GÓTICO UNA CULTURA ILUMINADA
REFLEXIÓN El conocimiento es frecuente, pero más profunda es una enseñanza, y eso fue lo que infundio en mí la materia de Historia del Arte. Para ser más concreto, estoy fascinado de haber tenido la oportunidad de conocer las antiguas culturas, especialmente el estilo gótico, del cual estoy complacido de haber entendido sus grandes riquezas, que en aspectos personales logro responder tantas preguntas. Comencemos por mencionar que a través de este estilo, entendí las fronteras de campo religioso, un tema de gran interés para mi vida, logrando plasmar una línea de acontecimientos importantes para lo que hoy se llama iglesia cristiana. Un tema que me conmovió mucho fue el interés por realzar el papel de la virgen, como madre de Cristo, lo que permitió una identificación propiedad. El arte gótico, también me permitió maravillarme de su arquitectura, su innovación ante los tiempos de crisis y oscuridad que vivía la iglesia. En esto es preciso mencionar a un elemento que en la actualidad es influyente, como lo es la luz. Por medio de esto cada vez que visite una catedral podre tener la seguridad de conocer que atrás de una arquitectura se esconde un mundo de fe propio a la imagen de Dios. Me encuentro dichoso de saber que hubo una cultura que vio la importancia de Cristo en la tierra y busco darle su lugar, manteniendo sus enseñanzas y la integración del pueblo. No puedo quedarme sin mencionar que a pesar de las críticas que hoy recibe la iglesia, el legado que nos deja es grande y enriquecedor. El mundo gótico más allá de sus creaciones, logro la integración de comunidades, como queda expuesto en los vitrales de la Catedral de Chartres, donde sin importar la profesión que se tuviese, se logró dejar huella ante el mundo. No puedo dudar que este tema enriqueció mi amor por Dios y la virgen, y cómo lo escuche el día de ayer en la misa, cada uno de nosotros somos un templo de Dios que ante los ojos de los demás nada se esconde, con lo que concluyó que sí el hombre es obra de Dios, nosotros debemos tener el papel de magnificar su gracia, dejando huella de que hay un ser que nos escucha.
ARTE GÓTICO Arte gótico es una denominación del estilo artístico que se desarrolló en Europa occidental durante los últimos siglos de la Edad Media, desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia), y bien entrado el siglo XVI en los lugares donde el Gótico pervivió más tiempo. Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las regiones se desarrolla en momentos cronológicos diversos, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra y España.
Contexto histórico El arte gótico propiamente dicho coincide en el tiempo con la plenitud y la crisis de la Edad Media. Se suele indicar que frente al arte románico (que refleja una sociedad ruralizada de guerreros y campesinos), el gótico coincide con el máximo desarrollo de la cultura urbana donde aparece la burguesía, las universidades y el florecimiento de las órdenes religiosas (monásticas como el Cister y mendicantes como franciscanos y dominicos), así como la acentuación de los conflictos y la disidencia (revueltas populares, herejías, desarrollo y crisis de la escolástica, Cisma de Occidente) y finalmente los pavorosos espectáculos de la Peste Negra y la Guerra de los Cien Años en un mundo tan cambiante que sólo puede entenderse en términos de una mutación fundamental (para la historiografía materialista, la transición del feudalismo al capitalismo
Caracterización Frente a las pequeñas y oscuras iglesias rurales del románico, el gótico eleva prodigiosas catedrales llenas de luz, desarrolla una importante arquitectura civil e independiza a las otras artes plásticas (pintura
y escultura) de su subordinación al soporte arquitectónico. No obstante, hay también muchos elementos de continuidad: el predominio de la inspiración religiosa en el arte sigue siendo indiscutido, el monasterio como institución apenas varía excepto en detalles formales y de adaptación a nuevos requerimientos, la misma planta de las iglesias sigue siendo predominantemente la cruz latina con cabecera en ábside orientada al este, aunque se complique o varíe (plantas basilicales, colocación del transepto en el centro, complicación de naves, capillas y girolas). Sin duda el principal elemento de continuidad es la concepción intemporal de la obra: en la mayor parte de las construcciones los estilos se suceden y funden al ritmo de los siglos, sabiendo los contemporáneos que hacen una obra que ellos no verán terminada, ni quizá sus hijos o nietos. En muchas de ellas, incluso se pone en valor el atrevimiento por comenzar un desafío técnico o económico (a veces por rivalidad política) que cuando se inicia no se ha planificado cómo terminar, como es el caso de las catedrales de Siena y de Florencia.
Representación gótica de la Adoración de los Magos en la Catedral de Estrasburgo.
La fase experimental del gótico temprano se resolvió finalmente en la catedral de Chartres (comenzada en 1194). Eliminando la tribuna del segundo piso heredada del románico, pero manteniendo el triforio, recupera la sección longitudinal de tres pisos o niveles. En su defecto se gana altura a través de un amplio claristorio o piso de ventanales, nivel de las arquerías, que proporciona una luz casi vertical. Cada vano se organiza mediante una estructura geminada, dividido por un parteluz y decorado con motivos de tracería como tréboles, óculos o cuadrifolios. La catedral de Chartres sirvió de modelo para las siguientes catedrales góticas.
ETAPAS DEL ARTE GÓTICO
Este periodo del gótico clásico culminó en la catedral de Reims (comenzada en 1210).
Gótico temprano En Francia, durante la primera mitad del siglo XII, la bóveda de crucería apareció esporádicamente en cierto número de iglesias. Sin embargo, la fase que iba a conducir a la construcción de las grandes catedrales francesas comenzó en 1137, con motivo de la construcción de la girola de la iglesia abacial de Saint-Denis, panteón real en las afueras de París.
En el deambulatorio de Saint-Denis, las finas columnas que sustentan las bóvedas de crucería y la ausencia de muros divisorios entre las distintas capillas radiales proporcionaron un nuevo sentido de espacio continuo, fluido, que anticipaba las creaciones posteriores. Saint-Denis fue el modelo para la primera de las grandes catedrales, Notre Dame de París (comenzada en 1163), así como para un periodo de experimentación orientado a la desmaterialización del muro por medio de la apertura de grandes ventanales traslúcidos. El añadido de un cuarto piso en los alzados interiores incrementó la altura de forma vertiginosa. Este piso adicional, denominado triforio, consiste en un estrecho pasadizo con arquerías situado entre la tribuna que se halla sobre las naves laterales y el nivel de los ventanales superiores (claristorio). Las catedrales francesas de Laon y Noyon también corresponden a esta primera etapa.
En torno a 1220, la nave de la catedral de Amiens retomó el sentido clásico y ascensional de Chartres y Reims, enfatizando la verticalidad y la estilización de los pilares. De este modo Amiens supuso una transición hacia la más elevada de las catedrales góticas francesas, la catedral de Beauvais. En ella aparece un gigantesco piso de arquerías (derivado de Bourges) bajo un piso de ventanales del mismo tamaño, que permite alcanzar la altura sin precedentes de 48 metros.
Gótico clásico
La catedral de Beauvais se comenzó en 1225, un año antes de que Luis IX de Francia ascendiese al
Gótico radiante o rayonnant
trono. Durante su largo reinado, de 1226 a 1270, la arquitectura gótica entró en una nueva fase denominada radiante o rayonnant. El término rayonnant deriva de los elementos radiales, como los de una rueda, que conforman los enormes rosetones característicos de este estilo. La altura dejó de ser el principal objetivo, y en su lugar se extremó la desmaterialización del muro reduciendo el espesor de la mampostería, extendiendo los ventanales y reemplazando el muro exterior del triforio por vanos de tracería. Los muros de este periodo radiante asumieron el carácter de membranas traslúcidas. Todas estas características del gótico radiante fueron incorporadas en la primera empresa importante llevada a cabo durante esta nueva fase, la reconstrucción (comenzada en 1232) de la iglesia abacial de Saint-Denis. En la evolución de la arquitectura gótica, el progresivo aumento de los vanos acarreó la posibilidad de crear un ambiente interior sacralizado y simbólico a través de la luz coloreada que pasaba a través de las vidrieras. Los colores dominantes fueron el azul oscuro y el rojo rubí brillante.
Expansión de la arquitectura gótica La influencia de la arquitectura gótica francesa en el resto de Europa fue enorme. En España, este estilo también está representado por las grandes catedrales urbanas, si bien en el siglo XV la obra civil adquirió mayor importancia. En Alemania (que entonces formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico junto a otros territorios de Europa central) el gótico también apareció a lo largo del siglo XIII, aunque en una primera fase convivió con los esquemas románicos autóctonos.
En Italia e Inglaterra la aceptación de los esquemas franceses se encontró con mayores reticencias, de modo que su influencia fue escasa. Las iglesias florentinas y las reminiscencias superficiales del gótico francés en las fachadas de la catedrales de Siena y Orvieto son simples fases transitorias en la evolución que condujo en Italia del románico clasicista a los inicios de la arquitectura renacentista en la obra de Filippo Brunelleschi.
Escultura La escultura siguió el precedente románico, con una amplia difusión de imágenes cuyo fin era adoctrinar a los fieles en los dogmas de la fe religiosa y decorar las fachadas de las catedrales. La escultura de los siglos XII y principios del XIII tuvo un carácter predominantemente arquitectónico. Las figuras más destacadas son las estatuas colosales de las jambas (pilastras laterales) de las portadas y las de los parteluces de los vanos de entrada. Reciben el nombre de estatuas-columna por estar adosadas a estos soportes. A veces, la estatuacolumna tiende a liberarse del marco arquitectónico, como si fuera una escultura exenta o de bulto redondo. En el estilo considerado protogótico destacan las estatuas-columna del famoso pórtico de la Gloria (fachada occidental) de la catedral de Santiago de Compostela (España, último tercio del siglo XII), donde apóstoles y profetas se hacen eco del nuevo sentido naturalista idealizado, a la vez que expresan sus sentimientos y empiezan a entablar lo que se denomina sacra conversazione, es decir, la comunicación entre los personajes sagrados. En Francia cabe reseñar las estatuas-columna de la fachada occidental de la catedral de Chartres, que datan aproximadamente de 1155. Las estatuas del pórtico Real de Chartres poseen unas proporciones y un sentido del volumen que revelan un naturalismo ajeno al mundo románico. Durante las décadas siguientes las figuras de Chartres inspiraron a un gran número de artífices franceses. Sin embargo, las estatuas-columna no eran las únicas manifestaciones escultóricas figurativas de las portadas, que seguían un rico y elaborado programa iconográfico centrado en los altorrelieves del tímpano, arquivoltas y en menor medida, en los dinteles de las puertas. En los parteluces, solían aparecer estatuas de la Virgen, Cristo o algún santo relacionado con la iglesia catedralicia.
Aparición del naturalismo Los convencionalismos en el tratamiento de los pliegues fueron reemplazados por volúmenes más sólidos y naturales en un proceso que comienza en torno a 1210 con la portada de la Coronación de la catedral de París, y que continúa después de 1225 en las portadas de la catedral de Amiens. A partir de 1240 ya se aprecian en la fachada occidental de la catedral de Reims y en las estatuas de los apóstoles de la Sainte-Chapelle de París los pliegues pesados y angulosos, profundamente esculpidos en forma tubular, característicos de la escultura gótica posterior. Al mismo tiempo las estatuas se liberaron del soporte arquitectónico.
En relación a las tendencias naturalistas, aparecieron interpretaciones más humanizadas de la Virgen con el Niño, imágenes que muestran una relación amorosa en la que la Virgen mira a su hijo dulcemente o juega con él mientras le ofrece una flor o una fruta. Un ejemplo de esta nueva iconografía es la Virgen con el Niño de la portada inferior de la Sainte-Chapelle, un modelo que siguió vigente en Europa durante varios siglos.
Difusión de la escultura gótica Aunque la génesis de la escultura gótica se iniciara en el norte de Francia, como sucedió en el caso de la arquitectura, algunas de las obras más notables se realizaron en Alemania. La escultura gótica alemana se caracterizó por un fuerte expresionismo, algunas veces en el límite de la caricatura, y al mismo tiempo por una lírica belleza y elegancia formal En Italia existió, como en el caso de la arquitectura, una cierta reticencia a aceptar los postulados franceses. En este caso sería más apropiado hablar de tendencias goticistas dentro de un clima en el que va apareciendo el protorrenacimiento. El taller más representativo fue el de Pisa.
Virgen con El Niño
En las estatuas de Reims y en las del interior de la Sainte-Chapelle se consolidó el típico rostro de las figuras góticas: forma triangular, mentón destacado, ojos almendrados y una marcada sonrisa. Al mismo tiempo se inició la representación de posturas y gestos amanerados, que resultan de una síntesis entre las formas naturalistas, la elegancia cortesana y una delicada espiritualidad. Otros géneros desarrollados por la escultura gótica fueron las imágenes votivas, esculturas de bulto redondo de pequeño tamaño con representaciones de la Virgen y el Niño o de Cristo crucificado, en las que se aprecian los cambios iconográficos que se produjeron en el mundo gótico, como una mayor humanización y naturalismo. Por otro lado, el relieve alcanzó gran esplendor en los retablos, las sillerías de coro y los sepulcros de grandes personajes.
En España, en el segundo cuarto del siglo XIII se introdujeron las formas de la escultura francesa a través de las intensas relaciones políticas y culturales que la monarquía española estableció con la francesa. En el siglo XIII destacaron dos talleres en torno a las catedrales de Burgos y León.
Artes decorativas En Francia a lo largo del siglo XIII las artes decorativas estuvieron bajo el dominio de la evocación religiosa. Los medallones que aparecen en las ilustraciones de las Bibles moralisées (Biblias moralizadas), en el segundo cuarto del siglo, se inspiraron sin duda en el diseño de las vidrieras catedralicias. En el salterio de Luis IX (posterior a 1255), los gabletes con rosetones que enmarcan las miniaturas imitan los modelos de la SainteChapelle. A partir de 1250 el mismo estilo cortesano inspira la escultura monumental y las pequeñas tallas elefantinas (de marfil). Hacia 1300 las artes decorativas comenzaron a asumir un papel más independiente. En la región del Rin se produjeron piezas de un marcado carácter expresivo, que van desde las estatuillas de la escuela del lago Constanza, como la del joven san Juan
sentado dejando caer su cabeza tiernamente en el hombro de Cristo, hasta la espantosa evocación del sufrimiento de la pasión de Cristo.
Gótico final o tardío París había encabezado el arte y la cultura europeas desde 1230. Sin embargo, tras los estragos de la peste y el estallido de la guerra de los Cien Años a mediados del siglo XIV, París perdió la supremacía y se convirtió en uno más entre los numerosos centros artísticos que florecieron en este periodo.
Pintura Dentro de la evolución pictórica del siglo XV se distinguen dos estilos, el estilo gótico internacional y el estilo flamenco. El primero corresponde a los dos últimos decenios del siglo XIV y perduró en la mayor parte de Europa durante la primera mitad del siglo XV. El estilo flamenco surgió en Flandes en el primer tercio del siglo XV, paralelamente al renacimiento italiano, y se difundió por el resto de Europa durante la segunda mitad del siglo. El estilo internacional apareció en el centro del continente como consecuencia de la fusión de elementos y formas del gótico lineal con las innovaciones técnicas e iconográficas aportadas por los pintores italianos del trecento (Giotto, Duccio, Simone Martini y los hermanos Lorenzetti). El estilo se caracteriza por la valoración expresiva de lo anecdótico, la estilización de las figuras, el predominio de las líneas curvas tanto en los pliegues como en las posturas corporales, la introducción de detalles naturalistas con fines simbólicos y el empleo de una técnica minuciosa.
Museo del Prado
El estilo flamenco se inició en las cortes de los duques de Berry y de Borgoña. La principal aportación de esta escuela es la utilización de la técnica al óleo, que permite una mayor viveza y enriquecimiento de la gama cromática, la realización de veladuras y la obtención de colores compuestos. Los rasgos más definitorios del estilo flamenco fueron el mayor naturalismo, el gusto por el detalle a través de una técnica minuciosa y, en ocasiones, la codificación simbolista de la gama cromática y de ciertos objetos. Los iniciadores de la escuela flamenca son los hermanos Huberto y Jan van Eyck, cuya primera obra célebre fue el retablo de El cordero místico de la iglesia de San Bavón de Gante. Sin embargo, dentro de la escuela destacó una figura excepcional, avanzada para su época: Hieronymus van Aken, llamado El Bosco, que desarrolló en sus obras un universo surrealista en clave moralizante. Entre sus obras cabe citar El jardín de las delicias (Museo del Prado, Madrid). A lo largo del siglo XV la influencia flamenca se extendió por toda Europa, considerada como un renacimiento nórdico ajeno al punto de vista conceptual de la edad media.
LAS CATEDRALES DEL SIGLO XIII DE ESTILO GÓTICO
"Gótico" es un término peyorativo empleado desde el Renacimiento por el historiador italiano Giorgio Vasari, para caracterizar el arte medieval situado desde el fin del Imperio Romano de Occidente y el propio Renacimiento.
Según esta denominación, el arte gótico sería el arte de los godos o de los bárbaros, en contraposición al arte sabio clásico. Afortunadamente, desde el romanticismo del siglo XIX, el arte gótico se considera una de las manifestaciones más sublimes de la arquitectura de todos los tiempos. El gran arte gótico nació en Francia en la segunda mitad del siglo XII. Tradicionalmente se considera su inicio en la reconstrucción del coro de la iglesia abacial de Saint-Denis. Pronto las grandes fábricas góticas prosperan con rapidez en Chartres, Bourges, Paris, Reims, etc. El concepto estético y espiritual que anima al románico mediante una racionalización e intelectualización de las formas geométricas tendentes al equilibrio y armonía deja paso a otro nuevo concepto de la Jerusalén Celeste. El simbolismo del nuevo arte gótico es deseoso de verticalidad y de luz y aprovechando algunos adelantos constructivos va a permitir la desmaterialización de las estructuras, el vaciado de la piedra y su sustitución por vidrieras para crear un ambiente completamente novedoso con relación al románico. Este nuevo modo de construir de la vecina Francia debió influir sobremanera en dos figuras claves de nuestra historia: el obispo de Burgos, Mauricio y el de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada que promuevan los dos primeros templos construidos ex-novo en estilo gótico.
En efecto, ambos promovieron, apoyados por la prosperidad económica de la conquista de Andalucía, en la tercera década del siglo XIII la edificación de las nuevas catedrales. En Burgos se eliminaría su antecesora románica y en Toledo se demolía la antigua mezquita cristianizada. Pocos años más tarde, alrededor de 1255 el Obispo Martín Fernández promueve de manera similar la catedral de León.
Otras importantes catedrales góticas que nacen como proyecto original gótico en el siglo XIII, aunque sustituyendo antiguos edificios, son las de Cuenca, original y con influencia franconormanda y la de Burgo de Osma, que se levantó poco después de haberse terminado la anterior románica, muy inspirada en la arquitectura cisterciense.
Catedral de Burgo de Osma
La catedral románica de Burgo de Osma que debió estar muy relacionada, al menos en lo que a escultura se refiere, con el Monasterio de Santo Domingo de Silos, fue derribada alrededor de 1232 por el obispo Juan Díez, año en que se empezó a levantar la actual gótica. Su estructura original es de presbiterio poligonal de siete lados rodeado de dos parejas de absidiolos semicirculares alineados, de forma similar al Monasterio de las Huelgas. Esta cabecera fue alterada en el siglo XVIII al abrirse una girola alrededor de la capilla central.
Luego se abrió un saliente crucero y tres naves de desigual anchura y altura. Por encima de los arcos formeros apuntados no se estableció triforio sino directamente el claristorio.
Catedral de Burgos La Catedral de Burgos es una de las obras cumbres del gótico español. Es un formidable templo de tres naves, crucero muy saliente y cabecera con girola que se abre a capillas semidecagonales (aunque posiblemente estas capillas se rehicieron alrededor de 1300 sustituyendo absidiolos semicirculares).
A pesar de seguir modelos franceses, el maestro de Burgos concibe un alzado mucho más cerrado que el etéreo gótico francés. Así por encima de los arcos formeros de la nave principal corre un hermoso triforio (con bellos arcos trebolados cobijados por arcos escarzanos, cuyo tímpano está perforado por cuadrifolios) pero cerrado al exterior y las ventanas del tercer cuerpo tiene un moderado desarrollo.
Elemento muy destacable es la Puerta del Sarmental abierta en el muro meridional del crucero. Representa a Cristo en Majestad rodeada por el Tetramorfos y de nuevo a los cuatro evangelistas escribiendo sus enseñanza en los Evangelios. Por debajo se colocaron las figuras de los doce apóstoles. Las arquivoltas muestran ángeles, ancianos, etc.
El Gótico clásico: la catedral de León La Pulchra Leonina, como así se llama a la Catedral de León, es la más "francesa" de las grandes catedrales góticas españolas del siglo XIII. Su relación con la catedral de Reims es evidente en la planta y Amiens y Beauvais, en el alzado. Es un templo de tres naves a las que se le cruza un amplio crucero y rematadas por cabecera con girola a la que se abren capillas poligonales.
Siendo bello el exterior, con las portadas del Juicio Final, San Juan y San Francisco o el desarrollo de sus grandes torres, lo más celebrado de la catedral de León es sin duda la desmaterialización de los muros en vidrieras policromadas. Para ello se cumple aquí el concepto de "alzado tripartito" es decir, la sucesión vertical de tres niveles en la nave principal: arcos formeros, triforio o pasillo sobre las naves laterales calado al exterior y ultimo piso o claristorio, con vanos amplísimos con vidrieras.
En el ámbito rural, el románico y mudéjar habían perdurado hasta el siglo XIII y sus templos cubrían sobradamente las necesidades de culto de las pequeñas aldeas. Por eso, salvo algunas comarcas, sobre todo en la provincia de Burgos, el gótico rural apenas prolifera en estos primeros siglos.
Sin desmerecer el gran valor de otros edificios españoles, nuestra opinión es que si se desea conocer el espíritu que animó el arte gótico del siglo XIII en Europa -sobre todo a nivel de arquitecturase ha de visitar el interior de la catedral de León. Más información de la Catedral de León
Las catedrales replanteadas románico al gótico Catedral de Ávila
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A diferencia de las catedrales antes descritas, las de Sigüenza y Ávila,a iniciadas a mediados del siglo XII con una concepción más románica, vieron replanearse su desarrollo a medida que el gótico penetraba en Castilla. Hay que citar al maestro Fruchel y su famosa cabecera con doble girola al estilo de Saint Denis en la seo abulense. Luego, la catedral de Ávila continuó con un crucero de dos naves y un esbelto cuerpo principal de tres naves cubiertas con bóvedas de crucería sencilla, con la particularidad de que, al final, el triforio se sustituyó por un cuerpo de vanos y por encima, se levantó un alto e imponente claristorio de tracerías caladas. Con todo ello, la catedral de Ávila, que no es demasiado ponderada por los estudiosos de arte, se acerca a los cánones de desmaterialización de los muros y verticalidad del genuino gótico francés. ¡Qué lastima que las vidrieras sean anodinamente incoloras!
El gótico clásico en el ámbito rural El desarrollo geográfico del gótico clásico (siglos XIII y XIV) en Castilla fue muy irregular ya que, como hemos visto, responde a complejas estructuras iniciadas por maestros extranjeros y desarrolladas en las grandes ciudades el reino.
En Burgos, hay iglesias góticas del siglo XIII de gran pureza como las de Sasamón, Grijalba, Villamorón, etc.
Las catedrales del gótico final La segunda mitad del siglo XIV y sobre todo las primeras décadas del siglo XVI suponen una revolución política y económica e Castilla (conquista de Granada, unificación política, colonización de América) que permite la construcción de infinidad de templos de estilo gótico muy tardío y decadente (gótico florido de procedencia flamenca que cristaliza en el estilo "isabelino") que en ocasiones se funde con las primeras manifestaciones renacentistas. Desde el punto de vista arquitectónico se generalizan las bóvedas de crucería compleja con arcos combados y terceletes.
A diferencia del gótico clásico este gótico decadente sí alcanza profusamente el mundo rural, aunque, en numerosas ocasiones, en versiones muy simplificadas.
Además, también se siguen erigiendo catedrales en este gótico final, como las naves de la catedral de Palencia, la catedral Nueva de Salamanca y la de Segovia, fase final de este estilo en España.
Catedral de Segovia
Llamada la "Dama de las Catedrales" fue construida entre 1525 y 1577, para sustituir el templo románico semidestruido en las guerras de las comunidades. Por tanto es, junto a la catedral nueva de Salamanca, la muestra del gótico más tardía de la arquitectura española.
Fue trazada por Juan Gil de Hontañón como templo de tres naves, con capillas laterales, crucero y cabecera semicircular con girola, rodeada de capillas radiales. El claustro gótico es de 1470 y es el que estaba adosado a la antigua catedral románica. Fue trasladado piedra a piedra a su nuevo emplazamiento. Son hermosos sus arcos agudos con tracerías caladas.
Arquitectura Gótica La arquitectura es lo que mejor define al gótico, en rigor de ella es que nace el movimiento. La arquitectura gótica nació en Francia y Normandía a mediados del siglo XII y se expandió por toda Europa durante los siglos XIII y XIV en gran parte al movimiento de la reforma cisterciense, llevado a cavo por San Bernardo, en 1112, ya que surgen en toda Europa una serie de abadías, que hacen eco en las nuevas técnicas –mezcla entre el romántico y el gótico-, contribuyendo en uno de los principales medios de difusión. Es así, como a principios del siglo XIII, la arquitectura gótica dejó de ser patrimonio exclusivo de Francia para extenderse por toda Europa. Dos son los elementos esencialmente característicos de la arquitectura gótica que determinan sus variantes regionales y que afectan a la contextura general del edificio: la bóveda de crucería y el arco ojival o apuntado; afectando la primera a la estructura, y el otro, más particularmente, a las formas exteriores.
A este concepto dinámico de la construcción, frente a la estática románica, se le añaden las formas agudas de los arcos, en que abren puertas y ventanas; éstas, como los rosetones, con tracería, formada por motivos geométricos, entre las que se colocan las vidrieras. La complicación de estas tracerías, la aparición de nuevos tipos de arcos (conopiales, escarzanos, carpaneles) y la complicación de bóvedas, que aumentan el número de nervios, con sus consiguientes consecuencias en las demás partes del edificio, señalan las características determinantes de las diversas fases en la evolución del estilo gótico.
La bóveda de crucería concentra los esfuerzos en un punto determinado, centralizando los empujes, lo que determina la desaparición de los muros macizos del románico, que son sustituidos por amplios ventanales con vidrieras. Los empujes son trasladados por medio de los arbotantes a los contrafuertes exteriores, que rematan en pináculos. La bóveda descansa sobre altísimos pilares, formados por un macizo central y columnas o baquetones adosados, a tenor de los nervios de la bóveda, verificándose la transición por un capitel, con temas vegetales, que paulatinamente van decreciendo en importancia hasta terminar siendo una simple faja decorativa.
En líneas generales pueden considerarse en la evolución de la arquitectura gótica en cuatro períodos, que presentan análogas características en los diversos países de Europa. Podemos considerar un primer período de transición, en el que se incluyen templos comenzados en estructura románica y acabados en gótico. Presentan gruesos pilares con columnas semicirculares adosadas en los frentes, y en los diagonales. Contrafuertes como sistema de contrarresto y nunca arbotantes. Al siglo XIII, pilares de núcleo cilíndrico con columnillas correspondientes una a cada nervio de la bóveda, basas y capiteles individuales con decoración vegetal éstos. Bóveda de crucería de nervios finos y molduras. Ventanascon tracerías basándose en arcos apuntados y rosetones trifoliados y cuatrifoliados. Arbotantes.
El último período corresponde al siglo XV; en él la decoración domina a las líneas arquitectónicas. Es la fase barroca del estilo gótico. Aparecen y se difunden, las formas del arco de tipo conopial, carpanel y escarzano; las tracerías adoptan formas curvilíneas, con tendencia a las formas, en S; se prodigan las bóvedas estrelladas, calándose a veces suplementaria, los capiteles desaparecen o adoptan la disposición de faja decorativa. La catedral es el monumento característico de la arquitectura gótica, en la que se reúnen todas las características esenciales del estilo. Las catedrales góticas eran los monumentos más altos que se habían construido, y este hecho empezó un tipo de competencia en Europa. Su planta, en forma de cruz, es de tres o cinco naves, con crucero más corto que el de la arquitectura románica, y en la cabecera la girola o deambulatorio, en la que se abren las capillas poligonales, todas encerradas en un gran medio círculo. Son destacadas las altísimas naves laterales, las que sirven de campanario y en las que se abren los amplios ventanales.
Otro contraste a la simplicidad del estilo románico, es la abundancia de decoración que tiene el estilo gótico. La fachada de las catedrales están repletas con escultura que muchos describen como extravagante por su cuidado en los detalles. Las torres también tienen escultura detallada –un ejemplo de esto son las gárgolas- que no se puede apreciar porque no está al alcance de los ojos.
Escultura Gótica La escultura gótica se inicia a mediados del siglo XII en la Isla de Francia, alcanzando su apogeo en el siglo XIII y llegando a sus últimas manifestaciones en el primer tercio del siglo XVI. El escultor gótico abandona los convencionalismos que habían informado las manifestaciones escultóricas en el románico. El naturalismo, la humanización de la divinidad, la exposición clara y ordenada son los caracteres esenciales de la escultura gótica.
Al carácter rudo, con cierto convencionalismo, de la escultura gótica de la segunda mitad del siglo XII, sucede en el XIII la época de mayor esplendor de esta escultura en Francia, que se difunde por toda Europa occidental. Es la época de la construcción de las grandes catedrales. Es una escultura de belleza
serena y majestuosa, de cierto sabor clásico, con vestidos sencillos, en los que los pliegues caen con gran simplicidad. A fines de este siglo se buscan los efectos pintorescos, se hace anecdótica y narrativa. Al tipo de belleza ideal, platónica, perseguida por los escultores del siglo XIII, se opone una corriente que sustituye la belleza abstracta por la real: es el arte del retrato. Al mismo tiempo los plegados se multiplican en numerosos y pequeños pliegues sinuosos, a los que contribuyen las siluetas de las figuras, que sé incurvan en un movimiento gracioso. Las Vírgenes, como el Crucificado en la Cruz, se incurvan apoyándose sobre una pierna, mientras el Niño juega con un pájaro, un fruto o una flor, bajo la complaciente mirada de su Madre.
A fines del siglo XIV se impone un estilo originario de Borgoña, en el que el arte del retrato se perfecciona y los vestidos pierden sus múltiples curvas caligráficas, que se transforman en pliegues angulosos y quebrados, como en la pintura. Sé copian escenas de la vida real para las representaciones, y la tendencia sentimental iniciada en el siglo XIV conduce al más hondo patetismo. Los temas patéticos se prodigan, la representación de martirios, la Piedad, los Cristos sangrantes, los esqueletos roídos por gusanos, cte., son habituales. La escultura gótica se halla subordinada a la arquitectura. Desaparecen las representaciones iconográficas en los capiteles, que son reemplazados por temas vegetales, directamente inspirados en la naturaleza, en los que, no obstante, se mezclan a veces temas animados.
Son las portadas de las catedrales, fundamentalmente las de los pies del templo y brazos del crucero, los conjuntos más acabados de la escultura gótica. En ellas se desarrollan los temas iconográficos con la máxima claridad compositiva. Estatuas de bulto redondo, apóstoles o profetas, adosadas a jambas y mainel: tímpano, dividido en fajas, con relieves: Juicio Final, Vida de la Virgen o de Jesús, o vida de, Santos; y en las arquivoltas, bajo doseletes, ángeles, ancianos del Apocalipsis, u otras figuras, siguiendo la dirección, de la curva del arco. Completan la decoración escultórica de la fachada otras esculturas, repartidas en torres y ángulos, o, como en Francia, galería de arcos que cobijan estatuas. Después de las portadas son los relieves del trascoro, y, sobre todo, las estatuas en las capillas funerarias, los que siguen en importancia.
Pintura Gótica La peculiar estructura del templo gótico, que presenta escasos espacios aptos para ser decorados con pinturas murales, imposibilita el desarrollo de la pintura monumental" que presenta escasos ejemplares. Es en las vidrieras de los ventanales y en los códices miniados donde se desarrolla la pintura gótica, de la primera época; pero bien pronto, con la pintura en tabla, son los retablos los que alcanzan un principal interés y en los que se conservan las principales muestras de la pintura gótica.
En la evolución de la pintura gótica pueden distinguirse varias fases. Hacia 11250, la pintura gótica en Francia se halla plenamente formada, extendiéndose su influencia hasta mediados del siglo XIV. Alcanza esta pintura franco-gótica su momento culminante en la primera mitad del siglo XIV, coexistiendo luego con el estilo sienés hasta 1400. Esta pintura francogótica se halla inspirada en la técnica de los iluminadores, que siguen el estilo de las vidrieras y esculturas. Como en éstas, se renuncia a la estilización románica, tanto en las actitudes como en el estudio de las formas y paños, observadas en la realidad; aparecen con más frecuencia trozos de paisajes y construcciones en el fondo, con somero, estudio de perspectiva lineal, a la vez que en las figuras piérdese la majestad románica, sustituida por la tendencia hacia lo naturalista y anecdótico. Pero, no obstante, presenta ciertos convencionalismos que la caracterizan como a la escultura, es decir, el tipo oval de cabeza de trazos finos y boca menuda, y hacia finos del siglo XIII la característica incurvación del cuerpo, al que acompaña un adecuado tratamiento de los paños, con esa típica afición del gótico a la línea curva. Al mismo tiempo, el brillante colorido coadyuva a los efectos de belleza, recibido por influencia de vidrieras y miniaturas.
A mediados del siglo XIV, y durante la segunda mitad del siglo, la influencia italiana, en especial de Siena, se difunde por Europa. Es la escuela sienesa la que ha roto en Italia con los lazos de la estilización románica y bizantina y ha llegado, dentro de la línea del espíritu gótico, a los más profundos resultados en cuanto a las formas, junto a un rico y luminoso colorido, con lo que muestran las altas cualidades de la pintura para el adorno monumental de paredes y retablos. El estilo de Duccio, fijado por Simone Martini, cuyos trabajos en Avignon contribuyen a la difusión del estilo, se propaga por el occidente europeo. La escuela sienesa, más en armonía que la florentina con el estilo gótico del resto de Europa, renuncia con Duccio al formalismo de los prototipos de Bizancio, invistiéndole con naturalismo gótico, que triunfa con Simone Martini, más influido por el gótico francés.
Hacia fines del siglo XIV la manera sienesa, probablemente por una creciente influencia de lo flamenco y francés, comenzó a asumir algunas características que dieron por resultado la creación del llamado «estilo internacional», que prevalece en Europa hasta que es sustituido en, la segunda mitad del siglo XV por la influencia flamenca, última etapa del arte gótico. El estilo internacional presenta muchas características típicamente sienesas, tales como la afición a las figuras alargadas y líneas caligráficas, especialmente en los espléndidos ropajes, rico colorido y otras características que contribuyen a los efectos de riqueza y bajo los cuales los estudios de forma y espacio quedan reducidos al mínimo. Junto a estas características presenta un naturalismo no sienés y otras características, que es normalmente adscrito a artistas flamencos y franceses, tales como la introducción de temas secundarios, anecdóticos, con una cierta tendencia a la caricatura, incluso a la extravagancia: cuidados retratos, como en las
pequeñas figuras de los donadores y, por último, la persistencia de la indumentaria francesa, entonces en boga, y que muestra, por otra parte, el indudable origen francés del movimiento.
Un último periodo lo representa, en la segunda mitad del siglo XV y primer decenio de la siguiente centuria, la difusión de la escuela flamenca, que propaga la técnica al óleo, las composiciones patéticas, el brillante colorido y la técnica minuciosa y en fin, todas las características de esta escuela, que constituye una de las bases esenciales en la formación de la pintura de la Edad Moderna.
CATEDRAL DE CHARTRES
Época histórica:
Baja Edad Media
La primera iglesia de la que tenemos constancia, se construyó hacia el año 360. Ésta desapareció en un incendio, durante un saqueo visigodo sobre el 740 o 750. Una segunda catedral es destruída por los piratas normandos en el 858, y el obispo Gisleberto mandó reconstruirla y ampliarla. De aquella iglesia, queda una capilla de la que forma parte la actual cripta. Es en esta época, siglo IX, cuando la catedral recibe una preciada reliquia: la túnica que se suponía usada por la Virgen María en el momento del nacimiento de Jesús. Ésto le sumó importancia al lugar, y el peregrinar de muchos fieles a la ciudad, hizo que los grupos burgueses de Chartres fueran aumentando, al mismo tiempo que los gremios adquirían cada vez más importancia. Durante el S. XII, la ciudad sufrió dos terribles incendios, el último afectó también a la catedral. De éste, sólo quedó en pie las torres y la fachada occidental y la cripta. Al principio se pensó en el incedio, provocado por un rayo, como un castigo de Dios, pero al encontrarse la túnica de la Virgen intacta, se plantea la idea de volver a edificar el templo. La reconstrucción fue financiada por los Capetos, dinastía vinculada tradicionalmente a Chartres, por el cabildo y por los gremios locales, estos últimos movidos por intereses económicos, ya que, la catedral traería de nuevo peregrinos a la ciudad. Hacia 1220 el cuerpo principal estaba concluido, en tan sólo 26 años. Para la construcción se empleó piedra de canteras de la zona.
Autor: No se conoce quién fue el arquitecto del proyecto, sólo tenemos conocimiento de los responsables del encargo. Tras el incendio de la antigua catedral románica fue mandada reconstruir y financiada tanto por los Capetos, dinastía tradicionalmente vinculada a Chartres, como por el cabildo y los gremios locales. Estilo:
Arte Gótico
Etapa:
Arquitectura Gótica Clásica Francesa
Ubicación:
Chartres, Francia
Fecha realización:
S. XIII
Dibujo de fachada principal
Dibujo de fachada lateral
Dibujo de los elementos arquitectónicos (2)
La catedral de Chartres tiene la suerte de tener el conjunto más bello de vitrales de los siglos XII y XIII. Este conjunto se ha conservado en muy buenas condiciones, dado el trabajo de restauración.
Planta de la Catedral de Chartres (1)
El edificio es de planta cruciforme (1), organizado en tres naves, de ellas la principal consta de 28 metros, y una altura muy superior a las otras dos. Al final de ésta, encontramos como pavimento el famoso laberinto. La catedral, muestra tres niveles perfectamente diferenciados en el alzado de la nave (2); arcadas, triforio y claristorio o zona en la que se sitúan los ventanales con vidrieras , célebres por el intenso y bello color azul, especialmente conocida es la llamada Ventana de la Virgen Azul, de principios del siglo S. XIII, que representa a la virgen con el niño(3).
Esta nueva nueva catedral, que en sólo veintisiete años, del 1194 al 1221 (para algunos historiadores, 1220 o 1225), reemplazó a la anterior (también apenas nueva) que había sido devorada por las llamas, es sin duda una obra maestra, no sólo del gótico, sino también de la arquitectura religiosa de todos los tiempos.
Expresa una madurez, una perfección y una uniformidad —debido también al breve tiempo en que fue construida, probablemente bajo la dirección de un solo maestro de obras, el desconocido pero magnífico "maestro de Chartres"— que la sitúan en la cúspide del arte. Su planta es bastante compleja, pero ajustada en cada detalle; sus elementos de construcción y decorativos son lo mejor que ha producido el arte gótico en el apogeo de su desarrollo, y sus esculturas exteriores (ninguna decoración en relieve, salvo una tribuna, hoy demolida, adornaba el interior, en el que sólo imperan las relaciones arquitectónicas y la luz mágica filtrada a través de las vidrieras) alcanzan los máximos logros del arte francés. Por su parte, sus vidrieras son únicas, inimitables e inestimables, tanto en cantidad como en calidad. Actualmente, más del ochenta por ciento de sus 176 ventanas poseen todavía los espléndidos cristales originales. Sólo algunas del coro (dieciséis de la parte alta) fueron quemadas, entre 1773 y 1778, por un obispo, quizás encomiable como religioso, pero execrable ; orno conservador de un patrimonio artístico. Dicho obispo expresó —y según él era suficiente—, como única justificación del estrago, que deseaba "dar más luz" al coro. Eran los años en que Soufflot rompía el Cristo del portal de Notre-Dame de París para que pasaran las procesiones, y los mismos años en que, en Chartres, el capítulo ¿e los canónigos ordenaba la destrucción de la tribuna (el jubé) que separaba el coro de la nave de la iglesia: atropello que alteraba todo el espacio interior de la construcción y que fue perpetrado, sin valorar sus consecuencias, en el año 1763. Sin embargo, a pesar de estas alteraciones (y de otras menores, como la sustitución de parte del suelo original, el desplazamiento del altar y algunos elementos estructurales que fueron destruidos por posteriores incendios y restaurados en el siglo pasado), esta gran catedral dedicada a la Virgen es
uno de los más íntegros e interesantes ejemplos del gótico: un arte al que sus creadores, ignorantes de etimologías cabalísticas y ajenos a la existencia del pueblo de los godos, llamaban con toda tranquilidad "a la moderna" (para ellos) o "a la francesa". A decir verdad, la fachada, con sus grandes torres, su portal de los "reyes", obra maestra de la escultura románica-gótica francesa, y sus grandes ventanas que repiten el motivo del pórtico, pertenece a la iglesia anterior, la del obispo Fulberto. Es lo que se salvó del incendio de 1194, junto con la cripta, la cual engloba, además, los restos de un edificio aún más antiguo, de época carolingia. En este lugar se veneraba, tiempo atrás, a la "Virgen Negra", Notre-Dame-de-Dessous-Terre, "Nuestra Señora Subterránea", como la llamaban los peregrinos que, para adorarla, acudían de todos los rincones del país de los francos (siguiendo una peregrinación que los galos quizás ya habían conocido).
Era
una imagen antiquísima, esculpida, en épocas inmemoriales, en un tronco de peral. Era tan antigua que los años la habían ennegrecido, y de ahí su nombre. Hoy, desgraciadamente, ya no existe, pues fue destruida. Pero la sustituye dignamente, sobre el nivel del suelo, otra imagen de la Santa Madre: una figura del gótico tardío (1510) a la que, en virtud de su colocación encima de una columna, se le ha dado el nombre realmente insólito en aquel país de Vierge du Pilier. Partiendo, pues, de estos dos elementos, cripta y fachada, el genial "maestro de Chartres" dio cuerpo a su obra maestra: una inmensa y altísima —37 metros desde el suelo al techo de la nave central y 14 metros en las laterales— iglesia de cruz latina, es decir, con un largo cuerpo del que salen dos anchos pero cortos transeptos. Era un esquema normal para una catedral gótica, pero insólito en sus proporciones (el deambulatorio,
o sea, la parte posterior, por así decir, de la construcción, es bastante ancho respecto a la nave, y, además, está enriquecido por una serie de capillas radiales, capillitas de forma semicircular que se asoman hacia el exterior de la iglesia). Resulta excepcional la absoluta rigurosidad del esquema general y la subordinación de cada elemento accesorio a dicho esquema. Una catedral gótica es —dejando a un lado todo aspecto espiritual para considerar tan sólo la construcción— un gran espacio, más o menos complicado, cubierto de bóvedas. Bóvedas que se hacen necesarias porque se quiere construir todo el edificio en piedra y, como se sabe, la piedra, empleada como elemento de soporte horizontal, no puede cubrir grandes espacios, pues se rompería. Las bóvedas, es decir, la disposición de la piedra a lo largo de líneas curvas en vez de planas, constituyen la solución al problema. Pero, a su vez, plantean otros, también considerables. En primer lugar, pesan; en segundo lugar, este peso tiende a descargarse hacia los lados de la misma bóveda, y no hacia abajo. Por lo tanto, no sirve apoyar las bóvedas sobre pilastras: éstas se derrumbarían como bolos. Es necesario apuntarlas, o sea, apoyarlas en unos muros tan gruesos que puedan resistir su empuje, o bien en otras bóvedas que absorban dicho empuje, oponiendo otro contrario. Los constructores románicos (los que precedieron a los góticos) hicieron ambas cosas: pusieron a los lados de sus techos grandes murallones y al mismo tiempo adosaron a las bóvedas mayores de las naves algunas bóvedas menores, usadas para cubrir algunos recintos secundarios, o de servicios, como los denominados matroneum, generalmente construidos sobre las naves laterales de las iglesias. Esto resolvía el problema arquitectónico, pero impedía abrir ventanas en los muros laterales, cubiertos por el matroneum. Los arquitectos góticos fueron más allá. Comprendieron que era inútil levantar grandes muros por doquier, ya que el peso de las bóvedas se descarga en algunos puntos bien precisos, y estos puntos eran los que debían ser reforzados con pilastras adecuadas (las cuales tomaron el nombre de "contrafuertes"). El resto de la pared, que no soportaba casi nada, podía ser empleado para abrir amplísimos ventanales; es más, podía ser incluso completamente acristala-do, de la misma manera que en los edificios modernos, entre un pilar y otro
puede extenderse una "piel" de cristal, un curtainwall, que aisle de la lluvia y de cualquiera de los demás elementos. Pero, pensándolo bien, lo mismo podía hacerse con los matroneum, cuyo único elemento indispensable era el arco que se oponía al arco de la bóveda: el resto era inútil, arquitectónicamente hablando. Y, en efecto, podemos ver que los arcos por tranquil, o sea los grandes arcos que unen directamente las bóvedas con los contrafuertes exteriores, sustituyen a los matroneum. Como sucede siempre, a esta solución no se llegó de repente, sino a través de un lento proceso de ensayos y pruebas. Sin embargo, en Chartres, el organismo estructural gótico aparece, por primera vez, dotado de todos sus elementos desde el principio (en efecto, es la primera vez que los arcos por tranquil se realizan y son concebidos para toda la catedral y no sólo para las partes más difíciles, como el coro). Y hay más: este sistema, ya consolidado, fue aplicado con una perfección y un equilibrio de proporciones difícilmente equiparables, casi increíbles en un organismo de tan excepcional envergadura. No en balde hay quien ha comparado a Chartres con un diapasón a escala arquitectónica y quien se ha pasado media vida midiendo y estudiando cada elemento de este extraordinario templo, que, por añadidura, es uno de los pocos monumentos que disputan a las grandes pirámides egipcias la primacía de los estudios "interpretativos", en todas las claves, desde la cabalística a la mística, pasando por la matemáticageométrica. La catedral tiene tres fachadas, cada una de ellas con dos torres (sólo previstas, porque las de los cruceros nunca recibieron el remate en punta, y una de las dos de la fachada no lo consiguió hasta el siglo XVI, ya en el estilo florido, que entonces se estilaba en Francia), y con un conjunto de tres portales (algo único, nunca visto en ninguna catedral) y sobre cada portal unas magníficas decoraciones en relieve. Pero lo que más admira es una fantástica nave de arcos ojivales (en las bóvedas y en las paredes), a la cual la eliminación del matroneum ha permitido dotar de altas y largas ventanas a cada lado, y de un "rosetón" cada dos ventanas. Y aquí aparece la maravilla de las maravillas, el orgullo de la catedral de Chartres, lo que la ha hecho famosa por haber llegado a cimas jamás
alcanzadas: desde estas aberturas desciende, filtrada por las inimitables vidrieras originales, rutilantes de rojos, azules y violetas, una luz cálida, mágica, suavemente coloreada. Una luz de una tonalidad tan fantástica, que incluso los cristaleros y los arquitectos góticos —sin duda habituados a ello— se sintieron fascinados ante el espectáculo. Y así descubrimos una ventana de deambulatorio que todavía lleva el nombre —muy apropiado por cierto— de Notre-Dame-de-la-Belle-Verriére ("Nuestra Señora de la Bella Vidriera"). No es ésta la única confianza que los constructores se tomaron con la vidriera, ni la única mezcla entre lo sagrado y lo profano. Hay varias; por ejemplo, en el crucero meridional hay una piedra blanca y torcida —respecto al conjunto del pavimento— que el 21 de junio, a mediodía, solsticio de verano, recibe un rayo de sol: rayo que se ha dejado pasar expresamente a través de un cristal blanco introducido en la vidriera. Excelente juego astronómico-luminoso (¿o mágico?) que hace las delicias de los visitantes que ese día se hallan en la catedral. Asimismo, en el pavimento de la iglesia (en parte reconstruido y en parte original) hay un extrañísimo "laberinto" en espiral. Por no hablar del Asno-quetoca y de la Cerda-que-hila: dos curiosísimas esculturas que adornan el muro meridional de la torre sur de la fachada y representan (por lo que se puede leer, ya que están muy corroídas) a un asno que toca la lira y a una cerda que, por tradición, se dice que está hilando la lana.
Notre Dame de París Breve historia La catedral de Notre Dame se encuentra en la Île de la Cité, núcleo del que germinó la París celta y posteriormente la urbe romana y medieval. Se sabe que este templo gótico se construyó sobre el solar de numerosos edificios anteriores, entre ellos un templo romano dedicado a Júpiter, una iglesia altomedieval del siglo VI con el nombre de SaintEtienne y otra románica.
El actual edificio se edificó a partir de 1163, siendo el más notable de los edificios franceses del Gótico Temprano. Sin problemas de financiación, las obras avanzaron muy rápidamente, llegando a la fachada occidental alrededor del año 1200, mientras que las torres se terminaron a mitad del siglo XIII. No obstante las tareas constructivas siguieron avanzando hasta bien entrado el siglo XIV.
Uno de los momentos más trágicos para la catedral de París fueron los deterioros perpetrados durante la Revolución Francesa, a las que le sucedieron las radicales restauraciones de mediados del siglo XIX y protagonizadas por Jean-Baptiste Lassus y Viollet-Le-Duc. En ellas, además de reconstruir y restaurar gran parte de la escultura perdida (incluso sus fantasiosas y famosas gárgolas), se modificaron y añadieron diversas partes, entre ellas la célebre aguja del cimborrio.
Por su parte, el barón Haussmann reestructuró La Île de la citésuprimiendo todo el barrio antiguo,
aislando la catedral de Notre-Dame en el centro de un gran atrio.
Arquitectura La catedral de Notre Dame de París en un voluminoso templo de planta de cruz latina. Presenta un gran cuerpo de iglesia con cinco naves más capillas laterales. El ancho transepto se sitúa casi en la mitad de la longitud de las naves y resalta poco en planta. La capilla mayor esta rodeada por una girola de doble nave. Estas bóvedas, como corresponde temprano, son sexpartitas.
al
gótico
La escultura de Notre Dame La escultura de la seo parisina es de extraordinaria calidad dada la importancia que tuvo París en el siglo XIII como centro del reino a donde donde acudían los mejores maestros. Aquí estaba la corte, que poseía iniciativa artística, y fueron capaces de atraer a los mejores artistas, ya fueran arquitectos, escultores, vidrieros, miniaturistas, etc. En cuanto al alzado, hay que decir que participa de las características de otros templos del gótico temprano, con sus tres pisos característicos: • Primer nivel: Arcos formeros apuntados sobre enormes columnas. • Segundo nivel: tribuna comunicada con la nave central mediante tres vanos apuntados envueltos por otro mayor, en cada tramo. • Tercer nivel: claristorio con ventanales constituidos por doble vano apuntado y otro superior circular. Siendo todo hermoso y equilibrado, hay que destacar la belleza de su tribuna, concretamente sus esbeltos arcos y finas columnas. Sin embargo, esta tribuna se mantiene en Notre Dame por inercia del mundo románico o por estética porque aquí ya no cumple funciones de sustentación. La razón es que en esta catedral de París nacen los arbotantes exteriores que se ocupan de dicha función, de apuntalar los empujes laterales de las bóvedas de la nave central.
El estudio de la escultura de la catedral de Notre Dame es de enorme importancia para conocer la iconografía y estilo de la escultura gótica europea, puesto que va a ser referencia y modelo para multitud de obras posteriores, no sólo de Francia. Ello se explica porque París llegó a ser un centro de formación artística de primer orden a donde acudían aprendices de toda Europa. Después estos artistas formados se desplazaban a otros lugares siguiendo allí el modelo de Notre Dame.
Las destrucciones de la Revolución Francesa y Viollet-le-Duc Una de las primera apreciaciones que hay que hacer sobre la escultura gótica de Notre Dame es que se encuentra intensamente restaurada.
Un ejemplo paradigmático de estas pérdidas sufridas por la escultura de Notre Dame es el caso de la Galería de los Reyes, situada bajo el rosetón de la fachada occidental y en la que se representan reyes de la Antigüedad entre columnas. Los revolucionarios, tomándolos por monarcas modernos franceses, mutilaron las estatuas, aunque sus restos no se destruyeron sino que fueron enterrados. Estos fragmentos se encontraron milagrosamente en los sótanos de un banco de París en 1977 y se depositaron en el Museo medievalista de Cluny.
Cronología de la escultura
El encargado de ello fue el famoso arquitecto y arqueólogo Viollet-Le-Duc que aplicó los radicales criterios restauradores (en ocasiones "inventores") del siglo XIX. Antes de las restauraciones y reconstrucciones decimonónicas, numerosos elementos esculturales de la catedral se encontraban fráncamente destruidos o mutilados por las revueltas de la Revolución Francesa. Hay que recordar que París era la capital de Francia y centro de la Revolución. Notre Dame se ubica junto al palacio real y además estaba muy ligada a la familia de los monarcas franceses, por lo que recibió importantes agresiones en aquel lance histórico.
La escultura de Notre Dame de París hay que buscarla en el exterior del templo. Se ubica en las tres puertas de la fachada occidental, en los dos hastiales extremos del transepto y en la Galería de los Reyes antes citada. La escultura de la fachada occidental, salvo el tímpano de la Puerta de Santa Ana, es toda de comienzos del siglo XIII (1210-1220) y se considera dentro del gótico clásico.
Sin embargo, la escultura de las puertas del transepto es de época algo más avanzada (12401250). Por tanto, estilísticamente es diferente a la de la fachada occidental.
Puertas de la fachada oeste La fachada oeste tiene tres puertas: • Puerta de Santa Ana (sur) • Puerta del Juicio Final (central) • Puerta de la Virgen (norte)
Puerta de Santa Ana (sur) La puerta de Santa tiene la particularidad de que buena parte de su escultura es anterior a la construcción de la catedral gótica, reutilizándose de una construcción anterior de finales del XII y que podríamos calificar de tardorrománica.
Concretamente, la parte reempleada es un tímpano con dintel cuyo origen se desconoce. Debido a la distinta forma y tamaño de estos elementos tardorrománicos respecto al espacio del portal gótico se tuvo que añadir en la parte superior unas esculturas de ángeles y decoración vegetal. El citado tímpano tiene forma semicircular con un leve apuntamiento. Está presidido por una Virgen Theotokos, de tradición aún románica por su hieratismo, frontalidad y ubicación del Niño en el centro de su regazo. La Virgen está solemnemente sentada en un trono bajo un precioso baldaquino con estructuras arquitectónicas que simbolizan la Jerusalén Celestial. A ambos lados hay sendos ángeles turiferarios. En los extremos del tímpano encontramos la figura de un obispo y un escriba y al lado opuesto un rey arrodillado.
Se ha debatido mucho sobre la identidad de estos personajes. En los primeros momentos se pensó que el obispo sería quien comenzó la construcción de la catedral, Maurice de Sully, y por la misma razón, el monarca representado sería Luis VII. Se trataría, por tanto, de mostrar un tema contemporáneo a la obra sobre los promotores de la misma (iglesia y monarquía). Sin embargo, algunos especialistas como Alain Erlande-Brandenburg piensan que ambos personajes pertenecen al siglo VI y por tanto a los primeros momentos del reino bajo la dinastía de los francos. Siguiendo esta hipótesis, el rey sería Childasberto. El registro inferior de este tímpano tardorrománico lleva el Ciclo de la Natividad, con las escenas de la Anunciación, Visitación y Nacimiento de Cristo (María está tumbada en una cama de gran riqueza, junto a un San José pasivo). La parte inferior ya es del periodo gótico -del siglo XIII- y lo ocupa un friso con la historia de San Joaquín y Santa Ana.
En el parteluz aparece la estatua del obispo San Marcelo alanceando un dragón.
En el registro central se representa, de izquierda a derecha, los bienaventurados, mirando a Cristo, al arcángel San Miguel que se encuentra pesando las almas (psicostasis), junto a dos demonios que tratan de inclinar la balanza a su favor. Los condenados, atados por cadenas, son empujados por otros dos diablos.
Puerta Central o del Juicio Final (centro) Estamos ante una puerta de principios del siglo XIII, aunque hay que ser precavidos al contemplar la belleza de sus esculturas como consecuencia de las radicales restauraciones y reconstrucciones del siglo XIX, especialmente en la parte inferior.
El registro bajo es un friso del siglo XIX de ViolletLe-Duc pero que reproduce los restos supervivientes en la Revolución. Muestra la Resurrección de los fallecidos para que sean juzgados por Cristo. Los muertos salen de los sepulcros, con ropajes identificativos de su condición u oficio, mientras ángeles en los extremos tocan las trompetas anunciadoras del juicio que va a comenzar. Posee también tres registros. El superior es la parte menos reconstruida del conjunto al ser la más inaccesible desde el suelo. En él aparece un Cristo Hombre con nimbo crucífero mostrando las llagas de las manos. A ambos lados, dos ángeles portan los instrumentos de la Pasión, mientras que San Juan y la Virgen interceden por la humanidad (Deesis). Hay que recordar que la representación del Cristo humanizado en la escena del Juicio Final es típica del gótico y refuerza la idea de la naturaleza también humana de Jesús y su papel no sólo como juez sino como redentor.
En el parteluz de la Puerta del Juicio Final, vuelve a aparecer la solemne figura de Cristo bajo un doselete. Las arquivoltas abundan en la temática del Juicio, mostrando en los extremos el mundo de los condenados, a la derecha, y de los bienaventurados, a la izquierda. En estas arquivoltas -dadas las posibilidades tan grandes que ofrecen su tamaño de colocar a muchos personajes- también aparecen ángeles, patriarcas, etc.
En ellas se coloca a la izquierda el seno de Abraham, que recoge a las almas bienaventuradas que se representan como niños. Las partes donde aparecen los bienaventurados es ordenada, tranquila, y quizás poco expresiva. Sin embargo, el área dedicada a los condenados tiene más movimiento porque éstos se rebelan, con lo que se muestra más expresividad, desorden y agitación. En las jambas se representa a un Apostolado, muy rehecho, al sufrir importantes deterioros por su fácil accesibilidad. Cada uno tiene su atributo identificativo, que fueron la mayoría destruidos o cambiados de sitio durante la Revolución Francesa. En la zócalo inferior de las jambas, por ser de gran visibilidad para los fieles, fue el lugar el elegido para colocar las Vicios y las Virtudes, los calendarios, los signos del Zodiaco. Las escenas son de gran belleza, perfección y calidad. Aquí el artista goza de mayor libertad iconográfica en las representaciones al ser éstas de carácter profano, que cuando se representaban a personajes sagrados. Sin embargo, contienen una gran carga alegórica y simbólica.
Está organizada en tres registros. En el superior y presidiendo la puerta se esculpió la escena de la Coronación de la Virgen, que aparece sentada junto al Todopoderoso. Les acompañan ángeles, dos arrodillados en los extremos, postura motivada por su emplazamiento, y un tercero coronando a la Virgen. En el registro central se colocó la escena de la Dormición o Muerte de la Virgen. María aparece tumbada en su lecho, rodeada por los apóstoles y dos ángeles que inician el levantamiento de la Asunción.
En el registro inferior, en el lugar del dintel, se representan a los Patriarcas, que flanquean a un baldaquino bajo el que se encuentra el Arca de la Alianza, que contiene la Tablas de la Ley por la que Yahvé instauró la Antigua Ley por medio de Moisés, de gran valor simbólico.
Puerta de la Virgen (norte) La puerta norte es una típica portada de temática mariana. Lamentablemente fue muy mutilada durante la Revolución Francesa, y reconstruida posteriormente. En el parteluz aparece la Virgen de pie con el Niño en su brazo izquierdo. En las jambas aparecen
santos, patriarcas del Antiguo Testamento, reyes y otro personajes. Entre ellos destaca la célebre estatua de San Denís con su cabeza cortada sujeta por la manos. Es una escultura del siglo XIX.
Puertas los extremos del transepto Puerta del Claustro o Porte de Cloitre (Puerta norte del transepto) Por esta puerta accedían al templo los canónigos desde el "Claustro del clero".
Es por ello que se eligió una iconografía acorde con el tipo de espectador que iba a presenciarla y las instrucciones morales que se deseaba transmitirles. La puerta central posee tres registros. En el inferior se desarrolla el ciclo de la Infancia de Cristo con el habitual sentido narrativo: A la izquierda aparece el Nacimiento de Cristo (La Virgen se encuentra tumbada en una cama con gesto sereno). Bajo el lecho está el Niño en su cuna, flanqueado por el buey y la mula. San José se apoya en la cama somnoliento. A continuación aparece la presentación del Jesús en el templo donde es tomado en brazos por el sacerdote Simeón. Unas sirvientas detrás de la Virgen portan cestas con palomas como ofrenda. Posteriormente aparece la escena de la matanza de los santos inocentes. Este episodio del Nuevo testamento se representa muy habitualmente tanto en el románico como en el gótico, puesto que además de lo dramático y expresivo del asunto se añade el hecho de que fueron los primeros mártires cristianos. En el extremo de la derecha y como fin de la secuencia aparece la Huida a Egipto.
Los registros medio y superior se aprovecharon para representar la historia del monje Teófilo de Adana. El monje Teófilo ostentaba el cargo de arcediano en un monasterio bizantino. Cuando murió el abad, se eligió como su sucesor a Teófilo por su prestigio, pero éste rechazó el cargo por humildad.
El nuevo abad elegido privó injustamente de su cargo arcediano a Teófilo, que agraviado y enojado se arrepintió de su decisión. Un judío le ofreció alcanzar la mitra mediante un pacto con el diablo. Al cabo del tiempo, Teófilo se arrepiente y con la intercesión de la Virgen consigue romper el acuerdo. Tan azarosa historia es esculpida en la Puerta del Clasutro de Notre Dame donde Teófilo aparece acompañado por el judío, estrechando las manos del demonio para cerrar su pacto. También aparece con el abad y la Virgen que le libera de su acuerdo diabólico. En el friso superior se nos muestra sentado y rodeado de personas mientras hace público lo que le ha acontecido. Con este relato materializado en piedra, se pretendía adoctrinar a los canónigos sobre las tentaciones de la envidia, la corrupción y la soberbia.
En el parteluz aparece la figura de la Virgen con el Niño, cuya escultura está prácticamente perdida.
Puerta sur del transepto o de San Esteban San Esteban era el santo patrón de la ciudad y a él se dedicó la puerta sur del transepto que comunicaba el palacio episcopal con el templo. En ella está esculpida la historia de su martirio. Se aprecia en la talla el momento más evolucionado y tardío en que se realizaron con relación a otras puertas de la catedral. Las figuras de los personajes se despegan del muro y adquieren posturas y gestos más vivos y dinámicos lo que incrementa el naturalismo y la capacidad narrativa de la historia y su anecdotismo. ARTE GÓTICO EN AMERICA LATINA
La mayoría, por no decir todas, de las catedrales existentes en América pertenecen al estilo neogótico. Dicho estilo apareció en Inglaterra a mediados del siglo XVIII. Se caracteriza por una vuelta a la utilización de las formas góticas muy comunes en la época de las catedrales medievales. Se desarrolla fundamentalmente en Inglaterra y en Francia, aunque va a tener importantes muestras en todos los países de Europa y especialmente en Estados Unidos. En Francia destacó la labor restauradora y reconstructora del francés Eugène Viollet-le-Duc. En esta sección describo con mayor o menor detalle la historia de la construcción de las más importantes catedrales de América de estilo gótico o neogótico. Están ordenadas alfabéticamente por naciones.
ARGENTINA Catedral de la Inmaculada Concepción de La Plata (1884)
1932, se abrió al culto el 19 de noviembre del mismo año. Fue proyectada por el Departamento de Ingenieros de la provincia de Buenos Aires, al mando del ingeniero Pedro Benoit, correspondiendo los planos de la planta al arquitecto Ernesto Meyer. Posteriormente se hizo cargo de la obras el italiano José Valli, junto a sus dos hijos. El exterior es de ladrillo visto, y el interior, con planta de cruz latina de cinco naves, ábside y deambulatorio, evoca las formas de las catedrales de Colonia y Amiens. El piso pulido de piedra granítica (1942) procedente de tres canteras diferentes: Olavarría (rosado), Calamuchita (negro) y San Luis (gris), es una auténtica maravilla. Siguiendo la tradición medieval, la catedral posee 89 ventanales, de los cuales 37 son vitrales (de origen francés y alemán), y representan al Antiguo y al Nuevo Testamento, imágenes de la Eucaristía, la Ultima Cena y algunos pasajes de la vida de María; recuerdan a los de la catedral de Chartres. Tiene también un importante órgano con un mueble de interesante tallado. A partir de la fecha de conclusión, con las torres aun sin terminar, las obras se interrumpieron por varias décadas. De acuerdo con algunos estudios, los cimientos originales eran insuficientes para completarlas y revestir la catedral de piedra, tal como estaba planeado en el diseño original. Pero a mediados de la década de 1990, tras más de sesenta años de haberse interrumpido las obras, se terminaron las torres principales, Jesús y María, de 112 metros, siendo las de mayor altura de América, y el rosetón de 9 metros de diámetro que representa el Apocalipsis, concluyéndose las obras en 1999. Es importante destacar el campanario, formado por un carillón de 25 campanas situadas a 69 metros de altura. Por ultimo, en el año 2000, fue inaugurado un ascensor en una de sus torres, el cual sube a una altura de 63 metros. También, desde el año 2004, se encuentran depositadas en la catedral las reliquias de la beata platense Sor María Ludovica.
COLOMBIA Basílica catedral Nuestra Señora de Las Lajas (1916)
La catedral de La Plata es de estilo neogótico; comenzada el 30 de abril de 1884 y concluida en
La catedral de Santa Maria de Las Lajas está situada en el municipio de Ipiales, en el cañón del río Guaítara, al sur de Colombia y muy cerca de la frontera con Ecuador. La historia de este edificio pasa por cinco etapas constructivas bien definidas. La primera de ellas comenzó el 15 de septiembre de 1754 con la edificación de un pequeño santuario, de madera y paja, dedicado a Nuestra Señora, el cual estuvo en pie durante cuarenta años. La segunda arranca en enero de 1795 con la construcción de una capilla de ladrillo y cal y terminación en cúpula. En la tercera etapa se ensanchó el edificio, con la intervención del arquitecto ecuatoriano Mariano Aulestia, edificación que duró más de un siglo. En la cuarta se proyectó el puente de dos arcos y en la quinta, se realizó la edificación del actual santuario. Su construcción fue iniciada el 1 de enero de 1916 con la bendición de la primera piedra; la obra estuvo a cargo del ingeniero ecuatoriano J. Gualberto Pérez y de Lucindo Espinosa, se terminó en agosto de 1949. Es de estilo neogótico, siendo la altura total del templo desde su base hasta la torre de 100 metros. El interior consta de tres naves con bóvedas de crucería. Sus medidas son 27.50 metros de largo por 15 metros de ancho. Tiene mosaicos de fibra de vidrio y los vitrales fueron realizados por el italiano Walter Wolf. El ábside es el muro de piedra natural del cañón en cuya parte central se aprecia destacada la imagen de la Virgen del Rosario pintada por un autor desconocido en una piedra laja. Tiene una cripta de estilo románico, de tres naves cubiertas con bóvedas de cañón de estructura en piedra sillar y que está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús. En el exterior se destacan tres torres que terminan en aguijas decoradas con grumos y frondas. En 1951 el Vaticano decreto la coronación canónica de Nuestra Señora de Las Lajas y el santuario pasó a ser basílica menor desde 1954. Toda esta maravilla arquitectónica no hubiera
existido si en el año 1754 la indígena María Mueses a la que acompañaba su hija Rosa no se hubieran guarnecido de una tormenta en una oquedad a orilla del río. Para sorpresa de la madre, la niña que hasta ese momento era considerada sordomuda llamó su atención con estas palabras: La mestiza me llama... señalando la pintura de la Virgen del Rosario pintada sobre una laja. Después de que las autoridades y los habitantes de la región comprobaran la verdad de los hechos, que fueron calificados como prodigiosos por las autoridades eclesiásticas, el lugar fue convertido en una referencia para toda la zona incluyendo el norte de Ecuador y se procedió a edificar el santuario.
ECUADOR Catedral Consagración de Jesús de Quito (1892)
La catedral Consagración de Jesús, más conocida como Basílica del Voto Nacional es la obra más importante de la arquitectura neogótica de Ecuador y una de las más grandes de América. La basílica surgió de la idea de construir un monumento para rememorar la consagración del Estado Ecuatoriano al Sagrado Corazón de Jesús, celebrada durante la presidencia de Gabriel García Moreno en 1873. El proyecto preliminar fue realizado en Francia por el arquitecto Emilio Tarlier, realizando los planos en 1890 e inspirándose en la catedral en Bourges, aunque por su estructura se asemeja más a las catedrales de San Patricio de Nueva York y de Notre-Dame de París; el 10 de julio de 1892 se puso la primera piedra. A lo largo de la historia de su construcción fueron varias las aportaciones realizadas para que esta obra se lleve a cabo. Los padres Oblatos donaron el terreno donde se erige la basílica; para proseguir con la construcción se aceptaron donaciones de creyentes quienes proporcionaron piedra para realizar los sillares a cambio de grabar sus nombres en las mismas. En 1895, el Estado implantó un impuesto por la compra de sal para continuar con la edificación y se logró terminar la construcción. La basílica fue bendecida por el papa Juan Pablo II, el
día 18 de enero de 1985, siendo consagrada e inaugurada el 12 de julio de 1988. Un detalle que distingue a la obra es la sustitución de las clásicas gárgolas por reptiles y anfibios propios de la fauna ecuatoriana. La basílica tiene forma de cruz latina con una nave central de 140 metros de largo por 35 de ancho y una altura de 30 metros; consta de 24 capillas votivas de 15 metros de altura cada una; el crucero mide 74 metros; las dos torres frontales tienen 115 metros de altura y hay siete puertas de acceso, tres en las fachada y cuatro laterales; una sólida cripta y un increíble panteón donde residen los restos de algunos Jefes de Estado. Los vitrales de la basílica fueron realizados en Colombia y representan escenas de flores exclusivas de la flora de Ecuador, así como imágenes de santos y vida de Jesús. Se puede subir a lo alto de una de las torres, donde se puede admirar toda la capital desde su café-restaurante.
ESTADOS UNIDOS Catedral de San Juan el Divino de Nueva York (1892)
La primera piedra de la catedral se puso el día de san Juan, el 24 de junio de 1892. Cuando se termine será la iglesia gótica más grande del mundo. De los sesenta proyectos presentados, resultó ganador el de Heins y La Farge y que ideaba la construcción de una catedral bizantina-neorománica. Después del comienzo de las obras dirigidas por el obispo Henry Codman Potter, en el año 1916, el proyecto cambió radicalmente tras la muerte de los dos arquitectos y del obispo Potter. Tras un periodo de inactividad, se reanudaron las obras hacia 1925, tras una solicitud de fondos públicos. Los arquitectos encargados de continuar las obras fueron Ralph Adams Crams, un purista de la arquitectura neogótica que insistió en adaptar el edificio a los preceptos y formas del gótico francés y Ferguson. El primer servicio religioso tuvo lugar en 1939. Al entrar Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial volvieron a
interrumpirse las obras, que no se reanudaron hasta 1979, bajo la dirección del reverendo Dean Morton. Como la cantería se había convertido en algo parecido a un arte olvidado en Estados Unidos, para poder continuar con la edificación, se contrataron canteros en Europa que enseñaran el oficio a los artesanos locales. Actualmente se ha completado unos dos tercios del proyecto, estando trabajando en la terminación de los cruceros norte y sur, la bóveda del crucero y las dos torres de la portada occidental. La fachada consta de cinco pórticos de arco apuntado. El central, llamado Pórtico del Paraíso, describe a san Juan contemplando la transfiguración de Jesús y a 32 personajes bíblicos, todo ello en intrincadas tallas de piedra. Las portadas de la izquierda tienen relieves con escenas del Antiguo Testamento y las de la derecha con escenas pertenecientes al Nuevo Testamento. Las puertas de bronce pesan tres toneladas cada una y solo se abren dos veces al año, en Pascua y el día de san Francisco. Las dimensiones de San Juan el Divino son, 183 metros de largo, 38 de alto, 76 de largo de la nave central y 50 en la cúpula. Costa de 14 tramos de bóveda que simbolizan las diferentes vocaciones espirituales y terrenas del hombre y siete capillas en el deambulatorio, la Chapel of the Seven Tongues, situadas detrás del coro, dedicadas a varios grupos étnicos. En las partes laterales de la iglesia hay algunas capillas dedicadas a asuntos tan contemporáneos como los deportes, la poesía moderna o el sida. El rosetón de la fachada occidental, está hecho con más de 10.000 teselas de vidrio y que con sus 12 metros de diámetro es el mayor de Estados Unidos. Catedral de San Patricio de Nueva York (1858)
El lugar donde se construyó la catedral fue comprado por los católicos en 1810 con el fin de utilizarlo como escuela para jóvenes católicos dirigida por jesuitas. Este proyecto no se llevó a cabo y en 1813 los terrenos fueron revendidos a
Don Augustin Lestrange, que los destinaría a la comunidad trapense. En 1858 el arzobispo John Hughes confió a James Renwick hijo la construcción de una catedral, de estilo neogótico, inspirada en las grandes catedrales europeas, como la de Colonia, con planta cruciforme y capillas laterales, que este edificio hay un total de ocho, teniendo 33 metros de altura, 35 de anchura y 110 de longitud. Está dedicada al patrono de los irlandeses, san Patricio. Los trabajos se prolongaron 21 años, estando paradas las obras durante la Guerra de Secesión; la construcción fue realizada, en su mayor parte por obreros irlandeses (de ahí la dedicación), que por su tendencia a la bebida, había creado mala imagen entre la burguesía neoyorquina protestante, razón por la que Hughes introdujo en el contrato de construcción de la catedral una cláusula que prohibía a los obreros beber durante los trabajos. Fue consagrada el 25 de mayo de 1879. Posteriormente, en el año 1888 se concluyeron las agujas de las torres cuya altura es de 101 metros. El edificio es de color blanco, debido al mármol y a la piedra que se emplearon procedentes de Nueva York y Massachusetts, pero a diferencia de muchas catedrales góticas, no tiene arbotantes. La portada este, original de Renwick, fue sustituida en 1906 por la Lady Chapel, de Charles Matthews. Se talló con mármol de Vermont y lleva el escudo de armas de León XII; hay una Piedad, también de mármol realizada en 1906 de William O. Partridge. Está dedicada a la Virgen María. La portada oeste, con sus tres puertas de bronce son posteriores, de 1949. Elizabeth Ann Saton, la primera santa estadounidense, está representada en la puerta central y en el interior tiene un santuario con una imagen de bronce. Posee un rosetón cuyos vitrales representan los misterios del Rosario. Detrás del altar hay una cripta subterránea que contiene los restos de todos los cardenales de Nueva York y los restos de Pierre Touissant, un inmigrante haitiano defensor de los pobres. Tiene dos órganos (uno de ellos bajo el rosetón) realizados por la firma Louis de Jorge Kilgen e Hijo, instalados entre 1928 y 1930; uno tiene 3920 tubos y el otro 5918 y que haciéndolos sonar al unísono se alcanzarían los 9838 tubos. Catedral Nacional de Washington (Washington National Cathedral) (1907)
La construcción de la iglesia de San Pedro y de San Pablo se financio completamente con donativos. Es la sexta catedral más grande del mundo: mide 158 metros de largo y 95 metros desde el suelo hasta lo alto de la torre central, construida con piedra de Indiana. Los principales arquitectos de la catedral fueron George Frederick Bodley, un destacado arquitecto británico en el estilo gótico que esbozó el plano; Philip Hubert Frohman, cuya firma de arquitectura se encargó de llevar a la práctica la visión de Bodley cuando se reanudó la construcción interrumpida del edificio después de la Primera Guerra Mundial; Henry Vaughan y Henry Litle. El presidente Theodore Roosevelt colocó la piedra inaugural en 1907 y la construcción se completó en 1990, cuando se asentó la última piedra en la torre sudoeste de la catedral con la presencia del Presidente George H. W. Bush. Luce elementos constructivos típicos de la arquitectura gótica, como arcos apuntados, bóvedas de crucería, vidrieras y arbotantes exteriores, ya que está inspirada en las catedrales inglesas del siglo XIV. Consta de tres naves con capillas laterales, amplio transepto, coro y deambulatorio. Sobre la puerta occidental se encuentra el espléndido relieve La Creación, de Frederick Hart, que ilustra la creación de la Humanidad a partir del caos. Los pináculos de las torres están decorados con detalles en forma de hoja. El tallado en piedra de las gárgolas y los grutescos son figuras típicas de las catedrales góticas, y la mayoría tienen forma de
animales o demonios. Pero las que se encuentran en lo más alto de la catedral Nacional son, a menudo, sorprendentes. Hay figuras de un político corrupto al que se le está cayendo un fajo de dólares de cien del bolsillo del abrigo, la de un empresario con su maletín, e incluso la figura de Darth Vader, el malo de la serie de películas la Guerra de las Galaxias. Muchas de estas figuras son creaciones de talentosos inmigrantes, la mayoría de ellos escultores en piedra nacidos en Italia que perfeccionaron sus destrezas tras años de rigurosa formación en su país natal. Sobre la puerta meridional se halla un magnifico rosetón obra de Rowan LeCompte y cuyo tema es la Iglesia Triunfante. Casi todas las creaciones de las vidrieras representan imágenes del Cristianismo, pero un ventanal poco usual representa planetas en órbita y estrellas. Conocida generalmente como el Ventanal del Espacio (su nombre verdadero es: el ventanal de los científicos y técnicos), contiene un trozo de piedra lunar que trajeron de vuelta consigo los astronautas que tripularon el Apolo XI en 1969; la escena celestial no solo rinde homenaje a los logros científicos, sino que también invita a contemplar las galaxias como parte de la creación de Dios. Otro ventanal singular homenajea los logros de los exploradores decimonónicos Meriwether Lewis y William Clark, quienes allanaron el camino para la expansión territorial de Estados Unidos. La narrativa histórica del país también figura en las tumbas del presidente Woodrow Wilson y de la activista ciega y sorda Helen Keller, dos los personajes más famosos que se encuentran enterrados en el interior de la catedral. En el altar mayor la imagen central de Cristo aparece rodeada de 110 figuras talladas e incrustadas; está hecho de piedra de canteras de Jerusalén. Frente al altar, el suelo está cubierto con piedra del monte Sinaí. En la capilla de los Niños, construida a escala de un niño de seis años, hay una estatua del Niño Jesús. Para el púlpito se empleó piedra traída de la catedral de Canterbury.