Libro JERSA

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Fotografía: Jorge Carlos Álvarez • Textos: María Clara De Greiff • Fotos históricas: Carlos J. Álvarez N.



“La ciencia puede divertirnos y fascinarnos, pero es la ingeniería la que cambia el mundo.” Isaac Asimov 1920-1992 / Escritor y científico estadounidense





El Jersa de Hoy a 45 Años de su Nacimiento Hay proyectos que nacen del sueño, se vislumbran desde el espacio onírico, ahí se construyen, se acarician, se aterrizan y se moldean hasta que toman forma. Jersa en cambio es un evento de la casualidad. Jersa nace de pronto, como por un azar del destino. En las propias palabras de uno de sus creadores, el Ingeniero Vázquez Lombera: “hicimos una compañía sin tener nada, sobre la marcha se forjó Jersa, quizá como casualidad del destino.”



Mucho antes de su alumbramiento, Jersa esbozaba ya sus primeros guiños. Y es que cada empresa, cada negocio, cada proyecto tiene una historia paralela que se construye de fábulas, misterios, azares, golpes de suerte, y en el caso de Jersa su periodo de gestación, se acompaña de pequeños y mágicos sucesos.


Ing. Juan Vázquez en su oficina durante la década de los 90’s


El Ingeniero Juan Vázquez Lombera oriundo de Progreso de Obregón, en el estado de Hidalgo, desde que era niño en improvisados talleres caseros, herencia del padre, construía modelitos de maquinarias agrícolas a pequeña escala; tractores de latón y fierro, implementos agrícolas y rastras hechas de alambrón y fierro. La observación y la curiosidad se transformaban en arte. En propia voz del Ingeniero Vázquez “todo nace del poder de la observación, la observación es la base de los grandes descubrimientos.”



Posteriormente, el joven Vázquez Lombera se trasladaría a ciudad de México para estudiar en la Escuela Vocacional de Ingeniería Mecánica y Eléctrica. En 1959, Vázquez Lombera concursó con un prototipo de tractor marca “Allis Chalmer” con el que obtuvo el primer lugar en el certamen de Artes Manuales convocado por la Ford Motor Company. La inquietud en visos de arte abrió vuelo en otros modelos como el Ford Coupé, de 1930, con palanca de velocidades que se acciona, enciende luces y funciona hasta el día de hoy.



El Ingeniero Vázquez Lombera emprendió entonces su carrera en varias empresas en áreas de ingeniería de diseño; Diesel Nacional de Ciudad Sahagún, SF de México y Ford Motor entre otras, hasta el nacimiento de Jersa que ocurrió el 31 de octubre 1972, en Cuautitlán Izcalli Estado de México. Jersa nació sin proyecto, sin nombre. Nació bajo la premura de un pedido de Campbells. Nació pues bajo la urgencia, como un hijo que no llega a término, nació de la nada; “Campbells nos hizo un pedido, un primer depósito y nosotros no teníamos ni siquiera nombre.”



Jersa es el hijo predilecto de dos visionarios, de un padre inventor, cerebro inagotable y de una madre que personifica la templanza, el empeño y la estructura. Organización y orden ejemplifican a Armida Pérez Martínez el otro cerebro motor de Jersa.


Panorรกmica de Cuautitlรกn Izcalli en 1975


Nació Jersa como por descuido de los Dioses en el verde Cuautitlán Izcalli, que un año antes, en 1971, se había fundado como municipio del Estado de México con la esperanza y la visión de convertirse en ciudad modelo de urbanismo, en contraste con el desmesurado y vertiginoso crecimiento de la Ciudad de México.


Paseo de las Esculturas de Cuautitlรกn Izcalli


Nació Jersa dentro de un sueño de ciudad conurbada, con un exquisito sentido estético y de riqueza en su terreno, zonas verdes, arborizadas, habitacionales y comerciales minuciosamente planeada como una ciudad de vanguardia, una ciudad integrada por zonas perfectamente trazadas, definidas, pensadas. Por así decirlo nació Jersa orgullosamente en cuna de oro, en un escenario de armonía entre pulmones naturales y corazones industriales, nació pues en el lugar idóneo, en Cuautitlán Izcalli “tu casa entre los árboles”. Nació Jersa con tres empleados y dos medias naranjas y cerebros multifacéticos: el Ingeniero Juan Vázquez Lombera y su esposa Armida Pérez Martínez.



Desde su nacimiento Jersa transitó caminos de logros y peldaños, consolidándose día a día en el diseño de equipos, maquinaria y líneas completas de producción. Siempre a partir de la necesidad del otro, no en vano las atinadas palabras Rubén González Pfeiffer Gerente General y de Operaciones. “Jersa es una compañía de soluciones, nosotros generamos soluciones.” Pero más aún, desde la visión de uno de sus creadores el Ingeniero Vázquez Lombera “Las patentes surgen por una necesidad. Hay que estar atentos para detectar las necesidades, lo que sigue entonces es el invento. Todo inventor tiene el poder de la observación.”



Desde el primer asomo de Jersa al mundo industrial, ésta se concibe desde el poder de la observación, la fuerza de la mirada como eje central de creatividad y solución a las necesidades del otro. Una mirada integral para visualizar cada uno de los procesos, para comprender el minucioso engranaje de la producción, la solución a problemas reales, el compromiso humano y social, el arte del ensamble y de la satisfacción de las necesidades del otro. El arte de la suma de esfuerzos como una especie de arte colectivo. Citando nuevamente al Ingeniero Vázquez Lombera: “En Jersa ejercitamos diariamente un acto de fé, de certeza, es decir, “yo puedo”, así salen las cosas adelante. Empeño. Los emprendedores son observadores inquietos.”














“Jersa es una compañía de soluciones, nosotros generamos soluciones” Ing. Rubén González Pfeiffer




“Jersa es maquinaria estilo sastre: ¿Qué quieres? Te lo hago a la medida. Los desafíos de no hacer maquinaria en serie.” Ing. Juan Vázquez





Jersa, Responsabilidad Familiar, Compromiso Social Jersa, polifacética como sus hacedores, con el poder de la observación como punto de partida, ha consolidado su compromiso social. El valor de la familia es desde los inicios de Jersa un leit-motiv que ha caminado en paralelo y de la mano con cada uno de sus logros empresariales. Ante la dicotomía de ¿La familia o el trabajo? el Ingeniero Vázquez Lombera hace hincapié en la importancia de ambas. “Las dos son primordiales”, dice, “uno depende del otro, integridad en cada uno. Tiempo de calidad en cada espacio es la clave para la armonía entre ambos.” Y es que Jersa ha recorrido caminos rugosos pero nunca ha pasado por alto el compromiso y la responsabilidad social como motor de desarrollo para las comunidades al crear soluciones.


Para Jersa el compromiso social es fundamental, la honorabilidad. Como acertadamente dice su progenitor “No traicionar la confianza de los trabajadores. Unión y fuerza en lealtad para el beneficio de todos, defender la fuerza laboral. Hay que saber ser buen amigo del trabajador pero también conservar el don de mando, exigir. Si el patrón se rodea de gente no buena y no capacitada, la empresa no tiene progreso. El aspecto humano es prioritario. Hay que saber trazar una línea entre el trabajo y la familia. Dedicarse de cuerpo entero a cada uno sin descuidarlos, sin combinarlos.”




Jersa ha apoyado la capacitación de sus empleados, ha otorgado becas de estudio a familiares de sus trabajadores, ha mantenido siempre en alto el valor de educación como arte de transformación. En el año 2003, el Ingeniero Vázquez Lombera junto con sus hijos fundaron el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico (CIDETEJ) enfocado en el desarrollo, la mejora e innovación de productos y procesos. El CIDETEJ capacita capital humano en áreas de ingeniería a la vez que desarrolla metodologías y herramientas para optimizar la gestión tecnológica y otorgar mayor valor agregado a procesos que fortalezcan la rentabilidad de su maquinaria por medio de procesos competitivos primordialmente en la industria alimenticia, que a su vez fomenten el desarrollo de unidades nuevas de negocio. Ejemplo de ello es el desarrollo de equipos de soporte terrestre para la industria aeroportuaria, que llevó a cabo junto a su hija Angélica Vázquez Pérez.


En la actualidad Jersa se moldea y se forja desafiando los retos de la modernidad, la tecnología, y la ciencia. El Jersa del siglo XXI es el resultado de la solidaridad, la tenacidad y el recorrido de caminos mansos y sinuosos, travesías todas que la han afianzado en lo que hoy día es; una empresa auténticamente mexicana que desempeña un rol prioritario en la industria alimentaria del país. Jersa cuenta con un extenso portafolio de más de 250 equipos con sus variedades y modelos además de una sólida cartera de clientes, empresas de renombre como La Costeña, Jumex, Jugos del Valle (Coca-Cola), Herdez, Nestlé, Empacadora San Marcos, Kellogg’s y la Morena. En Pymes, la contribución del Ingeniero Juan Vázquez Lombera ha dejado huella no sólo como proveedor de equipo sino además como asesor y consultor de ingeniería en procesos de diseño, instalación y capacitación.




Al día de hoy, tras más de 45 años de existencia Jersa ha fabricado más de 18 mil máquinas neta y orgullosamente mexicanas. En Jersa se han desarrollado más de 70 plantas para la industria alimentaria y un sinfín de máquinas para procesos industriales con tecnología y diseños propios. Con alto grado de automatización y vanguardia en cada proceso. Sentido ético es Jersa, responsabilidad y compromiso social la caracterizan.


Si hay una palabra que define la labor del Ingeniero Vázquez Lombera en sus más de 50 años de trayectoria, ésta es integridad. Atención esmerada en cada uno de los procesos. Desde la docencia en instituciones de nivel superior hasta la asesoría a agricultores que forman sociedades de inversión bajo el apoyo de fondos de gobierno. La maquinaria de Jersa procesa alrededor de 70 diferentes tipos de frutas y vegetales, productos, muchos de ellos para los que la maquinaria extranjera no es accesible dado su origen y carácter único y netamente mexicano como el nopal, la tuna y el chile.












“Hay que Tener Paciencia para Lidiar con las Arbitrariedades del Sistema.â€? Jersa no se detiene, no obstante las vicisitudes y los momentos aciagos, Jersa se ha superado ante las crisis. La familia se ha centrado en sacarla adelante y ha defendido con ahĂ­nco su permanencia. La lealtad de la familia y de sus trabajadores ha jugado un papel primordial en su consolidaciĂłn. Arte de equilibrio.


Jersa es ensamble como arte de transformación, autonomía, retos del día a día, trabajo ajeno a la rutina y al quehacer mecánico, continuidad a la par del progreso. Bajo la mirada del Ingeniero Vázquez Lombera, Premio Nacional en Ciencias Artes y Tecnología, la Jersa de este siglo es una empresa que no se resiste al cambio, se renueva y abre sus brazos a la innovación, al crecimiento y a la continuidad, “Yo sigo caminando a la par, como el observador innato que siempre he sido, augurándole continuidad. Veo el entusiasmo de mis hijos y me enorgullezco de la nueva energía que transmiten. Sangre nueva. La continuidad de la empresa es un desafío, pero la disposición es muy poderosa.”





“Fusión de metales que se transforman en arte.” Ing. Juan Vázquez




“Mis clientes me pedían que les copiara máquinas, y yo las imitaba y las superaba como la llenadora de cilindros, la hice acá, pero le quité 600 piezas a cambio de 20 y funcionó mejor.” Ing. Juan Vázquez


“Jersa es lo que México necesita: fabricar bienes de capital que reduzcan la importación de maquinaria” Ing. Juan Vázquez




“Honestidad en todo, ante todo, con los clientes, con los materiales, con cada uno de los procedimientos.â€? Ing. Juan VĂĄzquez


“Jersa es resistencia a la crisis, fuerza de familia” Ing. Juan Vázquez




“La observación me ha llevado hasta donde estoy.” Ing. Juan Vázquez


“Jersa siempre abierta al cambio, no se resiste al cambio” Ing. Juan Vázquez






Agradecimiento de los Editores:

Al Ingeniero Juan Vázquez y su admirable esposa Armida Pérez, a Leticia Vázquez y Sergio Villaseñor por su visión y dirección que hicieron posible este libro, a la familia Vázquez Pérez por su unión y fortaleza, a Rubén González Pfeiffer y particularmente todo el amable y entusiasta equipo de trabajadores de JERSA, por su apoyo total en la realización de este testimonio editorial.



Dirección editorial, diseño y fotografía:

Investigación y textos:

Fotografía histórica:

Encuadernación artesanal:

Jorge Carlos Álvarez Díaz María Clara De Greiff Lara Carlos Jorge Álvarez Navarro Fernando Luna Villela

Primera Edición, Año 2017 Impreso en México locomotora.mx

Derechos Reservados

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Desde el primer asomo de Jersa al mundo industrial en 1972, ésta se concibió a partir del poder de la observación, el ímpetu de la mirada como eje central de creatividad y solución a las necesidades del otro.

Hoy día en el 45 aniversario de su existencia Jersa ha fabricado más de 18 mil máquinas neta y orgullosamente mexicanas para la industria alimentaria, con tecnología y diseños propios. Todo esto con el más alto grado de automatización y vanguardia en los procesos.

Jersa es sentido ético. Integridad, responsabilidad y compromiso social la definen.

Este libro a manera de homenaje, presenta un recorrido de la trayectoria histórica de Jersa, ilustrado con una exquisita narrativa visual y un trabajo de calidad en lenguaje. Un proyecto editorial que involucra orígenes, historias, momentos, visiones, valores, y las travesías y andanzas de Jersa desde sus inicios hasta el día de hoy, que camina con firmeza hacia el futuro.


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