INDIVIDUO-COMUNIDAD
Y cómo se supone que un cristiano se constituye individuo desde la perspectiva comunitaria: al modo de Jesús. De ahí la importancia de dar razón de quién es Jesús para mí en un contexto eclesial y no sin ese contexto, porque yo creo a imitación de los creyentes y los creyentes se constituyen humanos imitando al modo de Jesús: desde y más allá de la violencia, reproduciendo imitación pacificadora.
INDIVIDUO Y COMUNIDAD A manera de introducción. El concepto individuo es muy occidental y el concepto comunidad, pueblo, asamblea, ekklesía…, es muy bíblico. Si privilegiamos al primero, sin asumir el segundo, lastimamos los derechos sociales, pero si hacemos lo contrario corremos el riesgo de lastimar los derechos individuales.
¿Qué importancia tiene que los seres humanos nos hacemos humanos imitándonos? Es muy importante, porque cada acto individual es un principio de construcción (o destrucción) de los otros. Mis acciones individuales nunca son individuales, porque están en un contexto social. A menera de ejmplo: hace tiempo le preguntaron en un pueblo de Michoacán a un niño, que qué quería ser de grande. El niño respondió que NARCO. ¿De dónde sacaría semejante ocurrencia? Fácil responder. Vivía en un contexto donde había narcos que se daban la gran vida y ese niño viendo, se imaginó su gran vida si un día él hacía lo mismo. A imitación de otros, eligió que eso puede ser una VOCACIÓN y sin buscarlo, quienes se dedicaban al narcotráfico, afectan, quieran o no, a quienes les observan. Análogamente es por lo que afirmo que ningún acto se circunscribe a lo individual, de la misma manera que la vida ejemplar de muchas personas es principio de orientación para otras. Así las cosas, hay una profunda relación entre lo individual y lo comunitario y el cristiano debe resolver ese dilema al modo de Jesús.
Sin una relación de sana tensión entre esos dos elementos, alguno de ellos sale con pérdida, o ambos. Si concibo al individo a-comunitario, y la comunidad como la simple suma de individuos, éste es peculiar por ser un ser singular, único, irrepetible, es decir, individual. Incluso el cuerpo humano es un principio de singularidad: ningún cuerpo es igual a otro, todos somos diferentes y nos expresamos singularmente. Aquí p.e. el cuerpo es principio de distinción, de distancia, de diferencia, etc., pero si vemos el concepto de individo en contexto de comunidad, la perspectiva cambia, porque yo no soy sin los otros y el cuerpo es un principio de relación, de acercamiento, de acompañamiento… Sin cuerpo no puedo ser amigo, ni compasivo, ni cercano. Mi yo con identidad corporal es un principio de relacionalidad y esa realacionalidad me da mi singulidaridad. En sentido cristiano la vocación, el envío y el modito con que realizo mi vocación, me hace singular y para ello necesito una comunidad donde ubicar mi servicio y ejercer mi vocación. La vocación supone una relacionalidad comunitaria y ese me hace singular, ya no el hecho de ser diferente, si el modo concreto con que practico mi vocación de servicio que construye lazos comunitarios. De ahí que la idea que yo tenga de individuo tiene consecuencias éticas diferentes. Todo indidiviuo comporta una dimensión comunitaria y toda comunidad soporta o ser soporte de una ubicación individual.
Nuestra tradición Si hacemos una comparación entre algunas obras antropológicas, encontraremos que los algunos hablan del hombre en tanto que individuo haciendo afirmaciones con pretensión de validez para todos los hombres y otros empiezan no por el individuo sino por las comunidades creyentes.
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