EPIGÉNESIS Y EPIGENÉTICA

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Una carta sobre la EPIGÉNESIS Querido amigo Edmundo: Mientras repasaba algunos conceptos relacionados con las matemáticas binarias, Leibniz y el I Ching, para una conferencia que va a dar un amigo sobre Borges y su faceta de científico, en la que me ha pedido que colabore, recordé lo que había leído en tu investigación sobre el "on & off" de los genes, que explica o al menos ayuda a interpretar la memoria transgeneracional del ADN, y su influencia en ciertos desarreglos como el Síndrome de BeckwithWiedemann. Encontré, como producto de dicha investigación, los artículos que te transmito y que he compilado para tu lectura, de un grupo europeo que se dedica al estudio del genoma, y la influencia de la denominada epigenética, en este vasto campo del - en cierto modo- reciente campo de la ciencia. Me pareció muy interesante que esta investigación relacionada con el comportamiento del genoma humano, y por tanto de la explicación material de la vida misma, y del humano, a la final, esté considerando este concepto aristoteliano y muy estudiado y ponderado en la literatura rosacruz heindeliana. Conecta mucho el concepto, desde el punto de vista ontológico, con lo que en otro correo envié, es decir, el ADN y su intimo parentesco con la música. Te dejo con esta lectura que adjunto y quizás aporte un poco en la búsqueda de más claridad en tu estupenda labor en favor del conocimiento y el alivio del dolor humano.

¿Qué es la epigenética? A menudo se atribuye a Conrad Waddington (1905-1975) la acuñación del término “epigenética” en el año 1942 como “la rama de la biología que estudia las interacciones causales entre los genes y sus productos que dan lugar al fenotipo”. Las primeras apariciones de la epigenética en la literatura datan de mediados del siglo XIX, aunque los orígenes del concepto pueden encontrarse ya en Aristóteles (384-322 AC). Aristóteles creía en la Epigénesis: el desarrollo de la forma orgánica del individuo a partir de materia amorfa. Esta controvertida creencia fue el principal argumento en contra de la hipótesis que mantenía que nos desarrollamos a partir de cuerpos minúsculos completamente formados. Incluso hoy día, aún no existe un consenso universal acerca de hasta qué punto estamos preprogramados o modelados por el ambiente. El campo de la epigenética ha surgido como un puente entre las influencias genéticas y ambientales. En el siglo XXI, la definición más comúnmente encontrada del término epigenética es “el estudio de


cambios heredables en la función génica que se producen sin un cambio en la secuencia del ADN”. Pero, ¿qué tienen que decir los científicos que investigan dentro de este campo en rápida expansión? ”La epigenética siempre ha sido todas las cosas extrañas y maravillosas que no pueden ser explicadas por la genética.” Denise Barlow (Viena, Austria) “El ADN no es más que una cinta que almacena información, pero no hay manera de sacar provecho de esta información sin un aparato para su reproducción. La epigenética se interesa por el reproductor de cintas.” Bryan Turner (Birmingham, RU) “Recurriendo a un símil informático, yo diría que el disco duro es como el ADN, y los programas de software son como el epigenoma. Es posible acceder a cierta información del disco duro con la utilización de los programas del ordenador. Pero existen ciertas áreas protegidas por contraseñas y otras no (abiertas). Yo diría que estamos intentando entender por qué existen contraseñas para ciertas regiones y por qué otras regiones están abiertas.”Jörn Walter (Saarland, Alemania) “Existen cerca de 2 metros de ADN en el interior de un núcleo de unas pocas micras. Estamos intentando entender los mecanismos que permiten el acceso al ADN dado el minúsculo volumen del núcleo.” Gunter Reuter (Halle, Alemania) “La gestión de la información dentro del núcleo se traduce en que parte de la información genética se encuentra apiñada dentro del genoma, mientras que, por otro lado, existe información que necesita estar disponible y activa de forma continua, como los llamados genes de mantenimiento (housekeeping), por ejemplo. Por tanto, la epigenética puede compararse a la gestión de los papeles en una casa: no es razonable almacenar en un lugar poco accesible aquello que se va a necesitar muy a menudo, pero los viejos documentos del colegio pueden quedarse guardados en cajas en el trastero.”Peter Becker (Munich, Alemania) “La diferencia entre genética y epigenética probablemente puede compararse con la diferencia que existe entre escribir y leer un libro. Una vez que el libro ha sido escrito, el texto (los genes o la información almacenada en el ADN) será el mismo en todas las copias que se distribuyan entre los lectores. Sin embargo, cada lector podría


interpretar la historia del libro de una forma ligeramente diferente, con sus diferentes emociones y proyecciones que pueden ir cambiando a medida que se desarrollan los capítulos. De una forma muy similar, la epigenética permitiría diferentes interpretaciones de un molde fijo (el libro o código genético) y resultaría en diferentes lecturas, dependiendo de las condiciones variables en las que se interprete el molde.” Thomas Jenuwein (Viena, Austria)

¿Epigen-ética? Con el advenimiento de cualquier nueva tecnología, la sociedad debe recelar de sus posibles malos usos, especialmente cuando hablamos de potentes tecnologías que podrían alterar el mundo tal y como lo conocemos hoy día. La epigenética nos ofrece la posibilidad de reprogramar el genoma sin necesidad de modificar el material genético. Este nuevo conocimiento es la base de tecnologías como la clonación y la aplicación de terapias basadas en células madre, ambas objeto de una considerable controversia, pero que ofrecen un gran potencial para hacer el bien si se encuentran en las manos apropiadas. De hecho, la legislación europea que regula la investigación en clonación y células madre embrionarias de humanos restringe en gran medida las posibilidades de una mala utilización. Esto es lo que nos dicen los científicos: “La investigación con células madre podría sentar las bases para el descubrimiento de nuevos agentes terapéuticos que podrían curar o incluso prevenir algunas de las enfermedades humanas más debilitantes. Debemos decidir de forma colectiva si estas investigaciones están justificadas porque, al menos de momento, es necesario utilizar embriones en etapas muy tempranas del desarrollo para crear células madre para su uso en investigación. ¿Debemos cerrar la puerta a esta oportunidad única que podría revolucionar el tratamiento de diversas enfermedades, incluyendo el cáncer, o debemos abordar esta cuestión de forma consciente, utilizando directrices éticas apropiadas con normas claras que nos permitan avanzar? Los científicos no tienen todas las respuestas, pero sin más investigación, nunca sabremos qué avances médicos son posibles, ni cuáles podrían incluso hacer posible en el futuro la generación de células madre directamente a partir de células adultas, sin la utilización de embriones.”Azim Surani (Cambridge, RU) “Un día hablé con mi peluquera sobre mi trabajo con ranas transgénicas. Después de escucharme, me dijo „Qué vergüenza. No deberías hacer eso. Dios creó a la rana para que fuera tal y como es, y tú no deberías intentar


cambiarla‟. En el otro extremo, mucha gente cree que la investigación en clonación humana y con células madre puede hacer maravillas. No hay duda de que las células madre tienen un gran potencial terapéutico. Sin embargo, aún nos queda algún camino que recorrer antes de que entendamos completamente cómo funciona el genoma.” Irina Stancheva (Edimburgo, RU) El viejo dilema entre herencia y ambiente nos plantea la pregunta de hasta qué punto afectan al desarrollo y a los perfiles personales de individuos específicos la determinación genética frente a las señales recibidas del ambiente. Gracias a la investigación epigenética, ahora sabemos que existen mecanismos que van más allá del determinismo genético (no existe el “diseño inteligente”) y esto nos otorga la libertad de vivir como verdaderos seres individuales. El mejor ejemplo lo constituyen los gemelos genéticamente idénticos que pueden desarrollar diferentes perfiles de enfermedades y proyecciones de vida. Por tanto, „somos más que la suma de nuestros genes‟, y es probable que la investigación epigenética tenga un impacto significativo en los valores culturales y éticos en nuestra sociedad „post-genómica‟.” Thomas Jenuwein (Viena, Austria) “Uno nunca sabe a dónde conducirá la investigación básica. Einstein predijo que era posible fabricar una bomba atómica. No le gustaba, pero predijo que era posible y una vez que se dispuso de los conocimientos necesarios no pudo parar su fabricación. Creo que nuestro deber como científicos es mantener a la gente informada de lo que es posible y lo que no. Pero no estoy seguro de que sea nuestra la decisión definitiva sobre cómo utilizar el conocimiento,; sigue siendo una responsabilidad de la sociedad en su conjunto. El problema es que la política y la opinión pública siempre se encuentran unos 5 años a la zaga en estos asuntos. Formalmente, cada pieza de ADN extraño que insertamos en cualquier organismo, sea éste una bacteria o una mosca del vinagre, requiere un permiso.” Bas van Steensel (Amsterdam, Países Bajos)


¿Cómo modela la vida la

epigenética?

Representación pictórica de la cromatina encargada por Geneviève Almouzni. Los pares de bases (en amarillo) se acoplan a lo largo de la columna vertebral del ADN (en rosa), que a su vez se enrosca íntimamente alrededor de las proteínas histónicas (en azul y blanco) para formar los cromosomas (en rojo) dentro del núcleo Dibujo de Nicolas Bouvier

"Es tentador preguntarse si esta cadena retorcida de azúcares con cuentas de bases púricas y pirimidínicas no será, de hecho, Dios." James Watson Han pasado más de 50 años desde que Watson y Crick publicaran por primera vez la estructura tridimensional de doble hélice del ADN. Debido a que la teoría evolutiva de Darwin está tan extendida hoy día, el descubrimiento de que las características hereditarias están codificadas en el ADN se ha hecho muy popular. Cuando Crick falleció, la gran atención recibida por parte de los medios de comunicación fue una indicación de la gran aceptación de estos conceptos en esferas que van más allá de la comunidad científica. Sin embargo, ahora nos estamos empezando a dar cuenta de que las teorías de la evolución centradas en los genes tienen un alcance limitado. Al igual que una compleja partitura musical, sin una orquesta de células (intérpretes) y epigenotipos (instrumentos) que lo expresen, el contenido genético es algo inerte. La ciencia está revelando ahora cómo se interpreta nuestra partitura genética, y parece que la ejecución de esta partitura puede cambiar de forma drástica entre generaciones sin que se altere la secuencia del ADN. El campo de la epigenética intenta determinar cómo afectan a la función genómica los mecanismos que regulan la manera en que los genes son procesados. Los factores epigenéticos incluyen tanto patrones espaciales, como la organización espacial del ADN alrededor de las proteínas histónicas (cromatina), como la marcación bioquímica. Existen cientos de clases diferentes de células en nuestro cuerpo. Aunque todas las células derivan del mismo punto de partida, las características de una neurona son muy diferentes de las de una célula del hígado. En un genoma como el humano, con más de 30.000 genes, la importancia del silencio, como ocurre en cualquier interpretación orquestal, no debe ser


subestimada. A medida que las células se desarrollan, su destino está gobernado por el uso y silenciamiento selectivo de genes. Este proceso está sujeto a los factores epigenéticos. Los patrones de metilación del ADN desempeñan un papel en todo tipo de fenómenos en los que los genes son activados o desactivados, desde la mancha de color morado en el pétalo de una petunia al crecimiento de los tumores cancerosos. Los fallos en el silenciamiento de genes pueden producir peligrosas cacofonías. Cuando la metilación del ADN es demasiado escasa, la organización de la cromatina puede verse alterada. Esto, a su vez, afecta a qué genes son silenciados después de la división celular. Cuando, por el contrario, la metilación es excesiva, el trabajo de protección llevado a cabo por los genes supresores de tumores y los genes reparadores del ADN puede perderse. Este tipo de epimutaciones han sido observadas en una amplia variedad de cánceres. Gracias a esta información epigenética están apareciendo nuevas vías terapéuticas para la exploración. La epigenética proporciona también un medio por el que el material genético puede responder a las cambiantes condiciones ambientales. Aunque las plantas no tienen sistema nervioso ni cerebro, sus células tienen la habilidad de memorizar los cambios estacionales. En algunas especies bianuales, esta habilidad está ligada a su capacidad para florecer en la primavera, cuando se detectan temperaturas ambientales más altas. Diversas investigaciones han demostrado que la exposición al frío durante el invierno dispara cambios estructurales en la cromatina que silencian los genes de la floración en algunas especies de berros. Estos genes se reactivan durante la primavera, cuando los días más largos y las temperaturas más altas son más conducentes a la reproducción. El ambiente puede también inducir cambios epigenéticos que afecten a generaciones futuras. Recientes estudios de laboratorio con ratones consanguíneos han demostrado cómo cambios en su dieta podrían afectar a su descendencia. Su pelaje puede ser marrón, amarillo o moteado, dependiendo de cómo se metile el gen “agouti” durante el crecimiento embrionario. Cuando se alimentó a algunas hembras preñadas con suplementos ricos en metilo, como el ácido fólico y la vitamina B12, su descendencia desarrolló principalmente pelaje marrón. La mayoría de los bebés de los ratones control (que no habían recibido los suplementos) tuvieron pelaje amarillo. De la misma forma que un director de orquesta controla la dinámica de una interpretación sinfónica, los factores epigenéticos dirigen la interpretación del ADN dentro de cada célula viviente. El entendimiento de estos factores podría revolucionar la biología evolutiva y del desarrollo, y afectar así a prácticas de áreas tan diversas como la


medicina o la agricultura. Para responder a Watson, “El alfabeto genético es más parecido a la palabra de Dios, y su traducción a su mano”. ______________________________________________________________

El gato calico El minino clonado con dos mamás A nuestra última gata le puse el nombre de la famosa cerveza negra irlandesa, ya que su pelo moteado me recordaba a una jarra de Guinness recién servida. Si me sobraran 25.000 libras, y Guinness todavía estuviese viva, es posible que me planteara hacer que la clonaran. Pero probablemente terminaría un poco molesto con mi nueva minina, ya que es improbable que se pareciera a mi adorada gatita. El primer gato clonado, Carbon Copy (copia de papel carbón), fue creado en Tejas a partir de un gato tricolor (o calico), como Guinness. Pero, a pesar de tener el ADN idéntico al de su “madre” genética, Rainbow, resultó que el gatito no era realmente una “copia de papel carbón”. Esto se puede explicar en parte por un fenómeno epigenético conocido como inactivación X. Los gatos calico son siempre hembras, lo que significa que tienen dos cromosomas X en todas las células. El gen para el pelaje naranja está localizado en el cromosoma X, pero existe otra versión (alelo) de este gen que resulta en pelo negro. En las gatas (XX), uno de los cromosomas X queda inactivado en todas y cada una de las células, de manera que si una hembra hereda los dos alelos (naranja y negro), su pelaje exhibirá parches de ambos colores. El proceso de inactivación se produce al azar, por lo que la clonación de un gato calico nunca resultará en el mismo patrón. Carbon Copy, fue creada a partir de un óvulo al que se intercambió el núcleo con uno de Rainbow. Aunque la célula a partir de la que fue clonada Carbon Copy tenía un cromosoma X inactivo, el programa de desarrollo reactiva ambos cromosomas X y el proceso de inactivación vuelve a producirse de forma aleatoria. Esto resulta en un patrón de pelaje completamente diferente, incluso cuando dos individuos son genéticamente idénticos. El puñado de millonarios que han almacenado las células de sus preciadas mascotas pueden estar pagando demasiado por un animal sin garantía alguna de ser igual. En vez de pagar más de 400 libras por el


privilegio, las 50 libras anuales por su conservación, más una exorbitante suma por la clonación una vez que su mascota estire la pata, quizás se les debería convencer para que adopten uno de los muchos millones de mascotas abandonadas que, de no ser así, serán sacrificadas.

Mamá dice: ¡Silencio! La combinación del ADN de grandes felinos produce resultados sorprendentes dependiendo de quienes sean papá y mamá. Las diferencias entre los llamados ligres y tigones apuntan a que los mismos genes pueden comportarse de forma muy diferente dependiendo de su origen. Algunos genes son pasados de forma silenciosa. Los científicos siguen de cerca la pista de estos genes silenciosos que heredamos de nuestros padres. Informa Brona McVittie. Los machos de león se encuentran entre los mamíferos más activos sexualmente. Se sabe que en cautividad pueden llegar a montar a tigresas. El ligre resultante sobrepasa a menudo los tres metros y medio de longitud y dobla en peso a sus padres, haciendo que éstos parezcan lindos gatitos. Por el contrario, si se cruza un tigre con una leona, el tigón resultante es considerablemente más pequeño. ¿Qué es lo que hace que los ligres sean tan grandes y los tigones tan pequeños? Si un tigre y un león se cruzan, ¿por qué debería importar quien es el papá y quién la mamá? ¿No aprendimos en las clases de biología que la contribución genética de ambos progenitores era igual? Podemos encontrar efectos similares cuando se cruza un caballo con un burro. La mula resultante de un cruce entre una yegua y un burro es visiblemente diferente de la mula nacida de una burra y un caballo. Está claro que los padres pueden tener influencias diferentes en cómo funcionan los genes. El dogma de la era genética está atravesando una silenciosa revolución. Estamos empezando a pensar menos en términos de secuencias de genes y más en términos de cómo se comportan estos genes en el contexto de su ambiente. Bryan Turner (University of Birmingham, RU) cree que el genoma es un poco como un disco. No lo oímos todo al mismo tiempo. Los controles del aparato de música nos permiten escuchar distintas canciones, y subir el volumen a nuestra conveniencia. A medida que nos


desarrollamos, partes selectas del genoma (los genes) son interpretadas a diferente volumen en respuesta a claves ambientales. Cuando se producen espermatozoides y óvulos, los controles del volumen vuelven a su valor inicial. Cuando las células sexuales se fusionan y dos genomas se convierten en uno, se produce una gran reprogramación en el óvulo, en cuyo núcleo fertilizado se empaquetan dos metros de ADN en un minúsculo reino de tan solo unas pocas millonésimas de metro de ancho.

Como un DJ (el síndrome de Beckwith-Wiedemann) Como si fuera un DJ, la vida combina los discos genéticos de nuestros padres y reconfigura los controles de la mesa de mezclas. Pero mamá y papá no están siempre de acuerdo en el volumen. De forma similar a cómo los padres desempeñan papeles diferentes en nuestra vida a medida que crecemos, sus genes desempeñan diferentes papeles durante nuestro desarrollo dentro del útero. Algunos genes son siempre silenciosos cuando vienen de mamá, viniendo de papá la copia activa. Sin embargo, también tenemos genes silenciosos que vienen de papá, y en esos casos la copia de mamá es interpretada al máximo volumen. Varios de estos genes intervienen en la determinación de la forma en que los bebés crecen y se desarrollan. Curiosamente, parece que papá inactiva genes que restringirían nuestro crecimiento, mientras que mamá compensa inactivando genes que promueven el crecimiento. Hasta ahora se han descrito unos 80 genes de este tipo en mamíferos y, aunque constituyen menos del 1 % del genoma humano, sus efectos se dejan sentir poderosamente. Como ejemplo, tomemos el gen IGF2, que fabrica una proteína implicada en el desarrollo embrionario. Este factor promotor del crecimiento es silenciado por las hembras cuando éstas producen óvulos; mamá siempre nos pasa una copia silenciosa. Experimentos con ratones han demostrado que los bebés nacen mucho más grandes cuando el gen IGF2 de mamá no es silenciado. Dosis muy altas de esta proteína producen la muerte de los embriones en desarrollo en el útero. En los humanos, un fallo en la herencia de una copia silenciosa de IGF2 causa el síndrome de Beckwith-Wiedemann. Los bebés que sufren este trastorno tienen un peso dos veces mayor de lo normal. Esto supone un riesgo de aborto, aunque gracias a las modernas técnicas médicas la mayoría de los bebés pueden sobrevivir con esta enfermedad. Al igual que los ligres, sin embargo, estos individuos tienen una longevidad reducida. Si el gen IGF2 de mamá escapa al silenciamiento, pueden producirse también ciertos tipos de cáncer. Este es el mayor riesgo para los niños con el síndrome de Beckwith-Wiedemann.


Quizás la observación más desconcertante sobre los genes IGF2 de nuestros padres es que tienen secuencias de ADN idénticas, a pesar de que una de ellas esté inactivada. Una inspección más detallada ha revelado que existen sutiles diferencias que van más allá de la secuencia de ADN de los genes activos y silenciosos. Difieren en la manera en que el ADN cercano está metilado. Esto afecta a qué proteínas pueden unirse al ADN y activar los genes. El gen IGF2 de mamá (no metilado) es silenciado por una proteína represora que se une al ADN. El cromosoma de papá es metilado en una zona próxima al gen IGF2, lo que evita que el represor se una y pueda desactivar la copia de papá. El metilo es una molécula muy simple que participa en muchos procesos biológicos. Adrian Bird (University of Edinburgh, RU) y otros científicos reconocen la importancia de esta pequeña colección de átomos en el silenciamiento del ADN. Sin embargo, los genes silenciosos no son una cuestión sencilla. Existe una variedad de medios para juguetear con los controles de volumen de nuestro ADN. Se produce una gran intercomunicación entre los principales actores en el silenciamiento de genes: la metilación del ADN, los nucleosomas y el ARN (ver Lo que dice Neil). Estas características epigenéticas facilitan el diálogo entre el ambiente y nuestro cableado genético.

Cáncer y epigenética

Cáncer El cáncer afecta a todo el mundo: joven o viejo, rico o pobre. Más de una décima parte de todas las muertes producidas en el año 2000 fueron causadas por tumores malignos. Incluso si a usted nunca le diagnostican un cáncer, sin duda conoce a alguien que lo tiene o lo tendrá. Hace un par de años la Organización Mundial de la Salud estimó que para el año 2020 las tasas de cáncer se habrán duplicado y la enfermedad afectará a 15 millones de personas en todo el mundo. Y qué hay de una cura? La búsqueda de una “cura” se ve complicada por el hecho de que el cáncer no es una única enfermedad, sino un término genérico que incluye una gran variedad de trastornos. Existen más de cien clases diferentes de cáncer, siendo el de pulmón el más común. Pero incluso cuando nos restringimos a un sólo tipo específico de cáncer, la variedad existente en las causas y patologías de esta enfermedad es abrumadora. Ni que decir tiene que una cura global para el cáncer continúa siendo un objetivo lejano.


Por el lado positivo, hay que decir que actualmente sabemos mucho más sobre los cánceres y sus causas potenciales. Muchos de nosotros hemos hecho cambios en nuestro estilo de vida gracias a este conocimiento porque ahora nos damos cuenta de que la cura no es la respuesta. Los servicios de salud tienen actualmente programas de detección precoz para el cáncer de mama., de útero o de colon. Como consecuencia, los pacientes ahora son diagnosticados en etapas mucho más tempranas de la enfermedad, y es mucho más probable que se beneficien del tratamiento. Aún así, los tratamientos disponibles podrían mejorarse. Como ejemplo, hablemos del cáncer de próstata. Existe una gran variabilidad entre los pacientes y aún no contamos con ningún método que permita evaluar de forma fácil y rápida cuál es el tratamiento más indicado para cada paciente. Un hombre con un cáncer de puntuación baja según las medidas del sistema Gleason, podría aún así desarrollar un tumor agresivo más adelante. ¿Deberían los médicos confiar en el índice Gleason para decidir el alcance y la duración de la quimioterapia? Probablemente no, pero las opciones que existen actualmente son limitadas. Afortunadamente, ahora podemos contar con la ayuda de la epigenética para diagnosticar el cáncer. Las enzimas que modifican las histonas se comportan de forma diferente a medida que avanzan los tumores de próstata. Los científicos pueden obtener información muy útil observando la forma en que las colas de las histonas han sido modificadas en los tumores de diferentes pacientes. Aparentemente, los patrones globales de modificación de las histonas pueden servir como un indicador del curso futuro de la enfermedad. Esta caracterización de los perfiles epigenéticos de los cánceres, conjuntamente con nuestro conocimiento de las mutaciones de riesgo, debería sentar las bases para la generalización del tratamiento personalizado del cáncer.

Dieta y descendientes Aún no está claro hasta qué punto son heredables las características epigenéticas, pero cada vez tenemos más claro cómo se establecen. Si tomamos la metilación del ADN como un ejemplo, tales adornos pueden ser el resultado de lo que mamá comió cuando estaba embarazada. Experimentos con ratones agutí han demostrado que una alimentación con suplementos ricos en metilo en hembras preñadas puede afectar a los ajustes de los controles de volumen en su descendencia. La demostración de que los nutrientes pueden afectar directamente al ADN es algo relativamente reciente. Aunque aún no sabemos mucho sobre cómo el silenciamiento de genes es modelado por el ambiente, existen cada vez más pruebas de que las alteraciones a la metilación del


ADN durante el desarrollo pueden causar una variedad de problemas de salud que van desde el cáncer a la esquizofrenia. Sin duda, la mayor implicación de estas características epigenéticas heredables es la influencia que nuestra dieta puede tener en hijos y nietos. NOTA FINAL DE JOSE MEJIA: ¡QUÉ ENORME AVANCE EN LA COMPRENSION Y DESARROLLO DE TODAS ESTAS INTERROGANTES CIENTÍFICAS SE DARÍA EN LA CIENCIA Y EN TODOS LOS OTROS CAMPOS DEL CONOCIMIENTO HUMANO, SI SE ACEPTARA COMO “HIPÓTESIS” AL MENOS, LA REENCARNACIÓN Y LA LEY DE LA RETRIBUCIÓN! EN LA FILOSOFÍA ROSACRUZ, SIEMPRE SE HABLÓ DE LA EPIGÉNESIS COMO EL TERCER FACTOR QUE EXPLICA LA EVOLUCIÓN Y POR FIN LA CULTURA MÉDICA ESTÁ COMENZANDO A TOMAR EN CUENTA ESTE FACTOR FUNDAMENTAL GENERATRIZ DE COMBINACIONES “NUEVAS” DENTRO DE LA FRIA INTERPRETACIÓN MERAMENTE QUÍMICA Y BIOLÓGICA DEL MISTERIO DE LA VIDA. 23-08-09


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