Pรกgina
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Staff de Traducción Moderadoras
Traductores
Tsuparthenopadeus Val_mar
*~Vero~*
Lei123 Melusanti HannaMarl
Staff de Corrección
Nina Carter MaryJane
Moderadoras
EtziadeIngle
Lina Loops ♥ Gaz TsuParthenopadeus Luis Angel Val_mar Whitesnow Amalfii
Revisión Final Viqijb
Diseño Nati Bell
Gaz
MaryJane♥
Carolyn
karool
tamis11
Pachi15
zaireta90
Ale_GE
*elis*
val_mar
Viqijb
Meellc
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Correctoras
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EtziadeIngle Meellc
Capítulo 13
Capítulo 1
Capítulo 14
Capítulo 2
Capítulo 15
Capítulo 3
Capítulo 16
Capítulo 4
Capítulo 17
Capítulo 5
Capítulo 18
Capítulo 6
Capítulo 19
Capítulo 7
Capítulo 20
Capítulo 8
Capítulo 21
Capítulo 9
Capítulo 22
Capítulo 10
Capítulo 23
Capítulo 11
Capítulo 24
Capítulo 12
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Sinopsis
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Lista de Capítulos
Sinopsis Jess es atrapada con la guardia baja cuando un sexy extraño le compra una taza de café y le pide que se siente con él. Es misterioso, lindo, e incluso pensó que dijo las cosas correctas en el momento justo, Jess puede sentir que ahí hay algo oculto acerca de él. *** Mientras Johnnie se sienta en frente de una hermosa mujer, no puede creer que no lo reconozca. Todos lo hacen. Viene con el territorio cuando eres el vocalista de una de las bandas más calientes del mundo; Chasing Cross. Con un espectáculo antes de irse para tomar un pequeño descanso en la gira, se siente como que la suerte está del lado de Johnnie. Eso es, si puede encontrar una forma de decirle a Jess quien es, sin asustarla.
*** Arrancada de la multitud durante el espectáculo, Jess hace su camino detrás de escena. El encuentro podría terminar en el escenario, pero el verdadero espectáculo está por comenzar. La pasión de Johnnie rápidamente se vuelve romance pero cuanto más tiempo Jess y él pasan juntos, más cosas se complican. Johnnie tiene una gran decisión que tomar acerca de él y la banda, probando su lealtad y amor por la música, y cuando los sueños de Jess empiezan a volverse realidad, comienza a darse cuenta que el amor verdadero existe, pero no siempre es un camino fácil para tomar...
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Después de que su mejor amiga le suplica que vaya a un concierto, Jess se encuentra parada en el medio de una multitud. Las luces están apagadas, la música comienza, y la multitud estalla en aplausos. Ella no sabe mucho de la banda, pero todo eso está por cambiar. Cuando las luces se encienden, Jess no puede creer lo que ve. El vocalista de la banda es el hombre del café.
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***
Capítulo 1 Traducido por *~ Vero ~* Corregido por Gaz
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Jess Carcraft se quedó mirando la pantalla de su ordenador portátil, pasando los dedos por el teclado, teniendo en cuenta la apertura de su nuevo thriller romántico. El editor fijó un plazo rígido en el libro y Jess planeaba entregarlo antes, con ganas de hacerlo bien tanto con su agente y editor. Después de un golpe de suerte en su primera novela, se las arregló para dar un segundo libro unos meses después para el cual el editor ahora había preparado para lanzar con un gran golpe. Su oportunidad literaria se convirtió entonces en una carrera literaria. En el segundo dormitorio de un apartamento del que podría mudarse fácilmente, gracias a un avance en el segundo libro, Jess se sentó en la misma silla de cuero agrietada en la misma mesa negra vieja que su madre le compró cuando se mudó a los dieciocho años. Se acurrucó sobre el teclado con un albornoz, una taza medio vacía de un café ya demasiado frío para disfrutar, y las imágenes de asesinatos y amor corrían a través de su mente. Las imágenes no se unirían para Jess, sin embargo, y se encontró lista para llegar a una pared de escritura. La primera línea no podría ser el único trabajo que había logrado terminar esta mañana, u hoy, así que rápidamente cambió de marcha. Tiró su café, se cambió a una ropa casual, corrió un cepillo por su pelo y cepilló sus dientes. Mientras miraba en el espejo, se juzgaba a sí misma aceptable para salir y enfrentar el mundo. Con suerte sólo a una pequeña versión del mundo. Para todo el éxito que su nombre había hecho, rara vez era reconocida, sobre todo porque la imagen utilizada en su sitio web y de sus libros era la misma imagen de Jess de pie con una pierna arriba, vestida con un largo
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eth no estaba segura de si el amor realmente existía, pero ella escribía novelas románticas para ganarse la vida y pasaba sus días explorando las emociones de las relaciones. Ella tenía que sonreír y vivir en un mundo que creía en ello.
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abrigo negro, labios rojo sangre, el estilo de su pelo como nunca lo tuvo antes. Querían capturar a Jess como una especie de mujer detective de un programa de televisión, pero la única experiencia en detectives que Jess tuvo fue cuando perdió sus llaves. Y aun así, encontró las llaves en cinco minutos. Tomó su portátil, lo metió en su mochila y salió del apartamento. A veces ir a un café local era todo lo que necesitaba para despertar una idea. Entre los clientes habituales y la gente que nunca había visto antes, funcionaba igual que su propio mundo. Además, la primera novela de Jess comenzó en un café, donde la heroína conoció al héroe con una taza de café y una conversación casual.
Capítulo 2 Traducido por TsuPathenopadeus Corregido por Gaz
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ohnnie permaneció en el balcón del hotel, sintiendo la calidez del sol mientras subía por su piel. Cerró sus ojos y tomó una respiración profunda, dejando a su cuerpo despertar. La noche
anterior se había salido un poco de sus manos, gracias a que Danny insistió en celebrar con una botella de whiskey. Un show más… Johnnie finalmente podía decirse eso. Un show más.
álbumes vendidos, tours que cruzaban el mundo, premios, y lo más importante de todo, fans leales, fueron lo que mantuvo a la banda en marcha. Mientras algunas bandas se vieron explotar en la luz del éxito, los chicos de Chassing Cross sólo parecían acercarse más. Johnnie se dijo que parte de eso era por su hermano menor, Danny. Era algo extra especial tener a su hermano real ahí con él en el escenario cada noche. Cada vez que Johnnie veía a Danny, regresaba a su infancia a cuando ambos tocaban a la guitarra (horriblemente en aquel tiempo) sus canciones favoritas. Separados por solo un año, ellos eran más como gemelos que como hermano mayor y menor.
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gira habían tomado lugar en cada uno de forma diferente. Millones de
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Como el líder del grupo de Rock de moda, Chasing Cross, los años de
Johnnie era una pulgada más alto que Danny y Danny tenía un look más aniñado, pero no se podía negar fueran hermanos. Esta etapa de la gira estaba llegando a su fin esta noche, seguido de un mes de largo descanso antes de seguir en España y viajar por toda Europa por otros dos meses. La idea de un tour mundial había sido un sueño y ahora Chassing Cross lo hacía cada año o dos. Johnnie se inclinó en la barandilla y miró hacia la calle de abajo. Miró por inspiración, considerando más la vida de lo que lo había hecho ates. Hace diez años, cuando Chasing Cross comenzó, Johnnie estaba en el instituto. Tenía algunos amigos para atascarse y después de un par de años de cambiar a los miembros de la banda, un grupo finalmente se quedó. En ese entonces, ellos pudieron escribir del potencial de la vida. Grandes hits acerca de fiestas, mujeres, amor y aprender a vivir.
Algunas veces, Johnie sentía que la música se había convertido en algo desechable, pero al segundo en que pisaba el escenario y veía a los miles de fans esperando, aclamando y cantando cada canción con él, esos pensamientos desaparecían. Una canción se reproducía en la cabeza de Johnnie y lo hacía cerrar sus ojos y sacudirla lejos. No era una canción para la banda. Era una canción para… algo más. Algo más en lo que Johnnie no quería pensar, no ahora, por lo menos. Miró sobre su hombro, a las puertas parcialmente abiertas a su habitación, medio esperando que los chicos estuvieran de pie ahí.
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menos de seis meses y ya los presionaban por nueva música.
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El sello discográfico había lanzado su nuevo álbum, EitghtNine, hace
Al pasar los años, habían formado un hueso fuerte para saber cuándo algo estaba pasando con otro. Justo como Johnnie había hecho una nota mental de lo mucho que Rick había bebido la noche anterior. Fue después del show, así que obviamente no afectó sus habilidades con la batería, pero para el final de la noche, no podía hablar. Eso no era bebida social, era beber para esconder algo. Algo a lo que tendría que hacer frente en su descanso. La gira tenía efecto en todo el mundo y eso es por lo que la última vez que negociaron un tour como este, Johnnie dejó claro que necesitaban
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descansos.
Capítulo 3 Traducido por Whitesnow Corregido por Gaz
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ienes que ir a ese show conmigo. Jess odiaba ser esa persona en la fila con el
teléfono pegado a su oreja, pero su amiga Marie no paraba de hablar. Se arrepintió de tomar la llamada al segundo en que lo hizo, pero era poco común que Marie llamara tan temprano. Todo en lo que podía pensar Jess era en la abuela de Marie, quien tuvo una apoplejía la semana pasada y no estaba en muy buenas condiciones. ―Marie, deja de hablar por un segundo ―dijo finalmente Jess,
―Estoy en la fila para ordenar café, te llamo luego. ―No, dime que irás al show esta noche. Por favor. ―Marie... ―Jessica, no me hagas esto. ―Te llamo después. A Jess le faltaba una persona para ser la siguiente en la fila. Ya se sentía mal por hablar por teléfono, de ninguna forma ordenaría un café sosteniendo el teléfono. ―¿Por qué compraste dos boletos?
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―¿Qué?
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interrumpiéndola.
―Se suponía que era para alguien más ―dijo Marie―. Pero Ted piensa que vamos rápido. Oh, rayos. ―Lo siento ―dijo Jess. ―Yo no. No sé cómo me siento respecto a él. Aunque no me sorprende. Pero con esto y lo de mi abuela... necesito una noche libre... Jess... ―Te llamo dentro de unos minutos. ―Tomaré eso como un sí. Marie colgó y Jess sacudió la cabeza. No quería ir a un show esta noche. Ni siquiera le preguntó a Marie qué banda tocaba. Jess disfrutaba de la música como cualquiera, pero Marie amaba un amplio rango desde música pesada donde gritaban las letras hasta música clásica instrumental. Con muchos grupos en medio.
mano apareció sobre el mostrador con dinero. ―Agrega la misma orden a la cuenta ―dijo una voz. Jess miró sobre su hombro y vio lo que posiblemente era el hombre más sexy que haya visto en su vida. Era alto con una barbilla definida, ojos penetrantes, y una mandíbula que necesitaba una afeitada. Sus labios eran delgados pero curvos cuando el lado derecho comenzó a formar una pequeña sonrisa, Jess sintió que su boca se abría. ―Va por mí ―susurró el hombre―. Solo hazme un favor y lleva el café a la mesa de la esquina.
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Antes de que el barman detrás del mostrador pudiera darle el total, una
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En el mostrador, Jess deslizó su teléfono en su bolso y pidió su orden.
Jess miró el dinero. El extraño golpeteó el billete sobre el mostrador y luego se fue. ―¿Eso es todo? ―preguntó el barman. Jess observó al hombre mientras se alejaba, manteniendo su cabeza abajo. ―Eso creo ―susurró. Jess llevó las dos tazas de café a la mesa de atrás. Allí, el extraño se sentaba de espaldas a Jess, una mano cerca de su cara. Se veía como si estuviera tratando de disfrazarse. Jess se preocupó mientras se acercaba. ¿Había algo mal con él? ¿Era alguna clase de loco? Su mente pensó en cosas que había visto en las noticias, sin
¿Un tipo extraño, mirando a las personas? Cuando se volteó y Jess vio el perfil de su rostro, casi deja caer el café. Era hermoso. De lado, con la luz del sol brillando en su rostro, lo hacía ver como una estatua. Pero se podía mover. Y hablar. Y eso hizo. ―Ah, muchas gracias ―dijo, tomando uno de los cafés. ―Sólo es negro ―dijo Jess―. No estaba segura de cómo te gusta. ―Después de lo de anoche, negro hará el efecto.
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¿Acaso no podía esto ser un argumento para un libro?
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mencionar a la autora en ella que nunca dejaba de trabajar.
Sonrió, mostrando un conjunto de hoyuelos que formaban más hoyuelos. Su barbilla se alargaba cuando sonreía, y el poder de sus ojos comenzó a grabarse dentro de la memoria de Jess. Se juró a sí misma que estaba memorizando las facciones del hombre sexy para su propio trabajo. Podía usar a un tipo así para una de sus novelas. Pero después de unos segundos de mirarlo como una boba, se dio cuenta que oscilaba en la línea de ser rara. ―¿Tienes el cambio? ―preguntó el hombre. ―Oh, el cambio. No, se lo di a... el... ―Sólo bromeo ―dijo el hombre sonriendo―. Ven. Siéntate por un minuto. ―No. No quiero molestarte. ―Claro que no. Siéntate.
considerando que este era un completo extraño. Pero aun así, dio un paso hacia la mesa redonda y se sentó. Sus manos estaban alrededor de su café. Su bolso para el portátil aún en su hombro. ―Puedes quitarte tu bolso ―dijo el hombre―. No muerdo. Lo prometo. ―¿Muerdes a las personas seguido? ―preguntó Jess. ―Sólo cuando me tientan. Era rápido. Era dulce. La boca de Jess se secó.
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de ellos. Jess no podía creer lo repentinamente cómoda que se sentía,
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Sus ojos eran oscuros y profundos. Un sentido de honestidad provenía
Sin romper el contacto visual con los ojos del hombre, bajó su bolso al suelo. ―¿Trabajando? ―preguntó el hombre, señalando el bolso. ―Algo así ―dijo Jess―. Soy escritora. ―¿Una escritora? ¿Qué escribes? ¿Por qué estaba haciendo preguntas? Jess trató de levantar su taza de café pero descubrió que sus manos temblaban. ¿Temblaban de qué? ¿Miedo? ¿Anticipación? ¿Porque el hombre sentado al frente de ella tenía un rostro de ensueño? ―Escribo libros ―dijo Jess. ―¿Escribes libros o públicas? ―¿Eso qué quiere decir
de sexy tocaría la guitarra. ―...así que eso me hace un músico, ¿verdad? Jess asintió. ―Pero, ¿soy un músico que hace grabaciones? ¿Hago grandes shows? ¿Hago mucho dinero? Jess se encogió de hombros. ―No lo sé. Dime tú. El hombre rió por unos segundos. ―¿Editas? ―preguntó.
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Jess sintió a su corazón saltar. Por supuesto que un hombre así
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―De acuerdo. Toco la guitarra...
―Si ―dijo Jess―. Tengo una editorial. No soy muy famosa pero he dado un par de autógrafos. ―Un par de autógrafos. ―El hombre sonrió ampliamente. Bebió unos sorbos de su café. ―¿Haces shows? ―Supongo que podrías decirlo. ―¿Estás en una banda? ―Sí, estoy en una banda. Soy el cantante. Imagínate. Jess no podía creer lo excitada que sentía. Peleó con las imágenes que se le venían, pero se imaginó al hombre sobre un escenario tocando la guitarra, cantando. Sudando. Mirando a Jess en una multitud. Controlándola con sus ojos. Tuvo que mirar hacia otro lado por un segundo.
―¿No tienes idea de quién soy ―¿Por qué? ¿Debería? ―Nop ―dijo el hombre―. Por cierto, me llamo Johnnie. ―Yo soy Jess. ―Jess ―susurró Johnnie. Jess observó mientras Johnnie la miraba. Como si la estuviera estudiando, tratando de averiguar si ocultaba algo. No le importaba que la mirara, en lo mínimo. Era muy caliente... ―Gracias por ayudarme con el café ―dijo Johnnie. ―Gracias por comprarme un café.
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―Claro.
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―Entonces, déjame preguntarte algo ―dijo el hombre.
―Te escuché al teléfono con tu... ¿novio? Jess sonrió. Si Johnnie había estado escuchando, sabía que no era un novio. Qué manera tan barata de averiguar si tenía novio. Pero Jess lo respetaba. ―Nop, no mi novio. Mi amiga, Marie. ―¿Todo bien? Jess finalmente tomó un poco de su café. ¿Quién rayos era este tipo? ¿Cómo tenía tanta confianza? ―¿Con mi amiga? Eso creo. ―No suena bien. ―Su abuela tuvo una apoplejía la semana pasada. ―Lamento oír eso. ―Yo también. Y el chico con el que se ha estado viendo la dejó
toca? ―No lo sé ―dijo Jess―. Pero quiere que vaya. ―¿Por qué no ir? Jess señaló su bolso en el piso. ―Tengo trabajo que hacer. Sólo porque sea escritora no significa que haga mi propio horario. Tengo una fecha pautada más temprano que tarde. ―Y estoy desperdiciando tu preciado tiempo en este momento, ¿verdad? ―Tú lo dijiste, no yo.
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―¿Concierto, huh? ―Johnnie sonrió ampliamente―. ¿Quién
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luego de que comprara unos boletos para un concierto esta noche.
Jess bebió unos sorbos de su café, sintiéndose más viva en los últimos dos minutos que en los pasados dos días. No podía creer que estaba coqueteando con un extraño así. Un apuesto extraño, que conste, pero aun así, un extraño. Por supuesto, Jess se lo atribuyó a la investigación. El coqueteo sin importancia entre un chico caliente y una chica linda, algo que pudiera recordar para su próximo libro. ―No tienes que sentarte aquí más tiempo ―dijo Johnnie. ―¿Te estoy molestando? ―No precisamente. Dame otro minuto... nop, espera... sí, ahora me estas molestando. ―¿Eso que sign... Johnnie señaló. Jess se giró y vio a un hombre bajo y redondo dándose prisa hacia el
―Ese es mi manager ―dijo Johnnie―. Cosas sobre la banda. ―Bueno, creo que mejor me voy ―dijo Jess. Tomó su bolso, lentamente, no quería terminar la conversación con Johnnie. Se paró y dudó por unos segundos. ―Si puedo darte un consejo ―dijo Johnnie―. No es que me quiera entrometer en tu vida... ―¿Consejo? Claro. ―Yo iría al concierto esta noche. ―No sé qué banda es. A mi amiga le gusta algún tipo de música loca.
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hacia su teléfono, sus dedos tocando la pantalla.
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café. Su corbata sobre hombro. Casi calvo, con una gran cara, el hombre miró
―O quizás sea la mejor banda que hayas visto ―dijo Johnnie con esa sonrisa en su rostro. ―Quizás. ―A veces es divertido arriesgarse, ¿no? ―Johnnie, ¿estás...? La otra voz era el hombre robusto, parado un par de pies lejos, señalando con su teléfono a Jess. ―No, está bien ―dijo Johnnie―. Jess se estaba yendo a escribir el próximo best seller. ―¿Best seller? No estoy segura acerca de eso… ―Autografíame una copia cuando esté terminado ―dijo Johnnie. ―¿ Y cómo te encontraré? ―bromeó Jess. ―Buen punto. Disfruta de tu concierto esta noche. Tenía la urgencia de tocar a Johnnie. No sexualmente, pero, sí,
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quizás sexualmente... Se imaginó abrazándolo, pidiéndole más. Era
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―Tal vez ―dijo Jess.
misterioso pero de una manera sexy. Después de asentirle al hombre que Johnnie dijo era su manager, caminó por el café y miró alrededor. La mayoría de las mesas estaban llenas y Jess no quería escribir codo a codo con otras personas. Suspiró y decidió volver a casa. La mañana no fue un completo fracaso después de todo. No era como si conociera chicos calientes todos los días.
Capítulo 4 Traducido por Melusanti Corregido por Carolyn
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ienes suerte que ella no lo anunciara al resto del lugar ―dijo Peter, metiendo la mano en el maletín.
―No tenía idea de quién era yo ―dijo Johnnie. ―Oh. Ahí tienes algo nuevo. ¿Por qué no te pones las gafas de sol o algo así? La gente va a notarlo pronto.
―Este bien, genial. ―Extendió los papeles sobre la mesa y empezó a hablar. Johnnie no escuchaba. Miraba alrededor de la cafetería, tratando de encontrar a Jess. Cuando eso le falló, buscó en el exterior. No había mucha gente caminando alrededor y de los pocos que estaban allí, Jess no era uno de ellos. Instantáneamente comenzó a sentir remordimiento. El tiempo le había dado mujeres, pero le había quitado el querer permanecer con una. Una relación para él comenzaba en un concierto, una
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obtendré. Déjalo ser, Peter.
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―No voy a hacer eso. Cuanto más grande sea el disfraz, más atención
gira, el autobús, o detrás del escenario. Hubo un par de veces que algunas actrices o modelos tenían a sus agentes llamando a Peter, pero nada de eso era tan crudo como lo que acababa de suceder con Jess. Cundo la vio de pie en la fila, algo sucedió. Su pelo rizado se veía realmente muy desordenado, sus brillantes ojos azules, su figura. Todo en ella gritaba informal hasta que llegó lo suficientemente cerca para olerla. No es que fuese algún acosador oliendo mujeres, había algo acerca de ella que lo seducía. Y sin embargo, no hizo nada. No dijo quién era en realidad. Eso fue por miedo de que Jess se sintiera, ya sea, cautivada por la fama o simplemente no le creyera. Podría haberle dado su número, o mejor aún, pedido el de ella. La relación más larga que tuvo fue hace cinco años. Anna no era la
―Johnnie, ¿estás escuchándome? Parpadeó y miró a Peter. Una línea de sudor vidriado cruzaba su frente y sus ojos eran como un insecto. ―No, no lo estoy. ―Tenemos que arreglarnos con esto ―dijo Peter―. Realmente creo que el espectáculo de beneficencia va a levantarte una vez que tomes una decisión sobre la nueva canción. ―No quiero hablar de eso ―espetó Johnnie. ―¿Acerca de qué? ¿El show? ¿La canción? ¿Tu carrera?
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de sus garras siguieran estando un poco en su corazón.
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mujer perfecta, al menos al final de la relación, y le molestaba que las marcas
―Mira, esta noche es el último show de este tramo, ¿de acuerdo? ¿No podemos simplemente tomar un descanso, despejar nuestras mentes? ―No. Hay dinero detrás de esto. He tenido un par de cositas con las redes también. ―¿Redes? ―Televisión. Ellos están interesados en ver a Johnnie, el hombre detrás de la banda. Tú por tú cuenta, cantando por tu cuenta, sólo siendo Johnnie. ―No, de ninguna manera. Soy Johnnie de Chasing Cross. ―Los dos sabemos que estos descansos en la gira se están poniendo antiguos. Las personas están llenando los asientos y podemos llenar más si
ofreció una sonrisa maliciosa mientras sorbía su café. Peter pasó una servilleta por su calva cabeza y tragó saliva. ―No seas un idiota conmigo, ¿de acuerdo, Johnnie? Los dos sabemos que los días están contados. Las cosas están cambiando. Ellos te quieren, y sólo a ti. Si entras de nuevo al estudio con la banda, van a querer salirse de esto. ―Entonces no voy a grabar. ―Entonces perderás tu contrato. ―Entonces perderé mi contrato ―dijo Johnnie.
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―¿No estás conforme con tu indemnización, Peter? ―Johnnie le
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tenemos más shows.
―¿Sólo así? ―dijo Peter―. ¿Es así de fácil para ti? ―No. No entiendo por qué es tan difícil para ti entender por qué no es fácil para mí. Peter abrió la boca y luego negó. Gruñó y golpeó los papeles delante de él. ―Este es tu futuro. Una oportunidad más allá de la banda. ¿Me estás diciendo que todo el mundo está comprometido hasta el final? ―¿Estás dándonos la espalda? ¿Después de todos estos años? ―Nunca ―dijo Peter―. Estoy buscando el mejor interés para todos. No quiero que la banda se extinga completamente en la gira. Y no quiero que te vuelvas a contener. ¿Estás diciéndome que debo olvidarme del demo acústico que tocaste para mí en tu cabina?
―Eso es lo que escribo ―dijo Johnnie―. Grabo acústicos y luego los llevo a la banda. ―Pero esa canción… ―No se ha hecho. Deja las cosas así. Cuando esté hecha, vamos a hablar. ―Johnnie, Danny rompió un televisor. Alguien llamó porque Rick estaba vomitando mucho. ―Estábamos todos borrachos.
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canciones para Peter.
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Johnnie miró hacia otro lado, sabía que iba a lamentar tocar esas
―Lo sé. Es la vida, ¿cierto? ―Peter levantó las manos―. Está bien. Voy a dejarlo. Vamos a hablar sobre el show de caridad. Peter comenzó a divagar de nuevo y Johnnie se desvaneció. Por supuesto, Peter tenía razón. Los otros chicos vivían sus propios caminos privados. La hermandad era profunda, pero no sin demonios. Diablos, él no era perfecto. La única diferencia era que era el líder de la banda. Por alguna razón lo hacía diferente. Se suponía que debía ser el líder. El sabio. El que escuchaba y se encargaba de todo. Pero incluso entonces, sentado en el café, pensando en el contrato para un proyecto solidario, pensando en Rick bebiendo, pensando en el show de esta noche y de cómo quería cambiar la lista de canciones, una cosa seguía apareciendo en su mente.
tocando en el concierto al que probablemente iría esta noche? Johnnie suspiró, dejando todo en manos del destino, algo a lo que no estaba acostumbrado y no le gustaba mucho.
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¿Por qué no le pidió su número? ¿Por qué no le dijo que estaría
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Jess.
Capítulo 5 Traducido por Nina Carter Corregido por Carolyn
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arie apareció una hora más temprano y cuando Jess abrió la puerta, ella se quedó de pie ahí, sacudiendo sus caderas y su
pelo como si estuviera sonando una canción. Jess estaba segura que sonaba una canción en su cabeza y se apresuró a hacerla entrar antes que la viera uno de sus vecinos. ―¿Emocionada? ―preguntó Jess.
―¿Cómo es eso? ―Tendrán una gran gira, pero la harán en partes. Harán una gira por un mes y luego tomarán uno de descanso. Y tú solo tienes que esperar, esperar y esperar… Oh, y esta noche es su última presentación antes de un descanso. ―¿Eso es bueno? ―Espero que sí. Quizás hagan algo especial. ―¿Cuánto te debo por la entrada? ―Nada. Va por mi cuenta.
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ver a estos chicos. Su gira es tan extraña.
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―Como no tienes idea ―dijo Marie―. Hace dos años que muero por
―Marie… ―Me estás ayudando ―dijo. Tomó la muñeca de Jess, obligándola a detenerse―. En serio. Necesito esta noche. ―Bueno… ¿Qué pasó con Ted? ―Es un chico. Da igual. ―¿No le dijiste que lo amabas, o sí? ―No. ―Marie puso los ojos en blanco―. No lo creo. ―Hablo en serio ―dijo Jess―. Espantas a los chicos cuando haces eso. ―No me refiero a eso como amor-amor, ¿sabes? ―Sé lo que quieres decir. Pero cuando le dices te amo a un chico en la
muy bueno en la cama. Le pregunté sobre eso y dijo que estaba nervioso. ―¿Le dijiste que no era bueno en la cama? ―No… sólo le pregunté: “¿Siempre será así?” y me dijo que estaba nervioso. ―Marie, te amo, pero a veces eres una jodida loca ―dijo Jess. ―No. Soy honesta. No me conformo. Y estoy muy emocionada por esta noche. ―También lo estoy ―coincidió Jess―, pero debo preguntarte… ¿es una banda normal?
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―Bla, bla, bla ―interrumpió Marie―. No sé si me gusta Ted. No es
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tercera cita…
―Define normal. ―La última banda que vimos, el cantante principal le lanzó globos de pintura a la multitud... ―Ah, sí. No, estos chicos son normales. Los has escuchado antes. Lo sé. Han estado alrededor por un tiempo también. Es Chasing Cross. ―Chasing Cross... ―Jess conocía el nombre. Marie le pasó la entrada y la frotó con el dedo. Se sentía un poco rara al aceptarla. Chasing Cross. ―Chasing Cross ―repitió Jess. ―Aquí, escucha ―dijo Marie y le pasó su celular cuando empezó a
―Oh, conozco esta canción. Era una buena canción. Pegajosa, con muchas guitarras y buena batería, algo que le podría gustar y no le molestaría ver en vivo. Cuando la intro terminó, comenzó la letra y sintió cómo se aceleró su corazón. ―Sí, en verdad me gusta esto ―dijo Jess. ―Bien. Ahora, arréglate que quiero irme pronto. Tal vez podamos conocer a la banda. ―¿Conocer a la banda? 1
Chasing: persiguiendo.
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irónico como suena.
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sonar una canción―. Es su canción más conocida, se llama Chasing1, tan
―Claro. Si llegamos temprano, quizás podamos ver su autobús de gira o algo. Eso sería tan genial. Jess vio cómo su amiga poco a poco se convertía en una adolescente, con los ojos muy abiertos, emocionada y llena de esperanza. ―Está bien, me arreglaré entonces. ―Apresúrate. Jess se volvió y se detuvo. Se acercó a Marie y le arrebató el celular de las manos. ―¿Qué estás haciendo? No le enviaré un mensaje a Ted… ―No me importa Ted. Quiero oír más de Chasing Cross. ―Buena chica.
fue la voz. La misma voz otra vez. Ese cantante. La profundidad de su voz, el sonido crudo de ella… sonaba como…
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balada lenta, pero lo que hizo que se congelara cuando entraba a su cuarto,
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Jess se movía mientras comenzaba la siguiente canción. Era como una
Capítulo 6 Traducido SOS por val_mar
―¡
Corregido por tamis11
Johnnie! ¿Estás listo, hermano? Johnnie tomó una respiración y se dio la vuelta
para ver a su hermano, Danny, parado detrás de él. Danny ya tenía su guitarra colgada alrededor de su cuello, listo para ir. Esa era la rutina de Danny antes del espectáculo. Él ha llevado su guitarra por una hora, rasgueando al azar acordes y notas, tocando riffs, canciones de Chasing Cross, otras canciones. Lo que sea que vino a él.
perfección y esperar por Danny en el escenario. ―Vamos ―dijo. ―Hay una Multitud salvaje ahí afuera esta noche ―dijo Rick. Él retorció sus baquetas y entonces comenzó a tocar en el sillón de cuero del camerino. ―Joder, me encanta este sentimiento ―dijo Chris―. Es como una fuerte droga. Los ojos de Chris fueron salvajes por un segundo.
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guitarra para que el técnico pudiera darse prisa y ajustarla de nuevo a la
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Cinco minutos antes de la hora del espectáculo, él alejaría la mano de la
Johnnie se tensó y miró al bajista. Un largo tiempo atrás, de vuelta en los días de su juventud, Chris tenía un problema de drogas. Él lo ocultó por un largo tiempo hasta que casi muere en el escenario una noche en Seattle. Trajo a Chasing Chase a los titulares, siendo llamados una inservible banda drogadicta. La mitad de su gira fue cancelada mientras Chris se rehabilitó y cuando salió, la primera cosa que la banda hizo fue ir al estudio y escribir lo que sería su álbum más vendido hasta el momento. Complació a Chris unas veces, pero nunca lo dejo llegara a ser un hábito y nunca pensó que Chris podía dejarlo llegar a ser un hábito tampoco. ―Deja que sea su único fuerte ―dijo Davey mientras pasaba sus dedos a través de su cabello negro, era el chico más grande de la banda, a menudo lo confundían con unos de los tipos de seguridad de los miembros de la banda.
del show y nada más, ¿correcto? Johnnie miró a propósito a los miembros de la banda pero se centró en Rick. Él no tenía una mierda de sonrisa en su rostro así que lo tomó en serio. Peter apareció en la entrada, sus ojos abajo a su teléfono. El hombre sudaba todo el tiempo. Desde el momento que lo conoció con la banda hasta ahora, todo lo que él hacía era sudar. ―Chicos, ellos comienzan la introducción en diez segundos. Peter se marcho y toda la habitación cambió.
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―Estaremos todos bien ―dijo finalmente―. Una pocas copas antes
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―Vamos ―dijo Chris y sacudió su cabeza.
La anticipación golpeó instantáneamente. Lo fuerte que Chris llamó sobre golpearlos a todos. Johnnie miró a sus compañeros de la banda, todos en silencio. La música de introducción llegó dentro, en fuertes golpes de batería, la reacción reptó de guitarras, su apagada voz de. La pregrabada pista que tenían en cada espectáculo. Cerró sus ojos y se preparó. Estaba listo. El último espectáculo por un mes, con la excepción del show de caridad. Pero eso sería relajado. Más que nada una sesión de improvisación. Johnnie se concentró y preparó. Abrió sus ojos e inclinó su cabeza hacia abajo. Curvo sus labios en una sonrisa demoniaca que hizo que todas las mujeres sufrieran por él y que todos los hombres desean que fueran tan
Dirigió el camino fuera de la habitación, escuchando el sonido de la banda preparándose también. Davey y Chris siempre chocando los cinco. Danny y Rick fueron brazo con brazo, hablando sobre uno de sus shows anteriores. Johnnie tomó el pasillo y vio la entrada del escenario. Esto era. La introducción continuó y la multitud rugió. Desde la pequeña apertura al escenario, él podía ver las luces moverse y brillar y cambiar de colores.
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―Vamos ―dijo él.
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geniales como el jodido Johnnie de Chasing Cross.
Esto era de lo que trataba todo. Música. Vida. Alma. Rock n’ roll. Tocó su pecho. Su corazón se aceleró como nunca había experimentado antes. Lo más cerca que había llegado a esto en años estaba en el café esa mañana. Con una mujer…
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Con…
Capítulo 7 Traducido por Nina Carter Corregido por zaireta90
―¿
Lo sientes, Jess? Jess estaba de pie junto a Marie y sí, lo podía sentir.
La radio había estado sonando durante los últimos diez minutos mientras preparaban el escenario para Chasing Cross. Luego, todo cambió.
gritando y su voz perforaba los oídos de Jess, que cerró los ojos con fuerza. Se encendió sólo una luz sobre el micrófono. No había nadie, por ahora. Una canción empezó a sonar. Se empezó a escuchar la batería por los parlantes como un trueno sincronizado. Luego el bajo, la resonancia de la perfección sólo contrarrestada por el sonido de las guitarras. Y, finalmente… la voz. La voz.
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su mano, apretándola fuerte y su amiga empezó a temblar. Ella ya estaba
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Las luces se apagaron y la audiencia gritó. Jess alcanzó a Marie y tomó
Oír la voz a través de los altavoces así, en la oscuridad parcial, volvió loca a Jess. No podía creer cómo reaccionó su cuerpo en ese momento. Los latidos de su corazón eran fuertes. Su cuerpo se estremecía. Sus partes más sensibles, de pronto, se sentían bien. La música continuó y el espacio creció a cada segundo. El suspenso debió ser irritante, pero mientras más tiempo pasaba, más le gustaba a Jess. Era… el juego del rock n’ roll. La construcción de algo tan grande y perfecto. Se sentía como si el lugar estuviera derramado con deseo sexual. ―¡AHÍ ESTÁN! ―gritó Marie mientras saltaba. Se veían siluetas en el escenario y cada una tomó su lugar. Las luces se movieron por el escenario, pero era demasiado tenue como para revelar alguna característica real de los miembros de la banda. Jess pudo ver a dos
―¿CÓMO SE LLAMA? ―Jess también gritó. El cantante se acercó al micrófono y expuso sus manos. La canción llegó al clímax y luego comenzó todo. En un breve segundo de silencio y oscuridad, Jess escuchó a Marie gritar el nombre del cantante… Johnnie. Las luces alumbraron el escenario cuando comenzó la primera canción. Ahora fue el turno de Jess apretar la mano de Marie. Más que eso, se apoyó en su amiga cuando sus piernas empezaron a fallar. Era… él.
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―¡AHÍ ESTÁ ÉL! ―volvió a gritar Marie― ¡ES TAN ATRACTIVO!
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guitarristas, un bajista, un baterista y…
El chico del café. Johnnie. El cantante hermoso de Chasing Cross. A Jess le tomó las dos primeras canciones recobrar la compostura. Cuando la segunda canción terminó, la banda hizo una pausa que le permitió aclamar al público. Luego, Johnnie tomó el micrófono. Acercó su boca a él como si fuera a hablar, pero luego se retiró y solo sonrió. Incluso a la distancia, su sonrisa le provocaba algo a Jess. Ella podía ver sus hoyuelos y ahora, agregarle a eso la banda, la música, el ahora del espacio, era mortalmente sexy. Quizás, el hombre más sexy que había visto en su vida. Pero, eso no quería decir que él la recordaba, ¿cierto?
El público respondió con entusiasmo y Marie saltó y gritó el nombre de Johnnie. Incluso cuando los demás se calmaron, Marie no lo hizo. Luego, Johnnie miró justo en dirección a ellas. ―Alguien está feliz de verme ―dijo él―. Alguien… Los ojos de Johnnie encontraron a Jess. Ella lo sabía. Podía sentir la conexión, tal y como en el café más temprano.
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―¿Cómo se sienten esta noche? ―preguntó Johnnie.
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Diablos, él tendría que encontrarla en la público primero.
―Alguien ciertamente está aquí ―continuó Johnnie―. ¡Al igual que todos ustedes! El público gritó con ánimo de nuevo y Johnnie volvió su cabeza, esperando el conteo. El baterista golpeó las baquetas cuatro veces antes de que la siguiente canción comenzara. Johnnie miró a Jess por unos segundos, sonriendo todo el tiempo y luego se perdió en la canción. Era una de las que Jess conocía, uno de los hits de la radio. Ella conocía la música y sabía una parte del coro. Por supuesto, Marie sabía cada palabra. Ella se emocionó y cantó tan fuerte que casi desplazó la maravillosa voz de Johnnie. Él se comprometía en cada una de las canciones, una tras otra, llevando a la multitud a un viaje y una experiencia musical. Jess sentía eso y algo mucho más allá. Al observar la manera en que Johnnie se movía y cómo seguía mirándola la dejó sintiéndose insaciable. Se sintió deseada por él. No
Durante el último solo de guitarra, Johnnie acercó el micrófono a la guitarra, amplificando su destreza. Cuando la canción terminó, él dejó reprodujo un sonido largo y luego miró a su banda. ―¡Estos chicos están jodidamente locos! ―gritó. El guitarrista tocó un riff y el baterista lo siguió con unos cuantos golpes en la batería y choques de los platillos. ―Pero no siempre se trata de eso ―dijo Johnnie―. No, no. Hay algo más. Hay alma bajo todo esto. Me refiero a… alma de rock n’ roll.
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ocurrió.
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sabía si era una actuación o no, pero lo disfrutó como el infierno mientras
El público aplaudió y Johnnie asintió, lamió sus labios y sonrió. Se alejó del micrófono por unos segundos para buscar algo. El resto de la banda miraron, confundidos y luego vieron como volvía con una guitarra acústica. ―Esto no estaba en la lista de esta noche ―dijo Johnnie―, pero a veces hay cosas en la vida que sólo pasan. Sin advertencia. Sin un propósito. Y esos momentos… nos pueden cambiar para siempre… Y esos momentos… son los que… Johnnie rasgueó la guitarra, tocando la intro de la canción siguiente. La multitud aclamó y Jess miró a Marie. Ella conocía esta canción. ―…Chasing… El ritmo era lento y relajante y, Johnnie, durante todo el tiempo que
―¡Creo que nos está mirando! ―Jess miró a Marie y vio que su amiga miraba a Johnnie con lujuria adolescente. Espera que Marie no pensara que Johnnie la miraba a ella. Pero, de nuevo, ¿qué sabía Jess? ¿Johnnie siquiera la miraba a ella? Lo que le impresionaba más que observar a Johnnie cantar era cómo la banda reaccionó al cambio repentino. El bajista se volvió más suave, siguiendo la dirección de Johnnie. Los dos guitarristas cambiaron para limpiar los canales, llevándose el sonido crunch de las guitarras. Y el
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Marie se inclinó hacia Jess y, con voz aguda, dijo:
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tocó y cantó la versión acústica de la canción, miró a Jess.
baterista tocó suavemente un ritmo básico con el bombo y el tambor que funcionaban a la perfección juntos. Era versión diferente de «Chasing», una que Jess deseaba poder escuchar todo el tiempo. Luego, un pensamiento y una imagen vinieron a ella… si Johnnie le cantaba a ella, ¿qué significaba en verdad? Se imaginó a ella con Johnnie mientras él se sentaba con una guitarra acústica tocando «Chasing», tocándola para ella, para ella, cantando, el momento se hacía más intenso… Marie gritó y Jess dio un salto. La canción llegó a su fin y el escenario quedó en negro. Unos segundos después, las luces alumbraron a los dos guitarristas. Estaban en los extremos opuestos del escenario y empezaron a tocar al unísono, dirigiendo las
última canción, Jess empezó a sentirse deprimida de pronto. Ella no quería que terminara. Casi sentía que estaba en una cita con Johnnie… una cita con otras cientos de personas a su alrededor. No había nada extraño con eso. El cuerpo de Jess se movía con la canción. La música la había poseído de una manera que nunca lo había hecho con anterioridad. Había ido a muchos conciertos, no tantos como Marie, pero este era lejos el mejor concierto de su vida. Justo cuando ella pensó que no podía ser mejor, una mano tocó su hombro, llevando la noche a su fin. Cuando ella miró a su derecha y vio a un
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El espectáculo podría haber durado horas y cuando Johnnie anunció la
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canciones siguientes.
hombre alto y grande con una camiseta negra mirándola con enojo, bajó su hombro e intentó zafarse. Alcanzó a Marie, pero el hombre era muy fuerte. ―Oye, cálmate ―dijo el tipo. ―Qué mier… ―¡Déjala! ―gritó Marie. El hombre se inclinó hacia Jess. ―Estoy con Johnnie. Soy de la seguridad. Maldición, ¿te puedes calmar? ―¿Qué pasa? ―preguntó Jess―. No hice nada... ―Lo sé. Johnnie me pidió que te llevara a los bastidores. Los ojos de Jess se agrandaron y miró a Marie, cuya mandíbula llegaba
―Ella puede venir también ―dijo el guardia de seguridad―. Pero no puede entrar a su cuarto. Son sus reglas, no las mía. Marie empujó a Jess cuando ella quedó mirándola. ―Vamos, tenemos que ir. Ahora. El guardia de seguridad las dirigió hacia una puerta negra y caminaron a través de ella. El tipo actuaba como un ariete, haciendo su camino a través de la multitud. Jess estaba a sólo unos centímetros de él y podía sentir la esencia del hedor de su cuerpo. Detrás de ella, Marie sostenía su muñeca.
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―Marie, mi amiga…
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al piso.
Jess miró al escenario y vio actuar a Johnnie y a Chasing Cross. Se sintió desconectada del mundo en esos momentos, siguiendo al guardia de seguridad mientras caminaban más allá de la puerta, llevando a Jess y Marie con él. Caminaron por el escenario hasta llegar a la puerta de un cuarto al final. Una vez ahí, había un pasillo que llevaba a los diferentes vestidores y armarios de almacenamiento. El guardia se movía con pasos estruendosos. Marie se apresuró para caminar junto a Jess. ―Nunca he hecho esto ―susurró Marie. ―¿Qué? ¿Ir a los bastidores? ―Sí. Me he escabullido en los conciertos y he esperado a las bandas,
―No sería la primera vez. ―Espera, ¿qué? El guardia de seguridad se detuvo y señaló una puerta. ―Ese es el cuarto de Johnnie ―le dijo a Jess―. Entra. Y tú… ―le habló a Marie―. Sígueme. Iremos a un área general. Puedes ver a la banda irse al autobús. ―No ―dijo Jess―, Marie, eso no es seguro.
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Jess sonrió.
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pero esto… vas a encontrarte con Johnnie de Chasing Cross.
―Podré encontrarme con Chasing Cross ―dijo―. Y tú… ¿cómo conoces a Johnnie? ―Hoy, en el café ―respondió Jess―. Cuando dejamos de hablar por teléfono. Él estaba detrás de mí en la fila. Me senté con él y conversamos. Te lo juro, no tenía idea de quién era. ―Te odio ―dijo Marie. Ella se volvió y miró al guardia. ―¿Tienes nombre? ―¿Importa? ―espetó él, cruzando los brazos. ―Sólo quería ser amistosa. ―Yo no soy amistoso ―sus ojos se movieron hacia Jess―. Entra y
caminar y lo odiaba. No parecía correcto o justo, pero Marie estaba lo suficientemente feliz solo con estar ahí y experimentar algo que creía asombroso. La parte de verdad asombrosa estaba mientras Jess abría la puerta del vestidor de Johnnie. Ella entró y pensó que podía olerlo. Un indicio sutil de su conversación en el café. Jess dio pasos pequeños, demasiado asustada como para tocar o hacer algo. Finalmente, se sentó en un sillón de cuero pequeño e hizo lo único que podía hacer. Esperó.
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Con eso dicho, todos se movieron. Jess observó a Marie, que empezó a
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espera. ―Volvió a mirar a Marie―. Sígueme.
El sonido de la música atravesaba las paredes. La versión amortiguada de la música no era nada comparada con la versión en vivo, pero aun así, Jess se encontraba moviendo la cabeza, disfrutando de ella. Cuando se detuvo, se dio cuenta de que eso era todo. La última canción. Johnnie gritó agradeciendo al público y eso fue todo. La gente aclamó y comenzó a cantar por la banda. Chasing Cross… Chasing Cross… Chasing Cross… Chasing Cross… El canto continuó sin señales de bajar el ritmo. El corazón de Jess golpeaba en su pecho, sin estar segura de qué esperar después. Observó la puerta y espero a que Johnnie abriera la puerta. Pero la multitud… los cantos…
gente. De ninguna manera, pensó. Ella nunca había oído una respuesta tan fuerte antes. El sonido atravesaba las paredes y el pasillo, entonces ella solo podía imaginar cómo debió sonar afuera. Justo ahí, en persona. ―Bueno ―gritó la voz de Johnnie. Jess jadeó. Chasing Cross no había terminado. ―¿Quieren más música? ―preguntó él.
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Jess empezó a ponerse de pie cuando escuchó gritar más fuerte a la
Por supuesto que sí querían. Este era su momento. Su momento también. No era sobre el dinero que pagaron por el espectáculo. Era por la música, lo que significaba y lo que hacía. ―¡Está bien! ―gritó Johnnie―. Hagámoslo. La música comenzó un par de segundos después y llevó a una repetición de cuatro canciones que pudo haber sido su propio espectáculo. La banda estaba fija, era rápida y sonaban como si recién hubiera tomado el escenario. No sonaban como una banda que había tocado por casi dos horas. Eso dejó fascinada a Jess. También un poco celosa. Si Johnnie no hubiera tenido que tocar esta parte de repetición, estaría con ella y por fin podría darle un descanso a las mariposas de su estómago.
Tal vez para autografiar su entrada. Quizás… más. Cuando la música se detuvo por segunda vez, era la hora del fin. La banda terminó al tocar el último coro de la última canción cinco veces y sellaron el concierto con una última nota que sonó contra las aclamaciones del público. La respuesta empezó a disminuir y apagaron las luces. El concierto terminó, al menos para las personas del público.
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Quizás para agradecerle por ir al concierto.
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Ella no tenía idea de por qué Johnnie la quería en su cuarto.
Jess puso una mano en su pecho y sintió su corazón. Su cuerpo se tensó y se concentró en la puerta, con la esperanza de mantener calma su respiración.
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Se dijo a sí misma que quizás el espectáculo recién comenzaba para ella.
Capítulo 8 Traducido Gaz Corregido por Pachi15
J
ohnnie se apuró al pasillo trasero y pasó su mano por su cabello. Peter lo encontró con una botella nueva de agua y una palmadita en
la espalda. ―Las repeticiones fueron un infierno ahí ―dijo Peter. Miró alrededor y luego se empujó más cerca de Johnnie―. Amé la versión acústica ahí. Los tenías comiendo de tu mano. Eso es lo que hace la acústica. Es íntimo.
―¡Hey! Johnnie! ―gritó Chris. Johnnie se detuvo y volteo. El resto de la banda bajaba por el pasillo, lento y con confianza. Él podía leer en sus ojos, sabiendo que estaban listos para tomar un agua, una cerveza y un trago. ―¿Qué pasa? ―preguntó Johnnie. ―Es el último show―dijo Chris― y si… ¿Decimos algo? ―Ese fue un gran show ―dijo Rick―. Johnnie, estuviste en fuego. Eras como parte de la multitud, hombre. ―Y la versión acústica de “Chasing” ―dijo Danny―. Fue increíble.
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―Suficiente ―dijo Johnnie y se alejó.
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Perfecto. Como dije…
―¿En serio? ―preguntó Johnnie―. Estaba esperando que ustedes no se molestaran con eso. ―De ninguna manera ―dijo Chris. ―Es cool ―agregó Danny―. No lo vi venir. ―Pero lo logramos ―dijo Rick―. Sólo prueba lo buenos que aún somos. Rick puso una mano arriba hizo un puño. Johnnie se rió mientras el resto de la banda tenía ese brillo en sus ojos. Recordaba ese brillo y la primera vez que lo vio, después de unas de sus primeras prácticas, después de escribir una de sus primeras canciones. Ellos habían terminado la canción sin un sólo error y una vez que la canción terminó, el teléfono sonó con una oferta para su primer concierto.
camisetas y pegatinas vendidos, giras mundiales, y todo el atractivo que viene
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con estar en ese grupo y ellos todavía podían tener esos momentos simples
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Ahora, año tras año más tarde, millones de discos vendidos, millones de
que reducen a la música. Siempre se trata de la música. ―¿Y si celebramos con un trago rápido? ―preguntó Davey―. Tengo una botella de Jack en el autobús, guardada para hoy. ―Eso es un montón de whiskey para un recorrido corto en autobús ―dijo Danny―. Estamos a que, ¿ocho kilómetros del hotel? ―Funciona para mí ―dijo Rick. Puso sus brazos alrededor del cuello de Davey y Danny.
―Chicos, escuchen ―dijo Johnnie―. Tengo algo de lo que encargarme aquí. ―¿Encargarte? ―preguntó Chris. Vio más allá de Johnnie y vio a Peter paseando sin rumbo de pared a pared, pegado a su teléfono, como siempre. Alrededor de ellos, una pequeña multitud de trabajadores ya estaban quitando el equipo del escenario, el equipo tras escena que trabajaba hasta el hueso para asegurarse de que todo se vaya y sentía tan bien como la música, todas y cada noche. Johnnie los conocía a todos por nombre y se aseguraba de que todos estuvieran bien atendidos. Ese era otro propósito de tener descansos en el tour. Los chicos volaban a casa para pasar tiempo con sus familias.
iban con otra banda, pero al menos diez de los chicos tenían esposas, novias y niños en casa. ―¿Es Peter? ―preguntó Chris―. ¿Pasa algo? ―No ―dijo Johnnie―. No es Peter. ¿Por qué? ―Te ves ansioso ―dijo Chris―. No estás tomando contratos sin la banda, ¿verdad? Johnnie sintió su corazón hundirse. Se forzó a sonreír ―Rompe bolas. ―¿Quién? ―preguntó Rick―. ¿Nosotros?
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Muchos de los chicos estaban destinados a estar en giras y simplemente se
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Una oportunidad de desenvolverse y relajarse antes de volver a la gira.
―Sí ―dijo Johnnie― ¿Quieren saber la verdad? ―Escúpelo ―dijo Davey. ―Hay una mujer… ―De ninguna manera ―lo cortó Danny―. ¿Tienes a una grouppie esperándote? Pensé que ya habíamos pasado esa etapa… ―O al menos, si ibas a recoger a algunas mujeres, debiste habernos dicho ―dijo Rick. ―Había algunas en la multitud esta noche… ―Chicos, ya no tenemos veinte ―dijo Johnnie―. No es así. Hay una mujer que conocí hoy. Ella no tenía idea de quién era yo. ―Oh, no ―dijo Chris―. ¿Explotó la gran burbuja de ego?
Tenía boletos para el show de una amiga y no tenía ni una pista de quién era yo. Ella vino al show y la vi… tengo que hablar con ella. ―¿Ella está en tu cuarto? ―preguntó Rick Johnnie asintió. Empezó a retroceder. ―Ese fue el mejor show del tour. Mantengan eso en sus corazones, ¿Ok? Tenemos un pequeño descanso ahora, nadie se meta en problemas. ―Tú eres el único que parece avanzar hacia los problemas ―dijo Danny.
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―No es eso ―dijo Johnnie―. Simplemente había algo acerca de ella.
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La banda rio y Johnnie puso sus manos arriba.
Johnnie se giró y se negó a creer que estaba yendo hacia los problemas. Conocer mujeres estaba bien, incluso natural. Había pasado un largo tiempo para Johnnie y toda la imagen de la estrella de rock estaba viva por su estado de soltería. Nada de eso lo dejaba, simplemente había algo acerca de Jess. Pensó en el comentario de Chris acerca de su ego y sacudió la cabeza. No era por el ego, al menos no completamente. Claro, Johnnie estaba acostumbrado a que todos lo conocieran, lo molestaran, lo quisieran. Así que era un poco raro tener a una mujer, especialmente una tan hermosa como Jess, sin tener una pista de quien era. Mientras más avanzaba, más rápido se encontraba yendo. Él nunca se apuró por una mujer. Nunca. No había necesidad de hacerlo… Si una mujer no podía esperarlo, había otras diez más para tomar su lugar.
Cuando llegó a la puerta, la abrió apurado, esperando ver la habitación vacía. Pero no estaba vacía. Ahí estaba ella, de pie ahí, jugando con sus manos, luciendo nerviosa. Sus ojos se encontraron y Johnnie sonrió. Jess le sonrió de vuelta, luciendo tan sorprendida como lo estaba Johnnie. ―Hey ―dijo Johnnie.
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sólo para tener la oportunidad de ver a Jess otra vez.
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Pero dentro de Johnnie, en ese momento, él rechazaría a cien mujeres
Él estaba sin aliento, no sólo por el show. No sólo por la carrera por el pasillo. Era mayormente por mirar a Jess. Dios, ella era hermosa. ―Bonito show ―dijo Jess. Johnnie avanzó un paso y se dio cuenta de algo.
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Él no estaba caminando hacia los problemas… Él estaba en problemas.
Capítulo 9 Traducido Gaz Corregido por Pachi15
L
a puerta se abrió, Johnnie entró, y Jess no podía moverse. Se encontró sólo unos segundos antes debatir qué hacer. El espectáculo había terminado lo que parecía hace una hora y fuera de la habitación podía oír a la gente caminando. Todo lo que podía pensar entonces era Marie. De pie frente
o cerca de fuera, esperando. Pero al segundo que vio a Johnnie, todo dentro de su mente se azotó. en que su camiseta blanca se aferró a él, dejando al descubierto un conjunto
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de músculos increíbles que Jess no había tenido la oportunidad de ver antes
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Sólo podía centrarse en él. Su cabello sudoroso. Su cuerpo sudoroso. La forma
en la cafetería. Los vaqueros y los zapatos negros de alguna manera terminaron el aspecto que tenía, convirtiéndose indiscutiblemente el hombre más sexy que Jess nunca vio en su vida. Cuando le hablo, Jess logró decir una cosa. ―Bonito show. Si era lo correcto o incorrecto para decir, no lo sabía. Pero Johnnie sonrió, de modo que tenía que significar algo.
―Sí, fue un espectáculo divertido. Las cosas cambiaron hasta un poco en el medio. ―¿Con «Chasing»? ―preguntó Jess. ―Sí. Yo escribí esa canción en una guitarra acústica para mí hace mucho tiempo. Jess se levantó, todavía tratando de comprender que estaba sola con el vocalista de la Chasing Cross. Y ahora él le estaba explicando de donde vinieron las canciones. Este era un sueño. No, fue más allá de un sueño. Una fantasía. ―Así es como escribo todas las canciones, para ser honesto. Voy a reproducir y grabar demos. Sólo yo y una guitarra. Se me ocurren algunas ideas y luego las hago pasar. La banda lleva mi basura y la convierte en un
modo me gustaba más... Johnnie sonrió. ―Sí, no eres la primera persona en decir eso esta noche. ―La sonrisa de Johnnie se fue cuando se volvió para mirarse en un espejo que tenía cuatro luces por encima de ella. Se apoyó en un pequeño mostrador y suspiró. ―Gracias por hacer esto ―dijo Jess. ―¿Hacer qué? ―preguntó Johnnie. ―Traerme de vuelta aquí. Y yo siento no haber sabido quién eras.
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―Esa canción acústica no era basura ―dijo Jess―. Y… en cierto
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tesoro
―Eso está bien ―dijo Johnnie―. ¿Sabes quién soy? ―Sé que eres el cantante de la Chasing Cross. ―¿Eso es suficiente? Jess encontró sus dedos crispar aún más. No podía creer lo nerviosa que estaba en estos momentos. En la cafetería, había sido tan fácil hablar con Johnnie. Ahora, después de saber que era famoso, parecía diferente. Pero ¿por qué? ―No ―dijo Jess. ―¿No? ―No, simplemente porque eres famoso... ―También tú ―dijo Johnnie.
sueltos y selecciones de la guitarra. ―Guardo todo lo que puedo conmigo ―dijo Johnnie―. Nunca se sabe cuándo la inspiración te ataca. A continuación, sacó un libro y se lo lanzó a Jess. Se las arregló para coger el libro. Sus pulgares se deslizaron sobre el texto burbujas en la cubierta mientras sus mejillas empezaron a ponerse rojo. ―Ahora voy a ser honesto ―dijo Johnnie―. Tomé una copia de la misma hoy en día, después de haber dejado el café. Tú no eres una chica fácil de encontrar... ― Los dedos de Jess corrieron por su nombre en el libro.
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abrió. Jess no pudo contenerse mientras observaba. Vio cuadernos, papeles
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Se empujó en el mostrador y salió de la habitación. Cogió una bolsa y
Todo fue escrito bajo el nombre de Jessica CeeCee. Su primera novela, en manos de Johnnie de Chasing Cross. Ella levantó la vista del libro y sintió ganas de llorar. ―Me las arreglé para conseguirlo ―dijo Johnnie con una sonrisa―. Obviamente. ―¿Qué piensas de eso? ―preguntó Jess. ―Me encanta, hasta ahora. Voy la mitad de camino a través de él. Me cabreé con mi manager, porque ignoré sus llamadas mientras estaba leyendo en mi habitación de hotel. Me ha aspirado adentro. Tienes talento ―Jess sonrió y dejó el libro sobre la mesa. Le pareció tan extraño ver algo que ella había escrito impreso de esa manera. Y el hecho de que Johnnie era capaz de entrar en una librería y encontrarlo.
manera en que Jess se sentía por Johnnie. Los sentimientos eran edificios y estaba demasiado asustada para explorarlos en ese momento. ―Ver algo que has creado convertido en convencional. ―Eso es seguro. ―Cuando empezamos a tocar juntos, era sólo por diversión. Quiero decir, claro, soñábamos con enganchar en California, siguiendo los pasos de nuestros héroes, pero era sólo sobre jugar. Esos primeros shows, diez personas en un bar, tres mirándonos, eran algunos de los mejores
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―¿Cuál? ―preguntó Jess. Esperaba que él no estuviera hablando de la
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―Es una sensación extraña, ¿no? ―preguntó Johnnie.
espectáculos. Entonces, escribes música, la grabas, y la gente lo quiere. Ellos no sólo quieren escuchar la música, tampoco, quieren experimentarla. Ahí es donde la pasión esta. De pie en el escenario, mirando a los ojos de todas las personas. Todos y cada uno de ellos, centrados en ti, sus ojos pidiendo más, esperando más. ―Suena increíble ―dijo Jess. ―Lo es... pero hay algo más increíble que eso. Jess estaba a punto de preguntar qué era cuando Johnnie se dirigió hacia ella. Fue el primer avance que había hecho hacia ella desde que entró en la habitación. Podría haber dado un paso atrás, o siquiera un paso adelante, pero se mantuvo en su lugar. Johnnie se acercó a un pie de distancia. Podía oler el sudor. El toque de su colonia. Entonces había algo en sus ojos. Eran
el camino en el que creía. Era casi abrumador. Entonces Johnnie tomó su mano. Su toque era suave, y Jess se estremeció de emoción. ―Miré en esa muchedumbre esta noche ―dijo Johnnie, su voz casi un susurro―. Y te busqué. Te busqué. Esperaba que estuvieras allí...y que fueras... ―Mi amiga… ―Jess empezó a decir, pero se detuvo. ―Te vi allí de pie, tu cara lo decía todo. Realmente no sabías quién era yo. Te llevaste mi yo salvaje. Eres tan hermosa y yo no pude evitarlo, Jess. Ese show, era tu show. No él mío. Ni de la banda. Ni de la multitud. Ni siquiera de tu amiga. Ese fue tu show. Mi regalo para ti.
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proyectos, todo al mismo tiempo. Un hombre que no se recluyó, que caminó
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oscuros y hermosos, parecía que podrían contener el dolor y el amor de
Jess tragó. No tenía ni idea de cómo responder a eso. Johnnie no era sólo bueno, hablaba en serio. ―Estoy acostumbrado a simplemente tener lo que quiero, cuando quiero ―dijo Johnnie―. Y eso es por lo general a causa de lo que soy. Contigo, quiero lo que quieras, cuando quieras. ―Johnnie... eres un cantante famoso. Yo sólo soy una autora. ―Eso no tiene nada que ver con los sentimientos, ¿verdad? Jess sacudió la cabeza. ―Por supuesto que no. ―Tenemos un programa de caridad y luego tengo unas semanas de descanso. Es un par de semanas para llegar a conocerte. Para explorarte, Jess.
―Tú eres el vocalista de Chasing Cross... Johnnie suspiró y bajó la cabeza. Su agarre se apretó la muñeca de Jess, por un segundo, y luego la puso en libertad. Cuando él la miró de nuevo, sus ojos parecían diferentes. Parecían más dolorosos que lo normal. Había tocado una fibra sensible y ella se arrepintió. Trató de llegar a Johnnie, pero él caminó hacia el espejo. ―No quise decirlo de esa manera ―dijo Jess―. Te lo juro. ―Si yo simplemente te hubiera dado mi número ―dijo Johnnie―. Y tú no hubieras venido al show... esto sería normal. ¿No es cierto?
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―¿No puedes creer qué?
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―No puedo creer esto ―dijo Jess.
Johnnie se miró en el espejo y Jess se quedó mirando su reflejo, y la de él. ―¿Qué es normal? ―preguntó Jess―. Tú fuiste y encontraste mi libro hoy, ¿no es así? ―Pero eso no quiere decir que estoy actuando diferente a tu alrededor. Lo compré porque me dijiste que eras un escritor. ―Tenías que saber mi nombre sin embargo. ―¿Y? ―Tú me dijiste que tocabas la guitarra y vi tu espectáculo ―dijo Jess―. ¿Y? ―Actúas diferente. Porque yo soy de Chasing Cross.
fácil de escribir un libro sobre la historia, la gente, y las emociones, pero cuando se trataba de su propia, Jess se sintió atrapada? Poner su corazón no parecía ser la cosa más difícil de hacer. ―Bueno, entonces, ¿qué es? ―preguntó Johnnie―. Pensé que podría volver aquí, hablarte a ti, Jess, y ser como estábamos esta mañana... ―¿Por qué yo? ―preguntó Jess―. Eso es lo que es. ¿Por qué yo? Tú eres el cantante principal de una banda. Tú puedes tener a cualquier mujer en el mundo, pero, ¿me quieres a mí? Alguien que no sabe que... alguien que... ―¡Eso no importa! ―Johnnie dijo mientras se daba la vuelta―. No me importa lo que sabes o lo que no sabes. Me preocupo por la forma en que me
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boca. Ella inhalo y trató de encontrar el resto de las palabras. ¿Cómo fue tan
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―No es sólo eso ―dijo Jess. Su boca se secaba y se llevó una mano a la
miras. La forma en que te miro. Ahí es donde todo comienza. Podemos llegar a conocernos el uno al otro con el tiempo, ¿no? ―Tú dímelo ―dijo Jess. ―Te lo estoy diciendo ―dijo Johnnie. Se giró a mirarla. Poniéndose de pie sin tocarla esta vez. ―Lo siento ―susurró Jess. ―¿Qué cosa? ―No estaba segura de cuál era mi propósito viniendo aquí esta noche. No sabía si sería yo era una... groupie... o la banda... ―Johnnie tocó la cara de Jess con sus manos. Sus dedos acariciaron su mejilla. Sus miradas se encontraron y Johnnie sonrió.
Y luego, en una multitud de miles, allí estaba ella de nuevo. No tengo miedo, Jess, y no me voy a detener. ―No lo hagas ―dijo Jess―. Por favor. No... Johnnie hizo su siguiente movimiento, llevando sus labios a los de ella. Estaban a un centímetro de distancia. Los labios de Jess comenzaron a temblar, esperando sentir a Johnnie besándola. ―No estoy pidiendo tu corazón, o tu vida ―susurró Johnnie―. Sólo te estoy pidiendo este momento para compartir contigo. ―Estoy aquí ―dijo Jess.
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que me encontré con una mujer hoy que hizo que mi corazón saltara un poco.
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―Puedes ser lo que quieras ―le susurró Johnnie―. Lo único que sé es
Sus labios por fin se tocaron. La mano de Johnnie retuvo la mejilla de Jess. Su otra mano le tocó el otro lado de su cara mientras la besaba de nuevo. Y otra vez. Y otra vez. Sus labios eran suaves, pero al mando, y cada vez Jess quería que el beso sea más caliente, pero Johnnie se resistió. Ella hizo un gemido. Sintió que sus mejillas ardían, sintiéndose avergonzada de haberse quejado de eso. Pero Johnnie gimió y abrió la boca. Cuando su lengua tocó sus labios, sus manos agarraron la primera cosa que pudo alcanzar. Los bolsillos de Johnnie. Todos menos sus pulgares estaban en los bolsillos. Luego sacó, sin darse cuenta, sus propios deseos sexuales sembrados de profundas necesidades. Johnnie se adelantó, su cuerpo tocando el suyo. Fue entonces cuando sus manos descendieron lentamente de su rostro a sus brazos. Tiró de ella mientras sus lenguas se arremolinaban alrededor de la
Jess. Él se contuvo durante unos segundos, exhalando un aliento cálido por la nariz. Se apartó con un rápido sonido mojado de pop. Se humedeció los labios y tragó saliva. Jess hizo lo mismo, degustando a Johnnie. Ella quería más. ―Eso es todo lo que quería hacer esta noche ―dijo Johnnie. ―Pensé que las estrellas de rock eran un poco más salvajes que eso ―bromeó Jess. Johnnie tocó la cara de Jess nuevo.
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Por último, Johnnie rompió el beso al cerrar la boca en los labios de
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otra, con ganas de más.
―Oh, cariño, si quieres que sea salvaje... Su mano se deslizó en torno a la parte trasera de Jess y tiró de ella. Obligó a Jess saltar hacia arriba y otra mano de Johnnie salió de su cara y agarró su trasero también. La giró en sus pies. Ella envolvió sus piernas alrededor de él y la dirigió hacia el mostrador. Entonces, estaba sentada en el mostrador. Las manos de Johnnie eran planas y cuando miró, ella podía decir que quería más que tocarla. Sus ojos se encontraron de nuevo y Johnnie estuvo cerca de ella. La punta de su nariz tocó la suya y sonrió. ―Tenemos tiempo para lo salvaje ―dijo―. ¿Cierto? ―No lo sé ―dijo Jess―. Tú eres la estrella de rock. El hombre ocupado. El que está en tour.
―Supongo que sí ―dijo Johnnie. Unos segundos de silencio se interpusieron entre ellos. Jess quería que Johnnie la besara de nuevo, pero parte de ella no quería que lo hiciera. Ella quería tener ese primer beso quedarse en sus labios durante todo el tiempo que pudiera manejar la situación. ―Ven a verme mañana mañana ―dijo Johnnie. ―¿A verte? ¿Dónde? ―Mi hotel. Ven a mi habitación.
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―Así que supongo que eso significa que tienes tiempo.
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―Como dije, estamos en un descanso.
―¿Cansando de esta noche? ―Jess preguntó con deseos, y ardor en los ojos. Johnnie frunció los labios y exhaló. ―No me tientes... ―¿Por qué? ―Voy a tener que llevarte durante todo el mes que tengo fuera. ―No tengo ningún plan ―dijo Jess y sonrió. Por supuesto que tenía planes. Todo el mundo tenía planes. Esto que hablaban era sólo coquetear... nada más. ¿Cierto? Llamaron a la puerta y Johnnie cerró los ojos. ―¿Johnnie? Es Peter. Necesito… ―Espera ―Johnnie llamó.
teléfono celular, mirando desorientado pero en control. ―Oh, lo siento ―dijo Peter cuando vio a Jess. ―Está bien ―dijo Johnnie―. Jess y yo estábamos hablando de nuestros planes. Jess sonrió. Su cuerpo estaba en llamas. Ella nunca quiso a un hombre tanto como ella quería Johnnie. Normalmente, ella iría cita por cita, tratando de averiguar todo lo posible acerca de un hombre antes de pensar en saltar a la cama con él. Pero con Johnnie... ¿Era muy malo que sólo quisiera arrancarle la ropa? Para dejarle tenerla y preguntar después.
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reconoció al hombre de la cafetería esta mañana. Sudando, sosteniendo su
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Lo vio alejarse y ella saltó de la barra. Johnnie abrió la puerta y Jess
―Dame dos minutos ―dijo Johnnie y cerró la puerta a Peter. Se volvió hacia Jess―. El negocio llama... ―Nunca pensé en imaginar a la música y los negocios juntos ―dijo Jess. ―Al igual que en los libros, te lo apuesto. La gente ve el arte, pero no lo que está detrás de las escenas. Jess se dirigió hacia la puerta y se detuvo. ―Escucha, Johnnie, gracias por traerme aquí... y... ―¿Dijiste que tu amiga es fan de la banda, verdad? ―preguntó Johnnie. ―Gran fan ―dijo Jess―. Ella tiene una... especie de obsesión. Pero no
Se dirigió a su bolso y Jess vio cómo empezó escribiendo en una hoja de papel. ―Dijiste que su nombre era... ¿María? ―preguntó. ―Marie. Regresó con el papel doblado y se lo dio a Jess. ―Ya está. Dale eso a Marie. Miró el papel y luego a Johnnie. Se movió hacia ella, besándola una vez más. Un beso, de los labios a los labios, pero lo suficiente para Jess, porque sabía que iba a ser todo en lo que
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―Ven aquí, te voy a dar algo.
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de una manera espeluznante. Por lo menos yo no lo creo.
pensaría. Todo en lo que iba a soñar, sería todo lo que querría, una y otra vez. Salió de la habitación y antes de que pudiera dar un paso, un pensamiento la golpeó. ¿Y mañana? Johnnie quería que fuera a su habitación. ¿O tal vez era sólo para hablar? Tonta charla de estrella de rock. De cualquier manera, Jess sabía que
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su corazón no se calmaba. Esta noche no, al menos, y, tal vez, nunca.
Capítulo 10 Traducido por Whitesnow Corregido por Karool
―¿
De verdad besaste a Johnnie de Chasing Cross? Marie le preguntó a Jess por quinta vez. Jess se odiaba a sí misma por decir algo, pero Marie no la
dejaría en paz hasta que finalmente confesara. Se encontraban en el apartamento de Jess, observando a la temprana mañana avanzar. La última vez que se había quedado despierta después de la una de la mañana fue cuando estuvo trabajando en su primer libro. Ahora
¿quién sabía cómo funcionaba? Lamió sus labios, pretendiendo que aún lograría saborear a Johnnie pero hace tiempo que se había ido. Jess miró hacia la hirviente taza de té, sin quererla. Se preguntó si Johnnie y el resto de la banda bebían. O dormían. O están con otras mujeres. En su mente, la vida de una estrella de rock era sólo espectáculos y desenfrenos. Pero Johnnie no se parecía a eso, para nada. ―¿Así que ustedes se besaron y nada más?
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determinado ya no funcionaba. Al menos profesionalmente. Románticamente,
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estaba en un horario rígido de escritura, sabiendo que hacerlo sin un plan
Jess sonrió. Todavía no le entregaba a Marie el autógrafo que Johnnie firmó para ella. Estaba guardándolo para el final de la noche (o la mañana) porque si se lo daba a Marie antes de estar lista para irse, entonces nunca podría deshacerse de ella. ―Sólo besos ―dijo Jess―. Él es un caballero. ―No lo creo. Es una estrella de rock. Les gusta la música y el sexo. ―No tuvimos sexo ―dijo Jess. Su cuerpo se arrepentía de esa verdad y la hacía estremecer, pensar en todos los lugares en el cuarto de vestuario donde ella y Johnnie podrían haber disfrutado de sí mismos. ―¿Así que... estás cómo saliendo con él? ―No lo sé. Quería agradecerme por ir al show.
―¿Vas a verlo nuevamente? Jess se detuvo. Johnnie dijo algo sobre su hotel, pero no sabía nada de eso. Y algo le decía que si comenzaba a llamar a los hoteles locales preguntando por Johnnie de Chasing Cross, se reirían de ella y le colgarían. ―Dudo que lo vea otra vez ―dijo Jess―. Sólo hablamos. Me dio las gracias por ir al espectáculo, y luego me fui. ―Aunque lo besaste ―dijo Marie. ―Sí, dos veces. La primera fue más caliente. Marie golpeó la mesa con su mano, haciendo que Jess saltara.
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―Eso es todo.
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―¿Eso es todo?
―Estoy tan celosa ―dijo. ―Deberías ―dijo Jess―. Entonces, quizás podría ayudar un poquito. ―¿Oh, sí, cómo? ―No pensaba sólo en mí cuando estaba con Johnnie. Los ojos de Marie se elevaron. ―Siempre pienso en mi mejor amiga... Jess se levantó de la mesa, llevando su té con sigo. No tenía ningún interés en el, prefiriendo su almohada y su cama. Encontró el pedazo de papel doblado que Johnnie le dio y se volteó, mostrándoselo a Marie. ―Tienes que prometerme algo ―dijo Jess. ―De acuerdo...
―¿Por qué? ¿Qué me estás dando? ―preguntó Marie. ―Me debes a lo grande por esto. Jess le entregó el papel a Marie, casi sonriendo de oreja a oreja. No conseguía evitarlo, entendía el amor de Marie hacia Chasing Cross. Que grandioso sería tener el autógrafo de Johnnie. Sin importar si valía algo para el mundo o no, si al menos significaba algo para Johnnie. Marie desdobló el papel y dejó salir un grito de niña. Pateó sus pies y sostuvo el papel contra su pecho. ―¡No lo hiciste!
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Pero silenciosamente. Estoy cansada.
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―Cuando te dé esto, lo celebras y te vas a casa. O aterrizas en mi sofá.
―De hecho, no lo hice ―dijo Jess―. Te mencioné un par de veces, pero fue él quien hizo eso por su cuenta. ¿Qué dice? Marie miró el papel. ―Escribió mi nombre... Oh mi, Jess. Escribió mi nombre. ―Sigue ―dijo Jess. ―Dice... “Marie, gracias por venir al show. ¡Continúa persiguiéndonos2 y nosotros seguiremos tocando! Con amor, Johnnie.” ¡Dice amor! ―Probablemente escribe eso en todos sus autógrafos ―dijo Jess. Se apresuró a cerrar su boca, sabiendo como acababa de sonar. Marie la miró con las cejas levantadas. ―¿Celosa...?
―Sí. Es increíble. ―Marie estudió el papel y miró a Jess―. En serio.
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Esto es... sabes, cuando “Chasing” salió, fue justo después de que mi papá
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―No, para nada. Detente. Ahora tienes un autógrafo. ¿Feliz?
muriera. ―Lo recuerdo. Lo lamento. Marie desvió la mirada. ―Fue el momento más difícil de mi vida. El cáncer se lo llevó en tres meses. Y nada tenía sentido. No importaba lo que cualquiera me dijera. O intentaban. ¿Recuerdas a mi Tío Tom? Juego de palabras, en Inglés Chasing, hace referencia al nombre de la banda y a una canción famosa del grupo. 2
―Tom... ―Bajo, gordo, un cerdo. Jess sonrió. Recordaba a Tom. Lo conoció una vez e intentó mirar bajo su camisa. Un pervertido total. ―Me dijo que no debía preocuparme porque al final, obtendría todo el dinero de mi padre. Como si eso importara. ―Es un burro ―dijo Jess―. Algunas personas no lo entienden. ―No, sólo escucha. Cuando el Tío Tom dijo eso, todo se desmoronó a mí alrededor. No creía que alguien diría tal cosa. Era exactamente el momento en el que correría hacia mi padre por consejo... o un abrazo. Por tanto me metí en mi carro y no sabía dónde ir. Encendí la radio y ahí estaba...
Marie asintió. ―Sólo se sentía correcto. Las palabras. La música. Fue hermoso. Y me ayudó a pasar ese tiempo. Marie tragó y parpadeó, sus ojos brillantes. Jess tuvo que respirar profundamente. El poder de la música era intenso, como nada que pudiera creer. La hacía pensar en Johnnie. Un hombre tan sexy, con un corazón que podía crear música y palabras que ayudarían a cualquiera. Eso era verdadera belleza.
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―¿Fue la primera vez que escuchaste la canción?
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“Chasing”.
―Me alegra que Johnnie quisiera hablar conmigo entonces ―dijo Jess. Marie sostuvo el papel más cerca de su cara. ―Uh... Jess... Creo que quería más que sólo hablar... ―¿Por qué dices eso? ―Toma, creo que esta parte es para ti. Marie rasgó una parte del papel, asegurándose que no se acercara al autógrafo de Johnnie. Se lo entregó a Jess y de seguro, algo más se hallaba escrito ahí. La letra de Johnnie, pero bastante más pequeña. ―Creo que le gustas ―dijo Marie―. Santa mierda... ¡Le gustas a Johnnie de Chasing Cross!
Incluía un número de teléfono. Jess levantó la mirada, sus ojos abiertos. Su mente corría casi tanto como su corazón. Johnnie en verdad la quería…
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Recuerda lo que dije, mañana.
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Jess miró al papel.
Capítulo 11 Traducido por Melusanti
―¡
Corregido por Pachi15
Esta es otra época de patadas en el culo y
etapas de
destrucción! Rick sostuvo un inestable vaso en el aire. Tenía la
cabeza hacia atrás y la boca fruncida, tratando de parecer el Dios del rock listo de veintiún años que una vez fue. Danny, Davey y Chris se unieron. Los vasos de chupitos chocaron juntos, dejando que el licor ámbar se derramase un
―Chicos, no puedo volverme loco ―dijo él―. Estoy esperando una llamada… ―¿Una llamada? ¿De quién? ―preguntó Chris. ―¿Es esa mujer? ―preguntó Davey. Johnnie no respondió. ―Oh hombre ―dijo Danny―. Johnnie se ha enamorada de una mujer. ―Obligado a pasar ―dijo Chris. ―Acabas de conocerla. ―dijo Rick. ―Ella es…especial ―dijo Johnnie―. Dejen las cosas así.
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―Vamos, Johnnie ―dijo Chris―. No seas un anciano con nosotros.
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poco de cada uno.
―Está bien ―dijo Rick―. Así que, vamos a celebrar por la nueva llama de amor de Johnnie. Ahora, pon tu celular en tu bolsillo y toma una enloquecida copa con nosotros. Johnnie sonrió. ―¿Qué hace un trago? Claro, diez años atrás un trago significaba diez, pero esto era diferente. Johnnie se puso de pie y se sirvió un trago. La banda estada de pie con los brazos en el aire. Haciendo que Johnnie pensara en la noche que firmaron su contrato discográfico. Cuando se pararon, justo así, excepto, que en aquel día sostenían latas calientes de cerveza de descuento. Se saludaron, bebieron cerveza y despertaron al día siguiente totalmente en una larga carrera en la música. ―Di algo ―dijo Chris. ―¿Yo? ―preguntó Johnnie. ―Sí, vamos.
cuerpos… porque cuando empecemos otra vez, ¡vamos a volar las putas etapas en pedazos! Todos rieron, aplaudieron y tomaron sus bebidas. Rick fue el primero en tomar la botella de wisky para otro. Johnnie lo miró, y Rick volvió su atención al resto de la banda. Iba a ser una de esas noches. ―Ten cuidado ―dijo Johnnie―. Voy a ir a mi habitación y relajarme. ―Todavía no son ni siquiera las tres ―dijo Chris. Johnnie sonrió. ―Todo está bien, hombre. Disfruta, pero no demasiado. Danny envolvió su brazo alrededor del cuello de Johnnie.
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salvajismo. Por la pureza. Y brindemos por un descanso, para descansar nuestras mentes y
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―Ustedes y los discursos… bien. Brindo por esta noche. Por la música. Por el
―Lo mismo para ti, hermano. Las mujeres pueden romper tu corazón en pedazos. ―Eso es, sólo, si se los das a ellas ―intervino Rick. Danny tocó el pecho de Johnnie ―Uh-oh, este tipo está jodido. Johnnie hizo su camino para salir de la habitación, cerró la puerta y se quedó durante unos segundos, escuchando como el resto de la banda disfrutaba de la madrugada. Era muy bueno escuchar, pero Johnnie sabía en el fondo de su estómago que el tiempo corría y eso significaba que lo hacía la vida. No quería vivir la misma vida una y otra vez. Sabía que el resto de la banda se sentiría de la misma manera algún día. Cuando entró en su habitación, lo primero que hizo fue mirar su guitarra acústica que descansaba en el sofá. La agarró y no perdió el tiempo tocando acordes. Incluso después de hacer un espectáculo esa noche, todavía hacía a su cuerpo correr. Le hizo pensar en Jess. Ella era la única cosa, además de la música, que lo hacía sentir de la misma manera.
tocara por su cuenta. Se detuvo un segundo, sintiendo la punzada de pensar en el corazón. Miró por la puerta y luego comenzó a tocar de nuevo. Nada había sido firmado, todavía. La canción podría estar en el próximo álbum de Chasing Cross. Entendía lo que Peter quería para la banda y sabía cómo se sentía Johnnie tocando acústica. Al igual que le había dicho a Jess, todo acerca de escribir acústica y después llevándolo a la banda para añadir su sonido. Muchas de las canciones sonaban muy bien con sólo una guitarra y la voz de Johnnie, pero eso sería hacer trampa ¿No? La gente quería a Chasing Cross… no a Johnnie de Chasing Cross. Sintiéndose repentinamente solo y confuso, arrojó la guitarra acústica a la otra cama de la sala, se movió del sillón a la ventana y contempló la ciudad dormida. Muy pocas
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rápidamente se encontró tocando los acordes de la nueva canción que Peter quería que
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Empezó Tocando “Chasing”, pensando en la cara y los ojos de Jess, pero
luces estaban encendidas. El tráfico casi muerto. Las intersecciones se podían ver que tenían todas las luces rojas, esperando un auto para acercarse lo suficiente para señalar el verde. Johnnie miró su teléfono celular y lo apretó ¿Por qué ella no lo había llamado todavía? Esperaba que Jess no le hubiera dado el pedazo de papel a Marie y dejarlo en eso. Fue entonces, cuando se dio cuenta de lo potencialmente estúpido que su movimiento había sido. Imagínate si Marie lo llamaba… o peor aún ¿Y si Marie puso su número de teléfono online? Los aficionados, a menudo, eran una locura y algunos de ellos realizaban cosas simplemente estúpidas. Johnnie suspiró, deseando haber hecho más en el vestidor de backstage. Deseó haber hecho más en el café, también. Pero algo en Jess parecía mantenerlo una pulgada de distancia. No por miedo, de ninguna manera. No le temía a Jess… pero tal vez, temía lo que ella podía hacer con él y especialmente, lo que ella podría significar para él.
sensación de ardor en su interior. Puso su cabeza hacia atrás por un segundo para tratar de despejar su mente. El segundo, de repente, se convirtió en mucho más tiempo y cuando oyó el timbre de su teléfono celular, le tomó unos segundos romperse de su propio sueño. ¡Jess! ¡Jess! ¡Jess! Su mano buscó el sofá y luego llegó a su bolsillo antes de que sus ojos estén abiertos. Cuando finalmente lo hicieron, él miró a su alrededor, dándose cuenta de lo brillante que estaba. Antes de contestar el teléfono, miró el reloj y vio que eran más de las nueve de la mañana. Se levantó del sofá y contestó la llamada casi sin aliento. ―¿Jess? ¿Por qué tardaste tanto en llamar?
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se retiró de nuevo al sofá. Encendió la televisión sabiendo que nada podría satisfacer la
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Después de permanecer en la ventana durante veinte minutos, Johnnie finalmente
Capítulo 12 Traducido por Luis Angel Corregido por Ale_GE
J
ess no podía creer que se sentaba en la parte trasera de un taxi camino a The Richmond. No era el hotel más grande de la ciudad y no era el más lujoso, pero
tal vez ese era el mejor lugar para ocultar a los chicos de Chasing Cross. De todas las cosas en que pensar, Jess se preguntaba qué harían con el autobús turístico y todo el equipo de música si la banda se quedaba en el hotel. Parecía tonto pensar en eso, pero impedía a su mente preguntar las millones de preguntas que tenía acerca de Johnnie. El taxi se detuvo frente al hotel y el chofer miro a Jess, asintiendo.
―Todo listo, señora Jess bajo del taxi y miró alrededor. El hotel parecía muy tranquilo y calmado. No parecía posible que albergara a los chicos de Chasing Cross. Ella esperaba ver docenas de personas afuera, gritando y rogando por Johnnie. Tal vez eso es para lo que usaban el autobús. Cuando se marcha, todos piensan que se han ido. Después de caminar a través del vestíbulo del hotel, Jess llamó a Johnnie de nuevo, esperando el próximo movimiento. Él le dijo que fuera a los ascensores y aguardara. Esa sería la parte más difícil de la mañana. Viendo el juego de luces sobre ella, contando atrás. Las luces se detuvieron en el décimo piso y luego descendieron de nuevo. Los minutos pasaban como horas y cuando dos personas más llegaron, parándose detrás de Jess, ella se preguntó qué pasaría cuando las puertas del ascensor se abrieran.
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―Le debo…
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―Todo listo ―dijo él
Finalmente lo hicieron y el ascensor estaba vacío. ¿Que.. Fue entonces cuando Jess se dio cuenta del libro en medio del ascensor. Era la copia de su libro, el que Johnnie tenía la noche antes de su show. No tenía más remedio que entrar en el ascensor. Levanto el libro y lo sostuvo, sonriendo. ―¿Disculpe? Jess miró hacia arriba. Una mujer le sonreía, señalando el panel del ascensor. ―¿Qué piso? ―Yo… yo no estoy segura ―dijo Jess―, déjeme revisar La mujer levantó una ceja y se volvió. Las puertas se cerraron y Jess abrió el libro. Encontró una de las páginas dobladas y asumió que era donde Johnnnie lo había dejado. La página veintitrés era la página doblada y encima de eso, estaba rodeado con pluma unas cuantas veces.
leía despacio. Tal vez no lo leyó en absoluto. Tal vez su piso era el veintitrés. Jess se quedó sin aliento y sonrió. Extendió la mano y toco el numero veintitrés. Cuando el ascensor llegó al vigésimo tercer piso, era la única que quedaba por bajar. Miro arriba y abajo el pasillo. Había un montón de puertas para elegir. ¿Cómo iba a encontrar la habitación de Johnnie? Pasó sus dedos a lo largo de las páginas de su libro, sintiendo el roce del papel contra su pulgar. Pensó en llamarlo de nuevo. Estaban lo suficiente lejos de la gente, ¿no? No importaba ahora. A menos que a Johnnie le gustara este juego. Revisó el libro de nuevo, y por supuesto, otra página estaba doblada.
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adelante en el libro que solo veintitrés páginas. A menos que estuviera mintiendo. Tal vez
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Jess pensó en ello y juró que la noche pasada Johnnie menciono que estaba más
Página trescientos diecisiete. Miró las puertas frente a ella y vio como ascendían a su derecha. Se volvió y empezó a moverse rápido, casi corriendo por el pasillo. Tenía que ir de nuevo a la derecha y continuar todo el camino hasta el final del pasillo. Y allí estaba. La última puerta a la derecha. 317. Levantó su mano, lista para golpear, cuando la puerta se abrió. ―Johnnie ―susurro. Se quedó tan sorprendido como Jess. Mientras una sonrisa le subía por su rostro, Jess tomo nota de sus hoyuelos y luego de sus ojos. Eran hermosos y protectores. Se sentía cómoda, tratando de ver más allá de la celebridad de Johnnie para ver el hombre real que ahora extendía su mano hacia ella.
través del sufrimiento, todo debido a la música. Música que Johnnie había creado. Y el mismo hombre ahora quería a Jess. Entró a la habitación del hotel, mirándolo fijamente ―¿Estás bien? ―preguntó Johnnie―. Espero no haberte confundido mucho con el libro. Es difícil para mí simplemente salir, ¿sabes? ―Entiendo ―dijo Jess. ―Normalmente tomamos el autobús al siguiente show o sólo para dormir en el hotel. Ya que estamos en un descanso, los chicos van a pasar el rato y disfrutar la ciudad hasta nuestro show de caridad. El autobús y el equipo se han ido ahora. El show de caridad va a ser relajado. Jess asintió
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importante era la música de Johnnie para ella. Como la ayudo. Como ella encontró la paz a
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Cuando le toco la muñeca, pensó en Marie. Pensó en la historia de Marie y cuán
―¿Qué hacen todo el día, entonces? ¿Sólo se sientan en la habitación? ―Los chicos están durmiendo, estoy seguro. Estaban celebrando el final de la gira. ―¿Qué hay de ti? Johnnie toco la mejilla de Jess con su pulgar. Lo desplazo a sus labios y sonrió. ―Voy a empezar a celebrar justo ahora. Jess mantuvo sus ojos abiertos mientras Johnnie la besaba. Sus labios se separaron y ella dejo escapar un gemido, incapaz de controlarse. Correspondió el beso mientras Johnnie tenía ambas manos en su rostro. Jess sintió la necesidad de tocarlo, justo como la noche pasada. Ahora estaban en un hotel, nada podría detenerlos. Había una cama. Estaba segura que tenía que ser una gran cama. Ella quería averiguarlo. Cuando Johnnie se separó del beso, Jess se lamio los labios ―He estado pensando en eso toda la noche ―dijo Johnnie ―Yo también.
―Jess, espera un segundo. ―¿Qué está mal? Se llevó las manos a las caderas y la obligo a dar una par de pasos atrás. Él la miro con una ligera vacilación y pensando en lo que estaba a punto de decir. ―Yo no quiero sólo… tenerte una vez ―dijo Johnnie―. Sé que esa es la imagen que tenemos. Pero no es eso lo que quiero. ―Entiendo ―dijo Jess ―No estás aquí para tener sexo, Jess. Estas aquí por un propósito. ―¿Cuál es?
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llegar a sus labios. Acaricio con su nariz su cuello y lo sintió tomar un largo suspiro.
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Jess se movió hacia Johnnie de nuevo, pero como él era más alto que ella, no podía
―Eres una artista, como yo. Estoy a la mitad de una decisión, acerca de una canción. Necesito alguien con quien hablar sobre ello. ―No sé nada sobre música. ―Tal vez eso es justo lo que necesito. Johnnie se alejó de Jess hacia la gran ventana al fondo de la habitación del hotel. Se detuvo y metió las manos dentro de sus bolsillos. Cuando volvió la cabeza, Jess se quedó inmóvil y se quedó mirando el lateral de su rostro. Sus rasgos eran perfectos, pero lo que más llamo la atención de Jess fue su mirada. Ella podía ver el poder y la magia en ellos. Él miraba la ciudad pero Jess estaba segura que veía más que una ciudad. Él veía historias, belleza, algo acerca de lo que escribir. Algo que crear. Jess cruzó la habitación, mirando el lugar. Ella vio la guitarra en el sofá, cuadernos en la mesa, pero lo que no vio fue botellas de alcohol o drogas. Eso la llevo a mirar a Johnnie de nuevo, preguntándose qué clase de hombre era. Alguien que obviamente amaba la música y amaba los shows.
―¿Qué se siente qué? ―preguntó Johnnie ―¿Escribir música? ¿Actuar los shows? Johnnie sonrió. Miro por la ventana, dejando a Jess ver apenas el reflejo de su rostro en el vidrio. ―Es la vida ―dijo Johnnie―. Es todo, ver y sentir, estar vivo. Para expresar lo que siento, lo que escucho, lo que digo. Algunas personas escuchan las canciones más rápidas y piensan que están escritas con el propósito de ser rápidas. Música alta y todo eso. Pero hay más que eso. La letra cuenta una historia y también la música. Por eso siempre traigo canciones a la banda.
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estrella de rock.
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―¿Qué se siente? ―preguntó Jess, aún avanzando lentamente hacia la espléndida
Jess se preguntó porque Johnnie siempre mencionaba a la banda. Lo hacía como si se arrepintiera de lo que dijo. Como si tuviera que seguirse recordando que tenía una banda. ―En cuanto a donde los shows van… no se trata de mí y no se trata de la banda. Se trata de la gente. Los fans. Ellos se presentan, así que nosotros tocamos. Ellos son los que lo controlan, no yo. ―Johnnie miró sobre su hombro y añadió―. Por otra parte, si nadie aparece, todavía toco, porque tengo que hacerlo. Es mi liberación y mi ofrenda al mundo. Las palabras eran hermosas y tenían sentido para Jess. Para la gente que le preguntaba por qué escribía libros, esta era la razón. Era su liberación. Su manera de hablarle al mundo. Su manera de ofrecer algo. Se movió rápido ahora, y cuando tenía al alcance a Johnnie, deslizo sus brazos alrededor de su cintura. Ahuyentó los pensamientos de él siendo una estrella de rock y alejó los pensamientos de que ella no era suficientemente buena para él.
Ella sentía los músculos en su camisa y sintió las oleadas de calor a través de su cuerpo. Todos sus sentidos se activaron y resistió sus impulsos para ver si podía conseguir que Johnnie la llevara a la recamara. ―Gracias por estar aquí ―dijo Johnnie―. Me preocupaba que no fueras a encontrar mi número en el autógrafo. ―Eso fue algo arriesgado ―dijo Jess―. Me sorprendió que Marie no llamara. ―Pensé en ello. Bien valió la pena el riesgo. ―Si tú lo dices. Silencio vino durante unos segundos. Entonces Johnnie pregunto: ―¿En que estas trabajando esta semana?
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Apoyo su rostro en la espalda de Johnnie y entrecruzo los dedos a su alrededor.
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Les vendría bien a los dos.
―Soy escritora, así que en un libro. ―¿Es importante? ―Eso espero ―dijo Jess ―Quiero decir, ¿necesitas estar aquí para escribirlo? ―No. Puedo hacerlo donde sea que quiera. Estoy esperando una llamada de teléfono aunque… Un golpe en la puerta termino su tiempo a solas. Johnnie se dio la vuelta, pero Jess mantuvo sus manos alrededor de él. Él la abrazo y la miro hacia abajo. ―¿Interrumpo algo? ―preguntó Jess ―No, sólo cosas de música. Tengo una entrevista telefónica con una revista. Quédate conmigo.
―No te preocupes por ello. Johnnie rompió su abrazo y corrió a la puerta. La abrió y dio paso a Peter, quien sostenía su teléfono en su oreja. Lo alejó por un segundo y lo agitó hacia Johnnie. ―Hey, Timmy, escucha, tengo a Johnnie justo aquí conmigo ahora ―gritó Peter al teléfono. Peter miró a Jess y sonrió. Johnnie levantó una mano. Él pronuncio está bien, y entonces se sentó en el sofá. Peter hizo lo mismo y puso el teléfono sobre la mesa, encendiendo el altavoz. ―Estas conectado, Timmy ―gritó Peter ―Está bien ―dijo una voz― .Johnnie, ¿estás ahí, amigo?
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―No. Eso es algo importante…
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Jess sacudió la cabeza
―Estoy aquí. ¿Cómo va todo? ―Increíble. Muchas gracias por la entrevista. ―Cuando gustes. Peter levantó los pulgares para Johnnie. Jess apoyó la cabeza contra la ventana y observó a Johnnie. ―Está bien, empecemos sencillo. Cuéntame acerca de la gira. ¿Qué se siente? ¿Por qué el descanso? ―La gira es impresionante ―dijo Johnnie―. Chasing Cross tiene los mejores fans en el mundo. Nunca fallan en sorprenderme como se presentan, cantando cada canción, e incluso cuando damos un pequeño giro al show, ellos lo aman. Tomamos un descanso, así nuestra banda y nuestro equipo técnico pueden pasar tiempo con sus familias. Afrontémoslo, no nos estamos haciendo más jóvenes ¿verdad? ―Johnnie rio―. Y estar en la carretera año tras año te enseña mucho acerca de la vida. Muchos de nuestros chicos tienen esposas y niños… y verlos a todos crecer, es algo muy especial. Además, todos
¡Caridad! Y Johnnie asintió ―También tenemos un gran show de caridad muy pronto, así que no es tanto tiempo de descanso. ―Cuéntame acerca de este giro en su show ―pidió Timmy ―Decidimos tocar una versión acústica de “Chasing” anoche. Tome la guitarra y la banda sólo se reunió y la tocamos. No creo que hayamos tocado así antes, al menos en vivo. Fue increíble. Estábamos rodeados por los mejores miembros de la banda en el mundo con los mejores fans en el mundo animándonos… Jess vio destellos de sí misma en Johnnie, preguntándose si su vida sería así pronto. Su editor debía llamarla en cualquier momento. Esperaba que con grandes noticias. No
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Peter dio un golpecito en la pierna de Johnnie. Le pronunció sin hacer ruido
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saben cuan grandes y mejores se vuelven las giras cuando tomamos un descanso.
sólo es un gran avance pero tal vez si un gran impulso. Una oportunidad de hacer firmas de libros, conocer lectores, a tener ese momento en la luz. Johnnie estuvo relajado y calmado durante la entrevista, contestando con honestidad y nunca olvidando a la banda. Peter condujo la entrevista cuando era necesario y Jess observó como él y Johnnie eran capaces de hablar con palabras no dichas y diferentes miradas. ―Johnnie, gracias por el tiempo ―dijo Timmy―. Ahora, en tu descanso, ¿vas a escribir? ―Por supuesto que lo hare ―dijo Johnnie―. Soy músico, toco y escribo, todo el tiempo. ―¿Qué harás con eso? ¿El nuevo material? ―Dárselo a la banda ―dijo Johnnie―. Probablemente después de la gira. Ahí es cuando usualmente decidimos sobre nuestro siguiente álbum.
―¿Por qué haría eso? ―Si tú lo escribiste ―dijo Timmy― Si tienes todo eso listo para ir… ―La entrevista concluyo ―dijo Johnnie Se puso de pie y se alejó de la mesa, señalando el teléfono, sacudiendo su cabeza. ―Espera, espera ―dijo Peter―. Timmy. ―Es una pregunta honesta ―dijo Timmy―. Johnnie es el hombre al frente. El hombre que todos quieren. Su álbum como solista… ―¡Dije que la entrevista termino! ―explotó Johnnie. Se apresuró y cogió el teléfono, colgando la llamada. Arrojo el teléfono a Peter, a continuación pateo la mesa.
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Johnnie miró a Peter y su labio empezó a levantarse
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―¿Por qué no lo publicas por tu cuenta?
―¿Qué demonios fue eso? ―gritó ―Cálmate ―dijo Peter―. Conoces a esos chicos. Tratan de pinchar tus nervios. ―¿Pinchar mis nervios? Dame un respiro, Peter. ¿Preguntándome por un proyecto en solitario? ―No puedo evitar lo que preguntan ―dijo Peter―. Lo juro, no tenía idea que iba a soltar eso allí. Iba a terminar preguntando acerca del siguiente álbum y cuando la gira se reanude de nuevo. ―No importa ahora, ¿verdad? ―preguntó Johnnie―. Mejor arreglas esto, Peter. Si el imprime algo acerca de un proyecto en solitario… ―No lo hará ―dijo Peter―. Conozco a Timmy. Hace preguntas pero no es un completo imbécil. ―Sólo arréglalo. Peter se levantó y comenzó a desplazarse a través de su teléfono. Camino a la
trabajar en un nuevo contrato con el sello3. La última cosa que necesitamos es agregar todo lo que sucede. ―¿Todo lo que sucede? ―preguntó Johnnie ―Rick borracho, televisor roto, fiestas ruidosas. ―No me vengas con eso ―dijo Johnnie―. ¿El sello se viene abajo porque somos ruidosos? ―No estoy diciendo eso ―dijo Peter―. Lo que estoy diciendo es que ellos están buscando una banda madura, seria. No es como hace diez años. Tú y yo sabemos eso. ―Ve a llamar a Timmy ―dijo Johnnie―. Arregla ese desastre. 3
Se refiere al sello musical.
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―Johnnie… necesito que te relajes un poco, ¿de acuerdo? Estoy tratando de
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puerta y se detuvo.
―Mantén a los tuyos bajo control ―dijo Peter Él dejó la habitación y Johnnie pateó la mesa de nuevo. Empezó a caminar unos pasos y dejó escapar un gruñido. Jess miró como Johnnie volcó la mesa, mandando sus cuadernos volando. La mesa golpeó el sofá y empujo la guitarra. Jess dio un paso adelante pero se detuvo. ¿Qué podría decir? ¿Qué podría hacer? Él finalmente se volvió, sacudiendo su cabeza. ―Lo siento por eso ―susurró―. Es sólo… ―Está bien ―dijo Jess―. Los directores, ¿no? Johnnie sonrió. ―Sólo mirarte puede hacer que me calme. ―Bien. Sigue mirándome. ―Peter no es un mal tipo.
preocupa tanto el sello… ―Está bien ―dijo Jess ―No, no lo está. No cuando las revistas están haciendo preguntas acerca de mí como esas. Johnnie suspiró y se pasó una mano por el pelo. Se dirigió hacía Jess con velocidad, lo que la hizo dar un paso atrás con inquietud. ―Tengo una idea ―dijo él. ―¿Una idea? ―Sí. Este lugar está lleno. No puedo irme. No puedo hacer nada. Peter me está acosando acerca de… este proyecto paralelo. ―Jess vio como Johnnie tragó con pesar―.
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―Él tiene buenas intenciones ―dijo Johnnie―. Pero insiste en que cambiemos. Le
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―Nunca dije que lo fuera.
Ya no quiero más entrevistas, más preguntas. Y lo que sea que la banda este haciendo, esa es su vida, no la mía. ―Estoy de acuerdo ―dijo Jess ―Salgamos de aquí. ―Está bien. ¿A dónde quieres ir? ¿No te reconocerá la gente? ―Aquí, sí. Pero no a donde quiero ir. ―¿Qué es…? ―Te llevare a casa así que puedes empacar. Trae tu portátil también. Vamos a las montañas. ―¿Las montañas? Johnnie asintió con los ojos muy abiertos. ―Tengo un lugar en las montañas. Aislado y tranquilo. Podemos estar ahí a
―En absoluto. Solo tú, yo y las montañas. Johnnie deslizo sus manos dentro de las de Jess y bajó la cabeza. ―Ven conmigo Jess. Podemos llegar a conocernos el uno al otro. Escapar del mundo por un rato. Nadie puede molestarnos. Además, tengo que volver para el show de caridad. Sólo por unos días. ―¿Tienes todo lo que necesitamos? ―Seguro. La única cosa que necesito es a ti. Ven conmigo. ―Me di cuenta que no me estas preguntando ―dijo Jess―. Me estas avisando. ―¿Sí? ―¿Tengo opción?
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―Estas bromeando.
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tiempo para la cena.
―¿Quieres una opción? Jess sonrió ―Creo que hice mi elección… anoche… Johnnie llevo sus labios a los de Jess. Se tocaron pero él no la beso. Es su lugar, dijo:
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―Yo también…
Capítulo 13 Traducido por Lina Loops♥ Corregido por Karool
S
e sentía como una operación secreta mientras Jess corría detrás de Johnnie por el pasillo, sosteniendo su mano. Fue divertido, inocente, y para cuando se
subieron a los ascensores, ambos estaban riendo. A Jess le preocupaba que el ascensor no llegara a la planta baja si cualquiera intentara abordarlo. Tenía razón. Llegaron al cuarto piso cuando el ascensor se detuvo. Jess le agarró su mano fuertemente, preguntándose qué pasaría si alguien reconocía a Johnnie. Las puertas se abrieron y un hombre con un traje intervino. Se volvió, observando el botón de la planta baja, y no hizo nada. El viaje continuó, y dos segundos otra vez en
―Nop ―dijo Johnnie y presionó el botón del tercer piso. El ascensor se paró a tiempo y se él lanzó hacia fuera, llevando a Jess consigo. ―¿Qué hacemos aquí? ―preguntó Jess. ―Vamos a tomar las escaleras ―dijo Johnnie. En la planta baja, Jess comenzó a moverse hacia el vestíbulo. ―No ―dijo Johnnie―. Vamos a tomar la puerta de atrás. Hay un coche esperando por nosotros. ―¿Un coche? Johnnie hizo una pausa y le sonrió.
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―Oye, eres...
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movimiento, el hombre se volteó y miró a Johnnie.
―Soy una estrella de rock. Consigo lo que quiero, cuando quiero. Las palabras hicieron que el cuerpo de Jess se encendiera con calor. Fuera de la puerta trasera del Richmond, un coche negro aguardaba. No era una limusina, pero asumió que fue hecho a propósito. Un simple coche negro no atraería tanta atención. Johnnie abrió la puerta trasera para Jess y minutos después, conducían hacia el apartamento de Jess. Una vez instalados, no tenía tiempo para pensar. ¿Su primer pensamiento? Esto es una locura... Sí, era una locura. Pero cuando Jess volvió la cabeza y miró a Johnnie, no se sentía tan loco. Era un hombre con necesidad de una escapada. Una oportunidad para relajarse y dejar que el mundo ruede fuera de sus hombros. Ella sentía lo mismo. Para los días que se forzó a sí misma siendo esclava sobre su teclado, desesperada por producir otro libro lo
querer tener la libertad de escribir. Esa libertad aterrizó en su regazo hace un tiempo y nada había cambiado. No hizo nada fuera de lo común. Nada salvaje. Nada divertido. Hasta ahora. Cuando el vehículo se detuvo en su apartamento, dudó en salir del coche. ―¿Qué pasa? ―preguntó Johnnie. ―Esto es... ―Lo que necesitamos ―dijo. Se inclinó, tomándola de la mano―. Jess, no voy a forzarte a hacer algo. Te estoy ofreciendo algo. ―¿Hasta cuándo vas esperar? ―preguntó Jess. ―El tiempo que sea necesario. ―¿Qué pasa entro y no salgo nunca?
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la toda presión para entregarlo. ¿Sabía que incluso importaba? Su sueño siempre fue
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suficientemente rápido para mantener a su editor feliz. No pidieron el libro, pero Jess puso
Johnnie sonrió. ―Entonces tendría que venir a buscarte. Para ver cómo estás. Para rogarte que vengas a mí. Jess abrió la puerta y salió del coche. Mientras miraba a Johnnie una última vez, le devolvió la sonrisa. ―No hay necesidad de rogar. A través de su departamento, Jess era como una tormenta. Hizo todo lo posible para mantener a su cuarto no parecer un desastre total, pero el tiempo fue consumiéndose. En poco menos que un milagro, se las arregló para empacar la ropa para un par de días en una sola bolsa. Una bolsa grande, pero sólo una. La puso sobre su hombro e intentó moverse, arrastrando la bolsa de la cama. Cayó al suelo, tomando su hombro. Luego de gritar, Jess agarró la bolsa con las dos manos y la arrastró por el suelo. En la puerta, se aseguró de que todo se encontrara cerrado y escudriñó en su apartamento por última vez. Loco.
en contacto con su agente y Marie, o cualquier otra persona que necesitara. Esta fue la verdadera libertad de su carrera, finalmente capaz de disfrutar de ella. Más aún, no era tan malo tener a alguien tan sexy como Johnnie para liderar el camino. Cuando Jess abrió de una patada la puerta del edificio de apartamentos, arrastrando su bolso, se detuvo y esperó a Johnnie. Salió del coche y se puso un par de gafas de sol. ―¿Qué demonios es esto? ―preguntó, levantando la bolsa de la tierra. ―Un poco de ropa ―dijo Jess. ―Pensé que necesitabas un ordenador portátil ―dijo Johnnie. ―¿Qué me voy a poner? ¿La misma ropa día tras día? ―En realidad... Tenía la esperanza de que sólo estuvieras desnuda.
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era. Pero eso no importaba. Podía trabajar desde cualquier lugar del mundo. Podía estar
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La idea venía a ella. La constante necesidad de recordarse a sí misma lo loco que
Johnnie se volvió justo a tiempo para que Jess pudiera ahorrarse la vergüenza mientras sus mejillas se encendían de un rojo intenso. Nunca tuvo a alguien que sea tan directo, honesto y sexy. Por no hablar de sentirse bastante segura de que Johnnie no mentía. Se hallaban de regreso en el coche y conduciendo. Esta vez, Johnnie se deslizó cerca de Jess y envolvió su brazo alrededor. Ella se inclinó hacia él, inhalando. No le importaba si era evidente. Su cabeza descansaba contra su duro pecho y sintió sus fuertes dedos extendidos sobre su hombro. Todo se sentía bien y cómodo. ―Háblame de tu próximo libro ―dijo Johnnie. ―No es nada especial. Chico y chica enamorándose. ―No me molesta esa historia. ―Sí, pero pienso que alguien debería tratar de matar a uno de ellos. O a ambos. ―Ouch.
―Bueno, al menos vamos a estar escondidos en las montañas, ¿verdad? ―Gracias por venir conmigo. Jess sonrió, sus ojos volviéndose pesados. Cuando Johnnie comenzó a frotar su hombro, cayó rápidamente dormida. Johnnie observó a Jess. Tenía sus ojos cerrados y su respiración se hizo pesada y relajada. La abrazó, dándose cuenta de lo salvaje que fue la idea. Si hubiera estado solo cuando la idea golpeó, se hubiera llevado a sí mismo a no hacerlo. Permanecería en el balcón del hotel, o hubiera ido a ver a los miembros de la banda y tocar la guitarra. Cualquier cosa para mantener su mente alejada. Pero con Jess, era como una sensación totalmente nueva. Se sentía más joven, más espontáneo, pero sólo en el deseo de sus ojos. Además, la entrevista... Era como una broma.
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―Espero que nadie pretenda matarnos ―dijo Johnnie.
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―Pero se les acerca.
Johnnie no quería creer que Peter tuviera algo que ver con eso. Era de común conocimiento de que escribía las canciones para Chasing Cross, dejando a la banda añadir su música y las ideas luego. Había trabajado desde los primeros días. La gente asumía que, debido a su buena apariencia y estatura rockstar, lograba manejar el escenario y la fama por su cuenta. Johnnie podía, pero el deseo de hacerlo era algo completamente diferente. La banda era la banda y eso es lo único que importaba. Mientras los chicos deseaban jugar, grabar e ir de gira, Johnnie asumía la obligación de mantener a la banda unida. Pero la canción... cerró los ojos y apoyó la cabeza atrás. Ahora, la canción se reproducía en su mente. Escribió la maldita cosa en las montañas, en el mismo avión en que se dirigía en este momento con Jess. Recordó grabarla, escuchándola diez veces. Grabando más pistas en la parte superior de las pistas, eliminando pistas. Con el tiempo, se convirtió en una versión simplificada del mismo, tres pistas de guitarra y la voz de Johnnie en su forma más pura. Peter llamó justo después de terminar la última pista y tuvo que tocar en el fondo. Ahí fue que todo comenzó. Peter poseía un oído con el que Johnnie sólo puede estar maravillado. El hombre no tocaba una
dijo a Johnnie, en ese mismo instante. Podía lanzar la canción como un proyecto en solitario. Una forma de complementar los ingresos, garantizar la seguridad propia, junto con una docena de otras excusas que sonaban bien, pero vinieron con consecuencias potencialmente fuertes. No necesitaba el dinero, a pesar de que Peter presiono reiteradamente. Se puso la etiqueta de acuerdo a un gran avance, e incluso más de un anticipo si Johnnie escribiría un álbum. Gran cosa. No podía no hacer nada por el resto de su vida y tener el dinero suficiente para gastar en más de cinco o seis vidas. La marcha suave del coche se sentía increíble, por no hablar de la hermosa mujer contra su cuerpo. Abrió los ojos y miró a Jess nuevo. Algo en ella sólo funcionó. Provocaba que todo se sintiera tranquilo y sereno. Johnnie cerró sus ojos, esta vez
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cabeza. Pero elegía una canción que podría convertir a alguien famoso. Y eso fue lo que
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nota en un instrumento y no cantaba ni porque alguien presionara una pistola en su
sonriendo. Iba a la cima del mundo, para hacer frente a las montañas y encontrar la paz.
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Ya se sentía en la cima del mundo con Jess y mientras gemía en sus sueños, halló la paz.
Capítulo 14 Traducido por Luis Ángel Corregido por Karool
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ess abrió los ojos y respiró hondo. Parpadeó, sus ojos adaptándose al despertarse. Volvió la cabeza hacia la derecha y giró su cuello. En
cuanto se sentó, se dio cuenta que ya se encontraba sentada. Vio a Johnnie con la cabeza hacia atrás, durmiendo, y todo volvió a ella. Una parte de ella esperaba despertar en la cama, saliendo del mejor sueño de su vida. Ese no fue el caso, en absoluto.
Sin un sólo edificio o casa a la vista, el coche apuntando hacia el cielo azul brillante, Jess podía sentirlo mientras subían más alto. Ascendiendo lejos de la ciudad, todo sacudiendo sus hombros y su cuerpo. Todo menos Johnnie. ―Cinco minutos. Jess miró y vio que Johnnie había despertado, también. ―¿Qué? ―preguntó. ―Cinco minutos. Justo en este camino. Parece más aterrador de lo que es.
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Cuando dijo montañas, lo quería decir literalmente.
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Miró hacia adelante y vio el nuevo telón de fondo para su tiempo fuera.
―No da miedo en absoluto. Es... hermoso ―No cuando llueve o nieva. ―¿Nieva aquí? ―Claro ―dijo Johnnie―. Sí el clima es adecuado. No sucede muy a menudo, pero cuando la tierra está demasiado húmeda y fangosa, realmente no te puedes mover. Jess exploró el paisaje perfecto. Sonrió. ―¿Qué estás pensando? ―preguntó Johnnie. ―Lluvia ―respondió Jess. ―¿Lluvia? ¿Por qué lluvia? Jess miró a Johnnie.
―Sí. Mucha lluvia, cierran los caminos. Nadie puede llegar a nosotros. ―Oh, Jess, nadie nos molestará aquí. Te lo prometo. Ni siquiera he dicho a nadie que venía aquí. Jess se enderezó. ―¿Qué hay de tu banda? ¿Su director? ¿No se preocupan? ―Durante un minuto o dos ―dijo Johnnie―. Ellos lo resolverán. Saben lo que pasa cuando tengo que salir. ―¿Cuando tienes qué? ¿Vienes aquí a menudo?
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―¿En serio?
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―Espero que caiga por días.
―Voy a ser honesto ―dijo Johnnie―. Normalmente vengo aquí cuando mi corazón es pesado. Cuando las cosas no se sienten tan bien. ―¿Cómo se siente tu corazón en este momento? Johnnie tomó la mano de Jess y lo puso en su pecho. ―Me encuentro bien. Siento que estoy haciendo exactamente lo que debería estar haciendo. ―¿Estás seguro de que a tu banda no le importará? ―Ellos entienden ―dijo Johnnie―. Probablemente apenas se están despertando, de todos modos... Johnnie apartó la mirada y tragó saliva. Ella acercó la mano tanto como pudo, sintiendo la definición de su pecho. Más que nunca deseaba que este viaje no terminara. Quería ver dónde Johnnie venía a descansar. Aquí era
La cabaña quedó a la vista y Jess dejó escapar un suspiro de alivio y felicidad. No era alguna extensa mansión de madera. Era realmente una cabaña. Una cabaña de madera hermosa con pilares de madera en el porche, rieles de madera y dos mecedoras de madera. El camino de entrada está hecho de roca de color marrón con un montículo en el centro de la calzada con una gran piedra negra. Era deforme y parecía que no había propósito de estar allí. ―¿Qué es eso? ―preguntó Jess.
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Jess quería ser quien derramara su corazón.
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donde venía a crear música y derramar su corazón.
―Esa es la roca que se suponía iba a matarme ―dijo Johnnie. Tenía una media sonrisa en su rostro, aunque desconocía que Jess parecería confundida luego de una declaración como esa. El coche se detuvo, el conductor mirando en el espejo. ―Estamos bien ―dijo Johnnie―. No tienes que esperar Johnnie abrió la puerta y salió para abrir a Jess. Le tomó la mano y la bajó del coche antes de tomar su bolso. Johnnie dio tres pasos antes de colocarlo en el suelo. Jess se abrazó a sí misma, ya que se sentía más fresco que la ciudad. Con una suave brisa y las sombras lo cual se sentían como un día perfecto de primavera, era el tipo de ambiente con el sol, y su tipo ideal de calor pero la noche era perfecta para una manta... o un fogata ... o un hombre. El coche se alejó y Johnnie se despidió con la mano.
pienso ir a ninguna parte. ―Jess sonrió. ―Háblame de la roca. Había pasto plantado alrededor y pequeñas flores púrpuras florecidas. Se veía como un santuario. ―Bueno, cuando compré la cabaña, me dijeron que algunas rocas son lo suficientemente grandes para caer. ―Johnnie señaló una gran colina que se hallaba un par de cientos de metros de distancia. La punta de la colina parecía tocar el cielo.
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―Ese es su trabajo. No te preocupes, tengo un vehículo. Pero no
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―¿Simplemente se va? ―preguntó Jess.
Jess imaginó su pico desapareciendo en la niebla por la mañana, cuando el tiempo era ideal. ―Yo no creí nada de eso ―dijo Johnnie―. Pero una noche después de una tormenta, fui a utilizar el cuarto de baño. Esa roca salió de esa colina. Se estrelló contra la cabaña y aplastó mi cama. Pero no me encontraba allí. ―¿Rodó tan lejos? ―preguntó Jess. ―La primera cabaña fue construida en la colina. Luego que la roca la golpeó, tuve que reconstruir aquí. Me han dicho que es lo suficientemente lejos. Hasta ahora, todo bien. Jess observó la escena, tratando de imaginar que algo así suceda. Johnnie agarró su bolso, su mano y la llevó a la cabaña. Abrió la puerta y la dejó entrar primero. Miró alrededor del acogedor lugar, inhalando su
existieran tantas guitarras. En la sala de estar, una chimenea de piedra grande era parte de la pared del fondo, mientras que en la esquina había un conjunto de grabación. Guitarras. Amplificadores. Tambores. Computadoras y equipos. ―Ahí es donde escribo ―dijo Johnnie caminando detrás de Jess―. Si miras por la ventana, todo lo que logres ver serán montañas. Montañas
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posición de cascada. Había tantos colores y formas, ella no sabía que
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olor fresco. Las paredes se apreciaban cubiertas de guitarras, colgando en la
corriendo en las montañas hasta que se conviertan en una mancha. Es la cosa más intensa para mirar. ―Apuesto que lo es ―dijo Jess mientras miraba por encima del hombro. Por lo que se refería, ella ya miraba a lo más intenso. Johnnie. ―¿Qué te parece el lugar? ―preguntó Johnnie. ―Es perfecto ―dijo Jess―. Es cómodo. Es... tú. ―Eso es lo que buscaba. No traer a la gente aquí. Este es mi espacio personal. Donde vengo a escribir, a pensar, y a veces a sangrar. ―¿Algo más? ―preguntó Jess.
hizo congelar. ―No lo sé ―acertó a decir. Johnnie tocó sus caderas, jalando para que su cuerpo tocara el suyo. Deslizó sus labios y bajó su cuello, no para besarla, y aún saboreándola. Jess volvió su cuello, dándole a Johnnie más para disfrutar. Con las manos a los costados, no las sentía bien, pero sabía que si se atrevía a alcanzarlo nuevamente, sus manos no se detendrían. Su cuerpo se desencadenó para Johnnie en formas que no tenía sentido por un hombre... jamás. El tiempo pasó desde que había sido tocada, complacida, se sentía como toda la vida y cuando la punta de la lengua de él tocó su cuello, se estremeció de tal manera
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Jess quería decir amor, pero tan sólo la palabra viniendo a su mente la
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―¿Cómo qué?
que la hacía sentir pura de nuevo. Cualquier otro hombre que la había tocado, abrazado, poseído, no significaba nada, creando un deseo aún mayor para Johnnie. Cuando llegó a la parte inferior de la oreja, ella sintió que su nariz acarició el lóbulo de su oreja en primero, un dulce gesto, seguido de sus labios, un gesto no muy dulce. Jess gimió al sentir el cálido aliento de Johnnie en contra de su oído. ―¿Quieres ver el resto? ―susurró él. ―¿El resto de qué? ―preguntó Jess, un poco en trance. ¿El resto de la cabaña? ¿El resto de Johnnie? ―Sígueme ―dijo Johnnie.
sentir frustrado, Johnnie sólo la miró con los ojos, mostrándole la profundidad oscura, la comodidad, y la tentación que esperaba. Deslizó sus dedos en la mano de Jess y la condujo a través de la sala de estar. Se detuvieron en la ventana cerca de todos los instrumentos. Jess no podía detenerse, así que se acercó y encendió uno de las guitarras. Las notas eran mixtas y secas, y sonaba terrible. Se sorprendió al pensar que Johnnie podría tomar la guitarra y crear algo hermoso de ella. ―¿Qué piensas de la vista? ―preguntó Johnnie.
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hombre moverse como él. Todo fue casual, y cuando su cuerpo se quería
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Se alejó, dejándola inmóvil pero no decepcionado. Nunca vio a un
Jess lo miró. Sus ojos bailaban a lo largo de su línea de la mandíbula, deslizándose lentamente, memorizando sus rasgos sutiles y sexis, hasta que sus ojos estaban fijos. ―Se ve bien para mí ―susurró Jess. Johnnie rió. Levantó un dedo y lo puso en la mejilla de Jess. Le dio la vuelta a su cabeza para que mirara por la ventana. La vista era impresionante. Como Johnnie dijo, las montañas arriba de las montañas, llegando tan lejos que casi estaba de más tratar de entenderlo. Jess se preguntó cuántas millas existían en frente de ella. Con el cielo despejado, la única limitación era la percepción. Comprendió por qué Johnnie lograba encontrar consuelo aquí, la oportunidad de explorar la vida, los seres humanos y las relaciones, lo suficiente como para escribir canciones que cambiaran vidas. Por otra parte, ella también podía entender cómo venir aquí
pensamientos. ―Vamos ―dijo Johnnie y comenzó a caminar. Dirigió a Jess través de una cocina abierta, con muchas ventanas y bastante luz. Tragaluces en todo el medio y en cada lado colgaba un montón de luces para la noche. La ventana más grande se hallaba encima del fregadero. ―Encara al este ―dijo Johnnie―. Cuando te despiertas, puedes estar parada aquí con una taza de café y ver el amanecer. O... ir por esa puerta...
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el mundo era, y el intenso silencio y oportunidad de explorar sus propios
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con dolor podría ser una mala idea. La soledad, el recuerdo de lo grande que
―Johnnie señaló una puerta al lado del mostrador de la cocina―... Y pararte en la terraza. Abrió la puerta y Jess se asomó para ver una terraza que recorría la mitad de la longitud de la cabaña. Tenía un pequeño conjunto de restaurante y cuando Jess se puso de puntillas para mirar más, se dio cuenta de la terraza estaba muy cerca de una caída. Su miedo a las alturas se hizo presente y dio un paso atrás. Desde la cocina, Johnnie le mostró el cuarto de baño y, a continuación, la llevó al piso de arriba a un pequeño altillo que adquiría un pequeño dormitorio, baño y medio, y una planta abierta donde Johnnie tenía un escritorio con más guitarras y equipo de grabación. Entré más se perdía en el ambiente de la cabaña más se daba cuenta que necesitaba algo como esto. Su
sí mismo. Ella comenzó a pensar en su avance, su siguiente avance, sus ganancias de regalías. Todavía no se sentía completamente real a pagar por sus escritos. No imaginaba gastar dinero en nada, ni después de luchar durante tanto tiempo, en espera de su gran oportunidad. ―Y luego, hay una habitación más ―dijo Johnnie. Se encontraban de vuelta en la planta principal. Faltaba una puerta por abrir y Johnnie lo hizo con una sonrisa en su rostro. Al abrir la puerta, Jess sabía qué habitación que iba a ser. El dormitorio principal.
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entretenimiento. No fue creado para vivir. Se creó como Johnnie quería, para
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propio espacio privado para ocultarse. La cabaña no estaba preparada para
Lo primero que percibió fue Johnnie. Su olor, por toda la habitación. Una cama grande. Un alto armario con cuatro cajones. Un sofá de cuero. Un aura de calma en todo el cuarto. Una pequeña chimenea en la pared de enfrente de la cama. No había televisión. No había equipos. Ningún equipo de grabación. Pero sin embargo, una sola guitarra acústica. Una guitarra vieja, se veía usada y desgastada. Estaba en el suelo, como un cadáver, pero Jess pensó que así es como Johnnie quería. ―Dejé lo mejor para el final ―susurró mientras se posicionaba detrás de Jess. Esta vez, cuando él tocó sus caderas, Jess sabía todo lo que iba a suceder. Se apresuró y se dio la vuelta, no quería simplemente estar en el extremo receptor de la voluntad de Johnnie. Quería explorar por sí misma.
terminaciones nerviosas hormigueando en todas partes. Las zonas más sensibles dolían por Johnnie. Cuando una de sus frías manos se movía debajo de su camisa, y le tocó la tibia piel, respiró pesadamente. Jess sintió los dedos de Johnnie subir por su cuerpo. Se acercó a su pecho, su gran mano tomándola. Su otra mano se deslizó alrededor de la espalda de Jess y la acerco, trayéndola a él. La miró con ojos sinceros y una sonrisa diabólica. ―Jess... ―No quiero hablar más ―susurró Jess. ―¿Qué es lo que quieres, entonces? ―preguntó Johnnie.
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calmar su respiración pero no sirvió de nada. Su cuerpo ya comprometido, sus
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Sus manos tocaron su rostro, temblando al hacerlo. Ella trató de
―A ti. Jess se puso de puntillas y Johnnie su unió a ella. Sus labios se tocaron y sus bocas se abrieron. El beso fue inmediatamente más caliente que el anterior del concierto. La intención esta vez emanaba necesidad sexual. El beso de anoche fue simplemente fantástico, una oportunidad de explorar. En este momento, esto era antojos clavados finalmente haciéndose realidad. Johnnie movió ambas manos atrás de las caderas de Jess. Apretó y la levantó, llevándola directamente a su cama. Se sentó y se echó hacia atrás, con las piernas abiertas, mirando a Johnnie avanzar. Sus manos acariciaban su rostro y fueron más allá. Cuando tocó sus pechos, por encima de su camisa, Jess gimió y empujó su pecho a él. Continuó más abajo, envolviendo sus dedos alrededor de la parte inferior de
segundo de tiempo, se dio cuenta de lo que sucedía. Esto iba a suceder. Con Johnnie de Chasing Cross. Johnnie tiró la camisa al suelo y Jess se puso las manos en la cama. Él rápidamente se trasladó otra vez, sus manos tocando sus pantalones. Miró los dedos de Johnnie trabajar con facilidad y levantó la mitad inferior de su cuerpo de la cama, lo que permitió a Johnnie deslizar sus pantalones abajo. Ahí es donde Jess definió la línea, por el momento. Se incorporó y se dirigió a la camisa de Johnnie. Sus manos tomaron su turno, subiendo por las ondulaciones de su estómago y su pecho duro. En el camino de vuelta, dejó a
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sacaba su camisa. Cuando la camisa cubría esa cara, en esa fracción de
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su camisa. Se incorporó y levantó los brazos al unísono mientras Johnnie
sus uñas tocarlo y cavar en él, lo suficiente para sentir la piel de Johnnie estremecerse. Él gimió y se quedó mirándola, sin dejar de sonreír. ―Salvaje ―susurró. ―No tienes ni idea ―dijo Jess. Elevó la camisa de Johnnie y puso sus labios en su estómago. Le dio un beso y luego bajó, fue directo a donde comenzaban sus vaqueros. Fue entonces cuando su lengua se adelantó, saboreándolo, burlándose mientras jugaba, intentando alcanzar sus pantalones. Johnnie se quitó la camisa y Jess sintió que tenía algún tipo de poder en la situación, ella perdió todo cuando Johnnie desabrochó su cinturón y abrió el botón de sus pantalones vaqueros. Metió los pulgares no sólo en sus pantalones, sino también en sus calzoncillos. Empujó, haciendo que sus
Sus manos se movieron y tocaron los hombros de Jess, dejándola gimiendo, sintiéndose torturada. Lo miró, y la mirada en sus ojos le dijo que sabía exactamente lo que hacía. Jess se deslizó en la cama, todo el camino hasta las almohadas. Se quedó con las rodillas flexionadas, arqueando ligeramente su espalda. Llegó detrás de ella y desabrochó su sujetador. Sus dedos tocaron su cuello y poco a poco dibujó líneas hasta sus pechos. En su sostén, se detuvo y se mordió el labio. Johnnie se encontraba al pie de la cama, con las manos en puños. ―Me vuelves loco ―dijo.
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Jess parara. Ella se quedó sin aliento, viendo aparecer el principio de Johnnie.
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calzoncillos y pantalones vaqueros fueran lo suficientemente bajo para que
―Bien ―dijo Jess. ―No, no lo entiendes. Nunca he tenido una mujer que me hagas esto... ―¿Hacer qué? ―preguntó Jess. Johnnie abrió su boca para hablar y Jess movió los dedos hacia abajo, deslizando el sostén fuera de su pecho. Se lo quitó y lo arrojó a Johnnie. Aterrizó en el extremo de la cama. Los ojos de Johnnie no moviéndose de ella. El pecho de Jess se sentía pesado, doliendo por Johnnie. Se tocó a sí misma, deslizando sus dedos por sus pezones, sintiéndolos vibrar con cada toque. Gimió y suspiró, entonces comenzó a poner su mirada en sus bragas. Pero cuando ella recuperó su enfoque, Johnnie ya se hallaba en la cama,
temblar. Bajó, tocando con su nariz su pezón izquierdo. Se movía lentamente pero con fuerza. ―Oh, Johnnie ―susurró Jess. Johnnie se trasladó al otro lado de su pecho. Sus labios le rozaron, la punta de la lengua saboreándola. Su mano izquierda tocó su costado y luego se encontró con su estómago con prisa. Sintió sus dedos girar y caer en sus bragas. Los pasó por su piel suave, siguiendo la curva de su cuerpo. Sus dedos bailaban a lo largo de sus pliegues, tocando su centro, moviéndose con cuidado.
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Se cernía sobre su pecho, respirando sobre ella. Su cálido aliento la hizo
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moviéndose hacia ella.
Sólo duró unos segundos, pero el placer se disparó a través del cuerpo de Jess haciéndole sentir como si hubieran hecho durante horas y horas. La mano de ella bajó, encontrando los pantalones de Johnnie. Ella no vaciló mientras trabajaba su mano dentro de los pantalones y calzoncillos, pasando la mano por su grosor. Lo deseaba dentro, desesperadamente. Johnnie balanceaba sus caderas, sacándose sus vaqueros y calzoncillos, pateándolos al suelo. Su mano derecha ahora tenía un feroz agarre en las bragas de Jess y tiró de ellas, sin remordimientos, y ella podía sentir el suave tejido empezar a romperse. Levantó sus caderas de la cama, tocando el cuerpo desnudo de Johnnie. Gimió y buscó alivio, pero ya era demasiado tarde, él rasgó sus bragas. Miró hacia ellas, colgando de su cadera. ―Lo siento ―Johnnie susurró a pesar de que no parecía sentirlo en
Besó a Johnnie, buscando el calor y la comodidad de su boca. Besándose, Johnnie se inclinó sobre el cuerpo de Jess y tiró el otro lado de sus bragas. Se arrancaron con facilidad bajo el mando de su fuerza. Luego desaparecieron y Johnnie no perdió el tiempo bajando en ella. Sintiendolo en su entrada, Jess soltó un grito que tanto necesitaba. Johnnie deslizó su mano derecha detrás de su cuello y mantuvo su mano izquierda sobre la cama, con el codo doblado, dejando suficiente espacio entre ambos para que pudiera verlo entrar. El beso terminó al empezar el sexo.
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―Bien podrían terminar el trabajo ―susurró Jess.
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absoluto.
Jess trató de mirar hacia abajo, capturando una vista rápida de Johnnie mientras su sexo presionaba dentro de su cuerpo. Eso fue todo lo que pudo. Una vez que la penetración aumentó, también aumentaba la presión. Jess dejó caer la cabeza de nuevo, bajo la comodidad de la mano de Johnnie detrás de su cuello. Con un golpe duro, llenó el cuerpo de Jess. Permaneció quieto y se quedó mirándola. Jess estaba sin aliento, aunque su corazón siguió en carrera. El placer ya empezaba a llegar a un estado climático. Tuvo el impulso de disculparse
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con Johnnie pero podía verlo en sus ojos... lo necesitaba tanto como ella.
Capítulo 15 Traducido SOS por Nina Carter Corregido SOS por *elis*
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ohnnie apegó su cuerpo al de Jess. Presionó su pecho contra el de ella y pudo sentir sus pechos suaves y cálidos. Cuando empezó a
mover sus caderas con un movimiento suave, las manos de Jess se dirigieron a su espalda y lo sostuvieron por un momento y luego empezó a enterrarle las uñas, que no eran muy afiladas. Sin embargo, él gemía ante la sensación cuando ella movía sus manos.
momento y el placer, sino ojos que comprendían lo importante que era. Johnnie dejó que las yemas de sus dedos se deslizaran hacia abajo por el costado del cuerpo de Jess y sentía sus intentos por brincar cuando tocaba los puntos sensibles. No podía evitarlo. Mientras más brincaba, mejor se sentía todo. Movió sus manos desde las caderas de Jess hasta ahuecarlas en su trasero. Él apretó y levantó para buscar más de su cuerpo. Cuando aumentó el ritmo y dejó la pasión suave en el olvido, Jess empezó a gemir más fuerte; quería más, pedía por él. Johnnie se movía a medida que su cuerpo le dictaba y, poco a poco, ella comenzó a encontrar la confianza para mecer sus caderas hacia él.
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que él le daba, ella lo miraba con ojos sinceros; ojos que no sólo disfrutaban el
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El cuerpo de Jess era cálido, estrecho y satisfactorio. Con cada impulso
Se tenían el uno al otro, sus cuerpos se tocaban y el calor aumentaba a cada segundo. Se saboreaban. Johnnie le besó los labios, bajó a su mentón y finalmente saboreó su cuello, en donde su lengua encontró indicios de perfume y el cálido aroma subía por su nariz a medida que Jess sudaba; le traía de vuelta los sentimientos que tuvo en los bastidores en el concierto. ¿Qué tan caliente fue el momento que compartieron? ¿Qué tan cerca estuvo de perderla, de nuevo, porque él no pudo decirle lo que quería? ―Te quiero ―susurró él, mientras sus labios hacían un camino desde el cuello de ella hasta su oreja. ―¿Qué? ―Ella terminó la pregunta con un gemido suave.
sintió sus labios cuando lo hizo. ―Te quiero ―repitió―. Debí decirlo antes. En el café. En el concierto. Te quiero, Jess. ―En el caso de que no lo notaras, estoy contigo en tu cama ―dijo ella. Johnnie sintió el movimiento de la parte inferior de ella mientras se deslizaba contra él, por lo que gruñó y empujó, incapaz de controlar sus instintos. ―Sólo quería que lo supieras ―dijo. Jess puso un pulgar sobre los labios de él y los acarició. ―Me tienes, Johnnie… me tienes…
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labios, pero sin besarla. En lugar de eso, él habló, entonces Jess escuchó y
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Johnnie disminuyó el ritmo, le besó la mejilla y luego volvió a sus
Ella apartó su dedo y él la besó. Esta vez, el beso se hacía más intenso al igual que los movimientos de Johnnie. Nada lo detendría ahora, aunque estaba seguro de que Jess tampoco lo haría de todas formas. Sólo dejaron de besarse cuando Johnnie alcanzó el clímax. Jess abrió la boca y dejó salir un grito; Johnnie esperó mientras la observaba. Cuando él terminó, no salió del cuerpo de Jess, pero sí la besó. La besó durante lo que pareció horas, pero sólo pasaron unos minutos. Él rodó a un lado del cuerpo perfecto de Jess y tiró de ella para que estuviera de costado y lo enfrentara. Los dedos de Johnnie acariciaron su rostro mientras lo miraba. Nunca estuvieron tan abiertos antes. Él sabía que había llevado a Jess a un momento delicado de honestidad. ―¿En qué piensas? ―preguntó él.
―Todo esto… ―Jess, lo es. ―Eso es lo que mi corazón me dice. ―Entonces, escúchalo. Johnnie puso su mano en el pecho de Jess. No tan cerca de su corazón, ya que cubrió su seno, pero lo suficientemente cerca para él. Jess gimió y sonrió, luego cerró los ojos. Unos segundos después, él la observó quedarse dormida. La sangre de Johnnie bombeaba demasiado fuerte y demasiado rápido como para considerar dormir. Era la primera vez en
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―¿Qué cosa?
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―En cómo puede ser real ―susurró Jess.
mucho tiempo que le hacía el amor a una mujer. Cualquier cosa reciente fue sexo… e incluso menos que eso. Fue follar. El intento de satisfacción que, a pesar de que Johnnie lo sabía, era su débil intento de complacer el ego de estrella de rock que a veces lo seguía como un animal rabioso. Rodó para quedar sobre su espalda y tomó una respiración profunda. Sonrió y sacudió la cabeza al darse cuenta de que era la primera vez que tenía sexo en esta cama. De todas las cosas locas que le dio la vida, incluso la seguridad financiera para tener una cabaña apartada como esta, hizo todo lo que pudo para mantenerla oculta. Llevar su alma al escenario por los fans, verter la letra y música en cada canción, negarse a que alguien siquiera sugiera la idea de traer un compositor para ayudar, todo eso lo hizo sentir expuesto. Todo el tiempo. Cada canción tenía su propia historia y propósito,
ropa y luego paró a los pies de la cama y la observó dormir. Sobre su costado. Su cabello caía en su rostro. Sus labios suaves. Lamió sus labios, aún sentía su sabor. Ella estaba completamente desnuda, parecía una modelo, su cuerpo estaba en posición de media luna. Su brazo izquierdo cubría parte de su pecho; la vista erótica hizo que el cuerpo de Johnnie se sintiera caliente y listo de nuevo. Se vistió y tomó una manta que estaba sobre el sillón de cuero de la habitación y cubrió con ella a Jess. Dejó la habitación, encontró el bolso de Jess y lo llevó de vuelta al cuarto, para ella. El silencio de la cabaña a veces era el ruido más fuerte del mundo. Con el silencio no había distracciones y sin distracciones no había excusas.
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Salió de la cama con lentitud. Ella ni siquiera se movió. Él encontró su
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y Johnnie era el hombre detrás de eso.
Johnnie se puso de pie junto a la ventana de la sala y miró hacia las montañas. Las guitarras, los tambores y otros instrumentos estaban ante él, en silencio, aun así, podía oírlos en su cabeza. ¿Era tan malo? ¿Querer más? ¿Encontrar algo diferente? ¿Establecerse? Sabía que su nombre como solista no atraería multitudes como Chasing Cross y eso estaba bien. Aunque sí le daría libertad. Clubes pequeños. Lugares pequeños. Público más pequeño. Todo acústico. Relajado. El tiempo avanzó y finalmente se sentó frente al monitor del
el equipo de grabación. Cuando el computador cargó, el único ícono en el escritorio era el archivo para la canción nueva. Johnnie la mantuvo ahí, justo en el medio, debido a lo emocionado que estaba después de terminarla. Movió el ratón hacia el archivo e hizo clic sobre él. Se iluminó el archivo de audio, pero no se abrió. Johnnie suspiró e hizo doble clic, entonces se abrió. La música empezó a reproducirse, pero no había sonido. Los parlantes estaban apagados y Johnnie lo dejó así. Observó pasar los segundos y, de alguna manera, se sintió de una forma metafórica para él. Pensó sobre la banda.
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pantalla y la encendió con rapidez. Luego encendió el resto del computador y
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computador en su escritorio de grabación. Vio su reflejo en la negrura de la
Danny era sangre, sin embargo el resto de los chicos estaban bastante cerca. Merecían tocar y escribir siempre que lo quisieran. Alcanzó los parlantes y los encendió. La canción empezó a sonar, la voz de Johnnie a la cabeza de la pista acústica. La canción era hermosa. No se le debería agregar nada de parte de la banda, incluso si sentía que le faltaba algo. Mierda. Cerró los ojos y bajó la cabeza. Deseaba que Jess estuviera despierta y con él en ese momento, así podría ayudarlo a alejar su mente de esto… y
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quizás ella podría curar su corazón enfermo.
Capítulo 16 Traducido por TsuParthenopadeus Corregido SOS por Meellc
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ess se sentó y la sabana calló de su pecho. Cuando vio sus pechos desnudos, jadeó y recogió la sabana. Miro de derecha a izquierda,
pero antes de que pudiera decir una palabra, escuchó música. Viniendo de la sala. Johnnie. Pateó los cobertores y se levantó de la cama, tomando la sabana con
pusieron rojas. Nunca antes ella había tenido a alguien tan agresivamente. Y ni por un segundo Jess se preocupó por Johnnie, desde que la había superado. Ella se abrió completamente a él, en más de una manera. Pasó por encima de las bragas y vio el resto de su ropa, dispersa por el suelo como si ella fuera una traviesa universitaria. No en absoluto. Ese desastre de ropa fue formado del mejor tipo de lujuria. Sin filtros. Y justo lo que Jess quería y esperaba de Johnnie. Notó que la ropa de él se había ido, lo que explicaba la música tocando fuera del cuarto. Antes de que pudiera maldecirse a sí misma por no tener bragas, vio su bolsa, esperando justo dentro de la puerta.
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abrió e incluso en la privacidad de su propia compañía sus mejillas se
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ella. La primer cosa que vio fueron sus bragas rasgadas en el piso. Su boca se
Eso hizo que el corazón de Jess golpeara. Que toque tan romántico. Algo tan sutil significaba tanto. Significaba que el sexo no era solamente sexo. No era sólo Johnnie llevándola a la cabaña para un jugueteo o dos. Claro, el había dicho cosas dulces mientras estaba muy dentro de ella. Jess había ido por ese camino antes; las promesas vacías que venían con la conexión. Pero Johnnie se tomó el tiempo y la molestia de traerle su bolsa a la habitación. Cálmate, ahora mismo. Sintió a sus viejos demonios arrastrándose. Los que ella recogía en Marie todo el tiempo. Los que la hacían caer rápido. La diferencia era que mientras en el pasado esos demonios querían que ella se enamorara de
ciertamente algo se había disparado… En el segundo que lo vio en el escenario. Después de que encontrara unas bragas que no estuvieran rasgadas, se vistió y dejó la habitación. Caminó despacio, queriendo escuchar la canción. Era una canción nueva, definitivamente. Pero luego, Jess era técnicamente una virgen de Chasing Cross. Pero Johnnie había estado hablando de una nueva canción… Se movió hacia la sala y vio a Johnnie parado en la ventana. La canción continuó, algo acerca del tono y la vibra era muy diferente a
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que tal vez no se había enamorado bastante de Johnnie, todavía, pero que
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alguien, nunca lo hizo. Ahora, mirando la bolsa en el piso, se dio cuenta de
las canciones de Chasing Cross. El sonido limpio de las guitarras y la voz de Johnnie lo hacían poderoso y con propósito. Jess se dio cuenta de que él bajó la cabeza, cada pocos segundos, la sacudía, su mano derecha estaba extendida, sus dedos medios moviéndose por las cuerdas de una guitarra. La canción terminó y se movió hacia la computadora. Alcanzó el mouse y Jess supo que tenía que decir algo. ―Para que conste, me gustó ―dijo. Johnnie saltó y se dio vuelta. Rápidamente parpadeó y sonrió ¿Estaba llorando?, se preguntó Jess
acostumbrado a la compañía. Trate de mantenerme callado. Pero mientras más avanzaba más fuerte se tornaba. ―No, eso está bien. Lamento haberme dormido, otra vez. No estoy acostumbrada a estar levantada tan tarde y viajar tanto. ―Bienvenida a la vida ―dijo Johnnie―. Voy a tocar esto otra vez. Jess vio a un Johnnie diferente frente a ella. No el hombre apasionado de la habitación. No el rockstar del escenario, liderando a la multitud. Ni siquiera el hombre entusiasmado de la entrevista por teléfono. Este era un tipo muy diferente de Johnnie.
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―Hola ―dijo Johnnie―. Lamento si te desperté, no estoy
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De ninguna manera, ella se rehusaba a creerlo.
Este hombre era humilde, preocupado, y aun así, la mirada aturdida en sus ojos le decía a Jess que esta canción significaba algo para él. Tal vez más que cualquier cosa que haya escrito antes. Para Jess, no era la mejor canción que había escuchado, y tal vez ni siquiera un rival de la canción “Chasing”, pero lo que importaba eran los sentimientos dentro de Johnnie. La mano izquierda de él se estiró y alcanzó el cuello de la guitara. La levantó y le dio la vuelta, tan suave. Si Jess hubiera intentado algo así, la guitarra habría salido volando por el aire. El puso una pierna en la silla, balanceó la guitarra sobre ella y empezó a tocar la canción. Ahí fue cuando golpeó a Jess. Esta era la canción. La canción que se suponía que Johnnie escribía y
Se quedó como estatua, escuchando la canción entera, viendo a Johnnie ir por un montón de emociones. Cuando terminó, el rasgó los últimos acordes de la guitarra. ―Me gusta esa canción, mucho ―dijo Jess―. Cuando la tocaste… ―Es una buena canción ―dijo Johnnie. Miró hacia Jess―. ¿Pero puedo escribir un álbum alrededor de ella? ―Puedes hacer lo que quieras. Mi primer libro… todo lo que tenía era una escena en mi cabeza. Construí el resto alrededor. ―¿A pesar de la banda? ―preguntó Johnnie.
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esto era un hombre con una guitarra y una historia que contar.
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tocaba solo. No había necesidad de más instrumentos y capas. Se suponía que
Jess no tenía una respuesta. Johnnie suspiró y bajó la guitarra. ―Bien, es suficiente de eso. No te traje aquí para arrastrarte hacia abajo conmigo. ―Está bien ―dijo Jess―. Sé cómo se siente algunas veces. ―Ven aquí, Jess. Johnnie tenía sus brazos abiertos. ¿Cómo se podría resistir Jess? Ella caminó hacia él y aceptó su abrazo. Sus brazos eran fuertes y perfectos. Luego levantó a Jess y caminó con ella hacia la puerta. La abrió y la llevó a la terraza. ―Esta vista me pone nerviosa ―dijo ella.
montañas, los riscos, los valles, al mundo. ―Porque este mundo es tan grande ―dijo ella. ―Es grande para mirar ―dijo Johnnie―. Pero si estas con la persona correcta es del tamaño justo. Es como sostenerlo en la palma de tu mano. Jess miró a Johnnie, prefiriendo su cara a las gotas letales que esperaban. ―¿Qué hay acerca de la comida? ―preguntó Johnnie. ―¿Vas a cocinar para mí? ―bromeó Jess. ―Claro. Espero que te guste el vino, es una regla aquí.
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Jess bajó sus pies pero no soltó a Johnnie. Miró hacia arriba, a las
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―¿Por qué?
―¿Hay reglas? ―Mi casa, mis reglas ―dijo Johnnie. ―¿Y cuáles son? ―¿Las reglas? Son muy fáciles. Primera, tomamos vino. Empezando ahora. Segunda, cuando estamos lo suficientemente cerca, nos besamos. Y finalmente, esta noche, cuando este oscuro, tratamos de contar tantas estrellas como podamos. ―Eso es imposible… ―Esa es la diversión de eso. No hay nada malo con tratar de cazar lo imposible. Johnnie cocino mientras Jess se paraba cerca de él, sorbiendo vino. A
que sorber no era beber. Después de dos copas, Jess se sintió bien. Tibia. Feliz. Bien. ―¿Podemos poner esa canción otra vez? ―preguntó. Johnnie se congeló, mirando sobre su hombro de la cena maestra que había preparado. ―¿Quieres escucharla otra vez?
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Reglas eran reglas. Él le llamó la atención por romper la regla uno, clamando
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propósito, el caminaba cerca de ella en cualquier oportunidad y la besaba.
―No puedo sacarla de mi cabeza ahora ―dijo ella. ―¿Te gustó tanto? ―La ame tanto, Johnnie. Johnnie sonrió, una sonrisa sincera, y dejó la cocina. La canción comenzó a tocar unos pocos segundos después y cuando la voz de Johnnie entró, Jess se concentró en la letra. No sólo escucharla, si no sentirla. Comieron la cena, y tomaron otra copa de vino, dejando a Jess sintiéndose aún mejor. Cuando ella se levantó, decidida a limpiar, la habitación se inclinó por un segundo. Ella se balanceó y cuando se dio cuenta de que Johnnie la había atrapado, sus mejillas se sonrojaron. ―¿No eres una bebedora de vino? ―preguntó.
―A mi también. Pero algunas veces, me gusta nublar mi mente. Mantiene las cosas divertidas. Johnnie ayudó a Jess a limpiar y cuando golpearon sus hombros en el fregadero, se miraron y se sonrieron. El toque de felicidad doméstica se convirtió en eclipsado por el intenso romance mientras Johnnie hacia todo lo que podía para tocar y besar a Jess. ―¿Puedo preguntarte algo? ―preguntó Jess. ―Lo acabas de hacer. ―¿Algo un poco más serio?
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clara, así puedo trabajar.
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―En realidad, no soy una bebedora en absoluto. Me gusta mi mente
―¿Por qué no? En el fondo, la canción llegaba a su final después de su décima tocada. Jess aún podía escuchar la música y las palabras ahora estaban estampadas en su mente. ―¿Por qué tu manager quiere tanto esto para ti? ¿Qué pasa con tu banda? ―Oh, Jess, ven aquí. ―Johnnie se giró y empujó a Jess cerca. Sus manos se entrelazaron alrededor de su espalda baja. Jess puso sus manos alrededor del cuello de Johnnie―. No es mi banda, Jess. Nunca lo fue y nunca lo será. ―No quise decir eso ―dijo Jess, sintiéndose tonta―. Tú eres el
Justo como Davey y mi hermano. Esos dos en la guitarra… es hermoso. Sin ellos, ¿qué soy? ―Johnnie ―dijo Jess―. Aún eres Johnnie. ―Y eso es lo que Peter quiere. No es un hombre malo, es un hombre de negocios. Por lo que sé, el podría estar preguntándoles lo mismo a los otros chicos. Para mí, piensa que yendo en solitario, sólo añadiría más seguridad a mi vida. Puedo ir más personal, más simple. ―Me gusta tu simpleza ―dijo Jess. Johnnie sonrió. ―Estoy seguro que sí. Es sólo negocios. La gente nos ve y piensa que
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―Y Rick es el baterista. Yo no puedo tocar la batería como él puede.
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cantante…
es todo acerca de la música. Hay mucho más que eso. Cada pequeña decisión… Desde el tour hasta como van ordenados los tracks en el album. ―¿Qué es lo que tú quieres? Johnnie apretó sus labios. ―Sabes, estamos rompiendo la segunda regla aquí. Mira lo cerca que estamos, y no nos estamos besando. Jess consideró presionar a Johnnie desde que el obviamente había ignorado su pregunta. Pero besarlo… bueno, ella no podía dejar pasar eso. Sus labios se tocaron, arreglándolo por romper algunas reglas, pero Johnnie lentamente abrió su boca, añadiendo su lengua, aventando el libro de reglas por la ventana. Jaló a Jess, manteniendo su cuerpo ajustado al suyo.
―Jess… Continuó besándolo. ―Jess… Espera… Finalmente sucumbió y besó el labio inferior de Johnnie. ―Te recompensare en un rato ―dijo―. Vamos afuera a ver las estrellas. Se sentía tan juvenil, pero cuando Johnnie deslizó su mano en la de Jess, se sintió tan correcto. El abrió la puerta de nuevo y Jess se maravilló de la situación. Hacía sólo muchas horas que Johnnie se había parado en un escenario, liderando a miles de personas con rock n’ roll. Y ahora el lideraba a
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a Johnnie más duro.
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Nunca disfrutó de besar tanto a alguien. Ella se paró en sus dedos para besar
Jess a la terraza a ver las estrellas. El aire estaba helado, más nítido que antes. Instantáneamente se estremeció, esperando que Johnnie pusiera sus brazos alrededor de ella. Incluso si no hiciera frío ella se habría estremecido. Necesitaba que la tocara tanto como fuera posible. Su mente le recordaba que cada segundo que pasaba era otro segundo en la cuenta regresiva hasta que la realidad volviera. Realidad significaba esperar a que su agente llamara. Johnnie afrontando su decisión. Los dos teniendo que dejar la cabaña. Pero por ahora… Jess miró hacia arriba. Ella pensó que podía mostrar algo de inteligencia y encontrar al menos
había visto en su vida. Había agrupaciones sobre agrupaciones. El cielo no lucía nada como en la ciudad. Ella no podía encontrar una estrella que tuviese sentido. A pesar de eso, no importaba. La vista era hermosa. Quitaba la respiración, incluso. Johnnie apretó a Jess y envolvió sus brazos alrededor de ella. ―Te hace sentir vivo, ¿no? ―susurró Johnnie. ―Me hace sentir pequeña. Te hace preguntarte acerca del mundo, el universo… ―Hace que nuestros problemas se vean tan pequeños. Eso por lo que
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Esa idea se rompió en piezas mientras Jess veía más estrellas de las que
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una constelación en el cielo. Todos conocían las básicas, ¿verdad?
amo estar aquí. ―Yo amo estar aquí también ―dijo Jess―. Contigo. Johnnie frotó su mejilla contra la de ella y dejó salir un suspiro. ―Algunas veces, pienso en detener todo. ―¿Detener qué? ¿El venir aquí? ―No. La música. Jess se separó del abrazo de Johnnie y se giró para enfrentarlo. ―¿Qué? ―Estar en tour es difícil. Lidiar con los negocios, la banda, la vida de todos. Y ahora con esta canción…
―¿Y qué si quiero que sea mía? ―preguntó Johnnie―. Todo lo que tú has escrito… ¿ha sido publicado en el mundo? Jess tragó. Sacudió su cabeza. ―No, no lo ha sido. Eso es porque no era muy bueno. ―Estoy seguro de que era bueno para ti. ―Y si tuviera una canción así, Johnnie, la compartiría. ¿Te das cuenta de lo importante que es la música para la gente? ¿Lo importante que es TÚ música? Jess consideró decirle acerca de la historia personal de Marie y la
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tu primer álbum y tú aun puedes escribir una canción así?
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―Deberías estar agradecido de tu habilidad. ¿Cuántos años después de
canción Chasing, pero no quería que Johnnie se sintiera inquieto. Había algo acerca de ser un artista creativo que era hermoso pero a la vez una maldición. Sólo podía desear que algún día las personas le dijeran lo importantes que sus libros eran, pero ella lo sabía mejor. Escribía por la emoción del entretenimiento. Johnnie escribía del corazón. ―Entonces guarda la canción ―dijo Jess―. Mantenla para ti. ―Intenté eso una vez ―dijo Johnnie―. Terminé escribiendo casi treinta canciones y me sentía solo, sin hogar, sin propósito, y como que estaba engañando a la banda y a los fans. Jess abrió su boca pero se detuvo. Contra la pequeña luz de la tarde, ella vio la forma en que lucía la cara de Johnnie. Hermosa, preocupada. Vio el
Johnnie, y su cuerpo reaccionó. ―Creo que necesitamos más vino ―dijo Johnnie. ―Yo creo que necesitamos seguir tu segunda regla… estamos muy cerca ahora mismo. ―Muy justo. Johnnie la besó y Jess sintió su pasión corriendo a través de ella. La pasión de un hombre que actuaba como una figura paterna para el resto de Chasing Cross. El hombre que hacia decisiones difíciles sin dejar de tener corazón y alma. Jess sabía que él necesitaba alguien en su vida que estuviera
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―Sólo no te engañes a ti mismo ―susurró jess. Tocó la cara de
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color de sus ojos y pudo ver lo abierto que estaba en ese momento.
ahí y ella quería ser ese alguien. Sus manos se deslizaron alrededor de la nuca de Johnnie y ella sutilmente clavó sus uñas en su piel. Sólo lo suficiente para mostrarle a él que su aventura de observar las estrellas estaba terminando. Johnnie rompió el beso y se alejo. ―Espera, justo aquí. *** Johnnie irrumpió en la cabaña, sintiéndose más vivo de lo que se había sentido en años. En la sala, se detuvo y se inclinó, poniendo sus manos en sus rodillas, recuperando su respiración. La habitación giraba y no tenía nada que ver con el vino. Demonios, el
De alguna manera ella llegó al fondo de él Ella dijo cosas que nadie más hubiera dicho. Ella era honesta en una forma que la mayoría no se atrevería a probar. Lo peor de todo: ella tenía razón. Era su elección con todo en su vida. Sólo no te engañes a ti mismo. Ella era como un poeta. Las palabras caían de su boca en una forma tan hermosa. ―Sólo no te engañes a ti mismo ―susurró Johnnie. Se puso de pie y decidió que no se engañaría a sí mismo. Al menos no
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Esto era por Jess.
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podía beber una botella completa de vino el solo y sentirse bien.
esta noche. Se acercó a la computadora y encendió la canción, poniéndola en una repetición constante. Sonaba mejor al revés. Luego él se apuró a la habitación y en el closet encontró dos cobijas pesadas. En su parada final en la cocina, el tomó la botella medio vacía de vino pero dejó las copas en la cocina.
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Era un tipo de noche de tomar de la botella.
Capítulo 17 Traducido por Nina Carter Corregido SOS por Meellc
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ess se hizo a un lado y observó a Johnnie hacer una cama pequeña para ellos en el piso. Él le pasó la botella de vino y ella se acordó de
la primera regla. Inclinó la botella hacia Johnnie a modo de saludo y luego la puso en sus labios. Ella tomó un sorbo pequeño, uno que Johnnie desaprobaría, pero no dijo nada. La canción sonaba en la casa, pero salía de ella en el volumen preciso.
un trago que hizo que la boca de Jess cayera abierta. ―Necesito la canción ―dijo Johnnie―. Porque quiero hacerte el amor. Justo aquí. Justo ahora. Johnnie fue más allá de Jess y dejó el vino sobre una mesa pequeña y luego puso su mirada en ella. Ella nunca hizo algo así de loco en su vida. Jamás. Lo primero que hizo fue mirar alrededor, su cabeza esperaba encontrar algo como las luces de otras casas o de un auto… o algo. Pero no había nada.
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Johnnie se acercó a ella y le quitó la botella de vino de las manos. Bebió
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―¿Por qué la canción? ―preguntó Jess.
Esto era como estar en la cima del mundo. Perdida en un lugar especial. El telón de fondo eran las siluetas de las montañas contra el cielo lleno de estrellas. La luna ofrecía un poco de luz y la otra única luz provenía de las ventanas de la cocina. Johnnie puso una mano en el trasero de Jess y con la otra le tocó el pecho. La atrajo más hacia sí y depositó un beso en su mentón. Jess suspiró e inclinó la cabeza hacia atrás. Mantuvo los ojos abiertos para ver las estrellas mientras sentía que Johnnie le besaba el cuello y luego acariciaba con la boca la parte superior de su camiseta. Ella dejó escapar una risita, pero después sintió que Johnnie frotaba la nariz por debajo de la prenda. Miró hacia abajo con un jadeo justo a tiempo para ver que Johnnie se había arrodillado y puso las manos en sus pantalones antes de que ella pudiera decir algo.
y bragas, también captó un sentido de romanticismo. Esto estaba mal, muy mal, pero muy bien. Jess no estaba segura de qué tan lejos iría Johnnie, pero su lengua lo dejó muy claro. Él disfrutaba de su cuerpo y provocaba que intentara mantener el equilibrio; quiso alcanzar la mesa para apoyarse, pero falló y al final solo dobló levemente las rodillas. Las manos de Johnnie tocaban la parte de atrás de sus piernas, persuadiéndola para que se relajara. No había relajación, no con Johnnie en su posición actual. Después de llevar a Jess a un rápido, pero efectivo clímax, él se retiró de su cuerpo y la besó lentamente sólo con sus labios. Beso tras beso sensual,
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Johnnie la besaron justo bajo su ombligo mientras Jess salía de sus pantalones
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Esto era peligrosamente erótico… pero cuando los labios suaves de
las manos de Johnnie mantuvieron la delantera y elevaron la camiseta de Jess. Un minuto más tarde, ella estaba de pie desnuda. Tembló y sintió que su cuerpo reaccionaba al frío. ―Ven aquí ―dijo Johnnie, mientras intentó abrazarla. ―De ninguna manera ―contestó Jess―. Estás vestido… ―¿Estás imponiendo reglas? ―inquirió él. ―Sí. La próxima regla es… cuando uno está desnudo, el otro también tiene que estarlo. ―Es una buena regla. ―Creo que es la mejor ―dijo Jess. Johnnie puso las manos en alto y dio un paso atrás. Jess tomó la botella
calidez y una manera de calmarse. Le ofreció la botella a Johnnie, que ahora estaba en nada más que sus bóxers. Bebió como antes y luego terminó de desnudarse. Cuando se acercó de nuevo, Jess tenía su mano lista para aceptarlo, su dureza y longitud. Johnnie no dejó que eso lo molestara mientras atraía el muslo de Jess a su cuerpo. La elevó del piso, dio tres pasos hacia atrás y luego bajó junto con ella hasta la manta gruesa del suelo. Jess miró las estrellas y luego a Johnnie desde su posición. Él alcanzó la otra manta y tiró sobre él para cubrir su espalda y hombros. Entre las mantas y su lujuria llena de deseo, había más que calor suficiente.
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anticipación y el miedo. Estaba vez bebió un trago largo, en busca de la
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de vino e intentó mantener la calma incluso cuando se estremecía por la
La besó y ella respondió con su lengua. Sus cabezas se movían de lado a lado y sus gruñidos y gemidos se filtraron entre ellos. Él mantuvo su sexo cerca del de Jess, pero sin tocarla aún. No lo hizo hasta que Jess empujó contra él y nada pasó en realidad. La oleada de necesidad se volvió insoportable para Jess. Sus nervios estaban en llamas, su corazón golpeaba con fuerza y su cuerpo se desesperó. Cuando ella empujó, sintió a Johnnie justo ahí, justo entre sus piernas. ―Dímelo ―susurró Johnnie cuando rompió el beso ardiente. Jess gimió y empujó de nuevo. ―No, no. Quiero que me lo digas. ―Johnnie… por favor…
que entrara en ella. No lo fue. Él se resistió y mantuvo su posición. ―Quiero oírte decirlo. ―¿Decir qué? ―preguntó Jess. ―Lo que quieres. ―Te quiero a ti, te lo dije. Te quiero… ―Más ―gruñó Johnnie.
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detuvo hasta llegar a su trasero. Ella empujó, pensando que sería fácil hacer
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Jess deslizó sus manos por los costados musculosos de Johnnie y no se
Él le besó el cuello y luego dejó que sus dientes recorrieran su piel hasta su oreja. Jess dejó salir un suspiro largo y un Oohhh antes de intentar elevar su cuerpo hacia él otra vez. Cuando falló, ella gimió de frustración. ―¡Te quiero dentro de mí! ―gritó―. Por favor, Johnnie… Él la miró y sonrió. ―Eso es todo lo que quería oír. Johnnie inclinó su cuerpo y la penetró con placer climático. Esta vez, al contrario de cuando estaban en la habitación, no desperdició ni siquiera un segundo y llevó el sexo a una velocidad e intensidad que obligó a Jess a morderse el labio en un intento desesperado de mantener la boca cerrada.
―Oh, Jess. Tu cuerpo… Jess se quejó. Cerró los ojos e intentó luchar. Pero Johnnie era demasiado intenso. Se movía a la perfección, lo bastante rápido para complacer y lo bastante rápido como para que el cuerpo de Jess quisiera más. La canción de Johnnie aún sonaba de fondo, obviamente estaba en modo de repetición. Mientras él le hacía el amor, ella intentó concentrarse en todo. El cuerpo de Johnnie y sus movimientos. Cómo se sentía. La forma en que su cuerpo entero se reunía de una manera que ella nunca creyó posible en toda su vida. La canción. La letra. La música. Las millones de estrellas que estaban
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tarde, ya que aún pensaba que alguien podría oír.
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Tenía miedo de dejar salir un gemido de satisfacción o lo hiciera demasiado
sobre ellos. El placer. Oh, el placer. El sexo continuó y a medida que Jess sudaba, su cuerpo empezó a temblar. El aire fresco se mezclaba con la humedad de su piel. Sus dientes castañeaban y Johnnie lo notó. Él no habló, pero sabía exactamente qué hacer y cómo hacerlo. Puso una mano en la nuca de Jess y la otra se movió hacia su espalda. La levantó poco a poco mientras él se ponía de pie. La mantuvo firme contra su cuerpo. El cabello de Jess rebotó y Johnnie la llevó con suavidad al interior de la casa.
hombros de Johnnie y bajó la mirada hacia él, consciente de que solo así podría mirarlo de esta forma. Se encogió mientras se vino, gimiendo, parpadeando, sin alejar su mirada de los ojos de Johnnie. ―Perdón. ―Nunca ―dijo Johnnie. Pateó la puerta de la habitación y llevó a Jess a la cama―. Es mejor aquí. Así no tendremos que movernos hasta que hayamos terminado. ―¿Esa canción va a sonar toda la noche? ―inquirió Jess. ―Sí.
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constante y el toque sutil la llevó a un clímax explosivo. Se sostuvo de los
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Mientras él caminaba, Jess sintió que la tocaba. El movimiento
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―Bien. Ahora, Johnnie, termina de hacerme el amor.
Capítulo 18 Traducido por Leii123 Corregido por *elis*
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uando amaneció, Johnnie abrió los ojos y miró hacia el sofá de cuero vacío en el extremo de la habitación. La manta que faltaba
le hizo sonreír, sabiendo que la manta estaba en la azotea, donde Jess y él habían comenzado la noche anterior. Tomó una respiración profunda y cuando empezó a rodar sobre su espalda se dio cuenta de que la canción no estaba tocando más. Él la había puesto a repetir lo que debería haber permitido que tocara toda la noche hasta la mañana hasta que alguien lo
Johnnie rodó hacia la derecha y encontró la cama vacía. Jess se había ido. Johnnie surgió y la noche anterior y esta mañana chocaron a la vez, justo en el centro de su cabeza. Se sentía como si la garra de un martillo lo hubiera golpeado en la frente. Cerró los ojos y maldijo el dolor, sabiendo muy bien lo que el vino le había hecho. Cuando abrió los ojos otra vez, se sintió un poco mejor, menos su corazón golpeando con tanta fuerza que se sentía como si estuviera tratando de golpear su camino fuera de su pecho. ¿Dónde estaba Jess?
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Alguien...
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apagó.
¿Fue todo demasiado? ¿Él le había dicho algo a ella? ―Oh no ―susurró Johnnie. Echó las mantas fuera de su cuerpo, encontrándose a si mismo desnudo. No le importaba mientras se movía de la cama. Pensó en la noche anterior. Cada recuerdo, cada detalle volvió a él sin defecto. Incluso hasta en la forma en que Jess lo miró cuando llegaron juntos. Sus dedos hormigueaban pensando en la forma en que sus caderas tenían las curvas perfectas para ellos, destinadas para tocar, sostener, amar. Amar. ¿Es eso lo que él había dicho?
Entonces oyó el sonido del agua corriendo. Sus instintos lo llevaron a la ventana a pesar de que sabía que el sonido de la lluvia no sería nada como lo que había oído. Afuera, un día había llegado. Un cielo azul, las montañas todavía en su lugar, sus estructuras silenciosas todavía impresionantes. Si no era la lluvia haciendo el sonido… Cuando se giró y vio la puerta de su baño privado un poco abierta, oyó una voz. No cualquier voz, pero una voz cantando. Una voz cantando su canción. En cuestión de cuatro pasos, Johnnie se detuvo. Su corazón calmado, consciente de que Jess estaba a salvo y que todavía estaba en la cabina, pero
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simple como eso. Algo tan importante... algo con mucho significado...
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No, Johnnie no lo creía. Él recordaría decirle a Jess si la amaba. Tan
apenas tuvo un segundo para recuperarse antes de que empezara a correr otra vez. Jess estaba en la ducha, cantando su canción. Ella la había escuchado tanto el día anterior, que se la había aprendido de memoria. Mejor aún, sonaba hermoso. No podía creer que Jess pudiera cantar así. Tenía un centenar de pensamientos a la vez, pero en primer lugar, tomó una toalla de la parte trasera de su puerta y la envolvió alrededor de su cintura. Luego se apresuró a entrar en la sala y encontró una pequeña grabadora de bolsillo de dos pistas. Tenía alrededor de diez grabadoras puestas alrededor de la cabina. Todas eran necesarias para cuando uno de esos riffs de guitarra aleatorios viniera a él, o un conjunto de letras. Quería
tenían vida. Cuando regresó a su habitación, se coló en el cuarto de baño y se quedó allí, sosteniendo la grabadora en la puerta, pero no mucho ya que Jess podría atraparlo. Él apretó el botón rojo de grabación y escuchó. Ella era perfecta. Eso es lo que la canción necesitaba. Al segundo que Johnnie grabó la canción por sí mismo y la escuchó, se sintió bien al respecto, pero un poco vacío. Algo se había perdido en la pista y esto fue todo. Fue Jess.
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Apretó el botón y la pequeña pantalla se iluminó. Las baterías todavía
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darse prisa y grabarla, luego volvería a ello más tarde.
Su voz. Una voz de mujer. Ella tenía un tono inocente en su voz. Tenía un retroceso tímido, pero el poder y el dominio de su capacidad empujaban hacia delante. Ella alcanzó las notas de la misma manera que Johnnie lo hizo en la canción. Durante el coro, ella fue un poco más alto y sólo podía imaginar lo perfecto que sonaría si hubieran grabado juntos. Pensó en cantar también, pero se contuvo, con ganas de grabar todo lo que pudiera de Jess cantando. Cuando se detuvo, Johnnie no detuvo la grabación. Él sólo se congeló en el lugar, imaginando como sonaría el siguiente versículo. En su mente, sonaba muy bien, pero sabía que, en realidad, sería un sonido hermoso y perfecto.
que fuera lo suficientemente ruidoso que Jess lo escuchara sobre el agua. Se acercó a la puerta del baño y la abrió, observando como el vapor se elevaba y sobre la puerta de vidrio. Sus ojos podrían dar una maldición acerca del vapor, en lo único en que podía centrarse era en la figura borrosa del cuerpo de Jess mientras se duchaba. ―Hey, ¿Jess? ―gritó. ―Pensé que te había escuchado ―dijo Jess. Deslizó la puerta lo suficientemente abierta como para mirar.
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Luego, a propósito cerró de golpe la puerta de la habitación, asegurándose de
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Johnnie se deslizó fuera de la puerta y tiró la grabadora en la cama.
Su cabello goteaba y las gotas de agua en la cara no sólo la hacían más hermosa, la hacían más atractiva. El agua se burló de Johnnie, corriendo por todos lados, tocando los lugares que él quería tocar. ―Me asustaste ―dijo Johnnie―. Me desperté y la cama estaba vacía. ―Aw, ¿me has echado de menos? Johnnie sonrió mientras su mente gritaba ¡sí! ―No, sólo esperaba que no hubieras escapado de mí. No estaba seguro de si dije o hice algo estúpido anoche. ―Espera, ¿estaba el Sr. Rockstar demasiado borracho para recordar la pasada noche? Johnnie tiró la toalla, dejándola caer. Caminó por el cuarto de baño
Jess miró a los ojos de Johnnie. ―No hiciste nada que no quería… ―Lo sé ―dijo Johnnie. Estaba a unos pasos de la ducha. ―Eso también lo sé. Él agarró el pomo de la puerta de la ducha y la abrió. Jess se quedó de pie con el agua golpeando sus hombros y bajando por su cuerpo desnudo. Johnnie pensó que podía ser el tipo duro y sólo atacarla, pero no pudo. Por primera vez en su vida, él vaciló con una mujer. No por miedo, sino por amor
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―Creo que recuerdo todo lo que necesito acerca de anoche.
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viendo como los ojos de Jess escogían algo para mirar.
puro y sin filtrar. Con un toque de lujuria. Ella se paró con una sensación de confianza que no tenía el día anterior. Tenía las manos en sus caderas, llamando a Johnnie sin decir una palabra. El agua hizo que su piel luciera ultra sedosa. Sus pezones eran extra rosas, delicados y tiernos, forzando al cuerpo de Johnnie a reaccionar. Ahora tenía que entrar a la ducha. Necesitaba a Jess. Él fue a ella y se abrazaron mientras el agua se vertía sobre ellos. ―Anoche fue increíble ―susurró Jess cuando la nariz de Johnnie la tocó. ―¿Sí? Sólo tienes que esperar para ver cómo es el resto de nuestra
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vida...
Capítulo 19 Traducido por MaryJane♥ Corregido por *elis*
C
uando Johnnie salió de la ducha, Jess cerró la puerta y se dejó caer contra la baldosa. Estaba fría en su espalda, pero no le
importaba. Su cuerpo nunca se sintió tan bien antes. Tan cálido. Tan satisfecho. El toque de Johnnie era todo para ella, y no sólo los que fueron a sus más sensibles áreas. Era la forma en que sus manos viajaron a lo largo de su
Mientras tomaba grandes respiraciones y se convencía de que estaba bien enloquecer mentalmente, llegó a términos de que con Johnnie, se sentía a salvo, se sentía viva, y se enamoró. Pensar en el amor y una estrella de rock se sentía tan extraño, como algo que debería haber estado escribiendo, pero ella no podía discutir con su corazón. O su cuerpo. Después de enjuagarse, Jess dejó la ducha para encontrar la habitación vacía. Una parte de ella esperaba que Johnnie hubiera estado en la cama, desnudo, esperándola. Su apetito por la lujuria nunca había sido tan grande. Tal vez es porque nunca había tenido un hombre como él, el hombre adecuado.
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por su pecho o entre sus piernas... quería todo de ella.
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cuerpo, siguiendo sus suaves curvas, queriendo sentir todo. No se limitó a ir a
Se vistió y fue a buscarlo. Un segundo lejos de él en este momento se sentía como un segundo perdido y un segundo de más. Él estaba en la sala, de pie junto a la chimenea. Había una mano agarrando el manto mientras miraba a la nada. Estaba demasiado caliente para un incendio. ―¿Johnnie? Él miró por encima del hombro, medio sonriendo. ―Ahí estás. ¿Cómo fue tu ducha? ―La mejor que he tenido. ―La presión del agua en esta cabaña es maravillosa, ¿no? ―Johnnie le guiñó un ojo.
vio papeles en su mano izquierda―. Tuve que llamar por un viaje fuera de aquí. Tenemos que volver a la ciudad. ―¿Por qué? ―Asuntos de negocios ―dijo Johnnie―. He estado considerando una decisión por un tiempo y ahora Peter me llamó por el espectáculo de beneficencia. Quieren hacer una sesión de fotos y están programadas para hoy pensando que me gustaría terminar todo esto rápidamente, así podría disfrutar de mi tiempo libre antes de que la gira comience de nuevo.
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―No te va a gustar mi respuesta a eso ―dijo Johnnie. Se volvió y Jess
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―¿Qué vamos a hacer hoy?
―Odio a los managers ―dijo Jess. Pensó en su agente, que todavía no había llamado con algún tipo de noticias―. Agrega agentes a eso también. ―No, está bien. No me puedo encerrar demasiado tiempo aquí ―dijo Johnnie―. Quisiera quedarme. Exigiré quedarme. Y contigo... Jess... Me gustaría vivir aquí y morir. Jess sonrió. Ella abrió la boca para hablar, pero Johnnie tiró los papeles en la mesa. ―¿Qué es eso? ―Contrato ―dijo Johnnie―. El contrato que Peter quiere que firme. Para lanzarme como solista. ―¿Así que has decidido? ―preguntó Jess.
apoyo. Y el resto de la banda también. No es como si te fueras.... o robaras la música... o... ―Voy si tu vas ―dijo Johnnie. Jess se quedó helada. Ella miró a los ojos de Johnnie. Era como mirar dos canicas de vidrio. Estaba serio, pero Jess no entendía lo que quería decir. ―¿Ir adónde? ―preguntó Jess. ―El contrato ―dijo Johnnie y lo señaló―. Te estoy añadiendo.
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―Te apoyo ―dijo Jess―. Ya sea que importe o no. Sólo sé que te
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―Creo que sí.
―¿Al contrato? ¿Por qué? ―Johnnie se apartó de la mesa y fue a su área de grabación. Jess miró mientras cogía un dispositivo pequeño y lo llevó hacia ella. Se lo entregó y le dijo que golpeara el botón de reproducción. Al segundo oyó su propia voz, cantando. ―¿Qué...? ¿qué has hecho? ―Jess, tu voz es hermosa. ―¿Me grabaste cantando? ¿En la ducha? ―Me desperté con ella ―dijo Johnnie. Tocó el botón de reproducción y se quedó mirando a Jess―. Esto es lo que necesitaba la canción. ―Una voz femenina...
―Y yo quería ser poeta hasta que encontré la música y me di cuenta que podía hacer las dos cosas a mi manera. ―No puedo ―dijo Jess―. Estaba... simplemente jugando un poco. ―Puedes hacer lo que quieras ―dijo Johnnie. ―Como decir no a esto ―replicó Jess. ―Tú vas, yo voy. Esa es mi oferta. ―¿Oferta? ¿Para qué? ―Jess, podemos hacer esto juntos. Dividir todo. El nombre por sí solo vale...
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―Soy escritora, no una cantante.
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―Tu voz ―insistió Johnnie.
―¿Me estás sobornando? ―En absoluto. Sólo estoy ofreciéndote algo. Algo nuevo. Diferente. Salvaje... ―Salvaje es lo que hicimos afuera. Salvaje es lo que hicimos en la ducha. Esto... esto es porque no puedes tomar una decisión por tu cuenta. Así que me estás arrastrando en ella. La grabación terminó y lo mismo hizo la conversación. Jess dio un paso atrás y le devolvió la grabadora a Johnnie. Su rostro no había cambiado nada. Simplemente presionó un par de botones en la grabadora y lo reprodujo de nuevo. Jess escuchó su voz y negó con la cabeza.
―Entonces dale la canción a tu banda ―dijo Jess. ―No es mi banda. Ya te lo he dicho. ―Sólo dales la canción. O encuentra a otra mujer para que la cante. No soy una cantante. Soy escr... El móvil de Jess comenzó a sonar. Ella lo oyó en la habitación y se volvió, literalmente, corriendo a tomar la llamada telefónica. Era la llamada que había estado esperando. Su agente habló rápido y con una sensación de tranquilidad en su voz. La editorial la había aceptado, con ganas de más de Jess. Debido a que las ventas de su primer libro eran lo
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―No voy a renunciar ―dijo Johnnie―. Eso no es lo que hago.
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Se negaba a creer que era buena. Se negaba a creer que tenía razón.
suficientemente sólidas, ahora iban a promover el segundo libro. A partir de una firma en Nueva York en una semana. No era sólo una firma, sino un fin de semana de firmas. La editorial ya tenía un book trailer, los esfuerzos de promoción listos para ser lanzados ese mismo lunes. Todo iba a pasar rápido. Por no hablar de que su primera novela sería enviada a otra ronda de impresión. Un sueño hecho realidad. El sueño hecho realidad. Jess apenas logró decir una palabra, unos sonidos y algún gracias. Su agente terminó la llamada diciéndole a Jess que comprobara su correo electrónico por su billete de avión. Estaría allí en los próximos días y luego tenía que estar lista. Su agente también hizo la sugerencia sutil que si el
cosas siempre parecían suceder así para ella. Quince cosas ocurriendo a la vez. Y ahora, en esta ocasión tenía que equilibrar sus sentimientos por Johnnie. Se volvió hacia Johnnie y se encontró literalmente frente a Johnnie. De pie en el marco de la puerta a la habitación, con las manos en los bolsillos. ―Esa fue mi llamada ―dijo Jess. ―¿De tu agente? Jess asintió. ―¿Y...?
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La llamada terminó y Jess se quedó con el teléfono en la oreja. Las
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editor pudiera ver una buena parte de otro manuscrito, sería increíble.
―Es todo lo que podía esperar. La editorial quiere más de mí. Están promoviendo mi siguiente libro. Tengo que ir a Nueva York para la firma de libros... ―Eso es increíble ―dijo Johnnie―. Te lo mereces todo. ―Mira... acerca de tu canción... ―Déjalo ―dijo Johnnie―. Déjalo estar. Jess ahora veía al verdadero Johnnie a través de sus ojos. El muro de piedra había sido retirado. Su corazón dolía por él, sabiendo que le dolía dar marcha atrás. Pero, ¿qué podía hacer Jess? Ella no era una cantante, ella era una autora. Y una autora ocupada en eso.
―Johnnie sacó el contrato doblado del bolsillo―. Quiero que leas esto. Piensa en ello. Mantenlo lo más lejos posible de mí, ¿de acuerdo? ―¿Por qué? ―Es como un veneno en estos momentos. Mi banda es... todo. Ellos son mis hermanos. Todos y cada uno de ellos. Pero mi escritura, mi música... ―Es otro amor ―dijo Jess. Johnnie asintió. Tragó saliva y parpadeó. Jess nunca vio tales ojos honestos en su vida. Ella nunca vio a un hombre pasar por emociones tan rápido tampoco. De mala gana, tomó el contrato de la mano de Johnnie y la apretó entre las suyas.
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―dijo Johnnie―. Quiero que tomes esto...
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―Hazme un favor
―Gracias ―murmuró Johnnie―. Y felicidades. Jess asintió, sintiendo que sus ojos comenzaban a ponerse vidriosos. Miró hacia abajo y salió de la habitación, en busca de la cubierta y un poco de aire fresco. El corazón le admitió lo que ya sabía. Ella estaba enamorada de Johnnie. Johnnie de Chasing Cross. La banda se iría de gira en un mes. La banda que viajaría y haría conciertos. Y ella tenía que estar en Nueva York. Y tenía que preparar otro manuscrito. Una lágrima rodó por su mejilla mientras miraba hacia las montañas. Estar con Johnnie era un sueño, pero los sueños terminaban. De una
El coche se detuvo delante del edificio de apartamentos de Jess. Ella miró a Johnnie y él la besó. Fue un beso suave, mezclado con suficiente romance que Jess abrió la boca para exhalar y sintió el impulso de llorar. Era como si él conociera las verdades entre ellos, pero quería ignorarlas. Jess también quiso ignorarlas, pero no pudo. No podía soportar la idea de retrasar sus sentimientos y el dolor potencial que vendría de ver a Johnnie irse. ―Llevaré tu bolso ―murmuró Johnnie y salió del coche. Antes de salir del auto, Jess tomó el contrato de su bolsillo. Ella le dijo a Johnnie que lo mantendría, pero se sentía mal. Se sentía como si siguiera.
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forma u otra, siempre llegan a su fin.
Vio la chaqueta de cuero de Johnnie al lado de donde estaba sentado en el auto. Se sintió muy mal por hacerlo, pero sería un sentido de la honestidad, el sentido de la realidad que tenía que suceder. Ella deslizó el contrato en el bolsillo interior de la chaqueta de cuero. La acarició y aspiró profundamente, luchando tan fuerte por no llorar. Ella salió del coche y abrazó a Johnnie. Su apretón fue fuerte y ella pensó en la cabaña. Ellos deberían haber estado allí. Tendría que haberle dicho a él que Peter reprogramara la sesión de fotos. ―Te llamaré cuando haya terminado ―dijo Johnnie.
―Será el resto de la tarde ―dijo Johnnie―. Pero podemos vernos esta noche. Puedes venir a mi hotel. Pediremos comida cara. Un poco de vino... Ella asintió y se acercó para besarlo. Cuando el beso terminó, Jess se lamió los labios. Ella esperaba que no fuera la última vez que lo probara.
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la soledad arrastrándose.
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―¿Cuánto tiempo te tomará? ―preguntó Jess, su corazón ya sintiendo
Capítulo 20 Traducido por Luis Angel Corregido por Viqijb
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ohnnie agarró su chaqueta de cuero y salió del coche. Dio grandes pasos y se agachó cuando alguien gritó su nombre mientras se
deslizaba en la parte trasera del hotel. No fue una sorpresa ya que Chasing Cross se expusieron a sí mismos mientras aún estaban en la cuidad. Eso estaba bien, sólo ayudaría al show de caridad en el que estaban trabajando. Todos los ingresos; los billetes, autógrafos, comida, bebida, incluso la
por cáncer. Un guardia de seguridad abrió el camino hacia arriba, hablando en una radio, coordinando el regreso de Johnnie a su habitación de hotel. En el rellano del segundo piso, se detuvo y miró la operación. El guardia de seguridad se asomó a la ventana de la puerta. La abrió y escudriñó el pasillo, y quedamente hablo con los otros guardias, para asegurarse de que el suelo estaba despejado. Johnnie se sintió disgustado. ¿Es esto en lo que se había convertido?
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podría hacer, ya que cada uno de ellos tenía alguien cerca de ellos pasando
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mercancía, irían al hospital de cáncer en la ciudad. Era lo menos que la banda
Había crecido en este tipo de figura, este tipo de persona. Ni siquiera podía entrar en un edificio sin equipo de seguridad. No podía tomar el ascensor como un ser humano normal. Molesto, Johnnie se dirigió a la parte superior del rellano y abrió la puerta. El guardia de seguridad corrió detrás de él mientras caminaba hacia el ascensor y pulsó el botón de arriba. ―Uh, Johnnie... ―Déjalo ―le gritó al guardia de seguridad. El guardia se puso rígido y mantuvo sus ojos moviéndose. Cuando el ascensor se abrió, dos mujeres se pusieron de pie y en un segundo sus caras se pusieron en shock.
Se tomó unos segundos, pero una de ellas finalmente habló. ―¿Es usted... ―Johnnie de Chasing Cross ―dijo la otra. ―El único ―dijo Johnnie con una sonrisa. ―Eres increíble ―dijo la primera mujer―. Tu banda... la música... ―No es mi banda ―dijo Johnnie―. Somos una banda. Todos nosotros. ―¿Podrías firmarme algo? ―preguntó la segunda mujer. ―Por supuesto. ¿Qué tienes?
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verlo y no le importo.
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Johnnie entró y pulsó el botón de su piso. Sabía que las mujeres podían
Johnnie vio el brillo en sus ojos y medio esperaba que tiraran de su blusa hacia abajo. Los días de pechos desnudos firmantes de las mujeres se sentían muy por detrás de él, por no hablar de la idea de mirar o tocar otra mujer al instante le hizo pensar en Jess. Por suerte, las mujeres cada una tenían un boleto de la serie de la otra noche. Johnnie firmó los billetes y tomó una foto, que él sabía que iba a ser plasmada en todas las redes sociales antes de que pudiera entrar en su habitación. El ascensor se detuvo y las mujeres se bajaron, no antes de que la más enérgica se volviera y susurrara su número de habitación para Johnnie. Les dio las gracias, le guiñó un ojo, y las vio salir corriendo con una fantasía de rock n' roll. Tal vez hace diez años hubiera significado algo, pero no ahora.
Una vez en su habitación, llamó a Peter, que dijo que estaba en el ascensor en ese momento. Peter entró en la habitación con las manos en los bolsillos, mirando a Johnnie. ―¿Eso es lo que llevas puesto? ―le preguntó a Peter. ―¿Algún problema? ―preguntó Johnnie. ―La caridad es formal... ―¿Quieres que me ponga un traje? ―No dañaría la imagen.
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volver con Jess.
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Todo en lo que Johnnie podía pensar era en superar esta sesión de fotos y
―¿La imagen? Estoy cansado de oír hablar de la imagen. ―Sólo te ofrezco asesoramiento ―dijo Peter. Johnnie suspiró. ―¿Qué es lo que el resto de los chicos lleva? ―¿Qué quieres decir? ―¿Están usando trajes o sus ropas normales? ―Oh, Johnnie, lo siento. Se trata de una sesión de fotos para ti. ―¿Yo? ―Sólo tú ―dijo Peter―. Vas a conocer a los ejecutivos del hospital, tomar algunas fotos, tal vez pasar y saludar a algunos de los pacientes...
un hospital. ―No es un ejército. Es una banda Peter se movió hacia Johnnie y puso una mano en el hombro. ―Escúchame, Johnnie. Entiendo que esta idea de tu solo y la canción que tiene nervioso, ¿de acuerdo? Pero hemos hecho esto antes. Tú eres el líder, hay ciertas cosas que haces por su cuenta. Tú representas a la banda. ―Ya no más de eso ―dijo Johnnie―. Somos una banda. Debemos hacer esto juntos.
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―¡Exactamente! No podemos tener un ejército desfilando a través de
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―Pero Chasing Cross está tocando en el show.
―Y ustedes lo harán. En el escenario. Tacando el show de beneficencia. Johnnie negó con la cabeza. ―Es solo que... ―¿Solo qué? Johnnie oyó la voz de Jess en su mente. ―Simplemente nada. Pongámonos en marcha entonces. ―Buen chico ―dijo Peter―. Déjame hacer una llamada, así las cámaras estarán esperando en el hospital. Cuando Johnnie volvió a su habitación un par de horas más tarde, el único bien que sentía provenía de conocer a los pacientes. Por alguna razón,
tocó el corazón. Los hombres y las mujeres, los fans de la banda, los que llevan camisetas de Chasing Cross, los que tenían las mayores sonrisas y esperanza en sus ojos cuando se encontró con ellos. Trajo un sentido de la realidad para él, y se vio a sí mismo queriendo hacer más para ayudar a los necesitados, los enfermos, los que no pudieron llegar a un show de Chasing Cross. Rick y Danny estaban en la habitación de Johnnie, Danny de pie en la cocina bebiendo un vaso de agua y Rick en el sofá manoseando una guitarra. Johnnie oyó la nota amarga mientras Rick trató de rasguear un acorde. ―Levanta tu dedo índice ―dijo Johnnie.
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vida. En su lugar, se encontró con todas las edades, algo que realmente le
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pensó que conocería gente de edad avanzada, los que estaban saliendo de la
―¿Qué? ―preguntó Rick. ―Mira... tu dedo índice. Recógelo. ¿Por qué incluso utilizarlo? Estás colocándola horizontalmente y está bateando la cuerda D, zumbando. Sólo recogelo. Rick escuchaba y toco la cuerda de nuevo. Se oyó clara. ―Lindo ―susurró Rick. ―No es un acorde de Sol adecuado ―gritó Danny. ―Eso viene del niño que rechazó clases de guitarra ―dijo Johnnie. ―Sin comentarios ―dijo Danny. Terminó su agua y caminó a través de la sala de estar.
desaparecerías para siempre con tu novia o no... ―Sí. Tuve que salir de aquí por un día ―dijo Johnnie―. Esta mujer... ―Ella es todo ―bromeó Rick mientras rasgaba la única cuerda que podía tocar claramente en la guitarra. ―Johnnie cae con fuerza ―dijo Danny―. Apuesto a que ella tiene cortes en las manos y las rodillas. ―No es así ―dijo Johnnie. ―Así que, hey ―dijo Rick―, ¿cómo estuvo tu sesión de fotos?
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―Vine aquí buscándote ―dijo Danny―. No estaba seguro de si
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―¿Qué estás haciendo? ―preguntó Johnnie.
Johnnie miró a los dos, a Rick y Danny. Danny no parecía importarle, pero Rick tenía un poco de resentimiento en sus ojos. ―No es realmente una sesión de fotos ―dijo Johnnie―. Sólo fui al hospital. Se tomaron algunas fotos, se reunieron algunos fans. Tenemos que ir al hospital como una banda y tocar o hacer algo. ―Podría haber ido hoy ―dijo Rick. ―Peter lo organizo... ―Siempre lo hace. ―¿Cuál es tu plan? ―preguntó Danny. La pregunta puso a Johnnie en guardia. Miró a su hermano más joven y sabía que no podía mentir u ocultar nada de él. Sus ojos eran los ojos de
―¿Al día de hoy? ¿Para el show? ¿Te quedas en la ciudad o regresaras de nuevo a tu lejano escondite secreto? Johnnie exhaló. ―Estoy aquí. Me quedo. Tocamos en el show y luego todo lo que debemos hacer es algo juntos antes de separarnos ―¿Separarnos? ―preguntó Rick. ―Tenemos un mes de descanso ―dijo Johnnie―. ¿Qué piensas hacer? ―¿Hay que escribir algo de música nueva? De hecho, tengo una idea para una canción... Todavía estoy recibiendo los acordes al dedillo aquí...
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―¿Qué quieres decir?
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Johnnie, la misma línea de sangre fluyendo entre ellos.
―No puedes escribir una canción ―dijo Danny―. No puedes ni escribir un cheque. ―No ―dijo Johnnie―. Eso es realmente genial, Rick. Si tienes una idea... Johnnie casi resbalaba, a punto de decirle a Rick que le diera la idea a él. Pero se contuvo. No. Así no es como era. Johnnie no era el único que aprobaba canciones. No. Era sólo que nadie más llegaba a la banda con una canción. ―Podemos hacer lo que nadie quiere ―dijo Johnnie―. Estoy pensando en ir a mi cabaña de nuevo, más tiempo que sólo un día. ―¿Con tu mujer? ―preguntó Rick.
nuestro próximo álbum allí. Johnnie se sentía mal al decirlo, sabiendo que es donde escribió la canción que podía alejarlo de la banda. La canción que Jess hizo perfecta. Y la canción que no dejaba de reproducirse en su mente. ―Lo dudo ―dijo Rick―. Yo no quiero meterme en su relación. ―Sin mujeres ―dijo Danny―. No se puede escribir así. ―No importa en estos momentos. Sólo tenemos que estar listos para el show de caridad. ―¿Nosotros? ―preguntó Rick―. ¿No vas a hacer la lista de canciones?
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vendrá. Ustedes pueden también. Demonios, tal vez deberíamos escribir
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―Ella no es mi mujer. Ella es una mujer... que me importa. Sí. Ella
―¿Por qué no improvisar? ―preguntó Johnnie―. Todos nosotros elegimos un par de canciones, que la gente elija algunas canciones ―Hey, concediendo peticiones, esa es una buena idea ―dijo Danny. ―Podría funcionar ―dijo Rick. ―Está bien, me voy ―dijo Danny―. Voy a buscar comida. Danny comenzó a alejarse y Johnnie lo agarró. Tocó la cara de su hermano y sonrió, recordando la primera vez que Danny se sentó en el suelo y observó a Johnnie tocar la guitarra. No fue muy bueno, pero fue la primera audiencia de Johnnie... y la primera vez que cautivó a alguien. ―Tómalo con calma esta noche ―dijo Johnnie. ―Eso planeo ―dijo Danny―. Yo no creo que quede ninguna bebida
cambio a una cuerda diferente en la guitarra, parecía un poco borracho todavía. ―¿Estás bien? ―preguntó Johnnie. Rick no miró a Johnnie. ―Supongo que te podría preguntar lo mismo. Johnnie se quito su chaqueta y la tiró al sofá. ―No sé lo que soy ahora. Esta mujer... Nunca he tenido algo como esto pasándome a mí. ―Sólo es cuestión de tiempo, ¿verdad?
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Johnnie dejó que su hermano pequeño se fuera y cuando miró a Rick, él
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en nuestras habitaciones.
―Cuestión de tiempo ¿para qué? ―Antes de que una de las groupies nos siga. Se obtiene lo suficiente de ellas. ―Ella no es una groupie ―dijo Johnnie―. La conocí en un café. ―Tal vez ahí es donde yo debería empezar a salir. Vio los dedos de Rick temblando, y no pudo averiguar la digitación de lo que parecía como un acorde D. Johnnie sintió la tensión en Rick por lo que no trató de corregirlo. ―A la mierda ―dijo Rick y tiró la guitarra al suelo. Johnnie se estremeció pero mantuvo la boca cerrada.
―Lo siento, amigo, ¿de acuerdo? Voy a hablar con Peter. Te juro que pensé que todos íbamos. Si lo hubiera sabido de antemano... ―¿Qué? ¿Exiges lo que quieres? Porque puedes hacerlo. Eres es el cantante principal. Puedes hacer lo que quieras. ―No, no puedo. Rick, ¿qué te pasa? Rick sacudió la cabeza. ―Lo siento. Estoy... cansado.
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―Yo quería ir hoy.
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Rick miró a Johnnie.
―Sal de fiesta entonces. ―Johnnie cogió la rodilla de Rick y ligeramente lo presiono―. Ya no estamos más en los veinte. Nadie espera que nos metamos en problemas o nos echen del hotel. Rick sonrió. ―Pero esas eran las mejores noches. ―Sí. Llamar a Peter a las tres de la mañana para que nos recogiese y encontrar un lugar para quedarnos ―Tenía que defenderse de los administradores y los policías de hotel... ―¿Recuerdas cuando el sello nos amenazó? ―Ellos no han caído sobre nosotros ―dijo Rick―. No importa lo que pase. Hicimos demasiado para ellos.
que todos estén sanos y felices. Es por eso que tenemos que tomar estos descansos. Sin sentarse y reflexionar sobre la vida, sino para salir y vivirla. ―Sólo me siento bien cuando estoy en el escenario ―dijo Rick. ―Así que en el escenario ―dijo Johnnie―. Aprende a tocar esa maldita guitarra y podemos subir al escenario. ―¿Tú y yo? Y, ¿qué, tocar en un bar? ―¿A quién le importa? Diablos, somos Chasing Cross... podemos hacer lo que queramos.
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mientras lo decía―. Y lo haremos por mucho tiempo. Es por eso que necesito
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―Todavía hacemos ―dijo Johnnie. El corazón le dolía un poco
Rick se río y Johnnie sintió la tensión flotando en la habitación. Se puso de pie y se retiró a la cocina a suspirar. Todo se sentía tan confuso y equivocado. Casi deseaba que ellos no tuvieran el show de beneficencia. Él todavía podría estar en la cabaña con Jess. Las cosas no tenían sentido. Las cosas se sentían bien allí. ―Así que, ¿realmente te gusta esta mujer? ―preguntó Rick. ―Sí ―dijo Johnnie―. De hecho... hay algo en mi chaqueta que quería mostrarles a los chicos. Puedes mirar si lo desea, sólo promete que no vas a presumir que te lo mostré antes que nadie. Especialmente a Danny. Él se pone celoso. Rick se inclinó desde el sofá y cogió la chaqueta de Johnnie. Sonrió, preguntándose cuál sería la reacción de Rick. Era algo que tomó hace mucho
grupo de muchachos que consideraba hermanos, pero él tenía sus propios sueños y deseos. Cuando Rick saco papeles doblados y los levantó, Johnnie vio tres versiones diferentes de su habitación de hotel. Intentó moverse, pero se tropezó con el mostrador, enviando una oleada de dolor a través de su cuerpo. ―Mierda ―dijo―. Rick, espera un segundo en que... eso no es... Rick abrió los papeles, los leyó durante un par de segundos, y luego los arrojó a la mesa. ―¿Es una broma?
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ocultado durante años. Johnnie podía ser el hombre al frente de una banda, un
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tiempo, en el camino. Algo que venía con una gran historia y algo que había
―No, eso no es lo que... ―¿Un contrato para ti solo? ―preguntó Rick―. ¿Tú querías mostrármelo? ¿Pero a nadie más? ―No, eso no es lo que piensas. ―Parece que es un contrato para que vayas solo. No, perdón, hay una nota de ti... exigiendo que Jess se añada al contrato ―Rick miró a Johnnie―. Tú y tu nueva novia, ¿eh? Johnnie no entendía cómo diablos el contrato se metió en el bolsillo de su chaqueta. Él se lo dio a Jess para guardarlo. Él quería que ella pensara en ello. Que pensara realmente en ello. Para que entendiera lo que podría significaría para ella... y Johnnie...
respuesta final. ―¿Vas a hablar conmigo? ―dijo Rick. ―¿O eso es todo? ¿Tocar en el show de beneficencia y luego romper con la banda? ―¡La banda no va a ninguna parte! ―explotó Johnnie―. Estamos juntos en esto ―Es por eso que tu nombre está en el contrato, ¿no? Es por eso que fuiste a la sesión de fotos de hoy, ¿no? Es por eso que hiciste la entrevista telefónica de mierda, ¿no? Johnnie apretó la mandíbula. Se sentía enojado, triste y molesto.
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Jess debe haber colado el contrato en el bolsillo. Su manera de darle la
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Se quedó inmóvil, dándose cuenta de lo que significaba.
―Tú no entiendes... Rick... ―¿No lo entiendo? Hazme entender. Parece que estás cortando con la banda. ―Yo nunca haría eso. ¿De acuerdo? Yo escribí una canción nueva... y Peter lo oyó y me sugirió que la publicara por mi cuenta. Le dije desde el primer día que le faltaba algo. ―¿Ahí es donde tu novia encaja? ―Ella tiene una voz increíble ―dijo Johnnie―. Traté de decirle que grabara conmigo. Pero no publicarla... ―No me salgas con esas estupideces, Johnnie ―dijo Rick―. Tú has crecido, ¿no es así? Demasiado grande para la banda ahora. No te gusta ir
música. ―Y todavía lo hago ―dijo Johnnie―. ¿Qué crees que estoy haciendo? Estoy en la maldita cabaña, escribiendo música. El resto de ustedes... ―¿Qué? ¿Debido a que tenemos algunas buenas noches? ―¿Cuántas buenas noches seguidas has tenido, Rick? Rick se rió. ―¿Sigues teniendo una buena noche en este momento? ―preguntó Johnnie―. Tus ojos son un poco...
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importaba hace unos diez años. Todo lo que queríamos hacer era tocar
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más de fiesta. Todo es negocio y dinero. La misma mierda que no te
―No te preocupes por mí ― dijo Rick―. ¿Está bien? No lo hagas. ¿Quieres cantar por tu cuenta? ¿Quieres ser un tipo tienda de café, con su guitarra y su chica?, ve por ello. Hazlo de esta manera... ―Rick señalo en el contrato―. Esto es una mierda. Y tú lo sabes. Johnnie no tenía ninguna respuesta. Era una mierda. Nunca debió haber tomado el contrato de Peter. Él nunca debería haber forzado al contrato sobre Jess. Tendría que haber hablado con la banda... pero no quería que nadie se preocupara. No quería poner una cuña en el grupo. No con Danny siendo su actual hermano. ―¿Y sabes qué? ―preguntó Rick―. Peter... es un cabron ―Es el mejor director que hay.
Rick sacudió la cabeza. ―Me tengo que ir, ¿de acuerdo? Sólo tengo que salir de aquí. ―Rick, no voy a firmar absolutamente nada. ―¿Por qué? ¿Porque tu novia no lo haría? Johnnie se tensó y frunció los labios. ―Eso es lo que pensé ―dijo Rick―. Apuesto a que si ella estuviera de acuerdo, no habrías vuelto hoy. Te habrías desvanecido de nosotros. ―No sabes absolutamente nada acerca de mí, entonces ―dijo Johnnie. ―Tal vez no. Pero ¿qué importa? Yo sólo soy el batería, ¿no?
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―No...
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―¿Por qué? ¿Porque él agita dinero en frente de tu cara?
Rick se acercó a la puerta y Johnnie quería dejarlo ir. Sin embargo, luchó con su propio ego y llamó a Rick. ―No hagas esto ―dijo Johnnie―. Déjame explicar... Rick no miró hacia atrás. ―Puedes explicarlo a toda la banda. No voy a jugar este juego. ―¿A dónde vas, Rick? ―A obtener un maldito trago, ¿está bien? Rick salió de la habitación y el corazón de Johnnie se hundió. Tropezó su camino hacia el sofá y se sentó. Nunca se había sentido tan solo y vacío en su vida. Durante diez años tuvo su banda, a sus hermanos, su música, su vida. Y ahora esto. Debido a un error...
¿Qué demonios había estado pensando? Johnnie rompió el contrato. No le hacía sentirse mejor, pero le arrancó un poco más, convirtiendo los fragmentos en pedazos más pequeños. En el transcurso del siguiente minuto, convirtió los contratos en nada, lanzando los pedazos al suelo, a la mesa y cualquier otro lugar donde pudieran aterrizar. Agarró su chaqueta y metió la mano en el bolsillo interior y encontró lo que estaba buscando. Lo sacó y lo sostuvo el pequeño anillo de diamantes en el centro de la mano. Él la miró y sintió que sus emociones lo atacaban. Hace un día lo tenía todo.
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Tomó el contrato y los documentos estrechándolos en su mano.
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Johnnie quería estar enojado con Jess, pero no fue su culpa.
Y ahora se sentĂa como el infierno.
PĂĄgina
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ÂżEra posible tener su banda y su amor por Jess?
Capítulo 21 Traducido por Nina Carter Corregido por Viqijb
J
ess llamó a Marie para hacerle saber que estaba a salvo, sana y de vuelta en casa. Marie quería los detalles sucios y Jess no se los daría. Dejó que
preguntara y respondiera sus propias preguntas, básicamente, con la idea general de lo que ocurrió en la cabaña. Después de colgarle a su amiga, lo primero que hizo fue tararear la canción de Johnnie. Aunque se negaba a pensar en ella como en la canción de ambos. ¿Grabar una canción con Johnnie? Eso estaba mal. Él tenía una banda para eso. No debería involucrase.
banda. Si había problemas ahí, no era su trabajo solucionarlo o incluso verlos. El día pasó con lentitud, lo que, por lo general, Jess apreciaría. Ella tenía mucho trabajo que hacer sobre su próximo libro. Quería hacer al menos una cuarta parte a través de un primer borrador además de tener un esquema completo para el resto del libro. Su agente le envió un correo electrónico con su pasaje de avión a Nueva York y, después de imprimirlo, Jess lo sostuvo en sus manos. Debería hacerla sonreí de oreja a oreja. Pero no lo hizo. En todo lo que podía pensar era sobre lo lejos que estaría… kilómetros sobre kilómetros que la llevarían lejos de Johnnie. ¿Cuánto tiempo duraría? Era una pregunta honesta que Jess tenía que hacerse. Si ella estaba en Nueva York y Johnnie estaba de gira, sería demasiado. Él estaría en el escenario cada noche. Cantando. Tocando. Conectándose con cientos de personas. ¿Y luego qué? ¿Qué tal si otra mujer iba
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Johnnie, de su corazón y su vida, pero eso no quería decir dar un paso en medio de la
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Jess no era parte de Chasing Cross. Ella era una fan, nada más. Quería ser parte de
a un café en el momento correcto? ¿Qué tal si él veía a alguien en la multitud que llamara su atención? Él era una estrella de rock. Jess sabía que las mujeres harían lo que fuera para acercase a él. Para hablarle. Para tocarlo. Para tenerlo. Empezó a imaginar ideas que deseaba poder alejar. Vio mujeres en el vestidor detrás del escenario. Pero no eran como Jess. Ellas no eran tímidas ni estaban confundidas. Eran seguras, agresivas y ponían a Johnnie en una posición en la que él no podría resistirse a ellas… o a él mismo. Cuando Jess puso el pasaje de avión abajo, tenía lágrimas en sus ojos otra vez. Miró la pantalla borrosa de su portátil, no sería capaz de escribir. Consideró saltarse a una parte emotiva del libro, tal vez para capturar su pureza, pero tenía que aceptarlo, en realidad no tenía nada. El libro era más una idea que algo en lo que trabajar realmente. Parecía que unos días atrás, la vida era más simple y fácil. Jess necesitaba escribir. Su agente necesitaba hacer ventas. Los lectores necesitaban leer. Un círculo pequeño, uno que en su mayoría era satisfactorio, pero algo que Jess podía manejar.
Todo debido a un café. No. Debido a Johnnie. La canción siguió atormentando la cabeza de Jess y luchó contra la necesidad de cantar. Eso solo sería algo más que Johnnie tomó de ella entonces. Nunca se consideró una buena cantante. Nunca cantó frente a alguien, entonces no tenía otras opiniones. Y nunca tuvo la intención de cantar frente a Johnnie… él la engañó para que lo hiciera. La grabó sin que ella lo supiera… Jess empezó a enojarse y encontró una pequeña inspiración. Tal vez empezaría su próximo libro con un buen asesinato. Era una buena forma de liberar la furia. Sus dedos tocaron las teclas justo cuando sonó su celular.
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Todo era un gran desastre.
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Ahora… era un desastre.
Johnnie. Cerró los ojos. Podía hacer esto. Podía ignorarlo. Sacudió la cabeza cuando su mano alcanzó el teléfono y se mordió el labio cuando su dedo tocó la pantalla. ―¿Hola? ―dijo, cuando se puso el teléfono en la oreja. Y solo así, Jess fue arrastrada de vuelta. ―¿Jess? ―Johnnie sonaba molesto― Jess… necesito verte… ―Johnnie, ahora mismo estoy trabajando. ―Pusiste el contrato en mi bolsillo. ―Sí. Lo hice. Lo siento. Debía decirte… ―Rick lo encontró. Nuestro baterista. Rick. Lo encontró, Jess. El color abandonó el rostro de Jess. Su boca se abrió, pero no podía encontrar las
―Johnnie… Lo siento mucho. ―No. No lo hagas. ―No sabía qué decir ―dijo Jess―. Lo intenté en la cabaña, pero estabas tan seguro. Quería hablar contigo más tarde. O que lo encontraras. Lo arruiné. ―No, Jess, yo lo arruiné. No debí tomar el contrato ni hacerte responsable de él. No debí decir ni una palabra respecto a ti cantando… por favor, necesito verte. ―No puedo ir al hotel ―dijo Jess―. No con la banda. ¿Están enojados conmigo? ―Sólo lo vio Rick. Tengo que hablar con todos, pero necesito hablar contigo primero.
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―No es tu culpa ―dijo Johnnie―. Ni siquiera lo pienses. Pero necesito verte.
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palabras o el aire.
―Estamos hablando. ―Iré a tu casa entonces ―insistió Johnnie. ―Por favor… ―Jess. Te amo. ¿De acuerdo? Te amo. No me voy a rendir ahora. Sobre cualquier cosa. Te amo. Jess cerró los ojos. Su corazón se contrajo y se sintió satisfecha. Finalmente. Eso es lo que ella esperaba escuchar. Con amor, todo podía pasar. El mundo podía ser un desastre. Podría desmoronarse y caerse a pedazos, incluso podría acabar… pero con amor, no parecía tan malo. ―Johnnie, no puedo hacer esto por teléfono. ―Es por eso que voy para allá. Lo podremos hacer entonces. Te necesito ahora.
Johnnie. Lo hizo en un momento de ira y rencor. Ella esperaba que él lo encontrara y entendiera la indirecta. ―¿Separé tu banda? ―preguntó ella. Sabía lo infantil que sonaba, pero no le importó. ―Como te dije antes, no es mi banda ―dijo Johnnie―. Y la banda no se separó. Rick está molesto, pero siempre se pone así. Hablaré con el resto de los chicos después. Pero necesito hablar contigo primero. ―No debiste grabarme. ―Planeaba disculparme por eso cuando fuera a verte. Jess luchó contra el impulso de sonreír; amaba la forma en que Johnnie nunca se rendía.
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que sucedía con Chasing Cross. No tenía por qué poner el contrato en la chaqueta de
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La culpa se apoderó del corazón de Jess. No pudo evitar culparse por lo que fuera
―Ven ―susurró Jess―. Sólo júrame que no traerás una grabadora. ―Lo juro. Se prometió que podría escribir mientras esperaba a Johnnie. Sí, claro. Escribió media oración antes de ponerse de pie. Después de un viaje a la cocina para buscar algo para beber que no quería, caminó de vuelta a su habitación, sin la bebida. Tocó la parte superior de la silla y miró la pantalla de su portátil. Nada venía a ella, por lo que volvió a la cocina. Los gabinetes llenos de comida no iban a resolver el problema que tenía en su estómago en este momento. No tenía hambre, era un problema romántico. Johnnie confesó su amor y Jess necesitaba decirle que sentía lo mismo. Esa era la parte más simple de todas.
Ella la abrió y se acercó a él, lo necesitaba. Sus manos apenas lograron envolver el cuerpo de Johnnie cuando él empezó a hablar. ―Perdón por grabarte cantando ―dijo―. Violé tu privacidad. Pero te prometo que tu voz es hermosa y es justo lo que necesita la canción para estar lista. Cuando te escuché, mi cabeza no pensó en tus sentimientos. Pensó en los míos. En lo que quería. En lo que necesitaba. Siento mucho eso. ―Johnnie… ―No he terminado. ―Caminó con Jess agarrada a él. Cerró la puerta del departamento y se quedó de pie con los brazos alrededor de la chica―. Quería oírla y comprender lo talentosa que eres. Aún tienes que sentirte emocionada y segura respecto a tu escritura. Quizás porque cuando lees lo que has escrito, no lo ves. Entonces, pensé que sí podía sorprenderte fuera de guardia con un talento oculto, lo verías.
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Jess bloqueó las partes difíciles, hasta que oyó que Johnnie golpeaba la puerta.
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Las partes difíciles…
Jess cerró los ojos y apretó a Johnnie. Sintió su aroma. Tenía indicios de la cabaña, si fuera posible, y la llevaron de regreso ahí. Bebiendo vino. Contando las estrellas. Haciendo el amor. ―Y lo arruiné todo ―continuó él―. No tú. Le pedí a Rick que revisara mi chaqueta y encontró el contrato. Intenté explicarle, pero él estaba demasiado enojado. Con razón. Y creo que estaba ebrio. ―¿Lo hace mucho? ―inquirió Jess. ―¿Beber? Sí. Más que el resto de los chicos. Y seré honesto… me preocupa. Y no sé qué hacer. ―Habla con él. ―Es normal que ocurra ―dijo Johnnie―. Y todavía tiene que meter la pata, arruinar o faltar a un concierto. ¿Qué puedo hacer? Jess lo miró.
―Entonces, ¿qué son? ―¿Los chicos? Jess asintió. ―Ellos son… mis hermanos. ―Tus hermanos de rock, entonces. Si tu hermano menor estuviera en problemas, ¿lo ayudarías? ―Por supuesto. ―¿Si uno de los chicos estuviera en problemas…? ―Daría mi vida por cualquiera de ellos.
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―No es mi banda.
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―Sabes, te niegas a llamarla tu banda, ¿cierto?
―Bueno, no tienes que dar tu vida para ayudar a Rick ―dijo Jess―. De hecho, salvarías una si lo hicieras. ―Ahora mismo, estoy más preocupado por nosotros. Jess sabía que era su oportunidad. Su momento. Miró a Johnnie a los ojos; los ojos de un hombre, un amante, una estrella de rock. De todas las personas para enamorarse… ―Te amo ―dijo ella―. Te… amo. ―Oh, Jess. Se acercaron para besarse al mismo tiempo y se encontraron a mitad de camino entre un sueño y la realidad. Jess dirigió el camino esta vez y acarició los labios de Johnnie con la punta de su lengua, saboreándolos. Él sonrió y se retiró del beso, con un propósito ardiendo en sus ojos. ―¿En qué piensas? ―preguntó Jess.
―Yo sí. Johnnie abrió la puerta del departamento y salió. Un segundo después, apareció una guitarra, una que había apoyado contra la pared. Jess empezó a caminar hacia su habitación y sintió que su cara se encendía en ocho tonos de rojo. Si tenía en cuenta las circunstancias, este era el momento más ardiente de su vida. Tenía una estrella de rock atractivo con una guitarra que la seguía a su cuarto para tocar. Cuando ella miró por sobre su hombro, se tropezó y se tambaleó, a punto de caer contra la pared. Una vez en su habitación, ella se sentó en la cama. Se sentía como una chica de secundaria que mete a escondida al mariscal de campo en su habitación para una sesión de besos. Sólo ahora tenía intenciones mucho peores que unos besos pequeños e inofensivos. Ella quería fo…
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―No tengo una guitarra.
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―Quiero tocar la guitarra para ti ―respondió―. Ahora.
―No te enojes conmigo ―dijo Johnnie, mientras se sentaba en la silla del computador. Él puso la guitarra en su regazo y en el segundo que tocó el primer acorde, Jess supo lo que hacía. Ella quería enojarse, pero no pudo. Johnnie tocaba la canción nueva. A ella. En vivo. Uno a uno. Mientras cantaba el primer verso, no puedo evitar que su cuerpo reaccionara, seguía con sus dedos el ritmo y movía la cabeza. Era demasiado buena. La canción perfecta. En el coro, ella se lamió los labios, con ganas de cantar. Cuando el coro terminó, Johnnie volvió a la progresión de la intro y la tocó más larga que en la grabación. ―Vamos, Jess ―dijo―. Solo estamos tú y yo. Solos en tu cuarto. Jess lo miró.
Jess cerró los ojos y asintió. Johnnie tocó la progresión de nuevo y empezó a cantar el segundo verso. Cuando Jess abrió la boca, no emitió sonido alguno, pero movía los labios como si cantara. Después de unos segundos, salió su voz. Al principio era baja, muy baja. Johnnie continuó, sin decir nada. Jess no estaba segura de si era confianza, amor o una combinación de ambas, pero su voz empezó a tomar velocidad y no se detuvo. Abrió los ojos y se dio cuenta de que Johnnie dejó de cantar. Solo estaba en su lugar, con los ojos amplios por el asombro y sus dedos se movían en acordes diferentes mientras su otra mano rasgueaba.
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través del sonido. La capacidad de hablar en un idioma diferente.
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―No hay grabadora ―dijo él con una sonrisa―. Sólo es música. Es la pasión a
Jess no podía detenerse. El coro vino de nuevo y Johnnie se le unió. Sus voces unidas crearon algo que le provocó un escalofrío a Jess. Sabía lo bien sonaba e, irónicamente, deseaba que grabaran la canción. Una vez que el coro terminó, Jess le hizo una señal a Johnnie y la canción se detuvo de pronto. ―Jess.. ―Lo haría ―dijo ella―. Por ti. ―¿Hacer qué? ―Grabar la canción. Si eso es lo que quieres. Lo haré. Johnnie sonrió. ―Aunque tendré que conseguir la aprobación de otros cuatro chicos. ―¿No hay “Johnnie como solista”?
―Es lo que esperaba que dijeras ―sentenció Jess―. No quiero entrometerme entre tú y tu… ―No digas mi banda ―interrumpió Johnnie. ―Tus hermanos ―dijo Jess―. Estaré ahí contigo. ―Bien. El silencio mostró su lado oscuro y Jess tragó con fuerza; sabía que era hora de hablar sobre la parte incómoda de las cosas. ―Tengo mi pasaje de avión a Nueva York ―dijo. ―Estoy muy feliz por ti. Muy orgulloso. Vas a ser una gran escritora estrella de rock.
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que importa…
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―Nunca ―contestó―. Somos hermanos. Y estamos en Chasing Cross. Es todo lo
―No, no quiero eso. Sólo quiero que la gente disfrute lo que lee. Y que vuelva. ―Lo harán. Ese no era el punto que trataba de mostrar Jess. Tenía que ser más firme, ir más al grano. ―Estaré en Nueva York ―espetó―. Y tú estarás… con Chasing Cross… El celular de Johnnie vibró y sonó. ―Lo siento, espera un segundo ―él miró la pantalla y frunció el ceño―. Es Peter. Supongo que también tengo que hablarle sobre mi decisión. ―No hay momento como el presente ―dijo Jess. Johnnie contestó. ―Peter… espera un segundo, ¿qué? ¿Qué pasó? Él… No. No lo creo. Peter… Cuando Johnnie terminó la llamada unos segundos después, su cara estaba pálida.
Él ni siquiera la miraba. ―Johnnie, ¿qué está mal? Él parpadeó, con la vista fija en la pared. ―Rick… ―¿Qué pasó? ¿Renunció a la banda? Johnnie sacudió la cabeza. ―Él… él está en el hospital. Jess, tenemos que ir al hospital. ―¿Por qué? ―Chocó en su auto. Contra un poste. Él estaba… bebiendo…
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cama.
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Temblaba de tal manera que Jess puso las manos en sus antebrazos e intentó llevarlo a la
Capítulo 22 Traducido por Nina Carter Corregido por Pachi15
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ohnnie nunca disfrutó ir en el asiento del pasajero. No era un niño y podía conducir el vehículo que quisiera. Los años con Chasing
Cross le demostraron a Johnnie que él, o bien estaría demasiado alcoholizado como para conducir o esos fans locos, pero leales, harían lo que fuera para detener su vehículo para obtener una foto o un autógrafo. Lo reconocía, eso lo había calmado en su mayoría desde entonces, pero Peter y el resto del grupo
apoyados en las rodillas y el mentón en sus manos, Johnnie apreció tener a alguien que condujera por él. Más porque no tuvo que ser Jess. Ella se sentó junto a él, le tocaba y le acariciaba la espalda con suavidad a veces. La culpa venía en olas y Johnnie no estaba seguro de cómo manejarlo. De hecho, si se sentía de esta manera en otro momento, bebería. Nada como un par de tragos de whiskey o escocés para eliminar la culpa y el dolor. Pero era justo eso lo que causó este desastre. Rick. Sabía que él lucía medio ebrio en su habitación. Y luego él se fue, ¿para hacer qué? ¿Beber más? ¿Conseguir un auto? Conducir… chocar…
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Cuando él se sentó en el asiento trasero del auto con sus codos
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de Chasing Cross querían que alguien más condujera cuando estaban de gira.
―Espero que nadie más haya resultado herido ―susurró Johnnie. ―No pienses así ―dijo Jess―. Primero debemos llegar. Johnnie asintió. Él intentó recordar cuándo fue la primera vez que pensó que Rick tenía un problema con el alcohol. Años, sí, y aun así, no dijo ni hizo nada al respecto. Por mucho que Johnnie quería asumir que fue un problema de la carretera, sabía que había algo más. Algunas veces la soledad entre los conciertos te podía consumir en la carretera o durante la noche cuando todos duermen, excepto tú y el conductor del autobús, miras por la ventana y lo ves volar por el camino. Casa tras casa. Pueblo tras pueblo. Ciudad tras ciudad. Una ciudad nueva en la mañana, un concierto nuevo en la noche y luego estás de vuelta en el autobús de la gira. De vez en cuando parecía una prisión.
Johnnie cerró los ojos con fuerza y se maldijo. Él debió detener a Rick hoy e incluso mucho antes. En el hospital, las cosas se convirtieron en otro fracaso. El conductor se detuvo en la entrada de urgencias y la gente empezó a reconocer a Johnnie desde el momento en que salió del auto. Afortunadamente, Jess intervino al acurrucarse contra él con la cabeza hacia abajo y fingir que sentía dolor. Johnnie corrió al interior del hospital y se encontró con Peter, que estaba en compañía de un guardia de seguridad para escoltarlos en privado. El caminar. El viaje en el ascensor. La gente que gritaba su nombre. El guardia de seguridad que le decía lo genial que era Chasing Cross. Todo
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¿Pero qué pasaría si toda tu vida era como un infierno?
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Como un infierno. Y entonces era cuando mejor sabía el alcohol.
pasaba tan rápido que lo único que podía hacer Johnnie era mirar y asentir. Cuando él dio la vuelta al final del pasillo, vio al resto de los integrantes de la banda de pie y con sus espaldas contra la pared. Ellos se veían molestos, pero no tristes. ―¡Danny! ―gritó Johnnie. Él empezó a correr y se alejó de Jess. Se volvió, pero como no la encontró siguió adelante. Danny se acercó a Johnnie y lo abrazó. Chris y Davey se unieron después y juntos compartieron un momento de silencio. ―¿Él está…? ―Johnnie ―dijo Danny―, él está bien.
Johnnie dio un paso hacia atrás. ―¿Qué pasó? ―Él tomó uno de los autos ―dijo Chris―. Dijo que revisaba su teléfono y que se confundió cuando volvió a mirar hacia delante. Perdió el control, se salió del camino y se estrelló contra un árbol. ―¿Su teléfono? ―inquirió Johnnie. ―Aunque no lo creas ―dijo Davey―, una estrella de rock chocó por culpa de un teléfono. ―¿Estaba ebrio?
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―Sí ―respondió Chris―. Es un idiota, pero está vivo.
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―¿Está vivo?
―No legalmente ―contestó Chris―. Aunque estuvo cerca. Lo más probable es que aún quemaba lo de la noche anterior. ―¿Salió ileso? Chris, Davey y Danny intercambiaron miradas. ―No exactamente. ¿Por qué no vas y hablas con él? Johnnie no tenía nada en contra de eso y corrió hacia la habitación de su amigo temiendo lo peor. En su cabeza, él veía a Rick conectado a un ventilador y luchando por su vida a cada segundo. En lugar de eso, Rick estaba sentado en una camilla mientras miraba por la ventana que estaba a su derecha. ―Rick… qué mierda…
Rick levantó su brazo izquierdo y le mostró el yeso de color blanco. ―¿Eso es todo? ―preguntó Johnnie. ―Me duele la espalda, pero, ya sabes… ―Escogiste el blanco porque quieres que todas las mujeres lo firmen con su número telefónico ―interrumpió Johnnie, con una sonrisa. ―Idiota. ――Lo soy ―coincidió Johnnie―. Me siento culpable por esto. ―No lo hagas. No eres tú, Johnnie. He sido un desastre por un tiempo.
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―Bueno, sí, lo hiciste. Pero, ¿estás bien?
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―No lo digas ―dijo Rick―. La jodí.
―¿Por qué? ―Johnnie caminó hasta la camilla―. Dime por qué. ―Por todo, ¿de acuerdo? ―Eso no responde mi pregunta. ―Johnnie, es todo. La banda. La gira. La vida. ―Entonces, háblame sobre eso ―replicó Johnnie y, al darse cuenta de que empezaba a elevar la voz, hizo una pausa―. Háblame. Habla con alguien de nuestra banda. ―Nuestra banda… ―Es nuestra banda ―dijo Johnnie y puso su mano sobre el hombro de Rick―. Siempre ha sido nuestra banda. El asunto con Peter…
canción nueva y Peter la oyó. Él pensó que sería una oportunidad para ser solista y tocar en lugares pequeños entre giras. ―¡Eso es lo que me mata! ―gritó Rick―. No quiero el descanso, Johnnie, ¿de acuerdo? Quiero tocar sin detenerme. Quiero morir en ese escenario. Por eso aprendo a tocar la guitarra. Necesito más. ―Entiendo. Rick, eres un hermano para mí y nunca haría algo para lastimarte a ti o al resto de la banda. ―No lo sé, mierda, vi ese contrato y fue como la gota que rebalsó el vaso para mí. ―¿Qué pretendías hacer?
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―También lo lamento, pero necesito que sepas lo que pasó. Escribí una
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―Eso no es de mi incumbencia. Lamento haberlo visto.
―Irme. Me subí al auto e iba a conducir hacia el este. Iba a conducir hasta que la gasolina se acabara o hasta que mi mente volviera en sí. ―¿Adónde ibas en realidad? ―preguntó Johnnie, mientras veía más allá de la mentira en los ojos de Rick. ―Iba a ir a un hotel del norte, buscar una licorería y suicidarme, probablemente. ―¿Borracho? ―Hace que todo sea mejor. Me hace recordar cuando empezamos. En el licor barato que solíamos beber. En nuestra primera gira. En la primera canción… ―Y pasaron diez años ―dijo Johnnie―. Somos ricos. Famosos. Y aún
quemazón dentro de mí. Esta sensación de vacío… después de estar en el escenario, no hay nada. Cuando miro a todas esas personas, me siento en casa. Veo sus rostros, la manera en que se mueven y cómo cantan cada maldita palabra… ―Yo también ―coincidió Johnnie―. Ahí es cuando me siento en casa también. ―¿Qué hay de tu novia? ―preguntó Rick― ¿Ella lo sabe? ―Lo entiende. Sabes que no salí en busca de ella. Sólo ocurrió. Es la vida, Rick, a veces, simplemente pasa. ―Y ahora pasa que jodí nuestro concierto de caridad.
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―Quizás hay más, entonces ―dijo Rick―. No sé. Sólo tengo esta
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tenemos giras.
―No, no lo hiciste. Tocaremos. ―¿Sin mí? ―Nunca haríamos un concierto sin ti, Rick, lo sabes. ―Entonces, ¿cuál es el plan? Johnnie sonrió, tocó el rostro de Rick y sacudió la cabeza. Pensó en la primera vez que lo vio, un chico delgado de cabello negro en una patineta que tenía un par de baquetas que sobresalían de su bolsillo trasero. Cuando Johnnie vio las baquetas, siguió a Rick y le pidió que tocara. ―Debí saberlo ―dijo Johnnie. ―¿Saber qué?
―En serio, Rick, pudiste matar a alguien. Incluso a ti mismo. ―Lo sé. Me siento como un idiota porque ni siquiera estaba legalmente ebrio. ―Eso es bueno, de lo contrario estarías en la cárcel. ―No, no lo es. Lo merezco. ¿Por qué debería tener un golpe de suerte? ―Porque cuando no bebes, eres un buen tipo. Sigue así. Y si te sientes solo, escribe. ―¿Qué escriba?
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―Qué puedo decir, sé lo que me gusta ―Rick sonrió.
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―El día que te conocí… no irías a tocar a menos que llevara whiskey.
―¿Quieres tocar la guitarra? ―inquirió Johnnie― Entonces, también aprende a escribir. Diablos, podrías terminar con material propio. Los ojos de Rick destellaron por un segundo. ―Estaba pensando, si no te molesta una sugerencia… ―Rick, es nuestra banda, no mía. Di qué sugieres. ―El próximo disco debería ser acústico. Como lo que hicimos la otra noche. Eso fue asombroso. Suave y lento, con la letra dirigiendo la canción. ―¿En serio? ¿Te gusta la idea? ―Por supuesto ―dijo Rick―. Siempre que pueda tocar la guitarra en algunas canciones. Imagina una gira acústica. Como Peter quería hacer contigo. Lugares pequeños. Tranquilos.
ahora, supongo. ―Oye ―dijo Johnnie―. Emociónate. Sé seguro. Ensaya con la guitarra. Diablos, ve a una isla y encuentra a una mujer por un mes. No lo sé. Sólo no recurras al alcohol. No podré hacer esto de nuevo… ―Nosotros tampoco ―dijo una voz. El resto de la banda entró a la habitación y todos rodearon la camilla de Rick. Hermanos. Hermanos en la música y en la vida. ―Te romperé las piernas la próxima vez ―agregó Chris. ―Yo romperé tus baquetas ―dijo Danny.
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―Tenemos un mes de descanso ―dijo Rick―. Podríamos… bueno, no
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―Si ustedes quieren hacer algo así, entonces hagámoslo.
―Ni siquiera podrías romper unos palillos chinos ―dijo Davey. Todos se rieron. Rick miró a Johnnie y él se dirigió a la banda. ―Rick tiene la idea de hacer un disco acústico… Creo que deberíamos hacerlo. ―¿En serio? ―inquirió Danny― ¿Qué piensas hacer, Rick? ―Tocar la guitarra ―respondió―. He estado ensayando. ―Sabes dos acordes ―replicó Danny. ―Déjalo ―dijo Johnnie―. Es mejor que nada. Ya sabremos qué hacer, ¿de acuerdo?
―¿Qué? ¿Te vas a casar? ―preguntó Chris. Johnnie pensó en el anillo que aún estaba en el bolsillo de su pecho y sonrió. ―No va por ahí, todavía. Pero se presentó una oportunidad… para mí. Me ofrecieron un contrato para un proyecto de solista. A todos se les iluminaron los ojos. ―Escribí una canción y sugirieron que la tomara para mí. Pero no puedo hacer eso. Incluso lamento haber escuchado una oferta o haber visto un contrato. Ustedes son mis hermanos y nada cambiará eso. Quiero que la
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―Y, ahora que hablamos… tengo que confesar algo.
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Todos asintieron.
canción esté en el disco nuevo. Nuestro primer disco acústico. Pero tengo una condición. Algo que debo exigir. ―¿Qué es? ―preguntó Davey. ―Mi chica, Jess. Tiene que cantar. Tienen que escuchar su voz. No se parece a nada que haya oído antes y ella no tiene idea de lo buena que es. Los integrantes de la banda se miraron unos a otros y poco a poco empezaron a asentir. ―Tengo una condición ―dijo Danny. ―¿Cuál es, hermano menor? ―Tengo que ser el padrino en la boda. Después de todo, soy… ―¡Olvídalo! ―gritó Chris― Yo seré el padrino. Cuando tú y Davey
idea del disco acústico. Yo seré el padrino. ―No le he propuesto matrimonio a nadie ―dijo Johnnie―. No estoy ni cerca de hacerlo. E incluso si lo hiciera… ¿desde cuándo seguimos las tradiciones? Cuatro padrinos de boda caminarán conmigo… Johnnie miró a cada miembro de la banda y cuando sus ojos se encontraron, él lo supo. La sangre podía ser más espesa que el agua, pero la música le daba a la vida su alma. Y con estos cuatro hombres, él tenía vida, tenía un alma y tenía hermanos. Por el resto de la vida. Si a esto se le agregaba Jess, Johnnie tenía amor.
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―Esperen un segundo ―dijo Rick desde la camilla―. Yo fui el de la
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hacen los solos de guitarra, ¿quién creen que acompaña a Johnnie? Yo.
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Él lo tenía todo.
Capítulo 23 Traducido SOS por Nina Carter Corregido por Pachi15
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ohnnie cerró los ojos y contó hasta diez. ¿Por qué diablos estaba tan nervioso? No tenía sentido. Él nunca estaba nervioso. No como
ahora. No antes de un show. No había llamada para este show. No había canción de introducción. No había acumulación. Solo un grupo casual de fans intransigentes de
Johnnie abrió los ojos y vio a Rick de pie en la puerta. Su yeso estaba lleno de firmas y dichos estúpidos, en su mayoría hechos por la banda. Cada uno tomó turnos para escribir sus recuerdos favoritos de Rick, aunque la verdad, no debieron escribir un par de ellos para que los viera el mundo. ―Estoy genial ―dijo Johnnie―. ¿Estás listo? ―Sí. Estoy seguro de que Eddie lo hará bien. Eddie había estado con el grupo de Chasing Cross por cinco años. Él manejó todo lo relacionado con la instalación de la batería y los micrófonos de Rick y sabía cómo tocar cada canción y se sentaría detrás del equipo mientras la banda tocaba.
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―Oye, ¿estás bien?
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Chasing Cross que esperaban ver tocar a unos tipos.
Hasta donde Rick fuera… ―¿Estás bien para cantar? ―preguntó Johnnie. ―¿Por qué no? Estamos juntos en esto. ―Hermanos ―dijo Johnnie. Cinco minutos después, la banda fue al escenario. La multitud gritó y Johnnie se acercó al micrófono mientras saludaba con las manos. ―Oigan, tranquilos ―dijo, con una sonrisa―. Este es un evento de caridad. No es un concierto de rock… ―Uh, ¿Johnnie? ―preguntó Rick al micrófono, a unos pasos de distancia.
Ellos sonrieron al tiempo que los ojos de Rick centellaron. Johnnie sabía que él estaba en casa, el único lugar hecho para Rick. Eddie contó hasta cuatro y el show comenzó. Cuando comenzaron a tocar el principio de la canción, Johnnie encontró a Jess y a su amiga Marie de pie al frente y al centro. Jess lo saludó y él le lanzó un beso. No había forma de que Jess escapara esta noche sin estar ahí. En especial debido a algo que Johnnie había planeado para ella… Lideró con la voz y cuando llegó el primer coro, se alejó del micrófono y señaló a Rick. Él esperaba que Rick tropezara o que sonara como el
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―Es un concierto de rock…
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―¿Qué pasa, Rick?
infierno, como una versión karaoke de la canción, pero para su sorpresa, encontró otro cantante asombroso. Rick no sólo cantaba las palabras, las vivía. Tanto que Johnnie miró a Chris, que dijo: ¡Santa mierda! Johnnie se unió al coro y, lentamente, él y Rick desarrollaron una química y sabían exactamente cuándo empezar y dejar de cantar, cuándo unirse y cuándo compartir el micrófono y consiguieron que a la multitud le gustara. Después de tocar por casi una hora, Johnnie pidió un descanso y se acercó al micrófono. ―¿Qué tal lo hizo Rick?
―Sí, como que arruiné mi brazo ―dijo Rick―. Choqué contra un árbol. Johnnie se paralizó, sin estar seguro de adónde se dirigía Rick con esto. ―¿Quieren saber por qué choqué contra un árbol? La multitud gritó: ¡SÍ! Rick le giñó a Johnnie. ―¡Choqué porque Johnnie me llamó para decirme que estaba enamorado!
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―Quién sabía que él podía cantar…
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La multitud aclamó.
Hubo una mezcla de reacciones. Algunos aplaudieron y otro abuchearon. Johnnie se rio, ya que sabía que algunos estarían celosos de él y Jess, sin importar qué. ―Así es ―dijo Johnnie―. Así es. Johnnie de Chasing Cross es un hombre tomado. Un hombre feliz. Un hombre… enamorado… y ella está aquí esta noche. ¿Quieren conocerla? Otra vez, los aplausos rugieron a través del pequeño local. ―De acuerdo, Jess, lo escuchaste… *** ―…oh, ¿mencioné que también sabe cantar? Jess se paralizó y miró a Johnnie. Ella se juró a sí misma que si
Jess subió, caminó hacia Johnnie y lo abrazó. No sólo por amor, sino para poder estar cerca de su oreja. ―De ninguna manera. No voy a cantar. ―Sí, lo harás ―susurró Johnnie y le besó la mejilla―. Ahora, voy a tocar una canción nueva ―anunció―. Va a ser el primer sencillo de nuestro próximo disco. Un proyecto acústico. ¿Cómo suena eso? Johnnie miró a la banda y asintió con la cabeza. Se reunieron y él les explicó los cambios de acordes, les dijo a todos que lo siguieran a través del primer verso y coro y que luego fluyeran en el segundo verso. Para Jess, todo sonaba como un idioma extranjero, pero sabía que la banda lo llevaría a cabo.
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la hiciera subir al escenario, ¿pero esto?
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estuviera lo bastante cerca, lo golpearía en la cara. Era ya bastante malo que
Y lo hicieron. Johnnie tomó una guitarra y empezó a tocar. Miró a Jess mientras se acercaba al micrófono y comenzó a cantar. Él cantó las primeras dos líneas y se alejó, lo que dejó a Jess con su oportunidad de cantar. Sería la primera vez que cantara en público. El miedo la paralizó por un segundo hasta que recordó que el concierto era para las personas que padecían cáncer. Este era un concierto para que Chasing Cross celebrara su música con sus seguidores y también para ayudar a la gente. Cuando Jess empezó a cantar, no quiso detenerse. Pero después de dos líneas, ella y Johnnie se turnaron hasta el coro. Cantaron al mismo tiempo y justo como Johnnie lo ordenó, el resto de la banda entró. Tocaron la canción como si la hubieran tocado por años. Jess miró alrededor del escenario con
preocupación. Y manejarla. Incluso se involucró Rick, utilizando un brazo para tocar la batería, el bombo y el tambor. Todo salió bien. Jess se quedó sobre el escenario por el resto del show y, lentamente, se movió hacia atrás para tener una vista diferente del rock n’ roll. Su corazón se mantuvo acelerado todo el tiempo y cuando tocaron la última canción, Jess sintió un nudo en la garganta. Ella fue testigo de algo poderoso y hermoso.
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cercanos que era. Podían sólo escoger una canción y tocarla. Sin
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asombro, consciente de lo talentosos que eran todos, sin mencionar lo
Los cinco chicos de Chasing Cross estaban de pie con los brazos alrededor de cada uno e hicieron una reverencia. Fue entonces cuando Jess sintió que una lágrima se deslizaba por su mejilla. Ella no sólo estaba enamorada de Johnnie. Estaba enamorada de la música y la banda. De todo lo que venía con Johnnie. Una hora después ellos estaban de vuelta en la habitación de Johnnie en el hotel. Para sorpresa de Jess, nadie bebió. En lugar de eso, hablaron, se rieron, tocaron guitarra y comentaron el concierto. Danny y Davey se reunieron en un rincón y tocaron la canción nueva y cada uno hacía cambios e
hizo lo mismo con Peter, que no tardó un segundo en colgar el teléfono. Cuando Johnnie finalmente se acercó a Jess, la tomó por la cintura, la levantó del piso y la llevó a su cuarto. Gritó y se rió cuando la lanzó a la cama y él se puso encima de ella. ―Espero que no importe un poco de sudor ―susurró Johnnie y la besó una vez. ―Me encanta tu sudor ―dijo Jess. Johnnie la besó de nuevo. ―Estuviste asombrosa ―dijo Johnnie―. Perdón si te puse en una situación difícil.
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Johnnie habló en privado con cada uno de los miembros de la banda e
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hicieron riffs y solos.
―Estoy bien. Lo necesitaba, tan loco como suena. ―Ya que tocamos el tema de cosas locas… ―Odio cuando hablas así. ―No es así. Estoy seguro de que me escuchaste hablar sobre nuestro disco acústico… ―Así es. ―Bien, queremos que cantes en el disco. La canción nueva. Como lo hablamos. ―¿Lo quieres tú o la banda? ―La banda. Tuvimos una reunión en el hospital.
negocio. Pero cuando las personas indicadas están en tu vida… es asombroso. Johnnie la besó y sus manos se volvieron rápidas de pronto y exploraron el cuerpo de Jess. Antes de que ella pudiera decir una cosa, él se alejó de su cuerpo, cerró la puerta y apagó las luces. Las luces permanecerían apagadas mientras Johnnie lentamente le quitaba la ropa a Jess y saboreaba cada rincón posible que su perfecta lengua pudiera alcanzar. Cuando él estuvo desnudo y listo para amar el cuerpo de Jess, ella había alcanzado el clímax dos veces. Uno fue obvio, pero intentó que segundo no lo fuera tanto.
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―Estará bien ―dijo Johnnie―. No todo es diversión y juegos en este
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―Rick. Espero que esté bien.
Johnnie entró en ella y juntos rodaban de ida y vuelta en la gran cama del hotel, sin evitar cualquier movimiento ni sonido. A Jess no le importaba si alguien los oía, ya que en este momento ella vivía parte de su propia fantasía de rock n’ roll. La diferencia era que ella no era una admiradora en una noche casual… ella estaba enamorada de Johnnie y lo haría por el resto de su vida. Cuando terminaron, Johnnie sostuvo a Jess en la oscuridad. Mantuvo los ojos abiertos, miraba alrededor y pensaba. ―Extraño la cabaña ―dijo ella, finalmente. ―Pensaba en lo mismo. ―Extraño las estrellas. La forma en que se sintió. La forma en que nos sostuvo.
también tú gira. ―No creo en los problemas. Es sólo un obstáculo. ―No, es un problema. Estarás en camino… ―Tengo un mes libre ―dijo Johnnie―. Y no importa porque voy a cancelar tu pasaje de avión. ―¿Harás qué? Jess se sentó y salió con torpeza de la cama. Encontró el interruptor de la luz y la encendió. Se volvió lista para desencadenar el infierno en Johnnie
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―Sabes que lo de Nueva York es un problema ―dijo Jess―. Y
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―Lo sé.
cuando lo vio sentarse en la cama con una sábana cubriendo su parte inferior. Su mano estaba estirada y había un anillo entre su pulgar y su dedo índice. ―¿Qué haces? ―inquirió Jess. ―Hacer que esto sea para siempre ―dijo Johnnie―. Esto era lo que Rick tenía que encontrar en mi chaqueta. ―Johnnie… ―Jess. Voy a cancelar tu pasaje de avión porque ya compré dos pasajes de primera clase. Iré contigo. ―¿Conmigo? ―A Nueva York. Quiero estar ahí contigo. Quiero verte brillar en tus momentos. Estaré en los bastidores, esperando a que la multitud disminuya
―Claro que no tengo que hacerlo ―dijo Johnnie―. Pero quiero hacerlo. Tengo un departamento en la ciudad. Estaremos un mes ahí. A partir de ahora, la banda no tiene baterista. Rick tiene que quitarse el yeso y luego practicar. Hay mucho tiempo antes de que pase cualquier cosa. Peter ha estado al teléfono toda la noche, reprogramando toda la gira. Si empiezas una gira por tu libro, entonces haremos que funcione. Nada nos va a separar, Jess, ¿de acuerdo? Te lo juro. Jess empezó a temblar mientras se acercaba a la cama. Miró el anillo y luego a Johnnie.
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―No puedes. No tienes que hacerlo.
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con la esperanza de que me encontrarás y me besarás.
―Es un diamante pequeño ―dijo Johnnie―. Por ahora. Compré este anillo cuando escribía, ya que sabía que algún día conocería a una mujer que entendería la canción, a la banda y a mí. Y me dije que cuando conociera a esa mujer, ella tendría que usar este anillo. Y esa mujer, Jess, eres tú. ¿Quieres…? Jess estiró la mano y dejó que Johnnie lo deslizara en su dedo. Ella nunca se sintió tan viva y amada en su vida. De cierto modo, de alguna manera, todo había salido bien y se sentía como si pudiera seguir así. ―Ahora apaga la luz y vuelve a la cama. Si quieres ver las estrellas…
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Te las mostraré.
Capítulo 24 Traducido por EtziadeIngle Corregido SOS por val_mar
J
ess salió de la habitación primero, examinando la habitación del hotel. De todas las cosas que debe buscar en un primer momento,
buscó la televisión. Estaba intacta, colgada en la pared. En el resto de la habitación había cuerpos por todas partes. La banda dormía en cualquier lugar en el que tuvieron su último aliento. Jess recordó una fiesta universitaria. Estaba feliz de que no se reducía a
laptops en el regazo, dos guitarras en el suelo. Rick y Chris estaban en el sofá más grande, la mejilla de Rick contra su yeso. No había manera alguna de que las posiciones para dormir pudieran haber sido cómodas, pero algo le dijo a Jess no era la primera vez que todos dormían así. ―Me hace pensar en hace diez años ―dijo Johnnie mientras caminaba detrás de Jess. Él deslizó sus brazos alrededor de su estómago y tiró con fuerza. Besó su cuello e inhaló. ―¿Por qué es eso? ―preguntó Jess. ―Vivíamos en un garaje cuando nos reunimos por primera vez. Lo alquilábamos a este viejo tipo irlandés que apenas hablaba inglés. Le dijimos
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Davey y Danny estaban en el sofá pequeño, en lados opuestos, las
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emborracharse para que fuera una gran noche.
que lo estábamos usando para el almacenamiento y vivimos en él. No había calefacción. Na había baño. Nada. Pero era el mejor lugar en que he vivido… ―Apuesto a que sí ―dijo Jess. Johnnie se pasó la mano a lo largo de la de Jess y tocó el timbre. ―Te quiero, Jess. ―Te quiero, Johnie. ―No puedo esperar para ir a Nueva York ―No puedo esperar para cantar con Chasing Cross el siguiente álbum. Johnnie se rió y luego silbó, removiendo los cuerpos dormidos en la habitación del hotel. Llamaron a la puerta y Johnnie dijo:
―Tal vez por eso me siento como el infierno ―dijo Danny frotándose la cara―. Estoy acostumbrado a despertar con un pequeño dolor de cabeza. ―Has dormido sentado ―dijo Johnnie mientras caminaba por el cuarto de hotel―. Relájate, pediremos el desayuno. Con cargo a la habitación de Peter. ―Johnnie abrió la puerta y se congeló cuando vio a una mujer bonita ahí de pie. Tenía el pelo largo y rizado, y ojos marrones. Su rostro era serio y Johnnie sonrió, preguntándose si alguno de sus amigos habría salido y tenido un poco de diversión anoche. ―¿Puedo ayudarte? ―preguntó Johnnie. ―¿Eres Davey? ―preguntó la mujer.
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―Relájate ―dijo Chris con los ojos cerrados―. Nadie bebió nada.
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―Si esa es la policía, voy a estar enojado.
―Me temo que no. ―Johnie miró por encima del hombro―. ¡Oye Davey! Tienes compañía. ―Miró de regreso a la mujer―. Se acaba de despertar. ―Debe ser bueno ―dijo ella. Johnie se dio cuenta de lo enojada que estaba. ―¿Oye, está todo bien? ―Va a estar… ―La mujer señaló a Johnie y vio a su izquierda. Se encontró con los ojos de un pequeño niño, de no más de un año. Tenía la mano en una taza de merienda, y cuando vio a Johnie, sonrió―. Ahora que mi hijo por fin va a reunirse con su padre, todo va a estar bien… Ahora, ¿dónde
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Fin
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está Davey?
Sobre el siguiente libro No te pierdas el Libro 2 de la serie Brothers of Rock, Broken Sound... Cuando una extraña afirma que su hijo pertenece a Davey, su mundo se pone patas arriba. ¿Podría ser posible? Al tratar de averiguar los plazos, debe decidir cómo abastecer al bebé... y la mujer que dice que está enamorada de él. Sería mucho más fácil si Davey pudiera dejar de
Sin embargo, sus ojos le hablan más fuerte que las palabras de la madre del bebé. ¿Puede simplemente empujar sus emociones personales a un lado con el fin de mejorar la vida del niño o la voluntad de su corazón se rompió en pedazos cuando se revelan los secretos?
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conoció.
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pensar en una hermosa camarera que
Sobre el autor: Karolyn James es una autora premiada bestseller en romanticismo. Ya sea en romance contemporáneo, romance de rockstar, occidental, o incluso en un húmedo romance erótico…
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Karolyn escribe todo!
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