AUTONOMIA 164

Suplemento preocupón Editor: Francisco Trejo Corona Diseño: Bocadillo Produce

#164

bocadillo.mx

TAYRELL:

SECUENCIAS PARA AMARRAR LA SENSUALIDAD

Por Uziel Palomino / Ultramarinos.co / Foto: Luis Avilés

Hugo y Miguel Galicia son hermanos y hacen música electrónica.

Pero no cualquiera.

Tras un aplaudido EP tamaño miniatura que deja sediento, el dueto mexicano ha atravesado un paso importante hacia la consolidación de un sonido tan conciso y brilloso como sus satinadas chaquetas. Uno que les calza bien y que, con el respaldo de colaboraciones con sellos y productores internacionales y su paso por festivales de talla alta como Vaivén y Ceremonia, se han insertado como uno de los armados house-disco con mayor proyección en el país.

‘Ngen’, este primer material, es una mezcla cálida entre un house afrancesado y reminiscencias de RnB, secuencias para amarrar la sensualidad y liberar la intimidad, voces aderezadas con efectos, sintetizadores y melodías motivadas por capítulos de soul y una sacudida romántica a un bpm apto para el baile.

Hablamos con la dupla Galicia sobre sus primeras aproximaciones a la música, sus trabajos de estudio, lanzamientos, el sonido de Tayrell y de más música electrónica: @uzielpalomino

"Para nosotros el momento más importante ha sido el 2007 con Ed Banger Records: todos los artistas, concepto y lifestyle, fue algo muy importante en nuestra vida" Son hermanos, supongo que, de alguna forma, desde casa tuvieron este acercamiento a la música, quizás no precisamente a la electrónica…

Ah, sí, desde que tenemos memoria, es la música que se escucha en nuestra casa; nuestros papás nos contagiaron el amor por bandas como The Beatles, The Rolling Stones, Pink Floyd, Electric Light Orchestra, Queen, Supertramp, etc… Los sesentas, setentas, en general, siempre han estado en nuestra vida diaria y su influencia radica directamente en la percepción que tenemos de apreciar, de hacer música y hasta en nuestra forma de vestir. ¿Quién comenzó primero a interesarse por la música que hacen actualmente?

visitamos… pero desde ‘Ngen’ hemos hecho muchos tracks y los vamos a compartir muy pronto.

El EP es una muestra fiel del estilo de Tayrell, sin embargo, en sus lanzamientos periféricos, como su colaboración con Upsilone y su track para Horeazon, se sienten diferentes, quizás más disco, más bailables, ¿han consolidado un sonido para un nuevo material?

Así es, son vibes totalmente diferentes, nos gusta cambiar y experimentar con nuevos sonidos, instrumentos, efectos… y sí hemos creado nuestro propio sonido, lo van a poder escuchar con nuestro nuevo material que iremos sacando en este año. ¿Y estos lanzamientos como se dieron?

A los dos desde muy temprana edad siempre nos llamó la atención tocar instrumentos musicales, fue un acercamiento muy natural. ¿Y en qué momento dijeron: “tenemos que hacer esto”?

Decidimos trabajar en este proyecto cuando en nuestra anterior banda, Affer, empezaron a nacer los side projects… naturalmente decidimos comenzar nuestro camino.

Su Ep, ‘Ngen’, ha recibido reseñas y comentarios positivos en su totalidad, pero, ¿cuál es la historia detrás de él?

Sí, estamos muy felices de cómo la gente recibió el EP. Ya va casi un año que hicimos ‘Ngen’ y está muy cool que aun siga sonando fresco; cuando hicimos el EP, en ese momento estábamos en tour, visitamos lugares muy cool como Xilitla y pasamos un buen rato en carretera, eso influyó mucho en el sonido que le dimos a esos 3 tracks, de hecho, en cada uno hay texturas que grabamos en los lugares que

house tradicional, y ya las texturas, bpm y demás, van acorde con el mood en el que nos encontremos, aparte de que los tracks que hemos sacado hasta ahorita, todos están pensados para tocar en formato live, y que por cierto ya podrán escuchar pronto.

Hablando sobre el género, sé que son motivados principalmente por la electrónica francesa, ¿cuál sería para ustedes, uno de los momentos más destacados en toda la historia del género, específicamente sobre el house?

Para nosotros, hablando del house, para finales de los noventas y principios de los dosmil, salieron varios que fueron un antes y un después, como “Lady” de Modjo, “1999” de Cassius, “Intro” de Alan Braxe & Fred Falke… creo que ahí empezó todo, pero para nosotros el momento más importante ha sido el 2007 con Ed Banger Records: todos los artistas, concepto y lifestyle, fue algo muy importante en nuestra vida.

El acercamiento con Upsilone fue vía soundcloud, nos mandó un inbox diciendo que le gustó mucho nuestra música y que le gustaría mucho remixear nuestro primer track, “Rea”. Nos enseñó su música y nos gustó bastante, así que después decidimos colaborar y fue como nació “Doceour”. en el caso de Horeazon records, igual fue soundcloud: un blog alemán, NDYD, nos dio repost y fue cuando nos contactaron y nos invitaron a sacar un track con ellos.

Además, la historia del house francés es genial y de gran importancia para toda la música electrónica del mundo, por ejemplo, la única canción de Stardust –lo que sería la génesis no oficial de Daft Punk– sigue sonando actual hoy día, ¿creen que el género se ha revitalizado o nos hemos acercado inconscientemente a ello?

Algo interesante sobre ustedes, es que más allá de apegarse a un house más tradicional, se percibe una atmósfera más sensual, con muchos guiños de carácter más íntimo, ¿qué inspira esta parte de Tayrell? ¿qué motiva esta sensación?

¿Y quiénes están en su top 5 de músicos de esta oleada?

Sí, creemos que eso es debido a la forma en la que creamos nuestra música, ya que tenemos el proceso creativo de una banda más que el de un proyecto electrónico como tal, todo sale a partir de un jammin: teclado, una base rítmica, bajo, guitarra/lead… depende lo que lleve el track. Yo creo que eso es clave en nuestro sonido y por eso no suena a un

Mylko, Buscabulla, Ferraz…

Seguro que con la nueva oleada de artistas como Darius, FKJ y el nuevo material de Justice, todo le ha dado un despertar al género bastante cool.

Justice, Daft Punk, Darius, Breakbot… ¿Y en México y Latinoamerica?

¿Y cuál es el gear que utilizan normalmente a la hora de producir?

Cajas de ritmos, samplers, etc…

Usamos Ableton live 9, 2 controladores Midi para los Synths Leads, un Jazz bass y una stratocaster. // @ultramarinosco

ECOS DEL ANAGRAMA GDL 2017, POR ALLIE RM

"CUALQUIERA PUEDE HACER CUALQUIER COSA" SOBRE VELVET UNDERGROUND Por José Luis Justes Amador / imagen: Pilar Ramos

… así que debemos intentarlo todo”. La frase de Andy Warhol, el colaborador menos musical de The Velvet Underground and Nico, resume perfectamente el espíritu del disco. Resume, también, el espíritu del punk, once años antes. Y, por supuesto, resume todo el espíritu indie desde aquel día en que apareció el disco para colocarse, sin ni una sola reseña en la época en la posición 199 (de 200) del chart de Billboard del que desaparecería a la semana siguiente. Sólo se vendieron treinta mil copias, pero como dijo Brian Eno “todo el que compró una de esas treinta mil copias montó una banda”.

“Si vuelven a tocar eso… dense por despedidos”. Cuenta la leyenda, apócrifa según algunos participantes, real según otros, que esa fue la frase con que el dueño del Café Bizarre amenazó a su banda residente después de una versión especialmente salvaje de “The Black Angel’s Death Song”. Los cuatro miembros del grupo decidieron al día siguiente comenzar su set con una rendición aún más rabiosa y de ¡¡¡treinta minutos!!! de esa canción.

Reed, Cale, Morrison y Tucker no sabían que apenas unos días antes Warhol le había propuesto a su colaborador Paul Morrisey encontrar un grupo para producir. Morrisey fue quien guio al ya famoso pintor al tugurio donde cayó sorprendido por un grupo con semejante furia y a los que casi inmediatamente propuso que trabajaran con él cuyas tres únicas aportaciones al grupo fueron la icónica portada, una labor de co-producción que se limitó a estar sentado tras el tablero en el estudio y exclamar “suena maravilloso, ¿no?” y a imponer al grupo a una de sus protegidas, Christa Päffgen, a la que la historia recuerda con su seudónimo, Nico.

Peel slowly and see Enfundado en blanco sin el nombre del grupo y un plátano (de ahí que se le conozca como “el disco del plátano”) que era en realidad un sticker, con las instrucciones incluidas (“pela lentamente y mira”) y la nada discreta firma del pintor, había once canciones que habían grabado un licenciado en literatura con querencia por la poesía, el pop y el rock’n’roll (Lou Reed), un genio precoz de la música clásica que se había formado con Xenakis y La Monte Young (John Cale), un amigo de infancia de Tucker que había cambiado la trompeta por la guitarra (Sterling Morrison), una perforadora de tarjetas que había aprendido a tocar una batería de segunda mano acompañando discos (Maureen Tucker) y, en tres temas, una actriz de apariencia y voz gélida (Nico). Once canciones que hablaban de heroína, prostitución, sadismo, masoquismo y desviaciones sexuales y que se publicaron el doce de marzo de hace cincuenta años.

Anota tus cinco grupos favoritos de los últimos cincuenta años, saca el disco de su funda (porque vas a escucharlo en vinilo) y deja caer la aguja sobre el surco. Antes te habrás conseguido algo que beber, un cenicero y lo que quieras fumar. Escucha, escúchalo con toda la atención que puedas. Como si fuera la primera vez.

Sunday Morning Suenan campanas o algo parecido, de esas que no esperas encontrar en un disc o de rock’n’roll y cuando todavía no te has repuesto de la sorpresa una voz lejana y aguardentosa pronuncia las primeras palabras de todo el disco “Sunday morning”.

Una elegía lenta y, en parte dolorosa, a ese tiempo sin tiempo del domingo tras la fiesta. Un inicio perfecto para un disco perfecto. Un inicio de calma para la tempestad que se avecina. O la que pasó. “I’ve got a feeling / I don’t want to know” Covers: del horrible de Nina Hagen al oscurísimo de Nick Cave, de la lectura popista de Etienne Daho (sí, el del “Promeses” que se plagiaron Los Planetas) a acelerada y comercial de James, de la predecible de Susanna Hoffs a la extraña de Strawberry Switchblade. Y la de OMD. I'm Waiting for the Man Se acelera el ritmo, la batería marca un cuatro por cuatro que asemeja una caminata en la calle. La guitarras aceleradas marcan el paso. Y es que el disco sale a la calle, a comprar sustancias ilegales en la nada segura Harlem (“Hey white boy, what you doin’ uptown?”). De la dulzura al miedo, de la necesidad siempre cumplida tarde (“He's never early, he's always late / First thing you learn is that you always gotta wait”) a la seguridad (“I'm feeling good, you know I'm gonna work it on out / I'm feeling good, I feel oh so fine”) en apenas tres minutos.

Covers: Por irnos solo con la B, Bauhaus (con una Nico a la que no dejaban entrar al estudio porque no creían que fuera ella y porque estaba hasta arriba de heroína),

All Tomorrow's Parties Y, en un acto de maestría de ordenamiento, la cara A cierra con seis minutos de calma y furia al mismo tiempo. Guitarras que comienzan casi sin escucharse, un golpe de bombo, dos de charola, dos de bombo, dos de charola y la voz de Nico majestuosa como una reina preguntándose por las fiestas de mañana. Una reina que en realidad no es sino una pobre niña disfrazada. “And what will she do with Thursday's rags / When Monday comes around / She'll turn once more to Sunday's clown and cry behind the door”. Y todo terminando tras seis marciales minutos en un caos de guitarras que anuncia, una cara antes, el furioso final de todo el disco.

Covers: Los impresentables Japan, la encantadora versión de Les Rita Mitsouko, Brian Ferry, Sioussie and the Banshess, Nick Cave, Jeff Buckley, Clem Snide en un extraño disco de versiones elegidas por la votación de sus fans, los impronunciables Apoptygma Berzerk y Los Tres.

Vuelve a mirar la lista, todos los grupos que anotaste ya estaban ahí, mucho antes de que ellos lo supieran.

Bowie y Beck (que de hecho revisitó todo el disco hace unos años). Y además la más que cursi Vanessa Paradis, la oscura de Echo and the Bunnymen, la más que sabrosona de Cheap Trick, la discreta de Pearl Jam o, por supuesto, los Pizza Undergound retitulándola “I’m waiting for the delivery man”.

Femme Fatale Un ritmo hipnótico de guitarras y una bacteria simple hasta que Nico comienza a cantar como si estuviera llegando a una fiesta que acabará mal. “Here she comes, you better watch your step / She's going to break your heart in two”. Siguen dos minutos y medio de una calma y dulzura que esconden todo lo que siempre acaba por terminar estallando. Y la mejor definición de la historia del rock’n’roll de ese tipo de chicas de las que no hay que fiarse (“'Cause everybody knows (She's a femme fatale) / The things she does to please (She's a femme fatale) / She's just a little tease (She's a femme fatale)”) Covers: Magnificos los de Big Star y el distorsionado de Ty Segall, menos que pasable el de Duran Duran, el sorpresivo de Pulp (en una presentación acústica en la radio francesa), acertado y alegre el de R.E.M. y, por supuesto, los de Nico en todos sus conciertos.

Venus in Furs ¿Quién en pleno verano del amor titularía una canción como el libro de SacearMasoch? ¿Quién escondería tras ese título unos drones guitarra y viola mientras la batería se alenta hasta límites insospechados? ¿Quién la recitaría o cantaría como estuviera volkviendo de una mazmorra donde ha estado encerrado todo un fin de semana o u mes? ¿Quién en aquel entonces estaba preparado para letras como “Shiny, shiny, shiny boots of leather / Whiplash girl child in the dark” o “Kiss the boot of shiny, shiny leather / Shiny leather in the dark / Tongue of thongs, the belt that does await you / Strike, dear mistress, and cure his hear”? Góticos antes que nadie.

Covers: El ritmo de la viola, casi un latigazo, lo samplearon RZA o UNKLE. De la dulcemente tierna de Emmanuelle Seigner a la innecesaria de Dave Navarro, de la durísima de los Melvins (en un single compartido con Nirvana que también hacía una versión de este mismo disco “There she goes again”) a la más que frenada de The Kills, sin olvidar las potentes de Krieg o Christian Death.

Run Run Run Un clásico rock’n’roll con las guitarras distorsionadas que vuelve a subir en una secuencia, en el que probablemente sea uno de los discos mejor ordenados de la historia, que vuelve a colocar al escucha en una posición de inestabilidad. ¿Dónde correr después de la orgía sadomasoquista? “And we fall through fate / And we rise and rise again / And I run, run, run, run, run” a un ritmo insospechadamente álgido para una canción que crea un punto de no retorno en el disco y un puente con el pasado.

Covers: Tal vez es la segunda menos versionada del disco pero aun así la hicieron The Strokes, la sampleó por Spiritualized y la dejaron irreconocible Eww Yaboo.

Heroin Y si en la primera cara era el masoquismo, la búsqueda de drogas o las mujeres de fiesta, alternando canciones suaves y cercanas al pop con ramalazos más roquistas de furia, la cara B comienza con una canción que no podría tener un título más explícito.

Y una letra memorable (“'Cause it makes me feel like I'm a man / When I put a spike into my vein / And I tell you things aren't quite the same / When I'm rushing on my run / And I feel just like Jesus' son / And I guess that I just don't know) envuelta, como si tratara de una dosis real en andanadas de calma y ruido.

Covers: desde la hardroquera de Kamerata a la aceleradisima de Billy Idol, del garagero Rocky Erickson a los Angry Samoans en un disco de título inolvidable “Dope on the Scarecrow”, de la alegre de Yo la tengo a la hipnótica de Hope Sandoval en una aparición sorpresa con Opal y, no podía ser menos, la del mismo Lou Reed en su primer disco en solitario.

There She Goes Again Una canción que comienza como una delicada historia (“There she goes again / She's out on the streets again”) y se convierte en una sórdida historia sobre una prostituta callejera (“She's down on her knees, my friend / But you know she'll never ask you please again”). Para algunos críticos la más fácil de todo el disco o, al menos, la menos influyente. Para otros, el puente perfecto entre la anterior y la siguiente.

Covers: Además de la ya citada de Nirvana (que eligieron la más fácil de todo el disco), la poperísima de R.E.M., la alocada de los Cosmic Psychos y la garagera de The Beat Farmers.

I'll Be Your Mirror Una canción de amor ante las que cualquier palabra sobra. Dulce y tierna, sincera y directa para una declaración que una vez escuchada no se olvida nunca. Corta pero eterna.

Covers: Una desternillante parodia version de Los Nikis titulada “Soy tu sombra”, la de los impresionantes, sobre todo de nombre, Here Comes The Here Comes, la encantadora de Rainy Day en la olvidadisima Llama Records, la exactisima de Death Cab for Cutie, la dylaniana de Sarah Jeanne Ziegler y la sensual de Lena de Luxe.

The Black Angel's Death Song Y, de nuevo, tras la calma la tempestad con una de las letras más poéticas y oscuras de todo el disco. “And if epiphany's terror reduced you to shame / Have your head bobbed and weaved / Choose a side to be on”.

Covers: La menos versioneada pero con un espectro que va de Beck a Clock DVA. European Son Y para terminar la letra más corta para una canción larga que comienza lenta hasta terminar en una espiral ruido y distorsión que anticipa el estallido del noise y el también seminal segundo disco de la banda.

Covers: de la espaciada de Ride a la oscuridad de Gary Lucas, de la ruidosa de Sonic Youth (no podían faltar) a la extrañamente dura de los rusos The Magic Mor y la fidelísima de los de impresentable nombre The Lee Harry Oswalds.

50 años después, Todos los grupos que anotaste ahí estaban y mientras te asombras, o te vuelves a sombrar sin importar cuantas veces lo has escuchado, hay alguien ahí afuera que lo está escuchando por primera vez y que está pensando en montar un grupo porque “puede que este disco te cambie la vida o no pero de seguro escucharás música de otro modo después de haberlo oído”.

13 RAZONES

PARA VER NETFLIX Y NO MORIR EN EL INTENTO Por J.S. Cainiz

Para aquellos que no soportan los tumultos en la FNSM (es toda una odisea atravesar el andador J. Pani las noches de feria), tenemos un par de recomendaciones de qué ver en Netflix estas vacaciones de abril.

Primero hablemos de la serie del momento: 13 Reasons Why, estrenada el pasado 31 de marzo, producida por Selena Gomez, y basada en el libro con el mismo nombre, escrito por Jay Asher, publicado en 2007. Ambientada en el presente, nos cuenta la historia de cómo Hannah Baker (interpretada por Katherine Langford), toma la decisión de suicidarse. Nos enteramos de sus razones porque dejó grabados 7 cassettes, en los que narra todo lo que le ocurrió, y expone a las personas involucradas, para llevarla a tomar esa resolución.

La serie inicia con Clay Jensen (Dylan Minnette), encontrando a la entrada de su casa una caja de zapatos con las cintas y un mapa. Cada uno de estos cassettes está grabado por ambos lados y numerado, excepto la séptima cinta, que sólo está grabada por el lado A, así que en total tenemos 13 lados grabados por Hannah, que son las trece razones, y los trece capítulos que conforman la primera temporada de la serie. Lo sucedido se nos presenta a través de la perspectiva de Clay, que escucha cada lado de las siete cintas, y va reconstruyendo los pasos de Hannah. En cada capítulo vemos una doble perspectiva en la que presente y pasado se encuentran. La regla es que si las cintas llegaron a tus manos es porque apareces en ellas, debes escucharlas en su totalidad y luego pasarlas a la persona que aparece en ellas después de ti, de no hacerlo o si destruyes las cintas, alguien que tiene copias difundirá públicamente las grabaciones, lo que afectará a todos los involucrados.

Luego de ver las 13 razones, el espectador puede reproducir un especial de media hora en el que productores, guionistas y actores, comentan su experiencia al participar en este proyecto, y también

se incluyen las explicaciones de una psicóloga en torno al acoso, la violación y el suicidio.

Se trata de una propuesta fresca, de calidad, auto contenida y bien desarrollada. No se siente repetitiva, incluso si por momentos nos pueden desesperar las motivaciones y decisiones de los personajes, en particular Hannah y Clay, que por momentos se sienten incongruentes, visto de manera global resultan del todo verosímiles las interacciones entre adolescentes, con sus padres y maestros.

Nos muestra lo solos que nos encontramos como individuos, incapaces de comunicarnos con nuestros semejantes, haciéndonos ver que deberíamos tratarnos mejor.

13 Reasons Why logra captar el efecto dominó de una pequeña acción, y cómo podemos lastimar a otros con nuestro egoísmo, insensibilidad e indiferencia. Se trata de una serie de 10, que muy probablemente logre ser un fenómeno casi tan popular como Stranger Things, una de las pocas bondades del “mame”. Si bien la intención última de 13 Reasons Why es generar conciencia en problemáticas como el bullyng o el suicidio (sin el lastre moralizante), eso no le quita su disfrute como producto de entretenimiento de calidad (el capítulo 11 los hará llorar).

Por último, podemos decir que con los trece capítulos se aborda la totalidad de la historia, la cual concluye muy bien. Al final quedan algunos cabos sueltos que sugieren una segunda temporada, la cual sería innecesaria, y que sólo veríamos por el deseo de conocer más de los personajes, que se vuelven entrañables.

La otra recomendación, es The Discovery (El descubrimiento), cinta dirigida por Charlie McDowell, su segundo filme, después de The One I Love, —que también se encuentra en la plataforma, y es protagonizada por Mark Duplass y Elisabeth Moss—; estrenada el 20 de enero en el pasado Festival de Sundance, la película nos habla del “descu-

brimiento” hecho por el Dr. Thomas Harbor (Robert Redford), quien asegura haber encontrado evidencia que demuestra la vida después de la muerte. La premisa es interesante por sí misma, y dentro de la película desata una ola de suicidios en masa, lo cual plantea el momento desesperanzador en que se encuentra la humanidad.

Cuando se habla del valor de la vida, ponemos en la ecuación aspectos como: el sentido y propósito de ésta (que se materializa en un legado); la esperanza de que las cosas tienden a mejorar; la importancia de la humanidad, entendida como la supervivencia de la especie, por encima de los deseos y necesidades del individuo; la espiritualidad que se sustenta ya sea en el arte, la búsqueda de conocimiento, o el consuelo de la religión (que alimenta la creencia en una existencia ultraterrena). Cualquiera que sea la respuesta para cada uno de nosotros, siempre persistirá la duda, y la esperanza de un más allá.

T ambién entra en juego el planteamiento del aquí y el ahora, o la perspectiva de que tus acciones presentes tendrán una repercusión en lo que puedas hacer mañana, o si lo vemos de forma poética, dichas acciones resonarán en la eternidad.

Ciertamente, The Discovery, como película no logra expresar del todo los aspectos arriba mencionados, pero su ambientación es capaz de evocarnos la desolación de los personajes. Luego del planteamiento inicial, vemos a Will (encarnado por Jason Segel), a bordo de un ferry, mientras en televisión hablan del aniversario en que se dio a conocer el descubrimiento, y el aumento en la tasa de suicidios, y su encuentro con Isla (Rooney Mara); de esta escena llama la atención lo atípico del diálogo entre los protagonistas, detalle importante cuando llegamos al desenlace. Luego nos enteramos de que Will llega a la isla para reencontrarse con su familia, resulta que es hijo del doctor Harbor, quien ahora posee una finca en la que continua con sus experimentos, y cuenta con bastantes adeptos, en lo que parece ser un culto, entre estos se encuentra su otro hijo, Toby (Jesse Plemons); Will desea que su padre se retracte respecto al descubrimiento, esperando que con ello pare la epidemia de suicidios.

Esta película combina en su propuesta el género de ciencia ficción y la obligada trama romántica, fundamental para el desarrollo y conclusión de la historia. Si bien tiene bastantes defectos respecto a la ejecución del guión, podemos destacar las actuaciones de Rooney Mara y Robert Redford, quedándonos a deber el personaje de Jason Segel.

No obstante, llegado el desenlace, la película podría dejar a algunos una sensación agridulce, pero en cambio, les generara una interesante reflexión sobre el sentido de la vida y la manera en que ésta se complementa con la muerte.

Ciertamente son dos propuestas cuya temática podrá parecer morbosa, no obstante, generan reflexiones que deberíamos plantearnos más seguido, buscando con ello una mejor comprensión de quiénes somos.

El blog de Jorge: nieblaentubo.blogspot.com