Sonido, musica y espiritualidad

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SONIDO, MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD Un camino científico hacia la unidad JORDI A. JAUSET BERROCAL


© Jordi A. Jauset Berrocal, 2010 Dibujos de mandalas: Olga Aravena Foto autor: Sandra Balsells Diseño de cubierta: Rafael Soria © De la presente edición: Gaia Ediciones Alquimia, 6 28933 Móstoles (Madrid) - España Tels.: 91 614 53 46 - 91 614 58 49 Fax: 91 618 40 12 E-mail: alfaomega@alfaomega.es - www.alfaomega.es Primera edición: septiembre de 2010 Depósito legal: M. 31.277-2010 I.S.B.N.: 978-84-8445-321-5 Impreso en España por: Artes Gráficas COFÁS, S.A. - Móstoles (Madrid) Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

A Esther, la estrella que desde hace cuarenta años ilumina mi corazón.


ÍNDICE

Agradecimientos ................................................................ Prólogo, por Eduardo Punset ............................................ Introducción .......................................................................

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1. EL SONIDO: VIBRACIÓN Y ENERGÍA ............................... ¿Qué es el sonido? ....................................................... Los sonidos internos .................................................... Efectos terapéuticos del sonido ................................... Curiosidades ................................................................. Infrasonidos y ultrasonidos: aplicaciones .............. Los paisajes sonoros ............................................... El Nada Yoga (yoga del sonido) ............................ Percepción auditiva y visual. Comparativa ............ Equivalencias colores-sonidos ............................... Animales y sonidos .................................................

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2. MÚSICA Y NEUROCIENCIA .............................................. ¿Qué es la música? ....................................................... ¿Por qué nos afecta la música? .................................... ¿Cómo nos afecta la música? ....................................... Los parámetros musicales y su influencia ....................

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3. LAS TERAPIAS MUSICALES: FUNDAMENTOS ..................... La musicoterapia .......................................................... El musicoterapeuta ................................................. Desarrollo de una sesión de musicoterapia ........... La sonoterapia .............................................................. ¿Ciencia o dogma? ................................................. Vibraciones forzadas .............................................. Aplicaciones ........................................................... Desarrollo de una sesión de sonoterapia ...............

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4. EL SER HUMANO Y LA ESPIRITUALIDAD ......................... Sonido, música y espiritualidad ................................... Neurociencia y espiritualidad ...................................... Salud y espiritualidad ................................................... La meditación y sus beneficios. Técnicas ....................

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Epílogo ............................................................................... Bibliografía ......................................................................... Acerca del autor .................................................................

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AGRADECIMIENTOS

con todas aquellas personas que han contribuido a la publicación de esta obra y que relaciono a continuación: A la editorial Gaia, especialmente a José M.ª Martín y a su equipo de producción, por su interés y facilidades para la edición de este libro. A todos los autores relacionados a lo largo de la obra que me han acompañado en estos largos meses hasta primeras horas de la madrugada. Les agradezco que me hayan facilitado sus opiniones y conocimientos a través de sus obras y artículos. A los periodistas Imma Sanchís, Lluís Amiguet y Víctor-M. Amela. Sus entrevistas en «La Contra» ofrecen interesantes y provechosos mensajes de vivencias ejemplares, algunos de los cuales se han recogido en esta publicación. Mi gratitud a Sandra Balsells, reconocida fotoperiodista, profesora y compañera de la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL), por la cesión de la foto publicada en la contraportada. A Olga Aravena, terapeuta multidisciplinar, por los mandalas que cariñosamente diseñó para ilustrar y acompañar estos textos con buenas vibraciones.

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STOY EN DEUDA


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Mi reconocimiento a Swami Muktidharmanda Saraswati, por compartir sus profundos conocimientos sobre el Nada Yoga (yoga del sonido), y a Pablo Blanc (centro de yoga «Camí de Llum») por facilitarme la asistencia a dicho seminario. Debo recordar también a Astiko, por la sabia elección de la música en las inmejorables prácticas de meditación que dirige. A Mar Valverde, mi especial gratitud por sus oportunas sugerencias que se han traducido en sutiles cambios, contribuyendo a una mejora del resultado final. A mi hermano Xavier, músico e ingeniero, por la revisión del capítulo «El sonido: vibración y energía». También, a M. Àngels Arnau y a mi primo sacerdote, Xavier, por sus aportaciones al capítulo «El ser humano y la espiritualidad». Mis más sinceros agradecimientos a las siguientes personas, que fueron muy generosas con su tiempo, sus conversaciones y sus opiniones. Su aportación supone un enriquecimiento del contenido de esta obra. Me refiero a los doctores Manuel Álvarez del Castillo y Pere Berbel (director médico y anestesiólogo, respectivamente, del Hospital Universitario de la Mútua de Terrassa), a Pablo Luna (químico, jefe de la UT de Condiciones Materiales del INSHT), a Catherine Clancy (musicoterapeuta) y a Eva Julián (etnomusicóloga y especialista en Bioacústica). A los terapeutas que supieron despertar en mí el deseo y la fuerza necesaria para emprender el largo, apasionante y dificultoso viaje por la senda del autoconocimiento. Sus consejos provocaron un cambio cualitativo en mi vida, recuperando mi ilusión y reconexión con la música. Quiero destacar a M. Àngels Arnau (terapeuta holística), quien me alentó para que iniciara el camino de la vivencia y experimentación, el único que realmente es capaz de producir una verdadera transformación. También, muy especialmente, a Lola Sanmartín (arteterapeuta y gestáltisca), por su eficaz acompañamiento a través de la exploración de dimensiones

AGRADECIMIENTOS

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desconocidas para mí, facilitándome valiosas herramientas para mi crecimiento personal. Muy especialmente, con todo mi reconocimiento y admiración, a Eduardo Punset, mi gran referente como divulgador científico. Que aceptara redactar el prólogo de esta obra supone para mí un gran honor y distinción que me llena de orgullo y satisfacción. Las charlas mantenidas en la cafetería, durante los descansos del programa «Redes», y en el camerino del Centro de Producción de TVE en Sant Cugat, espacio que compartimos hace unos años, fueron muy fructíferas. Finalmente, no puedo dejar de recordar a quienes me iniciaron en la música desde muy temprana edad. Me refiero a mi abuelo y a mi padre, cuyo legado musical ha sido la herencia más preciada que he recibido. Tuve la inmensa suerte de crecer en un entorno que estimuló mis habilidades musicales, proporcionándome una oportunidad única para acrecentar mi sensibilidad a las vibraciones sonoras. La paciencia y tesón de mi padre con mis hermanos y conmigo sólo se explica por su convencimiento y amor por la música.


PRÓLOGO

H

AY DOS ÁREAS del conocimiento que son trascendentales para

conocer: la una, cómo somos por dentro, qué decisiones tomamos en nuestra vida cotidiana; y para fisgar, la otra, en nuestros orígenes, saber cómo empezó todo. La primera tiene que ver con el mundo vedado hasta hace muy poco de las emociones, y la brújula para discernirlas es el aprendizaje social y emocional. La segunda tiene que ver con el ritmo y la música; siendo la brújula en este caso, para saber a qué atenerse, la sonoterapia y la musicoterapia. No cabe ninguna duda, hoy día, de que sin la primera es imposible entender al ser humano y, sin la segunda, aquilatar sus orígenes y cómo todo empezó. La ignorancia al respecto, no obstante, es indescriptible e inexplicable. No sabemos nada o casi nada del aprendizaje social y emocional. Intuimos que los sonidos y la música precedieron al lenguaje como medio de expresión de los humanos, pero ni siquiera esto lo sabemos a ciencia cierta. El neurólogo Antonio Damasio supo identificar el punto de partida para el estudio de las emociones: no es cierto que la facultad de pensar nos hizo humanos, sino exactamente al revés. Existimos y por ello pensamos. La dualidad mente-cuerpo se cayó por los suelos.


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Jordi A. Jauset tiene todos los visos de convertirse en el Antonio Damasio de la expresión emocional por medio del sonido, la melodía y la música. No es cierto que los homínidos supieran fabricar herramientas y que luego aprendieron a cantar. Sintieron los sonidos como componente esencial de la belleza que necesitaban percibir para sobrevivir. Los sonidos formaron parte desde el comienzo de la capacidad para percibir la belleza, explicarse el universo y aprender a sobrevivir. Nunca fue —como es hoy día— una asignatura aparte. A Jordi debemos agradecerle, además, que asumiera la modestia característica del método científico y que tanto lo distingue del pensamiento dogmático. El conocimiento científico, lo poco que sabemos de los sonidos y la música es a título de inventario; lo hemos comprobado gracias a expertos como Jordi A. Jauset, pero somos conscientes de que no hay verdades absolutas, de que en el futuro otros expertos podrían modificar o incluso sustituir lo que ahora consideramos como cierto. Lo poco que descubrimos ahora, sin embargo, es bello y, como dicen los anglosajones, it makes sense, tiene sentido. EDUARDO PUNSET Escritor y divulgador científico Barcelona, diciembre de 2009

INTRODUCCIÓN

M

I INTERÉS por el estudio de la influencia del sonido y la mú-

sica en el ser humano surgió a raíz de los efectos que asiduamente experimentaba mientras practicaba jogging acompañado de mi reproductor mp3. Se me plantearon muchas preguntas: ¿Por qué tenía esa sensación de plenitud y felicidad en vez de sentirme desfallecido? ¿Cómo era posible que después de escuchar cientos de veces la misma canción aún continuara estimulándome físicamente de tal manera que me permitía recorrer una cuesta pronunciada con energía, aplomo y, aparentemente, con menor dificultad?1. ¿Qué le ocurría a mi cerebro durante esos minutos de imparable bombardeo de ideas, que surgían espontáneamente aportando nuevos enfoques y soluciones a problemas de diversa índole, sin tan siquiera «pensar» en ellos? 2. ¿Qué me impedía transEs curioso comprobar la estimulación física, la sincronización del ritmo corporal al de la música y la estimulación general que se produce al escuchar determinado tipo de música. En mi caso, agradezco enormemente, especialmente ante el inicio de una pronunciada cuesta, algunos compases de Get Back (Beatles) o de Jesse James (Bruce Springsteen), entre otras muchas. Aunque una de mis preferidas, desde hace muchos años, es All right now (Free). 2 Me alegra saber que el escritor Ian McEwan ha tenido experiencias similares al respecto: «… he comprobado que dar largas caminatas en soledad despierta en el inte1


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cribir esas ideas, con la misma claridad con la que fluían por mi mente mientras corría, al finalizar la sesión y llegar a casa? ¿Cuál es la razón de que me resulte más inteligible y comprensible el «inglés» durante mis sesiones de entrenamiento que cuando estoy sentado tranquilamente en el sofá?… Mi curiosidad por llegar a comprender cómo se comportaba el cerebro ante los estímulos musicales y encontrar respuestas a las preguntas anteriores fue decisiva para impulsarme al estudio acerca de la influencia de las vibraciones sonoras en el ser humano. Nací músico, posiblemente condicionado genéticamente, y tanto el entorno como la educación recibida facilitaron que pudiera desarrollar mi sensibilidad musical. Mi abuelo tocaba el saxofón en una orquesta municipal y mi padre —profesor de música— había conseguido destacados premios regionales y nacionales como pianista. Ambos compartían una gran pasión por la música y supongo que fue motivo suficiente para que desearan que la formación musical fuera prioritaria en la educación de sus nietos e hijos, respectivamente. Así, a los tres o cuatro años ya recibía mis primeras lecciones, y a partir de los seis años simultaneaba los estudios oficiales musicales con los escolares. El inicio a esta precoz edad me permitió finalizar la especialidad de piano dos años antes de ingresar en la universidad y comenzar mi formación en ingeniería de telecomunicación. lecto ideas que están en el origen de lo que luego se convertirá en novela...». Y que el corredor de ultrafondo Serge Girard comenta, también, que «correr tanto tiempo modifica la química cerebral, y todas las percepciones, sentimientos y emociones se te agudizan…». Creo entender ahora por qué determinadas empresas, especialmente las multinacionales de origen norteamericano (como Hewlett Packard, por ejemplo), disponen de instalaciones deportivas y de circuitos de jogging para sus trabajadores, e incluso que se aprovechen esos minutos para reuniones informales de trabajo. Apuesto a que deben ser muy creativas y efectivas, si lo que surge en esos momentos se lleva posteriormente a la práctica. Recomendaría que las escuelas de negocio incluyeran esta práctica como técnica generadora de ideas (brainstorming). Estoy seguro de que sería todo un éxito.

INTRODUCCIÓN

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Después de una amplia experiencia profesional, en la que asumí diversas responsabilidades directivas en las áreas formativa, técnica y económica de las distintas sociedades del Ente Público RTVE en Cataluña y como alto cargo en la Generalitat de Catalunya, tomé la decisión de priorizar y dedicar mis esfuerzos al estudio, investigación y divulgación de las potencialidades terapéuticas del sonido y la música. Una parte del resultado de mi trabajo, durante los últimos años, es la obra que ahora tienes en tus manos 3. Está escrita con tesón y, a la vez, con ternura y pasión. En ella expongo conocimientos, comentarios, opiniones, citas, reflexiones y conclusiones acerca del sonido y de la música, de sus aspectos físicos o tangibles así como de aquellos más sutiles, y de cómo nos afectan holísticamente como seres humanos, incluso en nuestra parte más íntima, la espiritual, la más importante y quizás la más ignorada. El sonido, algo tan habitual y común, es el resultado de la percepción de una energía que se transmite a través de un medio elástico produciendo variaciones de la presión atmosférica. Su origen no son más que vibraciones cuyos ritmos o frecuencias de variación son detectables y decodificables por nuestro cerebro. A su vez la música, según su concepción más tradicional, es una mezcla o conjunto de sonidos organizados bajo un determinado formato en el que se distingue principalmente una melodía, un ritmo y una armonía. Cada una de estas partes es interpretada en distintas zonas de nuestros hemisferios cerebrales y nos afectan prioritariamente en unas u otras dimensiones (física o corporal, mental, emocional y espiritual). En los últimos años, la ciencia ha explicado cómo el cerebro es capaz de responder a estos estímulos, elaborando algunas teorías que intentan justificar todo el entramado Se complementa con la próxima obra del autor: La Terapia de Sonido. ¿Ciencia o dogma? Ediciones Luciérnaga (2011). 3


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que acaece en este órgano, el más complejo del universo según los entendidos. He creído conveniente exponer los distintos temas divididos en cuatro capítulos. El primero trata sobre los aspectos físicos del sonido. En él se definen los conceptos básicos y esenciales para su comprensión —qué son las frecuencias, los armónicos y el espectro sonoro—, complementándose con algunos comentarios sobre los sonidos internos, aquellos que nosotros generamos y que apenas percibimos. Se expone, también, cómo puede afectarnos físicamente el sonido y se citan algunas curiosas aplicaciones de las vibraciones sonoras, unas más conocidas que otras. El segundo capítulo presenta algunas ideas acerca del significado de la música, de sus orígenes, así como esbozos de recientes teorías que intentan explicar por qué y cómo nos afecta la música en base a los efectos constatados por investigaciones científicas en los últimos años. En el tercer capítulo se citan los fundamentos de las terapias musicales: la musicoterapia y la sonoterapia. Se comparan y se comentan, bajo mi percepción personal, las similitudes y diferencias entre ambas disciplinas, que comparten objetivos pero mantienen diferencias metodológicas y conceptuales. La musicoterapia, por un lado, está reconocida y respaldada científicamente por numerosos estudios que avalan y validan sus eficaces resultados. La sonoterapia, por su parte, clasificada como una terapia vibracional, es cuestionada científicamente por dirigir su actuación no sólo a la parte física sino también hacia los denominados cuerpos energéticos o sutiles, según una concepción holística del ser humano y cuyos orígenes se remontan a culturas milenarias orientales. La carencia o, posiblemente, poca difusión de sus estudios y aplicaciones la sitúan en el límite o borderline del conocimiento científico actual. El cuarto y último capítulo es una incursión en la espiritualidad del ser humano y su relación con el sonido, la música y la neurocien-

INTRODUCCIÓN

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cia. La espiritualidad es una de nuestras dimensiones, junto con la corporal, mental y emocional, que también resulta particularmente influenciada por el sonido y la música. Es nuestra parte más íntima, la que realmente nos define como seres humanos, y a la vez tan misteriosa y olvidada, quizás por el temor que manifestamos ante aquello que nos resulta desconocido. En este capítulo se citan opiniones de científicos que, en base a sus investigaciones, consideran que la espiritualidad nace y muere con el cerebro, tema polémico de gran trascendencia y de una enorme potencialidad de investigación. Me pareció oportuno finalizar el capítulo con un apartado relativo a la meditación y sus técnicas, exponiendo algunos sencillos ejemplos que pueden ser provechosos para equilibrar nuestra ajetreada vida diaria. Siguiendo el mismo esquema de obras anteriores, he incorporado citas y comentarios de reconocidos autores y expertos terapeutas, además de interesantes noticias divulgadas por los medios de comunicación relacionadas con los temas expuestos. En definitiva, este libro es una búsqueda exploratoria, un intento de descubrir por qué el sonido y la música nos afectan de una forma tan especial e intensa, y cómo pueden sernos útiles, como eficaces herramientas, en nuestro camino de evolución personal. Estoy convencido de que los avances de la neurociencia continuarán evidenciando y constatando los numerosos efectos beneficiosos que las vibraciones sonoras son capaces de producir en los seres vivos y, por tanto, en el ser humano. Éste es, estimado lector, un breve resumen de lo que puedes encontrar en las siguientes páginas, que te agradezco compartas conmigo. Sólo por ello ya me siento enormemente recompensado en mi esfuerzo. Ahora, si tienes por delante un espacio de algunos minutos de tranquilidad, te invito a que elijas una buena música de tu colección personal, aquella que sabes que abre tu mente y te aporta paz


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y serenidad. Bajo los armónicos compases musicales que te envolverán, puedes iniciar la lectura de esta obra que deseo te sea fructífera, agradable, entretenida y placentera. Sin más preámbulos, ya puedes pasar a la página siguiente…

EL

SONIDO: VIBRACIÓN Y ENERGÍA El sonido es a la música lo que el átomo a la materia. JORDI A. JAUSET

L

A MAYOR PARTE de las civilizaciones, tradiciones y culturas an-

tiguas compartían la creencia de que el sonido era la fuerza generatriz responsable de la creación del universo y, en particular (según la interpretación de determinadas citas de textos sagrados), el sonido de la voz. Esto puede explicar el significado mágico que los pueblos primitivos atribuían al sonido y a la música. En el hinduismo, el término «Brahma» se interpreta como «fuerza mágica», «palabra sagrada», «himno». Las sílabas «Om» o «Aum» son los sonidos inmortales creadores del mundo, según citan los Upanishad, libros sagrados del hinduismo escritos en sánscrito varios cientos de años antes de Cristo. Los egipcios, por su parte, creían que el mundo se había creado a partir de la voz de su dios Thot, y otras tradiciones, como la persa, coinciden en considerar que el universo se originó a partir de una sustancia o vibración acústica. En general, todas las escuelas antiguas de sabiduría (Egipto, Roma, Grecia, India) aludían a la vibración como principal fuerza causal del universo. Hoy día, la ciencia nos acerca a estas teorías. Según el catedrático de física teórica Michio Kaku, «todo es vibración, y cada partícula elemental, una nota:


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percepción de ese tono en particular produjera una respuesta de mi actividad cerebral que fuera tanto o más predominante que los efectos físicos derivados de la transmisión y propagación de la propia vibración a través del cuerpo. El resultado habitual suele ser una combinación de ambos efectos, el físico y el perceptivo.

Resulta casi imposible establecer reglas o comportamientos generales debido a nuestra individualidad. Todos somos portadores de nuestras propias «mochilas» llenas de recuerdos, de experiencias, de aspectos genéticos que acentúan nuestras diferencias individuales. Ésa es para mí, entre otras, la grandeza del ser humano: somos prácticamente iguales, pero totalmente diferentes. Nuestro «hardware» es similar (cuerpo físico), pero el «software» (emociones, mente, espíritu) es distinto, autoconfigurable en parte y, por tanto, individual y personal.

La vibración sonora que impacta en nuestro cuerpo ¿podría llegar a producir cambios en los tejidos y en las células, comportándose como un posible catalizador de determinadas reacciones químicas que favoreciera un estado de normalidad actuando positivamente ante situaciones de desequilibrio o enfermedad? Posiblemente ésta sea la pregunta del millón. Ya sabemos, como comentaremos más adelante, que las denominadas «armas sónicas», con elevadas potencias y determinadas frecuencias, producen efectos que pueden llegar a ser letales. Pero lo que interesa a los terapeutas de sonido son los efectos beneficiosos de las vibraciones audibles, es decir, los que proceden de los instrumentos musicales, incluida la voz. A este respecto, son muy interesantes, a la vez que controvertidos, las investigaciones y los experimentos de Fabien Maman re-

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lacionados con la respuesta celular a determinados tonos audibles generados por diapasones terapéuticos, tal como expone y acredita mediante diversas fotografías en su libro The Role of Music in the twenty-first Century (1997) 16.

Con ayuda de la bióloga Helene Grimaud, Fabien Maman observó que las células de la sangre alteraban su color y forma cuando eran sometidas a determinadas frecuencias sonoras. En el caso particular de células cancerígenas que afectaban a la matriz, descubrió que ante determinados sonidos éstas tendían a desintegrarse 17. Según sus propias declaraciones, estos experimentos evidencian que la vibración del sonido desempeña un papel determinante en la transformación de la estructura celular, ya que actúa directamente en el ámbito más sutil del organismo humano. Basándose en estos descubrimientos, Maman experimentó con dos pacientes de cáncer de mama. La terapia consistía en utilizar el sonido de su propia voz, tres horas y media diarias durante un mes. Al cabo de dicho tiempo, a una de las dos pacientes el tumor le había desaparecido. La segunda paciente decidió someterse a una operación quirúrgica. Sorprendentemente, el cirujano observó que el tumor se había reducido y estaba completamente seco.

A principios de los ochenta, Fabien Maman realizó revolucionarios experimentos biológicos en la Universidad de Jussieu en París, que demostraron el impacto de los sonidos acústicos sobre células humanas y sus campos de energía. Fabien descubrió que, utilizando una serie de sonidos acústicos (400 Hz, 480 Hz), podía hacer estallar las células cancerígenas a la vez que se activaban y fortalecían las células sanas (http://www.tama-do.com/spanish/roothtmls/sp-aboutfabien.html). 17 Hay que tener en cuenta que los resultados obtenidos en experimentos con células aisladas, «in vitro», no pueden extrapolarse para las células en estado y condiciones normales que forman parte de los tejidos y órganos del cuerpo humano. Éstas están sometidas a infinidad de estímulos difícilmente replicables en los experimentos «in vitro». 16


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No cabe duda de que en este experimento, así como en muchos otros, la intención y el deseo de las pacientes, involucradas directamente en su propio proceso de curación, pudo ser muy importante, otorgando un mayor efecto a las frecuencias emitidas por su propia voz.

Me he preguntado muchas veces por qué no se divulgan más los estudios e investigaciones acerca de los efectos beneficiosos del sonido en el ser humano, aludiendo, por ejemplo, a los citados experimentos de Fabien Maman. Si la comunidad científica los analiza, los investiga y constata que pueden contribuir positivamente a nuevas terapias, opciones o alternativas para mejorar nuestra salud, ¿por qué no se divulgan y se aplican? Si, por el contrario, de su investigación no puede concluirse un resultado positivo pero se observan indicios de que pueda existir alguna interacción positiva, ¿no deberían dedicarse más recursos a su investigación? Y si finalmente se comprueba que son hechos que no pueden replicarse y se demuestra que no pueden aportar los beneficios que se citan, con más razón aún deberían divulgarse sus resultados para prevenir e informar a todos aquellos que confían en nuevos métodos o terapias para mejorar la salud, contribuyendo a evitar los posibles fraudes al respecto.

Uno de los profesionales médicos que más defiende las capacidades terapéuticas del sonido es el doctor Gaynor, director del departamento de Medicina Oncológica e Integrativa del Centro Strang-Cornell para la prevención del cáncer (Nueva York). De su conocido libro Los sonidos que curan (2001) extraigo los siguientes e interesantes párrafos:

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«La importancia del sonido es clave por sus propiedades curativas. Creo que el sonido puede desempeñar un papel en virtualmente cualquier desorden médico, puesto que repara los desequilibrios a cualquier nivel de funcionamiento fisiológico. En mi experiencia, el sonido es un instrumento tan poderoso para la relajación y la curación cuerpo/mente, como lo ha demostrado serlo la visualización guiada en los últimos veinte años. Además, creo que el sonido funciona en el nivel físico porque nos toca y transforma profundamente en los planos emocionales y espirituales. El sonido influye en el proceso de curación de diversas maneras: altera las funciones celulares mediante efectos energéticos; hace que los sistemas biológicos funcionen con más homeostasis; calma la mente y con ello el cuerpo, y tiene efectos emocionales que influyen en los neurotransmisores y los neuropéptidos, que a su vez ayudarán a regular el sistema inmunitario…»

A nivel físico el sonido no tiene secretos. Con las tecnologías actuales y el procesado digital se sabe a ciencia cierta qué es, cómo se transmite y cuáles son sus propiedades físicas. Por tanto, el sonido, como tal, no supone ningún misterio para la ciencia. El gran desconocido es y continúa siendo el cerebro; en definitiva, el ser humano. Profesionales reconocidos como el doctor John J. Ratey, profesor de psiquiatría en la Harvard Medical School y autor del libro A user’s guide to the brain (2002), afirman que el sonido, al igual que otros elementos que forman parte de nuestro entorno, es capaz de cambiar la interconexión física de las sinapsis en el cerebro.


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EL SONIDO : VIBRACIÓN Y ENERGÍA

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CURIOSIDADES Infrasonidos y ultrasonidos: aplicaciones

Las vibraciones acústicas son un poderoso instrumento, más de lo que por sí pueden aparentar. Determinadas aplicaciones son beneficiosas para nuestra salud, pero otras son perjudiciales y dañinas, pudiendo, en casos extremos, llegar a causar la muerte. Aplicaciones médicas Un ejemplo altamente beneficioso para la salud, en la gama de los ultrasonidos, es su aplicación como alternativa a la cirugía, en particular para el tratamiento de determinados tumores benignos y malignos. Es la tecnología conocida como High Intensity Focused Ultrasound (HIFU).

La medicina convencional también hace uso de las propiedades energéticas de las ondas acústicas (ultrasonidos) en algunas aplicaciones de diagnóstico (ecografías) y terapéuticas (destrucción de los cálculos en riñón, vejiga y vesícula). Con los últimos avances médicos, hoy día también se tratan tumores benignos y malignos con métodos menos invasivos (no se introduce ningún dispositivo ni agujas en el cuerpo del paciente) y sin apenas efectos secundarios. Es el caso de la tecnología de ultrasonidos High Intensity Focused Ultrasound (HIFU). Implantada en algunos países del mundo, ha sido la Mútua de Terrassa (Barcelona) la pionera en nuestro país, iniciando sus primeros exitosos tratamientos en el año 2008. HIFU es una tecnología terapéutica emergente para el trata-

miento de tumores sólidos de mama, renales, de vejiga, de páncreas, hepáticos y de próstata. Consiste en un tratamiento no invasivo que provoca la ablación térmica de tumores sólidos. En pocas palabras, el proceso es el siguiente: un haz de ultrasonidos de elevada frecuencia e intensidad se dirige a las diversas zonas del tumor, divididas en pequeños volúmenes (1 a 3 mm de diámetro y 8 a 15 mm de longitud). En tan sólo un segundo se alcanza, en el punto de impacto, una temperatura superior a 55ºC (puede llegar a más de 80 ºC), causando una necrosis coagulativa de las células impactadas. Es importante resaltar que los tejidos adyacentes no resultan dañados pues el área tratada es muy selectiva y precisa. Al terminar la sesión (2-3 horas), el tumor ya se ha reducido de tamaño y a los pocos meses, en el caso de tumores benignos, el tumor prácticamente ha desaparecido 18.

Según puntualiza el doctor Manuel Álvarez del Castillo, director médico de la Mútua de Terrassa, con relación a la tecnología HIFU, «el tratamiento ante los tumores malignos ofrece dos vías de actuación. En unos casos el objetivo es curativo, mediante la ablación total, con lo cual el tumor desaparece, y en otros casos se opta por un tratamiento paliativo, reduciendo el tamaño del tumor y mejorando la calidad de vida y alargamiento de ésta. Referente a los tumores benignos, la finalidad es su desaparición, por ejemplo en los adenomas de mama, y en otros casos la actuación se dirige hacia la reducción de su tamaño, evitando cirugías más agresivas (miomas, etc.), y su posterior “shrink” tumoral o reducción por contracción». 18 L. Navarro, Ultrasò focalitzat d’alta intensitat (HIFU) en el tractament del càncer hepàtic. Barcelona: Agència d’Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdiques Servei Català de la Salut, Departament de Salut, Generalitat de Catalunya, 2008.


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Todos los seres humanos «sentimos» la música. Excepto aquellas personas que presentan determinadas deficiencias neurológicas, todos apreciamos la música: los tonos, los timbres, la melodía, la armonía, el ritmo. Es algo innato o genético, de forma similar al lenguaje, por lo que podríamos afirmar que los humanos somos una especie tan lingüística como musical. El doctor Mark Tramo, músico, compositor, neurólogo y director del Institute for Music & Brain Science Harvard Medical School, está convencido de que «la música está en nuestros genes» 14. La música no es sólo parte de nuestra cultura sino que forma parte también de nuestra naturaleza, por eso todos tenemos el don de la música. No se trata de tener más o menos habilidades musicales, sino de considerarla como un medio o nexo de unión con los otros, tal como ocurría en las antiguas sociedades ancestrales donde todos, sin exclusión, participaban de ella cantando y bailando sin importar las destrezas individuales. Lo importante era la celebración, potenciar el sentimiento de grupo, a través del movimiento y de la música. Las últimas investigaciones apuntan a que los bebés ya vienen al mundo con preferencias musicales. Comienzan a responder a la música desde el útero materno y a los cuatro meses se retuercen cuando perciben notas disonantes al final de una melodía. Los científicos consideran que estas respuestas son evidencias de que ciertas reglas de la música están ya conectadas, cableadas en el cerebro.

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MÚSICA Y NEUROCIENCIA

cos están empezando a desvelar

ción de los bebés recién nacidos

este misterio. Una investigación lle-

seguían siendo un misterio

vada a cabo por el proyecto

Gracias al proyecto EmCAP

EmCAP de la Unión Europea ha re-

de la Unión Europea se ha podi-

velado que los bebés tienen sen-

do desentrañar en parte este mis-

sibilidad para distinguir tonos mu-

terio. EmCAP (siglas de Emergent

sicales desde que nacen, es decir,

Cognition through Active Percep-

que la capacidad musical humana

tion) es un proyecto de investiga-

no se deriva de la experiencia,

ción desarrollado entre 2005 y

como se creía hasta ahora, sino

2008, que ha aunado los esfuer-

que tiene un componente innato.

zos de neurocientíficos y técnicos

Utilizando el encefalograma, los in-

musicales para realizar experi-

vestigadores comprobaron que los

mentos con bebés y música.

cerebros de los recién nacidos

En los experimentos, publica

reaccionaban a cualquier variación

la agencia CORDIS de la UE, los

en las expectativas rítmicas presen-

bebés dormidos fueron conecta-

tadas, esto es, que eran sensibles

dos a un encefalograma (EEG),

a los cambios en la música. Co-

que es un instrumento que regis-

nocer a fondo cómo procesa el

tra la actividad eléctrica del cere-

cerebro humano la música per-

bro mediante electrodos coloca-

mitirá desarrollar nuevos trata-

dos en el cuero cabelludo.

mientos para problemas de au-

Después, se hizo sonar una

dición, y también crear sistemas

música, en concreto secuencias to-

artificiales inteligentes capaces de

nales simplificadas, para saber a

procesar la música como nuestro

qué tipo de patrones eran sensi-

cerebro.

bles los recién nacidos, y si éstos

Los bebés distinguen patrones

Poco se sabía hasta ahora sobre la

Hasta hace poco, no se sabía

predecirían qué tono o secuencia

y variaciones musicales

percepción de los bebés recién na-

casi nada sobre la percepción de

sería la siguiente, basándose en las

mientras duermen

cidos, pero los avances tecnológi-

los humanos cuando nacemos y, a

escuchadas hasta el momento.

Esta institución se dedica a investigar la relación de la melodía, la armonía y el ritmo con las emociones y sentimientos que producen, a nivel de las células cerebrales. 14

pesar de que la percepción de los

Tal y como explica Susan Den-

adultos ha sido investigada am-

ham, una de las autoras de esta in-

pliamente, los patrones de percep-

vestigación, en el comunicado de


SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

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CORDIS, las secuencias de sonido

durante años con adultos para

presentadas a los bebés variaban

medir la detección preconscien-

en el «color», como si las emitiesen

te de hechos inesperados, rara

diversos instrumentos, pero man-

vez se había utilizado con bebés

tenían siempre el mismo tono.

recién nacidos. La gran ventaja de

De vez en cuando, se hacía so-

esta técnica es que se puede uti-

nar un tono diferente, y se compro-

lizar incluso cuando la persona es-

baba con el EEG si los cerebros de

tudiada está inconsciente.

los bebés habían producido una

Por eso no resultó un proble-

reacción distinta como consecuen-

ma para averiguar la actividad ce-

cia del desvío en el sonido. Prue-

rebral de los pequeños que éstos

bas similares fueron realizadas para

estuvieran durmiendo durante las

analizar también el grado de sen-

pruebas.

sibilidad de los niños a patrones melódicos y rítmicos.

MÚSICA Y NEUROCIENCIA

91

«... la música, desde luego, es sonido organizado y tiene potentes efectos emocionales que estimulan recuerdos, asociaciones y estados psicológicos altamente desarrollados con un claro impacto en nuestros sistemas de curación» (Gaynor, 2001).

Esta influencia ha sido objeto de estudio a lo largo de la historia de la música, y es la base de su aplicación para tratamientos, entre otros muchos, de determinados trastornos depresivos, estados de agitación y de ansiedad. Según Ibarrola (2008), «la música es una forma de sonido profundamente comunicativa, que tiene poderes terapéuticos aplicados desde la antigüedad». Es evidente que no respondemos todos de la misma forma. Las reacciones emocionales varían incluso entre los propios músicos o entre aquellos, como los melómanos, para quienes la música es una parte esencial en sus vidas.

Y. MARTÍNEZ,

Según Denham, mientras que

http://gipemblog.wordpress.com/

este tipo de técnica se ha usado

5 de octubre de 2009

¿CÓMO NOS AFECTA LA MÚSICA?

La música es un estímulo que enriquece los procesos sensoriales, cognitivos (como el pensamiento, el aprendizaje y la memoria) y motores, además de fomentar la creatividad. Pero quizás el mayor poder de la música sea el afectivo, su capacidad para influir y provocar determinados estados emotivos en los oyentes: evoca recuerdos, infunde alegría, induce a estados de relajación y de serenidad, despierta nuestra espiritualidad… Éstos son algunos de los efectos que seguramente habremos experimentado en más de una ocasión, y por ello resulta casi imposible impedir que la música llegue a nuestro corazón.

Se ha comprobado con neuroimágenes que la música activa las mismas áreas cerebrales que las que intervienen en el tratamiento de las emociones. De ahí surge la tesis de que la música no evoca simplemente emociones en función de nuestra experiencia personal, sino que las provoca de forma intrínseca.

La música afecta a todas nuestras dimensiones: la física o corporal, la mental, la emocional y la espiritual. Eric Jensen, educador y escritor especializado en el cerebro, opina que la música eleva la estructura molecular de nuestro cuerpo. La música tiene sus propias frecuencias vibratorias que o resuenan o chocan con los propios ritmos de nuestro cuerpo. Cuando los dos resuenan en la misma frecuencia nos sentimos «en sintonía», y es entonces cuando aprendemos mejor y estamos más conscientes y alertas. Resume, muy adecuadamente, los efectos potenciales de la mú-


SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

92

sica en la mente y en el cuerpo: aumenta la energía muscular y la energía molecular, afecta al ritmo cardiaco, altera el metabolismo, reduce el dolor; acelera la sanación y la recuperación de pacientes que han pasado por el quirófano, ayuda en la descarga de emociones, y estimula la creatividad, la sensibilidad y el pensamiento 15.

Son conocidos los cambios que afectan al pulso, a la presión sanguínea y a la respiración. Quizás por ello, la neurolingüista Beatriz Cés afirma que es muy relajante leer con música barroca de fondo, ya que sus compases tienen los mismos ritmos internos del cuerpo: la respiración y el latido del corazón. Igualmente, se han constatado cambios en la función endocrina que afectan al metabolismo en la biosíntesis de algunos procesos enzimáticos 16. La reacción de los fetos cambia según el tipo de música. «Se ve en las ecografías que les gustan Mozart y Vivaldi. En cambio, no les gustan el rock, el hard rock o el jazz», afirma el psiquiatra Thomas Verny 17.

Si experimentamos sensaciones de alegría o tristeza al escuchar música, el sistema nervioso actúa aumentando o disminuyendo la sudoración, lo cual puede detectarse midiendo la conductividad eléctrica de la piel. Estas reacciones fisiológicas son independientes de juicios subjetivos, por lo que puede deducirse que el receptor no necesariamente tiene conciencia del efecto que la música produce en él. Sus efectos sobre determinados procesos cognitivos son, también, aceptados universalmente: «La música desarrolla la capaciM. Seleme, «El efecto de la música en nuestro cerebro», http://www.childrenofthenewearth.com, 13 de agosto de 2009. 16 J. Jarque, «Más que nanas», La Vanguardia, Es, p. 30, 7 de marzo de 2009. 17 http://www.elpais.com/articulo/salud/fetos/prefieren/Mozart/les/gustan/jazz/rock/ elpepusal/20100518elpepisal_2/Tes. 15

MÚSICA Y NEUROCIENCIA

93

dad de atención y favorece la imaginación y la capacidad creadora; estimula la habilidad de concentración y la memoria a corto y largo plazo y desarrolla el sentido del orden y del análisis. Facilita el aprendizaje al mantener en actividad las neuronas cerebrales, y ejercita la inteligencia, ya que favorece el uso de varios razonamientos a la vez al percibir diferenciadamente sus elementos y sintetizarlos en la captación de un mensaje integrado, lógico y bello» (Poch, 1999). Otras investigaciones explican el estado que se alcanza de bienestar y hasta de euforia por el aumento de los opiáceos propios del cerebro, las endorfinas. El sistema nervioso central aumenta su producción así como la de otros neurotransmisores (dopamina, acetilcolina, oxitocina). De las endorfinas se ha descubierto que dan motivación y energía ante la vida, que producen alegría y optimismo, que disminuyen el dolor y contribuyen a la sensación de bienestar, a la vez que estimulan los sentimientos de gratitud y satisfacción existencial.

Varios estudios, por ejemplo, han

hubo un aumento individual de

demostrado que escuchar una

hasta el 15 por ciento de resisten-

canción durante el ejercicio físico

cia y un mejor estado de ánimo,

aumenta la resistencia y el rendi-

ocasionando que la experiencia

miento. Así se constató en una in-

del ejercicio fuera más placente-

vestigación realizada en Londres,

ra. La investigación fue coordina-

por científicos de la Brunel Uni-

da por el psicólogo experto en

versity, a un grupo de 30 personas

deporte Costas Karageorghis,

que corrían en una cinta desliza-

quien en experimentos pasados

dora mientras escuchaban una se-

también demostró que los atletas

lección de canciones (Queen, Red

que corrían mientras escuchaban

Hot Chile Peppers y Madonna).

música «sincrónica», es decir,

Los resultados mostraron que

aquella en la que el ritmo se ajus-


94

SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

ta con los movimientos de su

levantar pesas más pesadas», dijo

cuerpo, podían soportar cinco ve-

Karageorghis al periódico inglés

ces más esfuerzo que quienes no

Times.

escuchaban nada. «El tono ade-

http://www.semana.com/noti-

cuado puede ayudar a cualquier

cias-vida-moderna/todo-volu-

persona a correr más rápido o a

men/135893.aspx

Según afirma Olivia Dewhurst-Maddock (1993) en su obra El libro de la terapia del sonido. Cómo curarse con la música y la voz, «la música puede saltarse los filtros lógicos y analíticos de la mente, para establecer un contacto directo con sentimientos y pasiones escondidos en lo más profundo de la memoria y de la imaginación. Esto provoca, a su vez, unas reacciones físicas». ¿Será ésta la razón de que aquellas personas que han padecido accidentes cerebrovasculares y no pueden hablar pero sí cantar, cuando escuchan determinadas canciones, no pueden reprimir sus lágrimas al ser conscientes de ello? La música, como se observa, puede alcanzar zonas o niveles cerebrales más profundos que el lenguaje. Recordemos que Platón afirmaba que «la música era para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo», reconociendo que poseía determinadas cualidades o propiedades que incidían en nuestras dimensiones emocional y espiritual. La música puede tener un efecto relajante y apaciguar nuestro espíritu. Así lo recoge la Biblia en el Primer Libro de Samuel (16, 16-23) cuando cita el consejo que le dieron a Saúl: «Ordene usted a estos servidores suyos que busquen a alguien que sepa tocar la cítara, para que, cuando le ataque a usted el espíritu maligno, él toque el arpa y usted se sienta mejor». Pero la música también puede ser enérgica, provocar nerviosismo y agresividad, utilizándose para estimular y preparar a los soldados en combate:

MÚSICA Y NEUROCIENCIA

95

«Escuchar música te vuelve agresivo cuando necesitas estarlo. Sabes que vas a salir y te van a disparar. No importa si no pasa nada, es sólo estar preparado para una eventualidad», dijo el sargento primero C. J. Grisham en una de las entrevistas para el estudio dirigido por Jonathan Pieslak, investigador del City College de Nueva York. Otro soldado dijo que escuchaba a Slayer, un grupo de trash metal, porque el sonido le recordaba el de un arma. El poder de la música era tal que algunos dijeron que ciertos temas los convertían en monstruos, y que los llevaban a cometer actos inhumanos 18.

La utilización de la música en la guerra no es una práctica nueva. Desde la antigüedad, los ejércitos han utilizado tambores y cuernos en el campo de batalla para guiar y motivar a las tropas. Recordemos cómo, en el siglo pasado, los soldados nazis eran estimulados con música de Wagner. Pero, además, la música no afecta únicamente al ser humano, sino a todos los seres vivos, tal como se ha demostrado en multitud de experimentos con animales y plantas.

Con música clásica las gallinas ponen más huevos y las vacas dan más leche. Si se experimenta con música rock, se observa una disminución tanto de la puesta de huevos como de la producción de leche 19. 18 Investigación que comenzó en el año 2004, entrevistando a varios soldados estadounidenses de la primera generación de combatientes con reproductores portátiles, como iPods o mp3, sobre la música que escuchaban durante su permanencia en Irak. Los resultados de este trabajo fueron publicados en el libro Sound targets: american soldiers and music in the Iraq War. 19 Música clásica, como la Sinfonía Pastoral de Beethoven, y canciones populares como Bridge Over Troubled Water (de Simon & Garfunkel), Moon River (Danny Williams), Everybody Hurts (del grupo REM), What a difference a day makes (Aretha Franklin) y Perfect Day (Lou Reed) incrementan la producción lechera, según investigaciones de Adrian North y Liam Mackenzie de la Universidad de Leicester, Inglaterra (http://www.le.ac.uk/).


112

SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

insoportable. Necesitamos de una cierta dosis de sonidos para nuestro equilibrio físico y psíquico». No estamos preparados ni diseñados para vivir en completo silencio. El ser humano siempre ha vivido en un entorno de vibraciones, con un sistema de percepción capaz de percibir «sonidos». Posiblemente, para adaptarnos a una vida en constante silencio, deberíamos sufrir un proceso de evolución de cientos o miles de años. Aun así, creo que podría llegar a ser excesivamente monótono y aburrido, ¿no te parece?

3 LAS

TERAPIAS MUSICALES: FUNDAMENTOS Aquel que conoce el secreto del sonido, conoce el misterio de todo el universo. HAZRAT INAYAT KHAN

LA MUSICOTERAPIA

La American Music Therapy Association (AMTA) define la musicoterapia como «una profesión, en el campo de la salud, que utiliza la música y actividades musicales para tratar las necesidades físicas, psicológicas y sociales de personas de todas las edades. La musicoterapia mejora la calidad de vida de las personas sanas y cubre las necesidades de niños y adultos con discapacidades o enfermedades. Sus intervenciones pueden diseñarse para mejorar el bienestar, controlar el estrés, disminuir el dolor, expresar sentimientos, potenciar la memoria, mejorar la comunicación y facilitar la rehabilitación física». Otras interesantes definiciones que podemos encontrar en las obras de diversos autores son las siguientes: «La musicoterapia es una especialidad orientada a la apertura de los canales de comunicación por medio del sonido, la música, el gesto, el movimiento, el silencio, en un contexto no-verbal de la terapia, situando estas técnicas en relación al contexto verbal» (Mutti, 1998).


114

SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

«La musicoterapia consiste en la aplicación de sonidos y música en el desarrollo de una relación entre paciente y terapeuta para favorecer y posibilitar el bienestar físico, mental y emocional» (Bunt, 1994).

Una de las diferencias que he observado en las definiciones anteriores es la mención explícita del uso de sonidos, además de la música, lo cual no siempre aparece claramente diferenciado. Quizás sea una de las causas de que, en la práctica, existan dos disciplinas paralelas, idénticas en cuanto a los objetivos a conseguir pero diferenciadas en cuanto a su materia «prima» (sonido o música) y a la metodología aplicada. Son conocidas como musicoterapia y sonoterapia, y esta última también como vibroacústica, sonidoterapia o terapia de sonido. Aunque personalmente considero que la musicoterapia debería abarcar cualquier procedimiento terapéutico que utilice la vibración audible, ya sea sonido o música, hay distintas opiniones que consideran como musicoterapia únicamente aquellas técnicas terapéuticas basadas en «música» (sonido organizado con ritmo, armonía, pausas...), y remiten a la sonoterapia el uso exclusivo de «sonidos». Existen, sin embargo, otras diferencias cualitativas que ampliaremos y comentaremos más adelante. La música es un medio de comunicación que asocia, integra y evoca. A través de ella se establece una conexión con nuestra parte más interna facilitando que seamos conscientes de lo que sentimos. Si consideramos la enfermedad o la ausencia de salud como un bloqueo, una ruptura o una falta de comunicación, la música puede ayudar a tender los puentes para que fluya esa comunicación que se ha interrumpido y contribuir así al restablecimiento o mejora de la salud. Éste es el objetivo de la musicoterapia, disciplina científica joven y de gran complejidad, dado su objetivo de estudio, que repercute positivamente en nuestra parte física y psíquica.

LAS TERAPIAS MUSICALES : FUNDAMENTOS

115

Como ya hemos dicho en el capítulo anterior, el cerebro responde a los estímulos musicales mediante cambios bioquímicos y psicofisiológicos. En función de cómo sean dichos estímulos y en base a nuestras experiencias personales (culturales, formativas, expectativas), respondemos con emociones que, actuando sobre el sistema nervioso central, llegan a afectar a todo nuestro ser (por ejemplo, un aumento de la segregación de neurotransmisores, o de endorfinas, que incrementan nuestra «energía» y nos producen un gran bienestar). Las emociones actúan como catalizadores de los efectos, y éste es, según los expertos, el principal fundamento de la base terapéutica de la musicoterapia. La aplicación terapéutica de la música tiene una larga historia, pues prácticamente se inició con la aparición del hombre en el planeta. Es conocido que las grandes culturas ancestrales hacían uso de bases rítmicas y sonidos repetitivos como medio para inducir estados de conciencia con fines terapéuticos. En aquellos tiempos, los sonidos y la música tenían un carácter mágico-religioso y se utilizaban como una herramienta medicinal. En la actualidad, la musicoterapia abarca un amplio campo de aplicaciones en relación con diversos trastornos, desequilibrios y enfermedades, dirigidas a personas de todas las edades. Sus efectos terapéuticos son el resultado de una aplicación profesional, metodológica o sistemática de la misma. Existen muchas ventajas en la práctica correcta de esta disciplina terapéutica. Su aplicación es indolora, con pocas contraindicaciones, apenas presenta efectos secundarios y resulta altamente rentable en comparación con otros tratamientos más convencionales. «Cuando los recursos físicos o psíquicos de una persona no le permiten comunicarse con facilidad ni llevar una vida normal, su papel en su entorno social se ve afectado. Y cuando esta dificultad


116

SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

es grave, su personalidad queda con muy poca capacidad de expresión. Sin embargo, cualquier sonido o movimiento que pueda producir puede convertirse en protagonista musical. De allí surgen diálogos, aparecen chistes y florecen las ganas de disfrutar y de experimentar. En este contexto, donde la música aporta alegría y capacidad donde hace falta, es un privilegio ser musicoterapeuta» (Catherine Clancy, musicoterapeuta especialista en parálisis cerebral).

En España existen referencias de sus primeras aplicaciones durante los años veinte, en algunos sanatorios psiquiátricos de Madrid, pues en su inicio se aplicó a determinados tratamientos psíquicos. Sin embargo, fue a partir de los años setenta cuando empezó a extenderse gradualmente por todo el país, ampliándose los horizontes y ámbitos de sus aplicaciones hasta abarcar los actuales (educación, geriatría o salud mental, entre otros). Hoy día comienza a ser frecuente la presencia de la musicoterapia en clínicas, hospitales y centros de salud donde los musicoterapeutas colaboran junto a los profesionales médicos en diversos tratamientos para una amplia gama de enfermedades. Por ejemplo, en disfunciones neurológicas, mentales y cerebrovasculares, en trastornos de comunicación, autismo, hiperactividad y problemas de aprendizaje, en estados depresivos y de ansiedad, como herramienta de mejora para el estrés y el dolor, para el tratamiento de problemas emocionales y discapacidades motrices, así como en neonatología y oncología, entre otras 1. En el Hospital Saint Agnes de Baltimore, los enfermos de la unidad de cuidados intensivos escuchan música clásica. «Media hora de música clásica ha producido el mismo efecto que diez miligramos Una descripción más detallada de la musicoterapia y sus efectos puede consultarse en mi obra Música y neurociencia: la musicoterapia. Sus fundamentos, efectos y aplicaciones terapeúticas (UOC, 2008). 1

LAS TERAPIAS MUSICALES : FUNDAMENTOS

117

de Valium», afirma el doctor Raymond Bahr, director de la unidad coronaria 2. Estudios similares, con conclusiones parecidas, han sido efectuados en Barcelona (Hospital Universitario de la Mútua de Terrasa) a cargo del anestesiólogo doctor Pere Berbel.

Uno de los mayores logros de la musicoterapia es la capacidad de evocación de recuerdos a través de las melodías. Por ello es sumamente útil para estimular recuerdos aparentemente olvidados por aquellos que padecen pérdida de memoria, como los afectados por la enfermedad de Alzheimer. «Los beneficios de la música a veces se exageran y otras se niegan. Puede ser clave para un espectro de pacientes muy amplio, aquejados de demencia o Alzheimer, entre otras enfermedades. Lo descubrí por primera vez durante el tratamiento de mis pacientes que reflejé en mi libro Despertares, los cuales sólo se liberaban y adquirían movilidad cantando y danzando bajo el estímulo de las notas musicales» (Oliver Sacks, neurólogo).

A grandes rasgos, otros factores en los que se basa la efectividad de la musicoterapia, al margen del emocional, son: el atencional (útil en el tratamiento del autismo y la hiperactividad por déficit atencional), el conductual (la estimulación rítmica se aplica en la mejora de problemas motores o para facilitar el aprendizaje de nuevas conductas), el comunicativo (facilita competencias de interacción interpersonal y de cohesión grupal) y el cognitivo (puede favorecer el cambio de determinadas cogniciones subjetivas y significados mediante técnicas de musicoterapia de imaginación guiada) 3.

2 M. Prieto, http://www.sanacenter.com/2009/09/la-entonacion-y-la-musicoterapia. html, 1 de octubre de 2009. 3 M. Moreno y P. Flores, «Música y emoción», en D. Alonso et al. (2008), El cerebro musical, Universidad de Almería.


SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

118

Existen muchísimos estudios e investigaciones que avalan y constatan los resultados beneficiosos de la musicoterapia, que es reconocida y aceptada como disciplina terapéutica por la comunidad científica.

En rehabilitación de pacientes que han perdido la capacidad de hablar (afasia de Broca) por una lesión de determinadas zonas del hemisferio izquierdo (lóbulo frontal), se les ayuda con terapia melódica entonacional a readquirir de nuevo el lenguaje a través del canto, aumentando así la participación del hemisferio derecho en el habla 4.

LAS TERAPIAS MUSICALES : FUNDAMENTOS

119

bienestar de los pacientes. La mu-

la unidad de cuidados intensivos

sicoterapia ha cuajado bastante

que demuestran que los pacien-

últimamente en hospitales pediá-

tes se encontraban mejor y más

tricos y geriáticos como trata-

relajados. Por tanto, es una tera-

miento coadyuvante a la terapéu-

péutica útil y que puede ser coad-

tica», dice Francisco Ruza, jefe del

yuvante de las terapéuticas están-

Servicio de Cuidados Intensivos

dar», concluye Ruza.

Pediátricos y Urgencias del Hos-

En función del estado de áni-

pital Infantil de La Paz, en cuyo

mo del niño se le aplicaban tera-

servicio se ha implantado esta téc-

péuticas musicales tranquilizantes,

nica y se han realizado varios es-

con una música suave y pausada

tudios para demostrar si efectiva-

destinada a reducir su grado de

mente produce beneficios en la

irritabilidad, o por el contrario si

salud y mejora la situación de los

estaban deprimidos se le ponía

pacientes.

una música estimulante para ani-

La música sumada a la terapia

los ámbitos psicológico, físico,

mejora el confort del paciente

emocional, social y cognitivo. Se

Uno de los trabajos realizados

marle y mejorar las ganas de vivir

trata, por tanto, de conseguir que

en La Paz, y tema de una tesis

y de colaborar. La música también

La musicoterapia como coadyu-

la música tenga una aplicación te-

doctoral recién presentada en la

se ha implantado en los servicios

vante de las terapias médicas ayu-

rapéutica aunque no curativa, se-

Universidad Autónoma de Ma-

pediátricos de oncología, tras-

da a mejorar el estado del pacien-

gún explica Miguel Hernáez, musi-

drid, ha analizado la aplicación de

plantes, hemodiálisis y hemato-

te, su confort y la calidad de vida,

coterapeuta, a propósito de su

la música en lactantes entre 0 y 6

oncología, y ha comenzado a apli-

e influye en su rehabilitación, se-

conferencia «La música como tera-

meses ingresados en cuidados in-

carse en adultos con problemas

gún explican Francisco Ruza, del

pia medicinal», como primera po-

tensivos por patologías muy gra-

neurológicos.

Hospital La Paz, y Miguel Hernáez,

nencia del ciclo cultural El Arte de

ves. «Los resultados demuestran

musicoterapeuta.

la Medicina, que comenzó ayer en

que sí mejora la situación de los

Otras aplicaciones

La musicoterapia utiliza las pie-

el Colegio de Médicos de La Rioja.

niños, ya que se registró una me-

Según Hernáez, los efectos

zas musicales para conseguir dife-

«Es una herramienta más que

jora de la frecuencia cardiaca y de

son multidimensionales: «Sus be-

rentes resultados terapéuticos en

colabora a mejorar el estado de

la frecuencia respiratoria, e inclu-

neficios físicos pueden dirigirse a

so de la saturación de oxígeno,

pacientes que necesitan realizar

que se incrementa. Hay una serie

una rehabilitación física, que pa-

de parámetros objetivos y unos

decen dolor crónico o traumas fí-

test de confort que se aplican en

sicos. La música puede ayudar des-

J. Ramos, «El cerebro y la música», http://www.avizora.com/publicaciones/musica/textos/0029_cerebro_musica.htm, 29 de abril de 2008 (consultado el 8 de mayo de 2010). 4


SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

120

inhibiendo a la persona para que

Muchos servicios hospitalarios

trabaje mejor con su cuerpo y se

ya utilizan la musicoterapia para

sienta mejor o realizando determi-

la rehabilitación o terapia de sus

nados ejercicios y movimientos».

pacientes, como el Hospital de

En función del tipo de músi-

Día del Servicio de Geriatría del

ca, los pacientes experimentan un

Hospital Clínico (ver DM 5-II-

aumento o reducción de la respi-

2009), mientras que en el Hospi-

ración, del pulso, de las ondas ce-

tal General de Valencia se aplica

rebrales y de la actividad muscu-

unida a psicoterapia y a ejercicios

lar. Por otro lado, «con pacientes

de relajación para ayudar a los pa-

autistas se consiguen grandes

cientes con enfermedad inflama-

progresos en la comunicación ver-

toria intestinal a canalizar sus

bal y no verbal y en el comporta-

emociones, a mejorar su calidad

miento; en hiperactividad se con-

de vida y a asumir su patología.

sigue que los pacientes canalicen la energía y las emociones. Salen

I. GALLARDO, Diario Médico,

relajados de las sesiones y se en-

http://www.ericlegras.word-

cuentran mejor. En el aspecto

press.com/2009/09/22/la-musica-su-

cognitivo, en pacientes con Alz-

mada-a-la-terapia-mejora-el-confort-

heimer ayuda a trabajar la memo-

del-paciente/,

ria y mejora la comunicación».

22 de septiembre de 2009

El musicoterapeuta

Es el profesional especializado en la aplicación terapéutica de la música, por lo que debe estar formado adecuadamente en las distintas disciplinas objeto de su ámbito de actuación. Son imprescindibles conocimientos musicales (instrumentos, voz), de psicología, y considero muy convenientes nociones básicas sobre determinados aspectos médicos. No olvidemos que el procesamiento de la música y sus efectos dependen de la actividad del sistema nervioso

LAS TERAPIAS MUSICALES : FUNDAMENTOS

121

central, de tal manera que si se quiere comprender la forma en que la música actúa sobre el ser humano, es importante conocer cuáles son los mecanismos psicofisiológicos que subyacen a su percepción, reconocimiento e interpretación. En realidad, pues, todas aquellas disciplinas relacionadas con el conocimiento del ser humano serían las aconsejables para la formación de un buen especialista. El musicoterapeuta tiene una gran responsabilidad, pues como profesional de la salud se relaciona y trata con el ser humano, en todos sus niveles o dimensiones. Es importante que posea sensibilidad, que sea respetuoso y muestre una buena disposición, actitud e intención en todos sus actos. Pensemos que los instrumentos musicales y las distintas técnicas que utiliza son un «medio», un vehículo por el que se canaliza la comunicación verbal y no verbal en toda su amplitud y contenido. Como en todo proceso de relación humana, y especialmente relevante en el campo de la salud, es necesario que exista una buena dosis de confianza entre el profesional y su paciente, ya que ésta actúa como fuerza dinamizadora de cambio facilitando y contribuyendo positivamente a una mejora del proceso terapéutico. Según relata Boyce, citando a Condon (1980), «el establecimiento de la comunicación entre terapeuta y paciente es esencial para la eficacia de la terapia. Esto se consigue gracias al proceso de sincronización interactiva, característico de la comunicación humana en general. Puesto que el ritmo es la forma en que se organiza esta sincronía, la música juega un papel muy importante».

En su aplicación terapéutica, un sonido, una canción o una melodía pueden producir distintas respuestas: motriz (bailar), emotiva (llorar), física u orgánica (relajación), de comunicación verbal o no verbal (grito, gesto) o de conducta (aprendizaje). Todas ellas se interrelacionan y es función del musicoterapeuta activar todas o cada una de ellas para obtener en cada caso la respuesta deseada.


4 EL

SER HUMANO Y LA ESPIRITUALIDAD La música es el principal medio para despertar el alma, no existe nada mejor. La música es el camino más corto y más directo hacia Dios. HAZRAT INAYAT

definiciones acerca de qué es la espiritualidad. Etimológicamente, la palabra proviene de la raíz latina spiritus, que significa «aliento», en referencia al aliento de la vida. Koening et al. (2001), en su libro Handbook of Religion and Health, definen la espiritualidad como «la búsqueda de lo sagrado y lo divino a través de cualquier experiencia de la vida», es decir, la habilidad de encontrar lo sagrado en lo ordinario, y también como «la búsqueda personal para encontrar respuestas a preguntas esenciales de la vida acerca del significado y relaciones con lo sagrado y trascendente». En términos más prácticos y cotidianos podemos interpretar la espiritualidad como el sentido que damos a las cosas. Es lo que nos ayuda a valorar lo esencial que une a las personas, más allá de sus diferencias. La espiritualidad es la manera como la gente entiende y vive su vida, en la búsqueda de su significado y valor, incluyendo un estado de paz y armonía. Así, cualquier actividad podemos contemplarla como tal, sin más, o por el contrario, formando parte de algo más grandioso.

E

XISTEN MUCHAS


134

SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

Según Xavier Jauset, sacerdote, doctor en derecho canónico y rector de la Parroquia del Pilar de Lleida, la espiritualidad podría entenderse, de forma generalizada, como una actitud frente a la vida que le da sentido y unifica la propia existencia. De forma similar, el padre Laurence Freeman, monje benedictino, define la espiritualidad como «una manera de vivir con el corazón abierto las veinticuatro horas del día»1.

Si bien muchas personas creen que para ser «espiritual» hay que ser religioso, no es realmente así. No hay que confundir ambos términos. La religión es un fenómeno social pero la espiritualidad es una actitud individual. La espiritualidad puede existir sin religión, pues no es patrimonio de ésta, pero la religión no puede existir sin espiritualidad. Un ateo puede ser espiritual y un monje franciscano es espiritual, pues la religión implica, de facto, la espiritualidad. Sin embargo, para ser espiritual no se requiere seguir una determinada religión, ni tener ciertas creencias, ni tener un «maestro», ni ser fanático de alguna idea en particular, ni tan siquiera formar parte de un grupo místico o de una asociación esotérica. «No hace falta tener fe en un Dios para participar de lo sobrenatural. La mayoría de la gente, según multitud de encuestas efectuadas, cree en algo indemostrable, ya sean ateos o no», apunta Bruce Hood, psicólogo de la universidad de Bristol.

Los seres humanos tenemos una predisposición universal al aprendizaje del lenguaje, de la música y de la religión, estando condicionada por el lugar de nacimiento, por nuestro entorno y por nuestra cultura. No cabe duda de que el hombre es religioso por nahttp://susanatopasso.blogspot.com/2010/01/una-charla-con-el-padre-laurence. html (consultado el 6 de enero de 2010). 1

EL SER HUMANO Y LA ESPIRITUALIDAD

135

turaleza. Los nativos americanos, por ejemplo, manifiestan su espiritualidad con un profundo respeto hacia la naturaleza, hacia la madre Tierra y a todo lo que ha sido creado. Para ellos todo es sagrado —según palabras de Mónica Ferrer-Vidal, arqueóloga y pintora—, pues consideran que las cosas, los animales y las personas están relacionados o conectados física y espiritualmente. Lo que parece que está claro —afirma el neurocientífico español Francisco Rubia— es nuestra tendencia genética a la espiritualidad. La sensación de trascendencia y de unicidad es inherente al ser humano. En cada uno de nosotros, cualquiera que sea nuestra denominación confesional (ateo, cristiano, musulmán, budista…), existe el potencial de acceder a niveles más evolucionados o elevados de la conciencia espiritual. Eso sí, alcanzar esos estados requiere un proceso que cada cual inicia cuando «siente» esa necesidad de búsqueda, de introspección hacia su dimensión más sutil y desconocida. Es un itinerario no exento de dificultades que habrá que sortear a medida que nos afianzamos en las distintas etapas del recorrido hasta alcanzar, si lo conseguimos, al destino final. La espiritualidad es un camino que, como tantos otros, se hace andando..., palabras que recuerdan el famoso poema de Antonio Machado, tantas veces citado por Joan Manuel Serrat en sus conciertos («Caminante no hay camino, se hace camino al andar...). Pero es así. Se necesita voluntad, constancia, altruismo, sacrificio, desapego y otras muchas virtudes para avanzar paso tras paso, sin desistir en el empeño. Es un proceso largo que requiere de toda una vida para la mayoría de los mortales. Según M.ª Àngels Arnau, terapeuta holística, «podemos hablar de trascendencia o espiritualidad cuando se produce una vivencia interior difícil de expresar con palabras. Los rituales y la música son las herramientas que mejor pueden expresar los aspectos espiritua-


136

SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

EL SER HUMANO Y LA ESPIRITUALIDAD

les, ya que conectan directamente con la vivencia y transmiten la información despertándola y no explicándola. En este tipo de experiencias la mente lógica queda en un plano secundario».

Hay precisos instantes en nuestras vidas, durante la juventud, en la madurez o por periodos de crisis personales, en los que reflexionamos acerca del sentido de la vida. Necesitamos tener la sensación de que hay alguna dimensión adicional, ese espacio sobrenatural, algo que trasciende y va más allá de la razón y que en definitiva lo hace todo más humano. Nos preguntamos, ¡cómo no!, sobre la existencia de Dios, si ésta es externa y cómo podemos llegar a Él. A veces, es mejor esperar que buscar. Es lo que decía Krishnamurti, tal como cita Riso (2008) en su libro Pensar bien, sentirse bien: «… para encontrar a Dios no hay que salir a buscarlo, más bien hay que esperarlo: dejar la casa en orden (mente), abrir las puertas y ventanas (sentidos limpios y sin distorsiones), y entonces, sólo entonces, si somos afortunados, lo otro, lo sagrado, hará su aparición».

Pero quizás este Ser Supremo se encuentra más cerca de lo que creemos, y está en cada uno de nosotros. Recordemos aquella famosa frase de Jesús: «El Reino de Dios está dentro de vosotros», o bien observemos cómo determinadas filosofías propician la búsqueda y el crecimiento interior para encontrar ese origen común, nexo de unión de todos los mortales. Si reconocemos humildemente esa posibilidad, nos facilitará que aceptemos también la parte divina que existe en todas y cada una de las personas. Eso nos hará mejores, aumentando nuestra propia responsabilidad y la que tenemos con los demás. De alguna forma, esto es lo que expresan determinadas protocolarias fórmulas de cortesía: Shalom, saludo judío que puede traducirse como «el Dios que hay en mí saluda al Dios que hay en ti», y el famoso Namasté de los hindúes, con el que reconocen el Buda que subyace en todos y cada uno de nosotros.

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Tal como afirma Crandall (2003) en su obra Musicoterapia, la autotransformación por medio de la música, «esa conciencia nos hace a todos iguales, sin jerarquías terrenales: no existen intérpretes ni oyentes, sólo una música que une las divinidades de ambos; tampoco existen maestros ni estudiantes, sino el intercambio de conocimientos entre dos alumnos, profesor y estudiante. Es un ideal a alcanzar que va en contra de nuestro propio ego y uno de los pasos en nuestra evolución y crecimiento espiritual».

En aquellas ocasiones que me he planteado las típicas preguntas existenciales de qué hacemos aquí y qué hay más allá de este mundo terrenal, preguntas que nos unen a todos (porque todos nos las hacemos) pero cuyas respuestas nos separan, me cuestiono: ¿cómo es posible que después de miles de años de existencia del ser humano, con tantos profetas, sabios, eruditos y científicos que han habitado este planeta, no haya una única respuesta? Quizás porque no exista una única respuesta sino muchas, y todas ellas con su parte de verdad. Creo que cada uno de nosotros tiene su propia respuesta y ésa es la única que nos sirve. Si estamos convencidos de ella, si realmente la creemos, si tenemos fe, ésa es nuestra verdad, la que nos ayudará a seguir y avanzar día a día, sorteando todas las dificultades que aparecen y que, en definitiva, forman parte del itinerario de nuestra vida. Existen otros caminos que el método hipotético-deductivo para llegar a la verdad, y posiblemente una prospección hacia nuestro interior podría explicarnos muchas cosas. Quizás por ello, Raimon Panikkar, metafísico y teólogo, reivindica los tres ojos del conocimiento, el sensorial, el racional y el místico, para obtener una visión completa de lo real 2.

2

J. Pigem, La Vanguardia, Cultura, p. 3, 5 de noviembre de 2008.


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SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

SONIDO, MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

El sonido y la música, desde los tiempos más remotos, han sido mecanismos o instrumentos comunes a todas las religiones que han facilitado, a través de ceremonias y rituales, la intensificación de la comunión del creyente con el poder divino, sin importar con qué nombre lo definamos. Ninguna cultura de nuestro mundo puede negar la divinidad de la música. Los cantos, rezos y plegarias, junto con la música instrumental, constituyen ingredientes comunes integrados en cualquier sistema de creencia espiritual y mística. ¿Acaso no nos hemos dado cuenta de que se canta rezando y se reza cantando? La constitución «Sacrosanctum Concilium» del Concilio Vaticano II cita los siguientes párrafos con relación a la sagrada liturgia, según expone el sacerdote Xavier Jauset: «La tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras, constituye una parte necesaria e integral de la liturgia solemne. En efecto –continúa el texto conciliar—, el canto sagrado ha sido ensalzado por la Sagrada Escritura, como por los Santos Padres, los Romanos Pontífices, los cuales, en los últimos tiempos, empezando por San Pío X, han expuesto con mayor precisión la función ministerial de la música sacra en el servicio divino». A su vez, el Catecismo de la Iglesia Católica, citando este texto conciliar, realza el sentido de la música: «El canto y la música cumplen su función de signos de una manera tanto más significativa cuanto más estrechamente estén vinculados a la acción litúrgica según tres criterios principales: la belleza expresiva de la oración, la participación unánime de la asamblea en los momentos previstos y el carácter solemne de la celebración. Participan así de la finalidad de las palabras y de las acciones litúrgicas: la gloria de Dios y la santificación de los fieles. Los cantos y la música son, concluye, como la lanzadera que hace que las manifestaciones de amor al

EL SER HUMANO Y LA ESPIRITUALIDAD

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Creador alcancen un nivel mucho más elevado al que hubieran llegado por sí solas las palabras por sublimes que sean».

La música y la vida espiritual van juntas, se complementan. A través de la música, podemos profundizar en nosotros mismos, en la búsqueda del autoconocimiento y de la verdad, pues ésta tiene su origen en nuestro interior. La música favorece que se alcance un estado de mente y espíritu superior al normal, por eso se ha definido, también, como «el lenguaje del alma». Quizás fuera esta sensación la que tuvo el pianista y compositor alemán Robert Schumann cuando expresó que «la música es el lenguaje que me permite comunicarme con el más allá». Nicholas Wade, periodista científico del New York Times y de las revistas Nature y Science, en su obra The Faith Instinct relata que las primeras manifestaciones religiosas del Homo sapiens se evidencian en los hallazgos arqueológicos que datan de hace 50.000 años. De ellos puede desprenderse que a través de la música y la danza expresaban su religiosidad. Eran, sin duda, instrumentos para afianzar una necesaria cohesión entre las distintas comunidades de cazadores y recolectoras que les permitía enfrentarse a las amenazas externas y, en definitiva, les ayudaba en su necesidad prioritaria, la supervivencia.

La música, según expone Storr (2007) en su obra La música y la mente, «siempre expresa algo que trasciende lo personal porque depende de un proceso de ordenación interna que es, en gran parte, inconsciente y que, por tanto, no ha sido dispuesto de forma deliberada por el compositor». «Los armónicos de todos los sonidos musicales progresan desde el mundo físico al espiritual. Por ello la música generalmente siempre forma parte de los servicios religiosos. Sea un mantra hindú, la


152

SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

Espiritualidad y ciencia no deberían ir por caminos distintos. Max Born (1882-1970), premio Nobel de Física por sus investigaciones en torno a la mecánica cuántica, afirmaba que «sólo la gente boba dice que el estudio de la ciencia lleva al ateísmo». Un repaso por la historia nos recuerda que han existido grandes científicos que han hecho compatible la ciencia con sus creencias religiosas. Podemos citar, entre otros, a los físicos Faraday, Maxwell, Compton, Oersted, Heisenberg y Einstein, a quien se le atribuyen las siguientes frases: «La emoción más hermosa y profunda que podemos experimentar es la sensación de lo místico. Es la fuente de toda ciencia verdadera». «Hay dos maneras de vivir una vida. La primera es pensar que nada es un milagro. La segunda es pensar que todo es un milagro. De lo que estoy seguro es de que Dios existe».

Ramentol (2004), en su obra Déu és raonable. La ciència contra les religions? [Dios es razonable. ¿La ciencia contra las religiones?], recuerda que «el obispo de Birmingham Ernesto William Barnes, doctor en ciencias, miembro de la Royal Society y un buen matemático, creía que una Mente Universal (Dios) habita en la materia del universo y que había creado el cosmos con la intención de hacer evolucionar la consciencia y proporcionar bondad y belleza. Nadie debería temer a la ciencia —escribía en el año 1933— porque la ciencia conduce a Dios». Con referencia a la posibilidad de la existencia de otros estados de inteligencia de mayor evolución espiritual que la nuestra, teólogos de reputado prestigio como Corrado Balducci, experto en ángeles y demonios y exorcista de la diócesis de Roma (fallecido en 2008), han defendido la posibilidad de que existiera vida extraterrestre inteligente, quizás espiritualmente más evoluciona-

EL SER HUMANO Y LA ESPIRITUALIDAD

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da que los seres humanos. Balducci estaba tan convencido que invitó a la Iglesia católica a reflexionar sobre la cuestión. Es indudable que existen muchas incógnitas que difícilmente la ciencia podrá explicar. Tal como hemos citado, hay científicos que defienden que Dios no existe como algo externo e independiente de nosotros, sino que es producto de una percepción inherente, quizás la manifestación de una adaptación evolutiva que existe exclusivamente dentro del cerebro humano. Para otros, como el neurocientífico Mario Beauregard, de la Universidad de Montreal, se trata de un Ser Supremo que nos proveyó de una especie de «antena receptora» en el cerebro para captar su presencia. ¿La existencia de Dios es el resultado de una percepción cerebral? Lo que sí puede constatarse es que determinadas conductas asociadas a la espiritualidad, como la oración, la meditación, el yoga o los cantos, nos hacen evocar percepciones y sensaciones interpretadas, por la mayoría de los integrantes de todas las culturas, como la evidencia de una realidad divina, espiritual y trascendental 19.

Cantos suaves y repetitivos, melodías litúrgicas y oraciones rituales susurradas actúan activando el hipocampo y bloqueando el tráfico neuronal, es decir, limitando la información sensorial, a ciertas áreas del cerebro, como la relacionada con la orientación. Ello provoca que el cerebro pierda su capacidad de reconocer dónde termina el cuerpo y dónde empieza el mundo exterior, abriendo la puerta a estados de «unidad absoluta», que es el objetivo de los rituales religiosos y místicos.

F. Ostrosky y V. Guerrero, «¿Existe una inteligencia espiritual?», http://www. cnnexpansion.com/actualidad/2009/12/14/iq-de-la-fe, 2 de enero de 2010. 19


SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

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Transcribo a continuación un extracto de un interesante artículo en el que se comentan algunos problemas y limitaciones relacionados con los estudios neurocientíficos y la espiritualidad 20: «William Grassie alude a diversos problemas inherentes a los estudios neurocientíficos sobre los fenómenos religiosos y espirituales. Ante todo, cita, la religión es una experiencia neurocognoscitiva compleja que incluye rituales, grupos sociales y otras dimensiones que no pueden ser fácilmente reproducidas en laboratorios o aislarse en las mentes humanas. Tampoco está claro que todas las experiencias religiosas sean comparables desde el punto de vista neuronal (no son lo mismo el estudio del Talmud que las prácticas contemplativas budistas o que las autoflagelaciones cristianas). Por eso, la ciencia necesariamente intenta simplificar estas experiencias para poder realizar investigaciones manejables. La mayoría de los estudios de neuroimagen se centran en las prácticas meditativas o contemplativas, simplemente porque sería difícil estudiar cualquier otro aspecto en el departamento de radiología de un hospital. Una taxonomía completa de la experiencia religiosa debiera ser desarrollada, detallada y relacionada con diferentes estados del cerebro: las experiencias interpretativas (circunstancias religiosamente significativas, como la sincronicidad o la buena o mala suerte), las experiencias casi-sensoriales (visión o escucha de la divinidad); experiencias de revelaciones, experiencias regenerativas (curaciones o catarsis); experiencias éticas y morales, experiencias estéticas, experiencias luminosas y experiencias de unidad (pérdida de distinción entre uno mismo y lo que le rodea). Otro problema en el estudio neurocientífico de los fenómenos religiosos y espirituales es la tendencia a extraer conclusiones ontológicas de estas investigaciones, normalmente bien para validar o bien para desmentir alguna doctrina religiosa. Nadie puede probar

«La neurociencia puede contribuir a la comprensión de la espiritualidad humana», Global Spiral, revista editada por el Instituto Metanexus y publicada en www.tendencias21.net, traducida del inglés por Yaiza Martínez, 22 de febrero de 2008 (consultado el 16 de enero de 2010).

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EL SER HUMANO Y LA ESPIRITUALIDAD

o desmentir la existencia de Dios a partir del estudio del cerebro de alguien. Una correlación neurológica no es equivalente a la causalidad o última explicación. Cada pensamiento que tenemos, incluso los pensamientos científicos, tienen sus estados cerebrales mensurables. Podemos estudiar el cerebro de un físico mientras trabaja con ecuaciones utilizando el escáner SPECT. Aprenderíamos muchas cosas interesantes sobre el cerebro de esa persona, tal vez generalizables a todos los físicos, quizá a todas las ecuaciones, pero no aprenderíamos nada sobre la verdad o no de la física. Pero, como dice el filósofo budista Alan Wallace en su libro The Taboo of Subjectivity, aún no entendemos la mente: “A pesar de siglos de investigación científica y filosófica en la naturaleza de la mente, en el presente no existe una tecnología que pueda detectar la presencia o ausencia de ningún tipo de conciencia, porque los científicos incluso desconocen qué ha de ser medido exactamente. Más concretamente: en el presente no existe ninguna evidencia científica ni siquiera de la existencia de la conciencia. Todas las evidencias directas consisten en testimonios no científicos, en primera persona, sobre el ser consciente”. Los testimonios en primera persona no cuentan como evidencia para la ciencia. Se necesita la correlación y la corroboración por parte de otra evidencia. No se le puede dar crédito al “yo”. Quizá debamos repensar la ciencia, y con ella la neurociencia, desde el principio.» 01/Sep/06 ¿El cerebro se comunica con Dios?

Científicos canadienses estudian si existe una zona específica en el cerebro para comunicarse con Dios.

tró que las experiencias místicas cristianas son mediadas por varias regiones cerebrales. Según informó la publicación científica Neuroscience Letters, los investigadores le pidieron a quince monjas, de entre 23 y 64 años, que les contaran sus experiencias religiosas mientras las pacientes eran

20

(BBC Mundo) – Un equipo de la

sujeto de estudio a través de escá-

Universidad de Montreal encon-

neres de resonancia magnética.


SONIDO , MÚSICA Y ESPIRITUALIDAD

156

Se dice que las monjas expe-

en el cerebro para comunicarse

rimentaron la noción cristiana del

con Dios, que se relaciona con ex-

acto místico de unión con Dios

periencias místicas, encontramos

cuando tenían entre 20 y 29 años.

que hay varias áreas cerebrales in-

Cómo el cerebro reacciona

volucradas», dijo.

mientras el ser humano se conec-

«El hallazgo no disminuye el

ta con Dios es un tema que ha sido

significado y el valor de esas ex-

objeto de debate entre los segui-

periencias ni tampoco confirma o

dores religiosos. Algunas personas

descarta la existencia de Dios».

incluso habían sugerido que había

Stephen Wang, padre católi-

una región específica en el cere-

co que enseña en el Seminario

bro designada para comunicarse

Allen Hall de Londres, señaló que

con Dios. Sin embargo, los inves-

«esos estudios del cerebro nos

tigadores sostienen que este estu-

brindan un entendimiento fasci-

dio desacredita esas teorías.

nante en torno a cómo el cuerpo

Los investigadores encontra-

humano, la mente y el espíritu se

ron que mientras las religiosas les

interconectan, pero no deben ha-

contaban sus experiencias se re-

cernos pensar que las oraciones

gistró un incremento en la activi-

y la experiencia religiosa son sólo

dad de al menos 12 regiones del

una actividad cerebral».

cerebro, entre ellas áreas normal-

«Es cierto que el misticismo

mente involucradas en el registro

cristiano es un encuentro con

de las emociones y la consciencia.

Dios. Nos encontramos con él en las profundidades de nuestra

Experiencias

alma».

El jefe de la investigación, el

«Es una experiencia que va

doctor Mario Beauregard, indicó

más allá de los límites normales

que «la principal meta del estudio

de la psicología humana y de la

fue identificar las correlaciones neu-

consciencia», concluyó.

rales de una experiencia mística».

Aportado por

«En vez de encontrar una zona

EDUARDO J. CARLETTI

EL SER HUMANO Y LA ESPIRITUALIDAD

157

SALUD Y ESPIRITUALIDAD

¿Afectan las prácticas espirituales a la salud física? Esta cuestión ha sido evitada durante mucho tiempo por la medicina occidental, pero los descubrimientos en los últimos años evidencian que la religión y la fe pueden promover una buena salud y ayudan a combatir la enfermedad (Koenig et al., 2001). Algunas investigaciones empíricas demuestran dichos efectos beneficiosos, especialmente sobre el sistema nervioso y el sistema inmunológico 21. El bienestar que producen es debido a las creencias religiosas o bien porque se acrecienta la espiritualidad a través de la práctica de la meditación o determinadas disciplinas orientales como el yoga, el Tai-chi y el Qi gong, entre otras. Diversos estudios indican la posible influencia de las oraciones en enfermos que, sin que éstos lo supieran, les dedicaban otras personas: En el hospital general de San Francisco se obtuvo una mejoría mayor en un grupo de pacientes que recibía oración exterior, además del tratamiento convencional, en relación a un grupo control que sólo recibía tratamiento convencional. El grupo de personas que no sabía que estaban orando por ellos presentó menos fallos congestivos, menos paros cardíacos y una mortalidad significativamente menor que el grupo control 22. Un estudio, también citado por Navas (2006), indica que en un ensayo clínico doble ciego aleatorio se estudió la influencia de la oración en el éxito de la fertilización in vitro. El grupo de parejas que

Jeffrey Levin, epidemiólogo de la Eastern Virginia School of Medicine, citado en C. Navas y H. Villegas (2006). 22 El estudio duró diez meses y está citado en R. C. Byrd (1988), «Positive therapeutic effects of intercessory prayer ina a coronay care unit poplation», Southern Medical Journal 81 (7), pp. 826-829. 21


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