1 minute read
1.1. Presentación
El conflicto es una oportunidad de crecimiento.
Proverbio chino
Advertisement
La condición humana es diversa por naturaleza, por ello, no hay dos personas iguales --así sean gemelas--, en tanto que cada una tiene la libertad para elegir sus anhelos, delimitar sus intereses y construir sus puntos de vista. Y precisamente por estas particularidades, en la dinámica de relación de las personas se presentan tensiones que deben gestionarse de cara a garantizar la convivencia.
En este sentido, el conflicto “aparece cuando existen necesidades o intereses insatisfechos y las personas experimentan la necesidad de interactuar para satisfacerlos. No importa tanto la realidad con respecto a estos factores, sino la percepción de las partes sobre él” (Bravo & Martínez, 2009, p. 35)
Para reconocer la presencia de conflictos en nuestra vida y la manera en que ellos nos forman y marcan, es preciso valorar, desde una perspectiva crítica y constructiva, las emociones, los sentimientos, pensamientos, comportamientos y sensaciones que subyacen a ellos pero, a la vez, analizar los intereses, deseos y necesidades que los fomentaron.
Por lo anterior, los conflictos se presentan como una oportunidad de crecimiento, de poner a prueba nuestra capacidad de reacción, pues ellos en sí mismos no son buenos o malos, pero si pueden ser bien o mal gestionados.
En la vida cotidiana se tiende a relacionar como sinónimos a los problemas y conflictos, sin embargo, no son iguales. En este módulo se comprende el conflicto como la tensión que se presenta entre dos partes por la existencia de intereses contrapuestos. El problema, en cambio, es una dificultad o impedimento que se intenta superar, es algo no resuelto. Algunos problemas pueden ser manifestaciones de conflictos.
En conclusión, pese a que tengamos el deseo profundo de construir una vida sin conflictos, está no será posible; sin embargo, es posible que abordemos los conflictos como parte de la vida y como necesidad para el cambio, desde una perspectiva constructiva --en un marco de Derechos Humanos y del saber cuidar--, que nos permita comprender nuestro papel en ellos y nos dé la capacidad para reconocer el camino más adecuado para gestionarlos, ya sea mediante la negociación, la mediación o, si se requiere, la intervención del sistema judicial.