extramuros de la población y alejada de ella, sin gran riqueza monumental, destaca sin embargo por su conservación y su gran devoción popular. sta ermita comenzó a construirse en 1734, finalizándose las obras en 1799. Se remodeló en 1912 y posteriormente en 1936. Está realizada en ladrillo, cantería y mampostería. Presenta la siguiente estructura: planta de cruz latina de una sola nave de seis tramos marcados por pilastras de un estilo bastante híbrido en sus capiteles, crucero y capilla.Tiene capilla mayor, camarín y nartex. Los brazos del crucero, el cuerpo de la nave y la capilla mayor se cubren con bóvedas de medio cañón con arcos fajones y lunetos; el anteprebisterio se cubre con bóveda semiesférica. Delante de la fachada principal se levanta un pórtico con tres vanos de medio punto so-
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bre columnas de orden toscana, cubiertos con bóvedas de aristas. En el retablo mayor se sitúa una imagen de candelero de Nuestro Padre Jesús Nazareno llamado también de la Cañada o de la Fuensanta, realizada por Castillo Lastrucci en 1938 y bendecida en 1940 restituyendo a la original de Luis de Peña destruida al comienzo de la Guerra Civil. En el lado izquierdo del crucero se encuentra una imagen moderna en candelero de la Dolorosa o Virgen de los Dolores de 1941, realizada por el artista Pineda Calderón, también autor de una imagen de candelero de San Juan, que se encuentra situada en el extremo opuesto del mismo crucero. A los pies del templo, coro alto con columnas.
Imagen general de la ermita.
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Lienzo de Jesús Nazareno y Cirineo. Documento gráfico fidedigno del original perdido.
Ermita de Nuestro Padre Jesús de la Cañada
Situada extramuros de la población y alejada de ella, la ermita, aunque no posee como otros templos una gran riqueza monumental en su patrimonio mueble, sin embargo, destaca por su conservación y su gran devoción popular derivada de que en ella se encuentra la cofradía de Nuestro Padre Jesús con su imagen venerada de manera constante y asidua por los moronenses. Aunque su origen data del siglo XVIII, ha sufrido grandes y bastantes modificaciones en especial desde 1936. Estructuralmente, sobresale la bóveda de medio cañón y el nartex o pórtico que sirve de antesala al templo como protección ante las inclemencias del tiempo con arcadas de medio punto.
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Capilla Mayor con imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, también denominado de la Cañada o de la Fuensanta. Es obra de Castillo Lastrucci.
Imagen de Dolorosa o Virgen de los Imagen de candelero de San Dolores, titular de la Hermandad, fechada Juan. Crucero. Obra, asimismo, en 1941. Obra de Pineda Calderón. de Pineda Calderón.
Púlpito.
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Bóvedas interiores: semiesférica y de medio cañón con arcos fajones.
Mausoleo de los Duques de Baños, benefactores de la ermita y de su advocación.
Balconada con celosía en muro del templo.
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Fachada con portada de canterĂa, arco de medio punto flanqueado por columnas toscanas. Se remata en espadaĂąa.
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La Merced Fue la sede de la orden mercedaria descalza desde 1638 la cual, como tantas otras, sufrió las vicisitudes de las desamortizaciones decimonónicas de los liberales isabelinos. ormó parte del desaparecido convento de mercedarios descalzos quienes, procedentes de la Iglesia de Santa Ana, se trasladaron en 1638 a este lugar. Construida en sillares, ladrillo y mampostería, esta iglesia fue edificada en el primer tercio del siglo XVII y se terminó en el siglo XVIII. Consta de una sola nave con planta de cruz latina. El cuerpo de la nave está compartimentado en seis tramos a través de pilastras toscanas. Está cubier ta con bóveda de cañón con lunetos y cúpula sobre pechinas en el crucero. Exteriormente la portada, de cantería, que se construyó a la vez que el resto del edificio, presenta arco de medio punto flanqueado por parejas de columnas toscanas adosadas sobre pedestales. Por encima de estas columnas hallamos un entablamento quebrado adornado con triglifos, que da paso a un frontón recto y roto que alberga una hornacina con una escultura en barro de la Virgen de la Merced que da nombre a la iglesia. La sacristía situada tras el presbiterio, y adosada a la cabecera, presenta la siguiente estructura: es de planta rectangular y cubierta por medio de bóvedas de arista. Sobre la sacristía se encuentra el camarín de la Virgen de la Merced que data del último tercio del siglo XVIII. Se estructura también es de planta rectangular y está compartimentada en dos ámbitos cuadrangulares separados por medio de una columna de mármol. Consta de antesala, cubierta con bóveda vaida ochavada y decorada. La sala principal se compone de un espacio central cuadrado cubierto con cúpula de escayola con pinjante central y dos laterales cubiertos con bóvedas nervadas de arista. El conjunto está decorado con yeserías a base de rocallas, cartelas, ángeles y pájaros.
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El retablo mayor, del último tercio del siglo XVIII, está compuesto por banco y dos cuerpos de tres calles compartimentadas por estípites. El retablo está sin dorar y presenta una hornacina central con una imagen en candelero de la Virgen de la Merced, de la misma época del retablo al que está dedicado. En el segundo cuerpo y en los laterales, Santos de la Orden Mercedaria, entre otras. El retablo central del brazo izquierdo del crucero o del lado del Evangelio, data de mediados del siglo XVIII. El cuerpo inferior se encuentra sin dorar y está compartimentado por medio de estípites. Consta de dos cuerpos y una calle y alberga una escultura de la Dolorosa del último tercio del siglo XVIII aunque se repolicromó un siglo después. En su parte izquierda hallamos otro retablo de finales del siglo XVIII, con una hornacina en su centro flanqueada por estípites que acoge
Detalle de la Virgen Mercedaria. Es de candelero del siglo XVIII. Se ubica en el camarín.
Fachada. Detalle. Hornacina con escultura en barro de la Virgen de la Merced.
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un grupo escultórico de la Sagrada Familia, el cual data del último tercio del siglo XVII, en madera estofada. En el ático, un lienzo de la Dolorosa. Dos retablos encontramos en el brazo derecho del crucero. Dentro del situado en el centro localizamos imágenes de candelero de la Virgen Dolorosa, un Crucificado y un San Juan que pertenecen a la cofradía del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor. En el mismo brazo, a la izquierda, María Magdalena, reciente y moderna. El del lado izquierdo es de finales del XVIII y en él descubrimos una escultura de San Ramón Nonato, del segundo cuarto del siglo XVIII en madera estofada. Contiene en el ático un lienzo de San José. Entre las distintas piezas de orfebrería enumeramos las siguientes: un ostensorio de bronce dorado del primer cuarto del siglo XVII, un cáliz de plata liso de 1791 que presenta los punzones de la ciudad de Córdoba, de los plateros Martínez y Santa Cruz. En la nave, diversos lienzos de la Virgen de Guadalupe, San Jerónimo, Jesús y la Samaritana, las Ánimas Benditas, Santa Catalina, etcétera. Retablo de la Sagrada Familia. Madera estofada. Siglo XVII.
Retablo Mayor. De estilo barroco con hornacina central ocupada por la Virgen de la Merced.
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Sacristía de planta rectangular y bóveda de aristas. Se ubica detrás del presbiterio.
Retablo del brazo izquierdo del crucero, del siglo XVIII. En la hornacina,Virgen Dolorosa. En la parte superior, que se encuentra dorado, Crucificado.
Detalle de Dolorosa. Siglo XVIII. Policromada.
Retablo de San Ramón Nonato. Segundo cuarto del siglo XVIII.
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La Iglesia de la Merced es otro exponente de las cuantiosas fundaciones de órdenes religiosas acometidas en la localidad a iniciativa e instancia de personalidades de la aristocracia y la burguesía agraria. En este caso fue la sede de la orden mercedaria descalza desde 1638 la cual, como tantas otras, sufrió las vicisitudes de las desamortizaciones decimonónicas de los liberales isabelinos. Conserva el templo que no así otras dependencias conventuales. La planta es de cruz latina y bóveda de cañón como otras tantas de la misma orden. Sobresalen la sacristía y el camarín de la Virgen de la Merced del siglo XVIII. A ello debe añadirse la escultura de uno de los santos de la congregación: San Ramón Nonato. Actualmente es parroquia restando pocos elementos de la primitiva fundación conventual.
Imágenes de Dolorosa, Crucificado y San Juan. Cofradía del Santísimo Cristo del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor.
Uno de los lienzos ubicados en los muros de la nave. Sobresalen además:Virgen de Guadalupe, San Jerónimo, Jesús y la Samaritana, y las Ánimas Benditas.
Imagen de candelero de la Virgen de la Paz con el Niño.
Capilla del Sagrario con imagen de la Virgen.
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Vista general de la nave.Al fondo, el Altar Mayor.
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Retablo Mayor con escultura de la Virgen de la Victoria del siglo XVIII en madera policromada.
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Nuestra Señora de La Victoria El templo es consecuencia de otra fundación nobiliaria. De nuevo la familia Téllez Girón, de la cual Morón de la Frontera fue villa señorial desde los tiempos de la Baja Edad Media.
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sta iglesia fue construida a finales del XVI o principios del XVII y fue originalmente un convento de San Francisco de Paula de la orden Mínima fundado en 1584 por don Pedro Téllez Girón aprovechando una antigua ermita dedicada a San Sebastián. Está construida en ladrillo y mampostería. Consta de una planta rectangular y de una sola nave de cinco tramos y capilla mayor independiente unida por arcos de medio punto. El cuerpo de la nave está cubierto con un tejado a dos aguas bastante moderno mientras la capilla mayor está decorada con temas de lacería de principios del siglo XVII. El presbiterio es cuadrado y se cubre con artesonado ochavado de cuatro paños del XVII. La nave, como dijimos, se cubre con tejado a dos aguas de ladrillo visto y artesonado interior de madera. Algunas capillas principales tienen bóvedas de media naranja sobre pechinas decoradas con yeserías del siglo XVIII. El coro alto está situado a los pies. La portada aparece construida en ladrillo y presenta un arco de medio punto entre pilastras estriadas de estilo dórico, sobre las que se asienta un entablamento que da paso a un frontón recto y roto en cuyo centro aparece una hornacina que aloja una escultura en piedra de San Francisco de Paula. Hay que mencionar que en las enjuntas del arco observamos una decoración de tipo vegetal y ángeles con palmas que se pueden fechar en el tercer tercio del siglo XVII. La torre presenta estructura cilíndrica y consta de un cuerpo de campanas con vanos flanqueados por pilastras de estilo jónico y un chapitel de forma piramidal decorado con azulejos.
Destaca el retablo mayor, que consta de banco, dos cuerpos de tres calles separadas por columnas de estilo salomónico, y ático.Alberga distintas esculturas en su calle central. En esta misma se vislumbra una escultura de la Virgen de la Victoria, hecha de madera y tela encolada del siglo XVIII, y una imagen de candelero de San Francisco de Paula, que data de la primera mitad de ese siglo. En las calles laterales hallamos pinturas del tercer tercio del siglo XVII que repre-
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Fachada con arco de medio punto, frontón partido y hornacina conteniendo a San Francisco de Paula.
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sentan a San José y San Leandro y otras más modernas. En el banco, Santa Ana y la Virgen Niña. En la capilla del muro izquierdo descubrimos otro retablo. La capilla está cubierta con bóveda semiesférica sobre pechinas y decorada con yeserías y se utiliza como Sacramental. El retablo es de estípites y data de la primera mitad del siglo XVIII. Alberga diversas esculturas de Santa Catalina, Santa Bárbara y San Miguel. En la hornacina central sobresale la Virgen del Carmen, imagen del XVIII. La capilla se cubre con bóveda de media naranja con yeserías y en las pechinas, Santos de la Orden Mínima. En los muros de la nave principal localizamos además seis lienzos de mediados del siglo XVIII que representan escenas de la vida de San Francisco de Paula. En el segundo tramo del muro derecho destaca la capilla del Cristo Crucificado de autoría atribuida a Montes de Oca recientemente restaurado. En el tercero del mismo muro hallamos una capilla de planta cuadrada cubierta con bóveda semiesférica decorada con yeserías que data de la primera mitad del siglo XVIII y dedicada a la Virgen de las Angustias. Es importante porque en ella figuran una escultura de Cristo Yaciente que fue realizada por Luis Peña entre 1619 y 1620, y otra de un Cristo que formó parte de una Piedad a finales del siglo XVIII. Le sigue, en el cuarto tramo, otra capilla con Cristo Atado a la Columna atribuido también a Montes de Oca el cual se ubica en un retablo del XVIII, conteniendo una Virgen con Niño que lo corona, dos cabezas del Ecce Homo y una Dolorosa. Dentro de la orfebrería, copones del siglo XVIII, cálices, bandejas, porta viáticos, etcétera. Debemos señalar también, diversos lienzos y pinturas y en la sacristía Crucificado del siglo XVIII y una escultura de San Sebastián.
Artesonado ochavado del presbiterio. Siglo XVII. Contiene cuatro paños. Es el vestigio del primitivo.
Retablo de la Piedad. Siglo XVIII.
Capilla de la Virgen de las Angustias. Contiene el Cristo Yaciente de Luis de Peña de 1620.
Cuadro de Virgen con Niño.Anónimo.
Cabeza de virgen.
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Perspectiva de la nave desde el altar principal.Artesonado moderno con estructura mudejĂĄrica.
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Capilla Sacramental. Bóveda semiesférica de yeserías.
Retablo del Cristo Atado a la Columna. Siglo XVIII. Atribuido a Montes de Oca.
Detalle.Virgen con el Niño.
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Capilla de Crucificado recientemente restaurado. Su autor fue también Montes de Oca.
Sacristía con mesa calicera en jaspe rojo. Siglo XVIII.
Ejemplo de orfebrería parroquial.
El templo es consecuencia de otra fundación nobiliaria. De nuevo la familia Téllez Girón, de la cual Morón de la Frontera fue villa señorial desde los tiempos de la Baja Edad Media, se convierte en benefactora. En este caso, de la orden mínima aprovechando la existencia de otras edificaciones más primitivas las cuales amplían y hacen cambiar de uso. La influencia mudejárica subsiste en los artesonados aunque han sido modificados recientemente. El estilo barroco predomina en la bóveda, yeserías, portada y retablos interiores. En la actualidad, se halla en un proceso revitalizador en cuanto a su rehabilitación. Destacan el Cristo de Yaciente de Luis de Peña y el Crucificado de Montes de Oca junto con el Cristo Atado a la Columna del mismo autor.
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Panorรกmica general desde el Altar Mayor.
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San Francisco Dentro de las innumerables fundaciones benéficas y piadosas de la Alta Nobleza sevillana se encuentra el convento franciscano del Corpus Christi, patronato de los Condes de Ureña. s el antiguo convento franciscano del Corpus Cristi, fundado por el Conde de Ureña, Don Juan Téllez Girón en 1541. La portada se fecha en 1550 y está compuesta por un arco de medio punto entre pilastras cajeadas de estilo corintio sobre pedestales. En el entablamento que corona el vano hay una inscripción inmaculadista y en el tímpano hallamos el escudo del convento del Corpus Cristi rematado por flameros. La espadaña, situada en la cabecera de la nave, es de ladrillo y estuvo compuesta de dos cuerpos y dos vanos. La iglesia conserva parte del antiguo convento. Es de planta rectangular y posee una sola nave de siete tramos separados por pilastras pareadas que se cubre con bóveda de medio cañón con arcos fajones y falsos lunetos.Tiene tres capillas adosadas al muro del Evangelio. A finales del siglo XVI y principios del XVII se decoró la iglesia con yeserías y se levantó el claustro del convento el cual consta de dos plantas y siete arcos de medio punto sobre columnas de mármol. La planta baja se cubre con vigas de madera. A los pies de la nave, se encuentra un lienzo, posiblemente de Ribera, titulado Las Lágrimas de San Pedro. En el lado del Evangelio, como dijimos, aparecen tres capillas. La primera se cubre con bóveda sobre pechinas decoradas con yeserías del XVIII. Es la capilla del Sagrario que contiene la imagen de la Oración en el Huerto de Luis de Peña, de 1628. La segunda capilla tiene un retablo de piedra policromada formado por cuerpo y ático. Está cegada en la actualidad. Destaca la bóveda de yeserías con decoración de temas vegetales y atlantes. Es la capilla de la Veracruz. Sobresale en la iglesia el retablo mayor, construido entre 1766 y 1779. Es de madera y está
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compuesto por banco, un cuerpo de tres calles compartimentadas por columnas estriadas y ático. La escultura del Cristo Orando en el Monte de los Olivos, realizada por Luis de Peña en 1622, se encontraba anteriormente en su hornacina central. Hoy está ocupada por una Virgen Milagrosa. Las calles laterales albergan esculturas de San Francisco y San Antonio que datan del siglo XVIII. En una hornacina del lado de la Epístola se encuentra la Virgen de las Aguas, del siglo XVII de Luis de Peña. Le continúa una Virgen de candelero, la de los Remedios, del siglo XVIII. En el mismo lado, un Crucificado en pasta, de 1592, atribuido a Baltasar López. A los pies, coro alto sustentado por doble fila de columnas con tres vanos. La iglesia contiene una cofradía llamada del Cristo de la Agonía y Nuestra Señora de Loreto.
Presbiterio. Santa Ana y la Virgen Niña.
Fachada principal con portada en piedra rematada en frontón con escudo del antiguo convento del Corpus Christi.
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San Francisco
Capilla del Sagrario. Detalle de las magníficas yeserías.
Vista frontal de la Capilla del Sagrario. Retablo barroco dorado con imagen central de la Adoración en el Huerto.
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Imagen de la Oración en el Huerto, obra de Luis de Peña en 1628.
Lienzo a los pies de la nave, atribuido a Ribera denominado Las Lágrimas de San Pedro.
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Retablo Mayor con Virgen Milagrosa e imรกgenes de San Francisco y San Antonio.
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San Francisco
Claustro rehabilitado del Hospital con arquerías y patio central.
Escultura de Nuestra Señora de las Aguas. Luis de Peña. Siglo XVII. Nuestra Señora de los Remedios. Siglo XVIII.
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Crucificado de pasta. Su autor fue Baltasar López. Fechado a finales del XVI.
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Cúpula semiesférica de la Capilla del Cristo de la Veracruz.
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Dentro de las innumerables fundaciones benéficas y piadosas de la Alta Nobleza sevillana se encuentra el convento franciscano del Corpus Christi, patronato de los Condes de Ureña, familia que ostentó el título de Grandes de España con el Ducado de Osuna. Sobrevive la iglesia conventual de planta basilical de una sola nave y el claustro del convento de dos plantas y arco de medio punto, muy reformado y modificado. Dicho convento pasa por diferentes vicisitudes desde las desamortizaciones sufridas durante el reinado de Isabel II en el siglo XIX hasta su configuración actual Dentro de los bienes muebles conviene destacar dos imágenes. La Oración en el Huerto de los Olivos y la Virgen de las Aguas, ambas de Luis de Peña, del primer tercio del siglo XVII. A ello debe unirse el Retablo Mayor y la capilla de la Veracruz con yeserías. Capilla de la cofradía del Cristo de la Agonía y de Nuestra Señora de Loreto.
Perspectiva desde los pies de la nave principal. Destacan las arcadas de medio punto sustentadas en esbeltas columnas.
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Vista del altar mayor desde el coro.
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La Compañía Al igual que ocurriese en todos los Reinos de España, la orden de los jesuitas, ubicada en Morón de la Frontera, fue expulsada del territorio en el año clave de 1767 con sus pertenencias muebles pasando sus bienes al Patrimonio del Estado sta iglesia de la primera mitad del siglo XVIII fue un antiguo templo jesuítico fundado en 1627 que está formada por una nave de cuatro tramos con capillas laterales las cuales se encuentran cegadas en sus arcos conteniendo pequeños altares en número de seis. Tiene tribunas altas entre los pilares, en el crucero y en la capilla mayor.Tanto el cuerpo, como la capilla mayor y los brazos del crucero se cubren con bóvedas de medio cañón con arcos fajones y lunetos. Mientras el crucero lo hace con bóveda semiesférica, las capillas laterales por el contrario lo hacen con bóvedas de aristas.
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Sus soportes son pilares cruciformes sobre los que se sostienen arcos de medio punto. El coro, está situado a los pies de la nave. La torre, con la misma ubicación, está construida en ladrillo al igual que el resto del templo y tiene dos cuerpos, cuatro vanos encontrándose rematada por una cúpula. Al exterior, la portada de la iglesia, presenta un gran arco de medio punto sobre columnas de estilo corintio pareadas sobre pedestales, apareciendo sobre ellas un entablamento que da paso al segundo cuerpo y ático. Éste se articula en torno a una hornacina central flanqueada por estípites, donde aparece una imagen del Sagrado Corazón. La hornacina está a su vez enmarcada por columnas compuestas sobre las que se apoya un entablamento. La fachada se remata en espadaña. Destaca el retablo mayor, de mediados del siglo XVIII, y que es de madera sin dorar. Está formado por un banco, dos cuerpos y tres calles compartimentadas por estípites y basamento en jaspe rojo. A ambos lados del retablo sobresalen dos grandes lienzos ovalados que simbolizan el Sacrificio de Isaac y la Ofrenda de los Panes por Melquisedec, y que data de mediados del siglo XVIII. La puerta del Sagrario está decorada con una pintura sobre cobre que representa a la Virgen de la Leche, del siglo XVIII. En las calles laterales lienzos de la vida de San Ignacio. En la central, talla del Santísimo Cristo de la Expiración del año 1930, bendecida en 1931, obra de Antonio Illanes, pintura de Virgen con el Niño del XVII, y escultura de San Ignaciano de Loyola con cabeza vaciada en plomo. El presbiterio se cierra con baranda de hierro forjado del XVIII. En el crucero del lado del Evangelio, un retablo del Corazón de Jesús, constituido por ban-
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Retablo Mayor. Escultura del fundador de los jesuitas: San Ignacio de Loyola. Cabeza vaciada en plomo.
Fachada principal con arco de medio punto sobre columnas corintias y entablamento.
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co, cuerpo y ático, del XVIII que estuvo dedicado a San Francisco de Borja. La puerta del Sagrario tiene una Virgen de Guadalupe. En la calle colateral, escultura de San Rafael y en el lateral izquierdo, imagen de Santa Teresa del XVII. En la calle central, cobre de la Adoración del Sagrado Corazón y lienzo de San Francisco de Borja ingresando en la Compañía de Jesús. Existe, también, un lienzo de la Inmaculada del siglo XVIII. De la misma manera, lienzos del flamenco Pieter Van Lint, de mediados del XVII, de gran factura, que representan la Anunciación y la Natividad. Otro retablo, el de San Francisco Javier, en madera tallada sin policromar, encierra su imagen, de talla articulada y cabeza vaciada en plomo del XVII. En las calles laterales, bustos de escayola y tela engomada, del XVIII, que representan un Ecce Homo y la Dolorosa. En el crucero del lado de la Epístola, retablo de San José, sin policromar, formado por banco, cuerpo y ático con tres calles. La imagen es de madera estofada del XVIII con aureola de plata repujada. Le sigue un retablo de San Juan Evangelista, igualmente sin policromar, con banco, cuerpo y tres calles con estípites. Su imagen pertenece a la Hermandad de la Santa Cruz. El ático remata con relieve de la Virgen del Rosario. Hay tres lienzos magníficos de Pieter van Lint: La Adoración de los Reyes, la Huida a Egipto y la Presentación del Niño en el Templo. A los pies de la nave, escultura de San Francisco de Borja y cuadro de los Santos Jesuitas Mártires del Japón, del XVIII. Destacan los lienzos de Pieter von Lint: el Nacimiento de la Virgen, la Presentación de la Virgen en el Templo, los Desposorios de la Virgen, la Circuncisión del Niño, la Muerte de la Virgen y la Coronación de la Virgen. En otro altar, Divina Pastora procedente del convento de capuchinos de Marchena, según nos informan.
Lienzo ovalado del sacrificio de Isaac. Mediados de la centuria decimoctava.
Portada con hornacina central separada por estípites encerrando imagen del Sagrado Corazón.
Retablo Mayor. Barroco en madera sin dorar. Uso del estípite con profusión. Mediados del siglo XVIII.
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Lado del Evangelio. Retablo del Corazón de Jesús. Estuvo dedicado al otro fundador, San Francisco de Borja. Siglo XVIII.
Virgen de la Leche. Puerta del Sagrario del Retablo Mayor. Mediados del siglo XVIII.
Iconografía jesuítica. San Francisco de Borja.
Interior de la nave desde el presbiterio. Obsérvese el gran arco de la entrada.
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Cuadros del flamenco Pieter van Lint. Forman parte de la gran colección del autor, encerrada en el templo.
Retablo de San Francisco Javier. Madera. Cabeza en plomo del siglo XVIII.
Divina Pastora. Procede de los capuchinos de Marchena.
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Expositorio de enseres de la Hermandad de la Santa Cruz, ubicada en las dependencias del templo.
Retablo de San José, sin policromar. Imagen en madera estofada del siglo XVIII.
Retablo de San Juan Evangelista, sin policromía. Pertenece a la Hermandad de la Santa Cruz.
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Al igual que ocurriese en todos los Reinos de España, la orden de los jesuitas, ubicada en Morón de la Frontera, fue expulsada del territorio en el año clave de 1767 con sus pertenencias muebles pasando sus bienes al Patrimonio del Estado el cual concedió su pase a manos privadas por el método de subasta. Pudo conservarse el templo en su estructura pero no así el resto de las dependencias que fueron convertidas, como otros lugares, en edificios civiles. En este caso, plaza de abastos. La iglesia, actualmente, encierra la Cofradía de la Hermandad de la Santa Cruz pudiendo, de este modo, conservar el culto. Debe destacarse dentro del conjunto su magnífica portada sobre columnas de estilo corintio así como la nave principal, capilla mayor y crucero. Dentro de los bienes muebles, la magnífica colección de lienzos del pintor flamenco Van Lint, de mediados del XVII y esculturas de los fundadores jesuíticos tales como San Francisco Javier y San Francisco de Borja.
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Portada con dintel y rematada en arco. Se halla enmarcada en pilastras. Fue remodelada durante el neoclĂĄsico del siglo XVIII. Ladrillo, tapial y canterĂa.
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Nuestra Señora de las Virtudes El templo, que contiene la imagen de la Patrona de la localidad, data del Renacimiento y tiene de singular su estructura de cruz griega rematada por una gran bóveda semiesférica. u construcción original data de finales del siglo XVI, del Bajo Renacimiento, y comienzos del XVII. Presenta una estructura con planta de cruz griega, cuyo espacio central aparece cubierto con una bóveda vaída. Los dos tramos de ingreso también se cubren con bóvedas vaídas en la nave central y los laterales con bóvedas de aristas.
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Torre situada en la cabecera. Dos cuerpos con remate del siglo XVIII. Campanario y chapitel.
Está construida en ladrillo, tapial y cantería. Exteriormente destaca la portada, que se remodeló en el período neoclásico. Es adintelada con arco de medio punto enmarcado con pilastras. El retablo mayor, obra realizada por Enrique Orce en 1941, es de cerámica de vidrio, con paneles de azulejos que reproducen cuadros de Rafael y otros grandes maestros. Alberga en su hornacina central una escultura de Nuestra Señora de las Virtudes, ejecutada por León Ortega en 1949. En la hornacina superior hallamos una escultura del Sagrado Corazón realizada por Castillo Lastrucci. Una escultura de San Marcos, de hacia 1600, y de San Blas, del siglo XVIII, aparecen en los laterales del segundo cuerpo. El presbiterio tiene retablo mayor de azulejos del XX realizados, como dijimos, por Orce. Se encuentran la imagen de San Roque en madera del XVIII y la imagen de San Blas. En el lado del evangelio sigue un retablo de la Virgen del Rosario en madera dorada formado por banco, dos cuerpos y tres calles, obra de la primera mitad del XVIII. La imagen titular es atribuida a Castillo Lastrucci. Debemos destacar un cuadro de las Ánimas Benditas del Purgatorio al que le continúa un retablo con imagen de Jesús Cautivo. En medio de éstos, un Crucificado del siglo XVIII. En la nave derecha encontramos un retablo neoclásico con una escultura de San Antonio de Padua, que data de la primera mitad del siglo XVIII. Otro retablo neoclásico encontramos en el crucero, donde podemos apreciar esculturas de la Inmaculada y en una de las calles laterales, una escultura de San Juan Bautista, ambas del mismo siglo.
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Sacristía. Custodia y Crucificado.
Nuestra Señora de las Virtudes
Continúa un retablo-hornacina neoclásico que guarda una grupo escultórico formado por Santa Ana con la Virgen, y que está firmado por José Montes de Oca en 1726 al que prosigue un retablo moderno de San José con Niño. En el resto del templo existen diversos altares de poco valor artístico y de moderna datación. En la sacristía descubrimos un Crucificado del siglo XVI, un lienzo de la Dolorosa firmado dedicado a la devoción por Antonio Bermúdez de Castro en 1821. Entre los diversos objetos de orfebrería sobresale un copón de plata dorada que data del último cuarto del siglo XVIII, y donde apreciamos los punzones de Córdoba y de los plateros Ruiz y Martínez. La torre está situada a la cabecera del templo y se empleó el ladrillo tapial y cantería. Consta de dos cuerpos con un remate reconstruido a finales del XVIII.
Retablo de San Antonio. Nave derecha. Siglo XVIII. Neoclásico.
Retablo de la Inmaculada. Crucero. Dos cuerpos y remate.Tres calles separadas por columnas.
Panorámica de las naves. Estructura de cruz griega o brazos iguales. En el centro, bóveda vaida, y en los laterales, bóvedas de aristas.
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Retablo Mayor. Enrique Orce. Años 40 del siglo XX. Cerámica vidriada. Reproducción de cuadros de pintores clásicos. Entre ellos, Rafael de Sanzio.
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Nuestra Señora de las Virtudes
Retablo de Santa Ana. Neoclásico. Representa el grupo familiar. Montes de Oca. 1726.
Retablo de San José. Banco, una calle y ático. Imagen moderna.
Retablo Mayor. Hornacina central. Nuestra Señora de las Virtudes. León de Ortega. 1949.
El templo, que contiene la imagen de la Patrona de la localidad, data del Renacimiento y tiene de singular su estructura de cruz griega rematada por una gran bóveda semiesférica. Sufrió gran deterioro con motivo de la contienda civil por lo que su interior, en lo referente al arte mueble, carece de la historicidad que concede el pasado. El Retablo Mayor es cerámico con reproducciones de iconos renacentistas. Diversos retablos albergan algunas imágenes del XVIII y de hermandades de cofradía. Destacan Santa Ana y la Virgen, de Montes de Oca, y una escultura de San Marco de principios del XVII.
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Retablo con lienzo de las Ánimas Benditas del Purgatorio. Mediados del siglo XX.
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Retablo de la Virgen del Rosario. Lado del Evangelio. Madera dorada. Banco, dos cuerpos, tres calles y 谩tico. Imagen de Castillo Lastrucci.
Crucificado. Autor an贸nimo.
Custodia procesional.
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Retablo Mayor con la imagen de San JosĂŠ.
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Ermita de San José Pequeño templo ubicado en extramuros de la población construido en el siglo XVIII y dedicado al Patrono de la localidad. emplo barroco en ladrillo, mampostería y tapial fue construido en el siglo XVIII presentando una estructura muy simple: una sola nave con cinco tramos, cuyo cuerpo se cubre con bóveda de cañón y arcos fajones que se apoyaban sobre pilastras, y el presbiterio con bóveda semiesférica. En el muro derecho encontramos la portada, que está formada por un arco escarzano entre pilastras mientras que en el interior, la capilla mayor se cubre con falsa cúpula sobre pechinas y estípites.
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En el interior de la ermita hallamos diversas esculturas e imágenes. Una de ellas, de candelero, pertenece a la Virgen de la Consolación de la segunda mitad del siglo XVIII; por otro lado, un pequeño Crucificado del XVII y una última imagen de candelero de San Francisco de Padua del siglo XIX. En el pavimento destacan algunos azulejos de Cuenca del siglo XVI y en los muros pinturas de tipo popular del siglo XIX. En el exterior, espadaña de ladrillo situada a los pies con cuerpo cubierto por arco de medio punto.
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Virgen de Consolación. Hornacina vidriada. Siglo XVIII. Fachada. Ladrillo, mampostería y tapial.Tejado a dos aguas. Siglo XVIII. En el centro, espadaña.
Ermita de San José
Nave. Bóveda de cañón apoyada sobre arcos fajones y pilastras.Al fondo, presbiterio.
Cúpula sobre pechinas.
Crucificado. Siglo XVII.
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Pequeño templo ubicado en extramuros de la población construido en el siglo XVIII y dedicado al Patrono de la localidad. Una sola nave, simple en su estructura, alberga enseres sencillos consistentes en imágenes de devoción. El acceso se hace a través de un arco entre pilastras poseyendo en ese lateral la espadaña de ladrillo lo que le concede la fisonomía de ermita barroca.
Exterior. Patio con arcadas. Espadaña y campanario.
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Fachada.Acceso adintelado rematado en front贸n curvo partido y enmarcado en arco con 贸culo.
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Convento de Nuestra Señora de la Candelaria Fundación de la orden mínima, posee una nave central y capillas laterales habiendo adoptado transformaciones arquitectónicas en sucesivos siglos.
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erteneció a la orden de los Mínimos siendo construida en ladrillo y tapial. Consta de una sola nave central, dos naves de capilla y cuatro tramos. Su cubierta es de bóveda de cañón con lunetos en la central y cúpula sobre pechinas en el crucero el cual conserva restos de yeserías. La nave del Evangelio se cubre con cielo raso. Fue construida a finales del XVI y comienzos del XVII de cuya época se conservan arquerías de medio punto, alfiz y baquetones. Posteriormente fue reformada en los dos siglos siguientes. En la primera etapa se llevó a cabo la ordenación del interior y el tipo de los pilares. En la segunda etapa la portada y la fachada. La tercera etapa corresponde la construcción de las dos capillas que se abren en las cabeceras de las naves laterales. La portada en su parte superior lleva un arco de medio punto. Es adilentada y está flanqueada por pilastras de estilo toscano que soportan un frontón curvo y roto que da paso a un segundo cuerpo, con hornacina central que se flanquea con pilastras rematadas en jarras. Sobresale el retablo mayor de tipo hornacina, del segundo tercio del siglo XVIII, y que es obra de los talleres de Estepa. El ático guarda un relieve de Santo Tomás de Aquino. Dicho retablo en madera dorada consta de banco, cuerpo con ático y calle. Hay que destacar de este edificio dos puertas de madera tallada del siglo XVIII y la imagen de candelero de Nuestra Señora de los Dolores de ese mismo siglo, año de 1718, cuyo autor fue Montes de Oca. Ambas puertas se encuentran en la cabecera de la nave izquierda y están cerradas por una reja fechada en 1856. Dicha ca-
pilla se halla a los pies de la nave de la Epístola. En la capilla de la misma nave de la Epístola encontramos un retablo en madera sin dorar con la imagen de San Antonio, obra del XVIII. Luego, otro retablo de San Francisco en madera dorada y policromada formado por banco, cuerpo y ático decorado con guirnaldas y frutas del XVIII también. Otro retablo, neoclásico, del XIX, con imagen de Cristo moderna se organiza en banco, cuerpo y remate. Debemos hacer sobresalir, la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad y el Cristo de la Veracruz. En la sacristía descubrimos una cajonería que data de 1714 y un cáliz de plata dorada de 1849 donde podemos apreciar los punzones de los plateros Prolongo y Leal. La torre, situada a los pies se halla ordenada en tres cuerpos. El primero con vanos de medio punto enmarcado en pilastras toscanas; el segundo alberga el cuerpo de campanas, y el tercero se remata con cerámica del siglo XVIII.
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Retablo de San Antonio. Nave de la Epístola. Siglo XVIII.
Arquerías de medio punto sobre baquetones que abren las capillas laterales.
Convento de Nuestra Señora de la Candelaria
En el centro, en la intersección, cúpula sobre pechinas sin decoración.
Retablo Mayor. Ático. Relieve de Santo Tomás de Aquino.
Retablo Mayor en forma de hornacina. Madera policromada en una sola calle y ático. Siglo XVIII.
Fundación de la orden mínima, posee una nave central y capillas laterales habiendo adoptado transformaciones arquitectónicas en sucesivos siglos. De origen posiblemente mudéjar, fue ampliado en su fachada durante el siglo XVII. Las capillas laterales lo hacen en la centuria de la Ilustración. Externamente, contiene un sabor barroco característico junto con la proporcionalidad en sus dimensiones. Internamente, dentro del conjunto relacionado con los bienes muebles, sobresale la imagen de Nuestra Señora de los Dolores atribuida a Montes de Oca. Apuntamos, también, las imágenes de sus cofradías de penitencia.
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Retablo de la Virgen de la Soledad. Imagen moderna.
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Retablo de la Virgen de los Dolores. Siglo XVIII. Montes de Oca. Fechada en 1718.Titular del Santo Entierro.
Interior del templo. bóveda de cañón y lunetos. Las naves laterales están separadas por arcos de medio punto. Retablo de San Francisco. Madera dorada y policromada. Siglo XVIII. Decoración de guirnaldas.
Retablo del Cristo de la Veracruz. Neoclásico con imagen moderna. Titular de cofradía del mismo nombre.
Sacristía. Cajonería. Principios del siglo XVIII.
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Vista desde el ingreso principal. Destaca la estructura columnaria de jaspe rojo. Al fondo, crucero y cabecera plana.
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San José Es el principal templo de la villa por su magnificencia y conservación. Del siglo XVIII, tiene relación arquitectónica en elementos de su interior con otros de la Campiña ste edificio fue construido hacia 1730 sobre el solar de otra anterior iglesia y de la que aún se conserva el primer cuerpo de la torre. Su diseño sigue las trazas de Diego Antonio Díaz en relación con Pedro de Silva autor también de la iglesia de San Eutropio de Paradas. La portada data de la misma época de la iglesia y está formada por un vano adintelado flanqueado por pilastras de orden toscano sobre pedestales y rematado por un entablamento que da paso a un segundo cuerpo. En él aparece un frontón recto y roto en cuyo centro hallamos una hornacina avenerada con una imagen en piedra de San José. La portada de la nave derecha o Epístola es muy sencilla y su estructura presenta un vano adintelado rematado por un frontón recto y roto. La portada de la nave izquierda o del Evangelio es muy parecida al anterior, pero moderna. Consta de tres naves, compar timentadas en siete tramos por columnas pareadas de jaspe rojo de estilo toscano, con crucero y cabecera plana. La nave central es más elevada que las laterales y está cubierta con bóveda de cañón sustentada en arcos fajones con lunetos. Por otro lado, las naves laterales se cubren con bóvedas de aristas mientras que el crucero lo hace con bóveda semiesférica, sobre pechinas. El primer cuerpo de la torre, resto de la edificación que fue derribada en 1728, se incrusta en la nave izquierda evangélica. El segundo, es de planta cuadrada con pilastras toscanas y arcos de medio punto. El cuerpo superior, octogonal, está ar ticulado con pilastras jónicas y se encuentra rematado en chapitel En el presbiterio encontramos un templete con la imagen de San José posterior a 1936. A
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los lados del arco triunfal hallamos dos lámparas de plata de principios del siglo XIX donde se aprecian los punzones del platero Franco. En las pechinas de la cúpula, óleos sobre lienzos con los Padres de la Iglesia. La nave izquierda acoge la Capilla Sacramental. En ella hay un camarín de tipo neoclásico con imagen del Sagrado Corazón moderna de la mano de José Rodríguez Fernández-Andés.
Panorámica general del templo con portada lateral de acceso y campanario de dos cuerpos rematado en chapitel.
San José
Portada en piedra de dos cuerpos con pilastras toscanas y hornacina de San José, titular de la iglesia.
En la capilla sacramental cuelga una lámpara de plata repujada que fecha en 1886 y donde se puede observar los punzones de Sevilla y del platero Franco, de nuevo. A los pies de dicha nave se halla otro retablo en esta ocasión de estilo neoclásico y que consta de un solo cuerpo con columnas de mármol. En la nave derecha, justo en la cabecera, se descubren imágenes modernas de candelero de Cristo con la Cruz y de La Dolorosa. Esta Virgen posee una corona de plata de principios del siglo XIX con los punzones de Sevilla y de los plateros Guzmán y Zuloaga. Entre las piezas de orfebrería que podemos encontrar en la sacristía destacamos las que siguen: un portapaz con imagen de San José del siglo XVIII con punzón del platero Gómez; dos cálices de plata de principios del siglo XIX con los punzones de Sevilla y de los plateros Guzmán y Flores, y un juego de seis candelabros y cruz de altar, de plata, y donde se observan los punzones de Sevilla y de los plateros Franco y Álvarez. Deben añadirse porta viáticos, navetas, porta paces y un cetro en plata repujada y burilada de Palomino de 1.841 que es portado por la Patrona de la localidad Nuestra Señora de los Ángeles cuyo autor fue también José Rodríguez Fernández-Andés.
Capilla sacramental con imagen de Sagrado Corazón de José Fernández-Andés en camarín neoclásico.
Crucificado.
Retablo de la Inmaculada.
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Retablo de San JosĂŠ, moderno, en templete.
San José
Cruz en plata. Muestra ejemplar del tesoro ornamental. Plateros Franco y Álvarez. Balconada con Cruz y Piedad.
Imágenes de candelero de Cristo con la Cruz y Dolorosa con corona de plata de Guzmán y Zuloaga.
Vitrina conteniendo parte del excelente tesoro de orfebrería en la zona de sacristía.
Lámpara de plata repujada. 1886. Autoría del platero Franco.
Es el principal templo de la villa por su magnificencia y conservación. Del siglo XVIII, tiene relación arquitectónica en elementos de su interior con otros de la Campiña como San Eutropio de Paradas en cuanto a sus trazas. De majestuoso puede tildarse en su espacio de tres naves sostenidas por columnas pareadas que le conceden una alta originalidad mezclándose las bóvedas de medio cañón y de aristas. La remodelación sufrida en sus dependencias le concede connotaciones de sencillez y elegancia, al mismo tiempo que sobresale su luminosidad. La portada principal tallada en piedra se eleva accediéndose a ella por doble escalinata lo cual permite el ingreso en el templo por un hermoso cancel. Encomiable es el tesoro artístico de orfebrería que encierra el cual es digno de convertirse en museo permanente.
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Nave central con b贸veda de ca帽贸n, arcos fajones y lunetos. Se apoya sobre columnas pareadas.
Ara del Altar Mayor de jaspe labrado en un solo cuerpo y bloque de las canteras locales. Magn铆fico cancel de acceso en madera tallada a los pies de la nave.
Altar Mayor con retablo de la Virgen Milagrosa, titular de la capilla realizado sobre lienzo.
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Capilla de la Residencia de Ancianos o del Asilo No con una finalidad eminentemente religiosa surge la construcción de este conjunto durante la Dictadura de Primo de Rivera. Sí lo hace con un objetivo asistencial y social.
ituada en las afueras de la población se encuentra este espacioso edificio rodeado de jardines y destinado a residencia de ancianos. Fue construido en el primer tercio del siglo XX siguiendo las trazas del arquitecto Vicente Traver el cual dejó diversas obras en la provincia y en la capital sevillana y actualmente se halla regentado por las monjas de las Hijas de la Caridad. Fue una obra benéfica fundada por doña Elisa Basagoiti López, hija de Ramón Basagoiti Sagasti y de Catalina López González. La fundadora estuvo casada con Don Fernando Ruiz Ramos y de ellos surgió la idea de la fundación de esta obra social. Dicha obra fue continuada por el segundo esposo Joaquín de la Cruz Díaz.
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La construcción sigue las ideas regionalistas de la época de la Dictadura de Primo de Rivera entre cuyos creadores hay que citar a Aníbal González. El Altar Mayor contiene un retablo de la Virgen Milagrosa con ara en mármol rosa ejecutado por Francisco Ruiz. El Sagrario es de plata de ley, con relieves magníficos. La nave se cubre con bóveda de medio cañón y en la zona de la cabecera posee cúpula semiesférica con linterna. En las paredes, vidrieras policromadas realzan el habitáculo Los muros de la nave encierran copias de lienzos de Murillo que se encuentran en el Hospital de la Caridad de Sevilla y que fueron ejecutados magníficamente por el pintor Blas Rodríguez. Altar Mayor. Detalle de Crucificado con Sagrario de plata.
Acceso principal con jardines donde se observa claramente el estilo regionalista aplicado a edificios civiles.
Capilla de la Residencia de Ancianos o del Asilo
B贸veda semiesf茅rica sustentada en pechinas y rematada con linterna. Abunda la decoraci贸n mural.
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Lienzo con el Milagro de los Panes y los Peces.
Uno de los lienzos, copia de Murillo, realizado por Blas Rodríguez.
Acceso desde los pies de la nave con coro alto y balconada. Sobresalen las esbeltas pilastras.
Cuadro de la Virgen de Guadalupe mejicana de tanta devoción popular en aquel país.
Vidrieras policromadas de excelente factura. Escena del Descendimiento de la Cruz.
No con una finalidad eminentemente religiosa surge la construcción de este conjunto durante la Dictadura de Primo de Rivera. Sí lo hace con un objetivo asistencial y social al encontrarse dentro de los fines de los fundadores. La capilla es, pues, un elemento dispuesto para la curación de las almas mientras que el resto de la construcción lo es para el alivio de los sufrimientos corporales. Deben destacarse, por lo tanto, las trazas del arquitecto Vicente Traver y la integración de elementos constructivos con los bienes muebles en un espacio reducido lo que le concede armonía e interiorismo.
Interior de la capilla.Altar Mayor.
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Capilla del Corazón de María Es el exponente de una de las fundaciones acometidas en el siglo XX dentro de la localidad. La pátina del tiempo, poco en su transcurso o desde su construcción, le irá concediendo la importancia histórico y artística. a orden que desarrolla sus actividades en este templo, hermanas de la Cruz, vino a Montellano en 1920. La obra se inició en un solar ocupado por un molino siendo costeada por el pueblo a través de donativos. En tanto se finalizaba la construcción la comunidad estuvo en la casa particular de don Bosco Marín. Dicha Casa se fundó por sor Ángela de la Cruz con la ayuda de la familia Ruiz Ramos con el objetivo de ayudar a los enfermos y a los pobres. Igualmente, se dirigió a la educación de niñas sin medios económicos familiares. La Virgen del Corazón de María se halla en un templete neogótico que toma elementos de la Sagrada Familia de Gaudí. El templo es de una sola nave con bóveda de nervios, sustentada en arcos ojivales imitando el estilo gótico. Es muy moderna y contiene en el presbiterio vidrieras policromadas de buena factura. Al exterior, fachada con portada en piedra caliza con arco conopial y motivos florales a la que acompaña un óculo. En el campanario, ventanas geminadas.
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Interior del Campanario. Fachada principal. Portada labrada en piedra, óculo y campanario.
Capilla del Corazón de María
Bóveda con arcos ojivales y nervios.
Rosetón y coro alto.
Confesionario con talla neogótica.
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Campanario.
Presbiterio: Corazón de María y ventanales policromados.
Lienzo de la Virgen.
Es el exponente de una de las fundaciones acometidas en el siglo XX dentro de la localidad. La pátina del tiempo, poco en su transcurso o desde su construcción, le irá concediendo la importancia histórico y artística que sólo él sabe definir. Palacete neogótico en su exterior, deja una capilla de arcos ojivales y bóveda de nervios donde el templete del Corazón de María a imitación de obra de Gaudí, sobresale y descuella.
Imagen del Crucificado, el cual posee la titularidad del Cristo de los Remedios. Siglo XIX.
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Ermita del Cristo de Los Remedios Si en la mayor parte de las fundaciones de carácter religioso intervienen los estamentos aristocráticos y nobiliarios, en esta ocasión la iniciativa particular para la construcción o remodelación se plasmó gracias a doña Remedios García. sta pequeña ermita fue terminada de construir en 1888 financiada por doña Remedios García Barrera. Presenta planta rectangular compartimentada interiormente en tres naves por columnas de orden toscano de estuco. La portada se transformó más modernamente y sobre ella se levanta una pequeña espadaña de un solo vano con campana. La nave central está cubierta con bóvedas de medio cañón con arcos fajones y las laterales lo hacen con bóvedas de aristas. En el muro de cabecera se encuentran tres de las pocas esculturas que acoge esta ermita
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y que son el Crucificado, La Virgen y San Juan, que datan del último tercio del siglo XIX. En una hornacina del muro izquierdo se sitúa otra escultura de San Antonio con el Niño que puede fecharse en el último tercio del siglo XVIII. En la hornacina del muro contrario hallamos otra, en esta ocasión de San Pablo ermitaño, del mismo siglo que el anterior. Las dos proceden del extinguido convento de San Pablo de la Breña. Desde 1924 es sede del Santísimo Cristo de los Remedios y María Santísima de la Amargura, imágenes del siglo XIX. En 1993 se rehabilitó.
Escultura de San Antonio con el Niño. Siglo XVIII.
Azulejería exterior con la composición de la cofradía: Crucificado,Virgen y San Juan.
Portada de la ermita. Construcción sencilla con acceso adintelado, óculos y espadaña.
Ermita del Cristo de Los Remedios
Virgen titular de la Cofradía. María Santísima de la Amargura.
Lienzo de San José con el Niño. Siglo XVIII.
Si en la mayor parte de las fundaciones de carácter religioso intervienen los estamentos aristocráticos y nobiliarios, en esta ocasión la iniciativa particular para la construcción o remodelación se plasmó gracias a doña Remedios García, mujer piadosa que llevó a cabo la obra pensando en sectores necesitados de la población. Aunque pequeña, posee tres naves con algunas esculturas interesantes bajo el punto de vista artístico. En sus paredes se acogen las imágenes titulares de la hermandad del mismo nombre que la ermita. San Pablo ermitaño. Procede del extinguido convento de San Pablo de la Breña.
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Nave central. B贸veda de medio ca帽贸n sustentada por arquer铆as de medio punto que se apoya sobre columnas.
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San Antonio Abad Único templo pruneño, su estructura y su riqueza artística le conceden la definición de conjunto armonioso y singular. Su construcción empezó en 1665 y finalizó en 1750.
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s un edificio de estilo barroco construido a partir del siglo XVII con orígenes más remotos en el siglo XV.Tiene planta rectangular, tres naves de cinco tramos separadas por arco de medio punto, apoyados en pilares. El crucero es plano conteniendo un camarín desde el siglo XVIII de figura cuadrada cubriéndose con una bóveda sostenida por pechinas. La nave principal tiene bóveda de medio cañón con arcos fajones. Las laterales lo hacen con bóvedas de arista. Contiene una pila bautismal del siglo XIII.
El crucero se remata con bóveda semiesférica encontrándose decorado con yeserías muy barrocas. Destacan mascarones que sostienen guirnaldas. Dicha bóveda está dividida en doce segmentos con relieves de los Apóstoles. Las pechinas, se cubren también con elementos decorativos de los Padres Evangelistas. La portada de la nave derecha es moderna al haber sufrido grandes modificaciones.Tiene un vano en dintel el cual se enmarca con columnas toscanas que rematan en frontón triangular.
Portada moderna con acceso adintelado y frontón triangular.
San Antonio Abad
La torre, que se encuentra en el lado opuesto, fue reformada en el XIX.Tiene un cuerpo con campanario hallándose rematada por chapitel de azulejos. En el interior nos encontramos el retablo mayor con pinturas de la Coronación de la Virgen, Adán y Eva. De estas últimas su autor fue Capacha al igual que el resto de las pinturas de la nave central que suman un total de ocho. Cuatro son de temas del Antiguo Testamento y otras del Nuevo. En el mismo retablo, la imagen de la Pura y Limpia de la autoría de Castillo Lastrucci, del año 1938, donada por el pueblo. Sobresale la Cruz de Guía del siglo XVIII en plata.Todo el retablo se repuso después del 36. En el lado izquierdo del crucero se encuentran los retablos de pan de oro completo del Crucificado del siglo XVIII, de la escuela de Roldán. La imagen es articulada para su introducción en el Sepulcro.Y el retablo del Nazareno salido de la mano de Chaveli el cual es de talla completa y de vestir hecho después de la Guerra Civil en 1942. En el lado derecho del crucero hay un retablo neoclásico, de hacia 1800 con imagen de la Virgen de los Dolores cuyo autor fue Antonio Illanes en 1940. En el mismo lado del crucero se encuentran dos retablos. El primero, de hacia 1780 con una Dolorosa moderna. El segundo, con tres calles separadas por estípites con Sagrado Corazón, también moderno. Pero lo más rico del templo es la orfebrería conteniendo cruz de altar del XVIII, cruz parroquial de plata del platero Alexandre, cálices de plata de Cárdenas y Alexandre, crismeras y ostensorios y una extraordinaria custodia de plata y pedrería del XVIII.
Bóveda semiesférica con yeserías barrocas. Trazas del arquitecto López Bueno, según don José Zamudio, cronista local.
Torre reformada en el siglo XIX: cuerpo, campanario y chapitel.
Imagen de la Pura y Limpia Concepción de Castillo Lastrucci, 1938, de gran devoción en el pueblo.
Retablo Mayor. Coronación de la Virgen y Adán y Eva del pintor local Capacha.