El descensor - A01N03 - Mitologías

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo

Contenido

Derechos de uso

Editorial

4

Como la vida misma

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El séptimo duende

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Todos los dioses provienen del caos El elefante funambulista

5

El mejor

5

Ágape

6

La estatua de Atenea

6

A tiro de piedra

7

Nos dijeron otra cosa La pústula

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No comercial. No puede utilizar esta obra para fines comerciales.

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8 8

Monstruos en la Mitología

8

Breveratura

11

Inmortalidad

11

De paso

11

El mito de Prometeo

11

El espejo

14

Goldfinger

14

Diario de un estafador

15

Nuevos dioses

15

Desde el otero

16

Rextaun o el nacimiento de una religión

16 18

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Lectores opinantes

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Participan en esta edición

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Marzo/2009

8

Historias casi verdaderas

Circe limpiando la casa

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Poesía desde el otro lado del estercolero

La almadraba

4

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo

Editorial

El séptimo duende

Como la vida misma

Todos los dioses provienen del caos

La redacción

Ana Ma. Gutiérrez

El estudio de las diferentes mitologías es, para muchos, uno de los temas más fascinantes, a la vez que difíciles, por su intrincada red de historias y personajes que se confunden con facilidad según las fuentes de investigación y las diversas interpretaciones de los estudiosos de los mitos que las componen.

La noche en que cumplí la eternidad, como todo dios menor recibí los caracoles. Me fueron entregados en el lugar que mis mayores me asignaron junto al dios del fuego. Permanecí a su lado durante todas las horas de la instrucción de la perfección de los misterios vida-muerte-vida y luego uno a uno me fueron entregados los veintisiete caracoles que corresponden a todo dios menor que ha sido iniciado. Estaba contento. Hasta que lo echaron a perder.

Leyendas situaciones se repiten, cambiando otra.

que atrapan por sus personajes y tan increíbles como emocionantes, que dividen, funden y confunden, a veces únicamente de nombre de una cultura a

Historias que son también el crisol en que se funden todos los rasgos de la naturaleza humana, los sentimientos más sublimes y las pasiones más bajas representadas por deidades pecadoras y héroes imperfectos, o por humanos con defectos como cualquiera, que a pesar de las debilidades de su condición humana son capaces de dar muestras de valor e inteligencia aún superiores a los de sus venerados dioses, lo que les permite en un momento dado ser amados por éstos hasta ser causa y consecuencia de grandes tragedias. Más allá de cualquier intento de estudio histórico, filosófico o religioso, hablemos pues de mitos, de situaciones y personajes que pueden ser tan ficticios, o tan reales, como la vida misma.

Si me hubieras visto los tiempos posteriores al rito de iniciación, encandilaba mi rostro de tan radiante, los caracoles en mi bolsillo donde mi mano divina los jugaba varias veces al día. Les acariciaba cuando al soplar en su interior les grababa en el corazón cada una de las verdades que les correspondían; a unos algún oficio, a otros el arte, a unos más el don de enseñar, a otros el milagro de ser padres. A todos y cada uno les dije en secreto yo soy tu dueño y señor, la verdad está en tu interior. Y ellos al principio daban gracias, pero pasó la brevedad de lo que ellos llaman tiempo –que miden en horas en artefactos mecánicos a los que llaman relojes, y se fueron dispersando. Cuando empezaron los ruegos yo estaba embelesado con lo que me dio por llamar amor divino. Señor, me dijo una noche de luna llena uno de los caracoles, no puedo más con esto del arte, es inquietante, trae consigo la zozobra, nadie lo entiende, pusiste en mi corazón una semilla y crece pero es un don que me trae muchos problemas. Siento rabia porque no concibo dedicarme a otra cosa, ¿Por qué me diste cruel señor esta verdad, si no he de ser feliz con ella? Diosito, dijo algún otro con el rostro entristecido, me diste el don de sanar los cuerpos de mis hermanos, uno a uno he calmado sus padecimientos guiado por tu divina mano, pero en mi corazón habita también la envidia. Esa de no poder formar una familia, quisiera ser padre señor y no he podido. Estoy cansado señor, dame respuesta.

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo Uno a uno se fueron revelando los dolores, ¿Rabia?, ¿Envidia entre mis caracoles? Empecé a pasar la brevedad escuchando sus voces, ruegos de prisa, llantos, sollozos entrecortados que derivaron en eternidad. Supe que algo estaba mal. Los conté y los volví a contar, estaban todos. Empecé a repasar las verdades otorgadas y todas se complementaban, ¿Qué había pasado entonces?, ¿Por qué eran infelices si en todo tendría que estar mi perfecto y divino equilibrio? No es normal que un dios tenga tantas preguntas. Corrí entonces hacia el dios mayor que me había sido asignado, estaba demasiado ocupado jugando con nosotros en sus bolsillos. Sólo recibí por respuesta un rugido de lenguas de fuego diciéndome ¿Querías ser dios no? Los buenos dioses provienen del caos, ¡Todos los dioses provienen del caos!

Su último encargo —para que precediera su «Sala de las Maravillas»—, era del rey: Las Gracias. Lo cual lo llevaba, una vez más, a frecuentar los bajos fondos en búsqueda de modelos. Ya había hallado a dos. Y acababa de pagar por los servicios del antiguo oficio que ofrecía la tercera en ciernes al solo efecto de disiparse las dudas sobre sus cualidades. Luego, vendría lo más difícil: dar con la pose; según él, allí residía su verdadero talento. Su trabajo, como siempre incomparable, estaría concluido al mostrarles la cabeza de Medusa.

Tomé decisiones de dios y puse mis caracoles a prueba. Ya no era divertido ser dios. Estaba desilusionado cuando tomé uno de los caracoles y le mutilé una extremidad, tal vez así aprendería a dar gracias, estaba festivo cuando hice que un caracol le hiciera daño a otro y a otro y así una prueba a cada uno. Que sorpresa cuando vi que dos o más caracoles no se doblegaban. Estallé en cólera cuando observé el caos que yo mismo creaba. Caminé hacia el desierto a través de un parpadeo. Exhausto y hastiado. Me di cuenta de que estaba perdido, lo estaba desde antes, desde el día en que los caracoles empezaron a moldear un ídolo de barro y empezaron a llamarme mito.

El elefante funambulista El mejor Gabriel Bevilaqua No tenía que su fronteras derruido,

rival. El realismo de sus esculturas era tal fama había trascendido largamente las del reino. Una joven hermosa, un anciano un caballero apolíneo; nada se le negaba.

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo Ágape La estatua de Atenea Francisco Cenamor Papá dejaba que anduviese solo por el museo. Me adentraba en la tenue luz, en el silencioso mar que empequeñecía mi cuerpo de niño. Inseguro. Como si alguien pudiese verme, miraba hacia todos lados. Sólo entonces dirigía mi vista pudorosa a los pechos pintados de las mujeres. Me producía un sopor placentero en las tardes de los lunes observar esa carne hecha de sensuales trazos. Mis ojos, muy despacio, se aferraban, milímetro a milímetro, a aquella carne. Relajados en su día de descanso, los personajes de los cuadros se miraban asombrados del silencio. Me gustaba mirar siempre los de Goya: las familias reales con sus caras de borrachín, los enanos, los rostros deformes, los colosos peleándose en el aire, mirar donde quiera que mirase aquel perro temeroso que asomaba su cabeza por entre los amenazadores rostros del lienzo que sólo yo veía.. Mi padre, al terminar su jornada, me recogía junto a la estatua de Atenea, delante del salón de Velázquez. Antes de que llegase, me subía al pedestal de la alba diosa de carne marmórea. Desde debajo miraba, suspendidos en el aire, sus blancos pechos. Siempre me gustó después situar mi cabeza bajo los pechos de mis amadas. No sé si mi padre me descubrió alguna vez postrado así, ante tan alta divinidad. Al acercarse siempre carraspeaba suavemente para no asustarme. Yo bajaba sin prisa, me acercaba a mirar cómo jugaban los niños del cuadro de enfrente. Él me tomaba de la mano, miraba aquel mismo cuadro, como si quisiese entrar a jugar también. Después miraba hacia abajo, me hacía el mismo gesto para marcharnos. Un día, poco más allá de la estatua de Atenea, descubrí a un hombre atormentado, con una gabardina arrugada, con el pelo revuelto, acercando mucho su rostro a un cuadro de Velázquez. Absorto, no podía verme. Formaba parte del silencio. Papá se agachó, puso su mano en mi hombro, acercó a mi oído sus labios, susurró: -Es Francis Bacon. Y me sacó de allí mientras yo volvía curioso la cabeza.

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo A tiro de piedra Nos dijeron otra cosa Francisco Arriaga Sería 1981 o 1982. Aún la memoria de la gente rescataba la grandeza del pueblo; tiempo atrás el dinero corría a raudales y para muestras las 4 o 5 cantinas que en menos de cuatro cuadras aún lucían tremendos anuncios de corridas de toros y anuncios pintados en la pared con marcas de cervezas que ya no existen. Y también nos contaban cómo las parcelas y las milpas tapizaban laderas de cerros, cómo el Camino Real hasta Aguascalientes aún era transitado por los últimos arrieros, allá por 1930 y 1940. Brecha blanquísima y serpenteante, desde lo alto del Santuario de Nuestro Señor de Jalpa el Camino Real era visible, y la majestuosidad de terrenos y sembradíos eran la prueba irrefutable de eso, sí, el pueblo había sido muy rico, y muy importante. Pero poco a poco, conforme los años pasaban la gente fue olvidando la memoria de los años dorados y comenzó a verter sobre los caminos empedrados las otras historias, cuando llegaron los soldados y pusieron el cuartel en el pueblo, cuando las muchachas buscando salir de una vez por todas del pueblo se iban con los soldados y nunca jamás volvía a saberse de ellas. De pronto las historias hablaban de mariguana y amapola, que entonces crecían en los patios de cualquier casa con las indicaciones claras de las señoras mayores: 'jueguen todo lo que quieran en el jardín, nomás no se acerquen a las amapolas, porque les va a dar sueño'. Los abuelos sacaban botellas de vidrio, antaño llenas de licor que ahora contenían mariguana en alcohol, buenísima para curar las dolencias debidas a las reumas. Y también comenzaba a hablarse de la cárcel municipal, que no se sabía cómo, o cuándo o porqué, pero creció y creció hasta tener la increíble cantidad de treinta reos, a los que sacaban a la calle a las cuatro o cinco de la mañana, a que barrieran la plaza municipal y los negocios aledaños, para regresarlos a la cárcel justo antes de que los primeros padres de familia con sus hijos pasaran a dejarlos en las escuelas a las siete de la mañana. Marzo/2009

De pronto ya no eran presos anónimos, era el amigo de papá, el tío de la vecina, el hijo mariguano que siempre anduvo en malos pasos, y al que hallaron fumando afuera de la casa antes de ponerse el sol. De pronto eso cambió, y los soldados hacían y deshacían a su antojo, los escarmientos en público eran cada vez más comunes, hombres con la espalda desnuda eran paseados por el pueblo atados de manos, mientras el sargento con un haz de varas le daba chicotazo tras chicotazo, 'eso es lo menos que le pasará a quienes sigan plantando esa cochinada' gritaba en cada esquina. Y después vino el polvo. Cubrió ventanales y puertas, el piso de las cantinas que ya nadie se ocupaba en barrer, los anuncios de corridas de toros fueron cambiándose por el de mujeres semidesnudas en poses casi pornográficas, que enmarcaban los dueños para ponerlos en el lugar más y mejor visible del negocio, con la esperanza de que algunos otros clientes llegaran a tomarse un trago mirando mujeres chulas. Pero ni las fotografías ni las mujeres ni las intenciones fueron suficientes. Los soldados salieron llevándose una cuerda de 30 prisioneros, que irían a la cárcel de la capital, donde serían procesados y lo más seguro, 'enviados a las Islas Marías' a que pagaran por sus delitos. No volvió a saberse de soldados y presos. El cuartel lo quitaron y se lo llevaron a un lugar incierto, en plena sierra, la cárcel dejó de ser el centro de atención, sólo seis o siete borrachos y algún ladrón de barrio esperaban salir algún día para seguir haciendo de las suyas. Nos dijeron que el pueblo había sido rico, que hubo mucho dinero en las calles, y es más, que hasta el nombre de Jalpa aparecía en libros viejísimos de historia. En esto último los maestros tenían razón: Ángel María Garibay Kintana rescató en sus 3 opúsculos mexicanos el nombre de Xallpan. Un lugar maravilloso, rodeado de huertos, amplios sembradíos, entre dos sierras, donde los mexicas en su peregrinación hicieron una gran escala, no muy lejos de Chicomostoc. Eso lo decían los libros, y era lo único que era cierto.

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo Pero de la grandeza de Jalpa apenas quedó el recuerdo de la mariguana que pasaba forzosamente por allí, y el despilfarro de traficantes que beneficiaba al pueblo y que escandalizaba a la gente respetable. Cuando llegaron los soldados tuvieron que cambiar la ruta, dejando a Jalpa sumido en el olvido, a punto de morirse. Y no estoy seguro de que el Xallpan de que habló Garibay Kintana sea el mismo de Zacatecas. La gente inventa historias, y la verdad era otra.

Mitología, que son muchos, cada uno más malo que el otro. Empecemos por las Harpías que me interesa saber qué diablos eran, porque así llamo cariñosamente a mi suegra (sin que ella lo sepa, por supuesto). Eran raptoras de almas y de niños. Son aves con cabeza de mujer y garras afiladas. Son mujeres aladas, feas como el cuco. En un principio los autores sitúan su morada en las islas Estrofíales, en el mar Egeo, más tarde la sitúan en el vestíbulo de los Infiernos, junto a los demás monstruos Las Harpías suelen ser dos: Aelo (borrasca) y Ocípete (vuelo veloz), a veces se nombra a otras como Celeno, Nicótoe y Podarge.

Poesía desde el otro lado del estercolero

Muchas veces nos preguntan por ellas en los crucigramas y hasta hoy no tenía idea de cómo se llamaban.

La pústula Carlampio Fresquet

Ahora le toca el turno a las Sirenas. ¿Quién no conoce a una sirena: Mitad mujer y mitad pescado. Son monstruos marinos con la mitad superior con forma de mujer y la mitad inferior con forma de ave. Sí, en forma de ave, no de pescado.

Me ha salido un grano en la nariz, duele que te cagas. Todos mirarán al pasar a ese ser mitológico desconcertante:

Su número varía según las versiones. En un comienzo eran dos y se llamaban Agláope y Telxíope. Después les añadieron un montón más.

-¡Unicornio!- dirán asombrados. Pero el crítico afirmará que… Es arte contemporáneo.

Poseían una maravillosa voz con la que osaron retar a las Musas. La competencia fue ganada por las Musas que como castigo a su osadía, arrancaron las plumas a sus rivales. Avergonzadas, las Sirenas se retiraron a las costas sicilianas, cerca del Estrecho de Mesina.

Historias casi verdaderas

Con sus cantos atraían a los incautos marineros, que incapaces de resistirse, chocaban irremediablemente contra las rocas. Tras el naufragio, los navegantes eran devorados por las Sirenas.

Monstruos en la Mitología Zumm Harpías - Sirenas - Grifos - Centauros - Gorgonas Minotauro - Ave Fénix - Grayas - Esfinge - Equidna Ortro - Escila - Cérbero - Tifón - La serpiente Pitón de Delfos – Caribdis He aquí un resumen de la Mitología griega: He decidido comentar a los monstruos de dicha Marzo/2009

Cuando Ulises pasó cerca de ellas, logró evadir el peligro gracias a los consejos de Circe. El héroe taponó los oídos de su tripulación con cera, pero como él deseaba oír tan hermosos cantos, ordenó que lo atasen al mástil del barco. De esta manera consiguió sustraerse al influjo de las mágicas melodías.

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo También los argonautas pasaron cerca de las Sirenas, sobreviviendo al intento. Cuando estaban junto a ellas, Orfeo entonó tan bellas canciones, que los argonautas no se sintieron embrujados por el canto de las Sirenas. Solo Butes se arrojó al mar en su intento de alcanzarlas, pero fue salvado por Afrodita. Según un oráculo, las Sirenas perecerían cuando un mortal pudiese sustraerse al hechizo de sus cantos. Por lo que existe una leyenda que relata como las Sirenas se sumergieron en el mar después de que lograse pasar Ulises, y tras la derrota que les infligió Orfeo, se suicidaron. Estos monstruos femeninos estaban situados en los límites del mundo conocido y simbolizan la advertencia de los peligros que pueden acechar a los que pretendan traspasar esta frontera. La idea del cambio de un mundo, a otro desconocido, derivó en una asociación de la Sirenas con el mundo de los muertos. De manera que son finalmente consideradas divinidades de ultratumba. Cantaban para los bienaventurados y representaban la armonía celestial. Por lo que frecuentemente podemos encontrarlas representadas en sarcófagos. Y ¿De dónde diablos nació la idea que hoy las representa como mitad mujer y mitad pez? Esto no se lo puedo decir a mi nieto que está enamorado de Ariel la sirenita que crearon los de Walt Disney Los Grifos Se les representa habitualmente con alas, pico de águila y cuerpo de león. Vivían en el país de los Hiperbóreos. Cierta leyenda relata como Apolo les había ido a buscar y había regresado a Grecia cabalgando sobre los lomos de uno de ellos. Estaban consagrados a Apolo y vigilaban sus tesoros para protegerlos de los Arimaspos. También custodiaban las cráteras de vino de Dionisio. Un mito más reciente cuenta que se encargaban de velar por el oro que había en los desiertos del norte de la India. La razón de esta vigilancia podía deberse a que éste era su cometido o al deseo de proteger a Marzo/2009

sus crías, puesto que ponían sus nidos en las montañas de las cuales se extraía el preciado metal. Centauros Son seres monstruosos, su cuerpo de cintura hacia abajo tendría forma de caballo y de cintura para arriba de hombre. A veces también son representados como hombres erguidos, de cuyo trasero sale la parte posterior de un caballo. Vivían en los bosques de la Élide, Arcadia y Tesalia. Sus costumbres son salvajes y primitivas. Comen carne cruda y cazan armados de palos y piedras. Aunque suelen aparecer como una unidad, a veces sobresale el nombre de alguno de ellos como en los casos de Neso, Folo y Quirón. Solo los dos últimos difieren de sus compañeros por tener un carácter apacible, ser hospitalarios y amigos de los humanos. Las Gorgonas Pertenecen a una generación de monstruos marinos. Son divinidades preolímpicas temidas tanto por hombres como por dioses. Las Grayas, sus hermanas, custodiaban la entrada a su morada. Se las representa con la cabeza llena de serpientes, enormes colmillos, manos de bronce, alas de oro y unos ojos llameantes con los que tenían el poder de convertir en piedra a quien las mirara. Las Gorgonas eran tres hermanas llamadas: Esteno, Euríale y Medusa. Vivían en el confín occidental del mundo cerca de las Hespérides y del Tártaro. Las dos primeras eran inmortales, Medusa sin embargo era mortal y murió a manos de Perseo. El héroe penetró en la morada de las Gorgonas y cercenó la cabeza de Medusa, aprovechado que las tres hermanas estaban dormidas. Esteno y Euríale despertaron tras la decapitación y salieron volando en pos de Perseo, pero tuvieron que desistir de la persecución, al desaparecer Perseo utilizando el casco de Hades, que confería la invisibilidad. Se considera a las Gorgonas un pueblo comparable a las Amazonas. Este pueblo habitaría en los confines de los Atlantes. Entre sus mitos se encontrarían sus enfrentamientos con las Amazonas, el ataque de

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo Perseo y la aniquilación de este pueblo a manos de Hércules.

Ortro

Como podemos ver, en la Mitología griega, sección Monstruos, había de todo, menos paz y tranquilidad.

Hijo de Tifón y Equidna. Hermano de la Hidra de Lerna, de la Quimera y de Cérbero. Uniéndose a su madre engendró a la Esfinge y al León de Nemea.

El Minotauro, la Esfinge y el Ave Fénix son demasiado conocidas por todos, así que proseguiremos con otros monstruitos más simpáticos.

Custodiaba los rebaños de Geríones. Murió de un mazazo que le asestó Heracles, cuando el héroe acudió a robar el ganado que vigilaba Ortro. Aunque su descripción varía, lo habitual es considerarle un perro con dos cabezas.

Las Grayas. Personifican la vejez. Forman parte de las divinidades preolímpicas junto sus hermanas las Gorgonas.

Escila

Son tres hermanas que nacieron con el pelo gris, un solo ojo y un solo diente para las tres, que utilizaban por turnos. Se llaman Enio, Pefredo y Dino. Su misión era vigilar el camino que conducía a la morada de la Gorgonas. Solo estaba alerta la que tenía el ojo, mientras, las otras dos dormían. Aparecen únicamente en la leyenda de Perseo.

Vivía en una cueva en el estrecho de Mesina. Cuando algún marinero se ponía a su alcance, Escila lo devoraba. Este engendro aparece en las aventuras de Ulises. El héroe logró escapar del peligroso monstruo, pero durante la aventura, seis de sus compañeros fueron devorados..

Perseo se las arregló para arrebatarles el ojo y con las tres hermanas dormidas, pudo llegar hasta las Gorgonas. Otra versión del mito, nos relata que las Grayas poseían el secreto para vencer a la única de las tres Gorgonas que no era inmortal, Medusa. Perseo informado de este hecho por Hermes y Atenea, robó a la Grayas el diente y el ojo, con ellos en su poder, las obligó a revelarle el secreto. Finalmente, le indicaron el camino hasta unas ninfas que custodiaban unos objetos mágicos a través de los cuales podría vencer a Medusa. Las ninfas se los entregaron con la promesa de ser devueltos. Estos objetos eran: unas sandalias aladas, que volaban; una alforja, donde guardar la cabeza de Medusa y el casco de Hades, que proporcionaba la invisibilidad.

Cérbero

Seguramente se pelearían por usar el único ojo para las tres y con un solo diente no podían probar los choclos. Una pena. Equidna Hija de Forcis y Ceto o de Tártaro y Gea. Su nombre significa víbora. Tiene cuerpo de mujer y cola de serpiente. Matriarca de una numerosa estirpe de monstruos. Marzo/2009

Es el perro que guarda el Hades, mundo de los muertos. Impedía la entrada de los vivos al Hades, pero sobre todo impedía la salida de los muertos. Normalmente se le representa como a un perro con tres cabezas, lomo con multitud de cabezas de serpiente saliéndole de él y cola de serpiente. Otras tradiciones lo describen como un perro con numerosas cabezas, de cincuenta a cien. Orfeo amansó al can con su música, ésto le permitió al infeliz esposo traspasar las puertas del Hades para buscar a su amada Eurídice, muerta por la picadura de una serpiente. La serpiente Pitón de Delfos Era una serpiente o un dragón que asolaba la Fócide devorando hombres, animales y contaminando las aguas del lugar. Este monstruo intentó eliminar a la infortunada Leto, cuando se hallaba embarazada de los gemelos Apolo y Artemisa. Para vengarse, cuando solo contaba con unos pocos días desde su nacimiento, Apolo asaeteó a la serpiente con sus flechas asentándose desde entonces en el oráculo. A

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo partir de aquel momento, el emplazamiento pasó a ser conocido como el oráculo de Apolo en Delfos.

Breveratura

Se dice que Apolo enterró las cenizas de la Pitón en Delfos e instauró en honor a la serpiente los juegos Píticos.

Inmortalidad

Caribdis Hija de Gea y Poseidón. Se supone que en principio era una hermosa muchacha caracterizada por su gran voracidad. En cierta ocasión robó a Heracles varios de los bueyes de Geríones y los devoró. Como castigo, Zeus la arrojó al mar. Del mar surgió Caribdis transformada ya en un monstruo que tres veces al día absorbía grandes cantidades de agua con todo lo que se hallase en ellas, peces, navíos, etc. Poco después vomitaba todo lo tragado. Fue la precursora de las bulímicas, Vivía en una gruta situada en uno de los salientes del estrecho de Mesina, en el lado opuesto del estrecho vivía otro monstruo legendario, Escila. Estos monstruos simbolizaban los peligros a los que los navegantes debían enfrentarse. Ulises cruzó dos veces el estrecho de Mesina. La primera vez prefirió enfrentarse a Escila, consiguió pasar pero perdio a seis marineros. La segunda vez, tras la matanza de las vacas del sol, Zeus envio una tempestad que arrastró el barco hasta el abismo de Caribdis. Solo Ulises, que no había participado en el festín elaborado con las vacas, pudo salvarse. Cuando el héroe iba a ser engullido, logró asirse a una higuera que crecía en la entrada de la gruta del monstruo, después cuando Caribdis regurgitó lo tragado, Ulises se agarró al mástil de su antiguo barco. Como podemos apreciar, en todas estas leyendas mitológicas, reinaba la violencia, el mal per se y no había medida en los odios y venganzas, aún entre parientes cercanos.

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Delfín Beccar Varela Quería la inmortalidad, la fama, ser recordado por siempre. Aquel año había entrenado para llegar a ser el mejor de los atletas de los juegos. Fracasó. Frustrado abandonó la ciudad. Como un paria vagó por los caminos hasta que le surgió la idea, fue en busca del Mito. La vio de espaldas, las serpientes ensortijadas en su pelo chillaban con violencia. Se sentó en una roca, apoyo el mentón en su mano derecha, con su brazo izquierdo lanzó un guijarro que golpeó la espalda de Medusa. Ella se volvió… Años después un tal Rodin encontró una escultura perfecta, la presentó como suya y la llamó El Pensador.

De paso El mito de Prometeo Pablo Matilla Tal y como Aristóteles describió al ser, así podríamos nosotros abordar al término mito: ―El mito se dice de muchas maneras‖. Es decir, la definición de mito ha sido largamente discutida, resuelta de forma simplista en una frase o dada por imposible, como hizo el famoso helenista Kirk. Yo, en un intento por huir de los extremos, daré una definición (siguiendo a C. García Gual), aunque sólo sea para tener claro aquello que entendemos por mito. Mito es un relato tradicional que refiere la actuación memorable y ejemplar de unos personajes extraordinarios en un tiempo prestigioso y lejano.

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo Centraré mi atención en el mito de Prometeo, que tiene tres versiones principales; la de Hesíodo (en Teogonía y Trabajos y días, siglo VIII a.C), la de Esquilo (en su tragedia Prometeo encadenado hacia el año 560 a.C) y la de Platón en su diálogo Protágoras, donde pone el mito en boca del sofista que da título al diálogo. En primer lugar, cabe preguntarse por qué un mismo mito ha sufrido diferentes interpretaciones a lo largo del tiempo. Se trata de una característica propia de los mitos griegos, en contra, por ejemplo, de la pétrea mitología bíblica, que permanece inamovible a lo largo del tiempo. Ya Heródoto en el libro II de su Historia nos pone en la pista para comprender este fenómeno, Hesíodo y Homero recogieron, a finales del siglo VIII y principios del VII a.C, toda la tradición oral de su época, todo el corpus, un tanto confuso, de historias de dioses y héroes, y lo ordenaron, sobre todo Hesíodo, de forma sistemática. No obstante, no hay que olvidar que a pesar de la llegada de la escritura alfabética, tomada de los fenicios, la cultura griega continuó siendo oral hasta finales del siglo V. A pesar de su afán por mantenerse inalterados, los mitos se van alterando a través de los sucesivos recuentos: al estar vinculados por una tradición poética los mitos griegos carecieron de la inflexibilidad que en otros lugares han tenido las narraciones de carácter religioso. En la narración de Hesíodo, dioses y hombres se encuentran distanciados (tal vez tiempo atrás estuvieran más cercanos) de modo que se decide realizar un sacrificio que regule las relaciones entre ambos. El árbitro en este sacrificio es Prometeo, que mata un buey y lo reparte entre ambos grupos: astutamente (su nombre alude a la previsión, prométheia) aparta los órganos y la carne, y cubre los huesos con la grasa del animal y la piel lustrosa. Zeus debe elegir. Acaso siguiendo el juego a Prometeo, escoge el montón más grueso, el de los huesos. Así deberá realizarse el sacrifico de ahora en adelante. Zeus, cuando se da cuenta del engaño, les quita a los hombres el fuego como castigo por el engaño de Prometeo. Comienza entonces una época de miseria para los hombres: ya no pueden combatir el frío ni cocinar los alimentos, tampoco pueden mejorar sus condiciones de vida salvaje. Prometeo intenta de nuevo ayudar a los hombres, roba unas Marzo/2009

chispas de fuego del Olimpo (tal vez del fuego perenne de Hefesto), lo transporta hasta la tierra en una caña hueca y se lo ofrece a los hombres. Cuando Zeus ve brillar una hoguera en la Tierra, se encoleriza de nuevo, y castiga tanto a los hombres como a Prometeo. El providente Zeus ordena a Hefesto hacer la figura de Pandora a imagen y semejanza de las diosas, a Atenea le ordena que le enseñe a hacer las tareas caseras y a Afrodita que le infunda gracia y seducción. Por último, Hermes le da un carácter taimado y voluble. Su nombre, Pan-dora, Todo-Regalo, alude a que ha recibido dones de todos los dioses. Pandora es ofrecida a Epimeteo, el hermano no tan astuto de Prometeo, que a pesar de las advertencias de éste acepta el ofrecimiento y se casa con Pandora. Así llega a la Tierra la primera mujer, causa de todos los males del hombre. Pues Pandora llevaba consigo un ánfora (la caja de Pandora en la tradición posterior) que, llena ella de curiosidad, destapa ―inocentemente‖ dejando salir a todos los males, desde entonces las enfermedades y las desdichas atacan a los hombres al azar. Cuando, apresuradamente, Pandora cerró el ánfora sólo quedó la Esperanza. Es este el inicio de una larga tradición misógina en la literatura. Prometeo, por su parte, fue encadenado en un lejano risco del Cáucaso, donde sufriría eternamente los picotazos de un águila que cada día comería de su hígado. Después de mucho tiempo, Prometeo sería liberado por Heracles, hijo de Zeus, con el consentimiento de éste. En la versión épica, la de Hesíodo, que acabo de resumir más arriba, podemos observar claramente el carácter etiológico y paradigmático del mito, que nos explica tres hitos de importancia capital en la historia de los hombres: nos cuenta el origen de los sacrificios y por qué se realizan de tal modo, explica, asimismo, el origen del fuego, que en Hesíodo es, ante todo, el que protege del hambre y del frío (más tarde veremos lo que representa en Esquilo), y por último nos cuenta el origen de la mujer y de los males en el mundo, y por tanto, del matrimonio. Además, podemos relacionar el mito de Prometeo con el mito de la Edades, que también cuenta Hesíodo; refleja el sentir pesimista del poeta. Según este mito, el hombre camina hacia la más absoluta

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo decadencia: la Edad de Oro y la Edad de Plata son las edades más puras y más cercanas a los dioses. La Edad de Bronce y la Edad de los Héroes (esta edad es a la que se refieren todos los mitos griegos) reflejan la progresiva decadencia del hombre que culmina en la edad que vive el poeta: la edad de Hierro. Los favores que el astuto y taimado Prometeo da a los hombres no parecen ser tales, tienen, en el relato hesiódico, un carácter ambiguo. Los hombres han sufrido mucho por culpa de las acciones del hijo de Jápeto, parecería que, más que favorecerlos, los ha colmado de desgracias: ya aquí se vislumbra una idea que en Esquilo tomará toda su fuerza, el progreso se obtiene tras el sufrimiento. Como ya dije, el mito de Prometeo ha sufrido diferentes interpretaciones a lo largo de su historia, debido en gran parte a que los ―protectores‖ de los mitos eran los poetas. Y es que los poetas más que simples memorizadores son, más bien, creadores que pueden proponer su propia versión frente al mito tradicional. Como el propio Esquilo dijo, sus tragedias son rebanadas del festín de Homero. Es decir, la tragedia surge en el suelo fértil del mito. El teatro trágico mantiene el carácter educador que tenía el mito, y la representación de las obras conserva mucho de ritual: tiene una función colectiva, se trata de un teatro cívico y popular. Esquilo toma de la narración épica de Hesíodo los elementos que más le interesan (si bien es cierto que no conocemos las otras dos partes de la tragedia sobre Prometeo, Prometeo desencadenado y Prometeo, portador del fuego). Ya no nos habla de sacrificios ni de Pandora, nos presenta directamente a Prometeo encadenado en el Cáucaso por Fuerza y Violencia (y Hefesto, que se lamenta mientras cumple el mandato de Zeus). Esquilo nos presenta un Prometeo totalmente distinto del de Hesíodo. Se trata de un filántropo (philánthropos) que siente amor por los hombres, y por ello trata de ayudarlos y se revela ante la actitud despótica de Zeus. En Esquilo no se habla de los males que reciben por culpa de éste según Hesíodo. Para Esquilo Prometeo es un bienhechor de la humanidad. No obstante, el hijo de Jápeto no deja de seguir la estructura trágica clásica: comete un error que se castiga con el dolor y el sufrimiento y, según una afortunada frase de Esquilo, llega al saber por medio de la experiencia dolorosa. Marzo/2009

Del error al castigo y a la conciencia del dolor, este parece ser el esquema último de la acción trágica. Prometeo se da cuenta de su error, pero tiene como justificación su filantropía, su amor a los hombres que Zeus quiere destruir. Reconoce y asume su error, la voluntad de ayudar a los hombres es más fuerte que todo dolor y sufrimiento. Además el fuego que Prometeo entrega a los hombres en la tragedia de Esquilo tiene un carácter distinto que el de Hesíodo. El fuego no sólo es quien combate el frío y cocina los alimentos, sino que es la base de toda una cultura y del progreso técnico. El fuego infunde en los hombres los ánimos necesarios para enfrentarse a los rigores de la naturaleza hostil y, bajo la supervisión de Prometeo, crear las artes y las técnicas: la construcción de viviendas, la minería, la navegación, la escritura, la astronomía, la adivinación, incluso la ciencia de los números, ―el más excelso de los saberes‖, proceden de Prometeo. Hay que reseñar también que la reconciliación final de ambos dioses (presente ya en la versión de Hesíodo) concuerda con el pensar de Esquilo, que aunque se pone a favor de Prometeo, ni mucho menos menoscaba el valor del todopoderoso Zeus. Hay en la tragedia una visión positiva y optimista del hombre (en contra de la versión hesiódica), ya que el hombre es capaz de mejorar el mundo con las técnicas. Antes de entrar de lleno en la versión del mito que aparece en el Protágoras será interesante explicar un poco la situación de los mitos en la época. Ya desde que Hesíodo y Homero fijaron por escrito la tradición oral el mito había sido sometido a un progresivo desgaste. Por un lado, su ligazón a la literatura, con su carácter crítico e irónico y su constante búsqueda de lo nuevo y original socavan, en cierta manera, las bases del mito, aunque la escritura alfabética aparece en Grecia en el siglo VIII a.C, este proceso culmina en el siglo V a.C, cuando la cultura griega abandona (dicho esto con reservas) la oralidad. La crisis de la tragedia es la crisis del sentido mítico. La pérdida de fe en los mitos, acuciados por la crítica racionalista de los sofistas, es el desmoronamiento de una manera de ver el mundo, es la crisis de una conciencia colectiva. No obstante, la victoria de la ilustración sofista es endeble. El ciudadano no se conforma con

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo estos logros ante la crisis de valores que vive y que coincide con la agonía de la polis como comunidad libre y soberana. Platón, con su perspicacia habitual, se percata de la función social y educadora que tienen los mitos. En un primer momento, expulsa a los poetas de su Estado ideal (en República), aunque en las Leyes, dice que los mitos podrían ser regulados (es decir, censurados), a favor del Estado, esto es: el Estado podría crear sus propios mitos. Aunque ya no se crea en los mitos, aunque pertenezcan al nivel de la eikasía (opinión), aún mantienen su función pedagógica y paradigmática, y de esto se da cuenta muy bien Platón. En el Protágoras, el sofista del mismo nombre nos cuenta mediante su versión del mito de Prometeo el nacimiento de la cultura. Cuando los dioses deciden crear los seres mortales, les encargan a Epimeteo y Prometeo que repartan ciertos dones entre ellos. Tarea que realiza Epimeteo. Como no es tan previsor como su hermano, ―gasta‖ todos los dones en los animales y deja sin nada a los hombres. Para arreglar esto, Prometeo roba el fuego y se lo entrega a los hombres. Con ello les da la sabiduría necesaria para que obtengan el progreso técnico. Protágoras alude vagamente al castigo que el Titán recibirá. No obstante, y a pesar del fuego, los hombres no salían de un estado en cierta forma salvaje, ya que desconocían la ciencia política, y no podían, por tanto, formar ciudades ordenadas racionalmente. Zeus se percata de esta situación y envía a Hermes para que dé a los hombres la justicia y la conciencia moral (diké y aidos). De modo que los hombres puedan fundar sociedades de manera correcta. De este modo, el verdadero bienhechor de los hombres no es Prometeo, sino Zeus, que les enseña el arte de la ciencia política, más importante que el progreso técnico. Así, Platón (en este caso por boca de Protágoras) utiliza el mito de forma pedagógica, explica ciertas ideas mediante el mito, con la esperanza (o la certeza) de que así presentadas las ideas se entenderán mejor y se interiorizarán más rápidamente. El camino de este mito no termina, ni mucho menos, aquí, muchos han sido los que han abordado esta

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narración: Kafka, Nietszche, Goethe, Marx… y es que, ¿de qué no ha sido símbolo Prometeo?

El espejo Goldfinger Arqui Ya llevo más de doscientos años ensayando gestos que nadie percibe pero que unos cuantos disfrutan. Y cómo disfrutan. Dos siglos quitando cosas de aquí, acumulando otras más allá. Pero debo aclarar que mucho antes acaricié los cuerpos de los hermosos negros que traíamos en barco, siempre apretujados y sudorosos. Cerré, también, con firmeza esos grillos que amarraban a tantos indios y mestizos americanos. Hasta me han aclamado al entrar triunfante en distantes puertos de oriente. Sí, costó mucho acomodar las piezas, comprar conciencias, domesticar a los jacobinos. La sangre colándose por las alcantarillas, las cabezas rodando por los empedrados suburbanos, el genocidio de pueblos enteros, todo fue necesario, pero he tenido mi recompensa. Un ejército de narcisos desconfiando, siempre desconfiando, de los arcaicos plurales: nosotros, ustedes, ellos. Una pocas reglas, una sola quizás, y a construir el mundo, colmarlo de avances científicos, de progreso sin horizontes. Dos centurias, dos largas centurias demandó la tarea. Primero, persuadir a los poderosos, luego convencer a los economistas, más tarde, conquistar los templos y los cuarteles, y por último, arrebatar el planeta, navegar sus mares, volar de un continente a otro. Yo, guía etérea, señalando el norte, siempre. Fue entonces, cuando me sumergía en las mieles del éxito, que algunos creyeron verme rendida en esas jornadas de suicidas con galera, papeles sin valor y multitudes hambrientas. Debo confesarlo, sentí que era traicionada por esos insensatos que, nacidos del fracaso y el resentimiento, se propusieron quebrarme en una pulseada histórica, encadenarme a esos benditos estados del bienestar, ocultarme, al fin, bajo un guante rojo.

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo Pero la inflación, el hongo nuclear y el muro derribado pusieron las cosas en su lugar. Regresé embadurnada en petróleo, estrechando diestras de soldados anónimos, saludando a presidentes corruptos. Benditos años de bonanza, de burbujas agigantadas por la codicia o la desidia, de inversiones alegremente apostadas en los casinos y las loterías, de bancas jugando a dios con fortunas ajenas. Noches de risas y de champaña.

del caballo tercermundista instalado en la ciudadela del capitalismo salvaje. Sí, sí. Yo, la invisible, la mejor de todas, debo marchar al Olimpo, debo buscar mi lugar en el Panteón, debo asumirme como el gran mito contemporáneo. ¿Alguien llamó?

Llegó el nuevo siglo, sin embargo. No me ha tratado bien. Ya nadie me invoca, los burócratas de los organismos internacionales me han olvidado y hasta los académicos que guardan algún nobel en el estante de los trofeos se hacen los distraídos. Es triste, especialmente para mí, el espectáculo de esta época: desorientados gobernantes destinan billones para salvar empresas y empleos, nacionalizan bancos para evitar penurias a los ahorristas, revuelven el viejo cofre de las ideologías para encontrar las recetas salvadoras. Todo para apagar las bocanadas de fuego de esos dragones de Wall Street. Los oportunistas de siempre se apartan a mi paso, hasta se atreven a proclamar mi inexistencia. Ilusos idealistas que no ven más allá de sus narices y apuestan a la justicia y la igualdad, atrevidos aventureros del pensamiento que me califican de leyenda decimónica. Precisamente a mí, modeladora del planeta, brújula de seis mil millones que exprimen su existencia día a día. Así de simple: son ingratos. Quizás tengan razón, si uno mira a izquierda y derecha. El mundo ya no me necesita. No quedan demasiadas cosas por acomodar. Tal vez sea hora de construir mi propio laberinto en el corazón de Europa o al pie de la muralla china y esperar el tributo burgués cada nueve años. Sí, que placer será palmear a esos siete yuppies enfundados en sus trajes de Armani o, ¿por qué no?, aplaudir los contorneos de otras tantas rubias cubiertas de diamantes. O mejor, puedo desplegar el velamen y poner rumbo a la Gran Manzana, amarrada al palo mayor para que esas sirenas populistas no me seduzcan con sus cantos keynesianos. Y hasta es posible que yo, la mano invisible, me acomode en un rincón de la fortaleza para asistir al gran espectáculo

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Diario de un estafador Nuevos dioses Jesús H. Olague Alcalá - Les apuesto - dijo Tano - que no han pensado que dentro de unos cuantos miles de años podríamos ser vistos, nosotros, como seres mitológicos. - Mtamadre - responde Nicolás - bonita cosa, para los hijos de los hijos de los muchas veces nuestros hijos los dioses de la Grecia antigua y los de esta época serán la misma cosa y nosotros aquí, tan tranquilos. - Tienes razón Nico, ¡carajo! - tercié luego de meditarlo un poco - van a encontrarse con la misma lacra de dioses pervertidos y semidioses decadentes que a nosotros nos parecían tan aburridos cuando estábamos en la escuela. - Con dioses aficionados a ritos paganos - intervino Matías, al que todos le decíamos nada más López, el siempre ateo por gracia divina - presididos por

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo ministros pederastas y maniáticos sexuales reprimidos, defensores de moralinas pervertidas.

Desde el otero

Propone pues el Tano, - Habrá que hacer algo para cambiar la percepción que nuestros descendientes tendrán de esta generación, no sé, deberíamos organizarnos -, mientras enciende un cigarrillo.

Rextaun o el nacimiento de una religión

- Bien dicho compadre - refuerza nuevamente López formar una asociación que vigile y denuncie a políticos, religiosos y empresarios que cometan delitos de la carne. - O que roben - dije emocionado -, protejan a delincuentes, trafiquen con influencias, sean corruptos o cierren los ojos ante la corrupción y el abuso del poder. - ¡Claro!, una asociación que promueva los valores morales entre la sociedad civil - apuntó Gonzo, que había estado callado todo este rato - y ayude a crear una nueva conciencia de civilidad y solidaridad. - ¡Sí! - intervino el Tano nuevamente - con el pleno convencimiento de que para crecer como sociedad debemos ser mejores personas, más comprometidas con nuestros semejantes. - Entonces que apoye - dije - a mujeres para la detección temprana del cáncer cérvico-uterino o del de mama, a niños sin hogar y ancianos desvalidos, que ayude a los indigentes a lograr una vida digna.

José Luis de la Fuente A juzgar por las caras de los pequeños, se observaba claramente que no habían comprendido nada. El Upaum (una mezcla de ayo y de tutor espiritual) lo sabía y los observaba paciente y sereno sentados a su alrededor dispuesto a repetir la historia una vez más. Continuó por tanto: -Aprended esto bien. Recordad todo lo que os estoy contado durante el resto de vuestras vidas. Su voz, quebrada por la edad, suave y serena como un rumor de hojas, era escuchada atenta y respetuosamente. Los ojos de uno de ellos brillaron curiosos, inquisitivos y preguntó: -Pero Upaum, ¿Qué hizo de malo? ¿Por qué murió así? El Upaum cogió una pequeña rama del suelo y la rompió produciendo un chasquido seco delante de la nariz del pequeño que había preguntado. El pequeño se sobresaltó. -No había motivo. Nadie sabe por qué ―ellos‖ nos exterminaban con la misma facilidad y frialdad con la que yo he roto esta rama.

- Pero sin olvidar - volvió a la carga Gonzo - la responsabilidad que tenemos con nuestra gran casa, con el respeto y cuidado del medio ambiente, con revertir en la medida de lo posible todo el daño que le hemos ocasionado a…

Otro pequeño del círculo, al mismo tiempo que se llevaba una brizna de hierba a la boca, preguntó confuso:

- ¡No jodan! - interrumpe tajante Nico, que miraba a la pared mientras los demás arreglábamos el mundo yo lo que quería decir es que ya nos estamos tardando si queremos emular al buen dios Baco, así que déjense de tanta perorata y pidan la otra ronda de cervezas.

Este respondió con pesadumbre al tiempo que con gesto de reprobación quitaba al pequeño la brizna de hierba de su boca:

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-¿Pero si mataban a todos, por qué hemos de adorar a Rextaun, por qué no a otro, Upaum?

-Todos nos resignábamos a nuestro cruel destino antes de que éste llegara. Nos convertíamos en seres muertos en vida, sin ilusiones, sin esperanza... Nadie hacía nada por contrarrestar y destruir esa misteriosa y estúpida sed de aniquilar que tenían ―ellos‖. Pero cuando nació el Poderoso Rextaun- su voz cogía fuerza y sus ojos se iluminaban- incluso ―ellos‖ se dieron cuenta de que había algo distinto en Él. No era como los demás. Cuando se enteró de nuestro dramático e inevitable destino final, que fue de muy

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo joven, no se resignó como hacíamos todos. Se reveló y lucho contra su irremediable final. Intentó que siguiéramos su ejemplo, pero no estábamos preparados todavía. Cobardemente, preferíamos morir sin luchar con tal de que nos dejaran vivir en paz unos pocos días, así que solo se pudo rodear de un grupo reducido de seguidores fieles.

El Upaum miró al pequeño y no pudo evitar un suspiro de satisfacción.

El Upaum hizo una pausa para coger aliento. Su avanzada edad ya no le permitía hacer grandes esfuerzos, y transmitir e intentar hacer comprender a los pequeños la Historia era sin duda una ardua tarea.

Los pequeños, llegado a este punto, estrecharon un poco más el círculo en torno al Upaum expectantes:

Los pequeños aprovecharon el breve descanso para desfogar su natural e irreprimible ansia de jugar. Uno revolcó por el suelo a otro mientras todos reían al unísono, incluso el anciano Upaum sonrió débilmente mientras el caído pugnaba por devolver la treta al primero. Todos callaron y cesaron sus juegos de pronto al percatarse de que el Upaum iba a proseguir. Con ademán de éste, todos volvieron a sus posiciones iniciales, expectantes y silenciosos. El Upaum prosiguió: -Y llegó el día en que Nuestro Señor Rextaun marchó para enfrentarse a ―ellos‖. Sus seguidores intentaron frenar su marcha, pero fue inútil. Iba al encuentro de sus enemigos para luchar y morir. Y así fue como logró mantener a raya a sus enemigos durante tres días y tres noches, hasta que las fuerza le abandonaron y fue prendido finalmente. Lo llevaron ante muchos de ―ellos‖ y se burlaron de Él y lo martirizaron hasta que su corazón valeroso y puro fue atravesado y destrozado por el acero de una espada. Consciente de la dureza del relato para tan joven audiencia pero convencido de que el momento de la Revelación había llegado, el Upaum escudriñaba los rostros de los pequeños sopesando el efecto de sus palabras. No había ni el más mínimo rastro del reciente relax. Todos permanecían callados y mirando al Upaum con grandes ojos. Uno de los pequeños rasgó el silencio después de unos segundos:

-En efecto pequeño. Si el Todopoderoso no hubiese nacido, si no se hubiera empeñado en no entregar su vida inútilmente, si no se hubiera sacrificado por nosotros, jamás hubiésemos reaccionado de la manera en que lo hicimos.

-El hecho corrió de boca en boca por todas partes. Grandes y pequeños, jóvenes y viejos, al mando de los seguidores de Rextaun lucharon y murieron con valentía y coraje como hizo Él, hasta que ―ellos‖ aprendieron por fin a temernos y a no enfrentarse a nosotros a riesgo de perder sus vidas. Los días malditos llegaron a su fin y de esta manera y gracias a Nuestro Señor Rextaun, podemos hoy disfrutar plenamente de nuestras vidas, y por ello pequeños, le alabamos, le glorificamos y le debemos de estar eternamente agradecidos, y un día, cuando nuestros cuerpos dejen de existir, nuestras almas se reunirán con Él y con todos los que murieron por Él y por nosotros en algún lugar del cielo. El Upaum se quedó contemplando las caras de los pequeños y decidió dar por terminada la reunión. Con la mano hizo un semicírculo en el aire con las puntas hacia arriba, símbolo de Rextaun y concluyó: -Vamos mis pequeños. Ya es hora de regresar al rebaño. Y aquella extraña reunión de toros se disgregó lentamente, mientras uno de los pequeños ayudaba a levantar al anciano Upaum toro. El sol se ocultaba lentamente en el horizonte llano de los grandes prados verdes. A contraluz, se recortaba y resaltaba la fría estructura de una ciudad cerrada, en donde recelosos hombres vigilaban todos los movimientos de los peligrosos toros libres.

-Entonces, Upaum, ¿si el Todopoderoso Rextaun no hubiese nacido y no se hubiera sacrificado por nosotros, hoy seguiríamos siendo aniquilados por ―ellos‖ sin hacer nada por evitarlo?. Marzo/2009

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La almadraba

Lectores opinantes

Circe limpiando la casa

En esta edición no contamos aún con opiniones de lectores, pero esperamos que pronto, con tu participación, tengamos mucho que contar de gente que comparte nuestro interés por expresarse.

José Luis Enciso, en Bitácora de Naufragios Texto e ilustración: http://bitacoradenaufragios.wordpress.com/2008/0 4/13/circe-limpiando-la-casa/ Harta del mal aliento de Ulises, Circe preparó un plan de asepsia: convirtió en hombres a los puercos que dormían en el chiquero; así, Ulises, presto a las parrandas como todos los de su género, se largó en compañía de sus nuevos amigos -los antiguos puercos- a una juerga de la que jamás volvió. Circe pudo entonces respirar el aire limpio de su isla con toda tranquilidad.

Envía tus opiniones por correo electrónico a descensor+opinar@gmail.com o llena el formulario Opinar en la sección Contacto en nuestro website y pasa a leerte aquí en nuestra próxima edición.

Si deseas participar con una columna permanente esta publicación envía un correo descensor+participar@gmail.com o llena formulario Participar en la sección Contacto nuestro website.

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El tema para la próxima edición se publica en la sección Convocatorias de nuestro website, para enviar una participación sobre el tema en particular, por favor envía un correo a descensor+colaborar@gmail.com o llena el formulario Colaborar en la sección Contacto en nuestro website.

Participan en esta edición Ana M. Gutiérrez (México) Contadora cuentacuentos bajacaliforniana que reside en Tecate. Se inició temprano en la lectura y tarde, porque se le da bien eso del destiempo, en la escritura de prosa poética principalmente. Aprecia humor negro y opina que es una cualidad especial en las personas. Le encantan los cuentos de finales infelices. Sus favoritos son los escritores latinoamericanos, aunque ha husmeado en uno que otro europeo principalmente en narrativa y novela. Adicta a la luna y a todo lo que tenga que ver con el Marzo/2009

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El descensor Textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo desierto. Publicó alguna vez y aunque se acuerda donde apenas la conocen en su casa. Escribe desde marzo del 2004 en 7DuendeS (www.7duendes.com) y esta es la primera vez en un proyecto colectivo. Gabriel Bevilaqua (Argentina) Técnico, aunque ya olvidé en qué y lector indisciplinado. Por lo demás siempre me ha gustado creo que como a todos - escuchar historias. Lo que me ha llevado, ahora, a intentar ser yo - ¡pobre iluso! -, el que logre esbozar alguna trama que atrape vuestra atención. Si lo logro, más que pagado estaré. ¿Qué más puedo decir de mí? Que me interesa el cine, la historia, el arte, la tecnología, etc… y el animé. Lo demás, ya habrá tiempo para develárselo a quién le interese... Francisco Cenamor (España) De formación autodidacta, comienza tarde a escribir poesía. En 1999 Talasa Ediciones publica su primer libro, Amando nubes, lo que le posibilita viajar por toda España dando recitales. En 2003 sale su libro Ángeles sin cielo, editado por Ediciones Vitruvio, editorial que publica en 2007 su último libro, Asamblea de palabras. Ha sido incluido también en numerosas antologías y revistas impresas y digitales. Ha organizado y organiza numerosas actividades poéticas. Dirige la revista digital Asamblea de palabras. Es coordinador del Club de Lectura de la Universidad Carlos III de Madrid. Profesionalmente se dedica a la interpretación, apareciendo en televisión, teatro y cine. Francisco Arriaga (México) Escritor zacatecano que nació en Aguascalientes y vive en Tamaulipas. Coleccionista de libros, impresos o electrónicos, que también le hace a la música, la patrología, la historiografía, y en sus ratos libres escribe para algún periódico zacatecano, pero ya el lector verá qué va descubriendo en sus propias palabras.

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Carlampio Fresquet (España) Artista Indisciplinar comprometido con el entorno. Estudiante de Bellas Artes. Director de DIAL ART 2003 (proyecto de extensión universitaria para la difusión de la obra del alumnado de la Facultad de Bellas Artes de Valencia). Coordinador Artístico de ALEACIÓN: ANTOLOGÍA ARTÍSTICA. Sor Kampana 1991-2008. Miembro del grupo artístico interdisciplinar OROMATON (Poesía, música y pintura en vivo). Su libro ‗Somos sexo‘ puede ser adquirido o descargado desde su tienda virtual en Lulu (http://stores.lulu.com/kafre09). Edgardo Castillo “Zumm” (Chile/Argentina) Nació en Viña del Mar, hace ya mucho tiempo. Por motivos que no vienen al caso, vivió muchos años en un generoso país de Europa, donde quedó la mitad de su vida. Hace 17 años que vive en la Argentina, a la que considera su segunda patria, pero sin olvidar sus raíces. Trata de escribir siempre con humor, para no tener que pensar. Se declara ateo y considera que la amistad es lo más valioso de la vida. Ha escrito una gran cantidad de libros entre los que destacan 'Mujeres. Manual de uso y mantenimiento', 'Las aventuras de Mirinda', 'Vida de ladrones y algo más...' y una serie de libros de cuentos, entre otros; disponibles para descarga gratuita en su tienda en Bubok (http://zumm.bubok.com/). Delfín Beccar Varela (Argentina) Periodista, escritor. Trabaja como asesor en áreas de comunicación y en el desarrollo de proyectos vinculados a la gestión pública. Escribe para una revista cultural una sección sobre historias y leyendas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. También redacta artículos de actualidad, política y opinión para distintos medios de comunicación. Escribió una serie de crónicas de viaje para una revista relacionada con el turismo. Publicó el libro de cuentos 'Esclavos de la Sombra' en el año 2006. Es redactor fundador junto a Alejandro Gelaz del sitio minificciones.com.ar. Publicó artículos y entrevistas en distintos sitios web dedicados al ámbito de la cultura. Trabajó en publicidad y en agencias de promoción de eventos culturales.

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Pablo Matilla Gutiérrez (España) Nació el año de 1986 en Oviedo (Asturias), aunque desde 2005 vive en Barcelona, donde estudia Filosofía. Escribe principalmente cuentos, por los que ha recibido algún premio literario. Lleva el blog Los ritos de paso, donde publica periódicamente temas relacionados con la literatura. Juan Carlos Sánchez “Arqui” (Argentina)

promete mejorar con el tiempo -de mayor quiere ser cuentero-. Un antiguo profesor una vez le dijo: ―cuando alguien pierde toda capacidad de sorpresa, de asombro, de fascinación... está muerto y no se ha dado ni cuenta‖, así que le gusta pensar que con sus cuentos, es capaz de sorprender al menos durante un segundo al lector ocasional y contribuir con su granito de arena a que continúe vivo. Tiene cuentos publicados en www.loscuentos.net. Carlos Alberto Olague Alcalá (México)

Arquitecto, bonaerense, ha logrado arrimar las palabras con los ladrillos. Se dedica, entre otras cosas, a la producción editorial y de contenidos de dos revistas institucionales de arquitectura. Pero es en estos espacios virtuales donde se entrega a su adicción, la ficción en todas sus formas. Le gustan los textos breves, los cuentos, los microrrelatos: la intensidad con recursos escasos, la punta del iceberg, los silencios y los huecos antes que la verborrea y los llenos. Ahora, espera ser leído y juzgado con benevolencia. Jesús Humberto Olague Alcalá (México) Ingeniero en Sistemas Computacionales, chilango de nacimiento, zacatecano por herencia, adopción, convicción y querencia; que escribe por afición y pudo ser médico pero siente repulsión hacia las heridas; le gusta casi toda la música, en especial la trova, y casi toda la lectura, principalmente la de escritores latinoamericanos como Taibo II, Ibargüengoitia, Benedetti, entre otros; prefiere las ciudades coloniales a las playas y las corridas de toros a las peleas de gallos; y que tiene el gran problema de que todo lo demás se le olvida si tiene un aparato de TV frente a él, aunque esté apagado.

Soy publicista, director general de una agencia BTL. Nacido en la ciudad de México, pero radico en Zacatecas. Soy candidato a portador de la vela perpetua, aunque la vela perpetua no está muy de acuerdo. También soy monero, y la mayor parte del tiempo no sé qué hago aquí además de ser el responsable del diseño de portada.

Arte fotográfico e ilustración Las imágenes utilizadas para ilustrar las secciones, y todos sus derechos son propiedad de sus respectivos autores. Si el uso de imágenes obtenidas de sitios públicos va en contra de algún derecho de uso, favor de reportarlo a descensor@gmail.com. El elefante funambulista, Les trois graces (2) (edited) de Tristan B. Breijer (http://www.flickr.com/people/tristanb/). Breveratura, Pensador (minificciones.com.ar).

de

Alejandro

Gelaz

El espejo, Invisible de Pablo Sánchez

José Luis de la Fuente “Kmikc” (España) Informático de profesión y cuentero de afición. Los cuentos son su salvavidas ante la tormenta diaria de máquinas, cables y bits. Le gusta escribir cuentos directos, breves, de fácil lectura, de literatura llana y sin preciosismos. Y lo confiesa totalmente arrepentido. No sabe hacerlo de otra forma pero Marzo/2009

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