Revista Sembrando Esperanza Cañar, Playas y Santa Elena

JULIO 2016

Revista informativa

CaĂąar Playas y Santa Elena

C ALIF IC AC IÓN DE R IE S G O Microfinanza Calificadora de Riesgos S.A. Microriesg ha realizado la calificación de riesgo global la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo con corte al 31 de marzo del 2016, de acuerdo a las normas contenidas en el literal h) del Art. 180 de la Ley de Instituciones Financieras y en el Capítulo III del Título XXI, del Libro I de la Codificación de Resoluciones de la Superintendencia de Bancos y Seguros y de la Junta Bancaria.

El Comité de Calificación de Microfinanza Calificadora de Riesgos S.A. Microriesg decidió asignar la calificación de:

A “La institución es fuerte, tiene un sólido récord financiero y es bien recibida en sus mercados naturales de dinero. Es posible que existan algunos aspectos débiles, pero es de esperarse que cualquier desviación con respecto a los niveles históricos de desempeño de la entidad sea limitada y que se superará rápidamente. La probabilidad de que se presenten problemas significativos es muy baja, aunque de todos modos ligeramente más alta que en el caso de las instituciones con mayor calificación”

Evrim Kirimkan Gerente General

7 PRINCIPIOS UNIVERSALES DEL COOPERATIVISMO 1

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Ingreso y retiro voluntario: Entras y sales libre y responsablemente de la Cooperativa.

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Administración y seguimiento democrático: Todos

y todas tenemos voz y voto, control social, hay un gobierno cooperativo compuesto por los representantes de los socios.

Participación económica de los miembros: Todos

somos dueños y aportamos para tener un buen patrimonio que nos respalde para servir de la mejor forma.

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Autonomía e Independencia: Crecemos con nuestro esfuerzo, servicios- con libertad, no somos el Estado ni una O.N.G., construimos un movimiento cooperativo desde nuestra identidad.

Educación, Capacitación, Información:

Con procesos de comunicación la cooperativa fortalece sus cimientos con programas de educación cooperativa, participativa e información que contribuye a transformar la mente y las formas de vida de las personas en base a los valores cooperativos.

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Compromiso con la comunidad: Presentes en el

Buen Vivir de nuestras comunidades, barrios, parroquias, cantones, región, integrados también en nuestra casa común que es el planeta tierra.

Todas las Cooperativas deben evaluar permanentemente el cumplimiento de estos principios.

Cooperación entre Cooperativas: Formando un gran movimiento con fuerza social, cultural, económica y política.

Ahorrar con felicidad es: comer sano, educarse, movilizarse en bicicleta, hacer deporte y compartir en familia.

Comité Editorial

Presentación

Henrry Quezada, Nelly Molina, Galo Zhunio, Adriano Rojas.

Dirección de Comunicación: Santiago Mejía, Juan Diego Romero, Vinicio Garcia, Geovanny Villalva, Cristian Crespo.

Dirección Benigno Malo 9-75 y Gran Colombia

Contactos

2833-255 ext: 7048/7098

email

comunicacion@jardinazuayo.fin.ec

web

www.jardinazuayo.fin.ec

En esta edición colaboraron: Dirección de Riesgos, Control Interno, Contabilidad y Talento Humano .

La Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo, en su empeño permanente de aportar hacia una sociedad solidaria y cooperante en busca del Buen Vivir de sus comunidades y pueblos, presenta por segundo año consecutivo la revista “SEMBRANDO ESPERANZA” que en esta ocasión refleja el trabajo valioso de las fabricantes de ollas de barro, talabarteros, artesanos de los molinos de grano, tricicleros, gaveteros, bordadoras de polleras entre otras actividades que demandan valor, creatividad, fuerza, y que en muchos casos son la única garantía que tienen las personas.

Jardín Azuayo ha dedicado este espacio para resaltar estas actividades que normalmente son invisibilizadas o poco tomadas en cuenta en los medios de comunicación tradicionales. Este material, sirve como espacio de información y comunicación, para rendir cuentas de las acciones directivas y administrativas a nuestros socios y a la sociedad en general, como valores y elementos característicos de la Cooperativa.

Asimismo, recoge opiniones de nuestros directivos y socios, resaltamos experiencias cooperativistas y de ahorro que dan testimonio de logros alcanzados con el apoyo de Jardín Azuayo.

Les invitamos a disfrutar de este material que describe a la par con fotografías, paisajes maravillosos de los territorios donde está Jardín Azuayo, y el trabajo que día a día realizamos para fortalecer la Economía Popular y Solidaria, siendo consecuentes con la filosofía cooperativista e identidad institucional.

Bienvenidos.

REVISTA JARDÍN AZUAYO ES UNA PUBLICACIÓN DEL: La Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo PRODUCIDA POR:

072 881493

Todos los Derechos Reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación

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Comité Editorial Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo

6 8 10 15 17 20 24 27

Índice La Minga en Pacchapamba A pico y pala labran el proceso

Jardín Azuayo

Conociendo su historia

Gobierno Cooperativo Individualidades apoyadas, transformaciones conjuntas

Nuestros Números Balance general comparativo

Educación Cooperativa Programa en Cooperativismo, Ciudadanía y Liderazgo.

Cañar, Playas y Santa Elena Entre arqueología, sembrios y playas

Ciclo Aventura Cañar 2016 Festival de la Yanushka

Las Olleras de Jatupamba Una especie de danza con el barro

38 30 32 34 36 38 42 43

Talabarteros

Herencia milenaria

Molinos

Donde los granos se transforman

Polleras

El arte del bordado en manos de mujeres

Tricicleros

Pedalean con fuerza su sustento

Servidores Turísticos

Junto al mar, el sol y la brisa sirven a los turistas todo el año

Gaveteros

Un oficio de orgullo y esperanza

Ahorrar es una virtud

Unidad familiar y empeño para incrementar

La casa del encebollado La perseverancia es la clave del éxito

44 45 46 47 48 49 51 53

Coop. Transporte 23 de Octubre

Ideas que rinden frutos a largo plazo

Con valores se enfrenta la vida

El amor familiar los cohesiona e impulsa

El mejor marisco

Con toque de sabor esmeraldeño

Coop. San Agustín

El ahorro programado crea bienestar y esperanza

La opinión del socio 15 Años

Encuentro artístico y cultural

Nuestro Jardín

Corresponsal Solidario: generando cercanía

Cajeros y Oficinas

La minga en Pacchapamba 6

A pico y pala labran el progreso

Jardín Azuayo Conociendo su historia Una cooperativa es una sociedad de personas donde los dueños somos todos. Sin lucrar de la necesidad de los servicios financieros que presta, nació Jardín Azuayo como un proyecto social y económico de los pobladores del cantón Paute, en la provincia del Azuay, por la acción visionaria de sus promotores que se negaron a derrumbarse junto con las montañas del desastre de La Josefina, allá por el año de 1993.

Cuando la catástrofe natural destruyó sembríos, edificaciones, calles, canales de riego, obras de infraestructura y todo lo que el agua y el lodo pudo a su paso, el principio de desarrollo solidario primó en hombres y mujeres que hicieron resurgir su economía.

Es así que, después de tres años de la tragedia, en 1996 y con 120 socios se creó la ahora fortalecida entidad Cooperativista de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo.

Como todo propósito, con cimientos éticos y responsables, se ha convertido en la actualidad en una realidad vigente con sus servicios financieros, en las áreas de crédito, ahorro, educación cooperativa y afines. Hoy cuenta con 353.853 socios, distribuidos en las provincias de Azuay, Cañar, Guayas, El Oro, Loja, Morona Santiago y Santa Elena.

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PLAN ESTRATÉGICO INSTITUCIONAL 2014- 2018 MISIÓN: Somos una Cooperativa de Ahorro y Crédito segura y participativa que contribuye en el crecimiento socioeconómico de sus socios y fortalece la economía popular y solidaria mediante servicios financieros de calidad incluyentes y sostenibles.

VISIÓN: Ser un referente positivo del desempeño social y financiero de la economía popular y solidaria del Ecuador, que incide en el desarrollo de sus socios y localidades de intervención con una gestión participativa e incluyente basada en calidad, cercanía y servicio.

VALORES: Los valores que orientan a quienes formamos parte de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo son la transparencia, la integridad, la confianza, el compromiso y la responsabilidad. Creemos profundamente en ello.

Gobierno Cooperativo Individualidades apoyadas, transformaciones conjuntas Siguiendo la filosofía de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo en todas sus instancias directivas, fundamentan su trabajo en una estructura participativa y democrática.

Según el presidente de la oficina de Azogues, Víctor Pinos, el servicio y la solvencia de la Cooperativa, motiva a mantenerse y trabajar por los socios.

Si hablamos de valores que promueven el servicio de Jardín Azuayo, están la solidaridad, la honestidad y la transparencia. Gerardo Alvarado trata de inculcar en sus estudiantes de la Unidad Educativa San José de Calasanz, estas cualidades y que las ha fortificado como presidente de la oficina en Cañar. “Mi filosofía es servir a la cooperativa y no servirme de ella”, sostiene Alvarado.

Imelda Bustamante, presidenta de Jardín Azuayo en El Tambo, comparte su tiempo entre los quehaceres del hogar y administra una microempresa de elaboración de postes para alumbrado eléctrico y bloques para la construcción. Para ella, la capacitación en temas de educación cooperativa que impulsa Jardín Azuayo son fundamentales para administrar los pequeños emprendimientos.

que realiza, José Mendoza, presidente de la oficina La Troncal, considera que la situación económica de esta cooperativa es sólida y por eso sigue creciendo en número de socios.

Si el progreso es continuo también se debe a que uno de los pilares para el crecimiento en Jardín Azuayo es la capacitación a la gente emprendedora, dice Luis Gómez, presidente de la oficina en el cantón Playas. El tiene gratitud porque Jardín Azuayo identifica los problemas de los socios y camina con ellos en una solución a corto plazo.

Otro testimonio es de Tannia Marca, presidenta de la oficina de Jardín Azuayo en Santa Elena, resalta que “esta cooperativa se preocupa por sus socios y les ayuda a resolver los problemas económicos, a pensar en el ahorro, a generar emprendimientos y oportunidades de trabajo siempre”.

Estructura del Gobierno Cooperativo

Para el presidente de la oficina Suscal, Carlos Humberto Verdugo, comerciante y transportista manifiesta que “el progreso de nuestro cantón es gracias Jardín Azuayo. En este cantón la formación cooperativa ha permitido desarrollar emprendimientos en agricultura y micronegocios.

Jardín Azuayo, sus directivos son los representantes de sus miles de socios, quienes son los encargados de vigilar la buena gestión de la Cooperativa. El gobierno directivo general esta formado por la Asamblea General de Representantes, el Consejo de Administración, el Consejo de Vigilancia y la Comisión de Educación Cooperativa.

Una institución que posee bases seguras y se enmarca en valores, siempre irá en crecimiento y eso determina que goce de la confianza de sus socios. Por los balances periódicos

Asimismo, el gobierno de cada oficina lo conforman la Asamblea de Delegados Locales, la Comisión de Crédito, la Comisión de Educación Cooperativa.

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Nuestros Presidentes de Oficina

Personas de Trabajo

Carlos Verdugo - Suscal

Víctor Pinos - Azogues

Gerardo Alvarado - Cañar

Imelda Bustamante - El Tambo

José Mendoza - La Troncal

Luis Gómez - Playas

Tannia Marca - Santa Elena

Nuestros Directivos

Oficina Azogues

Ana Ávila

Angel Sibri

Enma Palomeque

Inés Merchán

Jorge Molina

Judith Sánchez

Margarita Sumba

Pedro Sibri

Rosa Jara

Wilson Gutiérrez

Jorge Molina

Judith Sánchez

Margarita Sumba

Pedro Sibri

Rosa Jara

Wilson Gutiérrez

Nuestros Directivos

Oficina Cañar

Marcelo Verdugo

Mariana Morocho

Blanca Encalada

Carlos Ávila

Gonzalo Córdova

José Montenegro

Luis Maldonado

Luis Quintuña

Patricia Orellana

Rosario Muñoz

Rumiñahui Pichisaca

César Guasco

Jorge Yamasqui

Manuel Guamán

Mérida Sarmiento

Ruth Sigüencia

Walter Ojeda

Nuestros Directivos

Oficina El Tambo

María Cruz

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Marlene Reinoso

Nuestros Directivos

Oficina Suscal

Edisón Yupa

José Gonzáles

Lorena López

Asunción Yupa

Carmelina Torres

Cristina Alulema

Lourdes Encalada

Luis Vázques

María Dolores

Nuestros Directivos

Oficina La Troncal

Luis Vicente Jadán

Manuel Idrovo

Daniel Alvarado

Digna Abad López

Jenny López

Juan Montoya

Liz Toro

Luis Vásquez

Miltón López

Miriam Corte

Sonia Zeas Heras

Teresa Robles

Nuestros Directivos

Oficina Playas

Guillermo Rodriguez

David Vera

Benilda Zambrano

Roberto Zapata

Maria Cedeño

Jose Cruz

Jose Escalante

Joice Villacreses

Nuestros Directivos

Oficina Santa Elena

Manuel Quirumbay

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María Franco

Andrea Zambrano

Freddy Reyes

Ivo Suárez

Leimbert Indacochea

Mariuxi Durán

Natalia Yagual

Sandra Villegas

Wilson Santos

BALANCE GENERAL COMPARATIVO JUNIO 2015 - JUNIO 2016

EN MILLONES 579 500.4

498 435

59

BALANCE JUNIO 2015

Número de colaboradores

BALANCE JUNIO 2016 JUNIO 2015

JUNIO 2016

3.53% 586

4.58% 627

317.533

353.853

44 76.872

44 84.167

78.6

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Educación Cooperativa Programa en Cooperativismo, Ciudadanía y Liderazgo.

El programa en Cooperativismo, Ciudadanía y Liderazgo es una estrategia que Jardín Azuayo ha mantenido por más de 10 años y que cumple con el quinto principio universal del cooperativismo, además, el objetivo es conseguir una sociedad cooperante y solidaria.

En el 2016, el programa de formación en “Cooperativismo, Ciudadanía y Liderazgo” que inició en febrero y concluirá en octubre próximo, tiene más de 1000 estudiantes entre socios, directivos y empleados, los mismos que están distribuidos por cada una de las oficinas de la Cooperativa Jardín Azuayo, actualmente cuenta con 26 Educadores Cooperativos, quienes son los encargados de los procesos de capacitación, que cuentan con el aval de la Universidad Politécnica Salesiana.

Manuel Dután, es el facilitador de la escuela de Azogues de 28 estudiantes. Según él, en este espacio los socios buscan profundizar o actualizar sus conocimientos en temas como Cooperativismo y buen vivir, Desarrollo Personal, Liderazgo y Ciudadanía, Economía Popular y Solidaria, Educación Financiera y Emprendimientos.

Como facilitador les acompaña en el proceso de enseñanza-aprendizaje basado en la metodología constructivista que parte desde los saberes individuales hacia los saberes colectivos, se aplica una “minga de conocimientos”.

Entre los participantes hay personas con emprendimientos como Blanca Fajardo, de 49 años, de la comunidad de Yanacocha, Buerán, cantón Biblián. Desde el 2013, ella con 68 socias crearon el Centro de Acopio Cristo Rey que almacena 500 litros de leche diario para una fábrica de lácteos.

En cambio, José Morquecho tiene 61 años y es oriundo de Pindilig-El Calvario, cantón Azogues.

Según él, con estos eventos eventos puede visualizar mejor sus fortalezas y debilidades, manifiesta “Es la única cooperativa del país que le abre las puertas a sus socios para que se formen en cooperativismo”.

Servicios Cooperativos

6% 6,25% 6,5% 7% 7,5% 9%

Cañar, Playas y Santa Elena

Entre arqueología, sembríos y playas

Hablar de estos lugares, donde la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo presta sus servicios financieros, es revivir el legado de nuestros ancestros, resaltar la belleza de sus campos, el espléndor del mar y su rica gastronomía. Pero, sobre todo, es ponernos en contacto con el mayor patrimonio que tiene nuestro país: la gente. Son mujeres y hombres que comparten generosamente sus vivencias, formas de vida, sueños y esperanzas.

El recorrido por Cañar inicia visitando su capital, la franciscana y altiva Azogues. Está ubicada a 32 kilómetros de Cuenca y al llegar, el Santuario de la Virgen de la Nube invita al viajero a reflexionar y regocijarse en el espíritu. Etelvina Peña Inga, una indígena que supera los 70 años camina feliz trayendo, entre sus manos arrugadas, un sambo tierno que le regaló una amiga. Con su cálida sonrisa

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saluda al foráneo. En cambio, María Delfina Saca, a sus 84 años mantiene la fuerza física que le permite subir y bajar del cerro. Esas imágenes son parte de la cotidianidad.

A escasos cinco kilómetros se levanta imponente el Santuario de la Virgen del Rocío, enclavada sobre la escarpada montaña del Zhalao, en el vecino cantón de Biblián. Esta obra de estilo gótico empezó a construirse por 1893 por artífices talladores de piedras.

Siguiendo la Panamericana el color verdoso de los campos se muestra más intenso. Los rayos del sol empiezan a ganarle a la tenue neblina de una mañana de junio, y aparecen en el horizonte los afanados cultivadores que, con la yunta labran los campos y cuidan el ganado que pasta sobre la yerba.

El sol llega a su maximo esplendor y se muestra imponente la fortaleza del Castillo de Ingapirca, herencia de la presencia inca en la tierra cañari. Es un inmenso conjunto de estructuras de piedra, basamentos de viviendas, terrazas y caminos empedrados. Diez kilómetros más adelante de Cañar (kilómetro 75 desde Azogues) está El Tambo, donde el turista disfruta del rehabilitado tren que cubre la ruta El Tambo - Coyoctor, y se adentra más a la ancestralidad de un paisaje andino, campestre y silencioso.

Siguiendo el camino con dirección a La Troncal nos encontramos con el cantón Suscal lugar apropiado para hacer una parada y degustar del delicioso chibil. La vegetación cambia y aparecen, a los costados de la vía, las ventas de frutos tropicales como la naranja, piña, guineo dando la bienvenida al pujante cantón La Troncal.

Mientras tanto, la Perla del Pacífico enclavada a orillas del río Guayas se muestra atractiva y coqueta, al igual que la belleza de su gente.

Playas, Salinas, La Libertad y otros pueblos turísticos y pesqueros que se abren paso en el gran Océano Pacífico.

La sonrisa perenne de los servidores turísticos, la calidez de sus hombres y mujeres para con el visitante, invitan a quedarse y son parte de la identidad y herencia cultural.

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Así lo dice Ernesto Solís, presidente de la Cooperativa Interprovincial de la Costa Azul. “Invitamos a todos los turistas nacionales y extranjeros a que nos visiten en Santa Elena, donde convergen las mejores playas, sitios hermosos para acampar, exquisita gastronomía preparada con mariscos, diversión...

Esto es Cañar, Guayas y Santa Elena, tres provincias que se complementan turísticamente y donde Jardín Azuayo esta echando raíces con los servicios financieros de calidad para sus socios y personas particulares.

El pasado mes de febrero la Coperativa Jardín Azuayo cumplió 18 años en el cantón Cañar y para celebrarlo realizó las actividades “Yanushka”; comida típica, ciclismo, festival del trompo, música, danza y alegría fueron los pretextos para convocar a cientos de personas que se unieron a nuestra celebración.

Luchadores de la

EconomĂ­a Popular y Solidaria

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Las olleras de Jatumpamba

Azogues

Una especie de danza con el barro Sus manos ásperas de tanto amasar el barro no han perdido la sensibilidad de la artista que vive en su interior. Como desde su niñez ahora tiene 68 años, las manos de María Josefina Pérez son la única herramienta del arte de elaborar las ollas de barro, en la comunidad de Jatumpamba, parroquia San Miguel de Porotos, cantón Azogues.

En su sencillo taller no hay tornos ni moldes. Solo sus ganas de trabajar con frío o con sol, y la materia prima: una tina con porciones de barro suave, como especie de plastilina, preparado con una tierra especial traída del cerro.

Sobre el piso hay una inmensa olla de barro, que registra fisuras por los años, y que María la utiliza como pedestal. En esa olla coloca la porción de barro que preparó en la víspera y que dejó cubierta con plásticos para que no se endure. Entonces, empieza una danza simbólica de unos cinco minutos, que concluye cuando el producto está terminado.

Se separa de la pieza solo para mojarse las manos y conseguir un mejor manejo del barro. Es la verdadera técnica ancestral que heredó de sus abuelos. Todo lo hace de forma manual y con sabiduría. Con un mazo, herramienta de mano elaborada en barro, golpea suavemente las paredes internas y externas de la olla para conseguir consistencia en la figura.

Las formas de sus creaciones salen de su habilidad e imaginación, de la capacidad de sus manos para extender la textura. El producto final lo toma delicadamente entre sus brazos y lo coloca en un sitio especial para el secado de siete días, y luego va al horno para su cocción.

Por este arte, María Josefina y otros 10 alfareros de Jatumpamba constituyen un patrimonio vivo que se mantiene, recrea y transmite los secretos del trabajo transformador con el barro. Ellos han compartido sus conocimientos y sabiduría con las nuevas generaciones de hijos y nietos.

Elaboran ollas, tiestos, jarrones, platos... que los venden en sus talleres o mercados a precios que van desde un dolar.

Luchadores de la

Economía Popular y Solidaria

Talabarteros Cañar Herencia milenaria

La talabartería es un arte en piel. Manuel Álvarez y Miguel Calle, son los últimos artesanos en este oficio que quedan en la capital cañari. Ellos, luego de un proceso natural de secado al sol, transforman el cuero de animales en objetos para el campo, principalmente. Este oficio es toda una tradición y denota la riqueza artística e imaginación de sus artesanos.

Pese al poco interés de las nuevas generaciones, los defensores de este arte aseguran que, por ser accesorios útiles del campesino, siempre tendrán demanda. Monturas, botas de cuero, cinturones y chicotes para caballos, son los principales artículos que elaboran Álvarez y Calle.

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Sus talleres están ubicados en la calle Bolívar, entre San Antonio y Tarqui. Adentro el olor natural de las pieles de borrego, chivo, becerro y otros animale, concitan la atención de los clientes que llegan a adquirir algún accesorio. Son texturas en proceso de tratamiento hasta lograr propiedades de resistencia y flexibilidad para trabajarlas. Álvarez camina despacio en su taller y muestra la variedad de monturas de su creación. Aprendió este oficio cuando era niño, ganando un sucre semanal. Su primera experiencia con la talabartería fue como ayudante curtidor del cuero. Lo hacía de forma manual usando mucha agua y la cashca, una planta traída del cerro Huayrapungo.

En aquel tiempo, él también usaba zamarros de piel de borrego en invierno, cuando el frío calaba los huesos, la neblina se imponía y llovía granizo. Entonces, le entró más el gusto por este arte. De su maestro, José Cantos, se le grabó la frase: “el trabajo y el ahorro son la base de la vida”.

Y tenía razón, dice: “Debemos valorar lo que sabemos hacer porque es el pan de cada día para nuestras familias”, comenta sonriendo mientras lija unas tiras de cuero.

Manuel Álvarez aprendió la talabertería para no estar vago y para ayudar económicamente a su mamá, pero con el tiempo la convirtió en su pasión. En su taller prepara, mide, corta, empata y cose los cueros con extraordinaria concentración para obtener las monturas, cinturones, zamarros...

La talabartería es un arte laborioso ancestral. Álvarez sabe que este oficio corre el serio riesgo de desaparecer porque sus hijos tampoco aprendieron de su habilidad “Cuando me retire de este trabajo no habrá quien continúe”.

Para estos artesanos, que otras personas aprendan este arte podría evitar la migración y que se mantenga una de las tradiciones que valoraban más las anteriores generaciones.

Luchadores de la

Economía Popular y Solidaria

Molinos

El Tambo Donde los granos se transforman

Un dulce olor gobierna los alrededores de la tienda de víveres y pan de Mercedes Pañora, ubicada junto al Municipio de El Tambo. Afuera, la calma del paisaje invita a la autoreflexión, mientras que adentro el insistente motor de los molinos ofrece un concierto de sonidos y una exposición de texturas protagonizada por la cebada, el trigo o la arveja.

En este sitio la tecnología se ha detenido en uno de los molinos artesanales más importantes de la historia de este cantón de la provincia del Cañar. La historia comienza 65 años atrás cuando, Benigno Pañora, decidió adquirir el molino artesanal como quien adquiere un sueño que sabe que le hará feliz. Él contrajo matrimonio con Elvia Coronel con quien formó un hogar compuesto por seis hijos, quienes finalmente heredaron el molino como un regalo invaluable.

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Gracias a esta máquina narra Mercedes Pañora, hija y administradora, se puede procesar la machica y el arroz de cebada.

Además de harinas de haba, arveja, trigo. “En esto consiste la actividad del molino, la gente también llega y trae la cebada tostada y la muelen y luego se la llevan. Por esta actividad pagan seis dólares. A mi papá lo conocían personas de todas partes de Cañar y de Cuenca, y llegaban en sus caballos o burritos trayendo la cebada para molerla aquí”.

Dentro del granero, férreo y educado, Carlos Santander Coronel controla el proceso del molido y verifica que todo se cumpla con normalidad. Sus 10 años de experiencia le han formado un rostro seguro y una voz firme. La maestría de sus manos para manipular las máquinas es digna de admiración. Con la izquierda sostiene un costal en donde ingresa la machica molida y con la derecha controla la potencia del molino. “No es tan fácil ni tampoco tan difícil operar estas máquinas. A mí me enseñó a manejarlo el difunto Benigno Pañora y hasta ahora esto me ha dado para comer”, dice con absoluta calma.

Gracias al uso del molino y a su destino de molerlo todo, se puede disfrutar de la machica y del pinol. Hay muchas recetas gastronómicas que se pueden preparar, entre ellas la colada de machica, una sopa deliciosa, y se puede mezclar con el arroz a la hora del almuerzo. “Mire usted pone la machica en el arroz, luego le agrega un poquito de azúcar y lo revuelve: ¡le queda riquísimo!

Para los deportistas, solamente se le pone agua a la machica y un poquito de dulce y es una gran fuente de energía, comparte la señora Mercedes. Si usted aún se sirve la machica en cualquiera de sus presentaciones gastronómicas, piense que ese alimento fue procesado en los ya históricos molinos de la familia Pañora.

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Economía Popular y Solidaria

Polleras Suscal El arte del bordado en manos de mujeres

Las mañanas son frías en Suscal. El ancho sol acaricia por igual a los árboles y a las casas que lo reciben con silencio y alegría. La gente sale temprano a los campos para cuidar sus sembríos, otros se dirigen a ordeñar las vacas, mientras unos cuantos encienden los motores de sus camionetas y buses para ofrecer el servicio de transporte público.

Todos trabajan con esmero para ganarse el pan de cada día. La rutina de Elsa Castro es distinta. Ella vive en la comunidad de Ocahuayco y hasta antes de las siete de la mañana envía a sus hijos Jéssica y Abel a la escuela.

Luego se dirige a su taller de costura ubicado frente al parque central de Suscal. Elsa es una mujer enamorada del bordado. Cuando termina una obra la mira, sonríe y la acaricia. Su jornada de trabajo diaria es de 08:00 a 17:00.

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Tránsito y María Maillashungo aunque no trabajan juntas ni son parientes también se dedican a confeccionar polleras en sus talleres. La pollera es el nombre con que se conoce, en América Latina, a una variedad de falda que se caracterizan por sus laboriosos adornos. En Ecuador esta prenda utilizan las mujeres indígenas campesinas de la Sierra, y representan su símbolo de identidad. Crear una pollera tiene su método. Se toma dos metros de tela y se la plancha durante media hora bajo un sistema de vaporización: así se forman los delgadísimos pliegues.

El siguiente paso es incluir, para la cintura, una riata.

Entonces se diseña el bordado.

En esta fase la imaginación y creatividad de la artesana, toman forma. Las polleras, según su calidad y tamaño, se venden entre 38 y 95 dólares.

Tránsito Maillashungo trabaja con concentración envidiable en su tienda de ropa ubicada en la calle Manuel Martínez. Con una bufanda lila protege su cuello del viento fresco, y usa además una chompa rosa y una pollera roja que ella misma confeccionó. Junto a su máquina de coser, acaso su herramienta de trabajo más fiel, borda imágenes de girasoles, estrellas, patos, quindes, pajaritos, cisnes... El modelo se adapta al gusto del cliente.

Las que tienen mayor demanda son las de color rosado y negro. El mes de mayo, es de mayor demanda.

Las polleras y bordados hechas en Suscal tienen gran demanda entre las mujeres cañarejas que se sienten orgullosas de vestir prendas con siglos de tradición y folklore.

Los tricicleros de La Troncal están organizados en asociaciones y son parte de la economía popular y solidaria. Unos lucen uniformes y cuentan con espacios para el parqueo de sus unidades. Luis Ochoa es parte de los 13 socios de la Cooperativa Nuestra Señora de la Nube, creada hace 16 años. Ellos ayudan a trasladar las compras adquiridas en el mercado central Abdón Calderón por las amas de casa.

Antes de las 06:00 inicia el trabajo de estos hombres de pedales. A esa hora arriban las camionetas cargadas de papas, zanahorias, frutas, plátanos, hortalizas... provenientes de las ciudades vecinas. Las amas de casa prefieren esa hora porque dicen que los alimentos son frescos y económicos.

Pero el valor de la carrera es el mismo con el resto del día, solo varía de acuerdo a la distancia y a la cantidad de carga a trasladar. La carrera mínima cuesta 50 centavos por persona y hasta cinco dólares cuando son quintales o electrodomésticos de gran tamaño, como una refrigeradora.

Luis Ochoa siempre ayuda a subir y bajar la carga, y por esos sus clientes lo prefieren. “Levanto hasta un quintal, dice este hombre de 65 años y que lleva más de 20 en este oficio. Sus manos y piernas son ágiles para pedalear aún en cuesta y contó que nunca ha tenido accidentes. “El trabajo es duro porque demanda fuerza física todo el tiempo”.

Luchadores de la

Economía Popular y Solidaria

Tricicleros

En las paradas se observan los sencillos triciclos con nombres de sus dueños o de la asocición a la que pertenecen. “Gracias a Dios tenemos este empleo para mantener a nuestras familias”, dice Ochoa mientras se acomoda la gorra para protegerse del sol.

La Troncal

Pedalean con fuerza su sustento

Los pueblos pequeños de la Costa están colmados de historias. Uno de esos protagonistas son los tricicleros, un sector del transporte que vive de los viajes cortos, en el cantón La Troncal, provincia del Cañar. En estos vehículos de tres ruedas y descubiertos, se viaja a poca velocidad, sintiendo la frescura del aire.

La mayoría supera los 60 años de edad, pero empezaron en este oficio cuando eran jóvenes y gozaban de más fuerza y vitalidad. Víctor Parra, de 71 años, es un hombre sencillo y trabajador que a diario explota al máximo los músculos y tendones de las piernas para mover la estructura de fierro de tres llantas y recibir, con algo de suerte, unos USD 20,00 al día.

La canastilla cuadrada de la parte delantera tiene una capacidad para mover hasta cuatro quintales o dos personas sentadas sobre una improvisada tabla. Si excede ese volúmen, el vehículo se clavaría al piso de nariz, dice con su diáfana sonrisa. Parra es atento con sus clientes.

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Servidores Playas Junto al mar, el sol y la brisa sirven a los turistas todo el año

El sol no tiene piedad en Guayaquil. En las playas el calor enciende el carácter del guayaquileño de alegría y las ventas fluyen.

La playa, ese espacio que para la mayoría de las personas está asociado al ocio, para los vendedores ambulantes que viven de esta actividad representan el lugar de trabajo donde la libertad y el sacrificio van de la mano.

Luchadores de la

En General Villamil Playas la alegría vaga llevando las ventas de comida, artesanías, música, productos para la piel, servicios de peinados, paseos en lancha, recorridos turísticos... y todo cuanto agrade al visitante. Allí Guido Guaranda vende corviche, papas rellenas, empanadas...

Economía Popular y Solidaria Generalmente estos intrépidos vendedores, que viven a carreras en la playa, están organizados. Guaranda pertenece a la Asociación Jesús del Gran Poder que ofrecen helados, corviches (especie de bolón con pescado), empanadas y otras delicias de la gastronomía popular y solidaria.

Ninguno tiene un ingreso fijo asegurado. Un día puede vender USD 100,00 al día siguiente USD 50,00 y el tercero nada. Pero Guaranda no ha pensado en retirarse. “Si dejo de trabajar me volvería loco un día de sol, pensando todo lo que hubiera vendido”. Y tampoco en cambiar de oficio. “Yo nací en la playa, me encanta este trabajo porque no dependo de otra persona. Nadie me da órdenes, aunque para vivir de esto hay que ser muy responsable y se requiere de mucho sacrificio”, dice.

Descalzo y a carreras, contra el viento que sopla en la orilla, Kléver de la A. se abre paso entre bañistas y jugadores de fútbol o voley en la arena. El hombre se aleja gritando “agua de coco y jugo de naranja”. Las ventas ambulantes no es solo para aquellos capaces de caminar sobre el suelo caliente con varios kilos al hombro. Ejercer este oficio demanda legalizar su actividad y adaptarse a la competencia.

Kléver de la A. es madrugador. Antes de que aclare el día, este hombre de piel curtida por el sol y fortaleza física, ya está con sus parasoles, hamacas y perezosas en la playa, para alquilar a los visitantes. Nació en General Villamil y pertenece a la Asociación Virgen de las Mercedes, que agrupa a 200 socios. Ellos heredaron este oficio de sus abuelos y padres.

En cambio, la asociación Sol Mar y Arena agrupa a 54 artesanos que ofrecen recuerdos elaborados en concha, perlas, balsa y otros materiales propios de la zona. Zacarías Ponce destaca la convivencia entre los compañeros en los balnearios y la diversidad de productos que ofrecen.

Las voces se confunden todo el día, hasta que se extingue el último rayo de luz natural. Unos gritan ceviches y otros refrescos, corviches, helados... Otra mujer camina detrás de las jovencitas ofreciendo peinados con trenzas o aceite de coco para el bronceado del cuerpo... Lo más esperado por estos comerciantes del mar es el verano y la temporada alta.

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TurĂ­sticos

Luchadores de la

Economía Popular y Solidaria

Gaveteros Santa Elena Un oficio de orgullo y esperanza

Con paso firme y la mirada altiva sale presuroso del mar don Elías Gómez, con su gaveta al hombro, llena de pescados. Desembarcó de una de las múltiples lanchas que llegaron a orillas del Pacífico, al amanecer de un miércoles de junio. La copiosa pesca había sido lograda en alta mar, durante la noche, y llegó en lanchas al puerto pesquero del Palmar, de la parroquia Colonche, provincia de Santa Elena.

Allí, a orillas del mar empieza el trabajo de estos hombres corpulentos y de piel curtida por el sol. Son decenas que llegan a la playa desde las 02:00, hora en que empiezan a arribar las lanchas repletas de los productos del mar. La tarea de estos hombres consiste en trasladar la pesca (camarón, pescado, conchas...) en gavetas hasta los camiones que transportan el producto a los mercados.

Ser “gavetero” me llena de orgullo y esperanza porque tengo un trabajo para mantener a su familia, dice Gómez. Algunos son de la zona y otros vienen de pueblos pesqueros vecinos. Este oficio reúne uno de los valores más saludables de los seres humanos: la solidaridad.

Entre ellos comparten las largas horas de espera en la playa por el arribo de las lanchas con el producto, sus herramientas de trabajo, la comida fría, un espacio para descansar, un juego de cartas, bromas, largas pláticas y hasta las cargas cuando la cosecha fue buena en alta mar.

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Estos obreros de carga pesquera anhelan que alguna institución promueva el turismo u otra actividad en Palmar, que generen ingresos económicos para más familias.

A carreras Jhon Gonzabay, de 22 años, es nativo del Palmar y tiene más de 200 compañeros “gaveteros”. Antes de que aclare el día pasan correteando por la playa, como si se tratara de una competencia atlética, llevando las gavetas. En esas carreras también protegen la carga de las ávidas fragatas que vuelan sobre ellos para robarse el pescado que transportan.

En los hombros llevan un peso superior a las 90 libras por carga.

Ferní Parrales también es oriundo del Palmar y pertenece a una de las asociaciones de “gaveteros” existentes en el lugar. Es un oficio de fuerza, pero más de paciencia porque en ocasiones debemos esperar largas horas hasta que arriben las embarcaciones, relata Parrales.

Sin embargo, confirma que siempre les va bien, sobre todo en los meses de aguaje que llega abundante pesca. “Son días algo peligrosos por las oleadas, pero Dios nos protege”.

Geovanny Caicedo

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Ahorrar es una virtud Azogues

Unidad familiar y empeño para incrementar Nacida en Azogues, madre de tres hijos, abuela de nueve nietos y de dos bisnietos. Marcia Parra de Delgado es una mujer ejemplar y luchadora. Su filosofía de vida es el ahorro, una virtud que transmite a sus hijos y a su familia siempre, porque le ha dado muchas alegrías.

Para ella, el ahorrar tiene una ventaja enorme: no desesperarse en momentos difíciles, porque saben que cuentan con algo seguro que está allí y que nadie lo va a tocar, explica. Eso hay que inculcar a las nuevas generaciones, dice doña Marcia, quien estuvo vinculada a varios negocios en Azogues.

Fue dueña de una fábrica de lácteos y otra de bolos. Tuvo un criadero de pollos y le acompañó a su esposo en la joyería. En la actualidad tiene un salón para eventos sociales y en todos ha tenido buenos tiempos.

“Poco a poco incrementamos las ventas”.

Por experiencia dice que en la vida siempre necesitamos de una entidad financiera confiable que nos garantice total transparencia en los

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servicios y eso lo encontró en Jardín Azuayo. Para ella, cuando se ahorra se establece una reserva para el futuro, para cubrir las necesidades en salud, educación, viajes, adquisición de un bien...

Para doña Marcia, cuando se tiene un negocio el valor del ahorro va de la mano con la responsabilidad. “Quienes solictamos un crédito debemos ser puntuales en los pagos para que la confianza del socio sea sólida y que la cooperativa siga creciendo. Porque además, ese dinero puede servir para que otro socio, que tiene alguna necesidad urgente, se beneficie de un crédito.

Marcia Parra está casada con Luis Delgado Cabrera, un artesano de la orfebrería. Juntos enseñaron a sus hijos los valores de la unión familiar, respeto, sinceridad, tolerancia y ayuda mutua.

De ellos heredó, una de sus hijas, Hortensia Delgado Parra, su vocación de emprendedora. La joven cuenta con su propio negocio: un bazar donde ofrece recuerdos y accesorios para fiestas sociales.

La Casa del Encebollado

Cañar

El sabor de la perseverancia Carlos Padrón Ortiz es un padre de familia que nació en Cañar, la capital arqueológica del Ecuador. Creció con sus padres y hermanos en el campo, y hace 12 años decidió apostarle a la gastronomía costeña. Ortiz es propietario del Restaurante La Casa del Encebollado, ubicado en el centro de la ciudad. Comenzó como la mayoría de emprendedores, poquito a poquito. Se hizo conocer por su buen servicio y el exquisito encebollado de pescado.

Su constancia y perseverancia lo llevaron a escalar y a ubicarse como el restaurante ícono de la gastronomía costeña. Ha obtenido premios y reconocimientos en certámenes nacionales de gastronomía, logrando ubicarse entre los 19 mejores del país.

Ortiz no es un hombre de poses, sino práctico que hace con amor lo que sabe.

Carlos Padrón y su familia son los pioneros del encebollado en Cañar. A sus 49 años de edad, comparte el método de crecimiento que aplicó para su negocio donde laboran siete personas. Aunque no es ningún secreto, bromea. Al final del día, de las ventas

realizadas separa el capital invertido y de las ganancias saca el 50% para cancelar los servicios básicos y sueldos de los empleados.

Es una decisión firme y rígida de este emprendedor exitoso que adquirió con ayuda de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo el inmueble donde ahora funciona su negocio. Para él, el ahorro es el esfuerzo y producto del trabajo diario. “Con eso se solventa cualquier gasto, cualquier imprevisto y se satisface alguna necesidad”. Para llegar a donde está, en principio y con su familia, también se limitaron en los gastos innecesarios. “Así ordenamos nuestras finanzas”.

Coop. Transporte 23 de Octubre Suscal

Ideas que rinden frutos a largo plazo La unión hace la fuerza dice la frase popular que se ajusta al trabajo que desarrolla la Cooperativa de Transporte 23 de Octubre del cantón Suscal, provincia de Cañar. Esta empresa está empeñada en adquirir un terreno en el sector de Pumamaqui, para levantar su sede.

Para esto, los 17 socios aportan USD 10,00 mensuales en una cuenta de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo, tienen sobre los USD 7.100,00 “Es un servicio excelente que pone a prueba nuestro compromiso como socios y la capacidad de ahorro”.

Al momento rentan un local donde están las oficinas y realizan las reuniones para planificar las actividades que se realizarán durante el año. Esta Cooperativa se fundó en 1990 para ofrecer el servicio de transporte de carga pesada y de pasajeros a las distintas comunidades de Suscal. La parada está entre las calles Diego Delgado y Lisandro Martínez. Su presidente es Patricio Santander.

Las carreras se hacen al destino que solicite el cliente. Los sitios más

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comunes son hacia las comunidades de Carbonería, Dimiloma y Cruzpata. Una carrera cuesta entre USD 3,00 y 5,00.

Una estrategia que mantienen los socios para reunir su cuota acordada es ahorrar USD 2,50 por semana, así cuando se cumple el mes el dinero está listo con el menor esfuerzo económico. Entonces, lo depositamos en la cuenta para seguir capitalizando. La aspiración de los socios es ahorrar el dinero hasta fin de año y empezar con la construcción de la sede. De esta forma, los socios de esta empresa de transporte van trazando su camino hacia las mejoras en beneficios de la colectividad. “Jardín Azuayo nos orientó y encaminó en este objetivo colectivo”, dice Patricio Santander.

Con valores enfrenta la vida La Troncal

El amor familiar los cohesiona e impulsa Familia, Amor, Respeto, Trabajo, Esperanza y Comunidad significa las iniciales de la Fundación FARTEC del cantón La Troncal, a la que pertenece Mery Ocaña. Ella es nativa de Baños de Ambato, pero hace 13 años trasladó su residencia a este cantón de la provincia del Cañar.

De allá se vino para proteger a sus padres y hermanos de la erupción del volcán Tungurahua, por el año 2003. En donde abrió una tienda de abarrotes. Ella es socia de Jardín Azuayo desde antes que se abriera la agencia en La Troncal. De esta Cooperativa aprendió mediante capacitaciones cómo llevar sus ahorros y su negocio.

El ahorro dice Ocaña es una inversión a largo plazo y un respaldo para el futuro. “Es inevitable encontrarnos en la vida con pagos inesperados o con necesidades urgentes que creemos que nunca van a llegar y que sino tenemos un ahorro nos desestabilita por completo la vida”.

Su método de ahorro es sencillo. Con las ganancias por las ventas de su tienda, primero cancela deudas. Otra parte saca para la alimentación

de la familia y medicinas para sus padres, que son adultos mayores. Y lo que resta va para el ahorro, pero siempre queda algo, dice esta emprendedora, sin perder la sonrisa.

Ese espíritu luchador le permitió resurgir en una tierra extraña, que le abrió sus puertas. El apoyo mutuo entre sus tres hermanos en el cuidado de sus padres también son motivaciones que la llenan de energía y fortaleza. Para Ocaña, ese respaldo también lo encuentra como socia de la Cooperativa Jardín Azuayo en La Troncal.

Ella ve con alegría que cada día más socios se apropian y hacen suya la Cooperativa, cuando escucha la frase “nuestra cooperativa” y cuidan su patrimonio. “Eso también es ahorrar y apoyarse mutuamente. La importancia de ahorrar en la economía es pensar en la necesidad del mañana”.

El mejor marisco

Playas

Con toque de sabor esmeraldeño La cocina esmeraldeña se caracteriza por ser de agradable fusión: sabor, color y frescura. Eso reúne la comida que prepara María Chilla Guagua, oriunda de Esmeraldas, pero radicada en General Villamil Playas desde hace dos décadas. En esta ciudad ofrecen a los turistas el mejor marisco preparado con la sazón de la provincia verde. El plato ‘estrella’ es el encocao de pescado o de camarón.

Ella pertenece a la Asociación Ferial de Las Ostras y su local está ubicado a 300 metros del mar y la arena. Doña María ha salido adelante, incluso en tiempos difíciles de bajas ventas o de crisis, en base al ahorro. “Un capital guardado nos saca de cualquier aprieto económico”, dice.

María y su familia se radicaron en General Villamil porque uno de sus cuatro hijos estudiaba en el Colegio Militar de esta ciudad.

Para subsistir y salir adelante, el esposo y sus hijos vendían de forma ambulante, los mariscos que ella preparaba como ceviches, pescado frito...

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Con la experiencia de años en esta actividad y la sabiduría popular, María incrementó sus ventas y mejoró su situación económica. “La fórmula está en trabajar con amor y saber administrar el dinero con responsabilidad”, sostiene. En su caso, de lo que vende a diario separa el capital invertido y con la ganancia cubre un préstamo en la Cooperativa Jardín Azuayo, utiliza en alguna necesidad y pone en ahorros. De esta forma ha sacado adelante a su familia en una tierra extraña, pero con muchas oportunidades de vida, dice.

Su restaurante es muy visitado por lugareños y turistas porque a la hora de preparar los alimentos se inspira en los productos de su tierra y así rinde homenaje a su ciudad. Sus platos son sencillos y exquisitos que a cualquier paladar encanta.

Coop. San Agustín Santa Elena

El ahorro programado crea bienestar y esperanza Hipólito Cruz Ramírez y Patricio Coca son presidente y gerente, respectivamente, de la Cooperativa de Transporte San Agustín, una empresa que inició como servicio de camionetas hacia los sitios más recónditos de la ahora provincia de Santa Elena, por 1980. Actualmente, cuenta con unidades modernas para conectar a los pueblos. En aquellos tiempos los caminos eran de tercera y cuarta categoría. Por este motivo, muchas veces las camionetas se quedaban varadas en esos caminos, por los daños que sufrían las máquinas. La población creció y mejoraron las vías.

Entonces, los socios pensando en mejorar el servicio a la colectividad adquirieron los buses. En estos últimos años, los socios de esta empresa tienen el apoyo de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo.

Para Patricio Coca, gerente de la Cooperativa de Transporte San Agustín, son innovadores los servicios financieros de Jardín Azuayo, como el Ahorro Programado. Este permite consolidar un capital que a futuro servirá para dar créditos de sus asociados. Los 25 socios de este gremio se benefician de este servicio. Destinan USD 10,00 diarios por un año, capitalizan el ahorro y tienen un dinero seguro.

Coca resalta que las dos cooperativas se complementan y manejan el mismo objetivo, seguir creciendo para beneficio de sus socios y de la colectividad. Además, tiene gratitud por toda la gestión que ejecuta Jardín Azuayo en Santa Elena e invita a todos los ecuatorianos a visitar sus playas y a conocer sus comunidades.

La opinión del socio

Padre Carlos Chumbi Terán Párroco de San Miguel de Porotos En las oficinas la atención es excelente. Las personas que atienden son cordiales, atentas y amables. La iglesia lleva inclusive centavos a depositar ahí, muchas veces en otras entidades educativas ponen mala cara cuando uno lleva las monedas de menor denominación.

José Correa Correa Oficina Cañar “Jardín Azuayo nos dio la mano cuando más lo necesitábamos y cuando parecía que todas las puertas se cerraron. Fue la única que confió en nosotros con la dolarización. Por eso, seamos responsables con los créditos y mantengamos una cultura constante por el ahorro”.

Aida Carmita Lazo Peluquería Stilos Lo que me gusta de Jardín Azuayo, es la atención que se da a la gente. Esta entidada financió uno de mis proyectos emprendidos. Los préstamos que he obtenido me han servido para mejorar mi peluquería. El ahorro programado o chanchito, me ayuda a planificar mi economía.

Hernán Trelles Oficina La Troncal “Mi experiencia como socio de Jardín Azuayo es de gratitud. Cuando me hice socio me percaté que para la Cooperativa nosotros y nuestros pueblos somos importantes. Yo proclamo los ideales de quienes fundaron Jardín Azuayo, de hacer el bien a la gente que más lo necesita”.

Miguel Ángel Nicola Oficina Playas “Vivo sorprendido por la especial atención que tiene Jardín Azuayo por los socios. Nos asesoran con nuestros ahorros, nos capacitan en finanzas personales, nos prestan dinero... Antes de ser socio ya escuchaba eso con inmensa satisfacción de los socios y por eso me uní a esta institución”.

Ernesto Solís Pérez Oficina Santa Elena “Nosotros trabajamos con Jardín Azuayo y estamos agradecidos con esta entidad financiera porque abrió las puertas al sector de la transportación de la provincia de Santa Elena. Nuestra Cooperativa Costa Azul agrupa a 36 socios y todos reciben beneficios”.

Leoncio Andrade, Jubilado El apoyo que la Cooperativa da a la comunidad es grande. Sobre todo la atención de los empleados es muy buena. Hay mucho respeto y consideración, el trato a los socios es excelente. Aquí puedo pagar todos los servicios básicos. Y la solvencia de la Cooperativa es evidente.

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15 Años

Azogues Encuentro artístico y cultural La Plaza de la Juventud, ubicada en el centro de Azogues, provincia del Cañar, resultó pequeña para acoger a centenares de personas que se unieron a los festejos por los 15 años de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo de esta urbe.

En la celebración que se cumplió el día 24 de junio, a partir de las 10:00, no faltó nada. Llegaron de toda la provincia artesanos, cooperativas de producción, músicos, danzantes y artistas para participar de este acontecimiento. La Tercera Feria de Economía Popular y Solidaria reunió a 20 expositores de productos diversos.

Los jóvenes de los grupos de danza Mushuc Dance y de música Zerez, miembros del Concejo Cantonal de Derechos, entre otros, pusieron el toque juvenil a la fiesta. Al caer la tarde y gran parte de la noche, los ánimos subían al calor de las voces del Primer Festival de Música Juvenil, con la participación de representantes de prestigiosas instituciones educativas.

En la noche la expectativa creció y no era para menos. A más de la presentación del grupo Safiro, Darío Bermeo, y del club de música Jardín Azuayo, sobre el escenario aparecieron los legendarios hermanos Miño Naranjo que con su música y canciones hicieron bailar y cantar a los asistentes hasta más no poder.

Se realiza campaña “Que el dinero no te robe la felicidad” La campaña “que el dinero no te robe la felicidad” tiene el objetivo de buscar en la colectividad la reflexión sobre las otras formar de ahorro, de las comumente conocidas.

La Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo, un día al mes, entrega frutas a socios, no socios y a todas las personas que visitan las oficinas para utilizar los diferentes servicios que ofrece la institución.

Los alimentos son adquiridos directamente al productor y provienen de nuestras localidades.

Las frutas son distribuidas en una funda de papel, con el mensaje de “comer sano es ahorrar”.

Jardín Azuayo, invirtiendo en la esperanza!!!

Nuestro Jardín

Corresponsal Solidario: generando cercanía

Nuestro Jardín, Corresponsal Solidario, los socios tienen mayor acceso a los servicios y menor costo para realizar sus transacciones. Este servicio es operado por un socio de la Cooperativa que administra un local comercial, que puede ser de cualquier índole, a través de un contrato por prestación de servicios. El socio corresponsal es elegido por los habitantes de la comunidad en una reunión, o por los delegados locales.

Estas opciones están disponibles según las realidades de cada una de las oficinas.

Marisol Altamirano - JAVIER LOYOLA

Wilmer Clavijo - INGAPIRCA

El objetivo del proyecto es ampliar los servicios ofertados de nuestra Cooperativa y establecer procesos de apropiación institucional con los socios. Para utilizar este importante servicio los requisitos son: tarjeta de débito y cédula de identidad; puede depositar hasta USD 300,00 y retirar hasta USD 150,00 y realizar compras hasta por USD 150,00 diarios.

Vicente Valdéz - HONORATO VÁSQUEZ

Locales con este servicio en Cañar, Playas y Santa Elena En la parroquia Javier Loyola, cantón Azogues, está el local de Corresponsal Solidario: Tienda San Judas Tadeo, de Marisol Altamirano, en Av. Independencia, entre San Judas Tadeo y 4 de Noviembre. Atiende de 07:00 a 22:00, de lunes a domingo.

Teléfono 2214676.

Parroquia Honorato Vásquez, cantón Cañar. Cuenta con el servicio de Corresponsal Solidario. Ferretería y Materiales de Construcción de Vicente Valdéz Maldonado. Direc: Carrera Ingapirca y Teófilo García, de lunes a domingo de 07:00 a 20:00. Teléfono 0995148947.

En la parroquia Ingapirca cantón Cañar, Librería, papelería e internet Sukkitos.net ubicado en la calle Gonzáles Suárez y La Condamine. Atiende Wilmer Clavijo de 07:00 a 22:00, de lunes a domingo. Teléfono 2217159 y 0992577484

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Jorge Reyes - POSORJA

Sandra Heredia - DUCUR

Familia Borbor - MANGLAR ALTO

La parroquia Posorja, cantón Playas, provincia del Guayas, el Corresponsal Solidario atiende en CYBER KEYLA de Jorge Reyes. Calle Juan Colán y Aguirre Irrisarri. Atiende de 06:30 a 19:00, de lunes a sábado. Teléfono 043 175140.

En la parroquia Manglar Alto, provincia de Santa Elena, Comercial y Centro Ferretero 0mnisariato. Está ubicado en la calle Guayaquil y Av. Loja junto a la Iglesia San Ignacio. Atiende la familia Borbor de lunes a viernes de 08:00 a 17:00. Sábados de 08:00 a 14:00. Domingo de 9:00 a 13:00.

Teléfono 042901137- 0991535096.

En la vía Tambo - Durán, kilómetro 113, parroquia Ducur, en Coco Cargo Express, atiende Sandra Heredia en envío y retiro de giros desde las 08:00 a las 18 horas de lunes a domingo.

Todos los locales que contienen un Corresponsal Solidario tienen la finalidad de acercar a los socios, los servicios que oferta Jardín Azuayo para promover una economía popular y solidaria en sus sectores y hacer que los capitales de inversión fluyan y la cultura del ahorro se robustezca.

CAÑAR CENTRO Calle Colón y Av. San Antonio a 10 mts. del redondel AZOGUES

LA TRONCAL

COLISEO DE DEPORTES Av. 24 de Mayo entre calles 10 de agosto y Tenemaza JUNTO AL REGISTRO CIVIL Fray Vicente Solano 3-09 entre Rivera y Julio María Matovelle OFICINA DE JARDÍN AZUAYO Héroes de Cenepa entre Av. 25 de Agosto y Homero Montero CENTRO - VÍA A GUAYAQUIL Av. 25 de Agosto y Alfonso Andrade

SUSCAL (FRENTE A CNT) Av. Diego Delgado y Manuel Martínez, Esquina PLAYAS

SANTA ELENA

DIAGONAL AL MUNICIPIO Calle Peatonal y Calle Octava

FRENTE AL PARQUE CENTRAL Calle 18 de agosto y Sucre

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