El Nevado de Huaytapallana

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El Nevado de

Huaytapallana Colecci贸n - Literatura ecol贸gica

Jaime Quispe Palomino

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El nevado de Huaytapallana



El nevado de Huaytapallana

Jaime Quispe Palomino


El nevado de Huaytapallana Jaime Quispe Palomino

Es una publicación de: © Jaime Quispe Palomino Dirección: Jr Bruno Terreros N° 1521 AA. HH. Justicia Paz y Vida - El Tambo - Huancayo

jaime-quispe@hotmail.con

Ilustración: Rosmery Quispe Anchiraico (Burbuja) ISBN: 9786124601361 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: N° 2015-10111 Agosto 2015, Primera edición

Tiraje: 1000 ejemplares

Editado e impreso en Editora Imprenta Ríos SAC Jr. Puno 144, Huancayo Editado e Impreso en Perú / Printed in Peru

Queda prohibida cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización del titular de la propiedad intelectual.


INTRODUCCIÓN

El sistema educativo de nuestro país tiene como uno de los grandes desafíos promover el nivel de lectura en la población escolar. La pasión por la lectura es un reto importante para los niños porque se convierte en una herramienta para aprender en la vida, analizar críticamente la realidad, interpretar el contexto social y generar una escala de valores. Esta pasión por la lectura tiene que despertar curiosidad en el niño para conducir su interés por el camino de la exploración y generar consiguientemente la transformación de una sociedad más 7


humana. Nuestro país se prepara a cumplir una meta para el año 2021, en la celebración de los 200 años de la independencia del Perú, de celebrar también la independencia integral de sus habitantes. Por eso el niño debe manifestar libremente la capacidad de disfrutar la lectura porque tiene que sentirse liberado de las cadenas de la ignorancia, del conformismo y la incapacidad. Propongo a la niñez esta publicación de una serie de fascículos, a través de la Literatura Ecológica, que despierte desde nuestra realidad, además de la pasión por la lectura, la conciencia ecológica de proteger nuestro planeta que, en estos últimos años, ha sido deteriorado gravemente por los fenómenos de alteración climática. Invito a los niños a recorrer conmigo esta aventura literaria en medio de la naturaleza y contemplar todo lo que hay a su alrededor; y, también, lo que está desapareciendo como consecuencia del cambio climático. Jaime Quispe Palomino.

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EL MAJESTUOSO HUAYTAPALLANA Y LA SIRENITA

Es un diรกlogo entre el Nevado de Huaytapallana, reserva glaciar de agua y la sirenita, personaje legendario de las lagunas. Diรกlogo que expresa la preocupaciรณn por la desglaciaciรณn de los nevados, la disminuciรณn de agua en las lagunas y la mala 9


administraci贸n del l铆quido elemento.

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1.- DESCRIPCIÓN Desde los 4800 hasta los 5768 metros sobre el nivel del mar, aproximadamente, se encuentra el Nevado de Huaytapallana; formando parte de la Cordillera Oriental de los Andes Centrales del Perú. El ancestral Huaytapallana, denominación dada por nuestros antepasados, proviene de dos vocablos quechua: huayta que significa flor y pallana que significa recoger. Conocido como el lugar donde abundan las flores y pueden recogerse en cantidad. En las quebradas y ciertas temporadas del año, crecen plantas como el sumaychun11


cho, la lima lima, la wila wila y otras más que poseen bondades curativas. El ancestral Huaytapallana ha sido considerado antiguamente el centro espiritual apu tutelar Wallallu Carhuancho, convertido actualmente en nevado. En el inicio del nuevo año, según el calendario andino, los layas o sacerdotes andinos realizan ceremonias de pago a la pachamama y al dios Wuallallu Carhuancho. El propósito de sus ofrendas consisten en pedir su protección, los buenos cultivos, abundante agua y vida sana para sus habitantes; además, piden un clima benigno a los elementos fundamentales: el agua, el fuego, el viento, la tierra. La recolección de plantas tenía significados tradicionales y costumbristas en relación a la pachamama o mamapacha. Las personas colocaban en sus sombreros pequeñas ramillas de plantas para identificarse con los frutos de la madre tierra, para 12


indicar la temporada que se vivía y como signo festivo de fertilidad del campo y los animales. A partir de esta tradición, los hombres visitaban asiduamente este lugar, disfrutaban la belleza del paisaje y se encontraban con el origen de las aguas que les alimentaba. El área total de la zona se extiende en sesenta kilómetros cuadrados, aproximadamente. A partir de estos nevados se deslizan las aguas para formar, aproximadamente, veinticinco lagunas que varían en tamaños y colores. Los colores más característicos son el negro, verde, azul y turqueza. Una vez que las lagunas hayan acumulado sus aguas, por las desembocaduras, dan origen a los ríos que recorren kilómetros de distancia. Los ríos se convierten en alimento para la agricultura, la ganadería y 13


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potabilización del consumo humano de los pueblos y ciudades que encuentra a su paso. El río Shullcas, que tiene su origen en la laguna de Lasuntay y Chuspicocha, es el más conocido al trazar su recorrido por el centro de la ciudad incontrastable de Huancayo. El río Yanacyacu, que comienza en las lagunas de Cochagrande y Carhuacocha, traza su recorrido hacia el encantado pueblo de Pariahuanca. El río Chiapuquio y muchos otros más de corto y largo recorrido, pequeños y grandes, tienen su orígenesen el majestuoso Huayapallana. El Huaytapallana es un complejo de nevados altos y bajos y un conjunto de quebradas que hacen atractivas a los visitantes. En este lugar nace la preocupación por la deglaciación de sus nevados y la notable disminución del agua en sus lagunas.

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2.- NARRACIÓN - Me encanta el invierno –dijo el sabio Nevado de Huaytapallana con voz gélida, testigo de la historia por tiempo imperecedero y envejecido por los fenómenos climáticos suscitados en estos últimos tiempos. En temporada de invierno, el hielo se conglomera en los glaciares y montañas que se prolonga hasta las faldas de los cerros, brillan con el aliento de vida como un padre se alegra ver al hijo de sus entrañas. - ¡Qué contenta me pongo, padre querido, al escuchar tu voz que destila por las nubes, las aguas cristalinas que corren por 17


los riachuelos y se unen para formar las lagunas! –dijo la sirenita contagiada por la alegría que sentía el majestuoso Huaytapallana-. ¿Qué será lo que te alegra esta mañana que a mí también me pone contenta? –preguntó con voz encantadora. - Saber que la vida me sobrepone en gracia y abundancia –respondió fulgurante el Huaytapallana. - ¿Y qué es la vida? –preguntó la sirenita porque quería beber de las fuentes de la extensa experiencia y sabiduría del majestuoso Huaytapallana. Mientras tanto se sumergía en las aguas de color turqueza que contenía la laguna de Lasuntay. - La vida es como una pequeña gota de agua que destila de mis entrañas –decía en tono pausado y reflexivo por los años de experiencia que tenía-. Nace como un regalo tan hermoso, se desarrolla dejando a su 18


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paso huellas en la historia, se hace testigo de muchos acontecimientos, voz de todo lo que existe, sonrisa en la alegría, amiga en la tristeza y desesperación en las adversidades. Van aumentando, al juntar las otras gotas de vida, en riachuelos de experiencia y aprenden a superar las barreras del espacio y el tiempo; llegan a la madurez cuando forman ríos cargados de experiencias del pasado, transcurren el presente viviente y se proyectan al futuro con el sueño de un mundo mejor –lo decía por todo lo que había vivido, de los sucesos que había sido testigo y por la esperanza puesta en el hombre, maravilla de maravillas de todo cuanto existe. - ¿Por qué te alegras al ver a los hombres y suspiras alegremente por ellos? –preguntó la sirenita como una niña pregunta a su padre queriendo desentrañar el bagaje de sabiduría que llevaba dentro de sí. 21


- Porque ellos se benefician del abundante agua que yo produzco –explicaba lo necesario y lo complaciente que era con los hombres; a quiénes consideraba sus hijos predilectos-. Aguas que salen de mis entrañas, gota a gota, las alimenta y da vida –especificó el majestuoso Huaytapallana. - ¿Verlos te hace feliz? –preguntaba la sirenita que, a cada momento, quería alimentar sus conocimientos de la ingente sabiduría y la vasta experiencia del Huaytapallana. - Yo soy el padre que cuida de sus hijos y los alimenta constantemente –dijo el Huaytapallana dando un suspiro profundo; luego, se dirigió con mirada complaciente al valle donde habitan los hombres-. Cuanto más se cubren de nieve mis cerros más se benefician los hombres –lo decía de acuerdo a las experiencias tenidas en las temporadas pasadas que por lo general habían sido fa22


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vorables; solo que en estos últimos tiempos han variado de manera considerable hasta correr el riesgo de desaparecer. - ¿Quiere decir que en verano, cuando no hay mucha nieve en tus cerros, los hombres adolecen del líquido que brota de tus entrañas? –preguntaba la sirenita que quería saber más. - Hasta los ríos se entristecen por el bajo caudal de sus aguas que salen de mis entrañas –decía el Huaytapallana con voz apagada-. Se sienten abandonados y callan desanimados -añadió. - Afortunadamente los hombres beben de tu fuente abundante –dijo la sirenita tratando de recomponer los ánimos del majestuoso y sabio Huaytapallana que se había puesto triste por la cruda realidad que estaba atravesando. - Tendría que ser así –dijo el Huaytapallana aprobando lo que decía la sirenita-. 24


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Los hombres se están volviendo muy mezquinos al punto de limitarse, inútilmente, entre ellos, el consumo de agua a falta de una buena y eficaz administración –criticó la mala administración y suministración del agua. - Es cierto –repuso la sirenita–. No pueden limitar el agua diciendo que no hay; cuando sobre ti pesan gigantescas reservas de agua –decía mirando a su alrededor toda la cadena montañosa de nieve–. En tus espaldas y en tus costados, donde nosotros vivimos, también hay reservorios de agua. Se llama reservorio a las veinticinco lagunas, aproximadamente, que están dispersadas por el lugar. Mencionemos algunas como Chuspicocha, Lasuntay, Azulcocha, Carhuacocha, Putcacocha y otros más. - Nuestra tristeza, también, es por el fenómeno del recalentamiento global que afecta los glaciares y nevados; y ponen al 26


descubierto nuestra triste realidad –dijo nostálgico el Huaytapallana. - ¿En qué consiste el fenómeno de recalentamiento global? – la sirenita interrumpió con esta pregunta porque la afirmación parecía novedosa y compleja; pero a la vez sugestivo. Quería saber más. - Los glaciares, rocas de hielo solidificadas por siglos y siglos, están agotándose y perdiendo su estado natural. Los glaciares están desapareciendo y el agua, poco a poco, se va agotando –explicaba el Huaytapallana los sucesos que estaban aconteciendo en el transcurrir de la historia del planeta que es nuestra casa común. - ¿Debido a qué se produce este fenómeno? –continuó con su pregunta la sirenita. - El fenómeno de recalentamiento global es una consecuencia del grave daño ocasionado a nuestro planeta –respondió el Huaytapallana-. La capa de ozono, que nos 27


cubre de las radiaciones peligrosas del sol, se ha debilitado y por otras partes destruido -aclaró. - ¿Qué quiere decir eso? -preguntó la sirenita volviendose a dar una y otra vez chapuzones en las gélidas aguas en la laguna de Lasuntay. - Eso quiere decir que la fuerte radiación solar ya no pasa por un filtro sino que transmite sus rayos directamente sobre el planeta y el ser humano. Entonces el sol se hace nocivo para la salud de todo ser vivo –compartió el Huaytapallana preocupado de estos acontecimientos alarmantes y las devastadoras consecuencias que pueden ocasionar en el futuro más inmediato. - ¡Qué pena! -dijo la sirenita con la voz desafinada por la tristeza que embargaba su corazón. - Este fenómeno de recalentamiento global, también, se está dando por la con28


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taminación del parque automotor –el sabio Huaytapallana extendió su comentario por considerarlo necesario ya que es uno de los causantes de este fenómeno–. Los sonidos fuertes y ensordecedores de los vehículos llegan hasta nosotros como si estuvieran clamando misericordia; el humo con sus olores nos llegan como si fueran los pregoneros de muerte. Estos efectos de contaminación van alterando el estado normal y natural del planeta, elevan la temperatura y la conducen hacia un recalentamiento global. - Quiere decir que los hombres van perdiendo la conciencia de mantener el medio ambiente sano y saludable –concluyó la sirenita. - El efecto contrario es el fenómeno invernadero –continuó explicando el Huaytapallana, después de haber suspirado profundamente hacia lo alto de las nubes. - ¿En qué consiste este fenómeno? – 30


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preguntó inquieta la sirenita con ganas de querer saber más. - Los hombres hacen la tala indiscriminada de árboles –dijo el Huaytapallana indignado. Es que los hombres se preocupan solamente de la explotación de los bosques para la industrialización y el uso doméstico de los árboles, sin hacer nada por reforestarlo; dejan, por consiguiente, terrenos agrestes que descompensan la temperatura medio ambiental-. Se benefician irracionalmente de algunos animales del campo –como la rana, el sapo, el grillo y la mariposa que se preocupan de su propia reproducción; y el hombre es quien pone en peligro su existencia -aseveró-. Al adolecer de estos componentes naturales se altera el factor climatológico, ocasionando los fuertes fríos cargados de vientos, heladas, granizadas y otros. -continuó poniendo ejemplos-. 32


- Las plantas y los árboles tienen la función de mantener la temperatura estable del medio ambiente –dijo la sirenita en tono reflexivo-. ¿Al no haber árboles y plantas se altera el ecosistema? Se preguntaba asi misma y quedaba pensativa. - Se puede experimentar claramente en las variaciones climatológicas de las estaciones durante el año –dijo el Huaytapallana. -¡Pero, eso afecta a los mismos hombres! –dijo sorprendida la sirenita; en el instante, quedó otra vez suspendida en el pensamiento al saber que es el hombre quien daña al mismo hombre y el ecosistema circundante. - Hace poco que, también, se ha comenzado a hablar del fenómeno del oscurecimiento global –continuó el Huaytapallana; aprovechando el silencio pasmado de la sirenita. 33


- ¿Y ese fenómeno? –preguntaba la sirenita confundida y perpleja imaginándose que también se trataba del daño y deterioro del medio ambiente. - Los científicos han descubierto que, en el transcurso de los siglos, el sol va perdiendo su brillo, poco a poco, hasta perder su fuerza de luminosidad –respondió el Huaytapallana. - Dentro de poco ¿qué otros fenómenos complicados más estarán apareciendo en nuestro planeta? –preguntaba ensimismada la sirenita. - Estos fenómenos afectan el ciclo normal de las estaciones y; la convierten en irregular. Las lluvias desvarían, los campos se desertifican, las granizadas amenazan, los ríos se secan y hasta se habla de una escasez de agua en el futuro inmediato –explicaba el Huaytapallana; porque todos estos fenómenos influencian enormemente 34


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en la escasez del agua. - Quiere decir que el agua se hace más valiosa todavía –añadió la sirenita. - Siempre ha sido y se convertirá en el elemento más preciado –dijo el Huaytapallana manifestando que el agua, en el futuro, seria un tesoro de precio incalculable, como es en el continente de África y en algunos países del continente asiático. - Claro –dijo la sirenita preocupada-. Si los hombres no saben administrar bien este recurso hídrico, les podía conducir a un grave conflicto –dijo con visión del presente y el futuro. - Desde aquí observo los movimientos de los hombres –dijo el Huaytapallana, una vez más, dirigiendo su mirada preocupada y continuaba comentando-. Tratan de almacenar agua en sus hogares; hasta este lugar llega su clamor y preocupación de que el agua será el líquido elemento más apre36


ciado; al punto de llevarnos a una pelea entre los hombres. Tenemos que prevenir antes que lamentar –exclamó preocupado. - Tú que por muchos siglos eres el guardián de este valle –dijo la sirenita reconociendo la vasta experiencia y el incalculable testimonio que tenía el Huaytapallana- ¿crees que eso tendrá que suceder?. - No será el agua propiamente quién nos lleve a la pelea –dijo el Huaytapallana; conocedor de los problemas que estaban a la raíz de este posible conflicto y la debilidad del hombre por conseguir una solución a costo de violencia-. Serán los mismos hombres quienes valientemente se levanten en una lucha armada por la mala e injusta suministración de los recursos hídricos. Agua hay, aunque no en sobreabundancia, pero de suficiente capacidad para asistir a la población. Lo que no hay es capacidad y creatividad para un mejor abastecimiento – 37


dijo refiriéndose a quiénes tienen la responsabilidad de administrar de manera equitativa y competente. - ¿Quiénes tienen esa responsabilidad? –preguntó la sirenita preocupada de la situación. - Son las autoridades que, por principio de distribución y responsabilidad, asumen la administración mediante los municipios; hombres elegidos democráticamente para regir el bienestar de la ciudadanía por tiempo determinado. El problema está en la capacidad y competitividad por una buena administración –dijo el Huaytapallana; por razones sustentadas en la experiencia. Ellos, pues, no gobiernan con visión de futuro –continuaba refiriéndose a algunas autoridades que solamente pensaban en el presente de su trabajo. - Por la escasez del agua entre los hombres harán uso de tus reservorios y seremos 38


despojadas hasta el lugar de la muerte –dijo preocupada la sirenita por la disminución cuantitativa de los niveles de agua en las lagunas. - Entonces tendré que descargar mi ira contra aquellos que sólo quieren destruir y exterminar –dijo el Huaytapallana poniéndose en defensa de la sirenita-. Ustedes son como las bellas y encantadoras damas que engalanan, alegran y cantan las noches de luna. Eso nadie me lo quitará -sentenció. - ¿Tú nos protegerás? –preguntó la sirenita apelando la protección del ancestral Huaytapallana. - Daré mi vida por ustedes –dijo el Huaytapallana sin vacilar. - Siempre estaremos a tu lado –correspondió inmediatamente la sirenita. - Unamos esfuerzos para que nuestra existencia se prolongue en este mundo – dijo el majestuoso Huaytapallana con la voz 39


gruesa que le caracterizaba a un hombre viejo por los aùos de experiencia y sabiduría. - ‌Y nosotras, las sirenitas, seguiremos cantando y encantando en tus lagunas y en todas las lagunas del mundo, -dijo sonriente y coqueta la sirenita.

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Este libro se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Editora Imprenta Ríos S.A.C. Agosto, 2015 Huancayo - Perú



El Nevado de Huaytapallana, en pocos años, ha disminuido alarmantemente sus glaciares y se ha replegado a sus débiles casquetes polares. Este majestuoso Nevado, denominado por nuestros ancestros huancas, centro espiritual apu tutelar Wallallu Carhuancho, está condenado a desaparecer dentro de pocos años, según los últimos informes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En esta situación surge el diálogo del Nevado de Huaytapallana con una sirenita, personaje legendario de las lagunas. El tema de conversación es el cambio climático Despertemos la pasión de leer, a través de la literatura ecológica.

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ISBN

9 786 124 60 1361


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