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Public Health / Salud Pública
EPA & TCE: The Trump Factor Three Years Undermining Science
In 1932, a medical advisor for the Chrysler Corporation, Dr. Carey McCord, wrote in the Journal of the American Medical Association that “any manufacturer contemplating the use of trichloroethylene (TCE) may find in it many desirable qualities. Too, (…) he may find in this solvent the source of disaster for exposed workmen” 1 . The presence of the nephrocarcinogenic TCE metabolite DCVC —formed in the kidneys— is found in the urine of workers exposed to TCE 2 .
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TCE is neurotoxic and immunotoxic and it causes liver and kidney cancer 3 . Furthermore, and of significance, the solvent crosses the placenta in pregnant women causing heart deformities in the fetus 2 . For instance, Ray Runyan —a University of Arizona embryologist— found that TCE can alter some 4,000 genes in the heart, approximately a third of the genes in the developing heart 4 .
Then in 1985, TCE levels of tolerable exposure were set by the Environment Protection Agency (EPA) in the Safe Drinking Water Act. Around this time, Dr. Stanley Goldberg took note of a local neighborhood cluster of heart defects in some of his young patients. It was found that the local water supply from neighboring wells was contaminated with TCE. After the wells were closed in the 1980s, the problem disappeared. Then, heart defects were found in upper New York State in 2012 after TCE was found in an IB M semiconductor spill.
These and other incidents helped to initiate the 2011 and 2016 Obama proposals: while the Safe Drinking Water Act established limits in drinking water, exposure through inhalation or the skin had never been regulated formally and by 2011 and 2016, the Obama administration proposed bans on various common uses of TCE 4 . The 2011 report was drafted by the EPA to stop the use of TCE in fixative sprays used in arts and crafts and then by January 2017, the EPA proposed new bans in aerosol degreasers and spot cleaners 3&5 .
Salivating on $7.6 million of lobbied funds in 2019, the EPA halted the regulatory process on TCE and opened another process to lessen the strictures on the uses of the chemical. A new study, supported by the Halogenated Sol
Thomas Block, Middlefield, OH
Tres Años Saboteando la Ciencia
EPA y TCE: El Factor
Trump
En 1932, un asesor médico en la Corporación Chrysler, el Dr. Carey McCord, escribió en el Boletín de la Asociación Médica Estadounidense que “cualquier fabricante que considere el uso de tricloroetileno (TCE) puede hallar en éste muchas convenientes cualidades. También (…) puede hallar que es la fuente de un desastre para el trabajador expuesto a este solvente” 1 . El metabolito nefrocarcinógeno DCVC del TCE
continued on next page vents Industry and the American Chemistry Council disassociating neighborhood cancer clusters around businesses using TCE as well as various immune disorders and fetal abnormalities, “ignored a vast body of evidence showing TCE toxicity at low exposures.” This study also dismissed previous conclusions by the EPA in 2011 and 2016 but fit into the Trump administration’s plans to once and for all grind to a halt
continúa a la vuelta —que se forma en los riñones— se halla en la orina de los trabajadores expuestos al TCE 2 .
El TCE es un neurotóxico e inmunotóxico y causa cáncer al hígado y a los riñones 3 . Más importante aún, este solvente atraviesa la placenta en las mujeres embarazadas causando deformaciones cardiacas en el feto 2 . Por ejemplo, Ray Runyan —embriólogo en la Universidad de Arizona— halló que el TCE puede alterar unos 4 mil genes en el corazón —aproximadamente un tercio de los genes del corazón durante su desarrollo 4 .
Y después, en 1985, los niveles de exposición tolerable al TCE fueron establecidos por la Agencia de Protección del Medioambiente (EPA) en el Decreto de Agua Potable Segura. Por ese tiempo el Dr. Stanley Goldberg notó un clúster de defectos cardiacos entre sus pacientes más jóvenes de un barrio del área. Se descubrió que el suministro de agua local, proveniente de unos pozos aledaños, estaba contaminado con TCE. Después que se clausuraron los pozos en los 1980s el problema desapareció. Luego, en 2012, se hallaron defectos cardiacos en el norte del estado de Nueva York después que se encontró TCE en el derrame de un semiconductor de la IB M.
Estos y otros incidentes aportaron gatillaron las Propuestas Obama en el 2011 y el 2016: aun cuando el Decreto de Agua Potable Segura establecía límites en el agua potable, la exposición a través de inhalación o la piel nunca había sido formalmente regulada. Para el 2011 y el 2016 la Administración Obama propuso prohibiciones en varios usos comunes del TCE 4 . El reporte del 2011 fue compilado por la EPA para detener el uso del TCE en fijadores en aerosol que se usa en las artes y artesanías y, después, para enero del 2017, la EPS propuso nuevas prohibiciones en desengrasantes y quitamanchas en aerosol 3&5 .
En el 2019, relamiéndose con fondos de intereses creados, la EPA detuvo el proceso regulatorio del TCE y abrió otro proceso para reducir lo estricto de los usos permitidos del químico. Un nuevo estudio, respaldado por la Industria de Solventes Halogenados y el Consejo Químico Estadounidense y que los desasociaba de clústeres de cáncer en áreas residenciales vecinas a industrias que usaban TCE al igual que a
EPA & TCE: The Trump Factor
from the previous page
the regulatory process on TCE 4 .
Ever since the 2003 University of Arizona study by Paula Johnson and Stanley Goldberg established minute trace levels of TCE being toxic to developing fetuses, the American Chemistry Council and others have been fighting back trying to remove Johnson’s findings as the standard or benchmark against which exposures were measured.
In September of 2019 under orders from the Trump’s White House, Andrew Wheeler erased the standard set in 2003 by Johnson & Goldberg, and established a new standard equivalent to the amount of TCE that could be tolerated before immunosuppression would be affected. It must be understood that the amount of TCE needed to cause immunosuppression is nearly 500 times higher than the amount needed to cause heart defects in-utero. Thus, female workers in early stages of pregnancy would be subject to much higher amounts of TCE before precautions would be mandated. Their health and the health of the fetus were being jeopardized.
The EPA scientists detailed the “methodological limitations” in the new study supported by Wheeler —and again found the Johnson and Goldberg research to be their “benchmark for their calculations of unsafe exposure to TCE.” This EPA draft evaluation issued by the EPA’s Office of Chemical Safety and Pollution Prevention was obtained by Reveal News. But, emphasizing the White House influence, there was a reminder stamped on each page: “Interagency draft - do not cite or quote.”
The draft was then sent to the White House. Under instruction from the White Thomas Block Middlefield, OH
EPA y TCE: El Factor Trump
viene de la vuelta variados trastornos inmunológicos y anomalías fetales, “descontaba una vasta cantidad de evidencia que demostraba toxicidad del TCE incluso en baja exposición”. Este estudio también desdeñó previas conclusiones de la EPA tanto en el 2011 como en el 2016, pero se ajustaban a los planes de la Administración Trump de poner un alto a todo el proceso de regulación del TCE de una vez y por todas 4 .
Desde que la publicación del estudio por Paula Johnson y Stanley Goldberg de la Universidad de Arizona en el 2003 y que establecía que minúsculos vestigios de TCE eran tóxicos para fetos en desarrollo, el Consejo Químico Estadounidense y otros han estado resistiéndolo y tratando que se retire como el estándar o tabla comparativa de exposición y medida.
En septiembre del 2019, y bajo órdenes de la Casa Blanca de Donald Trump, Andrew Wheeler eliminó el estándar establecido en el 2003 por Johnson & Goldberg, y lo reemplazó con una nueva normativa de equivalencia al monto de TCE que podía tolerarse antes de afectar la inmunosupresión. Debe entenderse que la cantidad de TCE necesaria para causar House, the phrase “determination of unreasonable risk for workers are developmental cardiac toxicity” was changed to “determination of unreasonable risk for workers are immunosuppression” (on p. 35 of the published draft). “Cardiac toxicity” was removed from the original report 322 times. It was also reported that the White House forbade the release of the draft for peer review and public comment until all notes of deletion of “fetal heart risk” as the standard were removed.
“The White House had directed the EPA to override the findings of its own scientists” 4 . One wonders what the link between TCE and the 40,000 infants born every year with heart defects [is]… and whether the Trump Administration really cares.
NOTAS/NOTES
1. Journal of the American Medical Association, 7/30/32 2. World Health Organization (WHO) 3. N atural Resources Defense Council, 7/30/15 4. R eveal News, 2/28/20 5. E nvironmental Defense Fund, Aug, 2018
inmunosupresión es 500 veces más alta que la cantidad necesaria para causar defectos cardiacos in-útero. Así, las trabajadoras en las primeras fases de su embarazo estarían sujetas a montos tremendamente más altos de TCE antes que las precauciones sean obligatorias. Su salud y la del feto están en riesgo.
Científicos de la EPA detallaron las “limitaciones metodológicas” en el nuevo estudio respaldado por Wheeler —y nuevamente decidieron que el reporte de Johnson y Goldberg iba a ser su “tabla comparativa para sus calculaciones de exposición de riesgo al TCE”. Esta evaluación preliminar que produjo la Oficina de Seguridad y Prevención de Contaminación Química de la EPA se obtuvo a través de Reveal News. Pero, enfatizando la persuasión de la Casa Blanca, cada página incluía una estampa que advertía: “borrador inter-agencia – no se cite ni aluda”.
El borrador fue entonces enviado a la Casa Blanca. Bajo instrucciones de ésta última, la frase “determinación de riesgo inaceptable para trabajadores es la toxicidad en desarrollo cardiaco” fue cambiada por “determinación de riesgo inaceptable para trabajadores es la inmunosupresión” (pág. 35 del borrador). “Toxicidad cardiaca” fue eliminado 322 desde el original. También se reportó que la Casa Blanca prohibió la publicación del borrador para la evaluación de sus pares y comentario público hasta que se removiera toda evidencia de eliminación de “riesgo cardiaco al feto” como premisa.
“La Casa Blanca ordenó a la EPA desdeñar todos los descubrimientos de sus propios científicos” 4 . Uno se pregunta cuál es el vínculo entre el TCE y los 40 mil bebés que nacen cada año con defectos cardiacos... y si a la Administración Trump realmente le importa.
solo desarrollaron, lejos, las mejores y más numerosas universidades, sino que también la población en general era tanto más letrada como especializada. Nuestro sistema de educación, basado en control local, nos ha hecho un líder mundial y dependíamos en la ciencia de la educación pública que se innovó aquí. No obstante, la resistencia a respaldar una educación pública de alta calidad —empezando con la lucha por integración y la batalla de la Proposición 13 y su efecto en la financiación de la educación— fue el inicio de
Ciencia vs Democracia
viene de la pág. 4
un lento proceso de deterioro en los EEUU, mientras que otros países tendían a continuar avanzando basándose, en gran parte, en las lecciones aprendidas de nosotros.Así, cuando comparamos la calidad de la educación en las escuelas públicas en los EEUU con la de nuestros países-socios en otras democracias industrializadas, los EEUU han caído bastante, no solo en matemáticas y en ciencias, sino también en el campo vocacional, de ciencias sociales y de las artes. Y si hay alguna característica en el liderazgo de sistemas escolares que superan dramáticamente al nuestro, es la estabilidad de los profesionales que lideran dichos sistemas escolares.
La experiencia del SUSD por las últimas dos décadas sugiere que el mayor enfoque del trabajo del Directorio ha sido cambiar e interferir en la gestión de los superintendentes ¿No es ya hora que re-aprendamos la lección que enseña el mundo? Elegimos Directorios Escolares para que ellos elijan expertos educacionales altamente calificados y luego facilitarles a éstos los recursos que necesitarán para que rindan nuestras escuelas, no para que interfieran y dificulten la gestión de los expertos que ellos mismos eligieron.
North Main Street Under the Brick Dome
Igrew up back in the 50’s in a housing project known as William Mead, but us locals called it Dog Town. Located North of Main street in Los Angeles, CA. It was 95% Blacks and the left over percentage were Latinos with one or two white families in the mix. It didn’t matter really, because we all lived on this island with the same issues as everyone else. It was like being in your own town. We had our own grocery stores, Tony’s Cleaners, and Ann Street Elementary School.
What made my neighborhood so unique was it was hidden from the rest of the county communities and dare I say the world. Looking off my balcony I could see the L.A. County Jail, which was up against the railroad tracks and I could see and hear the trains daily until it was just part of the background music in my little town.
Down the street was the famous US post office on Union St., the main Post office in L.A., the one where the famous writer/poet Charles Bukowski worked and based his Post Office book on. Historic Olvera Street was next to the main post office as well. It was first a settlement from Mexico founded in 1781 and —of course— Union station was near the post office too. A nice tight group of landmarks.
And wait! Not too far from there was China Town. I would venture there with my younger sister, Merry and a friend, Pam to see those Kung Fu movies. They were unreal. One of the characters in the movie was an old woman about 70, who turned flips, catching blades with her long ponytail braid as if this wasn’t enough, she would do summersaults in mid air and would beat the living shit out of her attackers. We would laugh so hard because it was something we have never seen or heard of. Such great role models for Bajo el Domo de
Ladrillos us young girls.
Some evenings I spent on my balcony I could see the red light on top of City Hall blinking on and off. The sky would be a purple red and orange depending on how much smog was in the air, but what a beautiful image. Like an abstract painting with muted colors against the sky only to be topped with an opaque red dot I would dream about my future as I heard the neighbors’ pots and pans clinking in the distance as they prepare their family meal.
Off in the distance you could hear conversations from the apartments though muffled. The world was safe then. C recí en los años 1950s en un fraccionamiento de vivienda social conocido como William Mead, pero los vecinos lo llamábamos Dog Town; ubicado al norte de la calle Main en Los Ángeles, CA. La población era 95% negra y el porcentaje restante eran latinos con una o dos familias blancas dentro de esa mezcla. Realmente no era problema, porque todos vivíamos en esta isla con los mismos problemas que los demás. Era como tener nuestra propia ciudad. Teníamos nuestras propias tiendas de comestibles, la lavandería Tony’s Cleaners, y la escuela primaria Ann Street.
Lo que hacía mi vecindario especial era que estaba escondido del resto de las comuniSonya Fe Las Cruces, NV
North Main Street at Elmyra Street in Dogtown, 1952.
Photo Source: Los Angeles Public Library.
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april 2020 Joaquín 27 dades del condado —y me atrevo a decir, del mundo. Mirando desde mi balcón, podía ver la cárcel del Condado de Los Ángeles, que estaba frente a las vías del tren, y podía ver y escuchar los trenes todos los días hasta que formaban parte de la música de fondo en mi pequeño pueblo.
Al final de la calle estaba la famosa oficina de Correos de EEUU en la calle Union, la principal oficina de correos en Los Ángeles, en la que trabajaba el famoso escritor y poeta Charles Bukowski y en la que basó su libro Post Office. La histórica calle Olvera también estaba al lado de la oficina principal de correos. Primero fue una colonia de México fundada en 1781 y, por supuesto, la estación Union también estaba cerca de la oficina de correos. Un apretado grupo de lugares históricos en una misma zona.
Pero esperen; no muy lejos de allí estaba el Barrio Chino —donde me aventuraba con mi hermana menor, Merry, y una amiga, Pam, para ver películas de Kung Fu. Eran asombrosas. Uno de los personajes de la película era una anciana de unos 70 años, que daba volteretas, atrapando cuchillas con su larga trenza y, como si eso no fuera suficiente, daba saltos de carnero en el aire y les daba tremendas palizas a sus atacantes. Nos reiríamos mucho porque eran cosas que nunca habíamos visto o escuchado. Esos personajes eran grandes ejemplos para nosotras, chicas jovencitas.
Algunas noches que pasaba en mi balcón podía ver parpadeando la luz roja en lo más alto del Ayuntamiento. El cielo era de un rojo púrpura y naranja, dependiendo de la cantidad de smog en el aire, pero, qué hermosa imagen era. Al igual que una pintura abstracta con colores apagados contra el cielo y solo con un punto rojo opaco encima, soñaba en mi futuro —escuchando el tintineo de las ollas y sartenes de los vecinos mientras preparaban la comida para la familia.
A lo lejos, aunque apagadas, uno podía oír conversaciones desde los apartamentos. El mundo era seguro en aquel entonces.
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