UNA EPISTOLA Y LA MÚSICA. Hijo querido: Me siento muy feliz y te felicito de todo corazón por tu nueva conquista en aquella búsqueda de lo bello y de lo perfecto y de que ese "cisne salvaje" tuyo vaya plácidamente siendo domeñado por la constancia y el sacrificio interior. El cisne es y será el símbolo místico de los iniciados verdaderos y se hace vívido cuando el ego superior se enseñorea sobre la tosca materia y vuela en cielos etéreos hacia el infinito desde precisamente, las tres dimensiones corpóreas. Sobre ello, te comparto una reflexión que un amigo mío de Madrid, hace sobre la obra Lohengrin de Richard Wagner y sobre el significado esotérico del cisne blanco. “El cisne -ya lo vimos en Parsifal al comprobar la desolación de los caballeros cuando el joven recién llegado mata con su flecha a uno