Programa de Derechos Indígenas Derecho a la Igualdad de Género “Quiéreme bien” Prácticas de buen trato a la mujer como estrategia de prevención a la violencia de género.
Diseño y estrategias pedagógicas Larissa Guerrero Álvarez Ithel Sánchez Villanueva María De Lourdes Rodríguez Villavicencio Diseño gráfico José Luis Trejo Saldaña México 2014
Lic. Nuvia Magdalena Mayorga Delgado Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Dip. Eufrosina Cruz Mendoza Presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Dip. Margarita Licea González Secretaria de la Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Lic. Antero González Márquez Delegado Regional Jalisco - Colima de la Comisión Nacional Para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Mtro. Antonio Vázquez Romero Delegado Estatal de la Comisión de Pueblos Indígenas en Jalisco.
Agradecemos su valioso apoyo a: Rene Carvajal Langarica FOCAI Delegación CDI Jalisco.
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SESIÓN
1 1 Todos somos iguales
Objetivo
Sensibilizar la necesidad del respeto y buen trato dentro del hogar para la convivencia en paz mediante la lectura de contexto subrayando la importancia de aceptar y asumir la igualdad entre los miembros de la familia.
Duración: 60 minutos
Material: cuento “Rostro y corazón”
por Larissa Guerrero
1.1 Lectura de contexto Instrucciones
Lee en voz alta a los participantes el siguiente cuento haciendo énfasis en las relaciones de respeto e igualdad así como en las características del buen trato.
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Cae la tarde como cuando el sol se llena de llovizna. En casa del
abuelo don Rosalío huele a fogón y a maíz tostándose. No siempre hay mucho maíz pero cuando hay, sin duda, es un motivo de regocijo para reunirse todos en el salón junto al fuego. El fuego sabe contar sus secretos y siempre observa todo lo que uno hace. En medio de la sala están los chamacos Marianela y Amalio jugando, a su alrededor la abuela Francisca le echa aire a la lumbre, Jacinta la madre se da a la tarea de rodar las mazorcas, no vaya a ser que queden demasiado negras, no, así no le gustan a su marido Cándido. —El maíz bien tostado, pero ni negro muy duro ni tampoco blanco y blando, me gusta dorado como el oro, tierno como la luna y crujiente como el trigo... así me gusta morder la mazorca—, siempre lo anuncia así Cándido cada vez que pide una mazorca. Todos unidos, con la familia completa es como mejor sabe la comida, aunque sea pan viejo o conejo de sobras de la semana anterior, eso si es que hubo pa’ conejo…, lo que importa es que nos queremos y compartimos la mesa por eso todo sabe mejor.
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—¡Ay Marianela! suelta mi tambor te digo, no metas mano—, gritó con harta enjundia Amalio mientras tiraba del tambor con todas sus fuerzas para arrancárselo de las manos a su hermana Marianela. —No es tuyo Amalio, el abuelo Rosalío me lo dio a mí en su cumpleaños—, repeló Marianela mientras le acomodaba un par de patadas en las espinillas a su hermano Amalio. —¡Mamá, mamá! írala a mi hermana, está diciendo babosadas y me está dando de patadas en las piernas, quesque el tambor de piel de armadillo que el abuelo Rosalío hizo en su cumpleaños, anda diciendo que es de ella, pos si a mí el abuelo Rosalío bien clarito me dijió que era pa’ mí—, exclamó Amalio con su voz de pito bien chillona entre sollozos, mocos y suspiraciones sobándose las piernas por los tremendos patadones que la Marianela le había dado. 3
—Estense sosiegos niños malcriados, no me interrumpan que se me van a quemar las mazorcas y su papá se va a enojar conmigo como de costumbre— repeló Jacinta la madre de los escuincles. —Marianela, dale el tambor a tu hermano Amalio y tú ven pa’acá a ayudar a tu abuela a soplarle al fogón—, añadió Jacinta. —Eso no es justo, ¿por qué siempre todo es para el bruto de Amalio? En esta casa no hay equidad— refunfuñó Marianela mientras agarraba el abanico.
Esta es una de las típicas escenas de todos los días en la casa de los
abuelos Rosalío y Francisca, no se sabe cómo, pues a pesar de todos estos años en medio de tanto griterío de los nietos, el hijo y la nuera, a este par de viejos siempre les quedan ganas de sonreírse y hacerse arremuecos uno al otro, porque ¡ay! esos sí que están enamorados. Y con esas escenas que les cuento de gritos y sombrerazos que se avientan los chamacos Amalio y Marianela, o las también dramáticas representaciones dignas de novela de los padres de los escuincles Jacinta y Cándido, en verdad que es una verdadera incógnita que en esa casa siempre gane el amor y el buen trato. Y lo más sorprendente es que a los abuelos no se les quita la esperanza de que tanto zafarrancho pronto sea cosa del pasado. 4
—A ver chamacos otra vez con sus tarugadas— exclamó el abuelo Rosalío. —¿Qué tanto lío traen? ustedes siempre como perro y gato, qué va, si la gata Pelusa y el perro Fido se llevan mejor que ustedes dos, y eso que aquellos animales peludos ni siquiera son de la misma sangre...— añadió el abuelo Rosalío mientras con un gran suspiro se llenaba los pulmones de aigre, para volver a echar su plática sobre cómo es que los hermanos deben quererse bien. —Miren chamaquitos— continuó diciendo el abuelo —en primera, ¿cómo que el tambor es de ustedes?, pos si me lo hice yo mero para mí mesmo el día de mi cumpleaños. No creerán que para hablar con los espíritus, no nada de eso, nomás lo hice pa’ espantar a su abuela Francisca. Que se los preste es otra cosa, pero si el dichoso tambor es motivo de pleito, pos me lo devuelven y listo— decía el abuelo cuando la abuela Francisca lo interrumpió. —¡Ah cómo serás viejito desgraciado que te divierte verme pegar de brincos cada vez que me asustas. Y así ha sido por 50 años...— Dijo la abuela Francisca. —No me interrumpa señora— reclamó el viejo Rosalío. —Les decía yo escuincles que eso de arrebatarse las cosas no está bien, y menos eso de tirar patadas de mula a sus hermanos, ¿Pos dónde ven eso criaturas?— preguntó el abuelo Jacinto. —Pos cómo onde aguelo... pos eso se lo copiamos a mi apá... que nomás nos dice todo con zapes y gritos, hasta a mi amá le da sus jaloneadas— afirmó Marianela mientras se limpiaba la boca con el antebrazo. —Háganme el favor, pos que mal ejemplo les dan sus señores padres, a ver ¿cuándo han visto que yo le levante la mano a su abuela? No, nunca jamás. Un hombre de a verdad cuida, protege y respeta a su señora. —Ay aguelo, pos la Marianela ni que fuera mi señora... entonces pos por eso si le puedo dar sus cates, además desde siempre como nacimos juntos todo ha de ser igual pa’ ambos, pero me tengo que defender de sus abusos porque aunque semos cuatitos y tengamos el mismo cumpleaños, ella ya está regrandóta, nomás porque me roba todos los frijoles, ¿apoco eso es igualdad?— exclamó Amalio con una sonrisa torcida. —¡Ay si serás topil Amalio!— dijo Marianela mientras le acomodaba otro zape. —Yo te quito los frijoles porque siempre andas ahí nomás de menso sacándote los mocos y ni cuenta te das de que te dejo sin plato—.
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—Estense en paz, les digo...— añadió el abuelo mientras separaba a los escuincles como si fueran bestias salvajes de pelea. —Cada uno a un rincón y se sosiegan, ahora me van a escuchar— agregó. — Ustedes dos tienen que entender que en esta vida no se puede andar por ahí maltratando a las personas y nomás queriendo el beneficio propio particular de cada uno. Les digo. A poco no se han sentado a observar como la montaña es amiga de las nubes, y el río es amigo del pasto, el sol de los peces, y los árboles de la neblina. ¿Cuándo han visto que el señor volcán se queje de que la señora nieve visite sus picos? Y tal vez hasta el señor volcán se incomode por el frío, pero él sabe que la señora nieve tiene que reposar antes de convertirse en el rocío de las flores. ¿Y cuándo han visto a una flor pelear a una abeja? No, pos nunca ¿verdad? Porque a la flor le queda claro que la abeja trabaja duro para darles miel a los niños. ¡Ay! Este indio sueña igual que como vuelan las aves, que ustedes dos se quieran bien y se den buen trato. Mejor deberían aprender a recolectar flores y a regalárselas a todas las personas que están interesadas en que esta comunidad seamos todos buenos. ¿Ustedes saben por qué a los niños se les debe enseñar a regalar flores? Porque así es nuestra tradición. Mi abuela, que en paz descanse, quien era la manda más de su pueblo y la que tenía los pantalones mejores puestos, nos enseñó bien a todos y todas lo que dice el viejo libro de los dioses. Que los niños deben estar siempre agradecidos con sus creadores, sus padres y con quienes los educan, y en agradecimiento a todos ellos hay que recoger flores y regalarlas, porque nuestros ancestros creían que los niños han venido a la tierra no nomás de paso sino a forjar un camino, y yo así lo creo también— afirmó el abuelo— dijo don Rosalío lleno de esperanza, y continuo... —Los adultos somos adultos pa’ cuidar de las flores y de los niños. Bien decía mi abuela que hay que cuidar a los niños para que no se les escape el alma. Hay que educarles el rostro y el corazón. El rostro para que sonrían y el corazón pa’ que amen. Y uno como padre, como
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madre, como abuelo o abuela tenemos que educar esos rostros ajenos, hacer fuertes esos corazones, enseñar a obedecer, a vivir a respetar, a convivir en paz... ¡Ah! y enseñar la prudencia y la cordura... No se les olvide chamaquitos que todos semos iguales, la mujer vale porque es mujer y el hombre vale porque es hombre, ninguno es más ni ninguno menos. Y si no nos respetamos pos vamos a vivir como perros y gatos o como Amalios y Marianelas...— añadió Rosalío el abuelo. —Y escuchen bien, la milpa da porque convive en paz con la tierra, y el río corre porque sabe que es igual que el viento, y el sol y la lluvia aunque son opuestos saben que juntos harán crecer las siembras, igualito que el hombre y la mujer aunque distintos e iguales hacen crecer a sus críos. Y ustedes se pelean y se matan por un tambor que no vale más que sus almas. Mejor usen ese tambor para encaminar su sendero, para llamar a los espíritus de alegría... y pa’ que cuando sean grandes eduquen corazones y rostros, y pa’ que nunca se les pierda el alma de un niño, le enseñen el camino y forjen sus futuros. —¡Ay Rosalío! Ya me hiciste chillar porque me recordaste lo que nos enseñaba tu abuela— expresó la abuela Francisca mientras se secaba la lágrima con el delantal. —Perdone viejita, pero es que estos mocosos ya me habían amedrentado con tanto zafarrancho— exclamó el abuelo Rosalío. —Pos de algo debe servir lo que la abuela nos enseñaba a todo el pueblo. Y ahora viejita nos toca enseñarlo a los nietos. —Aguelo, aguelo... ¿y desde cuándo sabe usted todo eso?— preguntó inocentemente Amalio. —Pos desde que estoy así chico como tú— respondió el abuelo. —Y entonces... ¿por qué mis papás no lo saben?... ellos también siempre andan a grito y sombrerazo— agregó Marianela. —Ahora sí ya me fregaste nietecita—, suspiró el abuelo. —Pues cómo ven que ahora me ayudan ustedes dos a educar a sus padres—. En el fondo de la habitación el fuego en el fogón escuchaba, porque como ya les dije, el fuego siempre escucha, siempre sabe.
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1.2 Ejercicio de reflexión Instrucciones
A continuación llevarás a cabo un breve ejercicio de reflexión grupal a partir del cual lograrás fundar las semillas del buen trato en los participantes. Es importante que lleves a cabo esta reflexión con palabras claras y sencillas trayendo a colación las actitudes que se reflejan en la lectura y las competencias que trata esta sesión. Ten en cuenta que las preguntas son para el facilitador y que a partir de ellas este tendrá que construir un breve dialogo sencillo y al alcance de los participantes el cual contenga estas ideas.
Ideas semilla • Aunque cada persona es única, diferente e irrepetible, todas las personas compartimos un valor por igual. • La familia consagra un lazo especialísimo por el que de manera natural y espontanea llama al cuidado y la protección de todos sus integrantes entre sí. • “Querer Bien” empieza “Queriéndome bien”. • El desarrollo y bienestar de cada uno de los integrantes de una familia son objetivos comunes que cada integrante de toda familia que “Quiere bien” debe trabajar arduamente.
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Preguntas guía para la reflexión grupal
1) ¿Qué simboliza el fuego en el cuento y qué relación tiene con
la función de la mujer como madre?
2) ¿Por qué se considera que los hijos Amalio y Marianela tienen una
conducta conflictiva de mal trato?
3) ¿Hay en algún momento de la narración actitud de respeto y tolerancia
entre Amalio y Marianela?
4) ¿Amalio y Marianela son capaces de autocontrolarse?
¿Por qué sí o por qué no?
5) ¿Por qué la empatía es tan importante para la sana convivencia?
6) ¿Por qué son importantes el respeto y la tolerancia en la familia?
7) ¿Qué supone la empatía en el contexto familiar de buen trato?
8) ¿Qué significa ser iguales?
9) ¿De qué forma podemos autocuidarnos?
10) ¿Por qué debo tener estima propia?
11) ¿Qué importancia tiene manifestar una vida equilibrada y tener un sano
manejo de los afectos?
12) Falta una pregunta relacionada a formar rostros y corazones.
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2 Quiéreme bien Objetivo
Lo más importante en el restablecimiento de la afectividad o para forjar un sano uso de las emociones en los hijos es indispensable dedicar tiempo de calidad a los hijos mediante las prácticas del buen trato.
Duración: 60 minutos
Material: Dinámica de empatía:
hojas tamaño carta, crayolas, lápices de colores
2.1 Lectura de contexto Instrucciones
A continuación te presentamos un breve resumen que contiene los elementos esenciales del buen trato. Lee y reflexiona lo siguiente de modo que tengas las suficientes herramientas y conocimiento para sensibilizar a los participantes y llevar a cabo la dinámica. ¿Qué se debe hacer? a) Saber escuchar a los hijos b) Brindar empatía parental (La capacidad de percibir los signos emocionales
del niño o la niña por las que manifiesta sus necesidades de atención
afectiva y saberles dar la respuesta adecuada por parte de los padres es
lo que denominamos empatía parental).
c) La resiliencia parental (capacidad de ciertas personas, también en los niños,
para hacer frente a los factores y circunstancias adversas que nos depara
la vida).
d) Saber hablar de nuestros sentimientos y emociones e) Dar ejemplo f) Brindar reglas y límites claros g) Juego 10
Ideas
Redacta un par de ideas que concluyas como facilitador que te gustaría expresar a los participantes. Recuerda que debe ser expresado de forma muy sencilla y clara.
a) Saber escuchar
1)
2)
b) Brindar empatía
1)
2)
c) Resiliencia parental
1)
2)
d) Hablar con nuestros sentimientos y emociones
1)
2)
e) Dar ejemplo
1)
2)
f) Brindar reglas y límites claros
1)
2)
g) Juego
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1)
2)
2.2 Dinámica de empatía Observaciones
Esta dinámica proporciona una estrategia para el control de diversas emociones tales como ira, ansiedad, celos, tristeza... al permitir manifestar y comunicar positivamente nuestros sentimientos, empatizando con los de los demás y ayudándonos a resolver conflictos de forma no violenta.
Instrucciones
Material: hojas tamaño carta, crayolas, lápices de colores.
El facilitador repartirá el material a cada participante entregando una hoja por persona ya sea adulto o menor. Pedirá que presten atención a las instrucciones que dará a continuación. El folio se doblara en forma vertical en cuatro partes (como acordeón). Una vez que se tiene doblado el papel y se ven cuatro columnas, se pide a los participantes que en la primera columna anoten los nombres de los miembros de su familia o los dibujen. En la segunda columna se escribirá o dibujará una acción que exprese algún resentimiento hacia las personas señaladas en la columna # 1. i.e: No me gusta que me grite. Me pega. Me ignora o no me hacen caso. Nadie juega conmigo: No me escuchan. Me maltratan... El facilitador tiene que explicar que el resentimiento es un modo de expresar el enfado o una ofensa hacia otras personas. Es importante que solo se exprese el resentimiento sin ofender o generar violencia o insultos. Se deberá señalar que tras un resentimiento existe un deseo o requerimiento hacia la otra persona. A continuación en la tercera columna se escribirá o dibujará lo que se desea realmente que hagan aquellas personas hacia quienes sienten resentimiento. i.e. Quiero que me escuche. Quiero que me trate bien. Quiero que jueguen conmigo. Quiero que me abracen. Quiero que ya no me peguen. Quiero que ya no me griten, etc. En la cuarta columna se anotará el reconocimiento. Se intercambiará el papel con las personas a quien está dirigido el resentimiento y la petición y la otra persona los leerá y se pondrá en el lugar de quien se los escribe de tal forma que al hacer conciencia y reconocer las emociones del otro dibujara un corazón como signo de aceptación y compromiso de que llevará cabo tales acciones.
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Ideas semilla • El mismo afecto que me tengo a mí mismo es el que demuestro a los integrantes de mi familia con los que convivo. • Es importante que las personas que integramos la familia aprendamos a expresar nuestras emociones con libertad a fin de que cada quien se responsabilice de sus actitudes. • Las emociones influyen en la manera cómo actúa cada persona, por eso reconozco lo importante que es comprender cómo me siento y comprender como se sienten los demás integrantes de mi familia especialmente con los que convivo. • La comunicación efectiva entre los integrantes de la familia permite que la empatía nutra positivamente su convivencia.
3 Buen trato Generar el espacio y las condiciones para que todos juntos como familia Objetivo
logren reflexionar sobre el Buen Trato y su importancia en la vida de todas las personas, identificando conductas concretas para ponerlo en práctica.
Duración: 60 minutos
Material: Dinámica buen trato:
Hoja de trabajo
crayolas, lápices de colores, tarjetas (fichas de 1/4 carta)
6 por niño
3.1 Introducción a la actividad Instrucciones
A continuación te presentamos un breve resumen que contiene los elementos esenciales del buen trato. Lee y reflexiona lo siguiente de modo que tengas las suficientes herramientas y conocimiento para sensibilizar a los participantes y llevar a cabo la dinámica. 13
*
El Buen Trato se resume como la ausencia de situaciones maltratantes.
Iglesias E, Guía para trabajar el tema del Buen Trato con niños y niñas.
“El Buen Trato se define en las relaciones con otro (y/o con el entorno) y se refiere a las interacciones (con ese otro y/o con ese entorno) que promueven
CESIP disponible en http://www.buentrato.cl/pdf/est_inv/ conviv/ce_iglesias.pdf consultado el 4-06-2014
un sentimiento mutuo de reconocimiento y valoración. Son formas de relación que generan satisfacción y bienestar entre quienes interactúan. Este tipo de relación además, es una base que favorece el crecimiento y el desarrollo personal”*. Se trata de darle el mismo valor de mi Yo a otro YO que es igual
**
Op. cit.
y se merece el mejor trato. El Buen Trato de acuerdo a la Guía para trabajar el tema del Buen Trato con niños y niñas** está compuesto de: El Reconocimiento Es el punto de partida para el Buen Trato. Se trata de la capacidad de “darse cuenta” de que, tanto como uno, el otro existe y tiene características, intereses, necesidades, y formas de expresión tan importantes como las nuestras. Es la esencia del RESPETO y se empieza a construir desde el primer momento de la vida a través del propio reconocimiento que se da como consecuencia de un adecuado vínculo afectivo. La Empatía Capacidad de darse cuenta, entender y comprender qué siente, cómo piensa y por qué actúa como lo hace el otro con quien nos relacionamos. Sólo es posible desarrollarla si hemos RECONOCIDO al otro. La Comunicación efectiva Es diálogo. Está constituido por mensajes que intercambiamos con el otro con alguna finalidad. Sólo si se basa en los dos elementos anteriores (reconocimiento y empatía) es un verdadero diálogo y para serlo precisa de dos capacidades fundamentales: saber expresarse con seguridad y saber escuchar sin juzgar. La Interacción Igualitaria Es el contexto ideal para la existencia del diálogo. Se basa, también, en el reconocimiento y la empatía, y expresa la comprensión y uso adecuado de las jerarquías y el poder en las relaciones humanas. Las jerarquías (posiciones de autoridad) y el manejo diferenciado de poder (capacidad de influir en la vida de otros) que surge de ellas, existen para facilitar la convivencia y asegurar las condiciones básicas para la vida; de ninguna manera justifican diferencias en cuanto a la valoración de las personas. Por ejemplo, los adultos, generalmente, tienen una posición de autoridad frente a los niños, niñas y adolescentes, sea en la familia, en la escuela u otros ámbitos. Esto no quiere decir que los adultos sean más importantes que los niños, niñas o adolescentes; sino que los adultos, por su mayor experiencia de vida, tienen la responsabilidad de orientar a los y las menores de edad y velar porque se respeten las condiciones de seguridad y bienestar para ellos y ellas. Además, tienen la obligación de utilizar el poder que la posición de autoridad les da, para representar adecuadamente, los intereses y necesidades de los niños, niñas y adolescentes, en todas las decisiones que se tomen.
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La Negociación Es la capacidad de resolver conflictos en forma que todas las partes queden satisfechas. Cuando negociamos, no hay vencedores ni vencidos. Los conflictos en la convivencia son inevitables, precisamente porque somos diferentes. Si reconocemos que las características, intereses, necesidades y puntos de vista de todos y todas son igualmente importantes, no hay otra forma de resolver las discrepancias que negociando.
3.2 Dinámica de buen trato 1 Observaciones
A través de esta dinámica se establecerán los criterios para identificar en casa las relaciones de buen trato. Es importante tomar en cuenta la edad de los niños.
Material: Hoja de trabajo
Instrucciones
crayolas, lápices de colores, tarjetas (fichas de 1/4 carta)
6 por niño
Toma en cuenta que las instrucciones a continuación se predican de grupos o situaciones en óptimas condiciones de trabajo, lo que supone que como facilitador deberás improvisar y adaptar estas instrucciones al entorno y circunstancias de tu grupo. a) Anuncia a los niños y niñas que vamos a pasar un rato conversando,
pensando y haciendo algunas cosas para saber cómo nos relacionamos
los(as) unos(as) con los(as) otros(as).
b) Explícales que para esto vamos a trabajar primero con las hojas que les
va a repartir. Reparte y cuando todos y todas tengan su material,
pregúntales por las expresiones que se ven en las caritas ¿cómo se siente
esta niña/este niño? Escucha las respuestas. Señala que las caritas son
diferentes porque expresan sentimientos o estados de ánimo diferentes.
Repasa algunas expresiones.
c) Pídeles que marquen las caritas que expresan que se sienten bien.
Dales unos minutos para trabajar.
d) Si trabajas con niños y niñas pequeños (6 a 8 años), pídeles que piensen
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qué les pasó a los niños y niñas que están con caritas de sentirse bien.
Dales unos minutos para esto, ahora pídeles que le cuenten esas situaciones
que promovieron bienestar. Escucha a algunos de ellos y ellas.
e) Si trabajas con los niños y niñas mayores (9 a 11), pídeles que piensen
qué les pasó a los niños y niñas que están con caritas de sentirse bien.
Pídeles que escriban esas situaciones en sus tarjetas. Dales unos minutos
para eso. Pide que lean algunas de sus tarjetas.
f) Explica que hay maneras distintas de tratar a los demás y que esas maneras
pueden hacer que las personas se sientan bien o se sientan mal. Comenta
algunas de las cosas que los niños y niñas hayan planteado.
g) De lo que los niños y niñas hayan dicho toma una situación que siendo
placentera (hace sentir bien), no necesariamente es “saludable” (ayuda
a crecer/desarrollarse/ser mejor). Si en sus ejemplos no encuentra una
situación con estas características, plantéala. La situación que nos hace
sentir bien podría ser QUE ME HAGAN CASO EN TODO LO QUE QUIERO.
Píde a los niños y niñas que opinen respecto a si esto será bueno para
nosotros(as). Completa con información relativa a que las cosas que nos
hacen sentir bien deben también ayudarnos a crecer y ser mejores. Diles
que a esas formas de relacionarnos las vamos a llamar BUEN TRATO.
h) Diles que el Buen Trato es algo que también cada quien puede hacer
consigo mismo(a).
i)
Nosotros(as) también nos podemos tratar bien o mal a nosotros mismos.
Por ejemplo cuando tomo cuidado al cruzar una pista, me estoy dando
Buen Trato ya que con ese cuidado me siento bien (me siento segura) y
eso me ayuda porque me mantiene protegida de riesgos al cruzar la calle.
j)
Pon algunos ejemplos más de cómo cada cual puede tratarse a sí mismo
con Buen Trato o no.
k) Pregunta lo que opinan y pide que den otros ejemplos.
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l)
Has una síntesis con la participación de ellos y ellas.
Para esto utilice preguntas orientadoras.
Ideas semilla • El bienestar de la familia y el buen trato entre sus integrantes es una tarea que le corresponde a todos y cada uno de sus integrantes. • Trato bien a los integrantes de mi familia porque los “Quiero Bien”. • Actuar con aprecio, respeto y amabilidad hacia mí y hacia los integrantes de la familia con los que convivo es una señal de grandeza y no de debilidad.
4 Convivir en paz Objetivo
Sentar las bases del equilibrio y la convivencia pacífica en la familia a través de la reflexión de las conclusiones y de las ideas semilla trabajadas durante la sesión.
Reflexiones
Repasa las ideas semillas que se presentan a lo largo de la sesión así como los principales elementos de cada actividad. A continuación elabora una lista de reflexiones personales que como facilitador te gustaría compartir con los participantes y reflexiónalas con el grupo.
1) 2) 3) 4) 5)
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5 Cierre de sesión Objetivo
Realizar una conclusión general a partir de la experiencia de los participantes.
Material: Tarjetas y plumones decolores,
Instrucciones
material para decorar y dibujar:
crayolas, brillantina, etc
Preguntará a los participantes ¿qué aprendieron? y ¿qué prácticas de Buen Trato se comprometen a realizar? Les pedirá que escriban una por familia en una tarjeta que les entregará. Finalmenteellos deberán colocarla en algún lugar visible de sus viviendas.
Ideas semilla • Las diferencias que cotidianamente surgen entre los integrantes de una familia son siempre una oportunidad para encontrar soluciones pacíficas fundadas en respeto que forma parte del lazo afectivo que las une. • Sólo un ambiente de tranquilidad confianza y amor propicia relaciones sanas entre los integrantes de la familia. • Cuando pienso, siento y actúo de manera equilibrada en orden al amor que me tengo y que tengo hacia los integrantes de mi familia; encuentro paz y aporto armonía.
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SESIÓN
2 1 Respétame y escúchame
Objetivo
Darse cuenta de la importancia de expresar lo que se siente y piensa así como de escuchar a los demás en el entorno familiar a partir de las relaciones de poder y equilibrio.
Duración: 60 minutos
Material: cuento “Como el ave y el fuego”
por Larissa Guerrero
1.1 Lectura de contexto Instrucciones
Lee en voz alta a los participantes el siguiente cuento haciendo énfasis en las relaciones de respeto e igualdad así como en las características del buen trato.
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El fuego siempre sabe y nunca olvida. El viejo fogón de la casa de
los abuelos Rosalío y Francisca tiene tanto que contarnos, porque en sus entrañas el fuego ha tejido historias… buenas y no tan buenas, el fuego sabe bien. El fuego conoce a la familia y sabe sus secretos. Hoy les quiero contar la historia de Jacinta y Cándido, los hijos de don Rosalío y doña Francisca, padres de Amalio y Marianela. Cándido es el hijo mayor de don Rosalío y doña Francisca desde toda la vida. Los abuelos arreglaron las nupcias de Cándido con los padres de Jacinta desde que los dos eran unos niños muy pequeños. Ambas familias creían que la unión de Cándido y Jacinta traería abundancia y buena fortuna. Y ha sido así aunque no tanto, no siempre pues de vez en vez quizá muy seguido, si no es que todos los días entre Cándido y Jacinta hay pleito, se quieren mucho pero no se llevan bien, no se tratan bien. Verán Jacinta tiene muchos pantalones para ser la mujer de la casa, y digo para… porque en el pueblo no se acostumbra que la mujer sea tan brava. Cándido pues no quiere dejarse ganar por los pantalones de su mujer, y entonces siempre están alegando a ver quién sabe más, quién tiene la razón o a ver quién se sale con la suya. Lamentablemente la mayoría de las veces gana Cándido no porque sea más o mejor, sino pos’ como es hombre las discusiones luego llegan a los jalones y empujones y pues ahí sí Jacinta no tiene mucha ventaja, porque ella es flaquita, chiquita y menudita, pero ni así con ese tamañito tan diminuto que tiene se le quita lo brava. Siempre ha sido del mismo modo, desde que jugaban en la tierra a aventar piedras. Todo el tiempo se peleaban para ver quién había sido el mejor o el más bueno, y la pobre Jacinta siempre acababa toda revolcada porque a Cándido no le gusta perder. No, si el problema de Jacinta no es que se sienta poca cosa, más bien el problema es de Cándido que no ha sabido lidiar con semejante mujerón. Y es que no es lo que se usa en esta comunidad, no es lo normal ver una mujer hecha y derecha capaz de hablar por sí misma y hasta de corregir a los varones o defenderse. Y bueno hasta los abuelos Rosalío y Francisca han tenido que aprender a darle su lugar, respetar sus ideas y apoyarla con todo lo que le gusta hacer para desarrollar a su comunidad. Jacinta tuvo la oportunidad de estudiar bien y de ir a la capital a terminar la secundaria, y aprendió mucho sobre participación en la comunidad y le gusta enseñar y ayudar a otras mujeres.
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La abuela de Jacinta una vez le contó que la abuela de su abuela le había dicho que desde el principio de los tiempos en su pueblo las mujeres eran criadas para servir a sus maridos, para tener hijos y cuidarlos, educarlos bien y cuidarles el alma. Que incluso antes de que el alba tocara el cielo, las hijas se prometían a los hijos que todavía ni siquiera nacían para formar familias, y que así de ese modo la comunidad perdurara por muchísimos años y más. Pero cada vez que la abuela de Jacinta le contaba estas historias, Jacinta hacía otras preguntas que nadie sabía cómo responderlas, preguntas que para una niña pequeña eran demasiado extrañas. —Abuela, abuela— preguntaba Jacinta de niña, —¿Qué tan viejo es el cielo?, ¿Por qué el cielo no se cae?, ¿Quién lo sostiene?... —¡Ay niña!, tú siempre con esas preguntas tan raras— contestaba la abuela de Jacinta, —mejor ponte a ayudarle a tu mamá a fregar los trastes y a aprender las cosas para cuidar la casa— decía la abuela de Jacinta. Jacinta no hacía caso y mejor se iba a un rincón a dibujar o construir cosas con lo que fuera que encontrara. A ella le encantaba ir a la escuela y estudiar. Y así creció, siempre curiosa, siempre aprendiendo y tratando de hacer cosas que en su pueblo no eran lo usual para una niña o una joven. Pero con todo y todo, qué bueno fue que la prometieron a Cándido el hijo de Rosalío y Francisca pa’ las nupcias, porque de haber caído en otra familia la pobre Jacinta se las hubiera visto muy negras y la otra familia también. Don Rosalío siempre educó a su chamaco Cándido a respetar a las mujeres y a verlas como sus iguales, pero aun así Jacinta siempre ha sido un poco más osada que cualquiera y pone al pobre de Cándido a hacer muchas rabietas. Esa Jacinta nunca se queda callada. Cuando se trata de las conversaciones entre los hombres del pueblo siempre opina, siempre tiene algo que señalar o decir, y eso le trae problemas a Cándido. Los demás hombres del pueblo le dicen que la mande pa’ su casa a cuidar a los chamacos, a fregar los platos o hervir los frijoles. A Cándido a veces le da pena con sus amigos y es cuando por quedar bien le dice de cosas a la Jacinta y de vez en vez hasta le da sus sacudidas frente a sus amigos, nomás pa’ dejar en claro quién es el hombre de la casa y quién es el que usa los pantalones. Pero a decir verdad como que a Cándido se le olvida lo que su padre Rosalío le ha enseñado de cómo hay que 21
tratar a las mujeres, y todo por quedar bien con los otros hombres del pueblo. Cada vez que tienen esos altercados, Jacinta se da la media vuelta muy digna y se va para su choza, eso sí refunfuñando y maldiciendo diciendo sabrá dios qué, ¡Ah! porque la Jacinta no se va a ir calladita. Ella se va a su choza aunque sea indignada porque aunque Jacinta es muy abusada y pantalonuda también sabe que la convivencia en paz es muy importante y que no tiene caso ponérsele al brinco a Cándido en ese momento, así que ella mejor se va y lo espera en casa de brazos cruzados. Cada que Amalio y Marianela ven a su mamá muy sentada en la mesa de la cocina junto al fogón con una taza de canela y los brazos cruzados, ellos mejor se van pa’ sus petates no sea que de paso les toque a ellos, porque eso significa que papá Cándido va a estar en problemas. —¡Canijo Cándido!— repeló Jacinta en cuanto él entró por la puerta de la choza. —Muy, muy queriendo quedar bien con tus amigos y el compadre. Yo sé lo que digo. No me gusta que me calles ni que me mandes devuelta pa’ la choza, no porque use naguas signifique que no soy persona y que lo que digo no vale— agregó Jacinta. —Jacinta, bien sabes que en el pueblo así no se usa. Las mujeres son pa’ criar a los escuincles y los hombre pa’ trabajar la tierra. La mujer hace y sirve la comida y el hombre se la come y luego se echa una siesta y su pulque porque está cansado del trabajo— dijo Cándido un poco embravecido. —Y la mujer atiende la casa y la limpia y el hombre se va con sus amigos a preparar la jornada del siguiente día— añadió Jacinto. 22
—¿Y eso qué tiene que ver con lo que uno dice o uno piensa— repeló Jacinta. —A poco va usted a creer que por barrer y cambiar chamacos uno se pone menso. No, al contrario una mujer tiene que ser sabia para criar a sus hijos y de paso al marido. Y que niguas con el pulque ni los amigos. De borracho nada, eso no le hace bien a la familia— agregó Jacinta furiosa. —Le digo que ya se calle Jacinta y tráigame un vaso de agua, que de tanto averiguar ya se me secó la garganta— exclamó Cándido. —Usted tiene manos y se puede servir su agua, pero si yo se la sirvo es porque quiero y así lo decido. Y si lo trato bien, aunque ni se lo merece es porque las familias han de tratarse bien— repeló ya de mala gana Jacinta. Así es siempre el pleito entre Cándido y Jacinta, a Cándido le salió una señora con más pantalones que la abuela del abuelo Rosalío. Lo bueno es que el abuelo la apoya y le da la razón a Jacinta y luego se mete nomás para regañar a su hijo. El abuelo sabe bien de lo que una mujer es capaz porque lo ha visto siempre en su mujer doña Francisca. Él sabe bien porque el fuego le ha enseñado que no todo lo que se acostumbra es tradición porque la tradición supone actos dignos y lo digno entre el hombre y la mujer es tratarse bien y convivir como iguales. A cándido a veces le cuesta no porque no entienda sino porque el cabeza dura quiere quedar bien con los hombres del pueblo como bien le dice la Jacinta. Jacinta tiene razón, la mujer no está obligada por ley ni por nadie a atender al marido sino que su obligación nace del compromiso, de la responsabilidad, pero principalmente surge de querer hacer las cosas por los demás por brindar un servicio y por amor. Y Jacinta sabe que eso no te hace más mujer o menos mujer ni más hombre o menos hombre, sino que servir a los demás por amor, nos hace más humanos, más personas y menos animalitos. Y por ello, para Jacinta el buen trato entre marido y esposa, entre un varón y una mujer, entre los padres y los hijos, los hijos entre sí, y en general en la familia es muy importante. Verán… el fuego sabe y el fuego siempre nos lo ha dicho cuando en las brasas repica y calienta. Tratarse bien es cuando una persona le brinda a otra persona el espacio y el tiempo con alegría, dispuesta a descubrir las necesidades de los demás. Es como cuando el pájaro canta y nos regala gratuitamente sus silbidos anunciándonos que ha llegado un nuevo día, nos sirve y no pide nada a cambio. O cuando el pájaro vuela a lo alto y con su majestuosa envergadura nos recuerda que somos libres para amar el día. Cuando el sol se levanta y nos regala su luz y su calor sin importarle a dónde vamos. Tratarnos bien entre familia es amar el camino que andamos juntos, cultivar flores para que las recojan los niños. Es ponernos en el lugar del otro tal como la luna se pone para darnos 23
la noche. Es conocer a mis hijos tal como conozco las estaciones del año y el ciclo de la siembra o saber cuándo se ha cocinado un conejo. El buen trato es sabernos iguales aunque diferentes así como la luz y la oscuridad saben que juntas nos dan la sombra. El buen trato es conocer el derecho que todos tenemos a ser tomados en cuenta, tal como el fuego toma en cuenta al viento para arder en la hoguera. Es respetarnos en mente, voz y cuerpo tal como el canto del caracol respeta la tradición de nuestro pueblo. Saber que somos diferentes como son diferentes los colores del arcoíris y aun así unidos brindan un espectáculo sin igual en lo alto y ancho del cielo. El buen trato es tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros, así como el día trata a la noche, la montaña a la pradera y el océano al viento para formar sus grandes olas con respeto, solidaridad y confianza. Así que Jacinta aunque malhumorada y un poco hosca tiene la razón y por eso el abuelo Rosalío y la abuela Francisca la apoyan, aunque a Jacinta no le caería mal un poquito más de ternura para abrazar fuerte, fuerte a sus hijos y un poco menos de valentía para no asustar tanto a su marido… aunque Cándido sabe… sebe bien, así como el fuego lo sabe…
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Ideas semilla • Los padres de familia (hombre y mujer) quienes son el pilar de la familia conforman una equidad complementaria, sus derechos suponen el mismo respeto a su dignidad y libertad; y sus obligaciones el mismo compromiso y esfuerzo. • El hombre y mujer que se unen para formar una familia comparten la misión de velar por el bienestar de su familia sobre su bienestar personal más no a costa de éste. • Las diferentes cualidades del padre y la madre aportan de igual manera al pleno desarrollo, formación de sus hijos. • La relación de pareja es un compromiso voluntario de amor que demanda atenciones y cuidados recíprocos.
1.2 Ejercicio de reflexión Instrucciones
A continuación llevarás a cabo un breve ejercicio de reflexión grupal a partir del cual lograrás fundar las semillas del buen trato en los participantes. Es importante que lleves a cabo esta reflexión con palabras claras y sencillas trayendo a colación las actitudes que se reflejan en la lectura y las competencias que trata esta sesión. Ten en cuenta que las preguntas son para el facilitador y que a partir de ellas este tendrá que construir un breve dialogo sencillo y al alcance de los participantes el cual contenga estas ideas.
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Preguntas guía para la reflexión grupal
1) ¿Qué simboliza el fuego en el cuento y qué relación tiene con
la función de la mujer como madre?
2) ¿Por qué es importante saber llevarse bien con las demás personas
que convivimos?
3) ¿Piensas que Jacinta estaba en lo correcto cuando desde pequeña
exigía sus derechos y que fuera tratada igual? ¿Por qué?
4) ¿Consideras que cuando se exigen los derechos propios es conveniente
hacerlo a toda costa aunque ello implique maltratar a los demás?
5) ¿Te parece que Cándido tiene razón al mandar a su mujer a la choza
para no quedar mal con sus amigos? ¿Por qué?
6) ¿Piensas que las mujeres tienen las mismas capacidades para aprender,
trabajar, convivir, etc.?
7) ¿Crees que todo lo que es tradición y costumbre es correcto? 8) ¿Piensas que es importante expresar lo que piensas y sostener lo
que dices?
9) ¿Por qué es importante que todos y todas sepamos aprender a escuchar
las necesidades de los demás?
10) ¿Consideras que defender lo que uno cree, piensa y hace nos ayuda a
reafirmarnos como personas?
11) Cuando expresas lo que piensas o quieres, ¿no importa cómo lo hagas
porque lo importante es hacerlo?
12) ¿Es importante ser conscientes de nuestras decisiones y actuar
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conforme a ellas y sobre todo por amor a nuestro cónyuge e hijos(as)
2 Compartiendo mis sentimientos Objetivo
Comprender la importancia de expresar lo que se siente y se piensa a los demás miembros de la familia, a través de la implementación de la competencia de asertividad.
Duración: 60 minutos
Material: Dinámica de asertividad:
Hojas de papel de colores, lápices, colores, crayolas, sobres
2.1 Introducción a la actividad Instrucciones
A continuación te presentamos un breve resumen que contiene los elementos esenciales de la asertividad. Lee y reflexiona lo siguiente de modo que tengas las suficientes herramientas y conocimiento para sensibilizar a los participantes y llevar a cabo la dinámica. ¿Qué es la asertividad? Ser asertivo significa saber comunicarnos expresando lo que se piensa, se siente, se desea o se necesita de forma clara, oportuna y respetuosa. Se define como la habilidad para hacer valer los derechos propios diciendo lo que necesitamos, creemos, sentimos y pensamos de manera clara, directa, firme, sin agredir, respetando los derechos de las demás personas. La asertividad supone saber defender los derechos de uno mismo sin perjudicar los de las otras personas con las que convivimos, siendo capaces de decir SÍ o NO con firmeza, así como la manifestación de lo que en efecto queremos decir y no lo que otras personas creen que deberíamos. Una persona asertiva sabe: a) Pedir lo que necesita. b) Decir lo que piensa. c) Expresar lo que siente.
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Ideas
Redacta un par de ideas que concluyas como facilitador que te gustarĂa expresar a los participantes. Recuerda que debe ser expresado de forma muy sencilla y clara.
a) Pedir lo que necesita
1)
2)
b) Decir lo que piensa
1)
2)
c) Expresar lo que siente
1)
2)
d) Saber decir sĂ
1)
2)
e) Saber decir no
1)
2)
f) Ser respetuoso
1)
2)
g) Ser firme
28
1)
2)
2.2 Dinámica de asertividad Observaciones
Se pretende con esta actividad que los participantes conozcan las ventajas y desventajas de los tres estilos de conducta, valorando el comportamiento asertivo como el más apropiado en nuestra relación con las demás personas.
Material: hojas tamaño carta, crayolas, lápices de colores.
Instrucciones
Primeramente se explican los tres estilos de conducta (pasivo, agresivo y asertivo) y sus respectivas ventajas y desventajas. TIPOS DE CONDUCTA*** La persona agresiva - Trata de satisfacer sus necesidades. - Le gusta el sentimiento de poder, pero en el fondo sabe que se está aprovechando de los demás. - Repite constantemente que tiene razón, pero oculta un sentimiento de inseguridad y de duda. - Suele estar sola, puesto que su conducta aleja a demás; no obstante, nunca admitirá que necesita amigos. - Suele ser enérgica, pero con frecuencia de una forma destructiva. - En realidad, no se gusta a sí misma, por lo tanto crea un ambiente negativo a su alrededor. - Tiene la capacidad de desmoralizar y humillar a los demás - Se la puede reconocer por su típico lenguaje verbal y corporal La persona pasiva - Los demás se aprovechan de ella fácilmente (además, fomenta esta actitud). - Suele tener sentimientos de inseguridad y de inferioridad, que se refuerzan siempre que entra en contacto con una persona agresiva. - Está enfadada consigo misma porque sabe que los demás se aprovechan de ella. - Es una experta en ocultar sus sentimientos. - Es tímida y reservada cuando está con otras personas.
***
- No sabe aceptar cumplidos.
Fuente Inteligencia emocional. Disponible en http://www. inteligencia-emocional.org/ cursos-gratis/como-tratar-personasdificiles/tipos_de_conducta_2.htm, consultado el 7-08-14
- Se agota y no tiene mucha energía ni entusiasmo para nada. - Su actitud acaba irritando a los demás. - Absorbe la energía de los demás. - Se la puede reconocer por su típico lenguaje corporal y verbal.
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La persona asertiva - Se preocupa por sus derechos y por los de los demás. - Por lo general, acaba consiguiendo sus metas. - Respeta a los demás, está dispuesta a negociar y a comprometerse cuando lo considera oportuno. - Cumple siempre sus promesas. - Puede comunicar sus sentimientos de tal modo que, incluso cuando son negativos, no fomenta el re sentimiento. - Se siente en paz consigo misma y con los que la rodean. - Está preparada para asumir riesgos y, si no funciona, acepta que los errores formen parte del proceso de aprendizaje. - Reconoce sus fracasos y sus éxitos. - Es entusiasta y motiva a los otros. - Se siente bien consigo misma y hace sentirse bien a los demás. - Se la puede reconocer por su típico lenguaje verbal y corporal. - Expresa sentimientos positivos. - Expresa sentimientos negativos. - Dice no. - Da su sincera opinión. - Dice que está enfadada cuando está justificado. - Defiende sus derechos a la vez que permite que los demás defiendan los suyos. - Establece metas y está dispuesta a trabajar para conseguirlas, aunque se tengan que modificar durante el proceso. - Da cumplidos sinceros y también sabe aceptarlos. - Elige cómo le gustaría cambiar y hace el esfuerzo para conseguirlo. - Es una buena comunicadora. - Desarrolla la habilidad de negociar, comprometiéndose cuando sea necesario y apropiado. - Aprende a hacer frente a los desdenes. - Comprende que hay dos tipos de críticas, justas e injustas
Ideas semilla • La unión familiar se fortalece o se resquebraja según la comunicación que se da desde la pareja entre sí. • La relación entre el hombre y la mujer implica mantener continuamente la disposición de compartir y compartirse por amor, manteniendo su individualidad y dignidad intacta. • La sana convivencia entre la pareja se basa siempre en el respeto la dignidad de uno mismo y a la dignidad del otro. • Es necesario que tanto el hombre como la mujer aprendan a expresar sus pensamientos, emociones y sentimientos libremente, con respeto, claramente y a tiempo, responsabilizándose en todo momento de sus palabras, actitudes y elecciones.
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3 Aprender a dar y recibir Conocer la importancia de dar y recibir como elemento importante para el Objetivo
buen trato a través de las competencias de autodeterminación y confianza.
Duración: 60 minutos
Material: Dinámica buen trato:
2 Papelotes, Crayolas, lápices, plumones
3.1 Introducción a la actividad Instrucciones
A continuación te brindamos los conceptos necesarios para que puedas transmitir estas ideas a los participantes. Recuerda que es importante que te apropies de estas ideas y que al transmitirlas se haga de forma muy simple y clara. También te presentamos un breve resumen que contiene los elementos esenciales de la importancia de dar y recibir como acciones fundamentales para el ejercicio de la confianza y la autodeterminación. Lee y reflexiona lo siguiente de modo que tengas las suficientes herramientas y conocimiento para sensibilizar a los participantes y llevar a cabo la dinámica ¿Qué es la confianza? La confianza hace referencia a la opinión favorable en la que una persona es capaz de actuar de forma correcta en una determinada situación. Es la seguridad que se tiene en otra persona. Se pone una seguridad hacia lo futuro. La confianza se tiene en uno mismo como seguridad de sí o en otra persona. También existe la confianza mutua o recíproca la cual hace que las relaciones de convivencia sean mejores. ¿Qué es la autodeterminación? La autodeterminación individual significa que cada persona sea el gestor esencial de su propio destino, con capacidad de decisión sobre aspectos cruciales de la vida, con la posibilidad y oportunidad para el establecimiento de metas y planes que sean sentidos importantes por la persona. Se trata de una capacidad esencial para otorgar y construir la propia identidad. Hace posible que la persona controle su vida.
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La capacidad de dar es una capacidad que expresa la capacidad de manifestar vida en común del ser humano. Cuando la persona da toma consciencia de su humanidad y de su poder renovable, pues al mismo tiempo en el que se da también se revitaliza la propia persona al saber que lo que se da tiene un significado importante para la otra persona. Dar está relacionado con el amor. Para dar es necesario el querer brindar al otro, por lo que es un acto libre que no espera nada a cambio. La capacidad de recibir es la capacidad de ser agradecido con los demás. De ser humildes y poder decir “sí, necesito ayuda. Sí necesito amor”. Recibir es abrir nuestro corazón al amor de los demás sin temor a ser rechazados pero más aún, es entregarnos al amor de los demás dejando atrás pensamientos como “no lo merezco”. Dar y recibir van de la mano y es importante aprender a hacerlo con el manejo afectivo correcto, con Buen Trato y respeto.
3.2 Dinámica de buen trato 2 Observaciones
Esta dinámica está dirigida para que los niños y las niñas así como sus padres identifiquen ideas concretas para poner en práctica cómo dar y recibir con Buen Trato con diferentes personas de su ambiente cotidiano.
Material: Papelotes (hojas de papel grande) (uno por grupo)
Instrucciones
con las figuras o con las palabras que designen a los
siguientes personajes:
- Un papá
- Una mamá
- Una abuelita
- Un hermano
- Una hermana
- La maestra
- Una amiga
- Un amigo
Crayolas, lápices, plumones.
Toma en cuenta que las instrucciones a continuación se predican de grupos o situaciones en óptimas condiciones de trabajo, lo que supone que como facilitador deberás improvisar y adaptar estas instrucciones al entorno y circunstancias de tu grupo.
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a) Repártales los papelotes y pídeles que piensen en acciones de DAR Y
RECIBIR con Buen Trato que puedan hacer para cada uno de los personajes
que están señalados (o dibujados). Tienen que verificar si las propuestas
cumplen con los requisitos que ya conocemos y una vez hecha esta
verificación, escribir la acción al costado del personaje o la palabra que
lo representa.
b) Dales tiempo para trabajar mientras apoyas a los grupos. Será necesario
un acompañamiento para el trabajo grupal. Si no tiene quien le apoye,
puede optar por trabajar con ellos y ellas en plenaria.
c) Finalmente, un representante de cada grupo, presenta las propuestas
hechas. Completar solo si es necesario y terminar con un aplauso para
todos y todas.
EJEMPLOS: - Cuando se pide que se sirva la cena o la comida - Cuando se da el dinero para los gastos de la familia - Cuando se pide un regalo - Cuando se le da ayuda a algún hijo para hacer la tarea - Cuando se sirve de comer - Cuando se hace una pregunta - Cuando se felicita por alguna razón...
Ideas semilla • En la familia la principal fuente de enseñanza es el ejemplo. • La disposición generosa de los integrantes de la familia para dar y recibir entre si y hacia los demás es una señal de Buen Trato. • El Buen Trato es una decisión que de manera continua puede tomar cada persona integrante de la familia con la finalidad de procurarse felicidad. • La familia debe ser comunión de esfuerzos por el que sus integrantes voluntariamente donan y reciben en nombre del amor y el lazo afectivo que los une.
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4 Aceptar las ideas y opiniones de los demás Objetivo
Sentar las bases de la sana convivencia respetando los derechos de los demás fomentando las competencias de manifestación de la vida en común y la solidaridad. Retoma el cuento “Como el ave y el fuego” en la parte sombreada que contiene el mansaje principal de la sesión y realiza una lista en la que anotes las principales manifestaciones de la vida en común y la solidaridad explicando de forma breve y sencilla por qué son necesarias. Toma en cuenta que lo que vas a compartir con los participantes son tus reflexiones. La vida en común supone vivir en compañía de unos y otros, se trata de coexistir pacíficamente en armonía al compartir el mismo espacio. Para que la convivencia se dé de forma sana el respeto y la solidaridad son necesarios. Respetar es tener consideración y atención al otro. A través del respeto se puede reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad. Por su parte la solidaridad hace referencia a la capacidad de dar ayuda, apoyo, empatía hacia las personas que sufren de un problema o se encuentran en una situación desventajosa o desafortunada. Es solidaria una persona cuando hace suyas las necesidades de los demás. Refleja un compromiso con el otro a su dignidad como persona y a su bienestar. Dispone el ánimo a actuar siempre con un alto sentido de comunidad. manifestaciones de la vida en común y la solidaridad
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Ideas semilla • Naturalmente existirán diferencias entre los integrantes de la familia así como naturalmente existen afinidades entre sí. • Cuando surgen conflictos en la familia el objetivo no es que haya un ganador y un perdedor entre los integrantes de la familia sino una oportunidad de crecimiento personal, fortalecimiento de la unión familiar y toma de decisiones que antepongan la paz familiar sobre cualquier cosa.
5 Cierre de sesión Objetivo
Realizar una conclusión general a partir de la experiencia de los participantes.
Material: Tarjetas y plumones decolores,
Instrucciones
material para decorar y dibujar:
crayolas, brillantina, etc
Preguntarás a los participantes ¿qué aprendieron? y ¿qué prácticas de Buen Trato se comprometen a realizar? Les pedirás que escriban una por familia en una tarjeta que entregarás que deberán poner en algún lugar visible de sus viviendas.
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Amalio y Marianela despertaron muy temprano por la mañana.
Estaban contentos porque era el día de la fiesta de la cosecha, en la cual se le agradece a la madre tierra y al padre sol por todas sus bendiciones durante el temporal. La mañana era soleada aunque fresca, el viento y el calor estaban haciendo un excelente trabajo juntos. Todos estaban contestos y se apresuraban a realizar las tareas en conjunto para salir a tiempo de la choza. Doña Francisca encendía el fogón para echar unas cuantas tortillas y calentar unos frijoles para que todos pudieran desayunar. Jacinta arrimó el cántaro de barro con agua para preparar una canela. Don Rosalío se puso a echar unas buenas barridas a la entrada de la choza porque aunque el viento en ese momento andaba de buenas, por la noche y sobretodo en la madrugada había soplado implacable como la mismísima Jacinta. —¡Ira nomás que viento tan airado y tan impulsivo que nomás dejó todo enterregado! Este viento arrebatado se parece a mi nuera la Jacinta. ¿A poco no mi viejita Francisca?— Repeló don Rosalío mientras barría.
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—Órele don Rosi, ¿pos que insinúa?— preguntó Jacinta como que sin creerle. —Dirá usted que más bien se parece a mi marido el Cándido no? —¿Qué trae Jacinta?, órele ¿por qué dice eso?— preguntó Cándido chiveado. —¿Ay, cómo se hacen mensos ustedes dos?, bien saben que uno y el otro son así requete bien impetuosos, y así se comportan igualito que el viento desenfrenado— dijo doña Francisca. Jacinta y Cándido se voltearon a ver, y ambos se encogieron de hombros con la sonrisa chueca. Estaban felices ese día por lo que significa para todos la fiesta de la cosecha; así que no había razón de ponerse a discutir. Por su parte los chamacos Amalio y Marianela corrían por toda la choza, otra vez queriéndose arrebatar el mentado tambor del abuelo que a fuerzas se querían llevar para la fiesta. Marianela perseguía a Amalio y daban de brincos y tumbos saltando los pocos muebles que hay. Amalio saltó por encima de un viejo sillón que está todo descosido, y cuando Marianela intentó pasar sobre de él, se le zafó un guarache y salió volando para el otro lado. Se escuchó un santo guamazo porque la pobre Marianela azotó cuan larga es contra el piso de tierra compactada de la choza, y al caer se le salió todo el aire de los pulmones. Al darse cuenta Amalio del tremendo zapotazo que se pegó su hermana, lanzó el tambor ya sin importarle y se apresuró a regresar junto a su hermana para socorrerla.
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—¡Marianela!— exclamó Amalio con el entrecejo fruncido de preocupación. —Mira nomás que buen golpazo te acabas de acomodar en todo tu esqueleto, si serás... cuando uno corre se supone que tiene que levantar las patas... bueno pero con esas naguas supongo que ha de ser difícil...— añadió. —A ver pues, dame la mano, te ayudo a levantar—. Marianela quería responderle pero al estar sin aire nada más le salían unos gemidos muy extraños de la boca, y se veía un poco desesperada por querer agarrar aire otra vez. Le dio la mano a Amalio en señal de estar de acuerdo en recibir su ayuda, pues la Marianela salió a la mamá, y de pronto es muy orgullosa para dejarse ayudar o para aceptar que se equivoca. Amalio ayudó a incorporarse a Marianela y la llevó al otro lado del sillón para que se sentara, la dejó ahí y corrió junto al fogón a pedirle a la abuela un vaso de agua. Amalio estaba realmente angustiado por su hermana, pues aunque se pelean cuando algo le pasa se preocupa porque la quiere.
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Así es entre los hermanos que se quieren mucho aunque a veces si no es que casi todas la veces, la manera en que se demuestran afecto es un poco grotesco. Los hermanos y las hermanas deben aprender a quererse con respeto y a demostrar sus sentimientos de una forma adecuada, ni tanto que queme al santo ni poco que no lo alumbre, así que se trata de tratar bien y ser cariñoso cuando sea preciso. Doña Francisca avisó que la mesa ya estaba lista. Todos se aproximaron para comerse unos ricos tacos de frijolitos antes de salir. Se sentaron juntos a la mesa y no solo compartieron los alimentos, sino que también compartieron el espacio en un ambiente de amor, respeto e igualdad. Mientras doña Francisca servía los tacos, Cándido llenaba los jarritos de canela, don Rosalio echaba la salsa a los tacos de todos, Jacinta echaba más tortillas al comal y los dos escuincles comían y comían sin pelear. —¡Ah! qué agradable es la choza cuando todo está en equilibrio y en paz— dijo don Rosalío. Así mero es como las familias deben convivir diario. Sí la convivencia y la vida en común no tiene que ser siempre un zafarrancho— añadió. En poco tiempo todos estuvieron satisfechos y listos para salir rumbo a la fiesta de la cosecha. Los preparativos para la fiesta se habían iniciado desde el día anterior. Amalio y Marianela habían ayudado en el pueblo a colocar los arcos de flores de cempaxuchitl y flor de pericón. Jacinta ayudó junto con otras señoras que ella misma organizó a adornar las calles del pueblo con maíz, caña, frijol, y todo lo demás que ese año se había logrado cultivar. A Cándido le toco acomodar, junto con su compadre y sus amigos, los banderines de colores por donde iría la ruta que los diferentes grupos de danzantes habrán de seguir hasta llegar al atrio del templo de la comunidad. La fiesta de la cosecha es una gran oportunidad para que todos participen por igual, al tener todos un fin en común pues todos se ponen de muy buen humor a trabajar en conjunto sin importar si se es hombre o mujer, joven o viejo, gordo o flaco... lo único que importa es que todos se organizan para que a fiesta sea buena para todos.
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En el atrio es donde se arma la fiesta en grande ya con todo el pueblo una vez que se llevó a cabo la marcha por las calles. Todas las familias llevan ofrendas de frutas y flores en señal de agradecimiento. Las mujeres reparten elotes y calabaza hervida con miel de piloncillo. No falta el varón que anda repartiendo alcoholes para dar más vida al festejo, pero eso sí... mucho cuidadito de no tomar de más porque sino en lugar de festejo se volverá zafarrancho. Cuando ya todos están reunidos comiendo y bebiendo muy felices, entonces comienza la música con los tambores que retumban en las sienes de los asistentes haciendo que el corazón de todas palpite al mismo ritmo como uno solo y todos tenga el deseo de bailar. Poco a poco la explanada se va llenando de pies descalzos que se agitan y saltan hasta casi hacer quebrar a la tierra. La gente viste sus atuendos tradicionales, todo está lleno de color y en el aire se respira además del olor a sahumerio y mirra, el aroma de la gente que vive en comunión entre unos y otros. Se respiran esas ganas de hacer comunidad, de hacer pueblo, de brindar amor y solidaridad. Lo más maravilloso de esta fiesta familiar es que aquí no es el único lugar donde se celebra, pues ésta tradición se realiza por todo alrededor del mundo y lo que se conmemora es la abundancia que la tierra nos da, y también festejamos la posibilidad de estar reunidos porque de eso se trata, de agradecer en conjunto a la madre tierra, al padre sol, a la lluvia y a la mano del hombre el hecho de tener alimento cada año, y el alimento es pal cuerpo pero en esta celebración al estar unidos todos como comunidad también cosechamos alimento pal alma, y lo mejor, decía el abuelo del abuelo Rosalio, el fuego, es que en todo el mundo se baila igual.
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