El arte escultórico de Charlotte Yazbek en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, interpretado a
mediados
y
plasmado de
los
en años
fotografía 1970’s.
Retrato de Charlotte Yazbek con su escultura “Integración”.
Cuautitlán Izcalli
en náhuatl “tu casa entre los árboles” fue
fundada como municipio del Estado de México en el año 1971, y surgió bajo la visión de ser una ciudad modelo de urbanismo, en contraposición al caótico y desmedido crecimiento de la Ciudad de México en aquel entonces ubicada todavía a una distancia aún prudente. Con el sueño de construir una ciudad de éxito, técnicamente planeada y autosuficiente, se estudiaron modelos de ciudades europeas y estadounidenses. Sueño éste con muchos desafíos, porque era imperativo considerar la integración de los territorios industriales, áreas de comercio, zonas residenciales y parques deportivos y recreativos. Todo esto contemplando la riqueza natural del terreno. En el centro de este ambicioso proyecto de ciudad de vanguardia, se definió la presencia de un gran parque y pulmón verde central como espacio fundamental, incluyendo un recorrido escultórico ubicado en las ruinas de la ex-hacienda “La Venta”. Escenario perfecto para humanizar el medio ambiente y presentar una colección escultórica de altura internacional a cargo de la reconocida artista poblana Charlotte Yazbek.
Paralelo a la inauguración de este espacio escultórico único y destinado a convertirse en un patrimonio y emblema de identidad para la ciudad, se consideró la publicación de un libro “oficial” diseñado e impreso por la prestigiada casa editorial Artes de México. Es en este momento donde el arte fotográfico de Carlos Jorge Álvarez Navarro -mi papá-, entra en juego para germinar el testimonio visual, que hoy, a más de 40 años de distancia, atesora un valor sin igual, no sólo por su calidad artística, sino también por su trascendencia como documento histórico. Nuestra familia llegó a vivir en Cuautitlán Izcalli en el año 1974. Mi padre -de treinta y tantos años- se encontraba en un momento de auge profesional, un sólido fotógrafo que día a día se enfrentaba con la lente ávida de transitar todo tipo de espacios. Algunos insospechados como la Presidencia de la República, donde tuvo a su cargo el retrato del mandatario de México, creando por primera vez una imagen oficial de un presidente capaz de dibujar una sonrisa en su rostro. Mi papá, más que fotógrafo apasionado por su trabajo, ha sido un compositor de imágenes, en las que se ha destacado la capacidad de síntesis y la depurada sencillez para presentar sus objetos visuales. Mi papá es un creador de imágenes libres de artificios, ajeno a pretensiones estéticas, un obsesivo perfeccionista, un estudioso del arte de la captura de la luz.
Situándonos a principios de los 70, Carlos Álvarez era un fotógrafo que se había desenvuelto de manera sobresaliente en diversas especialidades del arte de la luz, sobre todo, en el retrato de personalidades, paisajes naturales y urbanos, fotografía industrial y arquitectura. Para Carlos Álvarez, el reto de la fotografía escultórica era algo completamente nuevo y por lo tanto implicaba un gran desafío. La ventaja de la cercanía geográfica al objeto a fotografiar, le permitió a mi papá estudiar el territorio escultórico de manera meticulosa. Tengo aún fresca la imagen de mi papá totalmente inmerso en este proyecto, subiendo y bajando de su pequeño Datsun amarillo, los grandes velices y maletas cargadas de equipo fotográfico que incluían la imponente cámara de fuelle Linhof de 4x5 pulgadas, placas fotosensibles en estuches especiales, rollos, tripiés, accesorios y por supuesto la bellísima cámara Bronica 6x6 con sus respaldos intercambiables. La fotografía actual donde las tecnologías digitales hacen más sencillo el desempeño de quienes operan una cámara, es algo totalmente diferente a la de antes donde la alta complejidad técnica y la precisión quirúrgica que requería la producción de cada fotografía para ser capturada con éxito en placas de gran formato o rollos de formato medio, eran una labor de Titanes.
Más de 40 años han pasado desde la producción de este estudio fotográfico y puedo asegurar que es sin duda uno de los grandes éxitos profesionales en la amplia trayectoria de mi padre. No sólo por su valor técnico o estético y su relevancia histórica, sino porque además, para los habitantes de Cuautitlán Izcalli significa, un sentido de pertenencia y orgullo. En estas representaciones fotográficas sobresale la agudeza visual con la que Carlos Álvarez se aproxima detrás de la cámara a cada una de las piezas escultóricas. Con su arte, mi padre logra integrar a las figuras de bronce con la belleza del paisaje en total armonía. Podemos apreciar desde la mirada en el presente, que ante el implacable paso del tiempo que todo lo transforma, la imágenes son un testimonio gráfico de espacios y acomodos imposibles de recuperar. Las imágenes recreadas por Carlos Álvarez guardan un respeto a la visión conceptual de Yazbek y potencializan su mensaje. He sido testigo, desde que tengo memoria, que a través de estas fotografías, las esculturas encuentran en sus composiciones un poderoso altavoz que les permite incrementar su volumen; un impacto capaz de despertar en los espectadores el imaginario y la fantasía onírica que la autora de las obras de bronce seguramente soñó con compartir con el público.
Bienvenido al “Paseo de las Esculturas”. Siéntase en libertad de recorrer el libro en cualquier orden. Lo invito a dejarlo abierto sobre una mesa en la página o imagen de su preferencia, o al azar con la certeza de que sostiene en sus manos un documento de alto valor histórico y relevancia artística. Espero que este legado fotográfico sea la puerta abierta para sumergirse en fascinación por las artes visuales. Jorge Carlos Álvarez Díaz
Ensoñación
Buscador de pรกjaros
Buscador de pรกjaros
Alcanzando el cielo
Éxtasis
Éxtasis
Concierto a la luna
Concierto a la luna
Concierto a la luna
Forjador de ilusiones
Forjador de ilusiones
Forjador de ilusiones
Forjador de ilusiones
Panorรกmica de la ex-hacienda y el lago.
Integraciรณn
El hombre roto
El hombre roto
El hombre roto
El hombre roto
Comunicaciรณn
Comunicaciรณn
Desencuentro
El Ăşltimo unicornio
El Ăşltimo unicornio
El Ăşltimo unicornio
El Ăşltimo unicornio
Pandora
Pandora
Pandora
Pandora
Fotografía:
Carlos Jorge Álvarez Navarro Concepto, Restauración Digital y Diseño Editorial:
Jorge Carlos Álvarez Díaz Corrección de Estilo:
María Clara de Greiff Encuadernación Artesanal:
Fernando Luna Villela Impresión de Forros:
Eureka Design Agradecimiento editorial a: Luce Díaz, Daría Balcázar, Ricardo Álvarez, Sergio Álvarez, José Luis Cuéllar y Familias Álvarez & Díaz
Primera edición año 2016 Impreso en Saltillo-Coahuila-México en los Talleres de Medio Pliego
Derechos Reservados
El arte escultórico de Charlotte Yazbek en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, interpretado por a
Carlos mediados
y
plasmado Jorge de
en
Álvarez los
años
fotografía Navarro 1970’s.