I
a
'::, i=ir;í'
a a I I I é J I
de esta tumba y las declaraciones de Strong El hallazBo y el registro científico de la primera
tumba intacta de éliie moche, por parte de los norteamericanos Willlam D. Stron8 y Clifford
pefuana.s
el r¡arco del Proyecto Valle de Virú, programa de investiSaciones Evans, ocurrie.on en
pionero e iñnovador en el campo de la pros_
pe,.ión ¿rqLpolo8ic¿.r \ e1 el qJe pa'llcipd ron numerosos investigadores e instituciones
Cracias al reconocimiento
é é
li
intcr
I
nacionaf de la importancia del hallazgo, una muestra (C-619) de
C
Ia tumba del Sacerdote Cuerrero con el método de C-l4.
oe'abÉr rpdl'¿.rdo sondeos
Pn
\¿rro'
d. de C. a
1
El
fechado
1
90 I78 a. de C.-302 d. de C.l,
publicado sin correcciones y calibració¡
Cruz, fomaval, Cerro Prieto, Callinazo y
dendrocronoló8ica (que aún no se cono_
Moorin, Strong y Evans decídleron
excavar en la Huaca de la Cruz, ubicada
a
C
a
..i
cían),n cambió los esquemas temporaies para
Aunque esta
la cultura Mochicaro y sorprendió a muchos
unos 1,5 kilómetros al este del pueblo deVirú,
por scr
en la parte central de las tierras cultivadas del
Luego de ser calibrado con el programa Ox
valle.r Su intención era hallar una tumba de
é é
12
sitios del valle de Virú, ccmo Huaca de la
pl:'e
I i!
lue de las primeras que Libby analizó
nortear¡ericanas.,
PLrerto
a I I
a
United Press, recorrieron el mundo, impactando también en la opinión pública
LLe8o
é
valle deVirú,.6 La noticia del descubriiniento
EL DISCUBRIM¡ENTO
njs t.rror¿n¡
de lo
hi_
pótesis lue acepta-
ou"'e.upon',
da,,, luego de los ha-
Cal,,, el fechado se ubica dentro del ranSo
llazgosfortuitos detumbas
900 d. de C , con uñ
pues en los numerosos cateos de prueba apa-
margen de 95,4% de probabilidades, y 6'19
mochica aún más ricas, como las saqueadas por huaqueros en Loma Negra (Ako Piura), comen-
r..;.rn ,clo pi-or con nu.llas de orup¿crón
d. de C. a 810 d. de C. con 68,2%.
zaron a surgir opinioñes parcialmente diver-
rro.hrcJ pero l¿ supr'
no les ¿comp¿ñd
esperado: 600 d. de C.
a
y elernentos a.quitectónicos. Faltando poco
que el anciano Bentes. Yuri Berezkin afirmaba
para el término de los trabaios de campo, los
ocupaba en vida el cargo de sacerdote-goberna-
arqr.reólogos decidieron aprovechar la expe_
riencia empírica de sus obrero5,4 quienes en tiempos difíciles, como casi todos los cam-
LAS INTERPRETACIONES Strong
y
clo. lo, ¿'
Evans plantearon de manera pre-
cursora la idea de que los obietos que se
)
no oe Ln 8'¿ r Boberlddor
mlli Ja
"
tampoco de un sacerdote ordinario Asimismo consideraba que el sacerdote Eobernador de
pesinos norteños de su época, se convertíañ
depositaban junto al cuerpo y su simbolismo
en *huaqueros,.
guardaban estrecha relación con el sexo o el
Virú ostcntaba en su atuendo los atributos de una deidad masculina pafticular (Dios C), a la
De este moc¡o se descubrieron ocho contextos
est¿tus
del individuo sepultado.r Scgúñ ellos,
que representaba en ceremonias públicas.r6 La
tr¡rpr¿rio; mocl^'ca inta, tos El entrerro mi. importante correspondí¿ a un individuo de
el anciano Sacerdote Cuerrero encarnaba a la
lmagen de esta deidad es muy recurrente en la
deidad máxima mochica, propiciadora de
1a
iconografía, pero en su opinión no era un dios
avanzada edad (re8lstrado con varios acom
agricLrltura,rr y en esta encarnacrón asumía los
de mayor importancia en el panteón y menos
pañantes bajo los números 12 a 16),j al que
roles econórnicos y políticos de un sacerdote,
r¡n numen único.
Skoñg y Evans denominaron Sacerdote Cue_
un Iíder militar y un con5ejero. Adicionalmen'
rrero, y que según su opinión podría ser el
te, suponian que por su edad y el mal estado
últlmo detcendiente de una dinastía, incluso
de algrrno. obiero<. ooclrld l-drdrq
el núltimo de los conquistadores mochica del
representante mochica en Virú.,a
dcl ¿''rmo
1.
Reconstlucción de la tumba y asoFigciaciones del Sacerdote de Huaca de la CrLLz 'R-dibr j¿oo de \4ogro\É', loo/.li8
/.
C C
a I a J
a a
J ;
a
I
a
a a
I I
a
t
a
a
294
5E]iORES DE LO5 REINOs OE LA LUNA
I
iI
d
I: )
rl
pisos de arcilla. Las estructuras abañdonadas
EL CONTEXTO TUNERARIO
y
A diferencia de los descubrimientos de
las
tumbas de élite mochica en Sipán, La Mina, Huaca Cao, Dos Cabezas, Huaca de la Luna
y San José de Moro, que se realizaron en el marco de proyectos de largo plazo y que fueron publicados exhaustivamente y muy difundidos por medios convencionales y por internet, los de Huaca de la Cruz deVirú cayeroñ pronto en el olv¡do. LueSo de que Stron8 y Evans pubticatan los resultados prelir¡inares
de sus excavaciones, no se realizó un estudio sistemático del contexto esta
y
sus ofrendas. Por
Ézón consideramos necetario someter
los componentes del ajuar funerario, conser_ vados en el Museo
\acional
de Arqueolo8í¿.
Antropología e Historia del Perú, a un nuevo análisis comparativo con las herramientas me_
parcialmente desmontadas fueron rellenadas
coñ basura y desmonte para construir nuevos
recintos en su cima.,e Numercsos entierros humanos en ataúde,
¡
paqueies de cañas.
envoltorios detela y urn¿s, fueron depositados en fosas rectangulates y pozos; uno de ellos albergaba una cámara con paredes de adobes. Es
probable que los sucesivos episodios de en-
terramiento se relacionen con el abandono de las estruclu-¿s domestrc¿s. El
malerial cerámi-
co aiociado. Callrnazo y Mochica l-lV, su8 ere
un¿ prolongdd¿ ocupació^ de var:as l¿ses.:o Es
probable que Huaca de la Cruz fuese un
lugarde residencia en elquefueron sepultadas mujeres con posibles funciones sacerdotaleg en compañí¿ de oiños sacrifir¿dos.¿. además
entierro
cuerpo de zoro y con dos aves) (Fig. 2); una porra de madera; una vara-azada ceremonial
los resultados.
El individuo llamado Sacerdote Cuerrero por Strong y Evans fue hallado dentro de un sarcófago de caria coloc¿do sobre una tarima
del mismo material (Fig. 1). Fue vestido con superficie de la cima del
montículo artificial conocido actualmente por
cadáver fue cubierto
apilaron Ias ofrendas: varios tocados, de los cuales dos tenían forma reconocib¡e (con el
El
Ia
El
parece evidente.
A continuación presentamos uñ resumen de
contrado debajo de
una nariguera (Fig. 3).
con otra tarima de cañas sobre la cual
la arqueología andina de fines del siglo xX.r,
El entierro del anciano Señor de Virú fue en-
estaba apoyada en una almohadilla y estuvo adornada con un tocado de discos de cobre y
del anciano señor cuyo rol de guerrero no
todológicas y el estado de conoc¡mientos de
Caraclerísticas del núcleo funerario
una túnica decorada y protegído por dos envoltorios de tela de algodón. La cabeza
se
con la imagen de la deidad sembradora; otra vara con la figura de la lechuza; ocho botellas
con ¿sa eslribo y oecor¿ción lEurari\a piL_ tórica y narrativa; dos cancheros; dos vasos acampanadosi una botella con pico centraly asa
cinia; una botella con Sollete cón¡co; una
los lugareños con el nombre de Huaca Santa Rosa. El montículo mide 150 metros de largo
por 60 metros de ancho, tiene 10 a
l2
metros
de altura, y forma parte del complejo integrado por cuatro elevaciones con evidencias del
periodo lntermedio Temprano y Hor¡zonte
2.
Restos deltocadb de zorro delSacerdo_ Figte de Huaca de la Cruz.Aunque se han perdido
las partes orgánicas, se consewan las orejas y partedel hocicodecorados con colgañtes, y 3lgunas garras. Museo N acior¡al de Antropología, Arqueología e Historia del Perú, Lima.
Medio.¡s El promontorio se formó por la acu-
mulación progresiva de niveles de ocupación doméstica con muros de adobes fabricados con gaveras de caña y de quincha, así como
IL "SA|EFDOÍ9 LECHI]ZA"
DT
HIJA'A
OE
LA CPUZ
Fig.3. aves.
Nariguera de cobre decorada con fue hallada en la tumba del Sacerdote.
Museo Nacional de Arqueolotía, AntroPologia e Hlstoria del Perú, Lima.
295
a
I
( (
I
( ( (
I
( copa escultórica; y algunos mates y cestos. Llama la atención que las ofrendas abarquen todo el reperto.io deformas de los recipientes
Los acompañantes
Las
Cuatro cuerpos fueron sepultados junto con el anciano sacerdotei dos mujeres de 35
a
40
I
funciones de los obietos
( (
depositados y los indicadores
de la posición social y la riqueza
I
Erdn
de la decoración del ajuarfunerario encontra-
I
entierrot primarios y aparentemente rñurieron
do por Strong y Evañs en la tumba del anciano
(
el mismo día delentieno del sacerdote. Alre-
señor de Virú perm¡tieron!/ abordar uno de
El individuo
I
dedor del cuello de una de las acompañantes
los aspecror más
dif;..|e!. pero t¿mbién m;s
(
La coñservación del cuerpo del anciano fue
se nal,<i una c nt¿ de tela fina con franjas
interesantes, del estudio de las ofrendas fu-
excepc¡ona11, pues incluso se p.eservó la p¡el,
azules, con la que fue probablemente estran-
nerarias, para dete¡ñinar algunas funcioñes
lo que permitió obrervar el prepucio y los
gulada. Las rodillas del hombre estuvieron
sociales que ef iñdividuo desempeñaba en
(
evaluación de
amarradas con cintas de algodón y el rostro
vida. 5e trata de los fines utilitarios, rituales
t
antropolo8ía fís¡ca,] indicó una edad mayor
fue pintado coñ pigñento rojo; quizás fue se,
o simbólicos,
máBicos, de los objetos
(
de 60 años, que supera la esperanza
pultado con un florero, un¿ cop¿ esculróric¿
depocilados en la turnba. tas car¿cterírtrcas
en form¿ de cabeza de felino, ¿si
funcionales de aquellos con huellas de uso
de Virú fue entonces un
como un cántaro escultórico en
pueden revelar las actividades que el indivi-
hombre muy vieio para
forma de lobo marino (Fig.4).
duo real¡zó en vida. La decoración guarda un
(
El niño destaca por el cráneo
vínculo probable con la función prevista para
y los incisivos
I
cada objeto y se convierte en una fuente de
deformados a manera
infoimación adicionallunto con la forma y las
rituales de cerámica y mates que aparecen
pintado\ o esculpido. con las representaciones de diferentes ceremonias.
órganor internos delineados-
La
de v¡da de la época.,a El Señor
Ia época, un récord para el
mundo mochica, comparable solo alViejo Señor de Sipáñ.2s
¿ños de edad. urn I'ombre que m¿damenre l¿
telid ¿pro\i-
r;sm¿ edad y ur niio.
deforme
de colmillos.r.
El buen estado de conseúación
a veces
huellas de uso conservadas en las piezas. Las
(
I
(
I
I
ofrendas que carecen de ellas posib¡emente
I
fueron fabricadas y depositadas ex profeso
I
para este eveñto, con el fiñ de propiciar el
I
tránsito ¿l más allá. y/o la tr¿nsfiguración
del difunto en un ancestro o incluso eñ un dios. En todo
I
I
caso, la decoración de las vasijas
-si
está
presente-
perm¡te contrastar esta hipótesis, que ganaría validez si las escenas se
relacionan de manera comprobable con las creencias escatológicas y coñ los ritgales de
enterramiento.rs
296
9'ÑORES DE LOS REINOS DE LA LUNA
I
I
I
I
I
fabrica-
mos logrado comp.obar fehacientementejo que
unafuentede
al6unos de los objetos, que destacan por una
¡nformacióñ potencial sobre la personalidad (o
decoración panicularmente ref inada y compleja
pudo adquirir
desdeelpuñto de vista iconográfico, fueron usa-
en el más allá, de acuerdo con las creenc¡as y
dos en distintas cerernonias y dejaron huellas
La iconografía de
lasofre¡das
dasespecialmenteparaestefin
fu nerarias
es
las personalid¿desl que el d¡funto
los deseosde los encargadosde la
pompafúne-
vinculadas
a gestos y posturas repetitivas. Entre
4. Ofrendas de cerámlca asociadas al guardián de la tumba del sacerdote de Huaca de Ia Cruz. Museo Nacional de Arqueo¡o8ía, Anrropología e Historia del Peni, tima. Fig.
o los sacerdotes. y en rel¿crón
ellos destacan tres botellas con asas estribo
con 5u pos¡ción política. Un análisi5 descraptivo
decoradas con tres temas diferentes;r, su forma
"denso'., hecho con la finalidad de reconstrL¡ir las secoencias narrativas y las identidades de
part¡cular, frente a otÉs utilitarias como ollas
los protagonistas de las escenas puede revelar
menos una de las botellas ofrecidat al anciano
alBUnas tramas de las creencias escatológicas y
señorfue confeccionada especialmente pala ser
de losritualesde la deificación de los gobernan-
una ofrenda fuoeraria, ajuzgarporsu estado de
Fig.
tes.r, S¡n embargo, hay que tener presente que
conservación (Fig. 8).
el material con el que se elaboró el objeto
es
llas de uso companr)n el tipo v la distribución
de caza de venados en relieve. Los persona,es están ataviados como ricosguerreros¿ conarmas y escudos. Museo deArqueolosía, AntroPolosía
b_e. los deudos
o cántaros, llama la aiención (Figs. 5, 6, 7). Al
Las tres botellas
con hue-
un factor l¡mitante para el estudio de las h'rellas
dehuellas de desgaste porabrasión en elfondo,
de uso, por ejemplo, ellas son relat¡vamente
y sin embargo las bases careciarl de desn¡veles
fáciles de detectar en al8unos casos, como el
pronunciados que pudieran explicar el desgaste
de la cerá.nica.
En
el anális¡s de los materiales
recuperados en la tumba del Señor deV¡rú he-
EL SACERDOTE '
LECHI]ZA, DE NUACA DE LA CRUZ
de
u
na parte específica. Este tipo de deterioro se
explicaría por el gesto recuÍente del oficiante
Fig.5. Botella asa estribo moch¡ca con la representación del sácrificio en la montaña. Los prisioneros son desbarrañcados desde la cima, precipitándose a su muerte. Museo de Arqueologia, Antropología e Historia del Perú, Lima.
e
6.
Botella ara estribo mo€hicacon escena
Hinoria del Ped,
Fit.7.
L¡ma.
Botella asa estribo mochica que
repaesenta un tubérculo antropomorfizado. Museo Nacional de ArqueoloSía, AntropoloSía e
Hiforia del Pelú, Lima.
297
( (
d d é é é é
C
¿ V Fig.8.
Botella asa estribomochica que representa a I Mel lizo Terrestre con el roslro arrugado,
tocado de zorro y cuchillo ritr.ral en la mano. Museo Naciond d" A¡oueolog.a Antropolog_¿ e Historia del Perú, Lima.
> I:8.9.
Sdcerdores .o.¿ ndo rlrrrumenros musr-
cales. Los tocados de lospersonajes principa¡es representan a un zoÍo y Lrn ave. En el entierro
del sacerdote se encontfaron restos de ambos tipos de tocado (Redibujado de Kutscher I9e3l 155)_
escena de combate (Fig. 11). Originaimente existía un ave o iobo marino tallado en la pade
más alta y es probable que se haya roto con
.t!a -,;..¿
úno o más golpes que habrían afectado otras
ri
partes de la porra. Elremate decobre es largo,
con sección cuadrangular y fabricado con molde, y
La comprobación del uso por medjo de las huellas de desgaste
es más
difícilen ei caso de
los metales debido a la corros¡ón que afecta su
de depositar y sujetar las vas¡jas co locadas sobre
la arena frente a él durante algunos rituales, como actualmente hacen los cr¡randeros con sus «cuentas» en la «mesa»3,
superf¡cie. En el caso de Ia nariguera fue fácil porque las huellas eran muy evidentes en la
co¡ huellas de deterioro por
uso en
la punta. Las huellas indican que la porra fue u>dda en 9J fLrncion primigeni¿ como ¿rma, sin
e
poreldifunto
perdido varios segmeñtos del engaste de
--{ue
es la más
conocida-
es
huellas de repa.ación.,, Las placas cuadradas
cobre todavía conserva la mayor parte de los
de cobre dorado y las tiras largas de metal
elementos metálicos, a diferencia de las varas
parecen haber sido fabricadas exclusivamente
anteriores. Las huellas de desgaste aparecen
como ofrendas funerarias.
clararnente en el fifo de la azada que sirve de remate en la punta inferior3'
rados coo materiales o-rgánicos, solo encon-
La maycr parte de las ofrendas que probable-
trarnos las varas. Sin embargo recientemente
meñte fueron usadas en vida, o en todo caso
se ha logrado descubr¡r y rertauÉr el tocado
no lueron fabric¿das par¿ el uso fu¡er¿no.
a
>
por su tamaño, es aquella que representa una una punta de cobre como remate de la base
11. Esce¡a de combateen eJextrerno superior de una vara de madera con forma de porraM.6eo \dcronal de A¡qu"otogid. {nrropologra e Historia del Perú, Lima.
>
Fit. 12. Representación naruralista de una
perderse o ret¡rarse antes del entierro, lo que
Siguiendo el probable orden de colocación de las ofrendas, la segunda vara representa una porra, en cuya parte Superior
se ha
tallado una
Dios serbr¿oor. E\r.emo rúperior
>
al igual que las otras dos varas, pero pudo sÚ8iere su uso intensivo.
l0
semipreciosas
ubicación en relación al cuerpo del difunto, y probable que haya tenido
Fi8.
de una vara de madera decorada con piedras y fragmentos de metal. Museo Nacional de Arqueología, Antropolotía e Historia del Perú, Lima.
cerámica (Fig. 9).ra La vara que destaca por su
Es
e
e
C C
É
a
e e
I
C
pesar de que los tocados de este tipo son muy
lechuza(Fig. 12).
¿ é
a
Iobos marino§.
la del Dios sembrador (Fig. 1O). Aunque ha
conocidos gracias a las representaciones en la
c
C
Eltocado en forma de zorrotambién fue usado
con las cabezas de ave, el cual es único,
é ¿
duda ritual . Porras muy sim ilares se enc uent¡an
La tercera vara
Cuando tratamos de ubicar los objetos elabo-
C C
en las manos de cazadores de venados y de
sección que se introduce en el tabique nasal.
pr.,le., según 5rrong y Ev¿ns, tení¿
c
FiB.
lechuza en el extremo superior de ot€ vara de madera del a¡ciano sacerdote. Museo Nacional
de Arqueología, Añtropología e História del Perú, Lima.
e
C C
I C I i C I
e
C
¿
e
298 SEÑORES
DEToS Rt.]Nos oE LA LLI¡.¡A
I
I
a
1¿
á,
se ubican en el lado derecho del individuo,
al que podemos llamar Saaerdote Lechuza es
cae sobre la espalda. Los personajes con este
dentro del ataúd de cañas, y al pie del mismo.
particularmente recurrente.
tipo de vestido son en algunos casos de sexo
En
femeninors y en otros de sexo masculino. Los
cambio, varias piezas localizadas en el lado
rzqüierdo p¿re.én tener funciones
e\clJ.,\¿.
mente funefarias.
r..rso,
prnLores oe Irne¿ rina que decordb¿n l¿9 \¿srt¿<
PERSONATIDAD
ceremoniales ponían un paft¡cular empeño eñ
ICONOCRÁFICA
L¿ aüsenci¿ dp armas
huellas de
tA
d.
guerr¿. (on o crn
e incluso de sus miniaturas
resaltar las profundas arrugas faciales, siBnos
Y TAS ACTUACIONES
de edad avanzada (Fig. 13). Una relación muy
DEt SACERDOTE LECHUZA
particular y estrecha se establece entre esta
El Sacerdote Lechuza es un personaje carac-
clase de personajes
fícil la atribúción de alguna función guenera
terístico de la ¡conografía mochica debido
al anciano de Virú, como sugerían Strong y
su \estido
--que están presentes
en otras tumbas de
élite
mochica-,16 y de los típlcos cascos, hace di-
y las aves nocturnas.
En
a
algunas escenas la cara humana es sustituida
la presencia Lon\tanre del l;ti8o
por la del ave. En otras, el ave misma, vestida
las
que sostiene en una mano. se caracter¡za por
con prendas humanas, actúa como si fuese un
porras lo relacionan más bien con actividades
llevar una larga túnica y una manta frecuen-
orici¿nte. S' bien
sacerdotales. En la misma dirección apLlnta la
temente cruzada sobre
Eváns. Los tocados. las varas
e incluso
)
torso, sin cinto.rT
se representa posiblemente también al búho, esl¿mos convenc'dos dF que nuestro persooaje
eT
E¡
rnrer'or de la cámara. en la que el personale
de la cabeza están cubiertos por un velo que
HUACADE LA CRUZ
cono8rafia ¡och¡c¿
tocado en forma de turbante y bueña parte
iconografía de los objetos depositados en el
EL TSACERDOTE LECHUZA, DE
-n la
adopta los rasgos de una lechuza.
299
La lechuza es un ave rapaz pequeña que caza
habilidades para
la caza de animales que v¡ven
de estos .colegios, atendía las necesidades
de noche entre las 6 p.m. y las 5 o 6 a.m-, al
en las entrañas de la tierra, han permitido que
del culto de las deidades de los cerros y del
su
se ident¡fique a la lechuza hasta el presente
cielo diurno, mienfas que el otro, integrado
mayor tamaño y por llevar en la cabeza plumas
con los shdm¿nes. pero est¿ identrfic¿cior
por los sacerdotes lechuza, entre otros perso-
en forma de orejas. En la costa existen hasta
también se explica porque la lechuza simbo-
najes, se dedicaba a las ceremonias en honor
cinco especies de lechuzas, pero parece que
liza sabiduría y la visión del más allá.*
Los
de las deidades del mat del subsueio y del
en la vara se representó a Ia lechuza de los
documentos coloniales mencionan con cierta
cielo nocturno; de ahí que ciertos sacerdotes,
campanarios (Tyto alba contempta), una de
rrecJenci¿ .d lr¿nsfo'm¿(ión de
las especies menos comunes, que prefiere los
ros» en lechuzas.ar
lugares altos para anida¡ incluyendo las hua-
Los sacerdotes lechuza integran una clase
cas, y que puede reproducirse durante todo el
más amplia de figuras humanas encargadas
año. Otra especieqLre puede ident¡ficarse con
de diferentes ritos y que cornparten el mismo
nuestro personaje es la lechuza de los arenales
t¡po de atr¡endo de túnicas largas y turbantes.
Átheoe cunicularia nanone¿,. que es ld rnás
No hayconsenso acerca de la función y la po-
común y que anida en las huacas, los arenales
sición social de estos personaies que difieren
y los campos cultivados.r,
diametralmente de Ios guerreros, cazadores
agual que
Su
el búho, que se diferencia por
comportamiento nocturno y otrai caracte-
los
hechice-
ostentaban características y atributos de sha-
htricia
el canto y
presencia recurrente en su atuendo de collares
que el protagonismo que asomen todos estos persondjes en las ceremonr¿s'nultitudrnarras, que se realizaban con frecuencia en las plazas y en la cima de las pirámides en loscentros ce-
remoniales, no guarda relación
Lr
a¡monía con
la personalidad de un shamán, elespecialista
Lyono, los consideran shamanes por la
de nectandra y sonajas, la ceguera y algunas malformaciones del cuerpo (p. ej. joroba), así como por el papel central qr-re eltos desempeñan en la
cr-rra
<
Fi8.
13.
Vaso retrato que repfesenta a un per-
hanenfatizado las arugas de su rostro y la posición de los labios que remejañ u¡ pico. Estilo mochica. Museo son aie de rostro arrugado. Se
Larco, Lima-
y la preparac,ón
de los cuerpos de los difuntos para
Fig.
14.
Representación de laescena de Lanzase encuentran
miento de flores. Los sacerdotes
el sepeiio.
Krzysztof Makowskiaj destaca
que se kata de un grupo
cerca del peconaje principal, custod¡ando cántaros en la parte inferior y participando de la ceremoniá (Redibujado de Hocquenghem 1983: Fig.2c).
numeroso,rnternamente
)
diferenciado, que se manifiesta eñ algunos coñtextos
ceremoniales dividido en dos ocolegios sacerdotales»
opuestos. sus integrantes ocupan distintos espacios techados, ubicados uno frente al otro.
Las características de los atuendos sugieren
300
manes. Makowski considera, sin embargo,
o pescadores. Anne Marie Hocqueñghem y
rísticas particulares, como el vuelo silencioso, sus
probablen ente e(peci¿liz¿do. en la magia,
-según
este
autor-
que uno
tig. 15. Representación de laescenade Carre' ras- fl sacerdote de rofro arrugado sostiene el «láti8o, freñte al personaje principa y recibe a las criat!ras añfopomorfizadas corredoras (Redibuiado de (utscher
Fig.
16.
1
983: 2951.
Representación de la escena de Ofren_
da líqlrida. Los sacerdotes cuidan las ofrendas m¡entras otro las presenta. La diferencia de tocados y funciones indicaríán la existercia de mis de ur , coiegro s¿ce-dotá1, ,R.d¡bu,¿do ,le Larco 1939: Lámina XXXI).
.iEÑORÉS OF LOS RE]NOS OE LA LUNA
ttt-
tt ttt tt tt
tD
h F t -
Tras la revisión de las representaciones desacer-
dotes lechuza y de lechuzas realistas o míticas,
,&i
-
T v -!
concordamos en general con las opin ones de
,iü+
Makowski. Nuestro corpus comparativoaa
se
"i*)ft§i
org"n za de m.i-e,r _¿turd, er tres grLpor
a)
Actividades rituales de la éliie.
it$ /ffi*r
b)
Activldades y escenas míticas que solo involucran al Sacerdote Lechuza.
c)
Representacio¡es del Sacerdote Lechuza o de la lechuza sin el contexto narrativo o
-
escenario explícito.
E 4 -E D -D
D -D -¡,
at E ¡, ¡,
F
primer Brupo. el Sacerdote Lechuza irene un roJ secundario noioriamente disminuido en En el
comparación con los persona]es principales. Por ejemplo, en las escenas de Lanzamiento de llores se representa en tamaño rnuy peque-
ño y apa¡enta ser uno de varios oficia¡tes en este rito (Fig.
14)
En la escena de las Carreras
solo está presente en dos ceramios, y parece ser uno de los oiic antes que recibe a los corredores (Fig.
I5i.
En Ia escena de La Presen
tación aparece solame¡te en una vasija y está ubicado en un segunrlo plano custodiando (a) un grupo de cántaros. En las escenas de religloso que reside y manifiesta sus poderes en
lugares:oarado..
!
oLe uo.
.olun.d
p¡opra
ofrendas de allmentos los sacerdotes lechuza de un traje característico suelen caracierizar
a
la i¡stítución del sacerdocio mochica. Aunque
están ubicados detrás de la actividad principal, y también aparecen asociados a un grupo de
se margina de la comunídad de los moñales.
algu,los de los mÁrodo. y p.ocod.mi"nro, n
Los indivlduos vestidos con túnica Iarga y tur-
gicos que emplean los persooajes masculinos
b¿nte se desemoeñan como pontífices en los
con túnica larga encuentran paralelog etno-
a un grupo de individuos que está capturan-
actos de oienda de sangre de los humanos y
gráficos en las actividades de los curanderos
do a uno de estos animales mieñtras que los
d" d
roao o"l
a
cántaros (Fig.
l6).
En la escena de Caza de
venados, uno de ellos se encuentra m rando
los animales sacrificados; también participan
m,¡derro,
,v or8anizan bailes fltuales, cacerías ceremo,
estas comparaciones no son sulicientes para
estrados y sostienen porras (Fig.
niales, ritos festivos y carreras; y conieccionan
identificar a los shamanes de las sociedades
de las escenas de Danza, un posjble Sacerdote
los elementos de la parafernalia de culto y los
fragmentarias con los encargados del cLrlto
Lechuza, con un tocado atípico de plumas
brebajes rituales, particularmente la chicha.
institucionalizado en la compleja sociedad
pero que sostiene el látigo característico, csrá
t,h
mochica.
de pie detrás del utrono,.
espe. ru dc. omo.t.nci¿s
) .¡
pre.enc,,r
o.td
)
c:er.¿
Pcru,
protagonistas principales están sentados en
I7).
En una
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L-
IL,SACSiIi]OIE LECHUZA. DE HUACA OE LACRUZ
301
E
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I
é
a
I elsegundo grupo de,mágenes, el Sacerdote
En
nrochica.
Es
u¡
lado, a la avanzada edad del
Lechuza o las l-.chuzas antropomorfas ocupan
se deba, por
ei luqar principat cudndo Ln;l. ^rr , ornp¿nid de otros personajes (iguana, murciélagos,
individuo, y por otro a su condición de sacerdote. Sin lugar a dudas, no todos los roles
muertros, niiros). Las representaciones de esie
sociales que este inciividuo desempeñó durante
grupo son las que eñcuentran mayor número
su larga vida fueron recordados con oírendas
de paralelos en la iconografÍa de las ofrendas
y actos rituales reconocibles e interpretables
de
por los arqueólogos. EI énfasis fue puesto cn
a L-nba del
a1(i¿rosdcerdotede\rri.
su condición socral
tA POSICIÓN
al momento del
deceso.
Los ancianos, al iBual que los niños, se ubican
SOCIAT
ciedades tradicionales, como lo señala Hertz.a5
crucede informaciónprovenientedel entierro
De acuerdo a este escenario interpretativo, la
del anciaño de Huaca de la Cruz con los datos rLono8'jfrcor nos rlpva J .orcluir qJe cct{" in-
calidad y el número de ofendas en la tumba
dividuo ejercía en vida funciones sacerdota¡es
al momento de su deceso, mientras que
de rango subalterno, lo que concuerda con la
sacrificios son el reconocimiento de los méritos
simplicidad de la estructu
pasadosy actos preparatorios para su nuevo rol
ra
funeraria,
a
luera de la comunidad de los adultos en las so-
DEt SACERDOTE LECHUZA El
é é é é é é é é é
probable que esta incongruencia
¡as esca-
coresponden
a la
I
a
posición política del anciano los
<a. ofrend¿s y su b¿ja c¿lid¿d. en compJ¡¿cidn
comoancestro. Porotro lado, hay que tomaren
con otros contextos funerarios.
San embargo,
cuenta posib les diferenc ias de estatus Centro de¡
existe una apafente incongruencia entre esta
cuerpo sacerdotal. Henrique Urbanou6 extrae de
conclusión y la presencia de cuako individuos
las fuentes coloniales ¡nformación relevante:
sacriiicados y dos llamas quecorrieron la misma
los sacerdotes que ejercían sus funciones por
suerte. Estos aparecen por lo
tener ndones ñaturales» eran calificados como
Seneral en losentierros de
geñte (baja y
individuos de alto esta-
que procedian de linajes nobles y debian su
tus de la sociedad
poder de portílice a ld5 impli( ¿nci¿( poliiicas de su origen.
é
vil', en comparación coo
los
é é Es muy probable
que el anciano sacerdote
de Huaca de la Cruz tuviese un homóiogo en el valle de Moche, y este sería el individuo excavado por Max Uhle en la célebre plataforma ceremonial ubicada al pie de
la Huaca dc la Luna.
Las razones son la5
siBUientes. La tumba contenía cincuenta y nueve vasijas, de las cuales veintidós eran de
meior calidad y complejidad iconográfica, y fueroñ publicadas con ilustraciones. De este número, más de la mitad, trece especímenes, guardan relación i€onográfica con las ofrendas halladas en la tumba del
anciano de Huaca de la Cruz.nT Adicionalmente, se sabe gracLas al estud o de Lawrence Dawson
y leff.ey
Boynton,+s que nueve
vasiias tienen el característico desgaste en el fondo y que algunas
de ellas ofrecen buenos paiale os
302
sEÑORE5 DE LOS REINOS OE LA LL]NA
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para las ofre¡das de Huaca de la Cruz.e Es evidentF que e\isten dilerenc'as LLa'itdtiv¿'
y cuantitativas entre ambos contextos/ pero estas son fácilmenie entendibles por los con_ tragtes inevitables que existen entre el centro
político mochica más importante y un centro provincial. Durante cincuenta años se identificó al individuo del contexto funerario 16 de Strong y Evans como
un «Sacerdote QL¡s¡¡g¡g», y
el
de los conquistadotes mochica del
"último \¿'lp de V,rú,. A p¿rrir de nüeslro análisis \ revisión concluimos más bien que
9e
trata de
un anciano que desempeñó roles sacerdotales en la sociedad mochica, probablemente
debido a sus habilidades par¿ servir de nexo con los muertos y el mundo Sobrenatural. Se tr¿idri¿ de u.l ind'viduo qr're ño pertene(ia a Ia él¡te gobernante Pero que Eozaba de reco-
nocimiento social, y que al morir no recibió el recoñocimiento corporativo que brinda
a
la
sociedad
los entierros de importancia nestatal',
sroo tan solo I¿s ¿tencione' deb das ¿ alEuien
que en su mejor época tuvo poderes que lo podrían convertir en un ancestro útil pero potencialrnente peligroso 1Fi8s. 18, 19)
I7.
Representación de ¡a escena de Caza Fig. de venados. Los sacerdotes participan en la ca_ cería con varas y redes (Redibujado de Donnan y McClelland 1999: Fi8.4 89).
Fig. 18. Sacerdole con rostro de lechuza. Botella ása estribo de esiilo Mochica. Museo
19. Sacerdote coa rostro de lechuza. Bolella asa e5tribo de e9tilo Mochica. Nótese que tiene un turbante diferenle al del sacerdote de la fitura a¡terior. MLrseo Larco, Lima. Fig.
303 EL.SACERDOÍE LECHUZA, DE HUACA OE IA CRUZ