DOSIER FOTOGRAFÍA PUBLICITARIA
JORGE CLEMENTE CARRIÓN
Fotografía 3º de Diseño Gráfico
Para este trabajo de fotografía publicitaria me ha parecido más interesarte y ambicioso enfocar el ejercicio hacia las campañas de concienciación, en lugar de las que típicamente se enfocan a productos o servicios. Ya que, en general, suelen ser propuestas más audaces y arriesgadas debido a que no pretenden obtener un beneficio económico directo. Buscando el impacto sobre la conciencia del espectador, en este tipo de publicidad prima el concepto, con una lectura no tan directa, que se apoya en el eslogan o logotipo para anclar y cerrar el significado, fomentando una actitud más activa del observador. El primer paso fue aclarar el concepto, el público y el objetivo de campaña: una ong que lucha en contra de la explotación laboral por parte de corporaciones internacionales en países en vías de desarrollo, y que busca hacer notar al ciudadano de a pie su apoyo silencioso a este tipo de malas prácticas al comprar los productos de las corporaciones responsables. Con los bocetos aceptados y una imagen clara para cada formato, me plantee como realizar las fotografías. Me quería basar en la publicidad de “El Corte Inglés”, empresa envuelta en polémica por el derrumbe accidental de una de sus factorías inhumanas del sudeste asiático, ya que su clientela estándar son el público objetivo de esta campaña. Como tantas otras compañías, utilizan la propaganda para alejar el foco de atención de la realidad cruel tras la producción de sus bienes, con imágenes de una vida idealizada de lujo accesible que posibilita el acceso a un estatus social más elevado. Su estética es limpia y clásica, atemporal y relajada, con una tipografía equilibrada y confiable y pocos elementos compositivos.
Mi objetivo era logras unas tomas lo más cercanas al resultado final posible, por lo que tuve en cuenta los espacios necesarios para el logotipo y el eslogan en el encuadre. También había una dificultad añadida al utilizar un proyector para acoplar la forma de código de barras sobre el modelo. La fuente de iluminación era de una coloración verdosa, por lo que la temperatura de color que compensaba la tonalidad de la piel volvía rosa las zonas oscuras. Adicionalmente era una fuente de iluminación poco potente y directa que no permitía la intervención de otros focos lumínicos, por lo que se obtenía sombras duras y poca nitidez. Pero ofrecía una imagen con potencial estético y expresivo, y dado que no necesitaba una fotografía de alta calidad para resaltar un producto, me pareció más importante explotar esta opción. Al disponer de una fuerte planificación previa, la sesión fotográfica fue relativamente rápida y directa, aunque se hizo necesario tomar múltiples tomas idénticas dado a que los tiempos de exposición eran largos y el movimiento podía afectar a la nitidez. Una vez obtenidos los originales, antes de la composición de los carteles, me informé sobre las especificaciones técnicas y formatos con los que trabajaban en el lugar donde iba a realizar la impresión. Se les podía entregar el resultado en archivo TIFF, por lo que no iba a haber pérdida de calidad que se sufre al pasar a PDF (que comprime las imágenes en JPG). También indicaban el perfil de color que utilizaban, adaptado al su papel fotográfico. Este perfil pertenece al software que incluye la maquinaria de impresión, pero no viene en las versiones de usuario de Photoshop.
Me tuve que informar y bajar los perfiles de la página oficial del distribuidor del material fotográfico que utilizaba la tienda (Fujifilm). De los archivos originales RAW exporté copias TIFF con los primeros retoques de exposición y contraste. Con esto cree un documento Photoshop con los ajustes exactos para la impresión (8 bits, 300 ppp, RGB, perfil de color ) y ya pude dedicarme a retocar y componer la imagen planificada. Dado a lo delicada que había sido la iluminación durante las tomas, me interesaba disponer de una visualización en pantalla lo más ajustada posible al resultado final. Lamentablemente, y más con mi falta de experiencia, era complicado tener una idea exacta del resultado final hasta que no se hace una impresión. Y dado que estoy sumergido en el trabajo, desde mi punto de vista resultaba obvio el significado del cartel, pero desconocía como de fácil podía ser la lectura para un observador casual. Con la primera versión presentada del trabajo y gracias a las opiniones externas, pude constatar un problema de comprensión debido principalmente a la composición. Se apreciaba el riesgo y el grado sofisticado de ideas que asociaban el acto de comprar, el código de barras, el crimen y las rejas de una cárcel. La fotografía era técnicamente correcta pero el modelo había quedado demasiado centrado y algo lejano. La forma y colocación del eslogan solo complicaba la visualización de una imagen que ya resultaba compleja por el juego de sombras y exceso de rayas. Para rebajar la confusión, se me propuso alejar los elementos, que estaban agolpados en el centro, e integrar el eslogan en el código
de barras. Quise hacer una nueva toma pero me resultó imposible quedar con el modelo o encontrar un sustituto, por lo que solo quedó la opción de utilizar Photoshop. He de reconocer que fui excesivamente conservador para hacer el cartel ya que me preocupaba que el exceso de retoque perjudicase a la imagen, por lo que no logré resolver completamente los problemas compositivos del mismo. Habría sido mejor utilizar menos código de barras, en un plano más corto, ya que era un elemento fácil de reconocer. E integrar las palabras del eslogan en la misma proyección del código, para aligerar la visualización del conjunto, porque al final es mejor obtener la imagen lo más ajustada posible al objetivo final. También ha quedado un exceso de aire a los lados, por lo que las formas del modelo y la frase publicitaria entran en conflicto, entorpeciendo la comprensión. Separando y ofreciendo a cada uno su espacio habría dado mejor resultado. Si tuviera que afrontar un encargo profesional, a parte de disponer de equipo, escenario y material adecuado, realizaría una maqueta más ajustada a cada formato final. La sesión de fotos la realizaría con el ordenador para poder constatar en el momento si las tomas tienen el encuadre adecuado con la maqueta. Y haría una prueba de impresión económica para poder realizar una pequeña encuesta, aunque fuese en mi entorno inmediato, para ver la facilidad de comprensión. Porque al final lo más importante es lograr establecer una comunicación correcta donde tengamos el control sobre el mensaje a transmitir, minimizando el impacto de la subjetividad personal.
Cartel
Sony 200∂ 21-V-2017 f/8 2'' ISO 100 40mm 5800º K
Cartel final 290mm x 440 mm
Web
Sony 200∂ 21-V-2017 f/8 1,60'' ISO 100 35mm 5800º K
Web final full hd
Web
Sony 200∂ 21-V-2017 f/8 2'' ISO 100 35mm 5800º K
Web final full hd
Revista
Sony 200∂ 21-V-2017 f/8 2,5'' ISO 100 55mm 5800º K
Revista final 216 mm x 280 mm