JESÚS TERÁN 74

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JESÚS TERÁN

Suplemento sobre Estudios Internacionales para La Jornada Aguascalientes Mayo

2019

No. 74

Coordinadores: Aurora Terán Fuentes Soren Héctor de Velasco Galván

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Editorial En 2019 se cumple el centenario de la Conferencia de Paz de París, con la cual se dio término a la Primera Guerra Mundial. La firma de una serie de tratados en el país galo, celebrados aproximadamente a partir de la segunda mitad de 1919 definieron un nuevo orden mundial y el diseño de un proyecto de paz internacional. La edición del Suplemento Jesús Terán del próximo mes de julio, se dedicará a dicho evento, en el marco de su centenario, por tal razón, el presente número del suplemento está dedicado a la paz, considerada un valor, una utopía, un ideal, una necesidad. A lo largo de la historia de la humanidad, se relatan un sinfín de conflictos derivados en guerras de diferente naturaleza, y se han establecido acuerdos para lograr la paz, que terminan por quebrantarse. La paz se tiene que construir constantemente y de manera cotidiana, no porque está plasmada en papel (tratados, pactos, constituciones, etc.), está garantizada, con una gran facilidad se puede perder, y costará trabajo recuperarla. Para esta ocasión contamos con las siguientes colaboraciones; el primer artículo corresponde a quien suscribe estas líneas, en él se aborda el diseño y visión de la paz a partir de los organismos internacionales, que buscan permear en las diversas naciones impulsando la educación y cultura para la paz. La segunda colaboración corresponde a Arturo Segura Jiménez, teoriza el concepto de la “paz” y la define tanto en su sentido negativo como positivo,

AURORA TERÁN FUENTES

es decir, como la ausencia de la guerra y como una necesaria construcción de las comunidades, termina con el ejemplo de un conflicto violento que se vivió en la entidad, como muestra de la violencia estructural que obstaculiza la construcción de la paz, independientemente de los individuos. Para finalizar, el escrito de Eugenia Solís Terán, trata sobre una filosofía oriental, introducida en occidente por Gandhi, se refiere a Ahimsa, relacionada con la cultura de la no violencia y la resistencia civil pacífica, es una concepción de la vida basada en el amor y la negación de la existencia de los enemigos, y relaciona dicha filosofía con la lucha de las mujeres en occidente. En estos tiempos, además de mirar hacia el pasado para ver una serie de luchas y procesos para garantizar la paz, así como su discusión teórica, no hay que olvidar un referente como lo es Kant con su Paz Perpetua, basada en el republicanismo, también debemos voltear al presente y ser críticos del estado de violencia, conflicto, guerra, pobreza, desigualdad en que se encuentran países, grupos y personas, para darnos cuenta que no podemos quitar el dedo del renglón, porque en ocasiones se ve muy alejada la paloma de la paz. Como siempre, agracedemos a La Jornada Aguascalientes este espacio para la libre expresión de opiniones y el tratamiento de temas de relevancia internacional, política e histórica.


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El proyecto internacional para fomentar la cultura de paz AURORA TERÁN FUENTES

Doctora en Historia Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 011

La “Paz” en un concepto polisémico, tres de sus concepciones se relacionan con contextos y culturas específicas, con un fuerte trasfodo histórico. La primera es la llamada pax romana, se entiende como la ausencia de la guerra, en consecuencia tiene un sentido negativo, es decir, se refiere a que no se den determinadas situaciones, no haya luchas, enfrentamientos y guerras, es una noción que implica dos partes que están en conflicto o guerra y pactan para dar término a la misma, regularmente una parte es la perdedora, en consecuencia también es competencia y se trata de ganar. Después entre los griegos, el principio sobre la paz es más íntimo, tiene que ver con el individuo y su capacidad para lograr su paz interior, para estar bien consigo mismo. La tercera idea de paz es la judeocristiana, se entiende a partir de la frase “la paz contigo”, es decir con el prójimo, en esta cultura, es una construcción entre todos, se mira al otro y juntos construyen y se dan la paz, en consecuencia tiene un sentido positivo, a diferencia de la concepción romana, y social o comunitario a diferencia de la griega. En la actualidad, lo que se buscaría es la construcción entre todos de una cultura de paz. La paz se debe construir entre todos, porque se relaciona con formas de convivencia y solidaridad, estrategias para mantener y fortalecer el tejido social, el fomento y congruencia con respecto a valores como el respeto, la tolerancia, etc.. De ahí se justifica el esfuerzo por impulsar en las escuelas la educación para la paz, como consecuencia de contextos y dinámicas nacionales e internacionales. Centrándome en el ámbito internacional, existe un momento coyuntural en la historia del siglo XX con respecto al tema de la paz: la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945, ¿por qué?, porque es un organismo internacional (en ocasiones severamente cuestionado), pero que se fundó como un segundo intento (el primero fue la Sociedad o Liga de Naciones en el periodo entre guerras), para construir y cuidar un mundo para el cual le fuera valiosa la paz. El año nos dice mucho, 1945 marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial, en ésta, además de la lógica bélica, se manifestó la xenofobia, el racismo, la homofobia; y una serie de fenómenos relacionadas con la discriminación y segregación, hasta llegar a prácticas de exterminio y genocidio, la Segunda Guerra fue y es un evento traumático, de ahí, con la derrota de la Alemania nazi, las potencias ganadoras (no deja de ser un asunto de poder), diseñaron un nuevo orden mundial, basado en la lógica de un sistema internacional de cooperación y relaciones armoniosas entre las naciones, la ONU tuvo y tiene como objetivo primordial preservar la paz y la seguridad, mediar en caso de conflictos, atender a las poblaciones y grupos vulnerables, y víctimas de guerras u otro tipo de conflictos. De la ONU, se desprende una gran cantidad de organismos, uno de ellos es UNESCO, centrado en asuntos educativos y culturales. En documentos de UNESCO, la “cultura de paz consiste en una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos y las naciones”.1 A partir de la óptica de la comunidad internacional se han definido ocho ámbitos de acción para los actores locales, nacionales e internacionales:

1.- Promover una cultura de paz por medio de la educación. 2.- Promover el desarrollo económico y social sostenible. 3.- Promover el respeto a los derechos humanos. 4.- Garantizar la igualdad entre mujeres y hombres. 5.- Promover la participación democrática. 6.- Promover la comprensión, la tolerancia y la solidaridad. 7.- Apoyar la comunicación participativa y la libre circulación de información y conocimientos. 8.- Promover la paz y la seguridad internacionales. 2 En los documentos de UNESCO, se plantea que hoy más que nunca, es necesario el esfuerzo conjunto, ante una serie de situación alarmantes que se están presentando y atentan contra la paz y echan por los suelos la imagen de un mundo fincado en la solidaridad y cooperación entre todos. En la Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz, de la ONU, se proclamó el “Decenio Internacional de una Cultura de Paz y No Violencia para los Niños del Mundo”, lo preocupante es el mismo periodo del decenio, definido para 2001-2010, podemos decir, relativamente reciente, sin embargo, es a más de medio siglo de fundada la ONU, ¿qué pasó en la segunda mitad del siglo XX? y peor todavía ¿qué está aconteciendo en el XXI?, un siglo que en lo que lleva recorrido se presume muy violento, efectivamente no hay guerras mundiales, pero habría que acercar la lupa al mapa y observar una cadena de conflictos regionales, el surgimiento de grupos muy violentos y lógicas políticas que no abonan a la Cultura de Paz, la situación anterior ha provocado crisis humanitarias en diversas geografías. Otra pregunta ¿cuál sería nuestro mundo sin Naciones Unidas? Desde los Organismos Internacionales, pero también con la Sociedad Civil Organizada y los gobiernos se busca consolidar una cultura de Paz. ¿Qué es la Cultura de Paz?, ”La paz no es sólo la ausencia de guerras. Es un conjunto de valores como el respeto a la vida, la libertad, la democracia, la educación, la tolerancia, la cooperación, la igualdad entre hombres y mujeres, o el respeto al medio ambiente. Todos estos valores forman la Cultura de Paz. Su objetivo es realizar acciones acordes con estos valores para alcanzar la paz entre países y personas. Para que todas las personas conozcan y participen de la Cultura de la Paz, se necesita la implicación de familias, políticos, profesores, periodistas, médicos y muchos otros profesionales. Es necesario que todo el mundo participe para crear una Cultura de Paz”.3 No obstante, preguntémonos qué pasa con cada uno de los valores enunciados, el panorama no es alentador. Sin embargo, no se puede quitar el dedo del renglón, para construir realidades más armónicas, en algunos aspectos como el medio ambiente, la violencia hacia las mujeres y los niños, la creciente discriminación, por mencionar algunos, el tiempo apremia, para no tener un siglo XXI como se ha perfilado en sus primeras dos décadas.

1

Cultura de Paz, UNESCO. Recuperado de: http://unescopaz.uprrp.edu/documentos/culturapaz.pdf Ibidem. 3 Declaración sobre una Cultura de Paz, Extremadura, Fundación Cultura de Paz/Fundación Ciudadanía, 2012, p. 14. Recuperado de: http://www.fund-culturadepaz.org/doc/Declaracion-CulturadePaz-FacilLectura.pdf 2

Imagen: Paloma de la paz, Autor: Drat, 2005. Disponible en: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Peace_dove.png


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L a Paz

¿Qué es y

para quién?

ARTURA SEGURA JIMÉNEZ

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Estudiante de Derecho Universidad Autónoma de Aguascalientes.

La paz puede ser entendida como lo señala Galtung, en un sentido negativo, que sería la ausencia de violencia y guerra; y también de forma positiva, que sería la integración y desarrollo de la sociedad humana; es decir, el planteamiento de la paz estriba no únicamente en señalar que es un estado donde no hay un enfrentamiento bélico, sino que además se fundamenta en señalar un contexto donde no existe ningún tipo de violencia que afecte a colectivos o individuos para su libre desenvolvimiento o desarrollo personal. Como acertadamente establecería después el autor Thee al señalar que la investigación sobre la paz se hará consciente cuando se tenga claridad del hecho de que la vida humana es destruida en mayor escala por la pobreza, el hambre, la enfermedad y las privaciones socio-económicas, que por el uso de las armas.1 Schmid señalaría que para una correcta investigación por y de la paz, se deberían de tener las siguientes bases: formulando sus problemas, no en términos significativos para las instituciones internacionales y supranacionales, sino en términos significativos para los grupos y naciones reprimidos y explotados. No es sufiente explicarla en relación a cómo se controlan los conflictos manifiestos, sino cómo se manifiestan los conflictos latentes. Debería explicarse no solamente en cómo se produce la integración, sino cómo se polarizan los conflictos en un grado tal que el sistema internacional actual está seriamente amenazado.2 Dejando en claro que la paz no es una aparente “tranquilidad”, sino que reside a su vez en un desarrollo sustancial justo y equitativo de los pueblos, ya que de lo contrario existirían aun diversos tipos de violencia, sobre todo la estructural, como la define Galtung, derivada de la propia estructura del sistema, basada en la desigualdad del poder y consecuentemente en la desigualdad de oportunidades. En última instancia su fundamento está en la desigualdad, en la distribución del poder para decidir sobre el reparto de los recursos. Para este autor, la violencia estructural se corresponde con la injusticia social.3 Sintetizando lo anterior, podemos comprender “La Paz” en un amplio sentido como: "Los aspectos positivos de la paz que nos conducirán a considerar no sólo la ausencia de violencia directa y estructural, sino también la presencia de un tipo de cooperación no-violenta, igualitaria, no explotadora, no represiva, entre unidades, naciones o personas, que no tienen que ser necesariamente similares”.4

Esto tendría que ser el “deber ser” de todos los pueblos y sus autoridades. Mientras escribo estas líneas, aquí en Aguascalientes un grupo de trabajadores del transporte público, se manifestó en busca de una respuesta contundente por parte del gobernador en relación a su seguridad laboral y su salario, debido al miedo por el cambio de unidades y la entrada de nuevas empresas que proporcionen el servicio y, en consecuencia ocasione despidos; el gobierno respondió reprimiéndoles, golpeándolos sin importar que había niños presentes, esto con el afán de visibilizar que los trabajadores tienen familia que proveer, de ahí lo delicado del asunto, irónicamente el gobernador realizaba proselitismo en una unidad de transporte público donde se jactaba de que no se iba a dejar chantajear por este grupo. Si bien puede ser cierto que este grupo de trabajadores hubiese sido influenciado por los concesionarios de Atusa en su beneficio, también es cierto que el fondo del asunto no se sustentaba si Atusa se queda o no, si entraban nuevas unidades o no, sino en la seguridad laboral de estos trabajadores, de lo cual hay que destacar que laboran en condiciones de explotación desastrosa; el actual gobernador señalo: “ya les pondrán baños”, imaginémonos cómo laboraban, sin contar con cuestiones tan básicas en materia de higiene y salud; tal vez algún día el gobierno ya no los reprima y se les respeten a los trabajadores sus Derechos Humanos y Garantías Constitucionales. ¿Paz para quién?, como siempre, paz para unos pocos en situación de privilegio (Empresarios de Atusa, nuevos concesionarios, etc.) y violencia para el trabajador. ¡Cuánta falta nos hace un movimiento estilo “20/32” en Aguascalientes para que los trabajadores luchen por sus derechos, como lo hicieron en el norte del país! ¡Cuánta falta nos hacen líderes y luchadores sociales de verdad! Para poder alcanzar la paz en los ámbitos laborales, sin duda alguna, nosotros los trabajadores tenemos que pelear por ella y conquistarla, pero también construirla. 1 Thee, Marek, "The Scope and Priorities in Peace Research", UNESCO Yearbook on Peace and Conflict Studies 1981, p. 4) 2 Schmid, Herman, "Peace Research and Politics", foumal of Pea.ce Rcsearch, 1968, núm. 3, p. 219) 3 Galtung, Johan, op. cit. nota 61, p. 171 y 175) 4 Galtung, Johan, “Violence, Peace and Peace Research", Journal of Peace R.ese- 8rch, vol. 6, 1969p. 183)


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Ahimsa:

una actitud ante la vida EUGENIA SOLÍS TERÁN Especialista en estudios y proyectos en Género

“Desde esta humilde sillita, formulo un llamado a la paz mundial” Mafalda La paz es uno de los términos con más aceptación en todos los planos, nadie está en contra de ella y se puede encontrar consenso en apuntalar los esfuerzos necesarios para alcanzarla; sin embargo, este concepto no es estático, muchas son las significaciones que se le dan a la palabra, desde el lenguaje coloquial de la mamá “estate en paz”, hasta políticas públicas y planes de invasión armada en nombre de ésta. En este sentido, para los fines de este artículo tomaremos como punto de partida la paz como un proceso integral proveniente del término sánscrito “ahimsa” utilizado tanto en el budismo como el jainismo, en palabras de Ghandi «Literalmente ahimsa significa no violencia hacia la vida, pero tiene un significado mucho más amplio. Significa también que uno no puede ofender a otra persona, debiendo compadecerse del otro, incluso si se trata de un enemigo. Para aquellos que siguen esta doctrina, no hay enemigos. Quien cree en la eficacia de esta doctrina halla el último estado, cuando se alcanza la meta, viendo el mundo a sus pies. Si expresamos nuestro amor —ahimsa— de tal modo que marque para siempre a nuestro enemigo, dicho enemigo nos devolverá ese amor», con base en esta definición, se puede asumir que la paz es una construcción cotidiana que implica un papel activo e incluyente en dicho proceso y que conjuga la paz a nivel personal (paz intimista) con la colectividad. Las mujeres, en esta constante búsqueda de la igualdad han representado un pilar central en el logro de la paz mundial, pues es desde las diversas epistemologías feministas que nacen otras maneras de formular las relaciones humanas y analizar el poder para consolidar espacios libres de violencias con miras al alcance en lo cotidiano de las bases del “ahimsa”. Es este espíritu vivo y transformador en las mujeres que ha impulsado la creación de activismos para la pacificación en la mayor parte de los conflictos armados de carácter civil, podemos encontrar movimientos de mujeres en búsqueda de sus hijos desaparecidos, en contra de la violencia sexual en el contexto de las guerras, denunciando los abusos del estado por medios artísticos como la música en Liberia, promoviendo la justicia social en dictaduras militares como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en Argentina, como facilitadoras en las negociaciones para terminar con el conflicto armado en Colombia, en los Balcanes en favor de la eliminación del nacionalismo y militarismo durante la antigua Yugoslavia; y así como estos, miles más en los que se reconocen a las mujeres como un sector protagonista en la reconstrucción de los tejidos sociales alrededor del mundo. Es así que las mujeres siempre presentes ponen sus cuerpos como territorios de resistencia y es desde el imaginario de lo utópico que desconocen los sistemas sociales y políticos violentos para crear horizontes pacíficos, por tanto, una de tantas de las denuncias vigentes es que se les incluya en los procesos formales de negociación en los conflictos armados y paralelamente se reconozca la óptica feminista y la perspectiva de género como herramientas históricas y de análisis para la elaboración de políticas y estructuras sociales en las que imperen las relaciones simétricas y libres de violencias. Ahimsa es un término femenino y su símbolo es la mano, tomémosla tanto mujeres como hombres en este caminar para construir un mundo en el que quepan muchos mundos.

Imagen superior: Ahimsa Disponible en: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ahimsa.svg (autor: Own work, 2007) Imagen inferior: Mandala. De Kaylin Art en Pixabay


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