Aproximaciones a la realidad

APROXIMACIONES A LA REALIDAD Vol.1 por Javier Berger

1

ESCENA ÚNICA

Un apartamento pequeño. Nada lujoso. ELLA, 23 años, prepara café en la cocina americana. ÉL, 32 años, está sentado frente a una mesa junto a una montaña de ropa.

EL.- ¿Y bien?

(Silencio)

ELLA.- ¿Lo sigues tomando con doble de azúcar?

EL.- No queda mucho tiempo.

ELLA.- Déjalo.

EL.- Dos terrones, sí.

(ELLA echa dos terrones en el café y pone la cucharita)

EL.- No lo muevas.

ELLA.- ¿Una nueva manía?

EL.- Lo prefiero así.

(ELLA echa el otro café , lo pone en una bandeja y los acerca a la mesa. ELLA toma un sorbo del café y lo deja. EL ni tan siquiera lo saca de la bandeja. Da golpecitos en la mesa, nervioso.)

EL.- No puedes pretender que no pasa nada ELLA.- ¿No te tomas el café?

EL.- No va a salir de esta.

ELLA.- Pero, pruébalo.

EL.- Es lo menos que podrías hacer.

ELLA.- Dale un sorbo.

2

EL.- Ella te sigue queriendo.

ELLA.- No. EL.- ¡Es que no tienes sangre en las venas!

ELLA.- Shhh. Baja la voz . Podría oírte.

(EL bebe un sorbo. Mueve la cucharita)

EL.- Te tiene eclipsada.

ELLA.- No. EL.- ¿Te deja salir?

ELLA.- (Pausa). No lo necesito.

EL.- ¿Y así eres feliz?

ELLA.- Sí.

EL.- No nos equivocamos. Mira como vives.

ELLA.- Yo lo quiero y punto.

EL.- Sigues siendo una niñata.

ELLA.- Y tú un triste soltero amargado. El perrito faldero de mamá, el correveidile, el conserje.

EL.- Deberías callarte esa boca, agachar la cabeza y venir conmigo.

ELLA.- ¿Allí?

EL.- ¿Es preferible tu infierno en la tierra? Tu macarra al que tienes que pedir permiso hasta para ir al váter, que no puedes mirar a ningún hombre sin que te cruce la cara, que te encierra en este apartamento y… No voy apencar yo sólo con esto. No estaré…

(Un ruido en la otra habitación. Silencio)

ELLA.- Me quiere.

EL.- Sí, por supuesto.

ELLA.- A su manera.

EL.- Un tanto peculiar.

ELLA.- Con pasión.

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EL.-…de Otelo.

ELLA.- Me quiere.

EL.- ¿Seguro?

ELLA.- Con toda su alma.

EL.- ¿Lo sabes?

ELLA.- Me lo dice…

EL.- Miente.

ELLA.-…todos los días.

EL.- ¿Mirándote a los ojos?

(Pausa)

EL.- No te has fijado.

ELLA.- No EL.- Deberías volver.

ELLA.- Lo sé, pero… no puedo hacerle esto.

EL .- Es el hombre, ¿no?

ELLA.- En efecto.

EL.- ¿Y tiene carta libre?

ELLA.- Sí.

EL.- Aunque vaya con otras.

ELLA.- Él me quiere.

EL.- Como el lobo al cordero.

ELLA.- Me quiere, me quiere, me quiere.

(Silencio. ELLA se levanta y enciende el equipo de música. Suena Machín).

EL.- Machín, tiene gracia. Regalo de tus dieciséis velitas.

ELLA.- Aquel día lo conocí.

EL.- Y te perdimos.

ELLA.- ¿Tan mal está?

4

EL.- Sí. Vuelve, los viejos te echan de menos. No puedo llevarlo sólo. (Pausa. Da un trago del café). ¡Quieres quitar esa música de mierda! ¡Se muere, te enteras, se muere! ¿No puedes enterrar el hacha de guerra?

(Alguien tose fuera de escena)

ELLA( A dentro).- ¡Está todo bien!

EL.- Deja a ese…(se muerde la lengua) y vuelve a donde te necesitan, donde siempre te han querido de verdad.

ELLA.- Y no han soportado como era.

El.- Están destrozados, te lo aseguro.

ELLA.- ¿Por qué no ha venido entonces?

El..- No le abrirías y lo sabes. (Pausa). Perdónalos, por favor, perdónalos y vuelve.

ELLA.- No sé, no sé.

EL.- Que la muerte sirva de algo. Que no se vaya para nada.

ELLA.- Quizá otro día.

EL.- No hay más días. Se acaba.

(Silencio)

ELLA.- ¿Recuerdas mi traje de rombos?

EL.-(Confuso). Eh…no.

ELLA.- Me lo compré con mis primeros ahorros. Una faldita cortísima y unos rombos cruzados en una malgama multicolor. Contentísima llegué a casa…(Pausa). A mí no me parecía tan indecente. Todas las chicas lo llevaban. Tener que quitármelo delante de la vecina. (Pausa). Aguantando las lágrimas…como un puta, como una puta…decía. Pues no le he defraudado.

EL.- Han pasado muchos años.

ELLA.- No tantos aquí, en mi cabeza.

EL.- No puedo volver sin ti. Ahora es el momento de romper con el pasado y empezar de nuevo.

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ELLA.- Es muy tarde, debo levantarlo.

(EL termina el café y tira la taza al suelo que se rompe en mil pedazos)

ELLA.- Imbécil. Mira como has puesto el suelo.

EL.- Se acabó.

ELLA.- Ahora a fregar otra vez.

EL.- ¿No hay nada que pueda hacerte cambiar?

(ELLA recoge los trozos de la taza y los va poniendo en la mesa)

ELLA.- ¡Qué desastre!

EL.- Diez mil, veinte mil . ¿Cuánto vale tu tiempo?

(ELLA lo mira con odio y sigue fregando)

EL.- Lo siento…Pero somos de tu…Yo también te… Vuelve… (Silencio. EL aguanta el llanto) ELLA.- Dile a mamá que no he podido…

(EL mira a ELLA un momento . Da media vuelta y cierra de un portazo. ELLA queda sola en el apartamento. Escuchamos como el macarra se despereza en la habitación contigua.)

ELLA.- Aún es pronto cariño, aún es pronto…

(ELLA se sienta. Mira su reloj. Echa un terrón de azúcar en su café, respira hondo, echa otro terrón, da vueltas con la cucharilla, echa otro más y otro más y otro, y sigue moviendo la cucharilla mientras se va haciendo el OSCURO)

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