Ética marxista

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Etica marxista

El marxismo no se preocupó por elaborar una ética en forma sistemática prácticamente hasta la segtmda mitad del siglo XX, tal vez debido a que todo él es una filosofia de profundo caráder moral. Sobra recordar la importancia trascendental del pursamrento marxista en el mr¡ndo contemporáneo. Gran parte de la humanidad pertenece al bloque de los países que son o han sido comunistas. Y en los países del bloque capitalista muchas las tesis marxistas sirven de apoyo ideológico para la reiündicación de los derechos sociales del pueblo contra las oligarquías nacionales. Sindicatos, grupos políücos de izquierda, moümientos estudiantiles deprotesta, pensamientos liberacionistas, grupos defensores de los derechos humanos, moümientos de conscienüzaaón popular, son algunas muestras de los valores que el marxismo contribuyo a difundir en la sociedad contemporánea. Recordemos algunos de los principios.básiéos de la antropología marxista que definen un tipo de áica diferente. Como criterio ultimo de verdad, Marx impone la prmis. La adtón,la producción, el trabajo, la efrcacta histórica, son los indicadores de la verdad y, consiguientemente, de la bondad moral. La alienaciórz constituye la fuente y la máxima expresión alavezde la deshumanizaQión. La aliqnación, de carácter inicialmente económico en el trabajo, afúa en següda los ámbitos de la cultura, el derecho, la religión y la moral. El hombre está moralmente alienado cuando orienta sus aspiraciones iegún falsos ideales creados por la clase burguesa para mantener la explotación de los trábajadores. Los ideales religiosos, engeneral, son alienantes por cuanto predican al trabajador explotado resignación en este mundo comó medio para alc,xtz.ar la felicidad etema en otra vida. Frente al estado actual de alienación social, manifiesto en el antagonismo de clases, Marx propone el ideal del hombre nfuevo, el verdadero hombre libre, que será fn¡to de la sociedad comunista, sin clases. Para construir esa sociedad es necesario repilizar la revolución socialista. Sólo mediante la revolución será posible acabar con la explotación y la diüsión en clases. La moral marxista es antetodo r¡na moral revolucionaria. Sus ürtudes son la lucha, la solidaridad, el sacrificio por la causa revolucionaria, el trabajo colectivo. Quien asume en su vida actitudes revolucionarias en favor del socialismo, obra el bien; quien entorpece la revolución socialista o se desentiende de ella, obra el mal.

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TEXTO REPRESENTATTVO LENIN: El criterio de la moral comunista. (Tareas de las juventudes comunistas. Discurso pronunciado en ol m Congreso de la Unión de Iuventudes Comunistas de Rusia, el 2 do octubre de 1920). Voy a detenerme, ante todo, en'el problema de la moral comunista.

I¿ tarea do la Unión de luventuquo, al apfendef, al organizarse, al de modo práctioa su actiüdad des oonsiste en ejercer agrupase, al luchar, pueda hacor de sus miembros y de todos los que la reconocen como guía, comunistas. Toda la educación, toda la enseñanza y toda la formación de la juventud contemporiínea deben inñmdirle el espíritu de la moral oomunista. Tenéis que fo{aros a vosotros mismos oomo oomunistas.

Pero ¿existo una moral oomunista? ¿Existo und moralidad comunista? Es eüdonte que si. Muohas vecos so presentan las cosas como si nosotros no tuüéramos nuestra propia moral, y con fiecuonoia la burguesía nos aousa a nosotros, oomunistas, diciendo quo trogamos toda moral. Esto es un prooodimiento para suplantar las ideas y echar üerra a los ojos de los ob,reros

y

campesinos.

rechazamos la moraüdad? ¿En qué sentido negamos nosotros la moral?, ¿en qué sentido

En el sentido en que la ha predioado la burguesía al extraer esta moral de mandamientos divinos. Claro estrí que, a este feqpecto, nosotfos decimos que no cleemos en Dios, y sabemos muy bien que el olero, los terratenientes y la burguosía hablaban en nombro de Dios para defender sus intereses do explotadores. O ben, on lugar de deducir esfa moral de los imperativos de la moralidad, do los mandamientos divinos, la deducían de frases idealistas o semiideaüstas que, en definitiva, se parecían extraordinariamente a los mandamientos de Dios. Nosotros reohazamos esta moralidad tomada de conceptos extrahumanos o al margen de las olases. Docimos que eso es engañar, embaucar a los ob,¡e¡os y nublar sus mentes en provecho de los terratenientos y capitalistas. Nosotros decimos que nuestra moralidad está enteramonte subordinada a los intereses de la luoha do olase del proletariado. Nues'ha moral emana de los intereses de la lucha de clase del proletariado.

La vieja sociedad se basaba en la o'presión de todos los obreros y de todos los campesinos por los terratenientes y capitatistas. Necesitábamos destruir esto, necesitábamos derribar a estos opresores, pero pala ello había que forjar la unión, y no ela Dios precisamento quien podía crear esta unión.

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Esta unión sólo podía llegar de las fábricas, de un proletariado instruido y arrancado de su üejo letargo. Solamente cuando se constituyó esta clase, comenzó el movimiento de las masas que ha conducido a lo que hoy vemos: al triunfo de la revolución proletaria en uno de los países más débiles, que desde hace t¡es años, se está defendiendo de los embates de la burguesía del mundo entoro. Vemos crecer en todo el mundo la revolución proletaria.

Por eso decimos: para nosotros, la moral considerada al margen de la sociedacl humana no existe; es un engdo. Para nosotros, la moral ostá subordinada a los intereses do la luoha de clase del proletariado.

Ahora bien, ¿en qué consiste esta lucha de clase? En derrocar al zar, en derribar a los capitalistas, en aniquilar a la clase capitálista. ¿Y qué son las olases en general? Es lo que permitg a una parto de la sooiedad apropiarso del trabajo de ot¡a. Si una parte de la sooiedad se apropia de todo el suelo, tenemos la clase de los terratelientes y la de los campesinos. Si una parte de la sociedad posee las fábricas, las acciones y los oapitales, mientras que la otra habaja en esas fábricas, tenemos capitalistas y la de los proletarios (...).

la clase de los

La lucha de clases continúa, solo que en otra forma. Es la lucha de claso del proletario para impedir que vuelvan los anüguos explotadores y unir a la masa dispersa e ignorante de los campesinos en lma sola unión. La lucha de clases continúa y nuestra tarea estriba en subordinar todos los intereses a esta lucha. Por eso, subordinamos a esta tarea nuestra moralidad oomunista. Nosotros decimos: es moral lo que sirve para destruir la üoja sociedad explotadora y para aglutinar a todos los trabajadores en tomo del proletariado, creador de la nueva sociedad comunista. La moral comunista es la que sirve para esta lucha, la que une a los trabajadores contra toda explotación y contra toda pequeña propiedad, porque la pequeña propiedad entrega a un indiüduo lo que ha sido creado por el trabajo de toda la sociedad (...). La üeja sociedad se basaba en el siguiente principio: o saqueas a tu prójimo, o te saquea él; o trabajas para otro, u otro frabaja para ti; o e¡es esclaüsta, o tu mismo serás esclavo. Es natural que los hombres educados en semejante sociedad asimilen, por asi decirlo, con la leche matema, la psioología, la oostumbre, la idea de que no hay más que amo o esclavo, o pequeño propietario, pequeño empleado, pequeño funcionario intelectual; en una palabra, hombres que se ocupan únicamente de tene¡ ld zuyo sin importarles en absoluto los demás. Si yo exploto mi parcela do tierra, ¿qué me importan los demás?; si alguien pasa hambre, tmto mejor, vende¡é más caro mi trigo. Si tengo ]¿a un puesto de médioo, ingeniero, maestro

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o emploado, ¡allá ros demás! Es posible que si me arrastro servflmente ante Ios poderosos, conssrv. ai puesto, e incruso pr.a"

u"", y ór*¿. "o-*irt".

conyefinno u" torgoe.. Es" psioología osta mentalidad no puedo_ darso y "",,ur" los obrreros y oamposinos demostra_ "o fon quo §odros capaces do dsfendernos y de croar una aueva sociodad oon-nuoskas propias fuorzas' e¡r oso mismo momento so inició l¡ nueva educación oomunista, eduoaoión creada en la lucha oontra los er¡plotadores

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pequoños propietarios, conha. la psicología y provecho y Io domrís no me interosa,.

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libre de Ia o4plotaoión del trabajo.

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