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Introducción, Jesús Palacios y Elsa Castañeda

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Los autores

Los autores

Introducción

Jesús Palacios1 y Elsa Castañeda

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Los argumentos expuestos por el secretario general de la OEI en el Preámbulo que antecede son más que suficientes para justificar un volumen dedicado a la primera infancia en la colección de libros Metas Educativas 2021 para la generación de los Bicentenarios. Tanto en las páginas precedentes como en el resto de este volumen se señala una y otra vez la importancia que los primeros años de vida tienen para el desarrollo individual y social. Los distintos capítulos que componen este volumen están destinados a ayudar a entender tanto la situación de partida en que nos encontramos, como las líneas por las que podrá ir avanzando el futuro en su búsqueda de una dirección más positiva para las personas, las familias, la sociedad en su conjunto y, por extensión, la región entera.

Cuando comenzamos a trabajar en la preparación de este volumen dedicado a los primeros años tuvimos claro que el punto de partida debía, en efecto, ser doble. Por un lado, un informe de la situación actual que reflejara tanto los avances que se han ido produciendo, como los muchos retos a los que todavía hay que hacer frente. Por otro, una hoja de ruta en dirección al futuro en la que se mostraran las principales tendencias, las principales promesas, los principales argumentos. Contábamos para ello con el privilegio de un plantel de autores que, desde sus profundos conocimientos, estaban dispuestos a llenar de contenido los capítulos que componen el libro. A ellos debemos desde esta primera página expresar nuestro agradecimiento no solo por su disposición inicial a colaborar, sino por su muy positiva actitud a la hora de recibir sugerencias editoriales que contribuyeran a mantener claro el rumbo en que el libro debía avanzar, así como a hacer el texto más claro y mejor integrado.

El volumen está dedicado fundamentalmente a la educación en los primeros seis años de vida. Los conceptos de “primera infancia” o de “años iniciales” o de “educación inicial” son suficientemente ambiguos como para tener un significado diferente en distintos países o en distintos momentos históricos dentro de un mismo país. Es importante dejar claro de entrada que, como se indica en el título, la mayor parte de lo que en este libro se cuenta está centrado en los niños hasta su incorporación a la escuela primaria, es decir, durante sus primeros seis años de vida.

Como se ha indicado antes, el libro tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera consta de los primeros cuatro capítulos. Los dos primeros están elaborados prestando atención a indicadores sociales y demográficos clave en la temática de la primera infancia. El tercero y el cuarto incorporan dimensiones diferentes, referidas, respectivamente, a las políticas de primera infancia y a las representaciones sociales en torno a estas edades y su significado.

Más en concreto, el primer capítulo, escrito por Jorge Iván Bula, está centrado en el análisis de indicadores sociales, demográficos y educativos que se refieren no solo a los niños de estas edades,

1 El trabajo de Jesús Palacios en este libro se realizó durante su estancia en la Universidad de Cambridge, Reino Unido, con financiación del Ministerio español de Ciencia e Innovación (PR2008-0291).

sino también a las condiciones de vida de sus progenitores y al acceso que desde esas condiciones de vida se les facilita para acceder al capital económico, cultural y social que ha de moldear sus trayectorias vitales. Mientras que este primer capítulo ofrece, pues, un análisis del contexto familiar, social y educativo en que los niños iberoamericanos crecen, el segundo capítulo, escrito por Alejandro Acosta, ofrece un detallado análisis de indicadores sociales, demográficos y educativos relativos ya directamente a los niños de estas edades, algunos de ellos centrados en las más básicas cuestiones de la alimentación o la atención a la salud, y otros referidos a situaciones que implican circunstancias de riesgo o adversidad tales como el abuso sexual o la explotación laboral, por ejemplo.

El capítulo siguiente ofrece un análisis global de las políticas de primera infancia en la región. Escrito por Tatiana Romero, contiene un estudio de la situación actual y las principales tendencias en lo que se refiere a la forma en que se da respuesta en distintos países (o, para seguir la lógica del capítulo, en distintos grupos de países) a las muy diversas cuestiones que afectan a los niños en sus primeros años de vida. Se identifican además los principales retos para el futuro, analizándose algunas de las tendencias producidas recientemente, como los cambios, por ejemplo, en la realidad de las configuraciones familiares.

Finalmente, esta primera parte concluye con un capítulo de Fúlvia Rosemberg dedicado a diseccionar las representaciones sociales sobre los primeros años de vida. Representaciones que, como se verá, están cargadas de complejos contenidos y de sesgos que llevan a poner todo el foco de la atención en determinados fenómenos o aspectos (los más llamativos, sin duda, pero no necesariamente los más importantes y, desde luego, no los más generalizados), dejando en la oscuridad otros muchos que a todos los niños afectan y que tienen una trascendental importancia por lo que se refiere a los temas educativos de que este libro se ocupa.

La segunda parte de este volumen está compuesta por seis capítulos, en los que tratan de aportarse claves que muestren la dirección en la que hay que caminar para superar algunas de las muy importantes y dramáticas circunstancias desveladas por los capítulos anteriores. Como no podría ser de otra manera, las cuestiones educativas ocupan la práctica totalidad de las páginas de estos seis capítulos.

En concreto, el capítulo escrito por Nahieli Ramírez sirve, entre otras cosas, para dejar claro el marco en el que los análisis y las alternativas deben moverse, que no es otro que el de los derechos de la infancia. El cambio de analizar la problemática de la infancia desde la lógica de las necesidades a hacerlo desde la lógica de los derechos es mucho más que un cambio de terminología, pues es sencillamente una manera diferente de mirar la realidad, de analizarla y de proponerle alternativas. Particularmente porque, como se señala en el estudio, los derechos de los niños generan automáticamente obligaciones y deberes por parte de los adultos.

Aunque en el capítulo anterior, como en todos los de la primera parte, los temas educativos tenían una muy importante presencia, adquieren ya un protagonismo absoluto a partir del capítulo escrito por Michael Feigelson. En este caso se trata de una serie de reflexiones y de propuestas en relación con la superación de situaciones de discriminación y con la atención a la diversidad étnica, cultural y lingüística en el trabajo educativo con los niños más pequeños. Y en relación con los niños más pequeños de toda la población, no solo de la que de hecho padece alguna forma de discriminación.

Por su parte, el capítulo de María Victoria Peralta, tras una breve reseña que desvela algunos de los más interesantes antecedentes históricos de la educación inicial iberoamericana, se centra en una reflexión sobre las propuestas curriculares en relación con la primera infancia, proponiendo un enfoque en el que las propuestas deben estar adaptadas a las características del lugar y del momento, lejos de respuestas uniformes, frecuentemente importadas desde fuera y basadas en realidades muy distintas de las que se dan en tantas y tantas comunidades iberoamericanas, pero no obstante tomadas como verdades que no precisaban ser discutidas y que podían sin más aplicarse en cualquier contexto y en cualquier momento.

Patricia M. Sarlé y Vicenç Arnaiz abordan en su capítulo una temática estrechamente ligada con la educación infantil y que implica cuestiones relacionadas a la vez con contenidos y con metodología. Se trata de un análisis del papel del juego y de la educación estética en el trabajo educativo con los niños de hasta seis años de edad. Si bien es cierto que este tipo de contenidos se asocia típicamente con la educación de los más pequeños, también lo es que el análisis y las propuestas deben profundizarse para dar una respuesta que sea al mismo tiempo rica en contenidos y adecuada en metodología, constituyéndose en uno de los motores fundamentales de los cambios en la educación temprana.

Si todos los capítulos anteriores tratan de dejar claro que una mejor educación temprana es esencial, el escrito por Gaby Fujimoto muestra que no toda educación tiene por qué ocurrir en los contextos formalizados de la escuela. Su análisis muestra cómo hay edades, situaciones y contextos en los cuales es posible pensar en respuestas no escolarizadas como buenas, posibles y factibles alternativas. Con la única condición de que la preocupación por la calidad ocupe un lugar central y siempre preferente en la planificación, la realización y la evaluación de tales alternativas.

Finalmente, el capítulo escrito por los coordinadores de este volumen sirve al mismo tiempo para poner en perspectiva todos los contenidos analizados en los capítulos precedentes, así como para tratar de vislumbrar el espacio que ahora nos queda más allá, al que habrá que dedicar un segundo volumen. Sus páginas deberán llenarse con propuestas concretas, con experiencias de éxito, con realidades que ya están entre nosotros, pero que deben ampliarse y generalizarse para beneficio de los niños menores de seis años, de sus familias y de la sociedad en su conjunto, tanto la que ahora tenemos, como esa otra que entre todos tenemos que moldear.

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