Pocillos finales

La idea nace de “tener el corazón en la mano”. Por lo general, tal vez no literalmente, esta frase se utiliza para hacer entender que se esta en un estado del animo muy drástico. Algo malo ha pasado, alguna “tener situación tiene a la persona en un estado excitado. el corazón La sola idea de tener el corazón en la mano es sentir en la mano” que la vida esta en riesgo, aunque en algunas situaciones se presenta como una exageración.

De esta forma, los pocillos intentan llamar al usuario a entrar en un estado de reflexi贸n sobre las situaciones que lo llevan a sentirse de esa manera. Intentan que el usuario tome un momento de su tiempo, que de por s铆 ya utiliza en cualquier momento de comida, para entrar en calma y despejarse un poco.

Debido a que se escogieron 3 colores diferentes para los pocillos, dos básicos (negro y blanco) y azul (ya que su acabo era bastante satisfactorio) el planteamiento del empaque así mismo se hizo. Cada uno de los empaques que acogieran estos productos tendría una forma distinta y la unidad se la daría la técnica gráfica y su forma.

Las ilustraciones de los pocillos

hacen referencia a su uso,

dado que en las encuestas que se realizaron estos productos podrĂ­an confundirse con materas.

Las etiquetas son pequeños corazones expuestos de manera tridimensional con el precio. Estas piezas son a color para ser más llamativas y su forma – el corazón anatómico – hace alusión al elemento original del que parte el concepto de los pocillos.

DE acuerdo a eso, dentro del interior de los empaques los pocillos vienen con té verde, de nuevo con unas pequeñas etiquetas de corazón como detalles de fina coquetería. Etiquetas de corazones que empatan con una tarjeta de acuerdo al “ámbito” que se presente: el amor, algún presentimiento o la vida. Temáticas, ámbitos, factores, como sea que se quieran llamar que usualmente relacionamos con el corazón. Siendo el amor aquel fenómeno que nos arruga o nos expande.

La vida siendo prácticamente una sucesión de situaciones que ponen en juego nuestros valores. Y los presentimientos, que son aquellas punzadas en el pecho o estomago que a lo sumo ocurren a diario recordándonos que podemos ver más allá de las cosas sin necesidad de enloquecer.