ciudad
bilbao Cada vez, una aventura Volver a esta ciudad es siempre una gozada: por sus callejuelas llenas de bares de tapeo, sus señoriales avenidas plagadas del mejor comercio de la cornisa cantábrica, sus parques y paseos… Todo ello entre montañas y regado por una ría cada vez más bonita. Texto y Fotos: José María de Pablo y Miguel Marqués.
Esculturas de Richard Serra desde la segunda planta del museo Guggenheim.
ciudad Bilbao ruta Islandia
Funicular de Archanda, casi con un siglo de vida.
por todo lo alto
Bilbao es una ciudad vertical. Al estar rodeada de montañas, ha crecido escalando cuestas. Para salvar estos obstáculos, la ciudad cuenta con varios ascensores y un funicular que ahorran tiempo y sudores por poco dinero y ofrecen vistas increíbles de todo El Botxo, como se conoce cariñosamente al centro. El Funicular de Archanda (0,90 €), a punto de cumplir su primer siglo de vida, te deja en la cima del monte homónimo, desde el que se ve todo Bilbao y el aeropuerto, al otro lado de la montaña. Si tu destino es Begoña, toma el ascensor de la calle Esperanza (0,40 €), junto al Paseo del Arenal. Te ahorrarás los 365 peldaños hasta la Basilíca y el parque Echebarría. Puedes bajar caminando por las calzadas de Mallona, un camino tan pintoresco como desconocido. Menos espectacular, pero no menos interesante es el ascensor del puente de la Salve (gratuito) que se toma en la orilla del Campo Volantín. Desde lo alto hay una bonita vista del museo Guggenheim.
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Uno de los pinchos del galardonado Gure Toki.
casco antiguo
Callejeando por los
L
a capital de Vizcaya tiene fama de cosmopolita y de tener los habitantes más simpáticos del norte. Bilbao es una ciudad joven –¡sólo tiene 712 años!–. Fue fundada en 1300 por Diego López de Haro, Señor de Vizcaya, que desde su pedestal de la plaza Circular observa el devenir de su obra más preciada. Este punto es la frontera entre los dos bilbaos: el medieval de las Siete Calles, y el burgués, que gira alrededor de la Gran Vía. Comienza por la parte más antigua, al otro lado de la ría. Antes de bajar por la calle Navarra, fíjate en la estación de Abando, con su espectacular vidriera. Y un poco más adelante, en la modernista estación de Santander, una joya fruto de un tiempo en el que una buena conexión con las minas de León y Asturias era vital para mantener la industria pesada que hizo rica a la ciudad.
A la misma entrada del Casco Viejo, sobre el paseo del Arenal, verás el imponente Teatro Arriaga (www.teatroarriaga.com), inaugurado en 1890. Todo un lujo que indica la capacidad económica del Bilbao de entonces. el corazón histórico Esta zona está llena de comercio, pequeñas tiendas de toda la vida, de bares de pinchos, soleadas plazas y estrechos callejones llamados cantones, que comunican las calles principales, en los que verás colgadas las prendas recién salidas de la lavadora. El corazón del barrio es la Plaza Nueva, un cuadrado neoclásico donde debes hacer, al menos, una parada gastronómica. Gure Toki esconde en su carta varios pinchos galardonados en concursos. Y compra lo mejor de la gastronomía vasca en Víctor Montes, que también tiene un restaurante en la misma plaza.
De un pasado boyante e industrial a una ciudad
Diego López de Haro en la plaza Circular.
Vistas de la ciudad desde el monte Archanda.
Bolera de Begoña.
orígenes de la urbe Aquí verás que algunas calles hacen referencia al medievo: Sombrerería, Tendería y Ronda… En esta última, por donde transcurría la vieja muralla de la villa, nació Miguel de Unamuno, escritor al que se dedica una animada plaza. De ella parten los 365 peldaños, que forman parte del Camino de Santiago cantábrico y que conducen, en media hora, a la basílica de Begoña, patrona de la ciudad. fuentes, fútbol y liberales Busca entre las callejuelas la neoclásica fuente del Perro para comprobar que el chorro de agua no sale de un can, sino de tres leones ataviados a la egipcia. Casualmente, cerca de la fuente, está la tienda oficial de Los Leones, el Athletic de Bilbao (Bidebarrieta, 10) y más adelante, El Sitio, un club privado del siglo XIX sólo para liberales y en el que se vetaba la entrada a los militan-
tes rivales, los carlistas. Hoy es una biblioteca municipal y la sala de lectura, en el primer piso, se conserva tal y como se concibió. La cara más monumental del casco hay que buscarla en la catedral gótica de Santiago, del siglo XIV, o en la iglesia barroca de los Santos Juanes, primera sede de los jesuitas en Bilbao, cuyo importante claustro se ha incorporada al Museo Vasco, dedicado a la etnografía. Además, están los palacios de la Bolsa (calle Pelota, 10) y los Arana (Ribera 22). De vuelta a la ría verás el mercado de la Ribera, inmerso en un proceso de reconstrucción, y la iglesia de San Antón, del siglo XVI, cuyo perfil es, junto al puente que nace en su costado y dos lobos, parte del escudo de Bilbao. Según parece, los potentes paredes de la iglesia evitaron que la crecida de las aguas en 1983 arrasara las Siete Calles. Una placa indica la altura alcanzada por el agua.
Plaza de Unamuno y escalera a Begoña.
moderna, cospomolita y con fantásticos miradores sobre el entorno DEVIAJES/[[[string1]]]
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ciudad Bilbao
Interior del museo Guggenheim.
Los barcos turísticos navegan por la ría de Bilbao. Museo Guggenheim.
Paseo peatonal de la ría.
con historia
Tras la limpieza de las aguas del Nervión, la ría de Bilbao quedó preparada para los cruceros turísticos. Bilboats (www. bilboats.com) ofrece varios minicruceros por la ría. El mejor es el que llega hasta la misma desembocadura (dos horas/16 €). Este es todo un viaje al pasado industrial y naval de la comarca. Primero pasa por Noruega, como se conoce a Olabeaga, el barrio donde los pesqueros noruegos descargaban el bacalao. Luego por Sestao, donde casi se rozan las gigantes grúas de La Naval y se conserva el único de los Altos Hornos de Vizcaya, y Portugalete, con su puente Colgante. El viaje finaliza en la Barra de Churruca, una obra de ingeniería con la que se logró la navegabilidad permanente. Eso sí, a costa de la desaparecida playa.
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.Dae id moluptatius, nonsent
r í a de b i l b a o
La orilla prodigiosa
C
ada año, cerca de un millón de personas visitan el Museo Guggenheim Bilbao (www. guggenheim-bilbao.es). Desde su inauguración, en 1997, la ciudad no ha parado. El barco de titanio y acero creado por el arquitecto norteamericano Frank O. Ghery sigue dando mucho que hablar, tanto por fuera como por dentro. La colección y el programa de exposiciones del museo custodiado por un Yorkshire gigante es una de las mejores de España. La sala ArcelorMittal, de 130 metros de longitud, es uno de los puntos que no debes perderte. Solo aquí es posible mostrar las esculturas de gran formato del artista Richard Serra Serpiente y La Materia del Tiempo. Pasea entre ellas, tócalas y obsérvalas desde planta superior. las sorpresas continúan Si hace mucho que no vienes a Bilbao verás que la orilla de la ría sigue cambiando. El ambicioso plan de reconversión de los 348.500 m2 de terreno industrial casi está terminado. Una alfombra de césped, un silencioso tranvía y un agradable paseo peatonal han sustituido a los contenedores oxidados.
Una manera cómoda de recorrer este paseo, llamado de Uribitarte, es en tranvía. Desde el puente del Ayuntamiento hasta el de Euskalduna atravesarás una de las mejores colecciones de arquitectura contemporánea: el puente Zubizuri, de Santiago Calatrava, las torres Isozaki, el Guggenheim, la biblioteca de la universidad de Deusto, de Rafael Moneo, el paraninfo de la Universidad, de Álvaro Siza y la torre Iberdrola, la más alta del Cantábrico, de César Pelli. Después, el Centro Comercial Zubiarte, de Robert Stern, el hotel Melià Bilbao, de Ricardo Legorreta y el palacio Euskalduna, de Federico Soriano y Dolores Palacios, construido sobre los terrenos de los antiguos astilleros y sede de la temporada de Ópera de Bilbao y de la Orquesta Sinfónica de Bilbao. Para ver terminado el último gran proyecto de regeneración de la zona tendrás que esperar unos años. La arquitecta Zaha Hadid convertirá en isla la península de Zorrozaurre, que se llenará de nuevas viviendas, oficinas inteligentes y otras dotaciones culturales y de ocio. Si el tiempo acompaña, vuelve al centro a pie por la ribera Botica Vieja y el Campo Volantín, popular paseo dominical de los bilbaínos, que recorre la otra orilla hasta el agradable salón de tilos y plátanos del paseo del Arenal.
En tranvía o a pie, la ría tiene mucho que contar
Mama, la escultura de Louis Bourgeois, frente al museo Guggenheim.
ciudad Bilbao
el punto más cool
Desde su transformación de almacén a centro cultural, la Alhóndiga de Bilbao se ha convertido en lugar de moda. La oferta incluye miles de actividades expositivas y formativas, cines, un gimnasio y una original tienda que se llama Shopa (www. shopa.es), gestionada por los comerciantes de la alternativa calle Dos de Mayo. La parte gastronómica corre a cargo de Ricardo Pérez, uno de los nuevos representantes de la alta cocina vasca, e incluye una cafetería, una escuela de gastronomía y dos restaurantes. Uno de ellos, Yandiola (www. yandiola.com) es de imprescindible visita si se desea estar al tanto de lo que se cuece en los fogones vascos. En la azotea está lo mejor: tres piscinas cubiertas y una enorme terraza que ofrece una vista única de la ciudad y que con el buen tiempo se convierte en La Terraza de Yandiola, ideal para tomar algo en las tardes de verano.
Terraza del restaurante Yandiola, en La Alhóndiga.
Patio interior de La Alhóndiga.
ABAN D O
francisco berreteaga
Aquí se cuece lo más
A
pesar de que Abando es un barrio muy clásico, es aquí donde más éxito han tenido las innovaciones arquitectónicas. El mejor ejemplo son los fosteritos, bocas del metro creadas por Norman Foster, totalmente integradas en el paisaje urbano. Más reciente es la restauración integral de la joya del modernismo vasco, el teatro Campos Elíseos (Bertendona, 3), también conocida como la bombonera de Bertendona, donde además de una excelente programación musical y escénica, se puede disfrutar
de un menú del día servido en su luminoso restaurante. Pero la más espectacular de las novedades es Alhóndiga Bilbao (plaza Arrikibar, 4 y www.alhondigabilbao.com), el antiguo almacén de los vinateros, transformado por el francés Philippe Stark en un centro de ocio, cultura y deporte abierto a locales y visitantes. Las obras han respetado la fachada original y se ha creado un universo propio que incluye la única plaza interior de la ciudad que, a su vez, esconde tres edificios sostenidos por 43 columnas –cada una representa otras tantas culturas y periodos históricos de la Humanidad–. de tapas y compras En Abando la ciudad se transforma en grandes avenidas ordenadas alrededor de la Gran Vía Don Diego López de Haro. Pasea por los jardines de Albia y por el parque de Doña Casilda Iturrízar, donado por la benefactora dama que le da nombre, aunque popularmente se conoce como el de los patos. Las calles Diputación, Ledesma y los jardines de Albia son los puntos de referencia para tomar buenos pinchos. Prueba la popular
Café Iruña, recién restaurado.
Teatro modernista Campos Elíseos. Dae id molup. Dae id moluptatius, nonsent
nuevo brocheta (2 €) del Café Iruña (Berástegui, 4), un precioso local de 1903 y decoración neomudéjar monumental recién restaurada. En la plaza Moyúa, de donde parecen salir disparadas todas las grandes calles del ensanche, admira la belleza neoflamenca del palacete del industrial Victor Chávarri y el hotel Carlton, estilo belle époque, capaz de alojar en su suite imperial de 250 m2 a un rey o a una estrella del rock. Estás en territorio idóneo para las compras. Gran Vía y Ercilla son las mejores calles para ir de tienda en tienda. Allí están grandes marcas como Louis Vuiton (Gran Vía, 42), Lottusse (Rodríguez Arias, 27) y otras de gran tradición como For (Gran Vía, 22). Si buscas diseño de moda femenina made in Bilbao, pásate por Jota+Ge (Máximo Aguirre, 11 bis) y por Alicia Rueda Atelier (Doctor Nicolás Achucarro, 10), una diseñadora de Marquina que tiene varias líneas que se ajustan a distintos estilos. Para algo más alternativo, prueba alguna de las tiendas de Bilbao la Vieja, donde se han instalado pequeños comerciantes jóvenes, como Garabat (2 de Mayo, 19), galería y tienda especializada en ilustración, designer toys, libros y otras sorpresas.
n u es t r a g u ÍA
DÓNDE DORMIR
Hotel Melià Bilbao (☎ 94 428 00 00 y www.melia-bilbao. com). En la zona más monumental de la ría. Todas las habitaciones son amplias y luminosas. Tiene un restaurante de referencia capitaneado por José Miguel Olazabalaga y un centro de bienestar. Desde 100 €. Hotel Miró (☎ 94 661 18 80 y www.mirohotelbilbao.com). Casi enfrente del Guggenheim. Con sólo 50 habitaciones de diseño limpio y elegante. Desde 108 €. Gran Hotel Domine Bilbao (☎ 944 25 33 00 y www.hotelessilken.com). Imposible estar más cerca del museo Guggenheim. Las habitaciones son bonitas y amplias y el desayuno se sirve en la terraza. Desde 100 €.
dÓnde comer
Arbolagaña (av. del Conde Artetxe. ☎ 944 42 46 57 y http:// arbolagana.com). En lo alto del museo de Bellas Artes y rodeado de las copas de los árboles del parque de Doña Casilta Iturrizar. Aitor Basabere interpreta en clave moderna los básicos de la cocina vasca. Unos 45 €.
El Arandia de Julen (plaza de la Encarnación, 10, ☎ 944 33 10 86 y www. arandiadejulen.com). Aquí se sirven recetas tradicionales sin concesiones a las novedades. El menú de alubias pintas con sus sacramentos (berza, chorizo, morcilla y guindillas), y medallones de merluza de segundo, es inolvidable. Todo en grandes raciones por 35 €, con postre y vino. En principio se sirve los miércoles y por encargo, el resto de la semana. Atea Restaurante (paseo de Uribitarte, 4. ☎ 94 400 58 69 y http://atearestaurante. com). Daniel García, chef del prestigioso Zortziko ofrece entre semana un menú gastronómico basado en la tradición vasca por solo 16,5 €. Tapas, raciones y guisos como el de rabo de buey deshuesado son sus fuertes. Por la noche
Víctor Víctor Montes: Montes: prueba prueba su su bacalao. bacalao.
Interior del hotel Melià Bilbao.
hay que pedir a la carta, pero los precios son razonables, entre 25 y 35 € por persona para una cena completa. Víctor Montes (plaza Nueva, 8). Un clásico de la ciudad, con bar, tienda y terraza. Especialidades en bacalao, chuletón y cogote de merluza.
de copas
En el Casco Viejo, la vida nocturna se concentra en las calles Belostikale, Santa María, Barrenkale y Barrenkale Barrena. Kafe Antzokia (plaza San Vicente, 3 y www. kafeantzokia.com). Es un proyecto cultural que lleva desde 1995 trayendo a la ciudad los mejores directos. Es el lugar idóneo para tomar una copa hasta la madrugada.
informaciÓn Turismo de Bilbao. www2.bilbao.net.