La llamada también ‘Muerte Negra’ acabó con más de un tercio de la población europea, asolando además a los continentes asiático y africano. Posteriormente, esta enfermedad resurgió por muchos años hasta que se encontró el tratamiento adecuado.
ARTE Y CULTURA
E
n la historia de la pintura no fue hasta la Edad Media Baja que se habló acerca de las enfermedades del ser humano. Fue hasta entonces cuando los pintores tuvieron la necesidad de expresar en su arte un período que cambiaría por completo la estructura y las creencias de esa época, llena de desolación y miedo, que posteriormente dieron paso al hermoso Renacimiento, periodo que no sólo ve surgir a los grandes maestros del Arte, también trae consigo avances importantes en la medicina. Entre 1348 y 1353, la bacteria Yersinia pestis fue la causante de la famosa Peste Negra o Bubónica. Aunque se cree que la primera pandemia conocida fue anterior a la época de Justiniano (541-43 d.C.), la Peste Negra marcaría la vida de la humanidad para siempre y, al igual que ahora, la solución temporal estaba en las medidas de higiene y la sana distancia entre la población mientras los médicos encontraban una cura.
ARTE COMO REFERENTE PARA MOSTRAR LA PESTE
En El decamerón Giovanni Boccaccio, quien viviría en carne propia la peste, escribió al igual que otros sacerdotes y frailes sobre cómo iba evolucionando esta enfermedad. Su testimonio dio fe de cómo la peste arrasaba a su paso con todo, siendo él uno de los que dejó información clara sobre algunos síntomas como las ampollas, llamadas también bubas, que eran muy visibles en los infectados. Ese detalle fue muy bien resaltado y plasmados por los artistas y sirvió para distinguir los cuadros que representaban esta época. Existen muchos grabados y pinturas que muestran también la extraña y estremecedora vestimenta que tenían los médicos de la época: túnica oscura, guantes, una máscara con un pico grande de pájaro y ojos con lentes de vidrio. Imágenes macabras de médicos que causaron temor entre la gente de la época porque, una vez que un médico vestido así intervenía a un paciente, era señal de una posible muerte. Por su parte, estos ‘sanadores’ sabían que para examinar a los enfermos debían de evitar cualquier contacto con ellos (situación muy parecida a la que se vive ahora en los hospitales con el personal médico que atiende a pacientes de COVID-19). De hecho, dentro de ese pico de pájaro, los doctores guardaban flores y hierbas aromáticas para disfrazar los olores fétidos que emanaban de los cuerpos, no sólo a consecuencia de las ampollas que presentaban, sino también porque en esa época la higiene no era parte de las costumbres, al contrario, se pensaba que el bañarse era lo que provocaba las enfermedades. Por ello, las condiciones de vida eran muy propocias para contraer cualquier enfermedad. Grabado de Paul Fürst, 1656.
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