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Reina y Damas. 25 Aniversario

Reina y Damas de las Fiestas 1995

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25 Aniversario

25 años…. Es increíble que haya pasado ese tiempo, porque en realidad no me siento tan diferente de cómo me sentía entonces. Supongo que no terminamos de asumir los años que pasan y los que tenemos, ¡¡¡pero han pasado 25 años!! Cuando me pidieron que escribiera algo para El Pregonero de nuestras maravillosas fiestas pensé que no sabría por dónde empezar. Sin embargo, son tantos y tan bonitos los recuerdos, que merece la pena hacer este ejercicio para tratar de ponerlos en orden. Recuerdo con un gran cariño y emoción aquel verano. Creo que fue uno de los últimos que viví así, porque ya nos empezábamos a hacer un poco más mayores y nuestras vivencias posteriores fueron siendo diferentes. Fue, sin duda, el mejor verano y unas fiestas absolutamente inolvidables. Recuerdo que además de los grandes amigos del pueblo, me acompañaron mis mejores amigas del colegio. Estos días lo comentaba con alguna de ellas, y nos parecía imposible que hubiera pasado este tiempo… No me canso de decir lo agradecida que estoy a mis padres de haberme dado una infancia como la que tuve. La más feliz que nunca podría haber soñado, y fue gracias a haberla podido disfrutar en nuestro pueblo. Un pueblo que siento como mío, el único lugar que realmente siento como mis raíces y a donde siempre volver. Siempre está presente en mi corazón, y por eso no puedo evitar hablar frecuentemente de él y sentirme orgullosa de ser carrichana aunque no haya nacido allí. Porque lo importante no es dónde has nacido, sino de donde te sientes, y yo sin lugar a dudas me siento CARRICHANA y mi patrona es nuestra Virgen, la Virgen de la Encina que siempre me acompaña.

Aquellos veranos fueron inolvidables, pero en realidad cada fin de semana lo disfrutaba al máximo. Pude pasar mucho tiempo con mis tíos y primos, lo que nos ha permitido crear lazos que ya jamás se romperán, y con mis abuelos, sin duda todo un privilegio. Jugar a las cartas con mi abuela Lidia, que me enseñó a jugar a la brisca y al chinchón, disfrutar de largos paseos con mi abuelo Manolo, que me enseñó a montar en bicicleta, y rememorar historias del pasado que me encantaba escuchar con mis abuelos Francisco y Felisa; son cosas que nunca olvidaré. La libertad que teníamos, los grandes amigos, las noches de cartas en el chiringuito, las fiestas de pueblo en pueblo cada fin de semana, la preparación de las carrozas, la llegada de nuestras fiestas como colofón final a un maravilloso verano… Cosas que sólo en nuestro pueblo podía haber vivido y que convirtieron mi infancia y mi adolescencia en la mejor que podría haber deseado tener. Gracias a todos aquellos que me acompañaron entonces e incluso aun hoy seguís haciéndolo, porque somos las personas las que realmente hacemos a los lugares lo que son, y a Carriches lo que fue, Y LO QUE ES.

Los mejores momentos que he vivido en mi niñez ha sido en mi pueblo. Me considero Carrichana, y allá donde voy llevo por bandera mi pueblo.

He bailado para la virgen con orgullo y he regresado siempre a lo que para mí es mi centro, mis raíces y mi cura en muchos momentos. En aquel entonces ser dama de honor fue un orgullo y una satisfacción, ahora con los años se ha convertido en uno de los recuerdos más bonitos

de mi adolescencia.

Espero que mis hijos puedan disfrutar una niñez y adolescencia como yo

la he pasado, paso y pasare en mi pueblo.

VIVA CARRICHES, SU GENTE Y LA VIRGEN DE LA ENCINA.

Dama de las Fiestas 1995

Vanessa Gómez Alonso

Cuando mi amiga María Luisa me dijo que hacía 25 años de aquellas fiestas en las que fuimos reina y dama en honor de la Virgen de la Encina pensé: “¡Qué rápido pasa la vida!”. Me propuso escribir unas líneas y enseguida vinieron a mi memoria la infinidad de momentos estupendos que en la niñez y juventud vivimos juntas en Carriches. ¡Madre mía, qué de cosas bonitas hemos vivido allí y qué planes más divertidos montábamos! Siempre reconozco que haber tenido un pueblo y haber crecido en él me hizo ser afortunada, a la vez que haber sido adoptada por Carriches y su gente durante todos esos años. ¡Qué bonito recordar a la pandilla que los fines de semana, puentes y veranos nos juntábamos allí! Cuando pienso en todos ellos se me dibuja una sonrisa.

Desde niñas María Luisa y yo, veíamos a las mayores acompañar a la Virgen en sus fiestas. Nos imaginábamos cómo sería ese día. ¡Y ese día llegó! con muchos nervios, con mucha ilusión, y con la alegría de poder compartirlo entre amigas (María Luisa, Victoria y yo). El pregón, la coronación, las carrozas, la ofrenda floral, la Salve a la Virgen, los bailes, la subasta, las vaquillas, los fuegos artificiales, el refresco... eso eran las fiestas de Carriches hace 25 años. Aunque con los años han ido cambiando algunas cosas, el espíritu de festejar y honrar a la Virgen de la Encina todos juntos sigue siendo el mismo. Y el cariño y calor con el que los carrichanos comparten sus fiestas con todo el que por allí pasa sigue igual de vivo. Aquellas vivencias y aquel tiempo forman parte de quién soy hoy, es algo que llevo en mi bagaje sentimental y siempre estaré orgullosa de haber crecido en este pueblo, Carriches. Me despido, deseando a todos los carrichanos que tengan unas Felices Fiestas, animando a que disfruten cada momento, como yo hice durante tantos años.

¡Viva Nuestra Señora Virgen de la Encina! ¡Viva Carriches! ¡Vivan los carrichanos!

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