TÉCNICAS DE ACAMPADA Capítulo 1: Introducción y generalidades La vida al aire libre Cualquier persona, independientemente de su estado físico, de salud o económico puede disfrutar alguna de las alternativas de la vida de campamento o en la naturaleza. Aún así, la vida en la naturaleza requiere algunos conocimientos, ya que significa desenvolverse en un espacio en al que muchas veces no se está habituado. Este libro sólo explica y describe técnicas y procedimientos, pero estando en la naturaleza deberá arreglárselas por si mismo. Por eso, estos conocimientos no deben ser solamente teóricos, ya que cada técnica requiere seguramente alguna modificación cada vez que se practica. Hay que estar "siempre listos"
El conocido lema de los Scouts es una máxima de probada eficacia para quienes exploran o acampan. La vida en la naturaleza supone un grado mayor de riesgos e inconvenientes inesperados que el simple trayecto de nuestra casa a la oficina. Al incursionar en ella, nos encontramos en un ambiente hostil y para el que no estamos físicamente preparados. Estar "siempre listos" es una forma de prepararse para lo que pueda pasar antes de que suceda y nos sorprenda. No quiere decir que debemos estar continuamente tensos y vigilantes, sino que es necesario estar despierto y con los sentidos alertas para evitar catástrofes. Pero el estar "siempre listo" no se agota allí. Por eso también debemos estar "siempre listos" para hacer un favor, brindar una indicación, compartir nuestra comida, nuestro cobijo o ayudar a quienes lo necesiten.
Capítulo 2: El lugar de destino Consideraciones para elegir el lugar La elección del lugar varía de acuerdo a factores como el interés, el tipo de actividad que se busca realizar, las características del grupo, las posibilidades económicas, la disponibilidad de tiempo, y muchos otros. Es muy importante considerar la disponibilidad de servicios turísticos que ofrecen los posibles destinos, así como la existencia de lugares de recreación y de aprovisionamiento de comida o combustible. La información sobre lo mencionado se halla disponible en guías turísticas o revistas especializadas. El campamento en la sierra y la montaña
El clima montañoso o serrano tiene, por lo general, una apreciable diferencia de temperatura entre el día y la noche, sobre todo en verano. Por esto es necesario prever abrigo suficiente. Usualmente es más húmedo y lluvioso que, por ejemplo, una llanura, lo que hará que necesitemos más recambios de ropa y abrigos impermeables. Los cambios climáticos son más bruscos, es decir, la temperatura baja y sube con mayor rapidez. Debemos siempre estar preparados para estos cambios. Los cambios de temperatura no siempre coinciden con nuestras posibilidades para abrigarnos y protegernos del frío. Aún en verano, esto hace que el consumo de calorías sea mayor. Para realizar un cálculo aproximado, ver el capitulo 9, referido al cuidado personal. Nuestro calzado y equipo debe adecuarse al terreno. Siempre deben calzarse con medias, ya que al ser más duros pueden ocasionar ampollas. En las zonas montañosas o serranas son frecuentes los pastizales, por lo que es necesario siempre contar con pantalones largos. La exposición al sol debe ser cuidadosa, sobre todo para los más pequeños, ya que por el clima generalmente menos cálido no es tenida en cuenta.
El agua de arroyos serranos y de montaña generalmente es potable si corre en abundancia, pero igualmente conviene tratarla con algún método de potabilización para estar tranquilos. Las caminatas por estas regiones requieren mayor preparación física y a veces equipos especiales (botas fuertes, bastones de trekking, etc.). Nunca hay que adentrarse en picadas o senderos si no se tiene experiencia o se cuenta con un acompañante experimentado. Los lagos y ríos cordilleranos, al igual que los embalses, tienen una apariencia a veces engañosa, ya que no son tan tranquilos como parecen, pueden llegar a tener grandes profundidades y correntadas inesperadas. En temporadas no estivales el agua alcanza temperaturas muy bajas, que representan un serio peligro si no se cuenta con equipos especiales. El campamento en lagunas y zonas costeras. El clima en época estival es generalmente más seco y caluroso en zonas de este tipo. En esta estación, es fundamental contar con un gorro o sombrero que proteja de la exposición al sol. Es bueno recordar que la ropa holgada de color claro es más fresca si debemos soportar mucho calor. Hay que prever mudas de ropa en actividades que hagan transpirar a fin de mantener el cuerpo seco y evitar enfermedades. El calzado debe ser cómodo y fresco, para evitar las micosis pédicas (los "hongos") y otros malestares. Hay árboles comunes, como los eucaliptos, que son riesgosos ya que sus ramas y gajos se desprenden con los ventarrones. El fuego debe tratarse con cuidado ya que la sequedad, cada vez más frecuente en las zonas costeras de nuestro país en verano, aumenta el riesgo de incendio. Los suelos de estas regiones, más arenosos, no tienen generalmente un alto grado de degradación, y por su sequedad no se recuperan tan rápidamente como los de zonas más húmedas. Por su inclinación, los terrenos costeros rara vez tienen cursos de agua de gran caudal que eliminen las posibles bacterias, por lo que la basura y las letrinas deben estar alejados de ellos. No es aconsejable planear actividades en verano durante las primeras horas de la tarde, por el intenso calor que suele hacer. También es necesario ser cuidadosos con las actividades acuáticas si hay gente sin experiencia en el grupo y no hay guardavidas cerca. En caminatas o actividades costeras, sobre todo en los cada vez más populares vehículos 4 x 4, es fundamental conocer los horarios de mareas para evitar quedar aislados y con el paso interrumpido. La conducción de estos vehículos en condiciones off road es más compleja de lo que parece, y tener la capacidad de pagarlos no significa tener la de manejarlos. Si no se cuenta con experiencia, es mejor no intentar actividades riesgosas con estos vehículos, como conducir entre escarpadas dunas, en hielo o en caminos de ripio, y recordar siempre que muchas vidas y mucho dinero pueden estar en juego.
El campamento en regiones selváticas y fluviales
Las zonas fluviales o selváticas, como la región mesopotámica de la Argentina, son particularmente cálidas y húmedas. Estas regiones, cuya vegetación es más densa, cuentan con gran cantidad de insectos y alimañas de las que es necesario que nuestra ropa y equipo nos proteja. Además es necesario contar con algún repelente y portar sin excepción los medicamentos necesarios. La distribución del campamento debe hacerse pensando en los peligros posibles: la proximidad del río, del inicio de la vegetación, etc. Si la zona no es frecuentada, hay que prever algún método de protección contra las alimañas. El fuego es uno de ellos: el humo espanta a los insectos y las llamas a los reptiles y animales. De ser posible, debe ubicarse interpuesto entre la carpa y la vegetación. La carpa nunca debe estar en zonas anegables o más bajas que el río, ya que estos crecen con rapidez por la lluvia, que a veces llega a ser torrencial. La zonas mencionadas, de las que hay que cuidarse, se reconocen porque a pesar de tener el suelo seco, su vegetación y la forma del terreno muestran signos de paso de corrientes de agua. Perderse en la floresta durante una salida nocturna es muy fácil, por lo que conviene identificar los caminos. Nunca hay que dejar solos a los niños, ya que en caso de emergencia, la vegetación y los frecuentes ruidos de especies animales, como los pájaros, impiden escucharlos. La gran humedad que existe generalmente en estas regiones a veces dificulta el hallazgo repentino de leña seca. Para estar preparados, siempre es conveniente apartar un poco de leña y cubrirla con un nylon por si nos sorprende un chaparrón y debemos, por ejemplo, secar nuestra ropa al fuego. Esta humedad hace que el peligro de quemazón sea menor, pero igualmente es necesario ser MUY cuidadosos con el fuego. En cuanto a las prevenciones con el agua, nunca debe beberse agua que no corra, aunque parezca clara. Con las altas temperaturas la formación de bacterias es aún más rápida que en el agua que se estanca en temperaturas frías, y generalmente éstas son imperceptibles a simple vista.
Un campamento al lado de un río supone un peligro constante, por más manso que éste parezca. Por eso, nunca está de más llevar un salvavidas y una cuerda, aunque no se planeen actividades acuáticas. Dentro de una zona selvática o semi selvática nunca hay que abandonar las picadas o senderos. Nunca hay que adentrarse en la floresta sin personas experimentadas o sin elementos de orientación, como una brújula, ya que es muy fácil perderse. No hay que transitar en vehículos por caminos desconocidos o poco frecuentados si no sabemos sus condiciones. No hay que ceder a la tentación de probar frutos naturales, por apetitosos que parezcan, si no estamos seguros de su especie. Los tipos de camping Parques Nacionales realiza un tipificación de los sitios para acampar dividida en tres: campings organizados, en donde se paga la estadía y se cuenta con infraestructura variable; campings libres, que son espacios en los que está permitido acampar sin costo alguno, sin ningún tipo de infraestructura, sólo en algunos casos los lugares sanitarios demarcados; y campings agrestes, que son espacios privados que no funcionan específicamente como campings, en los que los dueños permiten acampar por un costo variable, que generalmente se pacta antes de instalarse. La Guía del Acampante realiza otra tipificación, más completa: Campings HAL: son campings urbanos o semiurbanos, que funcionan como verdaderos "Hoteles al Aire Libre". Generalmente se trata de campings con parcelas o lugares de acampe próximos unos a otros, muy utilizados por quienes buscan un alojamiento no hotelero, al aire libre, pero no alejado el centro urbano y sus atractivos. Campings NAT: a diferencia de los anteriores, los campings naturistas se encuentran más o menos alejados de los centros urbanos. Se caracterizan por el espíritu de conservación del hábitat natural en el que se localizan. Por lo general tienen mayor espacio entre lugar y lugar de acampe, siendo preferido por quienes desean estar lo mas lejos posible de las ciudades, para aprovechar las distintas actividades posibles, en contacto directo con la naturaleza. Campings COM: se incluyen aquí a los Complejos Turísticos. Se destacan por una mayor cantidad de servicios y alternativas de estadía, incluyendo la opción a cabañas y/o dormitorios, piscina, actividades recreativas, etc. Un Complejo Turístico tiene por objetivo ofrecer múltiples servicios y posibilidades de disfrutar la estadía en el camping, aun sin necesidad de salir del predio. Campings REC: se trata de campings Recreativos. Son por lo general, los centros recreativos de clubes, sindicatos, municipios, etc., construidos para brindar recreación a sus asociados o a los habitantes de una localidad, con un sector o área habilitado para los acampantes.
Capítulo 3: La planificación del viaje
Existen varios puntos básicos que pueden considerarse como ítems a tener en cuenta al momento de hacerlo. Una adecuada reflexión considerando y charlando comunitariamente sobre todos ellos hará que la experiencia tenga mayores posibilidades de éxito, y ayudará a evitar situaciones imprevistas. Los deseos y expectativas Es muy importante considerar los deseos y expectativas de TODOS los miembros del grupo en cuanto a lugar, actividades, paseos, etc. Si todos participarán de la aventura, es justo que todos decidan sobre la experiencia que van a vivir. Muchas veces los más pequeños son dejados de lado en este aspecto, pero hay que tenerlos en cuenta también, ya que ellos son "parte del equipo" y muchas veces sus impresiones u opiniones pueden llegar a sorprender. La información Es importante informarse sobre diferentes opciones, lo que ayudará a elegir correctamente y a economizar nuestro dinero. Esto se puede lograr consultando material como La Guía del Acampante, o las oficinas de turismo de las localidades, ya que muchos campings ofrecen instalaciones para deportes y recreación. Las posibilidades Cuando se planifica una actividad, siempre hay que reflexionar seriamente sobre las posibilidades de llevarla a cabo. Esto no solamente está referido a las posibilidades económicas, sinó también a las físicas y mentales. El límite entre una gran aventura y una desagradable experiencia es muy delgado si no hay una reflexión adecuada. Si no se busca que el viaje se transforme en algo para olvidar más que para recordar, hay que tener en cuenta muchos factores, como la capacidad de los miembros de la familia o del grupo para realizar las actividades propuestas, las posibilidades de afrontar los costos, etc. etc.
El transporte y el alojamiento. Hay que definir el tipo de alojamiento y de transporte, ya que de ellos también deben considerarse si se quiere realizar una planificación acertada. A la hora de disfrutar, todas las opciones son válidas: albergues, bungalow, carpas, motorhomes, tanto como trenes, autos, bicicletas, colectivos y el tradicional "dedo". El itinerario Realizar un itinerario ayuda a ordenar los días, así como a reservar pasajes y a acomodar los horarios. Conviene recordar que muchos lugares y transportes requieren reservar con anticipación. Si se viaja en auto, es fundamental contar con todo el equipo en regla y el vehículo en condiciones, ya que en él viaja nuestra carga más preciada: la familia o los amigos. La actividades Cada región ofrece muchas actividades que se pueden realizar con un poco de ingenio y sin gastar mucho dinero: cabalgatas, caminatas, bicicleteadas, balseadas, pesca, escaladas o trekkings, actividades ecológicas, visitas a sitios arqueológicos e históricos, etc. Con algo de imaginación unas sencillas vacaciones en familia o con amigos se pueden volver una actividad muy divertida y formativa. He aquí algunas sugerencias, sobre todo para entretener a los más chicos: una escondida nocturna o una "caza a un fugitivo". Algún juego de exploración o rastreo, tipo "búsqueda del tesoro" ayudará a poner en práctica las habilidades de observación. Realizar alguna construcción o refugio con materiales naturales o improvisar implementos para pescar, como arpones o redes, son toda una aventura para los más pequeños. NUNCA deben realizarse actividades sin la preparación física, el equipo necesario y los permisos correspondientes. Tenga en cuenta que muchas veces sus posibilidades físicas no son las mismas que las de sus hijos. Si hay que contratar algún servicio, conviene elegir gente que brinde confianza y experiencia, aunque signifique gastar un poco más. Muchas actividades requieren permisos que deben tramitarse con anticipación: permisos de pesca, de ascenso, etc. Siempre es conveniente avisar a alguien (encargado del camping, guardaparque, algún otro acampante, etc) si se sale de excursión, sobre todo si se realiza en soledad, indicando una probable hora de regreso. Siempre hay que llevar una identificación y algunos elementos, como una navaja, un poco de agua y algunos chocolates o frutas, y si es posible alguna forma de comunicación (una radio VHF, un teléfono celular o un simple silbato). Una buena costumbre es informarse sobre los teléfonos y las direcciones de dependencias como policía, bomberos, guardaparques, hospitales o salas médicas, puestos de Gendarmería Nacional, etc. Hay muchas zonas que no utilizan teléfonos sinó equipos de VHF. También es bueno conocer las frecuencias de las repetidoras y los radioaficionados además de las de los organismos mencionados.
Capítulo 4: El equipo Qué y como comprar: Gran parte del equipo y la indumentaria está a mano en nuestras propias casas, y no es necesario gastar mucho dinero si se usa el ingenio. Todo el equipo debe ser acorde a nuestra salida. Todo el equipo que nos acompañe en nuestras excursiones debe ser de buena calidad, ya que estará sometido a un trato riguroso: golpes, raspaduras, cargas excesivas, etc. Lo mejor es ir a los negocios y sacarse todas las dudas; recorrer, informarse y preguntar. Los productos económicos no son los más recomendables, ya que en cualquier momento nos "dejan a pata". Sin embargo, los elementos de calidad no siempre son los más caros. Si el viaje es con amigos, una buena opción es adquirir el equipo de uso común (marmitas, calentadores, etc.) entre varios. a) La indumentaria: La vestimenta que utilicemos en nuestras salidas a la naturaleza debe brindarnos por lo menos tres ventajas: seguridad, confort y confianza. Debe, sobre todo, adaptarse al tipo de clima y lugar en el cual nos moveremos. Al momento de elegir la ropa que llevaremos hay que pensar que es más efectivo abrigarse por "capas". Varias capas finas mantienen mejor la temperatura corporal que una gruesa. Si el clima es cálido, puede mantener su temperatura por aireación, si es frío, por aislamiento. Algunos ejemplos de vestimenta por capas: Temperaturas polares Camiseta y calzoncillos largos de polipropileno o poliéster, guantes, Capa interior medias de lana o sintético. Capa intermedia
Chaleco de lana o polar fino, buzo de lana o polar (200 mu o más) que cubra el cuello, chaleco de duvet, pantalón de polar o sintético, mitones, gorro
Capa exterior
Campera o anorak impermeable (con o sin abrigo), polainas. Cubre pantalones, cubre guantes, botas impermeables.
Temperaturas muy cálidas Capa interior
Remera o camiseta de algodón, ropa interior común, medias
Capa intermedia
Camisa de manga larga de algodón ligera, pantalón largo ligero y amplio
Capa exterior
Chaqueta ligera con ventilaciones, gorro para el sol, calzado fuerte
Las fibras sintéticas (polar, polipropileno, poliéster, etc.) y la lana abrigan aún mojadas y se secan más rápido que el algodón. La ropa holgada de color claro es más fresca si debemos soportar mucho calor. Hay que prever mudas de ropa en actividades que hagan transpirar a fin de mantener el cuerpo seco y evitar enfermedades. Un gorro o sombrero es indispensable, ya que la pérdida de calor o la posibilidad de insolación son muy grandes cuando se pasa mucho tiempo al aire libre.
El calzado debe ser fuerte y cómodo, y adaptarse a la actividad que realizaremos. Siempre debe usarse con medias para caminatas, ya que así se evitan hongos y ampollas. Los zapatos de trekking son actualmente una buena variable a los pesados borceguíes de antaño, pero deben tratarse con más cuidado: limpiarse de barro y limo, no secarse al fuego, etc. Mantenerse seco: Esto es fundamental para prevenir la pérdida de calor y algunas enfermedades. En condiciones extremas, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Siempre hay que contar con prendas impermeables de buena calidad: campera o anorak, cubre pantalones, botas o zapatos, inclusive cubre guantes y polainas. Pero la confección debe ser en lo posible con materiales transpirables o al menos tener ventilaciones protegidas ya que de otra manera nos mojaremos con la condensación de nuestro sudor. Si el clima no es muy frío y lo sorprende la lluvia sin un impermeable, quítese cuanta ropa sea posible y trate de mantenerla seca, ya que una vez mojada no servirá de abrigo por mucho tiempo. Al parar la lluvia quítese la ropa mojada y vista la seca. Así su cuerpo recuperará calor rápidamente. b) La mochila
Salidas cortas (uno o dos días) sin necesidad de equipo: mochilas entre 40 y 55 lts. Excursiones de entre dos y seis días, con equipo moderado: mochilas entre 55 y 75 lts. Excursiones prolongadas, de más de cinco o seis días: mochilas de más de 75 lts. Es fundamental regular la mochila al tamaño y estructura del cuerpo para evitar dolores y lesiones. En los ascensos, los objetos más pesados deben ir en la parte superior de la mochila y esta debe llevarse más "alta" en la espalda. En los descensos a la inversa. Los objetos de uso primario (cortaplumas, brújulas, botiquín, papel higiénico, mapas, etc.) siempre deben estar al alcance de la mano, en los bolsillos o la tapa. Todos los elementos deben ir ADENTRO de la mochila, protegidos dentro de bolsas de nylon (especialmente la bolsa de dormir) ya que las mochilas no son 100% impermeables. Tampoco lo son los cubre mochilas, pero la protegen del polvo, la suciedad y las raspaduras. Una vez armada, regular todas las correas de acuerdo a la estructura del cuerpo. El peso debe ser parejo en ambos hombros y sobre la cintura, y las correas no apretar excesivamente. Antes de cada salida, revisar el estado de los broches y costuras para prevenir roturas.
c) La bolsa de dormir Es fundamental contar con una buena bolsa de dormir, ya que es durmiendo como descansamos nuestro cuerpo. Existen básicamente dos modelos de bolsas de dormir en cuanto a su forma: las rectangulares, que son más cómodas para quienes no están acostumbrados, y las tipo "sarcófago", que son más abrigadas ya que se ciñen más al cuerpo.
Hay que tener en cuenta las especificaciones técnicas antes de adquirir una bolsa de dormir, y tener presente que las temperaturas extremas informadas posiblemente no sean ciertas. Son mejores los sacos fabricados con dos "tabiques" de relleno que con sólo uno. Para muy bajas temperaturas, lo mejor sigue siendo el tradicional duvet, la pluma de ganso, que es de mayor calidad si es del pecho del animal.Las bolsas de dormir deben ventilarse luego de usarse. Nunca deben mojarse ya que tardan mucho en secar. Conviene fabricar con una tela ligera un saco interior copiando su forma, tipo sábana, ya que meter éste en el lavarropas es mucho más rápido y económico que enviar la bolsa a una tintorería. Una colchoneta aislante bajo la bolsa de dormir es de gran ayuda. Reduce la dureza del piso y sobre todo evita la humedad y la pérdida de calor. Están confeccionadas con derivados del plástico o la goma, y su calidad depende de su material y de qué tan compactas o porosas sean. Son muy económicas, y por sus beneficios se han vuelto indispensables en el equipo de todo acampante. c) La carpa
Las carpas pueden ser de dos tipos: las tradicionales canadienses y las tipo "iglú", más livianas pero no tan resistentes. La carpa es nuestro hogar durante el viaje, por lo que su comodidad y calidad son esenciales. Hoy en día las mejores carpas vienen con forma de "iglú", pero no por ser un "iglú" una carpa es de buena calidad. Cuanto mayor es el número de varillas, mayor es su estabilidad y resistencia al viento. Pueden conseguirse carpas iglú tipo estructurales, muy adecuadas para una familia ya que están divididas en varias partes: una zona de uso común y uno o dos dormitorios. Para evitar mojaduras durante la lluvia, el sobretecho debe llegar hasta el zócalo, y no solo cubrir la parte superior de la carpa. El material debe ser resistente e impermeable, y
su sistema de ventilación adecuado para evitar la humedad por condensación en el interior. Al elegir una carpa, debemos meditar seriamente sobre su uso, y, como consejo, gastar un poco más a fin de evitar sobresaltos desagradables que puedan arruinar nuestro viaje. Si es posible, debe tener algún tipo de alero para almacenar el equipo o cocinar los días lluviosos. d) El equipo complementario:
Los calentadores: Si lo trasladaremos en auto, lo más económico para cocinar es una simple garrafa. Si debemos cargarlo en la mochila, los calentadores de cartucho de gas cambiable son muy apropiados, aunque reemplazar las cargas es un poco costoso, ya que el cartucho sólo dura cuatro o cinco comidas. Si además lo usaremos a muy bajas temperaturas, donde el gas pierde presión, hay dos opciones: utilizar cartuchos cuyo combustible es una mezcla de propano y butano, o un calentador de combustible líquido y bomba de presión, aunque son un poco costosos, su poder calórico es mayor y su rellenado mucho más económico. Además, existen latas de combustible sólido, pero no tienen un gran poder calórico. SIEMPRE debemos probar el correcto funcionamiento de los artefactos de gas o combustible antes de salir.
Los elementos de cocina: Las marmitas pueden comprarse o fabricarse con varias ollas dadas de baja en la cocina de casa. Por ser elementos metálicos, conviene que sean de aluminio, ya que de otros tipos son más pesadas para cargar. Debe calcularse un calentador y una olla de dos litros cada tres personas (o similar en proporción). Una buena batería puede armarse con los siguientes elementos: Una olla de 2 lts. o más, una olla pequeña o un hervidor (ambas con tapa), una sartén,una pava y una espumadera. Si es posible también un colador. El equipo de rancho personal también puede confeccionarse con elementos de nuestra propia casa: un plato hondo, un jarro grande, cubiertos y algún viejo repasador. Conviene que el plato y el jarro sean plásticos, ya que si son metálicos pueden ocasionar
quemaduras al tomar contacto con los alimentos o líquidos calientes, especialmente los jarros, que se llevan a la boca.
Las linternas y faroles: Los más comunes son los tipo "sol de noche", alimentados con una garrafa común. También hay cabezas de farol para usar con cartuchos intercambiables. Otra opción son los faroles de combustible, pero son un poco riesgosos si no se tratan con cuidado. Además, hay faroles con baterías recargables y a pilas, pero generalmente funcionan con muchas pilas, lo que hace que no sean muy económicos. Siempre debe protegerse el vidrio de los faroles y llevar camisas y pilas para linterna de repuesto. Actualmente se ha generalizado el uso de las linternas frontales similares a las de minero, que se ajustan a la cabeza con correas elásticas. Tienen la ventaja de dejar los brazos libres para otras actividades. Siempre es preferible que una linterna sea resistente al agua. Las herramientas: Si se viaja en auto, es indispensable contar con herramientas, ya que ante cualquier desperfecto estaremos mejor preparados para solucionarlo. Pero aunque no se viaje en auto, siempre son necesarias algunas herramientas. Todo grupo de acampantes debería contar por lo menos en su equipo básico con: una navaja multiuso, un hacha de mano, una pinza pequeña, una pala de campamento, un machete si el terreno lo requiere; y todo otro tipo de herramienta necesaria para alguna actividad especial que tenga prevista. Todas la herramientas con filo deben transportarse protegidas para evitar accidentes y mantenerse en buen estado. No haga mal uso de sus herramientas, ya que puede lastimarse, y si se dañan no podrá reemplazarlas fácilmente. Los útiles de aseo personal: Mantener la higiene personal además de agradable es necesario para evitar las complicaciones mencionadas en el Capítulo 9. Un kit de aseo normal consta de una toalla, un jabón, shampoo, desodorante, talco, algunas hojitas de afeitar si son necesarias, un peine, cepillo y pasta de dientes y un pequeño espejo, que puede compartirse. Los accesorios infaltables: hay otro tipo de accesorios que pueden resultar de gran utilidad en la vida en la naturaleza: aunque no se prevean actividades con sogas, siempre es más seguro llevar una, que debe tener por lo menos diez milímetros de diámetro y un largo aproximado al número del grupo multiplicado por cinco. Si nos moveremos por espacios no urbanizados, siempre hay que llevar por lo menos una brújula y adiestrarse en su manejo (ver Capítulo 7 "Técnicas de exploración"). También es imprescindible llevar una cantimplora o botella para el agua. Se consiguen de muchos tipos y adecuadas a cada actividad. Las hay de plástico, de metal y hasta de
lona impermeable (tipo "camel bag"). A veces no es necesario comprarla, ya que una vieja botella de gaseosa puede servir. Su capacidad debe ser de dos litros como mínimo y hay que llevar una por persona. Otros accesorios son alguna cuerda fina (5 ó 6 mm), para improvisar un tendal o alguna construcción, etc.; unos broches para la ropa un trozo de alambre, bolsas plásticas, alfileres de gancho, elementos de costura, lápiz y papel, cinta adhesiva, un termo irrompible, un alargue para la electricidad, un trozo grande de nylon como para improvisar un alero, una esponjita para lavar, un pequeño espejo, un reloj con alarma (para no perder trenes o colectivos), algunas pastillas de alcohol sólido (para encender fuego), etc.
Capítulo 5: Técnicas de acampe Tipos de campamento a) Campamento Fijo: El campamento fijo es aquel en el cual se permanece siempre en el mismo lugar, sin importar la cantidad de días. La idea es asentarse y permanecer estables. Un campamento fijo permite, si el lugar se presta, realizar algún tipo de construcción que mejore el confort. b) Campamento volante: El campamento volante es aquel en el cual el grupo se va movilizando por varios lugares, en los que permanece sólo unos pocos días. Una salida de "mochilero" es el típico campamento volante. La idea del campamento volante es recorrer la mayor cantidad de lugares posibles, sin importar tener que armar y desarmar el campamento varias veces. Ambos campamentos se diferencian también por el tipo de equipo y las actividades que se desarrollan en ellos. La elección del tipo de campamento depende de los gustos y preferencias del grupo, y del tipo de vacaciones que se quieran llevar a cabo. Distribución del campamento Si el lugar de acampe está decidido, lo mejor es instalarse de una vez, a fin de no andar acarreando el equipaje innecesariamente. Si no, revistas como la Guía del Acampante, la Oficina de Turismo local o algún comercio de camping podrán darnos buena información. Una vez en el lugar, lo primero es informarse sobre los lugares permitidos para instalar la carpa y las prescripciones, si las hubiera, del lugar (por ejemplo, el reglamento del camping). Un método efectivo para terminar más rápido es dividir las tareas: armar la carpa, buscar agua, recoger leña y armar el fuego, instalar los baños, etc.
El lugar para instalar la carpa debe ubicarse lejos de los baños, del sector de la basura y de los caminos más transitados. Debe ser un lugar alto, seco y protegido de los vientos predominantes, cuya dirección indican la inclinación de los pastos y las ramas de los árboles. No debe estar al sol sino a la sombra, por lo menos durante la tarde. La puerta de la carpa no debe enfrentar al viento, y debe ubicarse preferentemente más baja que la parte trasera, para evitar que si llueve ingrese el agua que corre por el terreno. No debe ubicarse frente a los lagos, debajo de tendidos eléctricos, en cañadones, lechos de arroyos secos o recodos más bajos que el agua; tampoco debajo de árboles secos o cuyas ramas puedan desgajarse, puesto que todos estos son lugares riesgosos. El sitio siempre debe estar limpio y ordenado, lo que además de estético y prolijo evita tentar a alimañas o animales salvajes. Los efectos personales no deben colgarse de ramas o dejarse desparramados durante la noche, ya que pueden humedecerse con el rocío o simplemente "perderse".
El armado de la carpa Armar una carpa no es difícil, pero conviene practicar en casa si no se tiene el hábito de hacerlo. Hay que limpiar el piso de ramas y piedras que pueden volver nuestra noche verdaderamente insoportable. Quienes duermen de costado suelen hacer un pequeño pozo a la altura de su cadera para evitar que la dureza del piso les moleste durante la noche. Si se cuenta con algún material aislante para colocar debajo de la carpa, mejor. Puede ser un nylon, cartones o un colchón de agujas de pino. Esto aísla del frío y la humedad, y vuelve la dureza del piso más soportable. Salvo excepciones, el armado se realiza "de abajo hacia arriba" y "de adentro hacia afuera". Posicionar primero las estacas del piso, poniendo la primera, luego la opuesta y así sucesivamente, tirando para evitar arrugas o dobleces. Las estacas deben enterrarse inclinadas hacia adentro para evitar que se salgan fácilmente. Luego levantar los parantes o varillas, fijarlos con estacas, luego el sobretecho y luego los "vientos". Como muchas modelos de carpas iglú no necesitan los "vientos" para sostenerse, hay gente que no los coloca. Pero no debe actuarse así y deben colocarse siempre, ya que muchas malas experiencias, como carpas caída o rotas, ocurren por esta mala costumbre.
La carpa debe quedar erguida naturalmente, sin pliegues ni dobleces, lo que se logra con una correcta orientación de los "vientos" y las estacas. El sobretecho debe armarse siempre, y no debe tocar la tela interior, ya que así perderá sus propiedades aislantes. Cuando llueve, es conveniente aflojar un poco los "vientos", y no tocar el techo interior de la carpa para evitar la humedad por condensación. Si la carpa se arma en un lugar muy concurrido, conviene colgar pequeñas tiritas de tela de los "vientos" (sogas de fijación). Esto es antiestético, pero evita que la gente tropiece con ellos y los arranque o los rompa. En suelos duros o rocosos, los vientos pueden amarrarse a los árboles o a alguna roca. Para esto conviene siempre llevar algunas cuerdas de más. Dentro de una carpa no se debe fumar, encender velas, faroles o calentadores, ya que generalmente son de materiales muy inflamables y se dañan muy fácilmente con las llamas y el calor excesivo. Una vez armada la carpa debe distribuirse el resto del campamento. El fuego nunca debe ubicarse entre la dirección del viento y las carpa, ya que chispas o brasas podrían dañarla. Si hay que armar baños, deben estar alejados de la carpa y el aprovisionamiento de agua. El lugar debe identificarse claramente, inclusive dejar alguna señal cuando se abandona el lugar para futuros acampantes. El cuidado de la carpa Para desarmarla proceder en forma inversa al armado. No hay que quitar todas las estacas juntas sinó a medida que es necesario. Esto ayuda a doblarla y a que no quede a merced del viento. La carpa debe guardarse limpia y seca. Si esto no es posible, debe armarse para limpiarse y ventilarse lo antes posible, para evitar hongos y que se estropeen los tejidos. Las estacas deben estar limpias y sin restos de tierra. También el piso. No hay que lavar con jabones o detergentes las carpas, porque se arruina su impermeabilización. Hay que retirar todos los restos de polvo y tierra con un escobillón o cepillo y luego frotarla suavemente con una esponja húmeda. Antes de su guardado hay que revisar los vientos, los parantes o varillas, los cierres y las costuras para ver si necesitan una reparación. La carpa debe doblarse por los pliegues que trae marcados de fábrica. Así se evitará que se deforme.
Capítulo 6: La comida y la cocina No sólo en un campamento sino a lo largo de toda la vida es fundamental tener una dieta sana y variada que aporte al cuerpo todos lo que este necesita para desarrollarse y actuar normalmente. Una dieta sana previene enfermedades, el agotamiento y hasta accidentes, como los ocurridos por somnolencia o falta de atención. Los minerales: se encuentran en varios alimentos. El cuerpo obtiene hierro fundamental para evitar la anemia- de las carnes y la manzana; el potasio de la banana y el fósforo del pescado. La fibra: equilibra el funcionamiento del intestino y la masa muscular, se obtiene de las frutas y las verduras de hoja. Las grasas: al contrario de lo que creen muchos, no son enemigas del organismo, e incluso son necesarias en la dieta. Contribuyen a reparar las células del cuerpo, a la
humectación de la piel y el cabello, son fuente de energía, etc. Pero hay que considerar que requieren mucha agua para su digestión, por lo que deben consumirse con moderación si ésta es escasa. Las grasas se encuentran en las frutas secas, los chocolates, los aceites y los lácteos. Las vitaminas: estimulan la transformación de la energía y el crecimiento de las células corporales. Las frutas frescas son una gran fuente de vitamina. Las proteínas: son imprescindibles en la formación de tejidos, y aportan los aminoácidos que nuestro cuerpo no posee. Son fuentes de proteínas la carne, el huevo, la leche, el pescado y algunos vegetales, como la soja. Los hidratos de carbono: están presentes en las pastas y los panificados, se encuentran en forma de azúcares o almidones, y son necesarios para la transformación de la glucosa (el combustible de nuestros músculos) en energía. La cocina
De acuerdo a las actividades y a la zona, variará el tipo de comidas. En zonas serranas o montañosas, donde las noches son más frías, conviene hacer las comidas más pesadas a la noche, a fin de evitar esa pesadez durante el calor del día, y estar mejor preparados para soportar el frío nocturno. Lo mismo sucede si nos hallamos, por ejemplo, de caminata o en bicicleta.
Algunas actividades divertidas y educativas: Muchos acampantes coinciden en que unas tortas fritas o un pan amasado y cocido a las brasas son un manjar incomparable, sobre todo por el entorno en que se disfrutan. Estar fuera de un ambiente usual hace que nos interesemos por cosas que en casa nos parecerían ordinarias. Una de ellas es la cocina, y es una buena forma de enseñar a los más chicos. Amasar un pan de cazador: realizar la masa tradicional del pan, cuando esté para la cocción amasar un chorizo de unos dos a tres centímetros de espesor, enroscarlo en una rama verde y cocerlo sobre un fuego moderado hasta que esté dorado. Recoger frutos silvestres: sirve para que los niños aprendan cuáles son comestibles y cuáles no lo son. Por ejemplo: frutas, hojas para infusiones (como menta, manzanilla, cedrón, etc.), hongos, raíces, etc.
Improvisar un horno: en el capítulo "Técnicas de acampe" se ilustra una posibilidad. Otra es confeccionarlo con una lata: Se voltea la lata sobre la comida cubriéndola y se colocan sobre ella y alrededor brasas. A pesar de su imagen, es muy efectivo. Crear utensilios de cocina: pueden tallarse en madera cucharas, o armar trípodes para cocinar. Para esto último, seleccionar tres ramas fuertes, colocarlas en paralelo y realizar en uno de sus extremos un amarre redondo (ver amarres en el capítulo "Técnicas de exploración"). Luego pararlo como un trípode y colgar de él con una rama o soga la olla. El fuego
El fuego es el núcleo del campamento, y la hora de comer es uno de los momentos en los que más se comparten experiencias y vivencias. Este lugar debe ser en un lugar agradable, ya que es en torno a él donde todos se reúnen y donde generalmente se cocina. El fuego nunca debe dejarse solo, siempre debe estar contenido y controlado, y DEBE HACERSE SOLAMENTE EN LUGARES PERMITIDOS. Es mejor aprovechar un lugar donde ya se ha hecho un fogón que crear uno nuevo, lo que provoca una nueva agresión al suelo. Un procedimiento conveniente es retirar la capa de pasto que cubre el lugar donde estará el fuego y luego colocarla nuevamente una vez desarmado el campamento.
El fuego puede controlarse de dos maneras: haciéndolo en un pozo en el suelo, lo que dificulta su manejo y puede ser riesgoso, sobre todo en algunos lugares como la patagonia andina, en los que el suelo tiene una gran concentración de materia orgánica inflamable. La otra es rodeándolo de una pirca de piedras, que suele ser más conveniente, aunque debe estar bien hecha para evitar que se caiga y lastime a alguien.
Corredor: da poca llama y es apropiado para cocinar porque se lo puede manejar con facilidad.
Cruz: da poca llama y poco humo, y puede ser alimentado fácilmente, incluso desde la bolsa de dormir si se duerme a la intemperie. Pirámide: da mucha llama y mucha luz, pero es difícil de controlar y consume mucha leña. Reflector: este fuego es efectivo cuando hay viento, porque tiene su propio reparo. Además se auto alimenta con los troncos que van cayendo del reflector, pero su construcción no es tan sencilla como los otros. Polinesio: este fuego permite controlar las llamas a la vez que se va secando la leña para alimentarlo. Se utiliza cuando hay mucho viento y no hay mucha leña seca. Por estar semi enterrado no da tanta luz ni tanto calor. Pirámide
Pagoda
Corredor
con
piedras
Corredor
con
maderas
Estrella
Reparo
No todas las maderas calientan y arden de la misma manera. Conocer sus propiedades ayuda a elegir correctamente el combustible para nuestra cocina o fogón. Maderas duras (compactas y pesadas) Propiedades Quebracho, algarrobo, piquillín, lapacho Poca llama, mucha brasa, gran duración Maderas semiduras Propiedades Eucalipto, tamarisco, coníferas Buena llama, brasa regular, duración media Maderas blandas (livianas y porosas) Propiedades Sauce, álamo, aromo Buena llama, poca brasa, poca duración Conservación de los alimentos Hay algunas técnicas sencillas que ayudan a prolongar su frescura. Una de ellas es colocar los alimentos perecederos en una bolsa de nylon y sumergirla en el agua (de un lago o arroyo). Otra es enterrarlos en un pozo a la sombra. Una tercera es colgarlos de una rama en algún lugar ventilado y a la sombra. Por último, también es efectivo cubrirlos con ramas de intenso follaje previamente humedecidas y dejarlos a la sombra.
Los alimentos nunca deben dejarse directamente sobre el suelo o al alcance de alimañas o roedores. Cuidados y tratamiento de la basura y los residuos Dejar el lugar en mejores condiciones que cuando lo encontramos debe ser una de sus máximas. La mejor manera de tratar la basura es evitarla. Al seleccionar nuestro menú y las cosas que llevaremos, hay que pensar en lo que menos residuos produce. La basura y los residuos siempre deben transportarse hacia algún basurero y no dejarlos en el sitio, ni siquiera ocultos. Si debemos enterrar residuos, solo debe ser MATERIAL ORGÁNICO (restos de comida, yerba, etc.). Conviene hacerlo en lugares con follaje y no en suelo arenosos o rocosos, que ofrecen bajo grado de descomposición. Los plásticos y sus derivados NUNCA deben enterrarse ni dejarse en el sitio ya que su descomposición es virtualmente nula. Las latas tampoco, pero si es indispensable hacerlo conviene quemarlas, lo que acelera su degradación. Nunca hay que enterrar basura cerca del fuego o de los lugares de aprovisionamiento de agua. Tampoco cerca de los caminos o lugares más agradables para instalarse, ya que otros que lleguen detrás nuestro pueden encontrarse con desagradables sorpresas. Las ollas y trastos de cocina nunca deben lavarse directamente en los arroyos o lagos. Es preferible retirar un poco de agua, lavar y luego verter todo en el suelo, alejado de la vista y si es posible en un pozo, lo que acelera el filtrado de los líquidos. Conviene usar jabón blanco en lugar de detergente. Si se opta por éste, debe ser lo más biodegradable posible. Igualmente, para aquellos acostumbrados, la arena o un poco de tierra restregada con unos yuyos se convierten fácilmente en un excelente método para lavar.
Capítulo 7: Técnicas de exploración Orientación Saber orientarse es muy importante en todas las actividades que hacemos en la naturaleza, ya que a veces nos movemos en un medio que nos es desconocido o al que no estamos acostumbrados, y que carece de las indicaciones de las que disponemos en una ciudad. Hay muchas formas de orientarse, desde las más antiguas y tradicionales, como mediante el sol y las estrellas, hasta las más modernas: los sistemas de posicionamiento satelital. Orientación por medios naturales: La forma más común es observando el amanecer y el ocaso. El sol sale por el este y se oculta por el oeste. A partir de allí podemos descubrir los restantes puntos cardinales. Una forma utilizada por los fenicios era clavar una estaca en la tierra apuntando directamente al sol, es decir, de manera tal que no proyecte sombra. Si se aguarda una o dos horas, observaremos que la estaca proyecta sombra sobre el suelo: esta sombra apuntará directamente al este.
Si disponemos de un reloj de agujas, en el hemisferio sur, debe apuntarse las doce del cuadrante al sol, y la bisectriz del ángulo menor que forman la línea seis-doce del reloj (orientada al sol) y la aguja pequeña indicará el norte por la mañana y el sur por la tarde. Las estrellas son otra herramienta para orientarse. En el hemisferio sur, la más conocida es la Cruz del Sur. Prolongando tres veces y media su "palo" más largo hacia atrás y proyectándolo perpendicularmente a la tierra obtendremos el sur. La luna también permite determinar los puntos cardinales. En cuarto creciente, las puntas de sus "cuernos" apuntan hacia el este. Esta luna sale al mediodía y se oculta cerca de la medianoche. Por el contrario, en cuarto menguante, estas puntal apuntan al oeste, y su período de permanencia en el firmamento es aproximadamente entre la medianoche y la madrugada. En el hemisferio sur, los musgos que se forman en las rocas y troncos de los árboles son mucho mayores en las caras de éstos que apuntan al sur, ya que por la inclinación de la tierra, su cara más expuesta al sol es la que mira al norte. Estos métodos, aunque efectivos en algunos casos, son muy rudimentarios y tienen posibilidades de error si no se aplican con mucho cuidado. No deben suplantar el uso de la brújula o un GPS (global positioning system). El uso de la brújula
Básicamente, una brújula consiste en una pieza imantada suspendida de un eje que gracias a la atracción magnética que tiene el polo norte, siempre apunta hacia él. Aprendiendo a utilizar alguna de ellas con eficiencia, podremos utilizar cualquier modelo.Una brújula sirve para orientarse, para encontrar la ruta más directa hacia un destino o para sortear un obstáculo natural, como un accidente geográfico. Advertencia: el norte siempre es 0º en el cuadrante, y los ángulos se miden en sentido horario. De esta forma, tenemos que el Este se ubica a 90º, el Sur a 180º y el Oeste a 270º. Nunca hay que medir los ángulos "hacia atrás" (en sentido anti horario), ya que pude provocar confusiones. Cómo posicionarse en un mapa
Existe una diferencia entre observar el terreno y mirar un mapa. Si no sabemos ubicarnos en éste, no podremos trazar el "rumbo" hacia nuestro destino, ya que no tenemos el punto inicial. El procedimiento de posicionarse en un mapa se llama también "triangulación". Esta técnica suena más difícil de lo que es, y se comprende fácilmente mediante la práctica. Para posicionarse en un mapa: ubicar el norte y pararnos en el terreno de cara a él. Luego orientar el mapa en esa dirección, es decir, que el norte del mapa coincida con el norte de nuestra brújula. Luego ubicar algún accidente geográfico visible desde nuestra posición que figure en el mapa y apuntar la brújula hacia él (pico, cima, lago, cascada, etc.). Esta dirección se llama "rumbo".
Al rotar la brújula, la aguja permanecerá apuntando al norte, y en su cuadrante debemos leer el ángulo que se forma entre el norte y el "rumbo". Luego, sobre la carta o mapa, trazamos una línea que pase por el accidente elegido con un ángulo respecto al norte igual al leído en el cuadrante de la brújula. Sobre esa línea imaginaria nos hallaremos ubicados. Pero como no sabemos específicamente sobre qué punto de esa línea estamos situados, debemos repetir este procedimiento con otro accidente geográfico y trazar una nueva línea. La intersección de ambas líneas en el mapa corresponderá a nuestra situación en el terreno. Siguiendo un rumbo
Una vez posicionados, podremos trazar el rumbo hacia nuestro destino. Este rumbo es el camino que debemos seguir para llegar a él. Si debemos sortear obstáculos, podremos retomar nuestro rumbo original mediante sencillas operaciones de sumas y restas de ángulos, siempre y cuando tengamos cuidado en la apreciación de las distancia, lo que puede hacerse controlando el tiempo de marcha. Aún siendo cuidadosos, es conveniente realizar más de una triangulación durante una jornada de marcha, ya que evitará cometer errores mayores e irá brindando confianza y seguridad al grupo.
Si cree que se ha extraviado Si cree que se ha perdido, trate nuevamente de localizarse en el terreno. Aunque tenga que repetir varias veces la operación de triangulación, conviene perder un poco de tiempo y estar seguros del camino a seguir. Busque marcas en el terreno que le ayuden a definir su posición (picos, accidentes geográficos, etc.) y trate de ubicarlas en el mapa. Busque un lugar elevado para tener mejor visión del terreno que lo rodea. También es útil consultar con los miembros del grupo si durante el camino han visto algo que pueda servir para retomar el rumbo. Durante la noche, es posible apreciar a gran distancia el resplandor de las luces de los centros urbanos. El sistema de posicionamiento global (GPS) El GPS (sigla en inglés de global positioning system) es un dispositivo electrónico que funciona mediante señales de radio de un número variable de satélites. El aparato funciona como un receptor que decodifica e interpreta esas señales, y además brinda varios tipos de funciones. La primera es lograr un posicionamiento de gran exactitud en grados, minutos y segundos -lo que es prácticamente imposible con una brújula-. Un GPS puede guiarnos desde nuestra posición hacia nuestro objetivo (inclusive siguiendo una ruta con puntos intermedios) por coordenadas tomadas mediante lecturas o ingresadas en su sistema, ya que por ser electrónico cuneta con capacidad para almacenar datos, rutas, diferentes puntos, etc. A pesar de existir varias marcas y modelos, el funcionamiento es similar en todos ellos. Su uso es bastante simple y puede aprenderse rápidamente consultando el manual que los acompaña. Un GPS es un dispositivo muy útil en regiones como el mar, o un desierto, en las que no contamos con puntos de referencia. Pero al ser un aparato electrónico hay que tener mucho cuidado con él, ya que puede romperse, sus baterías pueden agotarse, etc. Por eso siempre es recomendable llevar una brújula además del GPS y utilizarla. Interpretación de mapas y cartas
Los mapas y cartas topográficas utilizan códigos de representación que deben conocerse para poder utilizarlos. Uno de ellos, el principal, es la "cuadrícula": es un cuadriculado sobre el mapa con líneas paralelas y perpendiculares a la línea norte-sur ubicadas a una distancia variable de acuerdo a la escala del mapa. Esta escala es el tamaño proporcional en el que se halla representado el terreno. Los mapas vienen en diferentes escalas por la imposibilidad de representar el terreno en su tamaño real.
La escala se halla indicada generalmente en su parte inferior. Por ejemplo: 1:25000; que significa que un metro en el mapa corresponderá a 25000 metros reales, es decir, a 25 kilómetros.
Hay mapas que incluyen "curvas de nivel". Estos son las denominadas cartas topográficas, es decir, que grafican las características del terreno. La superficie de la tierra no es completamente plana, sinó que tiene diferentes niveles en altura. Estos niveles se representan mediante las "curvas de nivel". Cada curva corresponde a una altura en metros sobre el nivel del mar, es decir, representa la unión con una línea de todos los puntos que tienen la misma altura. Las más comunes se representan cada cien metros, pero esto varía de acuerdo a la escala del mapa y la superficie representada. Si no se está habituado a la observación de mapas y cartas, habrá que transportar las curvas de nivel para realizar un perfil topográfico del terreno, y reconocer mejor los desniveles del mismo. Esta operación es muy sencilla y puede realizarse simplemente con un lápiz y una regla.Es necesario prestar atención a esto, ya que una gran diferencia de nivel en el terreno aumentará considerablemente la distancia que tenemos que recorrer entre dos puntos. Todos los accidentes geográficos y no geográficos que se representan en un mapa o carta tienen asignados por convención determinados signos. Conocer estos signos nos permite asociar el ícono con la realidad e identificar que representan. A continuación se detallan los más comunes. Colina
Estribo
Picos
gemelos
de
igual
altura
|
Picos
gemelos
de
diferente
altura
Valle
Volcan
Cabuyería La cabuyería es la técnica de hacer nudos y trabajar con sogas y cuerdas. Un buen nudo no debe aflojarse con el uso, y debe poder deshacerse fácilmente. Existen sogas de muchos materiales: nylon, algodón, cáñamo, etc. y muchos tipos de acuerdo a su confección dentro de las detalladas. La resistencia al corte de una soga se calcula multiplicando por seis su diámetro. Esto dará la cantidad de kilos aproximada que soporta. Una cuerda para excursionistas siempre debe ser capaz de resistir el peso de una persona adulta suspendida de ella. Una cuerda nunca debe guardarse sucia, rasparse (a menos que sea necesario) o secarse al fuego. Siempre debe llevarse bien enrollada y sin retorcer, lo que acelera su utilización en caso de necesidad. Debe estar siempre libre de nudos y si tiene alguna zona debilitada, identificársela apropiadamente.
Para unir dos cabos o sogas. Nudo llano. Nudo escota. Nudo de pescador. Nudo Margarita (para acortar una soga) Nudo Llano
Para fijar una soga: Ballestrinque. Presilla. Leñador. Pata de ganso. Evadido. Tensor de carpa. Tensor español. Para hacer un lazo (nudos utilizados en rescates y salvamentos) As de guía. Ocho. Nudo de medio. Silla de bombero. Como improvisar un arnés. Prusik. Pico de pájaro. Ballestrinque
As de guía
Pico de pájaro
Amarres: Cuadrado. Redondo. Trípode. Cuadrado
Meteorología Algunas nociones básicas sobre el conocimiento del clima son esenciales para excursionar por la naturaleza. Esto es así porque la mayor parte del tiempo nos hallamos al aire libre, y no contamos generalmente con un refugio seguro como nuestra casa. Una forma bastante acertada de predecir el clima es observando las nubes. Los cirros (nubes planas y estiradas) indican cambio de tiempo, que será más rápido cuanto más rápido éstos se agrupen. La concentración de cúmulos (nubes como copos de algodón achatadas en su base) indica que el cambio en el estado del tiempo será inminente. La formación de cúmulos nimbos (nubes bajas, cerradas, oscuras y "gordas") indica tormenta. Si el atardecer muestra un cielo rojizo, el día siguiente traerá buen tiempo. Si está gris o amarillento, seguramente habrá viento. Si el cielo esta densamente nublado, los ruidos son huecos y la visibilidad no es buena, las posibilidades de lluvia son altas. Esto es porque las nubes bajas hacen rebotar los sonidos, y las capas de aire frío ascienden, condensando la humedad existente en ellas. Durante nuestras actividades o paseos puede sorprendernos algún chaparrón inesperado o incluso una tormenta. Si esto sucede, es necesario encontrar refugio cuanto antes. Si está en un camping, amontone sus pertenencias en el centro de la carpa y busque abrigo en los baños o la cantina. Si nos hallamos fuera de él, alguna cueva o saliente rocosa puede proporcionarnos un buen refugio. Si la tormenta es eléctrica, hay que alejarse de
todo tipo de construcciones metálicas, como tinglados, galpones, torres de electricidad y alambrados. Tampoco es bueno refugiarse bajo los árboles, por el peligro que representan los rayos. Paseos, caminatas y excursiones NUNCA deben intentarse actividades sin la preparación física o el equipo adecuado. Cuando se sale de paseo, siempre es bueno llevar algún recipiente con agua, alguna fruta o alimento, como chocolates, etc. siempre en cantidad proporcional al esfuerzo que represente la actividad. La observación es fundamental en estas actividades. Un descuido o una distracción pueden significar perderse o tener que caminar mucho más, por eso siempre hay que prestar atención a los caminos y las indicaciones, sobre todo si no estamos familiarizados con el terreno. Existen formas de marchar que se ajustan a las necesidades de cada situación. Si nos movemos en grupo, la persona más experimentada debe liderar la marcha, ocupando el primer lugar, o eventualmente el segundo, para permitir que algún otro miembro se ejercite como guía. Quien guía debe conocer bien las condiciones y capacidades del grupo, a fin de hacer juicios adecuados. La segunda persona más experimentada es quien debe cerrar la marcha, cuidando que no quede ningún rezagado. Las decisiones y pasos a seguir siempre deben "comentarse", esto hace que el grupo se sienta informado y no tenga la sensación de no saber hacia dónde se dirige. Hay personas que siempre deben tener un acompañante con ellos. Este es el caso de los niños, los ancianos y quienes hayan sufrido algún percance o alguna lesión. La marcha siempre se debe ajustar al ritmo de los más lentos. En actividades prolongadas, es preferible hacer varias paradas cortas, por ejemplo, cada treinta minutos de caminata, que hacer pocas pero largas, en las que el cuerpo y los músculos pueden enfriarse y costará más retomar el ritmo. Si hace frío, hay que abrigarse cada vez que se produce un alto, aunque nos parezca innecesario. Estas paradas pueden aprovecharse para tomar agua y comer algo liviano. No es conveniente detenerse a realizar una comida en el medio de una marcha o caminata prolongada, ya que esto provoca pesadez y luego hará más difícil continuar. Los animales y las plantas La fauna y la flora son dos de las bellezas más grandes que la naturaleza pone a nuestro alcance en la vida al aire libre. Pero siempre deben tratarse con cuidado y respeto. Hay que recordar que nos movemos en su hábitat, como si fuéramos sus huéspedes. Nunca deben cortarse ramas o árboles, matar animales o molestarlos y ahuyentarlos si no es absolutamente necesario. Hay que tomar precauciones con los animales peligrosos que pudieran existir en la región, ya que siempre los hay, desde pumas hasta pequeños insectos, arañas o víboras. No hay que adentrarse en "territorio salvaje" sin los conocimientos y la protección suficientes. En nuestro país la ingesta de insectos no es muy común, y los animales que podamos llegar a cazar o pescar son comestibles, salvo muy raras excepciones. NUNCA deben comerse animales si no se sabe cómo murieron. Tampoco peces de aguas estancadas o
contaminadas. Nunca se deben comer las vísceras, que son los lugares que frecuentemente alojan las bacterias e infecciones en el caso de que las hubiera. El berro, la achicoria y la acelga suelen crecer naturalmente cerca de los arroyos. Las mazorcas de maíz son comestibles, y su recolección para consumo personal está permitida, aún en campos privados (por una vieja costumbre de la época de los "linyeras"). Hay muchos hongos similares a los comestibles que en realidad no lo son, y muchas hierbas parecidas a las usadas para hacer té (a la menta o el saúco) que son peligrosas. Por ello siempre debemos estar SEGUROS de lo que consumimos y tomar todos los recaudos posibles (cocinar o lavar bien las verduras, etc.). Hay frutos naturales que parecen muy sabrosos a simple vista, pero que son peligrosos y generan malestares gástricos y estomacales, por eso es necesario ser precavidos en este sentido. La fruta nunca debe consumirse en grandes cantidades y tampoco si no está madura. Las raíces o bulbos siempre deben hervirse, y sólo consumirse si conocemos su origen y especie.
Capítulo 8: Técnicas de supervivencia Hay algunas técnicas y procedimientos que debemos conocer para actuar cuando no contamos con las comodidades de la vida diaria. De ellos puede depender nuestra supervivencia. Pero entender los principios básicos de supervivencia le servirá mucho más que memorizar técnicas. Ante una situación de supervivencia, permanezca tranquilo. El desconocimiento o el susto hacen ver las cosas más peligrosas de lo que realmente son. Las mayores condiciones de la supervivencia son la tranquilidad mental y la fuerza de voluntad. Armado de refugios o vivacs Un refugio ayudará a sentirnos seguros, a darnos cobijo y a disminuir la sensación de peligro, mucho más si junto a él logramos hacer un buen fuego. Prácticamente todos los elementos naturales sirven para improvisar un refugio: ramas, troncos, nieve, hielo, rocas, etc.; aún más si contamos con un nylon grande y unas cuerdas. No hay modelos, ni recetas, todo depende de sus posibilidades e ingenio. El lugar para armar un refugio debe elegirse con las mismas consideraciones que el lugar para armar una carpa (ver capítulo 5: Técnicas de acampe). (ilustración de varios tipos de refugios). Obtención y potabilización de agua Después de conseguir refugio, la mayor necesidad es aprovisionarse de agua. Si no la hay, debemos conseguirla, y una vez obtenida, potabilizarla. Hasta la orina y el agua de mar se pueden potabilizar. En zonas húmedas, cercanas a depósitos de agua, cave un pozo hasta que ésta aparezca. Retírela y espere a que se llene nuevamente, y repita varias veces esta operación. Esto permitirá obtener un agua más limpia y pura. Las dunas playeras parecen sumamente secas, pero el agua está a poca distancia de la superficie. Cave en el punto más bajo. En un arroyo, siempre hay que beber del agua que corre, y nunca de la quieta, por más clara que parezca. Si contamos con un nylon o tela impermeable es posible recoger el agua de lluvia. El rocío matinal se puede recoger de las plantas del suelo con un pañuelo que luego se exprime en un recipiente. Es un método lento, pero funciona. La vegetación indica presencia de agua, así que es más efectivo buscarla cerca de ésta. Meter una rama o
muchas hojas en una bolsa de nylon y dejarla al sol hace que la humedad condense por la diferencia de temperatura, y se deposite en el nylon. Muchas plantas, especialmente las de hojas carnosas, como los cactus, contienen mucho agua, que se desprende al masticarlas. Una vez obtenida, el agua debe potabilizarse. La manera más efectiva es hervirla o destilarla. El agua de mar puede destilarse colocando un trapo sobre el recipiente en el que la hervimos. Cuando se humedezca mucho con el vapor, retire el trapo, espere que se enfríe y retuérzalo en un recipiente. En casos extremos, estos principios pueden aplicarse hasta para la orina. Quizás no siempre sea posible hervir o destilar el agua que obtenemos, pero seguramente podremos filtrarla. Puede improvisarse un filtro con una media: coloque por capas dentro de ella arena fina, luego carbón vegetal, luego arena más gruesa, y otra capa más de carbón. Vierta lentamente el agua en ella, para que actúe como un filtro para café. No beba las primeras filtradas, hasta que los materiales del filtro se limpien. Obtención de alimento La manera más fácil de obtener alimentos es directamente recoger frutos silvestres, siempre cuidando de que sean conocidos. Si sus hojas y frutos son comestibles, es muy probable que sus tallos y raíces también. Cazar o pescar sin equipo y sin práctica es difícil, pero seguramente la necesidad nos dará la paciencia y la habilidad necesarias. Con una rama se puede improvisar un arpón, y si contamos con una camiseta, hasta una red -atando la camiseta al final de una rama curvada-. Con palillos o juncos y cuerdas se pueden fabricar trampas y redes para peces de varios tipos, y con algo de paciencia, se pueden hacer trampas naturales, como atolladeros, en los que será más fácil atraparlos. Los moluscos como almejas y mejillones deben cocinarse. Hiérvalos por lo menos cinco minutos con sus caparazones y no coma los que no se abrieron, que seguro están en mal estado. También es posible fabricar trampas para pequeños animales, como conejos, palomas, roedores, etc., pero requieren de MUCHA paciencia y algo de suerte. La mayor parte de los invertebrados son comestibles: hormigas, abejas, polillas, escarabajos, caracoles, lombrices, etc. Son una gran fuente de proteínas y son el alimento más fácil de recoger, aún más que pescar o cazar. Debe retirarles las alas, las patas y los aguijones. Trate siempre de cocinarlos, aunque sea asados al fuego. Si no es posible, intente molerlos con una piedra. No coma los de colores brillantes, sobre todo el rojo, ya que generalmente esto indica que son venenosos. Tampoco intente comer avispas. Supervivencia extrema En el mar: nunca abandone una embarcación a menos que sea absolutamente necesario. Si debe hacerlo, permanezca cerca de la misma, ya que una vez hundida suelen salir a flote objetos que sirven de flotador. No infle su chaleco antes de entrar al agua, y asegúrese de que está correctamente ajustado. No se desespere si no tiene chaleco, ya que los seres humanos flotan. No gaste energías inútilmente luchando contra el oleaje o la corriente si no está cerca de la costa. Conserve la calma para relajar el cuerpo y adoptar la postura necesaria. Si está en grupo, forme una rueda con el resto de la gente tomándose por los hombros y coloque a los pequeños o a los heridos en medio. Esto
aumenta la flotabilidad y la visibilidad del grupo. Si flota solo, adopte la posición HELP (sigla en inglés de Heat Escape Lessening Posture), que reduce la pérdida de calor: encoja las piernas contra el cuerpo cruzando los tobillos y cruce los brazos sobre el pecho. Nunca se quite la ropa mojada, ya que actúa de barrera manteniendo más alta la temperatura del agua entre ella y nuestro cuerpo. Luche contra el sueño, producido por el cansancio y el frío del agua, que es el primer paso antes de la muerte. En la nieve: el mayor peligro en las zonas nevadas es el frío. Éste aumenta por efecto del viento, así que siempre trate de protegerse del viento. En una tormenta de nieve, el camino parecerá igual en todas direcciones, por lo que siempre es esencial tener dispositivos de orientación (brújula, GPS, etc.). Proteja sus manos, orejas y nariz del frío, ya que son las zonas que más rápidamente se congelan. Reduzca la distancia entre miembros del grupo, si es necesario casi hasta tocarse. Camine muy lentamente y a paso seguro. No se detenga a menos que encuentre una protección. Considere que construir un refugio en la nieve requiere tiempo y esfuerzo. Si debe cruzar superficies inestables, como lagos congelados, aumente la superficie de apoyo: arrástrese o camine en sobre sus pies y manos. Tenga más cuidado en las estaciones templadas ya que el peligro de grietas o desprendimientos de nieve son mayores.
Capítulo 9: El cuidado personal La comida La comida es la fuente de energía indispensable para todas nuestras actividades. Planear la cantidad y calidad de la comida dependerá de las actividades que llevemos adelante y que se hayan programado. Cuanto mayor es la actividad física o la exposición al frío, mayor debe ser el consumo de calorías. El consumo de calorías debe ser mayor en los hombres porque su metabolismo es menos eficiente que el de las mujeres. Las personas jóvenes suelen consumir mayor cantidad de calorías en parte porque son más activas, pero también porque la madurez tiende a disminuir el ritmo metabólico. Las calorías que necesita una persona varían en relación a su edad, talla, peso y sexo. También de acuerdo a las actividades que realiza. Existen tablas promedio de acuerdo a estos factores. He aquí algunas de ellas:
Algunos estudios han permitido determinar además el consumo de calorías que se realiza de acuerdo a cada actividad, y se los ha tabulado aproximadamente de la siguiente manera: Estas cifras son un promedio general, que variará de acuerdo a otras condiciones, como el clima (si llueve, si el cuerpo está seco o mojado, si hace frío, si hay viento, etc.), pero pueden tomarse como guía para un cálculo efectivo. Actividad calorías
Por hora
Descansar
70 aprox.
Permanecer en reposo 90 aprox. Encender un fuego
130 aprox.
Caminar
180 aprox.
Andar en bicicleta
240 aprox.
Cortar leña
360 aprox.
Trotar
360 aprox.
Correr
400 aprox.
Nadar
500 aprox.
Quienes excursionan en un medio tropical o subtropical requieren menos calorías que en los climas fríos, pero la profusa sudoración produce pérdida de líquido y minerales, como el potasio, que necesitan de una dieta balanceada. Las excursiones en regiones montañosas o nevadas, y más aún actividades como el rafting o el andinismo, requieren de mayor cantidad de calorías en la dieta. Un andinista necesita aproximadamente 5000 calorías diarias para soportar el esfuerzo físico y las temperaturas de congelación a las que se halla expuesto. Los acampantes de climas secos y calurosos deben cuidar su nivel de hidratación, ya que la sequedad del medio a veces no permite reconocer cuánto
se está sudando. Los malestares por deshidratación, insolación y quemaduras solares nunca se manifiestan instantáneamente, por eso hay que "obligarse" a beber agua suficiente, a descansar a la sombra y a comer adecuadamente. La deshidratación y las necesidades de agua El agua es un elemento indispensable para la vida. Más del 60% del cuerpo humano está compuesto de agua. El hombre debe beber como mínimo tres litros de agua al día para que el organismo funcione correctamente, en condiciones normales. Si la actividad física es mucha o el calor excesivo, esta cantidad debe aumentar hasta entre cuatro y cinco litros. Pero el cuerpo no tiene mecanismos de almacenamiento de agua, a diferencia de lo que sucede, por ejemplo, con las grasas. Incluso en reposo y a la sombra, el organismo humano pierde más de un litro de agua por día. Efectos de la pérdida de agua Entre el 1 y el 5%
Entre el 6 y el 10%
Entre el 11 y el 15%
Sed
Dolor de cabeza
Lengua hinchada
Malestar
Mareos
Contracciones
Letargo
Sequedad en la boca
Sordera
Impaciencia
Dificultad para respirar
Visión borrosa
Falta de apetito
Hormigueo en extremidades Falta de sensibilidad en la piel
Enrojecimiento de la piel Tono azulado en la piel
Piel arrugada y agrietada
Aumento del pulso
Dificultad en el habla
Incapacidad para tragar
Náuseas
Incapacidad para caminar
Delirio
Debilidad
Visión borrosa
Muerte
Tiempo estimado de supervivencia En estado de reposo º C sin agua con 2 litros con 10 litros 50 2-5 días 3-5 días
4-6 días
30 7 días
14 días
6-8 días
20 12 días 15 días
23 días
Caminando durante la noche 50 2 días
2-3 días
3-5 días
30 4 días
5 días
5-7 días
20 9 días
10-15 días 13-18 días
Si el suministro de agua es limitado, he aquí algunos consejos para preservarla: si el clima es caluroso, repose durante el día y haga actividad durante la noche, respire por la nariz para reducir la pérdida por la boca y evite fumar. Tampoco consuma alimentos grasos o beba alcohol, ya que requieren gran cantidad de agua para su digestión. En el capítulo "Técnicas de supervivencia" se hallan descriptos métodos para obtener y potabilizar agua. Protección del cuerpo En la vida en la naturaleza, los requisitos que debe cumplir la indumentaria son proteger nuestro cuerpo de los agentes climáticos, de los golpes, los insectos, etc. además de brindarnos seguridad y confianza. La piel del ser humano es delicada, por eso nunca debe maltratarse. No debe exponerse al sol fuerte o a las temperaturas glaciales. La aspereza del terreno puede provocar lesiones, por lo que siempre debe estar protegida. Hay que evitar el sol directo sobre la cabeza también, y protegerla del frío ya que es en esta parte del cuerpo donde se da la mayor pérdida de calorías por la superficialidad de las venas y vasos sanguíneos. La higiene es un componente fundamental en la buena salud. Posiblemente en un campamento no sea posible bañarse todos los días, en estos casos, un poco de higiene corporal con un poco de agua o una toalla húmeda ayuda a mantener el cuerpo fresco y limpio. Las zonas más importantes son la cara y la cabeza, ya que es donde existen más mucosas y están las "aberturas" del cuerpo (la nariz, la boca, los ojos y los oídos). Otra zona importante son los genitales, ya que por las excreciones y la transpiración existe la posibilidad de criar algún tipo de gérmenes u hongos, que también pueden formarse en los pies. Por último, y no menos importante, las manos, ya que con ellas tocamos todo lo que ingerimos, nos restregamos los ojos, etc. Los ojos son órganos indispensables para nuestro normal desempeño. Sin el sentido de la vista, el ser humano se vuelve prácticamente inútil, sobre todo en un medio desconocido como la naturaleza. Siempre deben protegerse con gafas para sol, que resguardan del polvo y del reflejo del sol en el agua o la nieve, lo que vuelve a los rayos ultravioletas mucho más agresivos. Las personas que viven en el desierto, sobre todo en Medio Oriente, acostumbran a tiznarse los párpados para disminuir el reflejo de los rayos solares. Siempre es bueno mantenerse en forma y en buen estado físico, lo que mejora nuestra calidad de vida y nuestra salud. Pero lo más importante para protegernos es una actitud mental responsable, que nos permita reconocer nuestro medio y nuestras posibilidades.
Los efectos del medio ambiente El medio natural tiene influencia sobre nuestro comportamiento y nuestro organismo. Muchas veces esta influencia es tanta que puede llegar incluso a afectar nuestro comportamiento y nuestro desempeño. El bajo contenido de oxígeno del aire en las alturas puede provocar desde jaquecas hasta hipoxias o malestares similares que pueden acarrear la muerte. Los rayos ultravioletas pueden ocasionar quemaduras, ampollas y cegueras temporales por encandilamiento. El agua no potable y los frutos no aptos para consumo acarrean enfermedades digestivas y malestares gástricos. El polvo y el polen en suspensión afectan a personas propensas a las alergias. La exposición al frío polar puede provocar congelamiento en miembros, afecciones cerebrales y hasta la muerte; y a altas temperaturas la deshidratación. Todos estos casos deben ser tenidos en cuenta y considerarse como posibles al momento de planear una salida.
Capítulo Extra: Prácticas de bajo impacto La filosofía básica es "No deje signos de que usted haya estado alguna vez en el lugar" Planificación de una salida
Planificar las salidas para 10 ó 12 personas -o menos si es posible. Los grupos grandes generan mayor impacto que varios pequeños: es más difícil manejar el grupo y encontrar buenos sitios de acampe, y es más problemático el tema de los desechos. Si el grupo es mayor, tratar de ir a campings organizados con ciertos servicios (baños, mesas, caminitos, etc), preparados para recibir mucha gente. Llevar comida liviana y nutritiva, en bolsitas de nylon u otros envases que pueden quemarse fácilmente o llevarse de vuelta. Trate de dejar en su casa la comida enlatada o embotellada. Las botellas y latas vacías y el aluminio deben llevarse de vuelta: no deben ser enterrados, ni se queman. Lleve una o dos bolsas para residuos, para recoger su basura y la que otros puedan haber dejado. También lleve una palita de mano o algo similar, para enterrar las deposiciones. Evite a toda costa introducir especies exóticas al área que va a visitar.
Al caminar
Caminar en fila sin salir del sendero. Caminar dispersos usando el borde del sendero, aumenta la erosión y altera el lugar. Evitar caminar sobre suelo anegado. El suelo cargado de agua es mucho más susceptible de deterioro. Salir sin mascotas (perros, gatos); los perros, por ejemplo, son por naturaleza predadores, y van a tender a perseguir y molestar ejemplares de la fauna. Mantener lo más bajo posible el nivel de ruido. Los ruidos extraños alteran el comportamiento de la fauna, y deterioran la calidad de la experiencia en la naturaleza, para usted y los otros visitantes. No cortar camino en los zigzags o caracoles. Circular por la línea de máxima pendiente produce un alto grado de erosión del suelo. Los "atajos" se erosionan severamente. ¿Cuál es su apuro?
Hacer los descansos fuera de la picada y en lugares con poca vegetación. Hacer los descansos sobre la picada obliga a otros caminantes a salir de la misma para pasar.
Si se debe caminar en zonas donde no hay picadas
Como regla general, debe caminarse por los senderos, pero en ocasiones se transita por áreas sin ellos. En ese caso: Dispersar el grupo y no caminar en fila. Caminar en fila donde no existe picada, crea nuevos senderos en áreas pristinas donde no son convenientes. Elegir zonas de superficies durables, como roca, pedreros o cursos de arroyos secos. Si se camina fuera de picadas, no señalizar (con cintas u otros objetos colgados o amarrados, o con machetazos en los árboles). Eso produce impacto visual negativo en un área silvestre, que hay que atravesar sin dejar marca; por algo no existen picadas.
Acampe
Acampar en lugares permitidos; en las zonas libres muy frecuentadas, hacerlo sólo en lugares ya impactados con anterioridad. En lugares poco frecuentados, sólo acampar en sitios libres de vegetación. Dispersar las actividades en el sitio de acampe, para no pisotear en exceso ningún punto. Nunca acampar en sitios ligeramente impactados, así se recuperan. En el sitio de acampe, usar calzado de suela blanda como zapatillas o alpargatas. Evitar el pisoteo de la vegetación. Tratar de acampar cerca de pequeñas elevaciones con algo de bosque. Esos sitios algo elevados son más cálidos que las orillas de arroyos o los pastizales húmedos, donde a la noche baja aire frío. También suelen tener menos insectos, y menos vegetación delicada sensible al pisoteo. Y se evita interferir con la fauna que necesita acercarse al agua. Disponer el campamento de manera que sea escondido por árboles, arbustos y rocas. Eso va a aumentar la sensación de soledad y privacidad en otros. Si se acampa en áreas altas, no va a tener que hacer canaletas alrededor de la carpa. Las canaletas pueden comenzar erosión y dejar cicatrices muy duraderas. Trate de quedarse en un sitio no más de 4 días, para minimizar la acumulación de basura y evitar dañar la vegetación y suelo del sitio. Dicen que "los buenos sitios de campamento no se hacen, sino que se encuentran". Adáptese Ud. a la naturaleza y no adapte la naturaleza para Ud... No construya estructuras, como círculos de piedra alrededor del fuego, "camas", bancos, repisas, etc. No corte plantas verdes. Antes de irse del lugar, revíselo y asegúrese que no quedan rastros de su visita. ¿Campamentos o playas de estacionamiento? Evite llevar innecesariamente su vehículo hasta la carpa, deteriorando la vegetación y el suelo. Tampoco lave vehículos en los cursos o cuerpos de agua o en sus orillas. Si acampa en un área donde están permitidos los perros, manténgalos siempre controlados, y atados el mayor tiempo posible. De todos modos, trate de no llevar perros a las áreas silvestres.
Fuego
Siempre lleve un calentador liviano, y trate de no hacer fuego. Si tiene que hacer fuego, y sólo si está permitido, trate de usar un sitio de fogón ya usado en vez de inaugurar uno nuevo. Usar leña seca y caída que pueda cortarse a mano. Los grandes troncos son hábitat de muchos organismos. No cortar leña en pie (ni verde ni muerta). Si quema basura, luego llévese los restos que no se han quemado. Haga el fuego no demasiado lejos del agua. Si va a un sitio no usado antes, elija un punto alejado de árboles y arbustos. Trate de hacerlo sobre suelo inorgánico. Si no puede conseguir ese tipo de suelo, saque las ramitas y hojarasca hasta que llegue al suelo "desnudo", y acumúlelas para usarlas luego en el fuego. Resista la tentación de construir un círculo de piedras. Puede usarse una o dos piedras para sostener las ollas, pero un círculo completo no es necesario, y no evita que un fuego se escape. Nunca haga un fuego al ladito de una gran roca, porque el humo la va a ennegrecer; o en un pastizal o mallín, donde la cicatriz va a permanecer. Seleccione un punto arenoso o de suelo muy duro. Alimente el fuego de a poco, para evitar quemar la vegetación circundante. La leña chica es preferible porque se quema completamente y proporciona un sustrato de brasas limpias y bien calientes; y cuando se vaya del lugar, no va a dejar troncos semiquemados. NUNCA deje el fuego sin atender. Fume sólo en lugares seguros. Queme o llévese de vuelta los filtros.
Aspectos sanitarios
En áreas sin baño ni letrina, que cada individuo haga un pocito de unos 20 cm de profundidad (si no tiene palita, se puede hacer con el pie), a por lo menos 60 m de cualuier curso o cuerpo de agua, y cubra las deposiciones con suelo. Luego, lávese las manos pero no en el arroyo o el lago . No orinar cerca del agua, el campamento o los senderos. Para un grupo, excavar una trinchera de unos 30 cm de profundidad y no más de 30 cm de ancho, a por lo menos 60 m del agua, el campamento o el sendero. Luego de cada uso, cubrir las deposiciones con suelo y apisonar con el pie o la palita. Cuando los desechos lleguen hasta unos 10 cm de la superficie, llenar la trinchera y camuflarla con piedras, hojarasca, etc. Usar papel higiénico biodegradable, blanco y no perfumado. Hasta los jabones biodegradables contaminan el agua y dañan a los peces y otra vida acuática. No lave en los arroyos o lagos. Lavar la vajilla o la ropa lejos de cuerpos o cursos de agua, con jabón blanco. Hacer un pocito y tirar allí el agua jabonosa. Al irse del lugar, rellenar el pocito. No enterrar la basura. Llevarse de vuelta hasta el último pedacito que no se haya quemado. Si planeó bien las cosas, va a tener poca basura que llevar de vuelta. Las tripas de pescado, enterrarlas en el pocito o letrina explicada más arriba. Nunca las deje tiradas en la orilla ni las tire al agua. Ensucian el área, y facilitan el contagio de parásitos.
Cabalgatas
Usar la menor cantidad posible de caballos. Además, aplique las recomendaciones para transitar por senderos, ó por áreas sin sendero (a campo traviesa). (Ver "Al caminar" y "Si se debe caminar en zonas donde no hay picadas"). Evite los sectores ó los períodos del año con el suelo saturado de agua, o con mallines, surgentes o vertientes. El suelo húmedo es muy severamente impactado por los caballos. Haga que sus animales tomen agua en vados o lechos rocosos o pedregosos, evitando las márgenes o barranquitas de cursos de agua con suelo blando. De ser posible utilice bebederos o déles agua en un balde. En las paradas, atar el caballo a un buen árbol de no menos de 20 cm de diámetro. Los árboles más pequeños son más blandos y se dañan fácilmente por el tironeo y la abrasión de las riendas. Envuelva la soga dos veces alrededor del tronco antes de atar el nudo, así disminuirá el daño a la corteza (los movimientos del caballo no moverán la soga). Elija un sitio seco y resistente al pisoteo. Si el caballo debe estar atado mucho tiempo, estire bien una rienda o una soga (bien arriba de la cabeza del caballo) entre dos árboles grandes, en un sitio seco. Ate el caballo al "riel" de rienda o soga así se puede mover libremente (reduciendo la tendencia a pisotear un punto o dejar cicatrices en los árboles). Si puede, es preferible manearlo, lo que permite que el caballo pastoree en un área mayor, sin deteriorar un punto. Si lo ata por medio de una estaca al suelo, mueva al animal a menudo, y saque las estacas cuando se vaya. Los animales que están pastando o atados por largo tiempo, deben estar alejados por lo menos 50 metros de lagos, arroyos y campamentos, para evitar contaminación de aguas, excesivo pisoteo de vegetación y suelo y situaciones desagradables (excrementos, orina). Disperse las acumulaciones de bosta con un palo, para acelerar su descomposición, y mejorar el aspecto en que deja el área. En las paradas (aunque sean cortas) ate los caballos fuera de la picada, por consideración a los otros usuarios y para evitar desgaste excesivo del sendero. Si es posible y aconsejable [1] , utilice llamas en lugar de caballos -su impacto es mucho menor.
Cortesía
Si se encuentran en un sendero gente a caballo y caminantes, estos últimos deberían esperar el paso de los caballos saliéndose del sendero ladera abajo, y sin hablar fuerte, hasta que pasen los caballos. En las áreas silvestres, las radios, grabadores, instrumentos musicales muy fuertes, y los gritos permanentes, están fuera de lugar. Además, si cuida estos aspectos va a ver más fauna.
Aporte de: Claudio Chehébar