De este modo, el aprendizaje tiene lugar a través de la medición de todos los compañeros para buscar la solución a problemas conjuntos, de la lluvia de ideas y de una variada comunicación interpersonal. Todo tiene como base el proceso de cooperación; es decir, dar y recibir ideas, proveer ayuda y asistencia, intercambiar los recursos necesarios y aportar críticas constructivas. Cuando no logramos, como docentes facilitadores, generar una interdependencia positiva, en los equipos, entonces NO es trabajo cooperativo. El trabajo cooperativo no sólo es aplicable en nuestras escuelas para favorecer las condiciones de aprendizaje de nuestros alumnos, sino que también es factible para nuestro propio trabajo como docente. En nuestras aulas podemos realizar las siguientes actividades para que de manera paulatina nuestros alumnos y alumnas adquieran la competencia del trabajo en equipo y puedan estar listos para participar en un proyecto: 1. Juegos organizados y tradicionales como encostalados, capeador, fútbol, béisbol y otros propios de la comunidad. 2. Armar rompecabezas en equipo. Para primer grado, el número de piezas debe ser reducido, de colores llamativos y de gran tamaño. Podemos construirlos de madera o dibujarlos en papel o cartulina, pegarlos en cartoncillo y luego recortarlos. También podemos emplear esta estrategia para armar letras e incluso un cuento o dibujo hechos por los mismos estudiantes. ¡lo importante es que estas actividades se realicen en equipo! En los siguientes grados podemos aumentar el número de piezas. El armado de un rompecabezas permite, además de fomentar el trabajo cooperativo, desarrollar habilidades de pensamiento tales como la anticipación, el análisis, la síntesis y la inferencia; todas ellas favorecen las competencias para la comprensión. Esto es desarrollar el metacurriculum. 3. Elaborar un trabajo manual, adorno o tarjeta para un evento especial, según el mes y la época del año. 4. Elaborar en la clase de dibujo un paisaje en donde cada niño pueda dibujar un elemento de la naturaleza: árboles, plantas, flores, casas, nubes, montañas, el sol etc. y luego todos pintarlo. 5. Para realizar un proyecto se necesita no sólo la colaboración de los niños y niñas. Siempre se requiere de nuestra ayuda y en ocasiones, el apoyo de otras personas, como madres y padres.
AMBIENTACIÓN PEDAGÓGICA Y SALAS LETRADAS. El ambiente letrado es un elemento importante que el docente o la docente debe crear dentro del aula, con el fin de estimular aprendizajes auténticos y crear un ambiente rico en lenguaje oral y escrito. Este tipo de sala de clases implica organizar el espacio de manera que invite a la interacción, implementar una biblioteca de aula, multiplicar las ocasiones de lectura a los estudiantes en voz alta y ponerles a su alcance medios para escribir, publicar y exponer. El cual facilita la inmersión de los niños en el mundo letrado, al mismo tiempo que responde a las necesidades surgidas de los proyectos y actividades diarias del curso. Entre ellas se encuentran:
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